Libia: preparativos de guerra

Anuncio
Libia: preparativos de guerra
Ángeles Maestro - La Haine :: 11/03/2011
Como en Iraq, el problema central no es Sadam o Gaddafi, sino qué papel juegan los recursos
de sus pueblos en los planes de dominación y expolio de las grandes potencias
Los levantamientos en Libia, coincidiendo con las
luchas populares del resto de países del Magreb y
Masrek, responden a razones semejantes a las del
resto de países pero tienen connotaciones bien
diferentes. En parte son el resultado del hartazgo de
un pueblo que ha visto deteriorarse gravemente sus
condiciones de vida en los últimos años al tiempo
que comprueba la corrupción y el enriquecimiento
de las camarillas cercanas al poder. En 1969 la
lucha anticolonial derrocó la monarquía fantoche del
rey Idris, nacionalizó la industria petrolera y las grandes empresas bajo control de EE.UU y Gran
Bretaña y generó un desarrollo agrario e industrial que permitió mitigar las graves desigualdades
sociales y el acceso de la población a la vivienda, la educación y la sanidad públicas. No era una
revolución socialista pero se situó claramente contra el imperialismo y el sionismo. Gaddafi formaba
parte destacada del “eje del mal” y Reagan bombardeó Bengasi y Trípoli en 1986. La situación
cambió radicalmente a partir de los años 90, cuando el gobierno da un giro de 180 grados y empieza
a abrirse a la penetración extranjera, sobre todo tras la invasión de Iraq en 2003. Las grandes
empresas petroleras, fundamentalmente europeas, van controlando porciones cada vez mayores del
crudo y del gas, se privatizan las industrias y, sobre todo, cediendo a las exigencias del FMI se van
eliminando los subsidios a los productos alimenticios, combustible y se van anulando las medidas de
protección social. Mientras el pueblo se empobrecía y la corrupción y el nepotismo se extendía,
Gaddafi era recibido con gran pompa por los gobiernos europeos convertido en un aliado “un poco
excéntrico”. El estallido de la ira popular tiene pues raíces semejantes a la que ha hecho levantarse
a otros pueblos árabes, cuyos responsables son los gobiernos corruptos que han aplicado las
políticas impuestas por el imperialismo. Pero hay otros elementos. Sobre el caldo de cultivo de la
legítima indignación popular es preciso analizar quién está dirigiendo la oposición. El elemento
político fundamental es la Conferencia Nacional de la Oposición Libia integrada por el Frente
Nacional por la Salvación de Libia (FNSL), fundado en 1981, financiado por la CIA y con oficinas en
Washington, con una organización militar, el Ejército Nacional Libio, y por la Unión Constitucional
Libia, organización monárquica que reclama lealtad al rey Idris. Ambas organizaciones reclamaron
inmediatamente la intervención internacional. Y la “comunidad internacional” está respondiendo.
Las inmensas riquezas derivadas del control absoluto del petróleo y el gas, a los que hasta ahora no
estaba accediendo EE.UU., son sin ninguna duda el objetivo de las “intervenciones humanitarias”,
dirigidas por los mismos que han sido y son los responsables directos de las mayores matanzas y
sufrimientos perpetrados contra los pueblos. Lo primero que votó el Consejo de Seguridad (CS) de la
ONU han sido las sanciones a Libia, las mismas que asolaron al pueblo iraquí antes de la invasión, y
el mismo CS que asistió sin rechistar a las masacres israelíes sobre Gaza y Líbano. Y para que no
quepa duda de lo que se prepara, la evacuación de civiles británicos y alemanes se está realizando
mediante barcos de guerra fuertemente armados, mientras el gigantesco portaaviones USS
Enterprise y la Sexta Flota se encaminan hacia Libia. Por su parte, la OTAN discute la imposición de
una zona de exclusión aérea y el establecimiento de corredores militares desde Egipto y Túnez, los
cuales además de cercar las instalaciones petroleras y de gas pondrían la bota militar sobre las
esperanzas de democracia y soberanía de estos pueblos. Al tiempo que Sarkozy clamaba por
bombardeos selectivos para evitar que Gaddafi ataque a su pueblo con “armas químicas”, Francia y
lahaine.org :: 1
Reino Unido, avanzadilla de las posiciones de EE.UU. en Europa han reconocido ayer al Consejo
Nacional Libio de Transición (CNLT) integrado fundamentalmente por el FNSL y por la UCL que
pretende restaurar la monarquía. Este “gobierno provisional” con sede en Bengasi está así mismo
clamando por una intervención militar de la OTAN. ¿Es legítimo hacer paralelismos entre esta
“oposición” y las revueltas populares en Tunez, Egipto y demás países árabes? ¿Alguien les ha oído
reclamar una intervención militar? Por si hay alguna duda, comprensible en estos tiempos de tanta
mentira mediática, acerca de la petición reiterada del “gobierno provisional” de una intervención
militar informo de algo vivido directamente. Cuando asistía a una reunión preparatoria de una
próxima manifestación en solidaridad con los levantamientos de los pueblos árabes y al exigir que se
explicitara con toda claridad que los convocantes nos oponíamos radicalmente a cualquier
intervención extranjera y exigíamos al gobierno español que no participara en acción alguna de la
OTAN, ni prestara las bases, la representante de Casa Libia dijo que su organización seguía las
directrices del gobierno provisional reclamando una intervención militar y que si la propuesta citada
se aceptaba, ellos no suscribirían el Manifiesto. La propuesta se aceptó. Para cualquiera que se
moleste lo más mínimo en informarse está claro que las organizaciones libias anteriormente son
criaturas de la CIA y/o expresión de una monarquía que debe su existencia al sometimiento al
colonialismo. Nada nuevo, por otra parte; es lo mismo que ocurrió con la oposición iraquí o con los
jefecillos locales que hacen el trabajo sucio y esperan ocupar su lamentable cuota de poder aupados
por las armas del imperio. No me cabe duda de que entre los alzados hay sectores del pueblo libio
que rechazan la intervención extranjera y, que como en otros países árabes, reclaman democracia y
justicia social. Cuando oigamos su voz – aún débil o sepultada por la propaganda – merecerán el
apoyo y la solidaridad que están generando las demás luchas populares árabes,; pero deberán
diferenciarse nítidamente de quiénes no son más que esbirros del imperialismo en Libia. Después de
lo que sabemos, de lo que hemos conocido directamente de su propaganda de guerra como pretextos
inventados para masacrar, deponer gobiernos que no se les someten y asesinar a centenares de
miles de personas, ¿Alguien puede creer que estén vertiendo lágrimas por los sufrimientos de
ningún pueblo y mucho menos que la OTAN, la mayor maquinaria de guerra y de destrucción se
apreste a realizar “intervenciones humanitarias”? Por otra parte, la intervención en Libia serviría
perfectamente como “aviso para navegantes” para los demás pueblos árabes”. Esa y no otra es la
lectura del apoyo de la Liga Árabe a un ataque a Libia: sería el mejor regalo que se les podría hacer
a corruptas petromonarquías que ven sus tronos tambalearse por la ira popular. No puede haber la
menor duda: es al pueblo libio y a los pueblos árabes a quienes corresponde decidir sobre sus
gobiernos en su legítima lucha por la democracia y la soberanía sobre sus recursos, que
inevitablemente les lleva a confrontar con el sionismo y el imperialismo. A nosotros nos toca hacer
todos los esfuerzos posibles por intentar detener los proyectos criminales del imperialismo, a
defender la lucha por la autodeterminación de los pueblos y a impedir que ni un sólo soldado, ni una
sóla base se utiliza para atacar a ningún Estado. Como en Iraq, el problema central no es quién es
Sadam o Gaddafi, sino qué papel juegan los recursos de sus pueblos en los planes de dominación y
expolio de las grandes potencias. Hoy como entonces: ¡No a la guerra imperialista! 11 de marzo de
2011
_______________
http://www.lahaine.org/mundo.php/libia-preparativos-de-guerra
lahaine.org :: 2
Descargar