Higiene y salud mental

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UNIDAD 4
HIGIENE Y SALUD MENTAL
¿NUESTRO CUERPO RESPONDE DE LA MISMA FORMA CUANDO ESTAMOS SANOS O ENFERM
OS?
El proceso de convertirse en persona se construye poco a poco, es un proceso de evolución que construye la
identidad del si mismo también nos permite relacionarnos con nuestro entorno social sin embargo en este
proceso se pueden presentar aalteraciones inapropiadas de conducta que dificultan la interacción con nuestros
semejantes como desajustes emocionales. Alcoholismo, drogadicción, prostitucion, anorexia, etc.
Para conservarnos en un estado optimo contamos con la salud esta en un estado de bienestar físico social y
mental que se manifiesta en un armonía y equilibrio de nuestras funciones cotidianas, necesita para su
conservación que se preste la atención y el cuidado necesario una forma adecuada de conservar la salud es
alimentar el cuerpo con los nutrientes indispensables de tal forma que permite el funcionamiento crecimiento
y desarrollo de los órganos y el sistema que los conforma esto favorece la formación de defensas para
combatir microbios u otros organismos que quieran dañar o alterar la salud del organismo.
La salud mental es el estado de adaptación optimo son sentimientos de bienestar y realización de las propias
potencias y capacitaciones se conserva con las aptitudes y pensamientos positivos los ideales alcanzan la
búsqueda de la felicidad a trabes de la aceptación de uno mismo y de lo que lo rodea.
DELINCUENCIA
Conjunto de infracciones de fuerte incidencia social cometidas contra el orden público. Esta definición
permite distinguir entre delincuencia (cuyo estudio, a partir de una definición dada de legalidad, considera la
frecuencia y la naturaleza de los delitos cometidos) y criminología (que considera la personalidad, las
motivaciones y las capacidades de reinserción del delincuente).
FORMAS DE DELINCUENCIA
Las formas de la delincuencia son variadas y han ido cambiando en gran medida según los periodos de la
historia y los tipos de sociedad. Actualmente se observa un desarrollo general de formas de delincuencia
organizada basadas en el modelo de la mafia siciliana o de la camorra napolitana, dedicadas principalmente al
tráfico de drogas y de materias nucleares (especialmente en Rusia) facilitado por la evolución de los medios
de comunicación.
Los países occidentales tienen actualmente formas comunes de delincuencia, tanto en su frecuencia como en
el tipo de infracciones. El término genérico de delincuencia abarca varios tipos básicos de comportamiento
delictivo con criterios combinables: sin pretender ser exhaustivos, puede citarse la delincuencia cotidiana o
delincuencia menor, la delincuencia juvenil, la delincuencia por imprudencia, el crimen organizado, la
delincuencia económica y financiera, los atentados a personas, que comprenden básicamente los abusos
sexuales, los atentados a las normas y al orden público y, finalmente, el terrorismo. Cada una de estas
categorías presenta características propias, aunque a largo plazo se observa un crecimiento de la delincuencia
económica y financiera y de la delincuencia cotidiana con atentados a bienes y a personas, generalmente de
gravedad limitada.
ADICCION
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Toxicomanía
Estado psicológico y en ocasiones físico caracterizado por la necesidad compulsiva de consumir una droga
para experimentar sus efectos psicológicos. La adicción es una forma grave de dependencia en la que suele
haber además una acusada dependencia física. Esto significa que el tóxico ha provocado ciertas alteraciones
fisiológicas en el organismo, como demuestra la aparición del fenómeno de tolerancia (cuando son necesarias
dosis cada vez más elevadas para conseguir el mismo efecto), o del síndrome de abstinencia al desaparecer los
efectos. El síndrome de abstinencia se manifiesta por la aparición de náuseas, diarrea o dolor; estos síntomas
son variables según el tóxico consumido. La dependencia psicológica, o habituación, consiste en una fuerte
compulsión hacia el consumo de la sustancia, aunque no se desarrolle síndrome de abstinencia.
Los científicos utilizan con frecuencia las pruebas en animales de laboratorio para intentar deducir la
capacidad adictiva de los tóxicos: los que el animal se auto administra repetidamente son considerados como
sustancias con alto poder adictivo, ya que tienen propiedades de refuerzo positivo. Entre éstos están algunos
de los tóxicos de mayor consumo: el opio, el alcohol, la cocaína y los barbitúricos. Otras drogas como la
marihuana y los psicofármacos, producen hábito en los seres humanos a pesar de no tener propiedades de
refuerzo positivo en los animales de experimentación.
Los tóxicos de uso más frecuente, con excepción del alcohol y del tabaco, se clasifican en seis categorías
principales: opioides u opiáceos, hipnótico−sedantes, estimulantes, alucinógenos, Cannabis e inhalantes.
PIÁCEOS
La categoría de los opiáceos incluye a los derivados del opio, como la morfina, la heroína y los sustitutos
sintéticos, como la metadona. Desde el punto de vista médico, la morfina es uno de los analgésicos más
potentes que se conocen: de hecho se toma como referencia para valorar la potencia de otros analgésicos.
Tanto el opio como sus derivados alivian la tos, disminuyen los movimientos intestinales (frenando así los
procesos diarreicos) y producen un estado psicológico de indiferencia al medio. La heroína, un preparado
sintetizado a partir de la morfina, fue introducido en 1898 como tratamiento para la tos y como sustituto no
adictivo de la morfina. Sin embargo pronto se descubrió la intensa capacidad adictiva de la heroína, que se
prohibió en muchos países incluso con fines médicos. Los consumidores refieren que la heroína produce un
estado de embriaguez casi instantáneo tras su consumo.
Los opiáceos tienen efectos variables en diferentes circunstancias. En su efecto influyen las experiencias
previas del consumidor y sus expectativas, así como la vía de administración (intravenosa, oral o por
inhalación). Los síntomas de abstinencia comprenden temblor de piernas, ansiedad, insomnio, náuseas,
sudoración, calambres, vómitos, diarrea y fiebre.
Durante la década de 1970 los científicos aislaron unas sustancias que denominaron encefalinas que son
opiáceos naturales presentes en el cerebro. Muchos los consideran responsables del fenómeno de dependencia
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física a opiáceos aduciendo que éstos imitarían la acción natural de las encefalinas.
SUICIDIO
Acción de quitarse la vida de forma voluntaria. El suicidio aparece en todas las sociedades desde los tiempos
más remotos. Sin embargo, a lo largo de la historia ha variado la actitud de la sociedad hacia este acto, sus
formas y su frecuencia.
CONTEXTO HISTÓRICO
En la Europa antigua, sobre todo durante el Imperio romano, el suicidio se consentía e incluso era considerado
un acto honroso. Los antiguos romanos, bajo la influencia del estoicismo, admitían muchas razones legítimas
para su práctica. El filósofo romano Séneca lo ensalzaba como el acto último de una persona libre.
Sin embargo, para san Agustín, el suicidio era un pecado. Varios de los primeros concilios de la Iglesia
cristiana decretaron que a aquellos que cometieran suicidio no se les podrían aplicar los rituales ordinarios de
la Iglesia tras su muerte, y en la edad media la Iglesia católica romana condenó expresamente esta práctica. En
las legislaciones medievales se ordenaba la confiscación de todas las propiedades del suicida y el cadáver
sufría todo tipo de humillaciones. Hoy está condenado el suicidio en las religiones cristiana, judía e islámica.
En 1897 Émile Durkheim postuló que el suicidio era un fenómeno sociológico más que un puro acto
individualista. Él lo consideraba consecuencia de una mala adaptación social del individuo y de una falta de
integración. Identificó cuatro tipos de suicidio: egoísta, altruista, anómico y fatalista que sucedían como
consecuencia de determinadas condiciones sociales. Así, el suicidio egoísta y el altruista eran el resultado de
una débil o fuerte integración del individuo en la sociedad. El suicidio anómico y el fatalista venían
determinados respectivamente por una débil y excesiva regulación por parte de la sociedad. Sin embargo, la
tendencia actual considera el suicidio desde un punto de vista psicológico en lugar de una perspectiva moral.
CONDICIONES QUE INDUCEN AL SUICIDIO
La mayor parte de los científicos sociales están de acuerdo en que el suicidio es una forma compleja de
conducta, que tiene causas biológicas, psicológicas y sociales. Por ejemplo, los psiquiatras han descubierto
que, en los casos estudiados, existe generalmente una fuerte depresión. Otros científicos afirman que algunas
personas son genéticamente más propensas que otras a las depresiones y por lo tanto al suicidio.
Los psicólogos y sociólogos han encontrado muchas otras influencias personales y situacionales que también
contribuyen a la muerte voluntaria. Ésta se produce a menudo para escapar de circunstancias dolorosas;
también como acto de venganza contra otra persona a la que se acusa de ser responsable del sufrimiento que
lleva a tomar tan drástica decisión. Estos sentimientos se conocen por las notas o cartas que, en ocasiones,
deja la persona antes de suicidarse. No obstante, la causa más frecuente es la percepción por parte de la
persona de que la vida es tan dolorosa que sólo la muerte puede proporcionarle alivio. La pérdida de un ser
querido, o dolores crónicos, físicos o emocionales, pueden producir una sensación de incapacidad para
cambiar las circunstancias de la vida y un sentimiento general de desesperanza ante cualquier cambio, lo que
lleva a un callejón sin salida donde la muerte es la única solución.
Con frecuencia determinadas condiciones sociales adversas provocan un aumento considerable del número de
suicidios. Esto sucedió, por ejemplo, entre la población joven de Alemania después de la I Guerra Mundial y
en Estados Unidos en el punto álgido de la Gran Depresión de 1929.
Los intentos fallidos de suicidio pueden significar una petición de ayuda que, si es ignorada, puede ser
precursora de posteriores intentos. Sin embargo, estas peticiones de ayuda hay que diferenciarlas de otras
formas más manipuladoras de intento o amenaza de suicidio que buscan llamar la atención, cuyo propósito es
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controlar las emociones y el comportamiento de otras personas, normalmente familiares.
Alcoholismo
Enfermedad crónica y habitualmente progresiva producida por la ingestión excesiva de alcohol etílico, bien en
forma de bebidas alcohólicas o como constituyente de otras sustancias. La OMS define el alcoholismo como
la ingestión diaria de alcohol superior a 50 gramos en la mujer y 70 gramos en el hombre (una copa de licor o
un combinado tiene aproximadamente 40 gramos de alcohol, un cuarto de litro de vino 30 gramos y un cuarto
de litro de cerveza 15 gramos). El alcoholismo parece ser producido por la combinación de diversos factores
fisiológicos, psicológicos y genéticos. Se caracteriza por una dependencia emocional y a veces orgánica del
alcohol, y produce un daño cerebral progresivo y finalmente la muerte.
El alcoholismo afecta más a los varones adultos, pero está aumentando su incidencia entre las mujeres y los
jóvenes. El consumo y los problemas derivados del alcohol están aumentando en todo Occidente desde 1980,
incluyendo Estados Unidos, la Unión Europea y la Europa oriental, así como en los países en vías de
desarrollo.
EFECTOS
El alcohol produce sobre el organismo un efecto tóxico directo y un efecto sedante; además, la ingestión
excesiva de alcohol durante periodos prolongados conduce a carencias en la nutrición y en otras necesidades
orgánicas, lo cual complica la situación. Los casos avanzados requieren hospitalización. Los efectos sobre los
principales sistemas del organismo son acumulativos e incluyen un amplio rango de alteraciones en el aparato
digestivo, entre las que destacan las úlceras de estómago y de duodeno, la pancreatitis crónica y la cirrosis
hepática, así como lesiones irreversibles en los sistemas nerviosos central y periférico. Pueden llegar a
producirse desmayos, alucinaciones e intensos temblores, síntomas del síndrome de abstinencia alcohólica
más grave, y el delirium tremens, que puede ser mortal a pesar del tratamiento adecuado; esto último contrasta
con los síndromes de abstinencia de los opiáceos como la heroína, que aunque muy aparatosos rara vez son
fatales. Se ha demostrado en fechas recientes que la ingestión de alcohol durante la gestación, incluso en
cantidades moderadas, puede producir daños graves en el feto, especialmente retraso en el desarrollo físico y
mental; la forma más grave de este retraso, poco frecuente, se llama síndrome de alcoholismo fetal.
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