TEMA8- EL ARTE ROMÁNICO COMO PRIMERA DEFINICIÓN DE OCCIDENTE. CARACTERÍSTICAS GENERALES. ARQUITECTURA EN ESPAÑA: EL CAMINO DE SANTIAGO (SANTIAGO DE COMPOSTELA Y SAN MARTÍN DE FRÓMISTA). ESCULTURA: PORTADAS (SAN ISIDORO DE LEÓN, PÓRTICO DE LA GLORIA DE SANTIAGO DE COMPOSTELA) Y CLAUSTROS (SANTO DOMINGO DE SILOS). LA PINTURA MURAL ROMÁNICA (TAHULL, SAN ISIDORO DE LEÓN Y SANTA CRUZ DE MADERUELO). Introducción El Arte Románico nace en Europa Occidental y Central en torno a fines del siglo X y perdura durante los siglos XI, XII. Es decir, durante la Plena Edad Media. Se trata de una época de recuperación demográfica y económica de la sociedad europea tras la larga crisis y decadencia de la Epoca Altomedieval. Frente a la diversidad y fragmentación política y cultural del Prerrománico, el Románico significa otra vez una vuelta a la unidad cultural y artística en toda Europa Occidental. El arte se convierte en un lenguaje universal de imágenes y símbolos que se reconocen y entienden en todo el Occidente Cristiano. Eso no significa que no existan escuelas europeas con sus diferentes variedades que, a veces están basadas en el sustrato prerrománico. Los factores que favorecen esta nueva unidad artística y cultural y que, por tanto, van a contribuir a difundir el Románico, son: La recuperación del Papado y de la autoridad de la Iglesia como elemento unificador, tras el pontificado de Hildebrando en el siglo XI (GregorioVII). El desarrollo de la Orden de Cluny y la expansión de sus monasterios por buena parte de Europa Occidental. La importancia de las rutas comerciales europeas, vinculadas a los caminos de peregrinación (especialmente el Camino de Santiago). La estructuración de sistemas de poder monárquico más firmes combinados con el desarrollo del Feudalismo. Las actividades de cuadrillas de canteros, escultores y pintores que trabajan de forma itinerante en diferentes iglesias. No sabemos en qué zona de Europa nació el Arte Románico, más bien, lo que ocurrió es que los distintos núcleos prerrománicos se influyeron mucho entre sí hasta dar lugar a un estilo artístico más o menos uniforme al que denominamos Románico. No obstante, algunas zonas desarrollan precozmente muestras muy antiguas a las que consideramos como románicas: así le ocurre a Cataluña (por ejemplo San Pedro de Roda), Lombardía, el Centro de Francia, la Alemania Renana ). Algunas zonas recibieron la influencia de otras de una manera muy clara, así por ejemplo, Castilla recibió una fuerte influencia del Románico del Sur de Francia a través del Camino de Santiago, casi podemos decir que Castilla importa el Románico Francés en el siglo XI, y éste va sustituyendo al Arte Mozárabe. Características Generales de la Arquitectura Románica La arquitectura románica se desarrolla tanto en edificios civiles (castillos, palacios, murallas, puentes), como en los religiosos. Sin embargo, es en estos últimos donde consigue desarrollar plenamente su personalidad. Aunque tenemos grandes catedrales románicas vinculadas a los primeros núcleos urbanos medievales (los denominados burgos, como por ejemplo Santiago de Compostela), buena parte de las iglesias románicas conservadas no son otra cosa que pequeñas parroquias rurales que surgieron en conexión con los procesos de repoblación del Occidente Cristiano. Por otro lado, el tipo de construcción más genuinamente vinculado al Arte Románico es el monasterio, y especialmente los grandes monasterios de la Orden de Cluny. Materiales: el Románico utiliza con cierta preferencia los sillares de piedra. Uno de los materiales más utilizados es la piedra caliza (especialmente adaptada a la realización de relieves y adornos). Más raramente se realizan sillarejos (muy habituales en el Románico Catalán). También se utilizan muros de mampostería, de ladrillo (San Sernin de Tolouse, San Ambrosio de Milán) e incluso de mármol (San Miniato del Monte, Catedral de Pisa). La elaboración de sillares decorados está vinculada a la labor de las cuadrillas de canteros itinerantes. La Planta de Monasterio: El monasterio románico es una especie de microcosmos, un universo económico, social y simbólico cerrado en torno a un patio central llamado claustro y rodeado por una muralla. En torno al claustro, lugar en el que meditan los monjes, se organizan los diferentes edificios del monasterio: la iglesia (1), la sala capitular (estancia noble en la que la comunidad de monjes dirigidos por el abad toman decisiones importantes y de gobierno para la vida del monasterio) (4), el refectorio o comedor (5), la cilla o conjunto de almacenes, cuadras, etc.(18), los dormitorios de los monjes (12, 13), otro tipo de dependencias relacionadas con labores del campo y artesanales (11, 16, 17), el scriptorium o lugar donde se copian a mano legajos y códices, etc. En España se conservan muchos monasterios como por ejemplo: Poblet. En Burgos podemos destacar el Monasterio Cisterciense de Las Huelgas. Planta de iglesia románica: existe una gran variedad de plantas en el Románico, pero la más habitual es la planta de cruz latina con el presbiterio orientado hacia el este, y con un número impar de naves (una, tres o cinco), la central más alta y ancha que las laterales. Además de las naves longitudinales, suele haber un crucero o transepto, nave transversal cercana al presbiterio aunque a veces también tiene tres naves y es bastante alargada (por ejemplo en Santiago de Compostela), Normalmente el crucero se marca en planta (Santiago de Compostela, San Isidoro de León), aunque no faltan ejemplos en que no lo hace (San Martín de Frómista, Catedral de Jaca). Los ábsides son semicirculares, y cuando hay tres naves, a veces se corresponden con ellas en altura y anchura (por ejemplo, en Frómista, Jaca, etc.), también hay ábsides en los brazos del transepto a los que llamamos absidiolos (por ejemplo en Santiago de Compostela). Un tipo específico de planta es el de las llamadas “iglesias de peregrinación”, con girola o deambulatorio tras el presbiterio y absidiolos que se abren a la girola. Este tipo de plantas casi siempre se da en iglesias de gran tamaño, y la multiplicidad de capillas debe tener distintas utilidades como exponer reliquias diferentes y que los romeros o peregrinos puedan adorarlas sin interrumpir otros servicios religiosos. No obstante, también proporcionan un valor estético a los edificios. Se llaman iglesias de “peregrinación”, pues muchos ejemplares se encuentran a lo largo del Camino de Santiago (Santiago de Compostela, San Sernin de Tolouse, Santa Fé de Conques, etc.), aunque también aparecen en relación con grandes iglesias monasteriales como Cluny III. En la fachada occidental de las iglesias se sitúa un cuerpo abierto a la nave central por una puerta, al que llamamos endonártex, galileo o westwerk, y que da lugar, a veces, a un porche anterior a la iglesia. Este porche occidental tiene diferentes funciones, quizá haya servido en algún caso para los catecúmenos, pero también tiene una función estética al conformar paulatinamente una especie de fachada o entrada monumental opuesta al presbiterio. La iglesia tiene una o varias torres que se sitúan en diferentes lugares de la misma, pero sólo en algunos casos se desarrolla la fachada occidental “canónica”, con dos torres idénticas que enmarcan esta fachada monumental (así la encontramos en Santiago) Alzado: como ya hemos dicho, la nave central es más alta que las laterales, aunque no sobresale mucho más. A veces, sobre las naves laterales se sitúan las tribunas que pueden llegar hasta la altura de la nave central, de modo que no hay clerestorio (así ocurre en Santiago) o bien tienen un pequeño nivel de clerestorio por encima. También puede ocurrir que las naves laterales lleguen hasta la misma altura que la nave central aunque no tengan tribunas (por ejemplo en Frómista). En todo caso, la nave central nunca sobresale demasiado. Las torres se yerguen sobre el perfil de la iglesia, y sobre el crucero se puede situar una torre-cimborrio (Santiago tiene un cimborrio gótico sobre el antiguo cimborrio románico, también tenemos cimborrio en Frómista, Saint Sernin de Tolouse, Santa Fe de Conques, etc.) Elementos Formales: Elementos sustentantes: al igual que los romanos, en el Románico se construyen muros de doble fila de sillares a soga con relleno intermedio. Los muros románicos son extraordinariamente gruesos y suelen estar reforzados por contrafuertes. Los muros se articulan, así en planos de profundidad con vanos abocinados, arcos ciegos y columnas adosadas, adquiriendo un efecto estético y ornamental muy desarrollado. Muy pocas veces se utiliza la columna exenta (sobre todo en los claustros como ocurre en Santo Domingo de Silos), lo normal es la utilización del pilar que es el elemento sustentante más característico del Románico. El pilar románico suele ser de planta cruciforme con columnas adosadas. La complicación de las columnas adosadas se va haciendo cada vez mayor a medida que avanza el tiempo y que las bóvedas también se van complicando. Las columnas adosadas no guardan en absoluto las proporciones clásicas, sino que su longitud varía según las necesidades constructivas y ornamentales. Estas columnas se decoran con basa, fuste (a veces helicoidal o con relieves) y capitel. Los capiteles son muy variados (motivos vegetales, historiados, bestiarios, etc.). Los capiteles historiados experimentan un enorme desarrollo en el Románico como ocurre en Silos. Elementos sustentados: La Aquitectura Románica es fundamentalmente abovedada. Los arcos más habituales del Románico son los de medio punto, (a veces ligeramente peraltados como en Santiago o San Isidoro), aunque a partir del siglo XII encontramos también arcos apuntados e incluso arcos polilobulados en España (por ejemplo, en el crucero de San Isidoro). Los arcos reciben diferentes nombres dependiendo de dónde estén situados dentro de la iglesia: formeros (paralelos a las naves), fajones o perpiaños (perpendiculares a las naves), torales (enmarcando el crucero). Aunque en los ejemplos más tempranos del siglo XI es habitual la cubierta adintelada de madera, lo típico del Románico es el extraordinario desarrollo de la bóveda. La construcción de bóvedas era un procedimiento complejo y muy caro, pero necesario para evitar los frecuentes incendios que se producían en las cubiertas de madera. Los tipos de bóvedas más habituales suelen corresponder con zonas diferentes de la planta de la iglesia: bóveda de cañón reforzada con arcos fajones (nave central y de crucero), cúpula hemiesférica a menudo ciega aunque también con nivel de clerestorio y descansando sobre trompas más que sobre pechinas (crucero), bóveda de horno (ábside y absidiolos), bóveda de arista (naves laterales, tribunas, girola), bóveda de cuarto de circunferencia (tribunas), bóveda de crucería (aparece a fines del Románico, pues es más propia del Gótico). Decoración: la decoración románica combina la escultura y la pintura al fresco. La escultura se concentra más bien en el exterior (especialmente en las portadas), mientras que el interior está dominado por la pintura y las más pequeñas muestras escultóricas de los capiteles. Otro de los lugares en los que se concentra la labor escultórica de los capiteles es el claustro. Lo estructural y lo decorativo se entremezclan. Todos los elementos estructurales románicos (pilares, columnas adosadas, arcos, nervios, etc) combinan la solidez arquitectónica con lo decorativo. La propia articulación de los muros en planos y el abocinamiento de los vanos tiene un sentido constructivo y estético muy desarrollado. Destaca la decoración de los vanos abocinados, especialmente de las portadas, pero también de las ventanas. Valoración Estética: en el Románico existe cierto equilibrio entre exterior y interior. Exterior: se caracteriza por el escalonamiento de volúmenes rotundos, da una gran sensación de solidez, pesadez y dominio de la masa sobre el vano (los vanos suelen ser muy pequeños). También se aprecia un dominio de las líneas horizontales. Hay una articulación de los muros en planos de profundidad lo cual les dota de una plasticidad muy especial. El esbozo de desarrollo de fachada occidental, a veces canónica parece enfocar la atención hacia ella, aunque también es muy atractivo el escalonamiento de volúmenes en el ábside. La concentración de los elementos decorativos y simbólicos se da en torno a las portadas, cosa lógica dada su función de catequesis. Interior: la iglesia románica se caracteriza por un aumento de la sensación de compartimentación espacial frente a la arquitectura paleocristiana, bizantina y prerrománica, a ello contribuyen los gruesos pilares cruciformes que separan las naves y fragmentan el espacio interno. También hay una sensación de oscuridad y recogimiento favorecida por la oscuridad. La oscuridad viene dada por la pequeñez de los vanos y la iluminación, a veces indirecta, de la nave central. Seguramente los interiores se iluminaban con antorchas y éstas contribuían a crear un extraño efecto en las pinturas al fresco. Todo ello daría una sensación de espacio divino ajeno a este mundo (esta sensación se acentuaría en los oficios sensorialmente: incienso, Canto Gregoriano, etc.) Funcionalidad y simbolismo: la iglesia es el lugar en el que se representa el misterio de la eucaristía, pero, en el caso del Románico tiene también una función de catequesis para los cristianos. Las portadas y decoración del templo representan los principales misterios de la religión cristiana mediante imágenes; motivos iconográficos convencionales, directos y de gran expresividad. Todo ello favorece la enseñanza y recreación de la religión a una población analfabeta. El edificio tiene además un carácter simbólico. Es la representación de la propia iglesia mística en piedra, la Jerusalén celeste, el Reino de Dios en la Tierra. Este simbolismo tiende a perpetuar el orden social y político feudal rígido e inamovible como reflejo de un orden divino también inmutable. En este sentido, la iglesia tiene una función religiosa y política. Por otro lado las grandes catedrales sirven para mostrar el orgullo y riqueza de las ciudades emergentes (aunque esto será más propio del Arte Gótico) y los monasterios el poder de la Orden de Cluny. España El Románico penetró en España en el siglo XI terminando con las pervivencias del Arte Asturiano y del Arte Mozárabe o de la Repoblación. El Arte Románico Francés penetra en Castilla de la mano de la Orden de Cluny y de los reyes Sancho el Mayor de Navarra y Alfonso VI de Castilla, que intentan imponer el Rito Romano sobre el rito autóctono mozárabe. Hay que mencionar cómo en el siglo X en Cataluña ya se habían construido algunos edificios que pueden ser considerados protorrománicos. En estos edificios del siglo X la bóveda de piedra se limita a la cabecera, mientras las naves están cubiertas por madera. A principios del siglo XI en estos ejemplares de Cataluña, la nave se cubre con bóvedas de cañón sin arcos fajones que suelen sostenerse sobre pilar cuadrado simple sin más decoración. Así se aprecia en el Monasterio de Ripio. En el resto de la Península la influencia francesa penetra decididamente durante la segunda mitad del siglo XI, de la mano de la Orden de Cluny y de las iglesias construidas a lo largo del Camino de Santiago. Entre éstas tenemos que citar la Catedral de Jaca. Muy relacionada con ella tenemos San Martín de Frómista (1080-1095): Iglesia de planta similar a la de Jaca: tres naves con crucero que no se marca en planta y tres ábsides que se relacionan con las naves en anchura y altura. Las naves laterales llegan casi hasta la altura de la nave central, de manera que no hay nivel de clerestorio. Sobre el crucero se eleva un airoso cimborrio. En Frómista se aprecia la influencia de Jaca, especialmente en la decoración de ajedrezado y en el tema del Crismón. Frómista sufrió en el siglo XIX una restauración exagerada que transformó algunas características originales del templo. Santiago de Compostela fue iniciada en 1075 por el presbiterio. El edificio está construido sobre un desnivel de manera que los pies del templo se elevan sobre la Plaza del Obradoiro gracias a una cripta. En 1103 ya se había construido el crucero y la Puerta de Platerías y en 1130 ya se había concluido lo más importante del templo. Sus primeros autores fueron Bernardo el "maestro admirable" y el Maestro Roberto, posteriormente trabajó el Maestro Esteban. La planta está muy influida por Saint Sernin de Tolouse. Se trata de un gran templo de tres naves, crucero larguísimo también de tres naves, girola con cinco capillas absidiales (cuadrada, semicirculares y poligonales) y cuatro absidiolos en el crucero. La nave central está cubierta con una bóveda de cañón sobre arcos peraltados. Las bóvedas laterales se cubren con bóveda de arista. Sobre ésta se sitúan las tribunas cubiertas con bóveda de cuarto de círculo. Las tribunas rodean la girola e impiden la iluminación directa de la nave central, como en San Saturnino de Tolouse. La fachada occidental canónica enmarcada por dos torres se asemeja en cambio a la de San Esteban de Caen. En esta última parte del templo trabajó el famoso Maestro Mateo. Características Generales de la Escultura Románica. La escultura es una de las muestras más genuinas del Arte Románico, especialmente la escultura en piedra asociada a la arquitectura. Sin embargo, tampoco hay que desdeñar la escultura exenta realizada en madera o en otros materiales. Materiales y técnicas: la mayor parte de la escultura se encuentra asociada a la arquitectura. En este caso comparte el mismo material de construcción que ésta: especialmente la piedra caliza, aunque no falta el mármol y otro materiales. Los escultores son, con frecuencia los canteros más hábiles de las cuadrillas que construyen los edificios, de ahí que las esculturas se tallen a golpes de cincel en los propios bloques de construcción. Aunque hoy en día vemos las esculturas románicas sin color, originalmente se pintaban. En el caso de las esculturas exentas, éstas están hechas en madera policromada, orfebrería, esmalte o marfil, y suelen ser de pequeño tamaño. Soporte: ya hemos dicho que aunque hay escultura de madera exenta, la escultura en piedra suele formar parte de los templos. Es más, podemos decir que la escultura románica es esclava de la arquitectura. Los lugares en los que se concentra la escultura románica son las portadas, los canecillos y los capiteles. Las portadas románicas son las verdaderas protagonistas de la representación escultórica románica como podemos ver en San Isidoro de León o Compostela. En los claustros también se produce cierta concentración escultórica como ocurre en Silos. Temática: los temas son fundamentalmente religiosos y aparecen asociados a lugares concretos de la iglesia. Así, en las portadas se centran los conjuntos escultóricos más importantes y en ellos dominan los temas del Apocalipsis: la visión apocalíptica de Cristo en majestad y el Juicio Final. La manera de representar estos temas es convencional y repetitiva. Dios aparece representado como pantócrator sentado y bendiciendo al mundo y rodeado de una mandorla mística, a su lado se encuentra el tetramorfos (los cuatro evangelistas y sus símbolos), ancianos músicos, ángeles con los símbolos de la pasión, santos y profetas, distribuidos por el tímpano arquivoltas y jambas de la portada según reglas y convenciones bastante rígidas. En los capiteles de los claustros se dan a veces temas con una gran carga simbólica (animales fantásticos provenientes de los bestiarios que representan virtudes o defectos humanos), otras veces se dan temas bíblicos o puramente vegetales, imitación de capiteles clásicos, etc. En esculturas exentas de madera destaca la representación convencional de la virgen-trono de Dios, en la que la virgen, sentada sobre un trono, es a la vez el trono de su hijo, que aparece representado como niño pero con actitud de adulto, bendiciendo. Otro tema muy importante en escultura exenta en madera es el crucificado, Cristo en Majestad o Maiestas Domini, nuevamente es una representación convencional y simbólica de Cristo en la cruz, vivo, vestido (con túnica o faldellín) y clavado con cuatro clavos. No sufre por la crucifixión, sino que aparece triunfando sobre la muerte. Elementos formales: formalmente, las imágenes románicas se asemejan a los iconos bizantinos, y comparten con ellos muchas características: desproporción, antinaturalismo, convencionalismo, hieratismo, rigidez, gestos y posturas estereotipadas, frontalidad, ausencia de volumen y de espacio real, composiciones simétricas, perspectiva jerárquica, perspectiva torcida y adaptación al marco. Valoración estética: la escultura románica encaja en los principios fundamentales de la escultura y la imagen altomedieval. Representa realidades trascendentes y religiosas que no son de este mundo, y este carácter está fielmente transmitido por el antinaturalismo de las representaciones. Así es lógico que se represente de forma onírica y no naturalista una “visión”, como la del Apocalipsis de San Juan. La escultura románica tiene un importante valor narrativo, sin embargo, pocas veces cuenta una historia serial, más bien concentra la información en una sola imagen de forma sintética y clara para el espectador.. Funcionalidad y simbolismo: una de las funciones esenciales de la escultura románica es la de la catequesis, es decir, la enseñanza de los principios del cristianismo de una manera efectiva y directa a un pueblo mayoritariamente analfabeto. Para ello recurre a imágenes de un gran efectismo y expresividad. El mensaje que transmite es el de que Dios es un personaje lejano y justiciero que nos observa desde su altura y que nos juzgará sin piedad el último día. Este mensaje atemoriza evidentemente a los cristianos ante el poder de Dios, pero también lanza un mensaje político y es el del poder de la Iglesia y el de la inmutabilidad del orden divino y, por tanto, del orden humano, reflejo de aquél. Es, por tanto, un arte al servicio del poder político y religioso. Escultura Románica en España Como ocurre con la arquitectura, la escultura románica en España durante la segunda mitad del siglo XI muestra una fuerte influencia francesa, especialmente de Tolouse. La influencia francesa se aprecia en las Iglesias del Camino de Santiago realizadas entre fines del siglo XI y principios del XII. Así, tenemos las portadas de San Isidoro de León. De fines del siglo XI que muestran algunas similitudes con Tolouse, y también se relacionan con la Puerta de las Platerías de Santiago de Compostela (1103). Las dos Portadas de San Isidoro son: La Portada del Perdón que representa el descendimiento de la cruz, las tres Marías y la ascensión de Cristo a los cielos. La Portada del Cordero representa el Sacrificio de Isaac. Por su parte, la Portada de Platerías de Santiago de Compostela tiene dos tímpanos. En uno representa la Adoración de los Magos y escenas de la Pasión de Cristo y mientras que en la otra aparece Cristo tentado por diablos así como el castigo de la Adúltera, etc. También es muy interesante la representación del Rey David y la Creación de Adán en las jambas. De todos modos, la principal joya de este primer románico castellano del siglo XI es el Claustro del Monasterio de Silos: en él debemos destacar los característicos capiteles construidos en base a módulos geométricos (paralelepípedo más tronco de cono invertido), quizá fruto de la influencia musulmana, y sobre todo los Machones angulares del primer maestro de Silos que se datan entre 1085-1100. Nuevamente vemos presente la influencia de Tolouse, especialmente en las características piernas cruzadas (indicación de movimiento) y las incisiones dobles para los pliegues. Los temas presentes en estos machones son el Descendimiento de la Cruz, la Resurrección, los Discípulos de Emaus y la Duda de Santo Tomás. Estas esculturas del siglo XI muestran un alto grado de ingenuidad y primitivismo. Las figuras humanas son marcadamente desproporcionadas, los rostros y ropajes son esquemáticos y convencionales, y las escenas se ajustan al marco de los tímpanos. Toas las escenas tienen un claro sentido narrativo y descuidan los aspectos formales. En alguno casos vemos que en un mismo tímpano trabajan escultores muy diferentes. Escultura Románica de la segunda mitad del siglo XII, el naturalismo se acentúa en este último período y las esculturas muestran una comunicación creciente entre sí, un elaborado trabajo de paños y una atención por los detalles que preludia la escultura Gótica. Este nuevo estilo lo encontramos en el llamado “Segundo Maestro de Silos” en el relieve de la Anunciación del citado claustro. También en el pantócrator de Santiago de Carrión de los Condes, en San Vicente de Ávila o en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo. Sin embargo, la obra más impresionante de esta etapa se realizó en Galicia.. Entre 1168 y 1188 el Maestro Mateo realizó el Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela. En él se representa la visión apocalíptica de Cristo en Majestad. En el tímpano, un enorme Pantócrator bendice a los fieles rodeado del Tetramorfos y de los ángeles que portan los símbolos de la Pasión. En la arquivolta se sitúan los ancianos músicos, mientras en las jambas se encuentran los profetas y apóstoles. En el parteluz hay una escultura del propio Santiago. Si comparamos los ejemplos de San Isidoro, Platerías y Silos con el Pórtico de la Gloria observamos la evolución de la escultura románica entre los siglos XIXII. De figuras desproporcionadas se pasa a un creciente interés por la proporción. Del bajorrelieve se tiende al altorrelieve, las esculturas parece que se van “despegando” de su soporte De una concepción esquemática de la representación, con una gran economía de trazos, se pasa a un creciente cuidado por los detalles, especialmente en lo que se refiere al tratamiento más naturalista de los pliegues de la ropa, el pelo, etc. De una expresión hierática del rostro se pasa a un incipiente naturalismo, la expresión se dulcifica acercándose a los modelos que caracterizarán el Gótico. De un aislamiento psicológico entre los personajes se pasa a un intento de comunicarlos con la mirada, expresión, etc. LA PINTURA ROMÁNICA La pintura románica ha permanecido durante mucho tiempo postergada frente a la escultura, pero esto se debe a los pocos casos en que se ha conservado dicha pintura, pues la norma era que el interior de los edificios románicos estuviera cubierto con pinturas al fresco. También es importante la pintura sobre tabla. Materiales y Técnica: pintura al fresco sobre muro y pintura al temple sobre tabla. Soporte: Las pinturas románicas se sitúan en el interior del templo, en paredes y bóvedas, conforme a un plan organizado. Dado que los distintos espacios interiores están jerarquizados en base a su importancia simbólica, lo mismo ocurre con la pintura. Así el espacio más importante, el ábside central se suele decorar con la imagen del Pantócrator en la bóveda de horno, (Cristo-Dios sentado, rodeado de la mandorla mística y bendiciendo a los hombres). En el muro curvo del ábside se suele situar la virgen y los santos. El resto de las escenas va perdiendo importancia a medida que se alejan de este lugar. Los Antipendios de altar son los precedentes directos de los retablos góticos. Se trata de frontales de madera que se situaban delante del altar y que se pintaban al temple. Las escenas se distribuían en ellos por calles y cuerpos, siendo más grande e importante la calle central. Tema: El tema más repetido es el de la Visión Apocalíptica del Pantócrator, también el de la Virgen Trono de Dios, imagen frontal en la que no hay comunicación psicológica entre madre e hijo. Otros temas son escenas de la Biblia o vidas de santos. Elementos Formales: dominio del dibujo sobre el color, tintas planas, ausencia de referencia espacial, ausencia de volumen. Convencionalismo, rigidez, gestos y actitudes estereotipadas. Frontalidad, composición simétrica, adaptación al marco. Organización de las escenas en registros horizontales. Desproporción anatómica, desinterés por la anatomía. Economía en los trazos. Fuerte expresividad. En el siglo XII hay una creciente preocupación por representar los pliegues de las vestiduras con mucho detalle elemento que también aparece en la escultura de este período. Valoración Estética: El interior de los templos románicos actuales tiene poco que ver con la sensación que producirían los interiores originales completamente pintados. La luz de las antorchas y las lámparas acentuarían la sensación mágica del interior de una iglesia románica. La representación de las escenas religiosas enfatiza su carácter irreal y sobrenatural. Los personajes parecen flotar en un espacio neutro que no es de este mundo, sino propio de un sueño o una visión. Su actitud trascendente y fuerte expresividad transmiten un mensaje religioso: el de la justicia de Dios en el Juicio Final. Funcionalidad: religiosa: el Rito de la Eucaristía es concebido por los cristianos como un milagro. Los interiores pintados contribuyen a crear en el pueblo la sensación de que en ese lugar especial se puede producir un milagro. Las pinturas también sirven para catequizar, al igual que la escultura de las portadas. Principales Ejemplos: Pantócrator de San Clemente de Tahull (Lérida, siglo XII): se acerca mucho a la representación de una portada románica: Pantócrator rodeado de Mandorla Mística, Tetramorfos, galería de Santos, pero esta vez se sitúa en la bóveda de horno del ábside de la iglesia. El Panteón de los Reyes de San Isidoro de León: (siglo XII) consta de una serie de frescos ubicados en las bóvedas y los arcos del Panteón. Representa temas como el Pantócrator, Mandorla y Tetramorfos y otros temas como la Anunciación a los Pastores. La Iglesia de la Santa Cruz de Maderuelo. VOCABULARIO (58) Sillarejo Monasterio Sala Capitular Refectorio Cilla Planta de Cruz Latina Planta de Cruz Griega Nave Crucero/Transepto Absidiolo Planta de iglesia de peregrinación Girola/Deambulatorio Galileo/Westwerk Fachada canónica Tribuna/Matronium Clerestorio Andito/Triforio Torre-cimborrio Contrafuerte Pilar cruciforme Bestiario Arco formero Arco fajón o perpiaño Arco toral Bóveda de cañón Trompa Bóveda de cuarto de circunferencia Bóveda de crucería Nervio Abocinado Arco ciego Arquillo lombardo Banda lombarda Campanile Baldaquino Ventanas geminadas Ajedrezado Columna adosada Crismón Cantero Orfebrería Esmalte Portada Canecillo Pantócrator Tetramorfos Tímpano Arquivolta Jamba/Derrame Claustro Virgen-trono Cristo en Majestad/Maiestas Domini Anacronismo Catequesis Mandorla/Almendra Mística Antipendio de altar Calle Cuerpo