El caso Blumberg constituye en terminos de liderazgo un fenómeno

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“El caso Blumberg”
ENCUESTA DE OPINIÓN
Centro de Estudios Globales
Programa de Estudios en Opinión Pública
12 al 16 de Abril, 2004
Dirección: Raúl G. Aragón
FICHA TÉCNICA:
TÍTULO:
“El caso Blumberg”.
POBLACIÓN TARGET: Adultos mayores de 18 años, ambos sexos, capital federal.
TAMAÑO Y DISEÑO MUESTRAL: Aleatoria, simple, sin reposición, ponderada por
género, edad y nivel socioeconómico. 450 casos; error muestral +/- 5%.
CUESTIONARIO: Estructurado.
FECHA DEL CAMPO: 12 al 16 de Abril, 2004.
COMENTARIO SOBRE LA METODOLOGÍA EMPLEADA
La técnica de recolección de datos empleada en este estudio es una combinatoria de
métodos cuantitativos y métodos cualitativos. Esto se realizó mediante un cuestionario
con preguntas abiertas y cerradas. La característica de las preguntas abiertas es que el
encuestador registra la respuesta literal del entrevistado sin ofrecer un “menú” de
respuesta predeterminadas entre las que él deba elegir. Las respuestas obtenidas tienen
tantas variantes como casos constituyen la muestra. Éstas son después agrupadas por
ejes semánticos. Es decir que aquellas que varían en su puesta en discurso remiten, a
pesar de esto, a un mismo fundamento de sentido, se agrupan juntas y la categoría toma
el nombre de los adjetivos y/o sustantivos más mencionados. Así, ante la pregunta
“¿Cuál es la principal virtud del Ing. Blumberg?” se obtienen, por ejemplo, “Su coraje”,
“Que tiene los pantalones bien puestos”, “Su valentía”, “Su honestidad” y “Que no
esconde nada”. Las tres primeras se agruparían en una categoría de respuesta que
llamaríamos “Coraje/valentía” y la tercera y la cuarta se agruparían en una categoría que
llamaríamos “Honestidad”. Este método asegura que no se violenta o se fuerza la
respuesta y que las categorías son construidas “desde el objeto” y no “superpuestas” a
éste. Por último, las respuestas que no pueden ser agrupadas por su diversidad de
sentido son sumadas en una categoría llamada “Otras sin regularidad”. Si la
investigación, así como la lectura de los datos, está hecha correctamente, esta categoría
no debería reunir más del 15% al de las respuestas.
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ANÁLISIS:
El caso Blumberg constituye, en términos de liderazgo, un fenómeno casi único.
Cumple los parámetros de casi todas las teorías de liderazgo. Esto se verifica en el
estudio de opinión pública que describimos a continuación.
Lo primero que resulta extremadamente claro es el alto grado de idealización que el
público porteño tiene del Ing. Blumberg.
En la dimensión de la investigación que indaga la percepción que el público tiene de
los atributos, tanto positivos como negativos del Ingeniero, esto aparece claramente
señalado en tres datos.
El primero es que, al preguntársele a la gente “Según Ud. ¿Cuál es el principal defecto
del Ing. Blumberg?”, el 31% dice que “No tiene defectos” y el 53% dice no saber o no
poder precisar uno. Estas dos categorías sumadas informan que el 84% del público no
percibe un defecto en él. Sólo el 4,2% menciona como un defecto su cercanía con la
política y un 7% considera que es “demasiado mediático”. Es necesario señalar también
que estas dos categorías (construidas a partir de las respuestas y no previamente
determinadas por el investigador, como señalamos arriba), no denotan una crítica
descalificante sino que señalan rasgos más de modo que de cualidad en la persona del
Ingeniero. No cuestionan ni su persona, ni sus intenciones.
El segundo es que, correspondientemente, en relación a su principal virtud, es decir la
cualidad positiva que el público percibe en primera instancia, sí son atributos referidos a
cualidades personales. El 29,5% considera que su principal virtud es “Su fuerza/su
tenacidad”, el 14,7% menciona “Honestidad/entereza”, el 12,2% percibe en primera
instancia su “Coraje/Valentía”; sólo el 11,% dice no poder precisar una cualidad
positiva y el resto del público, un 32% distribuye su percepción entre 7 categorías
indicando que la figura del Ingeniero permite la atribución de rasgos positivos, producto
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de casi toda la gama de variaciones perceptivas de un público que, por incluir todos los
niveles socio económicos, educativos y etarios, es necesariamente muy amplia. Esta
cualidad, la de ser una figura en la que cada uno puede proyectar lo que desea ver es,
entre otras, una condición central en la constitución de liderazgos.
Si se comparan los valores de estas dos variables resulta claro que:
1) La imposibilidad de precisar rasgos negativos indica una alta idealización y;
2) la altísima atribución de rasgos positivos, así como su gran variedad, indican la
extensión de esta idealización que abarca todas las categorías de público.
3) La significación de los pocos rasgos negativos atribuidos es de muy bajo
contenido crítico y sólo referidos a conductas y;
4) la naturaleza de los rasgos positivos, todos referidos a cualidades, señalan que la
atención del público está concentrada en la figura del Ingeniero y no en sus
acciones. Esto refuerza la tesis de la idealización ya que el líder, por definición
debe estar situado en el imaginario colectivo, a cierta distancia ideal; esto es que
debe poseer atributos susceptibles de ser atribuidos a un ser humano pero
escasamente atribuibles a una persona en particular.
El tercer dato que señala claramente una alta idealización de la figura del Ing.
Blumberg, se refiere a su dimensión discursiva. Es decir a su capacidad de significación.
Esta capacidad de significación, entendida como la habilidad de construir mensajes que
puedan ser entendidos por todos, es un atributo central de la condición de líder. Podría
parecer entonces paradojal que ante la pregunta “¿Qué frase del Ing. Blumberg
recuerda?” el 68% de los consultados dijo no poder precisar una. El 32% restante
necesitó ocho categorías para distribuir sus respuestas. Se infiere que este porcentaje,
dividido por el número de categorías de respuesta, señala que éstas tuvieron en
promedio 3% de recordación. Las más mencionadas: “Axel es el hijo de todos” y
“Hagamos todo en democracia” sólo fueron recordadas por el 4,6% y el 4,9% del
público respectivamente, seguidas por “Justicia para todos” (4,1%) y “Los diputados
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deben hablar menos y hacer más” (4%). Es muy significativo que frases de tan alto
impacto emocional como la referida a su hijo y frases tan críticas dirigidas a un target
tan desprestigiado por el público como lo es la clase política (recordemos el “que se
vayan todos”) tengan una frecuencia de recordación tan baja. Como decíamos arriba, el
líder para serlo debe ser capaz de significación; ¿Qué es entonces?, si no es el contenido
de su discurso explícito lo que el Ingeniero está comunicando y si no es por medio de la
verbalización ¿Cuál es el soporte (en el sentido mediático) de lo que está comunicando,
sea lo que esto sea?
Si eliminamos los contenidos discursivos, que como se vio claramente no se
constituye, sólo quedan dos componentes:
1) la legitimidad enunciativa, esto es la autoridad que un enunciador tiene para
decir lo que dice y;
2) la figura del mismo enunciador, en tanto una representación y en tanto
representación contenido discursivo o, para decirlo en el lenguaje coloquial,
como contenido.
En el caso del Ingeniero, el primer componente es incuestionable: es el padre de un
hijo asesinado que pide justicia. Esto no requiere comentario: su legitimidad es
incuestionable. Pero esto no alcanza para explicar el fenómeno: ha habido recientemente
muchos padres que con igual legitimidad hicieron el mismo reclamo y no produjeron
una respuesta equivalente. Es verdad que la convocatoria tuvo mucho apoyo
periodístico y esto podría explicar en parte la masividad de la respuesta en tanto
asistencia a la plaza. Pero lo que debemos explicar es que una vez producida la plaza y
concluida la aparición del Ingeniero frente a la masa, el público continúa reconociendo
su liderazgo y lo consolida. Podría, y no es hipotético, haber fracasado frente a la
multitud. En este contacto directo Público/Líder los medios no tuvieron, ni por
definición podrían haber tenido, ninguna función. Por este argumento no podemos
abandonar la tesis de que esto fue un fenómeno producido por los medios. Por último,
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en este punto, la otra hipótesis explicativa que se maneja es que el público llegó a un
nivel de hartazgo con el tema de la inseguridad y que el caso Axel “colmó el vaso”. Es
probable, aunque no se pueda demostrar, que algo de esto haya existido; pero el “vaso
colmado” no explica, por sí solo, que el público haya reconocido puntualmente al Ing.
Blumberg de la manera que lo hizo. Aún nos quedaría por explicar por qué Blumberg, y
no una movilización sin liderazgo, como fue en el cacerolazo del 19 y 20 de diciembre
del 2001. Aquella movilización careció de líderes y no fue menos masiva.
El segundo componente de los mencionados arriba parecería tener más poder
explicativo. No se trata de lo que el Ingeniero dice ni de lo que hace sino de lo que
representa: el reclamo desesperado de toda la sociedad frente a la inseguridad. Pero una
representación no es un individuo sino que pertenece al campo de lo ideal.
Es decir, el hecho de que la significación principal para el público esté en lo que el
Ingeniero representa (no en lo que dice y hace) y que esto sea lo que cumpla con la
condición de “capacidad de significación” que todo líder debe poseer, se conjuga
claramente para reforzar la tesis de “idealización” que este estudio propone como
primera conclusión.
La segunda conclusión que proponemos como resultado del sondeo es que el Ing.
Blumberg constituye un modelo nuevo y en esto cumple otra de las condiciones de
liderazgo: diferenciación con lo anterior, o dicho en términos de la socio semiótica,
rompe las reglas de género: es un líder distinto. Frente a la pregunta “¿Con cuál
personaje de la historia o de la actualidad lo compararía?”, el 68,5% respondió “No es
comparable”, “Con ninguno” o “No sabría con cuál”. Esto claramente indica su
condición de novedad. Por otra parte, ante la pregunta “¿Ud. diría que el Ing. Blumberg
quiere ser político?, el 82,6% respondió que no, el 13,4% que sí y sólo el 4% dijo no
saber cuáles eran las intenciones del Ingeniero en este aspecto. A la siguiente pregunta:
“¿ Si el Ing. Blumberg fuese candidato a Diputado Nacional, Ud. lo votaría?”, el 40%
dijo que sí. Este dato podría parecer débil frente al 47,8% que no lo haría. Pero si se
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considera que el Ingeniero. no es candidato a nada y que en ningún momento los medios
mencionaron (en el sentido de instalar la idea) esta posibilidad, entonces ese porcentaje
resulta muy significativo. Si se articulan los resultados de las tres preguntas podría
inferirse con bastante solidez la hipótesis propuesta como segunda conclusión por este
estudio: el Ingeniero Blumberg constituye un modelo de liderazgo original. Esto es que,
si no resulta comparable con otros modelos, si no tiene intenciones políticas y si, sin
haberse propuesto como candidato, cosecha una intención de voto tan alta (sólo
comparable hoy a la del Presidente en Capital) es porque resuelve la demanda original
del “que se vayan todos” como expresión del rechazo de modelos de liderazgo y
representación política caducados en el imaginario colectivo porteño.
La tercera conclusión de este estudio, es que el Ing. Blumberg está dotado, en la
percepción del público, de una cuota de poder que le es propio y que encuentra su
fundamento en el mismo Ingeniero y también de algún atributo que lo coloca por
encima del mundo cotidiano.
Lo que puede interpretarse como una cualidad
diferenciadora del resto de los humanos y, en tanto así, en una presencia de condición
supra humana y al mismo tiempo humana; o sea cumple con la otra condición de líder,
la de distancia ideal y cercanía emocional.
A la pregunta “¿Por qué cree que a los padres de Mariela nadie los acompañó y al Ing.
Blumberg sí?”, el 25,1% de los consultados respondió “Por la diferencia social/por su
nivel social”, esto supone un atributo por condición de nacimiento; y el 18,6% considera
que la diferencia se debe a que “El Ingeniero tiene carisma”, lo cual supone también un
atributo propio e independiente de toda coyuntura remitiendo a una condición “natural”
de Blumberg. Estas dos categorías sumadas representan el 43,7% de las opiniones. Y
que el 17,5% no pueda ofrecer una respuesta, deja en claro que en tanto opinión
definida la primera es mayoritaria respecto de la suma de las otras opiniones definidas.
Esta hipótesis se refuerza por el cruce entre esta categoría y el análisis de
correspondencia con aquel 40% que dijo que lo votaría. Considerado este 40% como
total, el 78% corresponde a aquellos que en la pregunta sobre el caso Mariela
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respondieron que la diferencia está dada por el nivel social del Ingeniero o por su
carisma.
Por último, el aura de “ser superior” se completa al indagar acerca de la seguridad del
Ingeniero. En un momento en el que se ha convertido en la representación de lucha
contra la corrupción policial y la delincuencia a la que aquella se supone asociada, ante
la pregunta “¿Ud. cree que la vida del Ing. Blumberg corre peligro?, casi el 70%
responde que no y también en este caso la mayoría de sus potenciales votantes opinaron
así.
Lic. Raúl G. Aragón.
Programa de Estudios en Opinión Pública,
Centro de Estudios Globales.
Universidad Abierta Interamericana.
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