Historia de España (500-1923)

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LA ESPAÑA PREROMANA
− Íberos >litoral mediterráneo
− Celtas > Europa
− fenicios, griegos y cartaginenses (pueblos colonizadores)
LA ESPAÑA ROMANA (218 A.C.)
• Guerras púnicas (romanos vs. Cartaginenses). Roma llega a la Península.
• Romanización: los pueblos peninsulares aprenden el derecho, la lengua, el arte
LA ESPAÑA VISIGODA (S VI)
− Expansión germánica > fragmentación del Imperio Romano de Occidente y originó en los pueblos
europeos: monarquía electiva, unidad territorial, religiosa y legislativa.
− Surgió un sentimiento nacional en los visigodos.
− Termina con Don Rodrigo, vencido en 711.
LA ESPAÑA MUSULMANA (711)
La invasión de Tarik inicia el dominio musulmán en la Península, que se islamizó casi en su totalidad. Sólo
las zonas montañosas del Norte, mantuvieron su independencia, y algunos nativos (asturianos cántabros y
vascones) y nobles godos se refugiaron en ellas, iniciando grandes reinos medievales (Aragón, Castilla,
Portugal)
Los reinos ibéricos y su acción reconquistadora (1035−1474)
− la Reconquista (XI−XIII). La última zona conquistada fue Granada, en 1492.
− Durante la Reconquista la cristiandad europea resurge. En los dos siglos siguientes, surgen contradicciones
del mundo medieval > España moderna de los Reyes Católicos.
LA CREACIÓN DE UN ESTADO MODERNO Y DE UN IMPERIO UNIVERSAL
− La unión de Castilla y Aragón, la conquista de Granada y la anexión de Navarra son los ritos sucesivos de la
unidad nacional.
− 1580: Felipe II une a sus dominios Portugal > culminación de la hegemonía española, teniendo también en
su poder, en Europa y en América, los dos mayores imperios del mundo.
RRCC> CARLOS I−V> FELIPE II> FELIPE III> FELIPEIV>CARLOSII> FELIPE V>
FERNANDO VI> CARLOS III>CARLOS IV> FERNANDO VII
S XVIII SXIX
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(BORBÓN)
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LOS REYES CATÓLICOS
− Doña Isabel la Católica (treinta años de reinado)
• Unidad de Castilla y Aragón
• Finalización de la Reconquista con la toma de Granada.
• Descubrimiento de América
• Incorporación de España al Renacimiento y Humanismo.
− Unidad de Castilla y Aragón: matrimonio de Isabel y Fernando. Conservaban sus instituciones y se
mantuvieron independientes una de otra hasta el Tratado de Utrecht (1714) .
− Actuaciones políticas de Isabel.
− Implantación del Estado Moderno > fin de los poderes típicamente medievales y centralización del poder en
la monarquía, la cual buscaba asesoramiento en los letrados, de origen burgués. Este proceso era paralelo al
que durante el siglo XV se producía en la mayoría de los reinos europeos.
− Política de unidad religiosa: en 1492 se expulsó a los judíos que no aceptaban el cristianismo.
− Restauró la Inquisición en 1478, autorizada por el papa Sixto II para juzgar a los cristianos que no
aceptaban el cumplimiento estricto de la religión.
LA REVOLUCIÓN DE 1868. EL SEXENIO DEMOCRÁTICO
Llegó por el agotamiento e impopularidad del moderantismo de Isabel II y por la crisis económica.
Causas de la revolución
• Crisis financiera: las inversiones ferroviarias no eran rentables.
• Crisis industrial: la guerra de EEUU paró la exportación de algodón, por lo que su precio aumentó. El
sector algodonero no pudo soportar el alza de precios de la materia prima en un momento en el que se
demandaba mucho algodón.
• Crisis de subsistencia: 1868,provocada por malas cosechas, por lo que los precios también subieron, y
el trigo, principal alimento, empezó a carecer entre la población.
La población tenía motivos para alzarse contra Isabel. En 1866 el Gobierno O'Donnell, que reprimió
duramente una revuelta de los sargentos del cuartel de San Gil, que pedían reformas políticas, fue sustituido
por Narváez o Gonzáles Bravo, éstos no hacían caso al pueblo.
1868: Pacto de Ostende, claramente antiisabelino, se firmó por progresistas y demócratas exiliados, y defendía
que la forma de gobierno fuera decidida pos unas Cortes elegidas por sufragio universal. Más tarde se
adhirieron los unionistas, los cuales aportaron una buena parte de la cúspide del ejército.
La Gloriosa
1868: la escuadra de Topete, en Cádiz, se sublevó contra Isabel II. En muchas ciudades se constituyeron
Juntas Revolucionarias. El gobierno y la Corona se encontraron aislados, pues el movimiento revolucionario
se extendió casi sin resistencias Cuando las tropas fieles al gobierno fueron derrotadas en Alcolea, el gobierno
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dimitió e Isabel II partió en exilio hacia Francia en 1868. La revolución acabó con el moderantismo y destronó
a los Borbones, pero rápidamente se evidenció que esta revolución contenía a se ves diversas revoluciones y la
que se iba a imponer era la de Prim (progresistas) o Serrano (unionistas). Los firmantes del Pacto de Ostende
constituyeron un gobierno provisional.
El Gobierno provisional y la Constitución de 1869
Este gobierno puso en marcha un programa de reformas: libertad de imprenta, derecho de reunión y
asociación y el sufragio universal, reforma de la enseñanza También convocó elecciones a Cortes
constituyentes, por sufragio universal masculino, las cuales dieron victoria a la coalición gubernamental y
crearon tres minorías dentro de las Cortes: carlistas, moderados y republicanos. Claramente democrática, la
Constitución de 1869 proclamaba soberanía nacional e incluía una amplísima declaración de derechos.
El rey era el poder ejecutivo y podía disolver las Cortes, pero sólo ejercía su poder por medio de sus ministros
que elaboraban las leyes en las Cortes y el rey sólo las sancionaba o promulgaba. Se creó un sistema de
oposición al juez.
La política económica
− Reorientación de la política económica, que se caracterizó por la defensa del librecambismo y por la
apertura del mercado español a la entrada del capital extranjero. También fijó la peseta como unidad
monetaria, y Hacienda utilizó parte del patrimonio minero para conseguir recursos, puesto que tenía una
elevada Deuda Pública. La liberación de los intercambios exteriores fue la última gran acción sobre la
economía.
La frustración de los aspirantes populares
El modelo socio−económico continuó intacto, por lo que los campesinos, jornaleros o trabajadores de fábrica
no vieron mejorar su situación.
La penetración de ideas internacionalistas y la expansión del anarquismo y del socialismo abrió una nueva
etapa en la organización del proletariado y del campesinado.
LA MONARQUÍA DE AMADEO DE SABOYA (1870−1873)
Un monarca para un régimen democrático
Amadeo de Saboya consiguió imponer su candidatura, para sustituir a los Borbones y democratizó el papel de
la monarquía. En 1870 fue asesinado el general Prim, y empezó una nueva etapa de monarquía constitucional.
La oposición a la nueva monarquía
Los moderados se opusieron a Amadeo, pues querían restaurar a los Borbones. Obtuvieron el apoyo de la
Iglesia. Cánovas del Castillo fue poco a poco captando a unionistas y progresistas. El monarca atentaba contra
los intereses de Cánovas (abolición de la esclavitud en Cuba, regulación del trabajo infantil, jurados mixtos en
empresas). También Amadeo encontró oposición en los republicanos y de los sectores sociales para los que el
problema consistía en un cambio de sistema social. Los carlistas se encontraban entre los grandes
descontentos, pues Amadeo de Saboya impidió a un sector del carlismo a la insurrección armada.
Una permanente inestabilidad
Los sectores carlistas se volvieron a alzar en armas y crearon una rebelión, que aunque no era un verdadero
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peligro, constituyó un foco permanente de problemas e inestabilidad.
Por otro lado, en Cuba se empezó la Guerra de los diez años, en 1868, que se convirtió en un grave problema
para el Gobierno español.
También se produjeron una serie de insurrecciones de carácter federalista, en las que se combinaban la acción
de los republicanos con las ideas internacionalistas, especialmente de carácter anarquista.
La desintegración de la coalición gubernamental 8unionistas, progresistas y demócratas) condujo a la crisis
final del reinado de Amadeo de Saboya. Se sucedieron en dos años seis gobiernos y en 1873 Amadeo de
Saboya, privado de todo apoyo, renunció al tono.
LA PRIMERA REPÚBLICA ESPAÑOLA
La experiencia de la República federal
Las Cortes sometieron a votación una República, que se aprobó en 1873, pero con graves problemas. Sus
únicos partidarios eran republicanos, representados en el Partido Demócrata Republicano Federal, de
Francisco Pi i Margall. EL federalismo, partidario del laicismo del Estado, de la ampliación de los derechos
democráticos y de la intervención del Estado en la regulación de las condiciones laborales, propugnaba un
sistema de pactos entre los distintos pueblos además de defender la forma republicana de gobierno. Contaban
con el apoyo de la burguesía, y con parte de campesinos y obreros.
Las corporaciones municipales, entusiasmadas con la República, constituyeron juntas revolucionarias. En las
ciudades aparecieron revueltas populares que reclamaban la abolición de los consumos y las quintas.
Se convocaron elecciones a Cortes constituyentes y ganaron los republicanos, colocando una República
federal en el nuevo régimen y redactando un proyecto de Constitución que decía: el poder se reparte entre las
instituciones autónomas y se reconocen quince Estados federales más Cuba y Puerto Rico.
Los problemas de la República
La República había acelerado el conflicto carlista. Algunos éxitos militares de las tropas gubernamentales
impidieron la extensión del movimiento de las ciudades, pero el conflicto siguió hasta 1876. En Cuba, la
guerra continuaba.
Las zonas con fuerte implantación republicana, en muchos casos radicalizada pos las aspiraciones
revolucionarias, se alzó en cantones independientes. Los cantonalistas eran un conglomerado social
compuesto por artesanos, tenderos y asalariados dirigidos por los federales intransigentes.
Pi i Margall dimitió y fue sustituido pos Salmerón, quién inició una acción militar contra el movimiento
cantonal, pero al sentirse incapaz moralmente de firmar las órdenes de ejecución contra algunos cantonalistas,
dimitió, siendo sustituido por Castelar, representantes de la línea más conservadora del republicanismo.
El fin de la experiencia republicana
Castelar no tenía mayoría en las Cortes y suspendió las sesiones parlamentarias y gobernó autoritariamente.
En 1874 Castelar fue derrotado por 120 votos contra 100, y como resultaba inminente la formación de un
gobierno de centro−izquierda, el general Pavía disolvió la fuerza de la Asamblea, pasando el poder a una
coalición de unionistas y progresistas con el general Serrano a la cabeza, quién suspendió el parlamento.
En 1874, el pronunciamiento militar de Martínez Campos proclamaba rey de España a Alfonso XII. En ese
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mismo año, el príncipe Alfonso firmó el Manifiesto de Sandhurst, que imponía un régimen monárquico de
signo conservador y católico, el cuál defendería el orden social, pero garantizaría el funcionamiento del
sistema político liberal.
LOS FUNDAMENTOS DE LA RESTAURACIÓN (1874−1923)
Alfonso XII, fue elegido para la restauración monárquica. La nueva política fue configurada por Antonio
Cánovas del Castillo, que asumiría la regencia hasta que el rey llegara a España en 1875.
Las bases del sistema canovista
Con carácter mentalmente conservador, el sistema político era parlamentario liberal, pero escasamente
democrático. El golpe de Estado fue recibido con gran satisfacción por parte de los conservadores, pues tenían
la esperanza de que la política, la economía y la sociedad volvieran a estabilizarse. Las bases del nuevo
sistema quedaron fijadas en la Constitución de 1876, en la que la familia, la religión y la propiedad fueran
compatibles con los principios democráticos de 1686.
La Constitución establecía la soberanía compartida entre las Cortes y la Corona y reconocía a la Corona como
uno de los pilares del nuevo régimen, otorgándole el derecho de veto, la potestad legislativa compartida con
las Cortes y el nombramiento de ministros. Las Cortes se organizaron en dos cámaras: el Senado y los
Diputados. Se proclamó la confesionalidad católica del Estado y se pagaba a la Iglesia. Las Cortes contaban
con una declaración de derechos de imprenta, expresión, asociación, reunión...
El sistema canovista se apoyaba en la Corona, los partidos dinásticos y el ejército
− La monarquía ejercía en la vida política. El poder era compartido entre dos grandes partidos dinásticos, el
conservador y el liberal. El tercer poder era el ejército, al que se quería alejar de la vida política,
estableciéndose así la supremacía del poder civil sobre el militar.
El fin de los conflictos bélicos
La estabilidad del régimen se vio favorecida con el fin de las guerras carlistas y cubana. Algunos carlistas
acabaron reconociendo a Alfonso XII. En 1876 don Carlos cruzó la frontera francesa hacia el exilio y la
guerra se dio por finalizada en todo el territorio español.
La derrota carlista tuvo como consecuencia la abolición definitiva del régimen foral. Se estipuló un sistema de
conciertos económicos que consistía en un cierto grado de autonomía fiscal.
El final de la guerra carlista permitió el envío de nuevas tropas a Cuba, donde en un par de años se puso fin a
la guerra y en 1878 se firmó la Paz de Zanjón, que incluía una amplia amnistía, la abolición de la esclavitud y
la promesa de reformas políticas y administrativas. El incumplimiento de estas promesas provocó la Guerra
Chiquita en 1879 y la posterior insurrección en 1895.
LA ALTERNANCIA EN EL PODER
El sistema político de la Restauración, fue en realidad, un compendio insuperable entre oligarquía (forma de
gobierno donde son pocos quienes ejercen el poder) y caciquismo (sistema electoral corrupto y manipulador
que no dudaba en comprar votos, falsificar actas y utilizar chantajes sobre el electorado, valiéndose de la
influencia y del poder económico de determinados individuos sobre la sociedad). Su funcionamiento se
basaba en el pacto entre el partido conservador y el liberal, que se turnaban pacíficamente en el poder (turno
pacífico). Las otras piezas civiles eran los caciques, que aseguraban el éxito del partido al que le tocaba ganar
y los gobernadores civiles, los cuáles organizaban las elecciones en las provincias y siguiendo las
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instrucciones del Gobierno indicaban los candidatos a los que se debía votar.
Al enjuiciar el sistema político de la Restauración se ha dicho que le proporcionó al país tranquilidad política
y desarrollo económico. Sin embargo, el régimen político se deslegitimó.
En la Restauración es posible distinguir, al menos, dos fases. La primera discurrió entre 1874 − 1902,
abarcando el reinado de Alfonso XIII, durante la que su madre, la reina Maria Cristina de Habsburgo, se hizo
cargo de la regencia (1885 − 1902). La segunda transcurrió entre 1902 y 1923, es decir, desde la proclamación
de la mayoría de edad de Alfonso XIII (1902), hasta el golpe del general Primo de Rivera en 1923. Durante la
primera fase (1874 − 1902). El sistema político constitucional funcionó satisfactoriamente, destacando las
figuras políticas del conservador Cánovas o del liberal Sagasta. En la segunda ( 1902 −1923 ), incapaz de
superar los agudos problemas a los que tuvo que enfrentarse, el régimen entró en una situación de agotamiento
y crisis a la que puso fin el golpe de Estado anticonstitucional de 1923. en esta fase, políticos como el liberal
Canalejas, o el conservador Maura intentaron infructuosamente revisar o reformar el desacreditado sistema
canovista.
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