AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 221/2014 AMPARO directo en

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 221/2014
RECURRENTE: **********
PONENTE: MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS
SECRETARIO: GABRIEL REGIS LÓPEZ
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día dos
de abril de dos mil catorce.
Vo Bo:
V I S T O S; Y
R E S U L T A N D O:
Cotejó:
PRIMERO. Por escrito presentado el siete de enero de dos mil
trece en la Oficialía de Partes de las Salas Regionales Metropolitanas
del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, la empresa
**********, por conducto de su representante, promovió juicio de
amparo directo en contra de la sentencia definitiva del seis de
noviembre de dos mil doce, dictada por la Décimo Primera Sala
Regional Metropolitana del mencionado órgano jurisdiccional, dentro
del juicio de nulidad **********.
SEGUNDO. La parte quejosa adujo violación a los derechos
reconocidos en los artículos 1º, 14, 16, 17, 22 y 31, fracción IV, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y, en ese
sentido, formuló los conceptos de violación que estimó pertinentes.
TERCERO. Por razón de turno, correspondió conocer de la
demanda de amparo en comento al Séptimo Tribunal Colegiado en
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Materia Administrativa del Primer Circuito, cuyo presidente, mediante
acuerdo del veintitrés de mayo de dos mil trece, la admitió a trámite y
ordenó su registro bajo el expediente **********.
CUARTO. Seguidos los trámites de ley, en sesión del veintidós
de noviembre de dos mil trece, el referido Tribunal Colegiado
determinó negar el amparo solicitado.
QUINTO. Inconforme con dicha determinación, la empresa
quejosa interpuso recurso de revisión, por escrito presentado en la
oficialía de partes del Tribunal Colegiado del conocimiento, el trece de
diciembre de dos mil trece.
SEXTO. Por acuerdo del dieciséis de diciembre de dos mil trece,
el Presidente del Séptimo Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito ordenó la remisión de los autos a
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.
SÉPTIMO. Mediante proveído del veintidós de enero de dos mil
catorce, el Presidente de este Alto Tribunal admitió a trámite el recurso
de revisión interpuesto por la parte quejosa, ordenó su registro bajo el
expediente 221/2014 y turnó el asunto para su estudio al señor
Ministro José Fernando Franco González Salas, remitiendo los autos a
la Segunda Sala a la que se encuentre adscrito.
OCTAVO. Por acuerdo del treinta y uno de enero de dos mil
catorce, el Presidente de esta Segunda Sala decretó el avocamiento
de ésta al conocimiento del asunto; además, en el mismo proveído,
ordenó la remisión de los autos al Ministro ponente.
El Agente del Ministerio Público no formuló pedimento alguno; y,
C O N S I D E R A N D O:
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PRIMERO. Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación es competente para conocer del presente recurso.1
SEGUNDO. El recurso de revisión
oportunamente2 y proviene de parte legítima.3
fue
interpuesto
TERCERO. Por razón de método, en principio es menester
verificar la procedencia del presente recurso de revisión, dado que
constituye una cuestión de orden público y estudio preferente, para lo
cual es necesario tener en cuenta que de la interpretación de los
artículos 107, fracción IX, de la Constitución Federal, 83, fracción V, 93
de la Ley de Amparo vigente hasta el dos de abril de dos mil trece, 10,
fracción III, y 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación4, se pone de manifiesto que las sentencias
1
Con fundamento en lo dispuesto en los artículos 107, fracción IX, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; 84, fracción II, y 96 de la Ley de Amparo
vigente hasta el dos de abril de dos mil trece, 11, fracción V, y 21, fracción III, a), de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en relación con los puntos Primero y
Tercero del Acuerdo Plenario 5/2013. Lo anterior, en virtud de que el recurso se promovió
en contra de una sentencia dictada por un Tribunal Colegiado, dentro de un juicio de
amparo directo en el que se solicitó la interpretación de los artículos 1º, 14 y 31 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en un asunto referido a la materia
administrativa en la que se encuentra especializada esta Sala, habida cuenta que resulta
innecesaria la intervención del Tribunal Pleno.
2
Ello es así, en virtud de que la sentencia recurrida se notificó a la parte quejosa,
mediante lista, el veintiocho de noviembre de dos mil trece (foja 137 del cuaderno de
amparo), surtiendo sus efectos el día veintinueve siguiente, en términos de lo dispuesto
por el artículo 34, fracción II, de la Ley de Amparo abrogada. Por ende, el plazo de diez
días para la interposición del recurso, previsto en el artículo 86 del ordenamiento aludido,
transcurrió del dos al trece de diciembre de dos mil trece, descontando, para tal efecto, los
días treinta de noviembre, primero, siete y ocho de diciembre de dos mil trece, por tratarse
de días inhábiles, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 23 de la Ley de Amparo
abrogada.
Por lo tanto, si el recurso de presentó el trece de diciembre de dos mil trece, como se
advierte a foja 2 del toca de revisión, es inconcuso que es oportuno.
3
Lo anterior, toda vez que el presente medio de impugnación lo hace valer la parte
quejosa dentro del juicio de amparo, aunado a que fue presentado por conducto de su
representante, el cual tiene reconocida su personalidad, como se advierte del auto del
veintitrés de mayo de dos mil trece, dictado por el Presidente del Séptimo Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito (foja 84 del cuaderno de amparo).
4
Los preceptos legales citados disponen lo siguiente:
“Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción
de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley
reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes:
(…)
IX. En materia de amparo directo procede el recurso de revisión en contra de las sentencias que
resuelvan sobre la constitucionalidad de normas generales, establezcan la interpretación directa de
un precepto de esta Constitución u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido
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dictadas por los Tribunales Colegiados de Circuito en amparo directo
no admiten recurso alguno, pues son determinaciones definitivas
emitidas por un órgano terminal; sin embargo, tal regla tiene las
excepciones siguientes:
1. Cuando el Tribunal Colegiado resuelva, entre otros aspectos,
sobre la constitucionalidad de normas generales;
2. En el supuesto de que el citado tribunal establezca la
interpretación directa de un precepto de la Constitución Federal; o,
planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales del Pleno. La
materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin
poder comprender otras;
(…)”.
“Artículo 83. Procede el recurso de revisión:
(…)
V. Contra las resoluciones que en materia de amparo directo pronuncien los Tribunales Colegiados
de Circuito, cuando decidan sobre la constitucionalidad de leyes federales o locales, tratados
internacionales, reglamentos expedidos por el Presidente de la República de acuerdo con la
fracción I del artículo 89 constitucional y reglamentos de leyes locales expedidos por los
gobernadores de los estados, o cuando establezcan la interpretación directa de un precepto de la
Constitución.
La materia del recurso se limitará, exclusivamente, a la decisión de las cuestiones propiamente
constitucionales, sin poder comprender otras.
(…)”.
“Artículo 93. Cuando se trate de revisión de sentencias pronunciadas en materia de amparo
directo por Tribunales Colegiados de Circuito, la Suprema Corte de Justicia únicamente resolverá
sobre la constitucionalidad de la ley, Tratados Internacional o Reglamento impugnados, o sobre la
interpretación directa de un precepto de la Constitución Federal, en los términos del artículo 83,
fracción V de esta Ley.”
“Artículo 10. La Suprema Corte de Justicia conocerá funcionando en Pleno:
(…)
III. Del recurso de revisión contra sentencias que en amparo directo pronuncien los tribunales
colegiados de circuito, cuando habiéndose impugnado la inconstitucionalidad de una ley federal,
local, del Distrito Federal o de un tratado internacional, o cuando en los conceptos de violación se
haya planteado la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, dichas sentencias decidan u omitan decidir sobre tales materias, debiendo
limitarse en estos casos la materia del recurso a la decisión de las cuestiones propiamente
constitucionales;
(…)”.
“Artículo 21. Corresponde conocer a las Salas:
(…)
III. Del recurso de revisión contra sentencias que en amparo directo pronuncien los tribunales
colegiados de circuito:
a) Cuando habiéndose impugnado la constitucionalidad de un reglamento federal expedido por el
Presidente de la República, o de reglamentos expedidos por el gobernador de un Estado o por el
Jefe del Distrito Federal, o en los conceptos de violación se haya planteado la interpretación directa
de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en estas materias, se
haya decidido o se omita decidir sobre la misma inconstitucionalidad o interpretación constitucional;
y
(…)”.
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3. Cuando habiéndose planteado en la demanda de garantías los
dos temas citados, dicho órgano jurisdiccional haya omitido su estudio;
y,
4. Siempre que se fije un criterio de importancia y trascendencia,
según los acuerdos generales emitidos por este Alto Tribunal.
Por tanto, la procedencia del recurso está sujeta a si existió en la
sentencia un pronunciamiento sobre la constitucionalidad de una
norma general o la interpretación directa de un precepto de la
Constitución, o bien, si en dicha sentencia se omitió el estudio de las
cuestiones mencionadas, cuando se hubieren planteado en la
demanda de amparo; empero, también deben satisfacerse
determinados requisitos tales como la firma en el escrito u oficio de
expresión de agravios; la oportunidad del recurso; la legitimación
procesal del promovente; y, si conforme al Acuerdo 5/1999 se colma el
requisito de importancia y trascendencia; según se advierte de la
jurisprudencia número 2ª./J. 149/2007 (con número de registro
171,625), de esta Segunda Sala, del rubro: “REVISIÓN EN AMPARO
DIRECTO. REQUISITOS PARA SU PROCEDENCIA.”5
No obstante las condiciones apuntadas, se afirma que el
presente recurso de revisión no reúne los requisitos de procedencia
expuestos hasta el momento, toda vez que del examen integral de la
sentencia de amparo no se advierte que el Tribunal Colegiado haya
decidido sobre la constitucionalidad de alguna norma general o haya
establecido la interpretación directa de un precepto de la Constitución
5
La jurisprudencia es localizable en la página 615, del tomo XXVI, agosto de 2007, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, cuyo contenido es: “Del artículo 107, fracción IX, de la
Constitución Federal, y del Acuerdo 5/1999, emitido por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación en ejercicio de la facultad conferida por el artículo 94, séptimo párrafo, constitucional,
así como de los artículos 10, fracción III, y 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, se advierte que al analizarse la procedencia del recurso de revisión en
amparo directo debe verificarse, en principio: 1) la existencia de la firma en el escrito u oficio de
expresión de agravios; 2) la oportunidad del recurso; 3) la legitimación procesal del promovente; 4)
si existió en la sentencia un pronunciamiento sobre la constitucionalidad de una ley o la
interpretación directa de un precepto de la Constitución, o bien, si en dicha sentencia se omitió el
estudio de las cuestiones mencionadas, cuando se hubieren planteado en la demanda de amparo;
y, 5) si conforme al Acuerdo referido se reúne el requisito de importancia y trascendencia. Así,
conforme a la técnica del amparo basta que no se reúna uno de ellos para que sea improcedente,
en cuyo supuesto será innecesario estudiar si se cumplen los restantes.”
5
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General, aunado a que la quejosa no formuló cualquiera de estos
planteamientos en la demanda de amparo, por lo tanto, se descarta la
posibilidad de que el órgano colegiado haya omitido su estudio.
A efecto de reforzar lo anterior, conviene relatar de manera breve
los antecedentes que informan la sentencia recurrida, que se
desprenden de las constancias de autos.
Mediante oficio ********** del treinta de septiembre de dos mil
ocho, el Administrador Local de Auditoría Fiscal del Sur del Distrito
Federal determinó a la quejosa recurrente un crédito fiscal por
concepto de diferencias en el impuesto sobre la renta, impuesto al
valor agregado, multas y recargos, por el ejercicio fiscal de dos mil
cinco.
La imposición del crédito fiscal obedeció, entre otros aspectos, a
que la quejosa recurrente tuvo ingresos omitidos por la cantidad de
siete millones novecientos siete mil trescientos sesenta pesos con
sesenta y nueve centavos, lo cual se advirtió de la revisión efectuada a
los estados bancarios de la contribuyente por parte de la autoridad
fiscal, sin que las copias fotostáticas simples de depósitos y pagarés
exhibidos por la quejosa hayan sido suficientes, a juicio de la autoridad
fiscal, para acreditar el origen y procedencia de los depósitos.
Inconforme con esa determinación, la quejosa recurrente
interpuso recurso de revocación ante la autoridad fiscal mencionada,
la cual resolvió el diecisiete de marzo de dos mil nueve, en el sentido
de confirmar la resolución recurrida, por considerar que no se
demostró el origen de los depósitos bancarios, y que sí se habían
valorado debidamente las pruebas exhibidas en el procedimiento de
origen.
Ante esa circunstancia, por escrito presentado el diez de junio de
dos mil nueve, la quejosa recurrente promovió juicio de nulidad, el
cual, por razón de turno, correspondió conocer a la Décimo Primera
Sala Regional Metropolitana del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa, misma que dictó sentencia el quince de junio de dos
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mil once, en el sentido de reconocer la legalidad y validez de la
resolución recurrida, por considerar que se encontraba debidamente
fundada y motivada, al no haberse demostrado la procedencia y origen
de los multicitados depósitos bancarios.
Inconforme con esa determinación, la persona moral promovió
juicio de amparo directo, cuyo conocimiento, por razón de turno,
correspondió al Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa
del Primer Circuito, el cual, en sesión del veintinueve de agosto de dos
mil once, concedió el amparo a efecto de que la Sala responsable
dejara insubsistente la resolución reclamada y, en su lugar, emitiera
otra en la que valorara la prueba documental consistente en el aviso
de apertura del establecimiento, de fecha siete de julio de dos mil tres,
así como para que resolviera la litis sometida a su consideración tal
como le fue planteada.
En cumplimiento a la ejecutoria de mérito, la Sala responsable
dictó una nueva sentencia el seis de noviembre de dos mil doce, en la
cual reconoció la legalidad y validez de la resolución impugnada.
Inconforme con esa determinación, por escrito presentado el
siete de enero de dos mil trece, la persona moral promovió juicio de
amparo directo, cuyo conocimiento correspondió al Séptimo Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, el cual, en
sesión del veintidós de noviembre de dos mil trece, negó el amparo
solicitado.
Esa determinación constituye la sentencia que por este medio se
pretende recurrir, por lo cual conviene transcribir, en la parte que nos
ocupa, las consideraciones que sustentaron el fallo, a efecto de
corroborar la improcedencia de la que se ha dado noticia:
[…]
En razón de la técnica que rige el análisis de los motivos de disenso
en el juicio de amparo, es dable analizar en principio la parte del
segundo concepto de violación, en la cual sostiene la inconforme que,
por virtud de la sentencia reclamada, se violan en su perjuicio los
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principios constitucionales de proporcionalidad y equidad contenidos
en el artículo 31, fracción IV de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, ya que la Sala desconoció los gastos erogados
por la contribuyente y que fueron realizados para obtener ingresos
que sí están gravados.
Sostiene que la Sala del conocimiento estimó indebidamente que las
erogaciones que realizó la persona moral contribuyente en el ejercicio
fiscal dos mil cinco, no son estrictamente indispensables, no obstante
que los ingresos derivan de la comercialización de toda clase de
productos, y el objeto social de la empresa, las facturas que aportó a
la revisión de gabinete practicada a la contribuyente, acreditan que se
realizó el gasto; luego, afirma, al desconocer el derecho de
disminución de gastos a la base gravable, la Sala fiscal soslaya la
garantía de proporcionalidad.
El motivo de disenso es ineficaz.
En efecto, es cierto que el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación ha sostenido que la eficacia tutelar del principio de
proporcionalidad consagrado en el artículo 31, fracción IV de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no debe
entenderse constreñida únicamente a la obligación sustantiva de pago
de las contribuciones, pues rige, en lo conducente, para todas
aquellas relaciones de índole adjetiva o sustantiva que nazcan como
consecuencia o con motivo de la potestad tributaria, en la medida en
que ésta es el soporte fundamental de las relaciones jurídicas que
pueden establecerse entre el fisco y los particulares.
Esto es, no obstante los principios constitucionales de justicia fiscal no
deben entenderse limitados a las cuestiones relacionadas con los
elementos esenciales del gravamen, sino extenderse a cualquier
obligación que se encuentra vinculada a la materia recaudatoria, e
incluir las cuestiones que constituyen etapas o partes de un
procedimiento liquidatorio de la obligación fiscal, o las que se vinculan
con la potestad recaudatoria, en el caso, la quejosa se duele de la
estimación jurisdiccional realizada por la Sala del conocimiento
respecto de que las erogaciones que realizó la persona moral
contribuyente en el ejercicio fiscal dos mil cinco, no son estrictamente
indispensables.
Es decir, la alegación que la inconforme expone respecto de la
estimación realizada por la autoridad fiscal en principio y por la Sala
responsable en el acto reclamado, relativa a que las erogaciones
destinadas a compras de “vinos, cerveza, galletas, pan, dulces,
revistas, leche, yogurt, quesos, bebidas hidratantes, medicamento,
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cámaras fotográficas, pilas, preservativos, jugos, refrescos,
bronceadores y bloqueadores solares, lentes y juguetes inflables”, no
eran destinadas a gastos estrictamente indispensables para su
actividad, no se vincula a la potestad recaudatoria del fisco, y
tampoco se refiere a una obligación establecida en normas tributarias
que afectan en forma relevante el patrimonio del gobernado.
En efecto, las erogaciones que realizó la persona moral contribuyente
en el ejercicio fiscal de dos mil cinco, no son estrictamente
indispensables, por efecto de la actualización de la presunción legal
prevista por el artículo 59, fracción III del Código Fiscal de la
Federación, vigente en dos mil cinco.
En el tercer concepto de violación, la quejosa aduce que la Sala
responsable vulneró en su perjuicio los derechos de audiencia y
debido proceso, al omitir totalmente el estudio, valoración, análisis y/o
mención de la documental pública consistente en copia certificada de
la escritura pública cuarenta mil doscientos noventa y tres, que
contiene la protocolización del acta de asamblea general ordinaria de
accionistas de ********** de fecha cinco de junio de dos mil nueve, por
la cual se acuerda la futura capitalización de los préstamos realizados
por **********, a la sociedad, a fin de incluirlo como socio accionista,
documental debidamente exhibida desde el escrito inicial de
demanda.
Estima, asimismo, que la resolutora valoró indebidamente las
siguientes pruebas:
- Instrumento notarial doscientos siete mil seiscientos veinticuatro de
nueve de mayo de dos mil tres, que contiene acta constitutiva de la
persona moral quejosa.
- Escritura pública dos mil doscientos siete de catorce de enero de
dos mil nueve, que contiene acta de fe de hechos, efectuada en el
**********.
- Copias certificadas de las facturas emitidas a favor de **********, que
contiene las erogaciones realizadas, durante el ejercicio fiscal dos mil
cinco.
El concepto de violación es inoperante respecto de la omisión de
estudio de la prueba que cita la quejosa, pues no debe dejar de
observarse que la sentencia reclamada se emitió en cumplimiento a
una ejecutoria de amparo directo, en la cual, este tribunal colegiado
concedió la protección federal solicitada por la quejosa, precisamente
para el efecto de que se analizara una prueba que la Sala omitió
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estudiar a fin de resolver la litis sometida a su conocimiento; luego, es
inconcuso que la omisión que ahora expone la inconforme, debió
combatirse desde la primera vez que se resolvió contra sus intereses,
y al no haberlo hecho así, se actualiza su consentimiento tácito.
De esta guisa, la omisión que ahora acusa la inconforme en su motivo
de disenso debió impugnarse oportunamente, pues debe entenderse
que dicha violación fue consentida y, por ende, el derecho a
reclamarla en amparo posterior precluyó, ya que la omisión alegada
que no formó parte de la litis constitucional, ha quedado firme sin
posibilidad de impugnarse posteriormente, derivado precisamente de
ese consentimiento, máxime que la misma, por virtud de la
vinculación de la ejecutoria de amparo, fue ser reiterada por la Sala
responsable como cuestión firme en el juicio contencioso
administrativo de origen, de ahí su inoperancia.
Ahora, por lo que hace a los argumentos en los que la inconforme
acusa indebida valoración de pruebas, el motivo de disenso es
también ineficaz por no haberse alegado en el amparo anterior,
máxime que lo que ahora sostiene adolece de insuficiencia para
obtener el amparo solicitado.
Se sostiene lo anterior, porque la quejosa aduce que la Sala del
conocimiento otorgó valor probatorio pleno al instrumento notarial
doscientos siete mil seiscientos veinticuatro de nueve de mayo de dos
mil tres, que contiene acta constitutiva de la persona moral quejosa,
pero que su conclusión es errónea en virtud de que le atribuye un
objeto social que no se advierte en el contenido de la documental.
Respecto de las facturas afirma que es incorrecta la calificativa de
insuficiencia que les atribuyó la Sala, porque es parte del objeto social
de la contribuyente la “venta de productos”, por lo que “son
documentos idóneos para demostrar las erogaciones en montos que
deben restarse a los ingresos acumulables y así llegar a la base
gravable del impuesto sobre la renta”.
Es decir, no obstante que la quejosa se duele de la que califica [sic]
como indebida valoración de sus pruebas, en esencia enfila sus
argumentos a la calificar [sic] como errónea la conclusión que la Sala
responsable emitió respecto de que, con esos medios probatorios, la
accionante no acreditó que las deducciones que amparan las facturas
correspondan al costo de lo vendido, en términos de lo previsto por el
artículo 29, fracción II de la Ley del Impuesto Sobre la Renta vigente
en dos mil cinco, porque no pueden ser consideradas como
deducciones autorizadas conforme lo establece el artículo 31, fracción
I del ordenamiento en cita, es decir, porque las deducciones que
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amparan las facturas que ofreció como prueba en el juicio, no reúnen
el requisito de ser estrictamente indispensables para los fines de la
actividad del contribuyente, concepto directamente relacionado con la
consecución del objeto social.
Para efectos del análisis, resulta conveniente atender a lo que
resolvió la Sala en este apartado, a saber:
[Se transcribe]
La transcripción que antecede revela, en esencia que la resolutora sí
atendió al material probatorio allegado a juicio por la accionante y que
tenía como finalidad acreditar que las erogaciones amparadas en las
facturas que amparan las erogaciones destinadas a compras de
“vinos, cerveza, galletas, pan, dulces, revistas, leche, yogurt, quesos,
bebidas hidratantes, medicamento, cámaras fotográficas, pilas,
preservativos, jugos, refrescos, bronceadores y bloqueadores solares,
lentes y juguetes inflables”, debían ser consideradas costo de lo
vendido, en términos del artículo 29, fracción II de la Ley del Impuesto
Sobre la Renta vigente en dos mil cinco.
No obstante, la Sala advirtió que las citadas erogaciones incumplen
con lo previsto por el artículo 31, fracción I del ordenamiento fiscal en
cita, y no pueden ser consideradas deducciones autorizadas, porque
con ninguna de sus pruebas logra acreditar la actora que las
mercancías amparadas en las facturas objeto de análisis tengan el
carácter de estrictamente indispensables para la consecución de los
fines de la actividad de la contribuyente.
La Sala del conocimiento precisó que el formato 32, aviso de alta de
sucursal de siete de julio de dos mil tres y la fe de hechos que consta
en la escritura pública dos mil doscientos siete de fecha catorce de
enero de dos mil nueve, acreditan la constitución en Acapulco,
Guerrero del establecimiento denominado **********, en el cual se
tenían a la venta vinos, licores, abarrotes, jugos, refrescos, cerveza,
agua embotellada, botanas, bronceadores, entre otros, empero no
permiten acreditar la correspondencia entre el giro de esa tienda y el
objeto social de la accionante.
Lo anterior porque el acta constitutiva de la accionante revela que su
objeto social la comercialización de toda clase de productos, entre
otros, relacionados con la construcción, remodelación, conservación,
reparación o demolición de toda clase de inmuebles y obras en
general.
Conclusión a que arribó tras atender al texto siguiente:
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[Se transcribe]
En este contexto, es inconcuso que no asiste razón a la quejosa
respecto de que la Sala haya incurrido en error al calificar como legal
la determinación de la autoridad enjuiciada que consta en el oficio
**********, relativa a que las erogaciones destinadas a compras de
“vinos, cerveza, galletas, pan, dulces, revistas, leche, yogurt, quesos,
bebidas hidratantes, medicamento, cámaras fotográficas, pilas,
preservativos, jugos, refrescos, bronceadores y bloqueadores solares,
lentes y juguetes inflables”, no eran destinadas a gastos estrictamente
indispensables para su actividad.
Lo anterior, porque no obstante el inconforme sostiene que su acta
constitutiva ampara la posibilidad de realizar la comercialización de
toda clase de productos, es evidente que la resolutora atendió
legalmente al texto completo del instrumento notarial que relaciona
esa totalidad con “[…] la construcción, remodelación, conservación,
reparación o demolición de toda clase de inmuebles y obras en
general.”
Esto es, la Sala determinó, bajo una interpretación armónica de los
artículos 29, fracción II y 31, fracción I, ambos del Código Fiscal de la
Federación aplicable, que si bien es cierto los contribuyentes pueden
deducir, entre otros, el costo de lo vendido, esos gastos deben
revestir el carácter de estrictamente indispensables para los fines de
la actividad del contribuyente, texto legal en el que juega un papel
fundamental el objeto social de la empresa.
Asimismo, sustentó su análisis en el texto de la tesis 1ª. XXX/2007,
sostenida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, con el rubro “DEDUCCIÓN DE GASTOS NECESARIOS E
INDISPENSABLES. INTERPRETACIÓN DE LOS ARTÍCULOS 29 Y
31, FRACCIÓN I, DE LA LEY DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA”
y que en esencia justifica la necesidad de establecer reglas generales
para determinar con el carácter de gastos indispensables, aquéllos
que sirven a los fines de cada empresa y al gasto específico de que
se trate.
Esto es, el carácter del gasto que ha de considerarse indispensable
en términos del artículo 31, fracción II del Código Fiscal de la
Federación se encuentra estrechamente vinculado con la consecución
del objeto social de la empresa; debe tratarse de un gasto necesario
que cumplimente en forma cabal las actividades de persona moral y
que le reporte un beneficio, de tal manera que, de no realizarlo, ello
podría tener como consecuencia la suspensión de las actividades de
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la empresa o la disminución de éstas, es decir, cuando de no llevarse
a cabo el gasto se dejaría de estimular su actividad.
La tesis de la Sala del máximo Tribunal del país asienta lo siguiente:
[Se transcribe]
El contenido de la tesis que sustenta la determinación de la Sala del
conocimiento, en el sentido de que fue legal que la autoridad
demandada no tuviera como deducciones autorizadas a la
contribuyente, las amparadas en las facturas allegadas a juicio,
atiende además a la regla general para la interpretación de las
deducciones en el impuesto sobre la renta, que debe ser de orden
restrictivo, en el sentido de que únicamente pueden realizarse las
autorizadas por el legislador y conforme a los requisitos o
modalidades que éste determine, por lo que si el objeto social no tiene
el alcance que alega la quejosa (contemplar la posibilidad de
comercializar todo tipo de productos), porque el texto constitutivo de
la persona moral accionante relaciona esa totalidad con la
construcción, remodelación, conservación, reparación o demolición de
toda clase de inmuebles y obras en general; es inconcuso que la
contribuyente no logró acreditar que los gastos en comento sean
indispensables, conforme lo prevé los artículos 29, fracción II y 31,
fracción I, ambos del Código Fiscal de la Federación aplicable.
Ahora, en diversos apartados de los conceptos de violación primero,
segundo y tercero, que se analizan en conjunto en virtud de la
estrecha relación que guardan entre sí y dado que contienen causa
de pedir, la solicitante de amparo asienta que la sentencia reclamada
carece de congruencia y exhaustividad en el análisis del segundo
concepto de anulación, a través del cual la accionante argumentó que
sus alegaciones se encaminaron a acreditar que realizó gastos
indispensables y no a justificar sus ingresos.
Señala que en el mismo considerando cuarto, la Sala expone que no
hay registro contable, que no se demuestra el origen y procedencia de
los depósitos y que en consecuencia, la autoridad demandada estimó
que los ingresos representan un valor de actos o actividades
percibidos por la contribuyente, empero, aduce, ello no tiene relación
con el planteamiento vertido en el segundo concepto de impugnación.
Califica la sentencia reclamada como contraria a las reglas que rigen
el procedimiento y violatoria de los principios de motivación, legalidad,
fundamentación y motivación; igualmente, tilda la actuación de la Sala
responsable como ajena a lo demostrado en el proceso legal.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 221/2014
El motivo de disenso es infundado.
Aplica la calificativa a los motivos de disenso en estudio, en virtud de
que, no obstante la quejosa aduce desatención por parte de la Sala
del contenido de los artículos 29, fracción II y 31, fracción I, ambos de
la Ley del Impuesto Sobre la Renta, en razón de que en la sentencia
no se dilucidó congruentemente el carácter de “gastos
indispensables” a las erogaciones destinadas a compras de “vinos,
cerveza, galletas, pan, dulces, revistas, leche, yogurt, quesos,
bebidas hidratantes, medicamento, cámaras fotográficas, pilas,
preservativos, jugos, refrescos, bronceadores y bloqueadores solares,
lentes y juguetes inflables”, y se atribuyó a la accionante, de manera
limitante el objeto social de ferretería, tlapalería y otros materiales
para la construcción, en su alegación pierde de vista que la resolutora
también asentó lo siguiente:
[Se transcribe]
Esto es, no asiste razón a la quejosa, ya que, como se asentó en
líneas que anteceden, los gastos realizados por concepto de “vinos,
cerveza, galletas, pan, dulces, revistas, leche, yogurt, quesos,
bebidas hidratantes, medicamento, cámaras fotográficas, pilas,
preservativos, jugos, refrescos, bronceadores y bloqueadores solares,
lentes y juguetes inflables”, fueron considerados como no
indispensables, por lo que no podían representar costo de lo vendido
en términos del artículo 29, fracción II del Código Fiscal aplicable; sin
embargo, en el caso en específico, la materia de análisis no es el
carácter de ese gasto frente al objeto social de la empresa, dado que,
como lo asentó la Sala en la sentencia, la autoridad fiscal determinó,
de manera presuntiva y con sustento en el artículo 59, fracción II del
Código Fiscal de la Federación, que son valor de actos o actividades
los depósitos bancarios que la accionante pretende sean
considerados gastos.
Esto es, la Sala del conocimiento atendió a que el artículo 59, fracción
II del Código Fiscal de la Federación, dispone a favor de la autoridad
hacendaria una presunción legal, salvo prueba en contrario, de que
los depósitos en la cuenta bancaria de la contribuyente, que no
correspondan a registros de su contabilidad, constituyen ingresos y
valor de actos o actividades, por los que se deben pagar
contribuciones.
Lo anterior en virtud de que la actora no acreditó en el juicio que
cumplió su obligación de llevar contabilidad conforme lo disponen los
artículos 28, primer párrafo, fracciones I, II y último párrafo, en
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relación con el artículo 26, primer párrafo, fracción I del Reglamento
del Código Fiscal de la Federación vigente en dos mil cinco; esto es,
la resolutora advirtió que, al no contar con la documentación soporte
de registros contables, la autoridad fiscal actualizó la presunción legal
prevista en el artículo 59, primer párrafo, fracción III del ordenamiento
en cita, y sin que la actora ofreciera prueba en contrario de que los
depósitos bancarios efectuados en las cuentas **********, **********,
**********, **********, ********** y **********, abiertas a nombre de la
contribuyente en el ejercicio comprendido del uno de enero al treinta y
uno de diciembre de dos mil cinco, en las instituciones de crédito
correspondientes, no obstante que se encuentran registrados en el
auxiliar de la cuenta de bancos, como préstamos, rentas y ventas,
deben ser consideradas valor de actos o actividades percibidos por la
contribuyente, por los que está obligada a pagar impuesto.
Así, con independencia de que la autoridad fiscal hubiera formulado
objeción respecto de que el aviso de apertura de sucursal en
Acapulco, Guerrero, no contiene el giro de la empresa o no, lo cierto
es que ni aquél, ni el carácter de “indispensable” de los conceptos
motivo de gasto que sostiene el quejoso tiene su erogación, ni la
limitante en el objeto social de la empresa que expone la peticionaria
de amparo, son pruebas en contrario frente a la presunción legal de
que hizo uso la autoridad fiscal, pues como lo sostuvo la Sala del
conocimiento, correspondía al sujeto pasivo de la contribución
demostrar fehacientemente que los depósitos habidos en las cuentas
bancarias se encuentran debidamente registrados en la contabilidad;
es decir, que permitan la plena identificación del concepto registrado,
su origen y procedencia, con el propósito de dar veracidad y
objetividad de lo registrado en su contabilidad.
Esto es, la conclusión a que arribó la Sala respecto del
incumplimiento de la accionante, para acreditar que realizó
deducciones autorizadas en términos del artículo 31, fracción I del
Código Fiscal de la Federación vigente en dos mil cinco, se relación
también con la falta de cumplimiento de la obligación de llevar la
contabilidad conforme lo disponen los artículos 28, primer párrafo,
fracciones I, II y último párrafo, en relación con el artículo 26, primer
párrafo, fracción I del Reglamento del Código Fiscal de la Federación
vigente en dos mil cinco. Esa omisión de llevar el registro contable
que permitiera identificar cada operación, acto o actividad y sus
características, en relación con la documentación comprobatoria
actualizó la estimativa indirecta de ingresos, que permitió presumir
legalmente que los registros en las cuentas bancarias de la
contribuyente, asentadas en el auxiliar de la cuenta de bancos, como
préstamos, rentas y ventas, deben ser consideradas valor de actos o
actividades percibidos por la contribuyente, por los que está obligada
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a pagar impuesto, máxime que la Sala advirtió que la actora no
ofreció prueba en contrario.
Es decir, con base en la estimativa indirecta de ingresos realizada en
las cuentas bancarias de la contribuyente, la autoridad fiscal estuvo
en posibilidad de presumir legalmente que los registros en las cuentas
bancarias de la contribuyente, asentadas en el auxiliar de las cuenta
de banco, corresponden a valor de actos o actividades percibidos por
el contribuyente, y no préstamos percibidos, rentas, ventas o
ingresos, como intentó acreditar la accionante en el juicio, sin éxito.
Ilustra lo anterior, con relación a la determinación presuntiva de
ingresos, la jurisprudencia 2a./J. 56/2010, del índice de la Segunda
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que se originó al
resolver la contradicción de tesis 39/2010,
“PRESUNCIÓN DE INGRESOS ESTABLECIDA EN EL ARTÍCULO
59, FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN. SE
ACTUALIZA CUANDO EL REGISTRO DE LOS DEPÓSITOS
BANCARIOS EN LA CONTABILIDAD DEL CONTRIBUYENTE
OBLIGADO A LLEVARLA, NO ESTÉ SOPORTADO CON LA
DOCUMENTACIÓN CORRESPONDIENTE. [Se transcribe]
Bajo este contexto, es dable afirmar que, en la sentencia reclamada,
la Sala fiscal realizó el análisis de lo dispuesto en la fracción III del
artículo 59 del Código Fiscal de la Federación, respecto de la
determinación presuntiva de ingresos, a fin de concluir que con las
pruebas allegadas a juicio, la accionante no logró acreditar que las
erogaciones por concepto de “vinos, cerveza, galletas, pan, dulces,
revistas, leche, yogurt, quesos, bebidas hidratantes, medicamento,
cámaras fotográficas, pilas, preservativos, jugos, refrescos,
bronceadores y bloqueadores solares, lentes y juguetes inflables”, son
indispensables en términos del artículo 31, fracción I del Código Fiscal
de la Federación vigente en dos mil cinco, por ende, que pudiera
considerarlas deducciones autorizadas, pues no existe el soporte
contable que permita identificarlas como tales y, por el contrario,
actualizaron la presunción prescrita en el artículo 59, fracción III del
ordenamiento en cita, de que son valor de actos o actividades
percibidas por la contribuyente, tal como concluyó la Sala
responsable.
No pasa inadvertida para este Tribunal la manifestación relativa a que
su concepto de impugnación versó respecto de una diferencia de
deducciones en cantidad de ********** (sic) (**********) y no de
depósitos por ********** (**********); sin embargo, esta precisión no
implica error en la sentencia, sino que refleja el resultado que la
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resolutora estimó, se obtuvo del análisis de las cuentas bancarias,
máxime que concluyó “ […] al no contar con la documentación soporte
de sus registros contables debe entenderse que los datos contenidos
en sus registros en realidad no corresponden a la contabilidad que
está obligada a llevar en términos de los artículos antes mencionados
y, por lo tanto, le resta importancia a la obligación de sustentar dicho
registro con documentación soporte que la propia ley establece y
como consecuencia procede la determinación presuntiva de los
depósitos bancarios en cantidad total de **********, con fundamento en
el artículo 59, primer párrafo, fracción III, del Código Fiscal de la
Federación vigente en 2005 […]”
Esto es, la apreciación de la Sala del conocimiento, que la quejosa
considera un error, es solamente el resultado de la determinación
presuntiva de ingresos.
[…]
En este contexto, ante la ineficaz en una parte, y lo infundado en otra
de los conceptos de violación, sin que la jurisprudencia en que
sustenta sus argumentos abone a su causa, lo procedente es negar el
amparo solicitado.
De la lectura de la porción transcrita, se pone de manifiesto que
en la sentencia de amparo no existió pronunciamiento alguno sobre la
constitucionalidad de normas generales ni se estableció la
interpretación directa de un precepto constitucional, pues el Tribunal
Colegiado únicamente se limitó a examinar la legalidad de la
resolución reclamada en contraste con los conceptos de violación
formulados por la quejosa, sin que, al efecto, haya realizado una labor
interpretativa del artículo 14 de la Constitución General u 8º de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos como lo afirma
reiteradamente la recurrente. Por tal motivo, se arriba a la conclusión
de que el presente recurso de revisión no reúne los requisitos de
procedencia previstos en el artículo 107, fracción IX, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
No pasa inadvertido para esta Segunda Sala, la circunstancia de
que la recurrente afirme reiteradamente que el presente recurso de
revisión versa sobre la interpretación directa de los artículos 14 y 31,
fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos
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Mexicanos, y 8º de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, pues del examen tanto de la demanda de amparo, como de
la sentencia recurrida, se advierte que la litis constitucional versó
únicamente sobre diversos medios de prueba, tan es así que la propia
recurrente afirma que no se interpretó debidamente el derecho de
audiencia, porque a su parecer no basta con mencionar las pruebas
ofrecidas, sino que sean valoradas en forma congruente; de ahí que
es inconcuso que el problema jurídico se centra en una cuestión de
pruebas, lo que de ningún modo justifica la procedencia del recurso de
revisión, ya que no existió interpretación directa de un precepto
constitucional, ni se decidió sobre la constitucionalidad de alguna
norma, pues el Tribunal Colegiado únicamente se limitó a examinar la
legalidad del acto reclamado
Asimismo, se afirma que la supuesta interpretación directa que
aduce la recurrente, se endereza en combatir la legalidad del acto
reclamado, pues a través de sus agravios pretende acreditar que su
objeto social corresponde a la comercialización de productos en
general, y que las diversas erogaciones que motivaron el crédito fiscal
constituyen gastos indispensables que representan el costo de lo
vendido, en términos del artículo 29, fracción II, del Código Fiscal de la
Federación; lo cual escapa a la materia de estudio del presente medio
de impugnación, pues constituye un tema de legalidad que no hace
procedente el presente recurso de revisión.
No es obstáculo a la improcedencia de la que se ha dado noticia,
el hecho de que el Tribunal Colegiado haya mencionado el principio de
proporcionalidad tributaria consagrado en el artículo 31, fracción IV, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, toda vez
que lo hizo únicamente para dar contestación al concepto de violación
de la quejosa, en el que afirmó que la sentencia reclamada infringía
dicho principio, pero no lo utilizó para abordar el estudio de la
regularidad constitucional de alguna norma, por lo que dicho
pronunciamiento no surte el supuesto de procedencia del recurso de
revisión, habida cuenta que no constituye una verdadera labor
interpretativa por parte del Tribunal Colegiado, en virtud de que
únicamente reiteró los términos en los que este Alto Tribunal se ha
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pronunciado en diversos precedentes, al señalar que el principio de
proporcionalidad tributaria no debe entenderse vinculado únicamente a
la obligación sustantiva de pago de las contribuciones, señalando que
rige para todas aquellas relaciones de índole adjetiva o sustantiva, que
nazcan como consecuencia de la potestad tributaria (cuestión que
incluso no formaba propiamente materia de la litis constitucional).
Además, el Tribunal Colegiado determinó que la alegación de la
quejosa, en el sentido de que la sentencia reclamada vulneraba el
principio de proporcionalidad tributaria, se enderezaba en combatir las
consideraciones por las que la Sala responsable estimó que las
erogaciones efectuadas por la quejosa no constituían gastos
indispensables susceptibles de deducción, declarándose ineficaz dicho
argumento, bajo la consideración del Tribunal Colegiado de que las
erogaciones aludidas no podían considerarse indispensables por
haberse actualizado la presunción legal prevista en el artículo 59,
fracción III, del Código Fiscal de la Federación, vigente en dos mil
cinco.
Bajo esta tesitura, se afirma que la consideración del órgano
colegiado respecto del principio de proporcionalidad tributaria, no se
puede considerar dentro del supuesto de interpretación directa del
artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal, pues aunado a que
la quejosa no formuló argumentos en contra, el Tribunal Colegiado no
realizó una verdadera labor interpretativa, sino que reiteró,
únicamente, los términos en los que este Alto Tribunal se ha
pronunciado.
Finalmente, conviene precisar que no le asiste la razón a la
recurrente cuando afirma que a través de este medio de impugnación
deben valorarse, en cuanto a su congruencia, consistencia y no
contradicción, los razonamientos por los que la autoridad responsable
desestimó diversas pruebas ofrecidas dentro del juicio de origen, toda
vez que, al respecto, el artículo 107, fracción IX, de la Constitución
General es categórico al disponer que la materia del recurso de
revisión debe limitarse a las cuestiones propiamente constitucionales
sin poder comprender el estudio de otros temas y menos de legalidad.
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Bajo esta tónica y ante la circunstancia de que no existió
interpretación directa de algún precepto constitucional en la sentencia
de amparo, esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación determina que el presente asunto no reúne los requisitos de
procedencia previstos en el artículo 107, fracción IX, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, razón por la cual debe
desecharse el presente recurso de revisión.
CUARTO. Finalmente, no se está en el caso de imponer la multa
prevista en el artículo 90, párrafo cuarto, de la Ley de Amparo, en
virtud de que no existe dato que revele que con la interposición del
recurso, se pretenda retardar el cumplimiento de la sentencia de
amparo, más aun que en el caso concreto, la parte recurrente esgrimió
argumentos en el sentido de que existía interpretación directa de los
artículos 14 y 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, y 8° de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos
Lo considerado se apoya en la jurisprudencia número 2ª./J.
152/2006 de esta Segunda Sala, de contenido siguiente:
“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. SI EL PRESIDENTE DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN ADMITE A
TRÁMITE EL RECURSO Y LA SALA LO DESECHA, NO DEBE
SANCIONARSE AL RECURRENTE, PORQUE SE PRESUME QUE
NO ACTUÓ DE MALA FE. Conforme al artículo 90, cuarto
párrafo, de la Ley de Amparo, debe imponerse una multa al que
en contra de una sentencia de amparo directo interponga un
recurso de revisión que sea desechado; sin embargo, el artículo
3o. bis del propio ordenamiento, establece que para resolver
sobre ello debe tomarse en cuenta si existió mala fe en su
interposición. En tal virtud, si al proveer sobre la admisión del
referido recurso, dada la complejidad del planteamiento, el
presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo
admite por considerar que en la sentencia recurrida sí tuvo lugar
la interpretación directa de un precepto constitucional, o bien,
porque contiene una decisión sobre constitucionalidad de leyes,
aun cuando posteriormente sea desechado por las Salas de ese
Alto Tribunal al concluir que no se actualizan esas condiciones,
debe presumirse que el recurrente no actuó de mala fe al
interponerlo, sino que ante un pronunciamiento en el que
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aparentemente se abordó alguna de esas materias, optó por
hacer valer sus derechos, por lo que no debe imponérsele
sanción pecuniaria alguna.” 6
Por lo expuesto y fundado, resuelve:
ÚNICO. Se desecha el presente recurso de revisión.
Notifíquese; con testimonio de la presente ejecutoria,
devuélvanse los autos al Tribunal de su origen y, en su oportunidad,
archívese el expediente como asunto concluido.
Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros
Margarita Beatriz Luna Ramos, José Fernando Franco González
Salas, Sergio A. Valls Hernández, Alberto Pérez Dayán y Presidente
Luis María Aguilar Morales.
Firman los Ministros Presidente y Ponente, así como el
Secretario de Acuerdos de la Segunda Sala que autoriza y da fe.
PRESIDENTE
MINISTRO LUIS MARÍA AGUILAR MORALES
6 No. Registro: 174,007. Jurisprudencia. Materia(s): Común. Novena Época. Instancia: Segunda Sala.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: XXIV. Octubre de 2006. Tesis: 2a./J.
152/2006. Página: 372.
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PONENTE
MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS
EL SECRETARIO DE ACUERDOS
LIC. MARIO EDUARDO PLATA ÁLVAREZ
NOTA: Esta hoja corresponde al Amparo Directo en Revisión 221/2014,
Recurrente: **********, fallado el dos de abril de dos mil catorce, en el cual se
resolvió: ÚNICO. Se desecha el presente recurso de revisión. Conste.
En términos de lo dispuesto por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación en su sesión del veinticuatro de abril de dos mil siete, y conforme a lo
previsto en los artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, así como en el
segundo párrafo del artículo 9°, del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como
reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.
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