Internado Nacional “Barros Arana” Depto de Física. Nivel Tercero Medio Diferenciado. Unidad: Gravitación Universal y Leyes de Kepler. La astronomía es la más antigua de las ciencias. La cantidad y precisión de los datos astronómicos conocidos desde épocas muy remotas, son realmente sorprendentes. Esto se debe probablemente, a la influencia que los fenómenos celestes ejercían en la vida de los pueblos más antiguos. Así, la necesidad de establecer las épocas de siembra y de cosecha, y su relación con las posiciones del sol, de la luna y las estrellas, llevó a los astrónomos de la antigüedad a recabar un gran número de datos relacionados con el movimiento de tales astros. El modelo antiguo de los griegos. Los primeros intentos para explicar el movimiento de los cuerpos celestes se deben a los griegos del siglo IV a. de C. Al tratar de reproducir los movimientos de dichos cuerpos, los astrónomos griegos establecieron un modelo en el cual la Tierra se situaba en el centro del universo, y los planetas, así como el sol, la luna y las estrellas, se hallaban incrustados en esferas que giraban alrededor de la Tierra. Con este modelo se pudieron describir con aproximación razonable, los movimientos de los astros en el cielo. Al intentar ajustar más su modelo a los hechos observados, los griegos tuvieron que valerse de un gran número de esferas para explicar el movimiento de un solo planeta. Esto convirtió el universo griego antiguo en algo muy complicado, y durante muchos años se llevaron a cabo varios intentos para conseguir un modelo más sencillo. El sistema geocéntrico de Tolomeo. De los sistemas ideados para la simplificación del antiguo modelo griego, el que obtuvo mayor éxito fue la teoría geocéntrica del gran astrónomo Tolomeo, quien vivió en Alejandría en el siglo II d. de C., y era de origen griego. Tolomeo suponía que los planetas se movían en círculos cuyos centros giraban alrededor de la Tierra. Además de ser éste un modelo más sencillo que el primitivo de los griegos, logró un mejor ajuste a los movimientos que se observaban en el cielo. Debido a la razonable exactitud de las previsiones que se hacían con el sistema de Tolomeo y como si teoría se adaptaba muy bien a las creencias religiosas de la Edad Media, sus ideas perduraron prácticamente durante 13 siglos. Pero las sucesivas modificaciones introducidas en tal modelo para que se adaptara a las observaciones que se fueron acumulando durante ese largo periodo, acabaron por convertir el sistema tolemaico en otro también muy complicado. El sistema heliocéntrico de Copérnico. El astrónomo polaco Nicolás Copérnico presentó en el siglo XVI , un modelo más sencillo para sustituir el sistema de Tolomeo. Siendo un hombre con una profunda fe religiosa, Copérnico creía que “el universo debería ser más sencillo, pues Dios no haría un mundo tan complicado como el de Ptolomeo”. En el modelo de Copérnico, el Sol está en reposo, y los planetas, incluyendo la Tierra, giran alrededor de él en órbitas circulares. Esta idea ya había sido propuesta por algunos filósofos de la Grecia antigua. Con su Teoría Heliocéntrica, Copérnico lograba una descripción de los movimientos celestes tan satisfactoria como la que se obtenía con el sistema de Tolomeo, y con la ventaja de ser un modelo mucho más sencillo que el geocéntrico. Pero un sistema que considerara al Sol inmóvil, y la Tierra se convertía en un planeta en movimiento como todos los demás, iba en contra de la filosofía aristotélica y las convicciones religiosas de la época. En virtud de ello, Copérnico tuvo gran renuencia a publicar sus ideas. El libro en el cual expuso su teoría causó grandes polémicas, y terminó por ser colocado en la lista de los libros prohibidos por la iglesia.