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Ministerio de Cultura
Nombre del bien: PLAZA DE MERCADO DE GIRARDOT
Código del registro: 1_1_1_5_25_307_01
Departamento:
Cundinamarca
Municipio:
Girardot
RESEÑA HISTÓRICA
La plaza de mercado de Girardot, construida entre 1950 y 1954, proyectado en 1946
por el arquitecto alemán “LEOPOLDO ROTHER” (1894 – 1978), entonces director de
Edificios Nacionales del Ministerio de Obras Publicas.
Junto a Bruno Violi, Rother es el maestro más importante de la arquitectura moderna
en Colombia, y por su gran labor, fue justamente distinguido con la Cruz de Boyacá en
1974. Para el año 1946, había ya proyectado y construido obras de resonancia
mundial, como la “Ciudad Universitaria de Bogota” y el Reformatorio de Brandeburgo,
en su tierra natal, que tendría inmediatamente considerable influencia en el diseño de
las prisiones de toda Alemania y más tarde en Norteamérica.
Le Corbusier, el más destacado protagonista de la arquitectura moderna en el mundo,
manifestó personalmente a Rother la gratísima sorpresa que le causara el
“sobresaliente” proyecto del mercado de Girardot, que además, por belleza aérea de
su arquitectura y la fuerza innovadora implícita en su ingeniería ha sido el tema central
de publicaciones especializadas, nacionales y extranjeras.
La verdadera importancia del edificio no fue siempre entendida por anteriores
administraciones y la construcción poco a poco fue cayendo en aparente degrado,
mientras se hacían irresponsables modificaciones al proyecto diseñado y construido
por un maestro.
Para fortuna de todos, en 1991 y por Ley de la República, el edificio de la plaza de
Mercado de Girardot es declarado Monumento Nacional, y ahora como Patrimonio
Histórico y Artístico de Colombia está protegido por el Estado. Corresponde a la
administración municipal iniciar el proceso de devolver a la ciudad, al país y a la
historia del arte este tesoro escondido. De ese importante proceso, este estudio
pretende ser el punto de partida.
FUENTE(S)
Autor: Alcaldía de Girardot
Centro de Documentación. Ministerio de Cultura
Consecutivo: 60
Pagina(s):
DESCRIPCIÓN FÍSICA
Edificación urbana individual, que ocupa una manzana del centro de Girardot.
Conserva el uso del mercado para la cual fue creada.
De composición octogonal, consta de dos plantas, con vacíos en la segunda. Está
compuesta por una estructura de columnas bifurcadas que sostienen la cubierta de
bóvedas aligeradas y construida en concreto reforzado.
Ministerio de Cultura
Es una obra enmarcada dentro del denominado movimiento cultural moderno, que se
presentó en Colombia a partir de 1930 y dentro de la obra artística del arquitecto
alemán Leopoldo Rother, quien tuvo gran ingerencia en el desarrollo de la arquitectura
moderna en el país.
FUENTE(S)
Autor: Colcultura
Centro de Documentación. Ministerio de Cultura
Consecutivo: 60
Pagina(s):
MATERIALES Y TÉCNICA
Leopoldo Rother: “En esta obra, la que proyecté en el año de 1946, se usaron por
primera vez en Colombia membranas de concreto”. La cubierta se compone por 198
membranas, las que tienen un largo de 7.00 metros y un ancho de 2.50 metros, por
consiguiente se clasifican como membranas "largas”. La flecha es de 0.50mts = 20 %
de la anchura, el espesor es de 5cms.
Como en 1946 en Colombia todavía no existían experiencia en el cálculo de
membranas, se construyó en el Departamento de Edificios Nacionales de Minobras (es
decir, en el edificio Murillo Toro de Bogotá, que estaba en construcción) una
membrana de ensayo en tamaño natural y se cargó hasta llegar a la rotura, obteniendo
como resultado que la resistencia de la membrana fuera muy superior a la calculada.
Las membranas de Girardot las proyecté con una viga superior invisible. Las columnas
en “V” forman con las vigas de la galería y con las vigas invisibles de las membranas
triángulos resistentes. El edificio se construyó sin paredes para aprovechar las brisas.
El desagüe de la cubierta se efectúa por las columnas, las que se encuentran en cada
segundo, tercero o cuarto eje respectivamente. En los ejes intermedios se deja
evaporar el agua en los triángulos de las membranas para lograr un ambiente fresco
en la plaza. Al afinar la cara superior de las membranas, se ejecutó los triángulos con
pañete de cemento, un declive de 1% en dirección longitudinal, para conducir el agua
a las bajantes. Las vigas están atravesadas por tubos horizontales para facilitar el
desagüe. Se necesita encima de la cubierta una toma de agua para limpiar de vez en
cuando los triángulos, con el fin de evitar que se forme moho por la evaporación del
agua de la lluvia”.
FUENTE(S)
Autor: escala 20
Centro de Documentación. Ministerio de Cultura
Consecutivo: 60
Pagina(s):
ESTADO DE CONSERVACIÓN
La zona histórica objeto de este estudio está conformada por la plaza de mercado, el
parque de Santander y las construcciones al rededor de estas dos manzanas, es decir,
Ministerio de Cultura
el conjunto urbano que se forma entre las calles 10 y 12 y las carreras 9 y 10, y cuyos
elementos de construcción mas importantes, si no impredecibles, son los siguientes:




EL PARQUE DE SANTANDER (o de San Miguel o Plaza de la Constitución)
LA PLAZA DE MERCADO
OTRAS EDIFICACIONES DE LA ZONA HISTORICA
VIAS Y ACCESOS
El Parque de Santander (O de San Miguel, o Plaza de la Constitución)
Este espacio público es el núcleo alrededor del cual se crea, no sólo la zona histórica
especificada de esta investigación, sino probablemente la misma ciudad de Girardot,
como lo señala el arquitecto Orlando Barragán en sus estudios sobre la Plaza de la
Constitución.
Si bien la importancia histórica del lugar es indiscutible, el tratamiento que se le ha
dado es, por decir lo menos, irresponsable. De la antigua y muy elegante Plaza de la
Constitución quedan sus palmeras, sus bancas y faroles sobre columnas de hierro
fundido, un solo parqueadero impenetrable, un puesto de policía y algunos encierros
de guayacanes, otros árboles menores y una precaria callecita peatonal.
La “plaza”, a nivel urbanístico representa el espacio abierto contrapuesto al volumen
construido del resto de la ciudad; es el negativo de la “manzana”, donde el peatón se
desquita de la ortogonalidad de sus calles y carreras, cruzando “a través” desde donde
se puede admirar en toda su magnitud el frente de las cuadras, el privilegiado lugar
donde los edificios muestran toda su fachada. El parque de San Miguel debería ser,
como fue, el mirador ideal para apreciar en todo su esplendor un conjunto urbano
espectacular: antiguas casonas de dos pisos con sus balcones sobre el andén, la
imponente iglesia de San Miguel y un edificio que es patrimonio histórico de la
arquitectura y Monumento Nacional de Colombia, el mercado cubierto de Girardot, la
obra maestra del profesor Leopoldo Rother.
La Plaza de Mercado
No es indispensable el ojo de un especialista para describir la situación lamentable en
que el importantísimo edificio de mercado cubierto de Girardot se encuentra
actualmente.
Se puede confirmar, eso sí, el buen estado estructural que conserva la construcción,
inclusive hasta las bóvedas de la cubierta que muestran algunos daños menores. No
se puede decir lo mismo de las instalaciones hidráulicas, sanitarias y eléctricas,
envueltas en un caos indescriptible e inestudiable, pues los usuarios han manipulado a
su antojo cables y tuberías, modificando seriamente el sistema infraestructural
diseñado meticulosamente por los ingenieros del Ministerio de Obras Públicas de
Colombia.
No es una coincidencia que con frecuencia se presentan incendios en el edificio, que
falte la presión del agua o que los baños sean perfectamente antihigiénicos. Pero no
han sido sólo los usuarios, ya que las mismas administraciones encargadas de
Ministerio de Cultura
salvaguardar la Plaza de Mercado han autorizado y llevado a cabo por propia iniciativa
las más abusivas obras de “remodelación” y ampliación, que van mucho más allá de
los enredos de tubos y cables de que se hablaba, hasta llegar al punto de modificar
profundamente la idea principal y el logro más admirado del edificio, su transparencia,
gracias a la cual, el espacio resultaba agradable y fresco mientras la belleza grácil de
su estructura esencial no impedía la vista omnipresente del cielo, las montañas, el río
y las bellas construcciones circunvecinas.
Que en este país no se respete la propiedad artística no es ninguna novedad, pero
que esta violación ocurra y repetidamente contra un edificio tan importante por
iniciativa municipal no deja de ser preocupante.
Ya durante la construcción, Rother objetó inútilmente la primera modificación: un
ingeniero había reducido la altura de los pisos con el fin de economizar algunos pesos.
En consecuencia, las columnas aparecen más inclinadas y las coronas más abiertas
que en el bellísimo y complejo diseño elaborado por el entonces ya muy prestigioso
arquitecto.
En 1965 un ingeniero de apellido Melendro recibe el encargo de construir y diseñar
unos mezanines, que resolverían el problema del dramático aumento del volumen de
ventas y vendedores en la plaza. Pues ante esta situación surgen interrogantes muy
significativos, como por ejemplo, si no será hora de contratar un ingeniero que
construya otros cinco pisos encima. Además, han pasado más de treinta años y los
vendedores han aumentado en igual proporción.
Hoy, esos mezanines lucen como en los barrios de invasión, los cartones y las tejas
oxidadas que protegen sus puestos, pues el ingeniero Melendro no se percató de que
el sol y la lluvia se encargarían de resaltar el atrevido error que se estaba cometiendo.
Además, se han construido por todas partes almacenes con paredes y techo en vez de
puestos abiertos, barreras de cuatro metros de altura para graneros “seguros”,
monstruosas chimeneas para los inútiles incineradores, toboganes para botar basura
desde el segundo piso, monumentales stand de cemento, extrañas instalaciones
hidráulicas e eléctricas para los distintos sitios a donde se trasladan los restaurantes
cada nueva administración, horribles cubiertas de lámina de hierro o cartón donde se
posa la mugre para los locales que se instalaron el las áreas libres y almacenes en
cuanto espacio se pudo prever para tener un mercado cubierto, amplio y aireado por
parte de Rother, y obtener en cambio un laberinto oscuro y maloliente, imposible de
administrar y de mantener siquiera en regular estado ni estético ni higiénico.
FUENTE(S)
Autor: Alcaldía Especial de Girardot
Centro de Documentación. Ministerio de Cultura
Consecutivo: 60
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