El tiempo entre los mocovíes del Chaco argentino López Alejandro, Giménez Benítez Sixto & Granada Anahí Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas, Universidad Nacional de La Plata, Argentina Sobre los mocovíes Los mocovíes habitan la zona sur de la región Chaqueña, en territorio de la República Argentina. Originalmente cazadores recolectores, luego de la llegada de los españoles adoptaron rápidamente la cultura ecuestre. Con la expedición de Urízar, en 1710, se vieron obligados a desplazarse mucho más al Sur y al Este: hacia las provincias argentinas de Corrientes y Santa Fe. Ello los afectó en gran medida, y desde 1743 muchas bandas buscaban la "paz" con los criollos y permitían fundaciones misionales entre ellos (en general de breve duración). A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, el avance de la Sociedad Nacional hacia el Chaco desde Santa Fe provocó el retorno de muchos mocovíes a zonas del Sur de la actual provincia del Chaco. Actualmente los mocovíes supervivientes (alrededor de cinco mil) se encuentran en las provincias argentinas de Santa Fe y Chaco. En esta última, se hallan los asentamientos mocovíes de Colonia Juan Larrea y Cacique Catán (Colonia Gral. Necochea), donde se viene realizando la labor de campo para este trabajo, desde 1999. El área Chaqueña es especialmente impo rtante para la comprensión de las cosmovisiones, debido al rol de corredor cultural que el Chaco a jugado por su ubicación geográfica entre las zonas andina, amazónica, patagónica y mesopotámica. Tiempo y cosmovisión Las categorías de tiempo y espacio constituyen los elementos fundamentales con los que el hombre construye su experiencia del mundo. Independientemente de la discusión de la naturaleza y origen de estas categorías, resulta claro que la forma en que las distintas culturas las han elaborado es fundamental para comprender sus respectivas cosmovisiones. Los trabajos de Mircea Eliade sobre las concepciones del tiempo en diversas mitologías, han enriquecido enormemente esta cuestión. En muchas culturas americanas, el aspecto dinámico de la existencia es crucial. Por ello, es importante ocuparse de las concepciones sobre la temporalidad. Lo primero que debemos advertir es que en estos grupos (esto vale especialmente para los mocovíes) tiempo, espacio y existencia están profundamente entrelazados. Las nociones de camino y secuencia ordenada, que juegan un rol fundamental entre los mocovíes, son un claro ejemplo de ello [1]. Camino y orden Las nociones de camino y secuencia ordenada parecen ser conceptos clave para estructurar le experiencia en muchas culturas americanas, y es en particular válido para los mocovíes. La idea de camino como un "trayecto" que se recorre entre hitos funciona como una estructura narrativa que sirve para articular un variado número de experiencias. Por una parte el relato de la historia personal o la de la comunidad toma la forma de un camino, en el cual los hitos muchas veces son asimilables a "pactos" con los poderes que dominan la existencia [3]. La imagen de la vida como camino se repite en numerosas expresiones metafóricas. En la imagen de camino se conjugan elementos espaciales y temporales en el contexto de experiencias concretas. Como hemos señalado en un trabajo anterior, la misma estructura se utiliza para organizar el espacio celeste en torno a la Vía Láctea; donde esta última es pensada como una senda (Camino del Mañik) jalonada por diversos asterismos que cumplen el rol de "hitos" de este camino1. Las secuencias jerárquicamente ordenadas son otro gran concepto estructurante. Las ideas de medir y contar están fuertemente relacionadas entre sí, y ambas están muy conectadas con la idea de secuencias ordenadas. Estas secuencias son en muchos casos secuencias jerárquicas de algún tipo. En otros casos son asimilables a la noción de "camino". Muchas de las secuencias jerárquicas parecen tener un sentido asociado al parentesco, como ha sido mostrado para aymaras [4], y en el caso de los mocovíes agregaríamos que poseen también, en muchos casos, el sentido de jerarquías de poder. Estas secuencias forman una parte importante de las estrategias guaycurúes de cuantificación. De hecho son más importantes que los " numerales ordinales". En mocoví sólo se registran términos para primero (con propiedades verbales) [5] y otros que dan a entender la idea de llegar después, como el comentado por Justino Lalecori: Co'uaataxanaxaic "siguiente, posterior, ultimo" . Las partículas clasificadoras espaciales-cinéticas características del mocoví: so (se aleja; lejos), na (se acerca; cerca), ka (no visible; lejos) que clasifican los objetos en términos del hablante, tienen también un fundamental uso temporal. De hecho son estos clasificadores y algunas partículas adverbiales, quienes sirven para indicar el tiempo en mocoví, lengua que no presenta flexión de tiempo. Así so se usa para indicar pasado reciente, na presente y ka pasado remoto (por ejemplo en las narraciones) o futuro [5]. Esto refuerza la idea de camino como concepto estructurante. Lo cual también queda de manifiesto en los términos que hacen referencia al futuro como algo que viene hacia el hablante: naa noviro (llegó1º), da ñaqa naata (el porvenir). Tiempo de los antiguos y conciencia histórica Entre los mocovíes los hitos fundacionales de la cultura humana (como la obtención del fuego), acontecen en un tiempo en el que la existencia humana y animal eran intercambiables. En ese tiempo este pasaje era posible, luego ya no lo fue y la vida humana pasó a quedar claramente separada de la vida animal, perdiendo quienes quedaron como animales, el don del habla y otras habilidades humanas. Nuestros informantes dividen a los mocovíes en "antiguos" (o "abuelos") y "nuevos". Incluso los informantes más ancianos (por ejemplo Justino Lalecorí, 1922-2002) se auto-reconocen como "nuevos" y aseguran que ya no existen "antiguos" y que desaparecieron con la anterior generación. Este cambio es visto como un cambio de era, y percibido como una pérdida. Los "abuelos" son mocovíes de ambos sexos, que viven en una época en la que la vida del mocoví se regía por las antiguas costumbres. Una de las características de los "abuelos" es que en sus tiempos muchos eran pi'xonaq (shamanes) poderosos. Algunos capaces de atraer la lluvia, otros de curar las mordeduras de serpientes y otros de sanar diversos tipos de enfermedades. Estos antiguos poderosos fumaban pa'a (tabaco silvestre) y cantaban para llevar a cabo la mayor parte de sus despliegues de poder. Vemos entonces que el tiempo de los Abuelos es un tiempo cualitativamente distinto del tiempo actual. Existe un contraste entre las escalas de poder características de estos "tiempos". No se debe pensar que la frontera entre ambos tiempos es algo rígido. En un primer sentido se trata de una franja borrosa situada en torno al comienzo del siglo XX y relacionada a la desaparición del modo de vida tradicional mocoví. Pero en un segundo sentido el tiempo de los antiguos no está 1 Se ha señalado que los conceptos de camino y secuencia jerárquica podrían constituír el trasfondo de la organización de los quipus incaicos y algunos códices mesoamericanos [4] . definitivamente clausurado y se reactualiza cada vez que el encuentro con lo "otro", lo "ajeno", lo "poderoso", se hace presente. Pueden establecerse comparaciones con el tiempo profano y lo sagrado de Eliade [6], pero haciendo la salvedad de que las irrupciones del tiempo de los antiguos están en general circunscriptas (incluso espacialmente) al ambito de un encuentro específico con el poder. En este sentido, el ritual es solamente una de las formas posibles de este encuentro. Una categoría de eventos de poder particulares en este sentido, son los eventos cataclísmicos. Los mocovíes tienen relatos acerca de diversos eventos cataclísmicos que habrían afectado al mundo, provocando "un cambio de época global" [7]. En el área de las comunidades estudiadas (Campo del Cielo), un evento meteórico acaecido hace unos 5000 años ha dado lugar a diversas interpretaciones en ese sentido. De hecho los fragmentos meteóricos que aún pueden encontrarse en la zona son pensados como objetos de poder. Los cambios de "era" que implican cambios en la "suerte" y destino de la comunidad, se entienden como anunciados por sucesos astronómicos (como determinadas posiciones de la Cruz del Sur o la Vía Láctea). En la actualidad el milenarismo característico de los movimientos pentecostales que actúan el la zona, ha acentuado la expectativa mocoví sobre estos cambios drásticos en el discurrir del tiempo. Dichos cambios, en algunos casos asociados a una inversión del plano humano y el inframundo, implican cambios en el balance del poder, y son esperados como la posibilidad de recuperar la posición perdida del tiempo de los antiguos. En este contexto se plantean las estrategias de relación con la Sociedad Nacional [8]. El Ciclo Anual Según Guevara [9] las Pléyades eran llamadas por los mocovíes, Gdoapidalgate, cuyo significado sería "nuestro abuelo el Señor" [10], al cual tenían por su creador, o el fundador de su linaje. El Orto helíaco2 de estas estrellas marcaba el comienzo del año [11] (el término para año en mocoví es ñaaxa), momento en el cual, celebraban ruidosamente su retorno y con ello el comienzo de un nuevo ciclo. Nuestros informantes coinciden con esto, pero además algunos señalan que el año comenzaría en julio, cuando vuelve el sol3, dapilra'aasa (ra'aasa, sol) . El tiempo en que las Pléyades estaban fuera de la vista era considerado una enfermedad del abuelo y tiempo de tristeza. Entre nuestros informantes hemos recogido como nombre de esta constelación Lapilalagachi , el cual también es el nombre de una planta epifita conocida como clavel del aire (Tillandsia del género de las Bromeliáceas) . Al comenzar el año, con el horto helíaco de estas estrellas, los primeros días de junio, hay que pasar la noche en vela para evitar quedar manchado. El año de los mocovíes es concebido como la repetición de un ciclo relacionado a la abundancia. De hecho el término para año ñaaxa significa "tiempo de maduración" y es utilizado muchas veces para designar al verano. Por lo tanto entre los mocovíes al hablar de años transcurridos se está hablando de una determinada cantidad de ciclos de maduración y abundancia. Es durante el verano cuando las chauchas de la Algarroba (Map) alcanzan la madurez. Estas vainas constituían buena parte de la alimentación tradicional mocoví. Esta abundancia es un proceso que comenzaría a gestarse con la aparición de Las Pléyades, que por ello sería celebrada. Por esto mismo no es casual que se las identifique con los antiguos ancestros de la etnia, fuente de poder y fecundidad. De hecho todo el cielo es concebido como una región de abundancia y poder, mayoritariamente habitado por seres femeninos [1]. A lo largo del año los mocovíes observan las diferentes posiciones de la Vía Láctea y las Nubes de Magallanes respecto al horizonte. Esto conecta el ciclo anual, la abundancia, lo 2 El orto helíaco es la primera aparición del astro en el horizonte Este, justo antes de la salida del Sol. La posición de salida del Sol se va desplazando sobre el horizonte a lo largo del año, en un movimiento de vaivén en torno al punto cardinal Este. Los puntos extremos se alcanzan en las fechas denominadas solsticios, alrededor del 21 de junio y del 21 de diciembre. 3 celeste y el horizonte. La repetición de las configuraciones se vincula así con la renovación de la abundancia. Es un tanto equívoco hablar de estaciones entre los mocovíes. Como ya hemos mencionado, el término que se usa para designar al verano está en realidad preñado del ciclo entero y tiene resonancias metafóricas que difieren de las que asignamos a las estaciones. Muchos informantes al preguntarseles por las épocas del año mencionan inicialmente tres etapas Nosaxa (florecimiento o el polen), hasta cierto punto asimilable a la primavera, ñaaxa la maduración ya comentada, y cotap. Este último término que designaría al otoño, es intrepretado por Bulkwalter como el tiempo de florecimiento del Cotapik. En la zona que desarrollamos nuestro estudio, ciertamente este período no corresponde al florecimiento de ese árbol. Nuestros informantes, si bien reconocen este término y convienen en asignarlo al otoño (relacionándolo con la caída de las hojas), no son capaces de relacionarlo con el Cotapik. En algunos casos se da un cierto término vinculado a una parte del año. Se trata de No'oomaxa (el frío) a veces vinculado con el invierno. Vemos que el ciclo anual relaciona profundamente los ciclos vegetales y los ciclos celestes, lo que en términos mocovíes equivalen a los ciclos de la abundancia. El ciclo de "El Luna" (Shiraigo) El ciclo de "El Luna" se asimila a las etapas de al vida. Así, sus fases se designan con términos aplicables a las etapas de crecimiento de vegetales, animales y personas. Estas fases tienen connotaciones espaciales debido a la región del horizonte en que la luna aparece en cada una de ellas. De hecho esta asociación podría estar en el origen de los nombres mocovíes para este y oeste (***). Este mismo ciclo lunar es usado por los mocovíes, como en muchas otras culturas, para medir el tiempo. Día y noche Las posiciones del sol han sido utilizadas para determinar las distintas partes del día (na'xa'a). Las horas de luz se designan con el término uqiyina'xa'a , re'qoochiguiñi o ñaqa viteta. El amanecer es richilecna o nogoshim ra'aasa (sale el sol). Media mañana es noYoxoguem aso ra'aasa (el sol algo alto). El mediodía se designa con la frase na'xa'a lavinñi (el medio del día) o nagira shini ra'aasa. (El sol en su punto más alto. Se treta del mediodía verdadero). Lavit es la tarde. El final de la jornada diurna es ignovoñic ra'aasa (Entra el sol). Diversas variantes de gnomon (ra'aasa lo'o "el que se opone al sol") eran utilizadas por los mocovíes para identificar los distintos momentos del día. El término para noche es Pe, Necteecta es medianoche y Te etá la madrugada [12]. Los mocovíes y el tiempo de la sociedad nacional Una forma especialmente importante de medir el tiempo y relacionar esta medida con la cuantificación del espacio es la observación de ciclos astronómicos y vitales. No queremos dejar de llamar la atención sobre la importante relación que los mocovíes establecen entre tiempo y ángulos, medidos desde el horizonte. En trabajos previos [1] [7] y en otros en desarrollo, abordamos estas temáticas extensamente. En la actualidad, algunos mocovíes usan reloj, o escuchan la hora por radio. De hecho en general manejan con soltura las horas occidentales y su división en minutos, utilizando estas medidas en su vida cotidiana, siendo capaces de relacionarlas con las medidas tradicionales asociadas a la posición del sol y las estrellas. Otro aspecto interesante de esta cuestión es el enorme interés mostrado por los mocovíes por los almanaques occidentales. No cabe duda de que tienen gran utilidad en la relación con los criollos, debido a las actividades económicas en común (ya que los mocovíes trabajan, por ejemplo, como peones rurales). El almanaque ha reemplazado en la práctica muchos de los usos del "calendario" tradicional mocoví, debido a que el calendario es un instrumento enormemente ligado a los medios de vida de los grupos humanos. Referencias 1. Giménez Benítez, S. R., López A. M. & Granada A., (2002). Astronomía Aborigen del Chaco: Mocovíes I: La noción de nayic (camino) como eje estructurador. Scripta Etnológica, CAEA, Vol. XXIII. 2. Tavolini Francisco, (1893) Mocoví, Taller de Publicaciones del Museo, La Plata. 3. Dasso, M. C., (1999). La mascara cultural, Ciudad Argentina, Bs. As. 4. Urton, G., (1997). The Social Life of Numbers. University of Texas Press, Austin. 5. Gualdieri, C., (1998). Mocovi (Guaycuru). Fonología e morfossintaxe, Tese apresentada ao curso de lingüística do Instituto de Estudos da Linguagem da Universidade Estadual de Campiñas. Campiñas, São Paulo, Brasil. 6. Eliade Mircea (). Lo Sagrado y lo Profano 7. Giménez Benítez, S. R., López A. M. & Mammana L., (1999). Meteorites of Campo del Cielo: Impact on the indian culture, Oxford VI and SEAC 99 "Astronomy and cultural diversity", C. Esteban, J. A. Belmonte (editors), La Laguna. 8. Giménez Benítez S. R., López A. M. & Granada A., (2003). Suerte, Riqueza y Poder. Fragmentos meteóricos y la presencia de lo celeste entre los mocovíes del Chaco. (en prensa) 9. Guevara José (S.J.), (1969). Historia del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán, en Colección de obras y documentos relativos a la Historia antigua y moderna de las Provincias del Río de la Plata, por Pedro de Ángelis, Tomo I, Plus Ultra, Bs. As. 10. Lehmann-Nitsche, R. (1924-25). La Astronomía de los Mocoví, Revista del Museo de La Plata, Tomo XXVIII (Tercera serie, Tomo IV), Mitología sudamericana VII, Bs. As. 11. Lehmann-Nitsche, R. (1927). La Astronomía de los Mocoví (segunda parte), Revista del Museo de La Plata, Tomo XXX (Tercera serie, Tomo VI), Mitología sudamericana XII, Bs. As. 12. Buckwalter A. (1995). Vocabulario Mocoví, Mennonite Board of Missions, Elkhart, Indiana, Edición provisoria.