COMENTARIO AUTO XI

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COMENTARIO DE TEXTO: AUTO XI DE “LA CELESTINA”
CELESTINA. Todo este día, señor, he trabajado en tu negocio y he dejado perder otros en
que harto me iba. Muchos tengo quejosos por tenerte a ti contento. Más he dejado de ganar
que piensas. Pero todo vaya en buena hora, pues tan buen recaudo traigo; y óyeme, que en
pocas palabras te lo diré, que soy corta de razón: a Melibea dejo a tu servicio.
CALISTO. ¿Qué es esto que oigo?
CELESTINA. Que es más tuya que de sí misma; más está a tu mandado y querer que de su
padre Pleberio.
CALISTO. Habla corté, madre, no digas tal cosa, que dirán estos mozos que está loca.
Melibea es mi señora, Melibea es mi dios, Melibea es mi vida; yo su cativo, yo su siervo.
SEMPRONIO. Con tu desconfianza, señor, con tu poco preciarte, con tenerte en poco,
hablas esas cosas con que atajas su razón. A todo el mundo turbas diciendo desconciertos.
¿De qué te santiguas? Dale algo por su trabajo; harás mejor, que eso esperan esas
palabras.
CALISTO. Bien has dicho. Madre mía, yo sé cierto que jamás igualará tu trabajo y mi
liviano galardón. En lugar de manto y saya, porque no se dé parte a oficiales, toma esta
cadenilla, ponla al cuello y procede en tu razón y mi alegría.
(............)
CELESTINA. Señor Calisto, para tan flaca vieja como yo, de mucha franqueza usaste. En
pago de la cual [la cadenilla] te restituyo tu salud que iba perdida, tu corazón que te
faltaba, tu seso que se alteraba. Melibea pena por ti más que tú por ella; Melibea te ama y
desea ver; Melibea piensa más horas en tu persona que en la suya; Melibea se llama tuya y
esto tiene por título de libertad y con esto amansa el fuego, que más que a ti la quema.
CALISTO. Mozos, ¿estoy yo aquí? Mozos, ¿oigo yo esto? Mozos, mirad si estoy despierto.
¿Es de día o es de noche? ¡Oh señor Dios, padre celestial, ruégote que esto no sea sueño!
¡Despierto, pues, estoy! Si burlas, señora, de mí por me pagar en palabras, no temas, di
verdad que para lo que tú de mí has recibido, más merecen tus pasos.
CELESTINA. Nunca el corazón lastimado de deseo toma la buena nueva por cierta ni la
mala por dudosa; pero, si burlo o si no, verlo has yendo este noche, según el concierto dejo
con ella, a su casa, en dando el reloj doce, a la hablar por entre las puertas. De cuya boca
sabrás
más por entero mi solicitud y su deseo y
el amor que te tiene y quién lo ha
causado.
Fernando de Rojas: La Celestina
I.E.S. Drago Departamento de Lengua Castellana y literatura
PAUTAS PARA EL COMENTARIO
1.- Tema del texto
2.- Estructura y resumen del texto.
3.- Análisis de contenido:

¿Cómo se presenta Calisto en el texto? ¿Eso es el “amor cortés”? Señalar
algunos caracteres del “amor cortés” en palabras el propio Calisto.

¿Qué elementos de este Auto desencadenan la “primera tragedia” de la obra?
¿En qué momento temporal se desarrolla el Auto?
4.- Análisis formal: actitud de los personajes, el uso del diálogo, recursos
retóricos, etc.

Manifestar la “astucia” de Celestina para sacarle más dinero a Calisto. ¿Con
qué palabras pone “precio” Celestina a su mediación?

Las anáforas de Celestina ¿qué indican?

Las repeticiones anafóricas de Calisto ¿qué señalan respecto a la actitud del
joven enamorado.
5.- Conclusión.
COMENTARIO DE TEXTO
1.- TEMA DEL TEXTO. JUSTIFICACIÓN.
El tema es el anuncio de Celestina a Calisto del acuerdo a que ha llegado la
vieja con Melibea para llevar a cabo una cita entre los dos jóvenes, “en dando
reloj doce, a le hablar por entre las puertas”.
El Auto XI es el momento en que las voluntades de los dos jóvenes, Calisto y
Melibea, se ven recompensados por los buenos oficios de Celestina. Es el remate de
todo lo que se ha ido tramando a lo largo de la obra. Por fin, Celestina le trae a
Calisto la buena nueva de que Melibea no solo accede a tener una cita con el joven
apasionado, sino que además “Melibea te ama y desea ver”.
Ante esta confesión, Calisto no sabe si está despierto o está soñando, no
distingue entre realidad y deseo. A instancias de Sempronio le hace un obsequio a
Celestina, “toma esta cadenilla” -no reconoce el valor de las cosas a causa de su
enajenación-; este obsequio será el detonante de la primera tragedia de la
obra: el asesinato de Celestina.
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2.-ESTRUCTURA DEL TEXTO
Se pueden distinguir tres partes en el texto.
a.- La primera parte: Celestina le confiesa a Calisto el éxito de su mediación, “a
Melibea dejo a tu servicio”.
b.- La segunda parte: Calisto paga los servicios de Celestina, “toma esta
cadenilla”.
c.- La tercera parte: Celestina va más allá de lo que ha dicho anteriormente,
“Melibea te ama”; ante esta nueva situación, Calisto se pone fuera de sí; no se lo
cree y solicita una prueba de ello; la vieja le contesta que la prueba es el “concierto
que dejo con ella” de proponer una cita a medianoche.
A partir de la estructura puedes hacer fácilmente el resumen del
texto. He aquí una posible redacción del mismo:
“Celestina acude a casa de Calisto y le comunica el éxito de su negocio:
ha conseguido convencer a Melibea para que reciba a Calisto. Éste no cree
del todo las palabras de Celestina, pero su criado Sempronio le recuerda
que debe pagar el trabajo de la vieja alcahueta. Calisto le entrega una
valiosa cadena de oro –pero él no es consciente su verdadero valormientras los criados murmuran sobre la parte que les corresponderá del
pago. Celestina agradece la recompensa con falsa modestia y vence la
incredulidad de Calisto emplazándolo a acudir a la cita con Melibea esa
misma noche”.
3.- ANÁLISIS DE CONTENIDO
El texto, dentro del Auto XI, marca un punto de inflexión en la Tragicomedia:
vemos al mismo Calisto del Auto I, repitiendo casi las mismas palabras. En el Auto
I dice: “¿Yo? Melibeo soy y a Melibea adoro y en Melibea creo y a Melibea amo”. Es
un típico rasgo renacentista puesto que equipara a Melibea con Dios, aunque
también está presente la ideología del amor cortés en estas palabras. Se repite en
el Auto XI. “Melibea es mi señora, Melibea es mi dios, Melibea es mi vida”. Da la
impresión de que la obra comienza de nuevo. Pero ya no es así: se han dado pasos
hacia la relación entre los jóvenes, que llevarán a la tragedia.
En efecto, aparece el primer elemento que va a desencadenar la primera
tragedia: la “cadenilla” despierta la codicia de los criados. Pármeno dice:
“¿Cadenilla la llama?... No estima el gasto”. Los ojos de la codicia ven más de lo
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que hay. Los criados empiezan a tramar la forma de apoderarse de lo que ha
recibido Celestina: eso les ofuscará la razón.
Además, y finalmente, el Auto XI se desarrolla durante el día que precede a
la noche de la primera cita de Calisto y Melibea: tras esta primera cita, los
acontecimientos se precipitan en todos los sentidos, las pasiones se desbordan y el
final de la tragedia se avecina.
4.- ANÁLISIS FORMAL. Actitud de los personajes, el uso del diálogo,
recursos retóricos, etc.
El comienzo del fragmento nos presenta, una vez más, la astucia de
Celestina con Calisto; en este caso, hace valer lo que ha trabajado en su negocio,
y por ello, ha dejado de lado otros. Celestina es la vieja astuta, avariciosa, que solo
busca su interés: “más he dejado de ganar que piensas”. Le está poniendo un
precio a su mediación, un alto precio. Pero su astucia le lleva a no exagerar, “pero
todo vaya en buena hora”, porque el señor está muy por encima de las otras clases
sociales... y no es conveniente exagerar no sea que lo vaya a perder todo.
El diálogo, al comienzo del fragmento, es rápido, ágil y vivo, y así se
suceden las intervenciones con rapidez: existe un deseo por parte de Celestina y
Calisto de llevar lo antes posible a buen término lo que ambos pretenden, aunque
sean fines muy distintos e intenciones muy diversas.
Calisto, de entrada, no se cree lo que dice Celestina: ”Habla cortés, madre,
no digas tal cosa, que dirán estos mozos que estás loca”. Y a continuación hace a
declaración de “amor loco”: “Melibea es mi señora, Melibea es mi dios, Melibea es
mi vida”. Bellísima construcción asindética, para expresar rápida y concisamente lo
que supone Melibea en su vida. Y frente a esa declaración ante la persona de
Melibea, Calisto expresa como se siente él ante la joven: “yo su cativo, yo su
siervo”, clara referencia de amor cortés.
En estos párrafos está recogido el doble aspecto que se manifiesta a lo largo
de toda la obra: la dimensión renacentista, en la que se resalta la individualidad del
personaje y coloca a Melibea como su “dios” señalando un cambio sustancial con la
época anterior; la dimensión medieval, en la que aparece que si Melibea es “dios”,
Calisto no puede ser más que “siervo”, como típica concepción cristiana en que los
hombres son “siervos y esclavos de Dios, que es el Señor”.
La intervención de Sempronio pone el contrapunto material a la dos
intervenciones de Celestina y Calisto. De nuevo, la contraposición de estratos
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sociales: el estrato social superior, el de los señores, se mueve en el ámbito
de los intelectual, del amor considerado en sí mismo, puro y excelso, aunque tenga
consecuencias trágicas para ellos; el estrato social inferior, el de los criados,
contrapunto al anterior, se mueve en el ámbito estrictamente material, de puro
interés, “dale algo por su trabajo”.
El esquema anafórico es usado de nuevo por Fernando de Rojas:
compruébalo.
También el diálogo entre Celestina y Calisto se mueve dentro de un
lenguaje de nivel superior. Así lo constatamos con el uso de las anáforas siguientes:
Melibea pena por ti
Melibea te ama y desea ver
Melibea piensa más horas en tu persona que en la suya
Melibea se llama tuya...
El autor Rojas pretende con estas expresiones anafóricas “realzar la pasión
de Melibea” por Calisto, al mismo tiempo que con esas formas verbales que usa va
dando una gradación a esa pasión hasta perder su propia personalidad en la
persona del amado, que es la más excelente forma de amar.
El lenguaje de Celestina está en consonancia con el interlocutor que tiene
delante, Calisto. Por ello emplea la metáfora del “fuego”: “esto amansa el fuego,
que más
que a ti le quema”. El amor,
la pasión amorosa, ha estado
tradicionalmente comparada con el “fuego”. Es una metáfora manida y muy usada,
pero eficazmente expresiva: por ello la utiliza Celestina.
Calisto le contesta también con una serie de expresiones anafóricas como:
Mozos, ¿estoy yo aquí?
Mozos, ¿oigo yo esto?
Mozos, ¡mirad si estoy despierto!
Estas expresiones de Calisto indican su estado de ánimo ante las nuevas
que le ha traído la vieja: Calisto está fuera de sí, está enajenado, está alucinado, no
distingue la realidad del sueño. Por eso, se dirige a Dios pidiéndole que no sea un
sueño.
Calisto ve cerca la culminación de sus deseos. Ante esta circunstancia, está
dispuesto a todo: a pagar a Celestina lo que quiera, a pagar a sus criados. Más
adelante, en la obra, veremos a qué esta dispuesto en los tres encuentros con
Melibea.
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5.- CONCLUSIÓN
 Para cerrar el comentario conviene recapitular lo dicho y poner en relación
el texto con la obra, el autor que lo escribió, la corriente cultural y la época en la
que está escrito el texto.
Adaptación del comentario por el Departamento de Lengua del IES Drago a
partir de
http://iris.cnice.mecd.es/fomentolectura/recursos/bibliovirtual/comentarios/index.php?vares
tatica=biblio
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