Pío XII, la segunda guerra mundial y el holocausto Jos Demon de Vries Wenn sich die Stille nun tief um uns breitet, so laß uns hören jenen vollen Klang der Welt, die unsichtbar sich um uns weitet, all Deiner Kinder hohen Lobgesang. Ahora que el silencio nos rodea cada vez más profundo, déjanos escuchar aquel sonido lleno del mundo, que se extiende de forma invisible alrededor de nosotros, la elevada alabanza de todos Tus hijos „De los poderes benéficos” (Von guten Mächten), 19 de diciembre 1944 Dietrich Bonhoeffer En estos últimos años, periodistas y comunicadores han retomado con cierta vehemencia los debates alrededor del Papa Pío XII que ya fueron abordados por los historiadores en los 50 años anteriores. Estos debates adquirieron renovada actualidad, al menos parcialmente, por el proceso de beatificación del Papa Pacelli, que las autoridades del Vaticano están incentivando. En este breve ensayo quiero comentar algunos datos de la actual discusión histórica y periodística sobre Eugenio Pacelli, el Papa Pío XII, que giran, principalmente, alrededor de su papel frente a la Segunda Guerra Mundial, a los judíos y al holocausto. Aunque este ensayo aporta con una limitada introducción en la complicada discusión del legado histórico del papa Pacelli, que sigue siendo debatido, su principal intención es levantar algunas preguntas alrededor de la posición y la actitud que nos corresponde asumir, como cristianos, y particularmente como historiadores, comunicadores y artistas cristianos, en estos temas de debate. La discusión sobre el Papa Pacelli y su posición frente a los temas mencionados, es importante porque nos advierte de la forma en que los trabajos de investigación influyen en nuestra representación de la realidad. Me concentraré en el papel trascendental de dos grupos que intermedian en esta representación o construcción de la realidad. Primero en el papel de los historiadores a quienes nos hemos acostumbrado delegar el oficio y el encargo más técnico de investigación del pasado. Pero la realidad no se construye tan solo por parte de los historiadores. Por ello resaltaré el papel de otros actores, los representantes de los medios de comunicación, que tienen un papel cada vez más importante en la construcción de lo que solemos definir como nuestra realidad. Habrá que tomar en cuenta que los ‘medios de comunicación’ no se limitan al periodismo clásico, sino que involucran también a representaciones teatrales, cine, medios audiovisuales y electrónicos, permitiendo de esta manera el acceso más cercano de la población a los temas, sin que esto signifique que se garantice la calidad o la idoneidad de lo que se transmite. En la práctica, nos enfrentamos a un nuevo desafío en la comunicación facilitada por el desarrollo vertiginoso de la tecnología digital. Es en este marco de los medios que se discute, de forma renovada, el papel que jugó la Iglesia Católica a través de su Sumo Pontífice en la II Guerra Mundial, y la repercusión de sus acciones para quienes fueron las principales víctimas, entre las que se destaca la población judía. La discusión alrededor este eje particular de la 1 historia nos proporciona una oportunidad de reflexionar sobre la influencia de los medios de comunicación y sobre nuestra vocación y nuestros desafíos como comunicadores cristianos. 1 La ‘leyenda negra’ El 9 de octubre del pasado año, 2008, el Papa Benedicto XVI conmemoró los cincuenta años del fallecimiento del Papa Pío XII, que antecedió a Juan XXIIl y a la convocatoria del Concilio Vaticano II, pronunciándose a favor de su beatificación. Para ser más preciso: fue el papa Pablo VI que inició su causa de beatificación junto con la de su sucesor Juan XXII, pero sólo la de éste último ha prosperado hasta la fecha. Juan XXII fue beatificado en el 2000 por Juan Pablo II junto a otro Papa, el Papa Pío IX, a quien correspondió el pontificado más largo de la historia (de 1846 a 1878). La beatificación de Pío IX produjo conmoción y preocupación en círculos católicos, cristianos y judíos por la férrea oposición que aquel Papa demostró ante las innovaciones y a los nuevos conceptos de la modernidad. La beatificación de Pío XII, Eugenio Pacelli, que ejerció su pontificado desde 1939 hasta 1958, se encuentra, en el momento actual, enfrentando otro obstáculo. Ya, poco después de su muerte, se había desatado una polémica alrededor del papel que desempeñaron este Papa y la Iglesia Católica durante los años del ascenso del nazismo en Alemania, y del fascismo en Italia y España, en la Segunda Guerra Mundial. Pareciera ser, que antes de su fallecimiento había existido cierto consenso sobre el valioso apoyo que la Iglesia Católica, bajo el liderazgo de Pío XII, había brindado a los refugiados judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Renombrados judíos de la guerra y posguerra, como Albert Einstein, la primera ministra de Israel, Golda Meir, y el reconocido teólogo judío, Pinchas Lapide, agradecieron a la Iglesia Católica, y al Papa Pío XII en particular, por su intervención a favor de los judíos, agradecimientos que se repitieron en las conmemoraciones en ocasión de su funeral. Después de su muerte, en los años sesenta, cayó la sombra de la duda sobre la actuación del Papa Pacelli y la Iglesia Católica en relación a las víctimas del racismo de la Segunda Guerra Mundial. Esta desvalorización de la actuación del Papa alcanzó tal dimensión, que en la apertura del nuevo museo del Holocausto Yad Vashem, en Jerusalén, en 2005, los responsables colocaron una inscripción al lado de la foto de Pío XII que lo señala como uno de los culpables del «silencio» y «de la ausencia de líneas directrices» para denunciar el holocausto1. Fuentes e historiadores cercanos al Vaticano atribuyen el descrédito a una ‘leyenda negra’ sobre el Papa Pacelli que comenzó con una obra de teatro sobre Pío XII, ‘El Vicario’, del escritor de Alemania del Este, Rolf Hochhuth, estrenado en 1963, cuyo argumento fue retomado por la película ‘Amén’, en el 2002, por el cineasta Costa (Konstantinos) Gavras. La obra de teatro cuenta la historia del oficial Kurt Gerstein, un convencido protestante y posterior miembro de la Schutzstaffel (SS), que escribió un informe testimonial acerca de la exterminación de los judíos en las cámaras de gas, en que participaba2. Según el Presidente de la Fundación Pave The Way3, Gary Krupp, la obra de Hochuth se apoyó en documentos del Vaticano que fueron manipulados, como parte de un complot secreto de la KGB para desacreditar a la 1 El museo Yad Vashem, Zenit 16-4-07: http://zenit.org/article-23266?l=spanish Un interesante resumen de la historia de Kurt Gerstein se encuentra en la enciclopedia Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Kurt_Gerstein 3 http://www.ptwf.org. 2 2 Santa Sede, tomando como fundamento de su aseveración una reciente entrevista con un anterior alto mando del Servicio Secreto de la Rumania4. No puedo opinar sobre esta aseveración. Lo que sí debo señalar, es que el sacerdote jesuita Riccardo Fontana, del que se sirve el autor Hochuth para introducir a Kurt Gerstein en círculos vaticanos, a los que, en la realidad, ni siquiera llegó a aproximarse, es un personaje enteramente de ficción. Tanto el imaginario sacerdote Fontana como el personaje real de Gerstein aparecen en ‘El Vicario’, como instrumentos de la tesis del autor; es decir, como testigos de cargo contra el Papa Pío XII en los momentos de la persecución nazi contra los judíos. Es entonces lícito argüir, como lo hacen Gary Krupp, Michael Hesemann y la segunda autoridad del Vaticano, el secretario del Estado Cardenal Tarcisio Bertone SDB5, que la obra de Hochuth, y la película de Costa Gavras contribuyeron a difundir una leyenda negra en torno a la actuación del Papa Pacelli, en lo concerniente al holocausto. Recientes publicaciones de historiadores como la del inglés John Cornwell y el judío norteamericano Daniel Jonah Goldhagen, conocido por su controversial historia del holocausto, reforzaron la difusión de esta imagen negativa del Papa como una persona que no supo defender a los judíos, ni a otras víctimas de la guerra, en el momento de su exterminio6. 2 Los ‘nuevos hallazgos’ alrededor Pío XII En algunos nuevos documentos publicados por la mencionada Fundación Pave the Way y del escritor historiador alemán Michael Hesemann se intenta comprobar la preocupación del Papa Pacelli por los judíos, desde los tiempos de la Primera Guerra Mundial, cuando ocupaba el cargo de Secretario de la Congregación para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios. Según Hesemann, quien obtuvo un permiso para investigar en los archivos del Vaticano, el Secretario Pacelli había facilitado la conversación del entonces dirigente del Congreso Sionista Mundial, Nahum Sokolov, con el Papa Benedicto XV en 1917. El Papa se había expresado de forma positiva sobre el anhelo de los judíos para regresar a la Tierra Santa, y hasta había alentado esta propuesta. En el mismo año, Pacelli fue ordenado arzobispo por Benedicto XV y enviado hacia Munich, como Nuncio Apostólico de la parte más sureña y católica de Alemania, Bavaria. Cuando estaba en este cargo había intercedido ante el imperio alemán, aliado de Turquía en la Primera Guerra Mundial, para proteger a los judíos en Jerusalén, que temían padecer la misma suerte de los armenios, de los que un millón y medio fueron exterminados por los Turcos en 1915, ocasionando un verdadero 4 Nuevos documentos prueban la amistad del papa Pío XII hacia los judíos. Reciente descubrimiento de la Pave The Way Foundation; Zenit, 20-02-2009, http://zenit.org/article30260?l=spanish . Newly Discovered Documents Prove Pope Pius XII was a Friend to the Jewish People Before, During and After WWII, http://www.ptwf.org/NewsAndEvents/. Es factible, también, bajar directamente al artículo de TransWorldNews de 2/20/2009, http://www.transworldnews.com/NewsStory.aspx?storyid=77136 ; Ion Mihai Pacepa, Moscow’s Assault on the Vatican, The KGB made corrupting the Church a priority, NRO National Revue, 25-1-2007, http://www.pavethewayfoundation.org/Downloads/Ion%20Mihai%20Pacepa%20on%20Soviet%2 0Union.pdf. 5 Vea: Cardenal T. Bertone publicada por Zenit, 5, 6 y 7 de junio 2007: La leyenda negra contra Pío XII, http://zenit.org/article-23863?l=spanish . Compare: T. Bertone: Llamar a Pío XII el "papa de Hitler" es una mentira y un ultraje, Zenit 14(15) de noviembre 2008 http://zenit.org/article29186?l=spanish 6 Cornwell, John, 2001 (1999 1ª inglésa), El papa de Hitler. La verdadera historia de Pío XII, ed. Planeta; Barcelona. Goldhagen, Daniel J., 2002, A moral reckoning: The Role of the Catholic Church in the Holocaust and Its Unfulfilled Duty of Repair, Alfred A. Knopf; New York, Distributed by Random House. Idem, 1996, Hitler's Willing Executioners: Ordinary Germans and the Holocaust, Alfred A. Knopf; New York. 3 holocausto, que antecedió a este otro que padecieron los judíos en la Segunda Guerra Mundial7. En otra publicación, Hesemann resalta que el recién elegido papa Pío XII participó, de forma audaz, intermediando con los británicos en beneficio de los artífices de una conspiración contra Hitler en 1939, 1940, después de la invasión alemana de Polonia y antes del ataque a Holanda y Bélgica, una conspiración que fue ideada por los más altos oficiales de contrainteligencia alemana. La intermediación fracasó, según Hesemann, por la desconfianza de los ingleses. El mismo círculo de resistencia, según este autor, había intentado conseguir otra intermediación del Papa entre febrero y marzo de 1943, cuando ese realizó dos atentados planeados por el General von Tresckow. Desde la misma red se originó el atentado conocido con el nombre ‘Walkiria’, ejecutado por el coronel Von Stauffenberg en julio 19448. La Fundación Pave the Way que se dedica al diálogo y acercamiento entre las religiones, liderada por el judío Gary Krupp, uno de los pocos judíos condecorados por el Vaticano, aporta con otros documentos en su sitio Web9. Entre ellos se destaca la entrevista a Monseñor Giovanni Ferrofino, anterior emisario de la Santa Sede, bajo las órdenes de monseñor Maurilio Silvani, en Haití de 1939 a 1946, quien da a conocer que la Iglesia Católica había facilitado el escape de judíos desde Portugal por Haití y Santo Domingo por explícitas órdenes del Papa Pacelli. La fundación deduce que pudiesen haber sido hasta 12.000 personas que fueron rescatadas por esta ruta, con el apoyo, sobre todo, del gobierno de la República Dominicana, al mando del dictador Rafael L Trujillo10. 3 Interrogar y revisar las leyendas En septiembre 2008 Pave the Way organizó un congreso sobre el pontificado de Pío XII en Roma, con participación de representantes judíos y católicos, para intercambiar los resultados de la investigación de los recién abiertos archivos del Vaticano hasta el año1939, que incluyen mucha información sobre los turbulentos tiempos que vivió Pacelli, de la que, al parecer, surgieron los mencionados nuevos aportes sobre Pío XII11. Los documentos presentados por esta fundación y Michael Hesemann tienen validez para aclarar la historia de la Iglesia Católica y del Papa Pacelli, pero corren el riesgo de limitarse a la misma racionalidad de los escritos de los autores que sostienen la leyenda negra alrededor el Papa. En este sentido inducen a 7 Hesemannn, M., 2009, Eugenio Pacelli and the Zionists, http://www.pavethewayfoundation.org/Downloads/Eugenio%20Pacelli%20an%20the%20Zionists .pdf. Michael Hesemann, entre periodista e historiador, es el autor de un libro llamado: El papa que desafío a Hitler. La verdad alrededor de Pío XII, publicado en 2008 en alemán y en inglés, y de muchos libros más que intentan comprobar leyendas de la iglesia católica. Es un escritor de best sellers que comenzó su éxito con una revista y publicaciones alrededor los ovnis. Consulte: http://de.wikipedia.org/wiki/Michael_Hesemannn , Christian art gallery: http://members.ebay.com/ws/eBayISAPI.dll?ViewUserPage&userid=christart 8 Hesemannn, M., 2009, High Treason: Pius XII, Stauffenberg and the conspiracy against Hitler, http://www.ptwf.org/Downloads/Pius%20XIIStauffenberg%20and%20_2_.pdf 9 http://www.ptwf.org/NewsAndEvents/, El artículo de TransWorldNews de 2/20/2009 que cité arriba; http://www.transworldnews.com/NewsStory.aspx?storyid=77136. 10 Vídeo de la º : http://www.barhama.com/PAVETHEWA Y/ferrofino.html; Revista italiana Agora, 27-10-08: http://www.ptwf.org/Downloads/Avv.%20News%20Rpt%20Pius.pdf 11 Pave the Way Foundation Announces Symposium on the Papacy of Pope Pius XII: http://www.ptwf.org/Downloads/Press%20Release%20Pius%20XII%20--%20Doyle.pdf; Symposium Pío XII, September 15-17,2008: http://www.youtube.com/user/pavethewayfoundation 4 crear otro mito sobre Pío XII, sobrevalorando su actuación antes y durante la segunda guerra mundial, justificando su falta de condena pública frente al nazismo y el fascismo, tan criticada por sus adversarios, como una necesaria estrategia para poder apoyar a las víctimas y a los oponentes de las fuerzas del eje de Alemania e Italia. Lo que falta en los aportes de Hesemann y de la citada fundación, es una verdadera confrontación con la historiografía existente sobre la Iglesia Católica, la guerra y el holocausto, tomando en cuenta que el debate sobre estos temas es más antiguo y profundo de lo que los citados documentos dejan entrever. Michael Hesemann repite, de forma acrítica, que el aparente silencio y la simulada neutralidad del Papa se transformaron en la mejor cobertura de la más masiva campaña de apoyo y rescate de la historia, en la que se salvaron 850.000 judíos de las cámaras de gas de los nazis12. Como destaca el historiador István Deák13, esta cifra es tomada de una publicación del mencionado teólogo rabino Pinchas Lapide14, y ha sido utilizada por casi todos los autores que defienden al Papa Pío XII de sus críticos, pero carece de un serio sostén en la historiografía. En igual forma podemos cuestionar las cifras de 12.000 judíos, rescatados mediante el enlace Roma, Portugal, Haití, Santo Domingo y Cuba, cifras mencionadas por la Fundación Pave the Waye, fundamentándose en la información proporcionada por el antiguo emisario del pontífice Pacelli, monseñor Giovanni Ferrofino15. No necesitamos, de antemano, dudar de la palabra del monseñor, pero la entrevista a tan sola una persona es una pobre base de sustento para una seria historiografía; se necesitan más testigos y documentos para comprobar la validez de estas aseveraciones. Hesemann resalta los enlaces de los círculos católicos y protestantes16 con el alto mando militar, con personas como el General Lüdwig Beck, uno de los principales generales del ejército alemán (Wehrmacht), que abdicó como protesta a la invasión alemana en Checoslovaquia en 1938, con cabezas del servicio de la contra inteligencia (Abwehr), Admiral Wilhelm Canaris y el Coronel (después mayor General ) Hans Oster, y con los perpetradores de los atentados de 1943 y 1944, como el General Henning von Tresckow y el coronel Claus Schenk Graf von Stauffenberg. Estos altos oficiales, sin embargo, tenían muy poca inspiración cristiana para levantarse contra Hitler y fueron más bien motivados por una visión real de la catástrofe que se originara de la guerra total y el exterminio incentivados por Hitler, como por los ideales conservadores del retorno a la sociedad aristocrática del tiempo de los últimos emperadores alemanes17. El único convencido católico involucrado en la intermediación del Papa Pacelli con aquellos ambientes de conspiración contra Hitler, destacado en el aporte de Hesemann, fue Josef Müller el abogado, co-fundador de la Unión Social Cristiana de Bavaria. 12 Eugenio Pacelli and the Zionists. Deák, István, 2001, Essays on Hitler's Europe, University of Nebraska Press, Ch. 5: Onlookers, The pope, the Nazis and the Jews, 169-184, p. 182. http://books.google.com/books?id=01mCQQZ8YeEC&hl=es 14 Lapide, Pinchas E., 1967, The last three popes and the Jews, Souvenir Pres, London. 15 Entrevista con Giovanni Ferrofino; Revista italiana Agora. 16 “Both, Catholics and Protestants within the highest ranks of the Army were disgusted and ashamed by Hitler’s harassments of the Church, his violations of international law and the brutality of the SS in the occupied Poland”, High Treason, p. 2 17 Revisa, para ello, las entradas de estos nombres en lengua inglés o alemán en la enciclopedia Wikipedia. La excepción en el grupo conectados con los atentados bajo el mando de la Abwehr de Canaris era el conocido teólogo protestante de la ‘Iglesia Confesante’, Dietrich Bonhoeffer y el marido de su hermana Christine, Hans von Dohnanyi; ambos fueron ejecutados por el régimen nazi antes que finalizó la guerra. 13 5 Los contactos del almirante Canaris con los ingleses y la fallida intermediación de la inteligencia alemana, por medio del Vaticano, con los aliados a fines de 1940, fueron ya conocidos en la literatura y hubiese sido más interesante si Hesemann hubiera aclarado al ambiente de la Iglesia Católica en Alemania y sus relaciones con la resistencia. Sabemos que la Iglesia y el episcopado alemán fueron bastante críticos del nazismo y que se preveía el fatal desenlace al que una dictadura bajo su liderazgo podía llegar. Según la investigación de John Cornwall la disciplina impuesta a la Iglesia y a los obispos alemanes por el entonces Secretario del Estado del Vaticano Pacelli en 1932- 1933, para lograr un concordato con el estado alemán fue funesto, en el sentido de suprimir las protestas católicas y de provocar el acatamiento al régimen nazi. En el concordato la Iglesia se comprometió a reservarse de cualquier actividad política, social y juvenil, a cambio de que se le permita celebrar la liturgia y de que el régimen nazi respete la reglamentación del códice legal de la Iglesia de 1917. El concordato fue una espada de doble filo, según Cornwall, porque, si por un lado aseguraba la continuidad de la vida eclesial, por el otro, el costo era silenciar la intervención de la Iglesia a nivel político, y abstenerse de defender a los que no pertenecían a la Iglesia. Es así, que el partido político católico del ‘Centro’ (Zentrum Partei) se vio obligado a retirarse de la escena política por presión del secretario de estado Pacelli y su amigo íntimo Monseñor Ludwig Kaas, la cabeza del partido, después de la fatal intervención de Kaas en la Ley habilitante de 23 de marzo de 1933, que otorgó plenos poderes a Hitler, y la proclamación del Concordato Imperial entre Alemania y el Vaticano de 20 de julio del mismo año18. Sacerdotes y obispos en Alemania protestaron ante el absolutismo y, en menor medida, ante el racismo y antisemitismo, pero fueron obligados a callar y varios sacerdotes y religiosos fueron eliminados sin que la iglesia alzara su voz de protesta, todo en función de salvar el concordato. Si bien es cierto que la Iglesia Católica alemana y sus obispos se conmovieron ante la matanza de 70.000 discapacitados en el programa de eutanasia de los nazis en 1941 y protestaron ante la planeada deportación a los campos de concentración de los últimos dos mil judíos y descendientes de judíos casados con alemanes o alemanas cristianos en 1942, por lo general, se mantuvieron callados en el terreno político para poder mantener su vida eclesial al interior de sociedad alemana. Ya no se atrevieron a protestar ante los excesos inhumanos de los nacional-socialistas, de los que sobresale el exterminio de judíos, gitanos, homosexuales, comunistas y opositores políticos, con excepción de notables grupos e individuos, que por su actuación, se vieron privados del apoyo eclesial19. El historiador Iván Deák20 menciona otros datos que necesitan ser integrados para profundizar en el análisis de la actuación de Pío XII durante la Segunda Guerra, como que el antecesor del Papa Pacelli, Pio XI, tenía previsto publicar una encíclica, preparada por un equipo de la Compañía de Jesús, que condenaba al racismo, pero falleció antes de poder emitirla. La duda que se genera es porqué Pío XII no prosiguió en lo que estaba planeado por publicar por parte de su antecesor. Como los católicos en general en este tiempo, el Papa Pacelli desarrolló un fuerte anticomunismo después de la casi completa eliminación de la Iglesia Católica en Rusia, y se levantó la inquietud por parte de los historiadores que tal vez toleró demasiado tiempo a los nazis por su aversión al comunismo ruso. Se sabe que Pío XII preparó sacerdotes que 18 Ley habilitante de 1933, Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_habilitante_de_1933; Concordato Imperial, Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Concordato_imperial; Ludwig Kaas: http://en.wikipedia.org/wiki/Ludwig_Kaas. Cornwall, Obra citada. 19 Cornwall, Obra Citada. 20 Deak, Obra Citada. 6 provenían del Este de Europa para luego enviarlos de regreso como misioneros en el séquito del ejército alemán; la mayoría de ellos murieron, tanto a manos de los alemanes como de los rusos. Entre los obispos en Italia y Alemania había muy pocos fascistas y nacionalsocialistas convencidos, pero en el Este de Europa estas corrientes fascistas atrajeron mucho más a los católicos y al episcopado católico, tal vez por la marginación a la que eran sometidos en territorios dominados por la Iglesia Ortodoxa. El Papa Pío XII actuó con decisión desde 1943 en Servia y Hungría cuando dictaminó que los obispos de estos países debían ayudar a los judíos que escapaban de los nazis, y lo que no hizo frente al gobierno de Hitler, lo hizo cuando intervino, aunque tardíamente, frente al gobierno húngaro, mayoritariamente católico, en exigir que este detenga la deportación de los judíos hacia los campo de concentración, entre mayo y julio 1944. István Deák destaca la labor de los nuncios apostólicos, los sacerdotes y sobre todo el heroísmo de muchas hermanas religiosas y mujeres católicas laicas en su apoyo al rescate de judíos en el Este de Europa. Por otra parte, el autor se pregunta por qué el Papa Pacelli no intervino ante el genocidio de las poblaciones serbo-ortodoxas, judías y gitanas en Croacia desde 1941, en el que colaboraron religiosos franciscanos y hasta obispos, los últimos por no condenar y detener el odio racial. El Papa, con seguridad, debía haber estado enterado de estos acontecimientos por sus intercambios con sus obispos croatas y los aliados de los nazis alemanes y camisas negras italianas: los dirigentes fascistas croatas de la Ustasha, quienes se consideraban católicos e intentaron fortalecer su enlace con la Iglesia Católica. Las estimaciones del número de victimas de estas matanzas raciales llegan a 72.000 judíos y gitanos, y entre 330.000 y 400.000 serbios, la mayoría miembros de la Iglesia Ortodoxa21. Por último, queda por tratar el tema de las ‘rutas de los pericotes’, o el escape de prominentes dirigentes nazis, dirigentes fascistas de la Ustasha y colaboradores del régimen de Vichy en Francia, a través de Italia, con pasaportes falsos facilitados por círculos de la Iglesia Católica, sin que haya existido una condena a esta práctica por parte de las autoridades del Vaticano. Aunque nunca se comprobó la existencia de la organización Odessa, que habría rescatado a destacados nazis, y que es el tema que trata la novela de suspenso ‘El documento Odessa’ (The Odessa File) del escritor Frederick Forsyth, existen demasiados indicios de la colaboración católica en el escape de los criminales de la Segunda Guerra Mundial, mayoritariamente hacía América Latina. La iglesia no fue la única involucrada en este rescate de nazis; Estados Unidos, por ejemplo, ayudó a que dirigentes y científicos nazis escaparan para evitar que cayeran en las manos de la Rusia Soviética. Los hechos y las razones que posibilitaron estos escapes, entre ellos, los de los más crueles verdugos de la guerra, necesitan de la más precisa aclaración22. 4 Alrededor una interpretación cristiana de la historia Es tan solo, desde el palimpsesto de estas historias y sus detalles, que se puede elaborar una justa evaluación de la actuación de la Iglesia Católica durante la Segunda Guerra, y con ella del liderazgo del Papa Pío XII. Es importante resaltar que nuevos hallazgos de la historiografía pueden ocasionar una interpretación alternativa o re-interpretación de la actuación del papa y de la iglesia católica pero tan solo desde el conjunto de datos históricos ya conocidos. Y estos datos pueden sólo sensibilizar a quienes estén abiertos a aceptar la evidencia de los hechos, y busquen esclarecer su verdadera dimensión. 21 22 Vea: Ustaše, Wikipedia: http://en.wikipedia.org/wiki/Usta%C5%A1e, Cornwall, o.c. Vea: Ratlines, Wikipedia, versión inglesa y español; Cornwall, o.c. 7 Es lógico que la investigación de un historiador, como la de cualquier científico, parta de una comprensión y de hipótesis de la realidad (histórica) que intenta conocer. Pero el avance en la disciplina de la historia, como en cualquier ciencia, no consiste en confirmar lo que ya se sabe de antemano. Son más bien nuevos descubrimientos y fuentes que obligan a ampliar o cambiar la interpretación inicial, porque ya no tienen cabida a la luz de las nuevas evidencias. Investigadores que de antemano saben cómo ha de concluir su ejercicio de búsqueda, en nuestro caso particular, la historia del Papa Pío XII, sea para confirmar la leyenda negra o una leyenda dorada, no están realizando un trabajo serio, ni haciendo investigación científica. La intencionalidad de la disciplina de la historiografía es profundizar y relevar lo que está detrás de los hechos, y los historiadores logran este propósito en descubrir nuevas fuentes como al abrirse nuevas hipótesis e interpretaciones. Estas interpretaciones son acumulativas es decir, son, en su dinámica, como las interpretaciones de las sagradas escrituras-, porque no pueden ser ajenas al cúmulo de materiales e interpretaciones que se conocen de antemano, sobre un tema en particular como el del papel del Papa Pacelli frente al nazismo y el fascismo23. Si volvemos la mirada hacia la batalla mediática que se suscita sobre hechos polémicos como es el caso que nos ocupa, podemos insistir en que un buen periodista debería hacer un esfuerzo comparable al del historiador o la historiadora: explicar desde el más amplio conocimiento de los aportes alrededor del tema que está en juego, relevar y profundizar lo que está atrás de los hechos y abrir otras interpretaciones de las que se consideraron válidas hasta el momento. Aunque el periodista está limitado por espacios y tiempos más cortos, de los que puede beneficiarse un historiador, el trabajo del periodismo no difiere, en su esencia, del que rige a la disciplina de la historiografía y de la metodología que se aplica en ella. Un periodista no debe conformarse con lo que dice la mayoría, ni con lo que dice su propio círculo o ambiente de trabajo, ni obedecer ciegamente a los lineamientos que le proponen las ideologías con las que simpatiza, que sea ella, por sugerir unos ejemplos, liberal, socialista o cristiana. Esto no significa que se quiera desconocer el derecho que cualquier persona o grupo humano tiene para defender su punto de vista, o defender la historia que conoce como verdadera, con la que se siente identificado, tanto a nivel ideológico como emocional. Con ello tan solo se pronuncia que se debe partir del reconocimiento que esta adhesión constituye tanto una luz para el conocimiento de la realidad como una restricción al conocimiento. Cualquier persona o grupo humano tiene todo derecho a defender su punto de vista, con esta limitante que también debería reconocer al derecho de otras personas y otros grupos para defender sus versiones y su verdades, en los conocidos términos de la igualdad y de la libertad de expresión. Si hay una cosa que podemos aprender de la historia del fascismo y del nazismo, es que debemos estar atentos y vigilantes a que no se infrinjan estos elementales derechos: que nunca silenciamos a los que nos rodean, o, para formularlo más bien de forma positiva: que nunca dejemos de escuchar a los demás. Si lo recapitulamos en las palabras del filósofo judío Emanuel Levinas: que estemos siempre abiertos para escuchar al ‘otro’. La pluralidad de perspectivas e interpretaciones sobre nuestra realidad y nuestra historia, es la mejor garantía para no caer en la tentación de sentirnos los dueños de la verdad. Allí reside también el sentido cristiano de la historia humana. Nuestra tarea 23 Una fascinante exposición alrededor la finalidad de la historiografía en el contexto de una aclaración de la finalidad de la narración y de la literatura narrativa se le encuentra en los tres tomos Temps et récit del filósofo Paul Ricoeur, en particular en tomo 1: L’intrigue et le recit historique, Editions de Seuil, Paris, 1983, 1984, 1985. 8 como cristianos, como historiadores y como periodistas cristianos, no es la de legitimar o justificar el papel de la Iglesia en la historia o en la sociedad. La Iglesia no es infalible, es una Iglesia humana, que comete errores, como los cometieron los primeros discípulos, que no comprendieron el sentido de la historia de la vida de Jesús, cuando todo, aparentemente, terminó con su pasión y muerte. La valía de los humanos y de la iglesia, sin embargo, es que son capaces de aprender de sus errores y de cambiar su conducta, bajo la condición que nos mantendremos abiertos para escuchar la Voz de esta ‘Otra Persona’ que es tan diferente de nuestras historias, esta otra que es nuestro Dios. Nuestra misión no consiste en santificar nuestro pasado, sino evaluar y entender lo que ha sido correcto en nuestro accionar y lo que no ha sido así, para poder evitar mayores males en el futuro. Necesitamos convertirnos en mejores personas para, así, construir una mejor iglesia, según la enseñanza y el ejemplo de Jesús. Bajo esta perspectiva cristiana de la historia me parece importante que revisemos el auge que se ha dado a la beatificación y canonización de Santos, desde el pontificado del Papa Juan Pablo II. No es mi intención transmitir el mensaje de que esté en contra de reconocer los méritos y santidad de católicos de los que se ha demostrado su valía, como es el caso de los primeros beatos y santos del tercer mundo que se reconocieron en estas últimas décadas. Tampoco implica que yo opine que no se debe beatificar a la persona sobre la que expusimos, al papa Pío XII. Pero si que nos cuestionamos, de forma general, como católicos, como iglesia, qué queremos comprobar con esta multiplicación de beatificaciones y canonizaciones. Propondría que seamos más modestos en estos temas y menos triunfalistas como iglesia, y con ello más cercanos a los demás. “Jesús no vino para ser servido sino para servir”, y exigió lo mismo de sus seguidores, no lo olvidemos. Es este el papel que nos corresponde como católicos en la actual constelación del mundo como nos correspondió en constelaciones anteriores. En lo que refiere al caso particular de Pío XII, es muy prometedor que se haya logrado una nueva conferencia sobre su legado, en preparación de la visita del Papa Benedicto XVI a Israel, donde se reunirán tanto historiadores críticos, como simpatizantes de su pontificado; judíos y cristianos en un lugar tan simbólico como lo fue el de la anterior conferencia en Roma, el mismo museo del Holocausto Yad Vashem en Jerusalén24. 24 El memorial del holocausto en Jerusalén analizará el papel de Pío XII; Zenit, http://www.zenit.org/article-30419?l=spanish 9