Trabajo Rural

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Trabajo Rural
Publicación de la Comisión Legislativa Rural de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores UATRE
Director / Editor
Jorge Abel Rodríguez (Sec. Actas, Prensa y Propaganda UATRE)
Coordinación General, Fotografía, Diseño y Diagramación
Subgerencia de Comunicación Institucional UATRE
Registro de la Propiedad Intelectual en trámite.
5000 ejemplares
e mail: [email protected]
página web:
www.uatre.org.ar
Sumario
Los trabajadores rurales precisamos un Régimen Especial de Seguridad Social que se adapte a
nuestra realidad laboral.
Cro. Gerónimo Venegas.
Formas de participación de los trabajadores: Los delegados de prevención.
Amanda Gladis Montoya.
La reforma a la Ley de Riegos del Trabajo.
Rodolfo Nápoli.
El trabajador rural con incapacidad: Un expulsado del ámbito laboral argentino, con escasa
respuesta en el ámbito de la Previsión Social.
Mónica Bros.
Es preciso reformar las normas que rigen la Pensión por Fallecimiento y la Jubilación por
Invalidez.
Juan Carlos Paulucci.
Perón y los trabajadores.
Oraldo Britos.
No olvidemos a nuestros hermanos indígenas.
Carlos H. Luparia.
Electrificación rural: hacia una mejor calidad de vida para los trabajadores rurales.
Rubén Benítez.
Agricultura sustentable.
María Laura Novoa.
El RENATRE hoy.
Alberto A. Brondo.
El conocimiento como herramienta para la
Graciela Sfasciotti.
acción.
Los trabajadores rurales precisamos un
Régimen Especial de Seguridad Social que
se adapte a nuestra realidad laboral
Por Gerónimo Venegas*
1
Secretario General de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores de la República Argentina (UATRE).-
Hace unos días, pensando sobre el tema que es motivo de estas líneas, recordé
las enseñanzas de un viejo paisano al que conocí en mis tiempos de esquilador de
ovejas. De noche, en el galpón, cuando el mate corría de mano en mano, solía
aparecer este amigazo que sólo hablaba cuando alguno de nosotros estaba realmente
dispuesto a escucharlo. Cada vez que lo veía, me acercaba a él y no me perdía una de
sus palabras. Era un viejito sabio; uno de esos que nunca había pisado una facultad
pero que se había doctorado en la “Universidad de la Vida”.
En una oportunidad, comentando las dolorosas consecuencias de un terrible
temporal, me dijo: “De todo el universo, el hombre es el ser que cuenta con
menos protección para hacer frente a los fenómenos de la naturaleza. Los
otros animales tienen gruesas pieles, lanas, crines, pelos o caparazones que los
protegen. El hombre no tiene nada. Por eso –continuó diciendo- Dios le dio la
inteligencia y la razón pa’ que pueda defenderse frente a la fuerza del fuego, del
agua, del viento y la lluvia, del calor y del frío”.
Traigo a la memoria esta historia porque me parece necesario acabar, de una
vez por todas, con ese cuento mentiroso, relacionado con lo saludable que resulta la
vida en el ámbito rural. Lo cierto es que la cosa es al revés. El medio que rodea al ser
humano es agresivo y este sólo puede protegerse utilizando su inteligencia. Por eso,
consciente de su propia debilidad y en busca de reparo, el hombre construye su casa,
confecciona sus ropas y herramientas, y se ampara de los rigores climáticos. Así y sólo
así, puede aprovechar lo bueno que le brinda el medio que lo rodea. Si no hubiere sido
de esta manera, nuestra especie habría desaparecido de la Tierra hace muchos miles
de años, víctima de la propia naturaleza que la rodea.
Podemos afirmar que un trabajador que cumple tareas a la intemperie está
sometido a las inclemencias del tiempo que, con el transcurso de los años, provocan el
envejecimiento prematuro del cuerpo y lo hacen campo propicio para contraer
numerosas enfermedades. Al mismo tiempo, muchas de las tareas que realiza el
trabajador rural son claramente insalubres, mientras que otras muchas provocan
problemas físicos de tal importancia, que no permiten su recuperación.
El Régimen de Jubilaciones y Pensiones
En la Argentina, los trabajadores rurales están incorporados al Régimen General
de la Seguridad Social; es decir, el trabajador del campo para alcanzar la jubilación
debe reunir los mismos requisitos que un trabajador que desarrolla toda su carrera
laboral en el ámbito confortable de una oficina.
Lo cierto es que estas disposiciones legales ignoran una realidad que salta a la
vista: el trabajo en el campo y el trabajo en la ciudad responden a realidades
diferentes, como diferente es la forma de vivir en uno y otro lugar.
¿Puede un peón de campo, un tractorista o un estibador rural trabajar hasta los
65 años? La respuesta es un NO grande como una casa. Al mismo tiempo, si nos
preguntamos si resulta posible que un estibador esté durante treinta años paleando
cereal dentro de un silo, respirando no sólo polvo sino insecticidas y pesticidas varios,
la contestación sería también, definitiva y rotundamente negativa.
Sin embargo, estas son las exigencias de la ley vigente, y una de las razones
por la que se jubilan tan pocos trabajadores rurales . La otra razón importante que
impide el acceso al beneficio provisional es la existencia de centenares de miles de
trabajadores que se encuentran sometidos por la denominada “economía informal” o
“economía en negro”, a la que hace años hemos calificado como la forma más cruel de
la evasión.
UATRE lucha con todas sus fuerzas contra el trabajo ilegal, que condena
a la indigencia a centenares de miles de argentinos y los priva de todas las
prestaciones de la Seguridad Social. Por ello, peleamos durante años y finalmente
conseguimos tener la Libreta de Trabajo, instrumento que servirá para combatir esa
ilegalidad que tanto mal nos hace. En necesario asumir que, tanto el compañero que
“está en negro”, como su familia carecen del servicio de salud que le brinda la Obra
Social; no tiene amparo alguno frente a los accidentes de trabajo, no cobra el seguro
de desempleo ni las asignaciones familiares. El trabajador tampoco podrá jubilarse, por
no tener el número de años de servicio exigidos por la ley para alcanzar el beneficio.
Pero estas no son las únicas consecuencias sociales. Los empleadores honestos
se ven perjudicados por la conducta viciosa del evasor, que se convierte en un
competidor desleal y en una de las causas por la que los jubilados y pensionados
cobran poco. A su vez, los empresarios honrados deben pagar más de lo que les
correspondería si todos respetaran sus obligaciones.
Sobre esto último, es bueno comentar la experiencia española que, a partir de
una sostenida lucha contra el fraude laboral, pudo disminuir en seis puntos las
contribuciones establecidas para el Régimen Provisional .
Las Asignaciones Familiares
Al mismo tiempo, debemos decir que las particulares circunstancias de
aislamiento y heterogeneidad que rodean al trabajador del campo obligan a pensar en
un Régimen de Asignaciones Familiares que contemple determinados aspectos de la
propia problemática rural; en la que cuestiones que aparecen como rutinarias para la
población urbana, suelen tener rasgos propios en el interior del país.
La deserción escolar, por ejemplo, muestra un índice más alarmante en el
sector rural. Las estadísticas elaboradas por el Ministerio de Educación de la Nación
son claras al respecto: Por cada 100 chicos inscriptos en primer grado sólo hay 34
alumnos regulares al final del ciclo. Dicho de otra manera, 66 pibes de cada 100 que
ingresan quedan en el camino y no alcanzan a completar el tramo de la denominada
Educación General Básica (EGB). Estos hechos aconsejan que debemos emplear la
herramienta valiosa que supo tener el Régimen de Asignaciones Familiares: la
asignación mensual por Escolaridad (concurrencia del niño/a a la escuela).
Lo mismo ocurre con otros programas asistenciales básicos que apuntan a
prevenir enfermedades controlando el estado de salud del afiliado. Nos explicaremos
mejor con un ejemplo. Encuestas realizadas demuestran que un alto porcentaje de
beneficiarios del Plan Materno Infantil no lo aprovecha o no lo hace integralmente,
porque el beneficiario no puede costear los gastos del viaje para encontrar el efector
que le brindará las prestaciones correspondientes.
Muchas veces los sueldos no alcanzan para pagar la movilidad y cubrir una
merienda mínima fuera de la casa. Dada la lejanía de los centros médicos, la mujer
necesita disponer prácticamente de todo el día para acceder al efector de salud en el
que se realizará los controles médicos; lo que implica que debe abandonar su tarea y,
muchas veces dejar de cobrar su salario diario.
Esta es la razón por la que proponemos multiplicar por dos el monto de la
asignación prenatal y la correspondiente al hijo (hasta el año de vida), para facilitar a
la familia rural el dinero necesario para pagar los gastos de traslado de la madre y del
bebé hasta el lugar donde se los atenderá.
Nuestro proyecto
Hasta aquí llegamos con el diagnóstico y algunas propuestas puntuales pero,
para que todo esto no quede en palabras, es preciso hacer lo que ya estamos
haciendo: estudiar a fondo el problema y en poco tiempo más, ofrecer a las
autoridades nacionales un proyecto que ofrezca a los trabajadores rurales la
oportunidad de gozar de los beneficios de la Seguridad Social, como ocurre con otros
sectores del trabajo nacional. Estamos elaborando una iniciativa que brinde a nuestras
compañeras y compañeros una solución integral al problema planteado. Lo hacemos
inspirados en la doctrina de Perón, que nos enseñó con su propio ejemplo que el
respeto por el hombre se expresa atendiendo las necesidades fundamentales de todos
pero, particularmente, las de los más humildes; las de los que no tienen nada.
Formas de participación de los
trabajadores: Los Delegados de Prevención
Por Amanda Gladys Montoya*
*Abogada laboralista. Asesora Jurídica de UATRE y OSPRERA.Introducción
Resultan esclarecedoras las opiniones vertidas por el especialista español,
Director del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de España, Dr. Fernando
Rodrigo Cencillo, quien participó de la Jornada sobre Prevención organizada por la
Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), en el auditorio del Banco Nación, en el
mes de diciembre del año 2004.
En reportaje que publicó el diario Clarín, señaló, refiriéndose a la cuestión de la
prevención: «En la Argentina, una gran parte de los empleados no está registrada por
lo que los accidentes que sufren esos trabajadores no figuran en las estadísticas
oficiales. Hay pocos inspectores del trabajo. En la Provincia de Buenos Aires son
apenas 17 (uno cada 200.000 trabajadores). Nosotros, en España protestamos porque
hay un inspector cada 27.000 empleados asegurados, mientras que en los países
europeos de menor siniestralidad, hay un inspector cada 5.000 trabajadores.»
Agregó además, «entre los trabajadores precarios es donde está la mayor tasa de
accidentes laborales porque se les adjudican las tareas más peligrosas, tienen menos
experiencia laboral o no cumplen con ellos las medidas de seguridad.»
¿Eso cómo se corrige? El Dr. Fernando Rodrigo Cencillo sugirió, para la
Argentina, las siguientes prioridades: Definir la salud laboral como un objetivo de
Estado. Contratar más inspectores del trabajo. Convocar a los sindicatos y a los
empresarios para que se pongan a trabajar en bajar la siniestralidad laboral. Crear
estructuras dentro de las empresas, tales como el departamento técnico y la
institución del delegado sindical de prevención.
Comparto estas apreciaciones. Existen dos anteproyectos de Ley para modificar
el actual sistema de la Ley 24.577 de Riesgos del Trabajo. Uno elaborado por la
Confederación General del Trabajo (CGT) y otro, por el Gobierno Nacional, a través del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Estos anteproyectos contienen
formas de participación de los trabajadores en materia de prevención de riesgos. El
presente escrito es un sintético análisis de la forma en que está prevista la
participación de los trabajadores en la prevención de riesgos laborales en el
anteproyecto de ley elaborado por la CGT.
El derecho a la participación tanto colectiva como individual
El proyecto de Ley elaborado por la CGT dedica el Capítulo XV a la participación
de los trabajadores. Esta idea aparece como innovadora por cuanto prevé que esté
contenida en la Ley de Riesgos del Trabajo. En la Argentina, como resultado de la
negociación colectiva, existen en los establecimientos industriales, comerciales o de
servicios públicos los denominados Comités de Seguridad y Delegados de Higiene y
Seguridad en el Trabajo. Ellos tienen su origen en los convenios colectivos de trabajo;
quienes integran esos comités o ejercen la función de delegado, si ostentan la
representación sindical en la empresa y fueron elegidos en comicios convocados por el
gremio (Arts.41º,48º y 49º Ley 23.551), gozan de las garantías de protección para el
ejercicio de sus funciones y estabilidad en sus empleos.
No existen estas garantías si operan como colaboradores entre la empresa y sus
compañeros de trabajo, en tarea técnica o de intercambio de información para el
mejoramiento de las condiciones de higiene y seguridad en el trabajo. Tal el caso de la
figura del “delegado de personal”, que encontramos en las resoluciones de la Comisión
Nacional de Trabajo Rural, antecesora de la actual Comisión Nacional de Trabajo
Agrario (CNTA).
El Art. 44º del proyecto en análisis determina la obligación de todo empleador
de consultar a las organizaciones sindicales, respecto de toda introducción de nuevas
tecnologías y efectos o impacto de los factores ambientales en el trabajo, como
asimismo, sobre la organización y desarrollo de las actividades de protección de la
salud y prevención de los riesgos profesionales en la empresa; también, sobre la
designación de encargados de las medidas de emergencia, de la formación en materia
preventiva; entre otras cuestiones.
Esta obligación a la consulta no existe en norma legal o convencional. En los
textos de los convenios colectivos suscriptos a partir del año 1988, encontramos
cláusulas que contienen el denominado “derecho a la información”. Por estas cláusulas,
los empleadores están obligados a comunicar, a la organización gremial representativa
de los trabajadores las innovaciones tecnológicas o de procesos de trabajo, como
asimismo, cualquier otra cuestión que genere algún efecto (positivo o negativo) en la
dotación del personal. De manera que, la empleadora está obligada, en estos casos,
sólo a comunicar no, a consultar.
A su vez, el Art. 45º determina la forma en que se efectivizará la participación
en los lugares de trabajo, y determina en el Punto 3: “A falta de normas en el convenio
colectivo aplicable, en toda empresa o lugar de trabajo que cuente con diez o más
trabajadores, las organizaciones sindicales podrán designar, previa consulta con los
trabajadores involucrados, Delegados de Prevención elegidos. En aquellos
establecimientos que no exceda la cantidad de trabajadores mencionada, el control de
prevención será ejercido por un integrante de la organización sindical designado a
dichos efectos”.
El Punto 5 del antedicho artículo define a los delegados de prevención como “los
representantes de los trabajadores con funciones especificas en materia de prevención
de riesgos del trabajo.” Se ha puesto mucho énfasis en la figura del delegado de
prevención, en el entendimiento de que constituye la base sobre la que se genera la
capacidad de iniciativa para cambiar las condiciones de trabajo y el medio ambiente en
un sentido favorable a la salud de los trabajadores.
El Delegado de Prevención participa de una serie de garantías y derechos para
el desarrollo de sus funciones y asume, al mismo tiempo una importante
responsabilidad, por cuanto comparte las tareas de vigilancia, de mejora y de control
con otros órganos de la empresa.
Con el objeto de facilitar el pleno ejercicio de la tarea, el proyecto de Ley de
Prevención de Riesgos Laborales contempla las siguientes facultades para los
delegados de prevención:
o
o
o
o
o
o
o
Facultades de vigilancia, control y acompañamiento.
Realizar visitas a los lugares de trabajo, pudiendo acceder a cualquier zona de
los mismos y comunicarse durante la jornada con los trabajadores, de manera
que no se altere el normal desarrollo del proceso productivo.
Acompañar a los técnicos en las evaluaciones de carácter preventivo del medio
ambiente y a los Inspectores de Trabajo y Seguridad Social en las visitas que
realicen a los centros de trabajo, pudiendo formular ante ellos las observaciones
oportunas.
No ser despedidos ni sancionados durante el ejercicio de sus funciones ni dentro
del año siguiente a la expiración de su mandato ni ser discriminados en la
promoción económica o profesional, en razón precisamente del desempeño de
la representación de los trabajadores.
El empresario debe proporcionar los medios y la formación en materia
preventiva necesarios para el ejercicio de las funciones como Delegados de
Prevención.
El tiempo utilizado para el desempeño de las funciones como delegados de
prevención se contabilizará dentro del crédito de horas mensuales retribuidas
del que dispone para el ejercicio de la representación del personal, salvo que
por convenio se haya estipulado otra modalidad.
La formación deberá facilitarla el empresario (con sus propios medios o
concertándola con entidades especializadas externas) y deberá adaptarse a la
evolución de los riesgos repitiéndose periódicamente si fuera necesario.
Para los trabajadores agrarios, el Delegado de Prevención significa una herramienta
que posibilita una eficaz participación en materia de prevención de riesgos. Ello, en la
medida en que sea materia de la negociación colectiva en el ámbito de la CNTA y
pueda concertarse el nombramiento de los Delegados con las garantías a las que me
he referido: el crédito horario suficiente para la eficaz realización de la prevención y, lo
más importante la buena fe de los empleadores respecto del sistema de la información
pertinente.
Comité de Seguridad, Salud Laboral e Higiene.
Facultades diferentes
La otra creación legal de participación de los trabajadores dentro de la empresa
es la tratada en el Art. 46º : Comité de Seguridad, Salud Laboral e Higiene. El texto
dice: “1. Las empresas o grupos de empresas podrán acordar con las organizaciones
sindicales la creación de un Comité de Seguridad, Salud Laboral e Higiene, con las
funciones que el acuerdo le atribuya.”
El Comité de Seguridad, Salud Laboral e Higiene es el órgano paritario y
colegiado de participación destinado a la consulta regular y periódica de las
actuaciones de la empresa en materia de prevención de riesgos. Se trata de un
órgano consultivo, cuya única función ejecutiva es la de actuar en casos de riesgo
grave e inminente. Es el foro de debate y planificación de la prevención en la empresa,
donde se hallan presentes los representantes de los trabajadores y de la empresa.
El Comité adoptará sus propias normas de funcionamiento, en base a lo
estipulado por la Ley y las normas convencionales. Tendrá las siguientes competencias
establecidas en el Artículo 46 del proyecto de la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales:
o
o
Participar en la elaboración, puesta en marcha y evaluación de los planes y
programas de prevención de riesgos en la empresa.
Se debatirán los proyectos en materia de:
1. Planificación, organización del trabajo, introducción de nuevas
tecnologías.
2. Organización y desarrollo de las actividades preventivas.
3. Organización de la formación en materia preventiva.
4. Promover iniciativas sobre métodos y procedimientos para la prevención
de riesgos, proponiendo a la empresa la mejora de las condiciones de
trabajo.
Entre las facultades del Comité de Seguridad, Salud Laboral e Higiene (Art. 46)
se encuentran las siguientes:
o
o
o
o
Realizar visitas para conocer la situación sobre prevención de riesgos en los
distintos puestos de trabajo.
Conocer los documentos e informes relativos a las condiciones de trabajo.
Conocer y analizar las causas de los daños para la salud e integridad física de
los trabajadores y proponer las medidas oportunas.
Conocer e informar la memoria y programación anual de los servicios de
prevención.
La diferencia entre el Comité de Seguridad y el Delegado de Prevención la
encontramos partiendo del sistema de representación individual y colectiva establecido
en el proyecto. Este atribuye a los Delegados de Prevención, elegidos por sus
compañeros de trabajo y mediante el mecanismo de sus respectivos sindicatos, el
ejercicio de las funciones especializadas en materia de prevención de riesgos en el
trabajo, otorgándoles para ello las competencias, facultades y garantías necesarias.
Junto a este sistema de representación autónoma, el Comité de Seguridad Salud
Laboral e Higiene se configura como el órgano paritario y colegiado de encuentro entre
dichos representantes y el empresario para el desarrollo de una consulta y
participación equilibrada en materia de prevención de riesgos laborales.
Conclusión
Señalé cuatro prioridades, enumeradas por el Dr. Fernándo Rodrigo Cencillo y
que conducen a bajar la siniestralidad en los lugares de trabajo. El presente análisis es
comprensivo de una de esas prioridades, contenida en el anteproyecto de Ley de
Riesgos del Trabajo: me refiero al Capítulo XV, sobre la participación de los
trabajadores.
Para los trabajadores agrarios, regidos por la Ley 22.248 “Régimen Nacional de
Trabajo Agrario” con un mecanismo de negociación colectiva tripartito, porque
interviene el Estado con vos y voto en los acuerdos sobre condiciones de trabajo, no
existen antecedentes de la creación de comités de seguridad o la figura del delegado
en materia de higiene y seguridad en el trabajo. De prosperar este proyecto, estas
figuras operarán como herramientas eficaces de participación en una materia tan
significativa para la calidad de vida del trabajador. Ello, en la medida en que la
negociación colectiva posibilite las reformas en materia de representación gremial en
los establecimientos. La Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores
(UATRE) está empeñada en consolidar esta participación con las entidades
representativas del sector agropecuario; de manera que, sin lugar a dudas, el
cambio está en marcha y será en beneficio de la dignidad del que trabaja y de su
familia ya que, los siniestros laborales siempre tienen consecuencias familiares y
sociales.
Por último, el más eficaz sistema de participación si no está acompañado con
una fuerte decisión política, que considere la salud laboral como un objetivo de Estado
será ilusorio. Se necesita de Estados Nacional y Provinciales que, en ejercicio de la
facultad propia de policía del trabajo y de la seguridad laboral, inviertan los recursos
humanos y económicos suficientes para el pleno control sobre el cumplimiento de las
normas: Será ilusoria la reforma y las víctimas de estas anomalías seguirán
engrosando estadísticas, que marcan el grado de la ineficiencia en materia de
controles.
La reforma a la Ley de Riesgos del Trabajo
Por Rodolfo Nápoli*
Síndico de OSPRERA.-
A partir de la sanción de la Ley de Riesgos del Trabajo (24.557), vigente desde su
publicación el 04/19/95, recibió por parte de los trabajadores, sus organizaciones
sindicales, abogados laboralistas y jueces del trabajo distintas críticas y diversas
acciones judiciales. Así, se accionó impugnando por inconstitucionalidad sus normas,
referidas entre otras, a la competencia de las Comisiones Médicas que determinan el
origen laboral de los accidentes y enfermedades profesionales; la jurisdicción federal
en violación de las Constituciones Provinciales; el trámite previo ante las Comisiones
Médicas para poder promover acciones judiciales; la eximisión de responsabilidad civil
de los empleadores. De igual modo se cuestionó la falta de cumplimiento por parte de
los empleadores con los supuestos planes de mejoramiento en las condiciones de salud
e higiene en los establecimientos; la inexistencia de control por parte de las
Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART) y de la Superintendencia de Riesgos del
Trabajo (SRT) en las empresas; el criterio cerrado para incluir o ampliar el listado de
enfermedades profesionales, etc.
Los últimos fallos de la CSJN, declarando la inconstitucionalidad del art. 39
inc.1° de la LRT haciendo lugar a la reparación civil del trabajador damnificado a cargo
de su empleador, levantaron una gran polvareda, no tanto por la originalidad, dado
que ya algunos tribunales superiores de provincia se habían expedido en igual sentido,
sino porque los sectores involucrados en el negocio – ART y bancos – han abierto el
paraguas antes que llueva pensando seriamente en cambiar algo para que nada
cambie. También desde el gobierno nacional, como de la CGT y los sectores
empresarios se encuentran trabajando en distintos proyectos. Así, los letrados de los
distintos gremios reunidos en un equipo de trabajo en la CGT, elaboraron un
anteproyecto de reformas con un debate abierto desarrollado en la jornada sobre
“Prevención de Accidentes y Enfermedades Laborales”, el pasado 10/11/04. Nuestro
sindicato (UATRE) destacó al suscripto y a la ingeniera Luisa Mele, ambos de la CLR
para formar parte de ese equipo de trabajo, con una propuesta acerca de la
“Recapacitación e reinserción laboral” de los trabajadores damnificados.
Nos proponemos abordar ahora, los aspectos más significativos de dicho
anteproyecto de reformas, pero como lamentablemente, al cierre de esta edición no
contamos igualmente con el proyecto del Ministerio de Trabajo de la Nación, no
podemos efectuar una comparación, y sólo por algunos trascendidos “oficiosos”
tenemos algunos puntos que marcan las diferencias.
El proyecto de CGT hace centro en: la prevención de los riesgos laborales; la
salud de los trabajadores en ambientes y condiciones de labor seguros; la reparación
integral de los daños con acciones acumulativas de prestaciones dinerarias tarifadas e
indemnizaciones por acciones civiles con responsabilidad del empleador; la
recapacitación y reinserción de los damnificados; la inclusión de otras enfermedades
concausales con el trabajo. Obliga al Estado, las ART, los empleados y los sindicatos a
ejercer un férreo control sobre el cumplimiento de las normas de Seguridad e Higiene
en los establecimientos, imponiendo sanciones hasta de tipo penal. Con ello se piensa
que puede revertirse la actual situación de alta siniestrabilidad e insalubridad que
impera en los distintos ambientes de trabajo.
La salud de los trabajadores y las condiciones dignas de labor tienen que dejar
de ser considerados un “costo” del empleador, avanzando desde la preservación del
“capital humano” hacia la justicia social.
Síntesis del proyecto CGT
Prevención de accidentes y enfermedades laborales. Se fija la responsabilidad
del empleador para garantizar un ambiente sano y digno para la salud psicofísica del
trabajador.
Responsabilidad de la ART de denunciar las omisiones e incumplimientos del
empleador que pongan en peligro la salud del trabajador, y ante la ANASAL
(organismo que reemplaza a la SRT), la autoridad administrativa del trabajo provincial,
y el sindicato con personería gremial que represente a ese trabajador.
Responsabilidad solidaria ART y empleador ante el daño ocasionado por omisión
e incumplimientos de este último.
Incorporación expresa de las disposiciones de la Ley 19.587 de Higiene y
Seguridad en el Trabajo y su normativa reglamentaria.
Fijación de establecimientos críticos con planes específicos de acción a cargo de
las ART.
Recargo por incumplimiento del empleador, quien deberá abonar una multa al
Fondo de Garantía si, a consecuencia de ello se produjo el accidente o la enfermedad
laboral de hasta un máximo de $100.000 (cien mil pesos), sin perjuicio de su
responsabilidad civil.
Desvíos significativos del índice de siniestrabilidad. El empleador deberá abonar
al trabajador accidentado o enfermo un porcentaje entre el 10% y el 50% de las
prestaciones dinerarias a que tuviera derecho. Recargo que será automático desde el
momento en que se declare el desvío de la siniestralidad hasta tanto no se corrija.
Daños cubiertos. Se cambia el concepto de “Enfermedades profesionales” por el
de “Enfermedades Laborales”, que serán aquellas que resulten del ejercicio del trabajo
o del contacto con los materiales empleados. La predisposición del trabajador no podrá
ser invocada para excluir la enfermedad laboral de esta categoría, cuando el trabajo o
las condiciones ambientales donde este se desarrolla hubieran obrado eficientemente
como factor relevante y/o reagravante de la dolencia. El Poder Ejecutivo elaborará y
revisará un listado indicativo de actividades en capacidad de determinar la enfermedad
laboral. Serán igualmente consideradas enfermedades laborales aquellas otras que, en
cada caso concreto, la Comisión Médica Laboral o autoridad competente determine
como relacionadas causal o concausalmente con la ejecución del trabajo.
Opción para el trabajador de pago único total de las indemnizaciones tarifadas y
no en cuotas o un monto fijo de pago único y el resto en una renta periódica de pago
mensual.
Retorno al trabajo del damnificado. El trabajador podrá seguir percibiendo las
prestaciones dinerarias aunque se desempeñe en actividades autónomas o bajo
dependencia.
Comisiones Médicas Laborales. Funcionarán una por cada conglomerado urbano
mayor de 20.000 habitantes. En el procedimiento ante estas comisiones, el trabajador
damnificado deberá contar con asistencia médica y/o sindical y/o letrada, siendo nula
toda actuación que viole este requisito.
Los empleadores reincidentes en el incumplimiento de las disposiciones de la ley
abonarán una alícuota diferencial cualquiera sea la ART que contraten.
Las ART también podrán asegurar a los empleadores contra reclamos judiciales
por acciones civiles y por accidentes y enfermedades inculpables, pactando libremente
la prima.
Responsabilidad por omisiones del empleador. Fondos de Garantía, Reserva y
Expensas. Estas últimas para cubrir las costas a cargo del vencido en juicio a
excepción del patrocinio o representación letrada del empleador.
Creación de la Administración Nacional de Salud Laboral (ANASAL), en la
jurisdicción de la Secretaría de Prevención de Accidentes y Enfermedades Laborales,
Medio Ambiente y Seguridad en el Trabajo del Ministerio de Trabajo, Empleo y
Seguridad Social de la Nación. La ANASAL absorberá las funciones y atribuciones de la
Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). Su dirección estará a cargo de cinco
miembros, tres por el PE y las provincias, uno por la CGT, y otro por la representación
de los empleadores. Entre las funciones de la ANASAL estarán las inspecciones de los
establecimientos en coordinación con las autoridades administrativas del trabajo de las
provincias y la participación sindical.
Responsabilidad civil del empleador. Sistema de acumulación de prestaciones e
indemnizaciones. Se incluye en los daños provenientes con las cosas o riesgo o vicio de
las mismas a los elementos usados por el trabajador o por la modalidad de trabajo
asignado o movimientos humanos frente a las cosas; y los daños a la salud que
derivan del esfuerzo, posiciones o movimientos frente a las cosas. Cuando hubiera
reparación civil judicial, se deducirá el valor de las indemnizaciones recibidas o
pendientes de cumplimiento por la ART, Asociación Mutual o empleador
autoasegurado.
Se limita el pago de las costas al 29% del total del monto de sentencia o
resolución homologatoria, prorrateado por el total de profesionales intervinientes a
excepción del patrocinio letrado o representación letrada del condenado en costas.
Se mantiene el Comité Consultivo Permanente, con cuatro representantes del
gobierno, cuatro por la CGT y cuatro por los representantes de los empleadores, donde
dos serán de las PYMES.
Participación de los trabajadores. Obligación del empleador de consultar previo
a la toma de decisiones, a las organizaciones sindicales sobre: planificación y
organización del trabajo en la empresa y la introducción de nuevas tecnologías, en
todo lo relacionado con las consecuencias que éstas pudieran tener para la seguridad y
la salud de los trabajadores, derivadas de la elección de los equipos, la determinación
y la adecuación de las condiciones de trabajo y el impacto de los factores ambientales
en el trabajo. Derechos de participación y representación. La negociación colectiva
laboral podrá: crear aseguradoras de riesgos de trabajo sin fines de lucro; definir
medidas de prevención de los riesgos derivados del trabajo y de mejoramiento de las
condiciones de trabajo. Delegados de Prevención. A falta de normas en el convenio
colectivo aplicable, en toda empresa o lugar de trabajo que cuente con diez o más
trabajadores, las organizaciones sindicales podrán designar, previa consulta con los
trabajadores involucrados, delegados de prevención elegidos. Estos delegados tendrán
derecho a requerir informes, participar en inspecciones, control de cumplimiento de las
normas y efectuar las denuncias correspondientes a la autoridad de aplicación. Ellos
son los representantes de los trabajadores con funciones específicas en materia de
prevención de riesgos en el trabajo. Gozarán de estabilidad en su puesto de trabajo de
conformidad con lo dispuesto por los arts. 48 a 52 de la Ley Sindical 23.551.
Comité de Seguridad, Salud Laboral e Higiene. Las empresas o grupos de
empresas podrán acordar con las organizaciones sindicales la creación de un Comité de
Seguridad Salud Laboral e Higiene, con las funciones que el acuerdo le atribuya.
Tendrá, entre otras competencias, la de participar en la elaboración, puesta en práctica
y evaluación de los planes y programas de prevención de riesgos en la empresa. Y
podrá conocer directamente la situación relativa a la prevención de riesgos en el centro
de trabajo, realizando a tal efecto las visitas que estime oportunas. Conocer cuantos
documentos e informes relativos a las condiciones de trabajo sean necesarios para el
cumplimiento de sus funciones. Colaboración con la inspección de la autoridad de
aplicación. Las organizaciones sindicales y sus delegados de prevención podrán recurrir
a la inspección de las ART o de la autoridad de aplicación si consideran que las
medidas adoptadas y los medios utilizados por el empleador no son suficientes para
garantizar la seguridad y la salud en el trabajoNecesidad de que las empresas lleven un libro de inspecciones de seguridad,
salud laboral e higiene en el lugar de trabajo. Obligaciones de los fabricantes,
importadores y suministradores de máquinas, equipos, productos y útiles de trabajo, a
asegurar que no constituyan fuente de peligro para el trabajador.
Modificación del plazo de prescripción de las acciones elevándolas a cuatro
años.
Competencia de la Justicia del Trabajo local para apelar las resoluciones de las
comisiones médicas laborales y para las acciones de reparación civil.
Modificación de la Ley de Contrato de Trabajo, art. 213 bis, creando la
indemnización especial por despido considerado discriminatorio dispuesto por el
empleador dentro del año posterior al accidente o enfermedad laboral.
Modificación del Código Penal, art.107 bis de “Abandono de persona por
incumplimiento de normas de seguridad en el trabajo “ contra los empresarios
autoasegurados y representantes de las ART que omitan otorgar las prestaciones en
especie médicas y farmacéuticas previstas en la Ley.
Creación de la Secretaría de Prevención de Accidentes y Enfermedades
Laborales, Medio Ambiente y Seguridad en el Trabajo, en el ámbito del Ministerio de
Trabajo de la Nación.
Recapacitación y Reinserción Laboral. Se entiende por recapacitación todo
conocimiento y formación de habilidades que adquiera el trabajador para su
reinserción laboral. Las ART y los empleadores estarán obligados a la recapacitación de
los trabajadores que hayan sufrido daños por accidente de trabajo o enfermedades
laborales, durante el plazo de un año de vencidas las licencias pertinentes. Los costos
de la recapacitación serán financiados por los fondos creados para fines especiales y/o
de garantía u otros que se comprometan a dichos efectos (art. 33° inc. 4° Ley
24.557). La ANASAL junto con el Comité Consultivo Permanente tendrán a su cargo el
otorgamiento y control de los fondos necesarios para la recapacitación. Asimismo,
llevarán el seguimiento del efectivo cumplimiento de los planes de recapacitación. La
recapacitación será llevada a cabo por instituciones públicas o privadas autorizadas por
la ANASAL. Durante el año de espera o conservación del empleo conforme el art. 211
de la LCT y de regímenes o estatutos especiales, el empleador deberá prever la
reinserción laboral del trabajador recapacitado. En toda reinserción laboral no se podrá
disminuir la remuneración que el trabajador percibía con anterioridad, así como se
deberán integrar todos los aumentos que se hubieran fijado en ese período. Del mismo
modo la recalificación no podrá comprender categorías inferiores a las que poseía.
En este tema, hay que aclarar que actualmente, las ART “recalifican” al
trabajador, llevando adelante una tarea que no les compete, por confusión conceptual
y de incumbencias. Efectivamente, la “recalificación”
esta relacionada con las
“categorías profesionales” de las convenciones colectivas de trabajo y competen a los
gremios junto a los empleadores, según la actividad productiva de que se trate, y a los
métodos, medios y condiciones de trabajo determinar las categorías, que guardan
relación directa con las capacidades y especialización profesional de los trabajadores
para desempeñarse en esas categorías y funciones. Aquí se trata de “recapacitar” para
ubicar a esos trabajadores que han disminuido sus habilidades y especialización,
dentro de su capacidad residual, en la misma o distintas categorías profesionales,
tarea esta última, en la que necesariamente deberá intervenir el sindicato junto al
empleador conforme la CCT de la actividad, oficio o empresa de que se trate.
Entonces, primero recapacitar para luego poder recalificar.
Por último, sobre el “Proyecto Oficial del PEN” sólo conocemos dos aspectos:
uno referido al aumento de los topes máximos del monto de las indemnizaciones o
prestaciones dinerarias tarifadas; y el otro, la posibilidad del trabajador damnificado de
accionar civilmente contra su empleador, pero ejerciendo una opción, es decir, si cobra
la indemnización tarifada no podrá accionar contra el empleador y viceversa. Esta
modalidad optativa excluyente nos retrotrae a la vieja Ley de Accidentes del Trabajo
9688, de 1915.
La Plata, 15 de febrero de 2005.-
El trabajador rural con incapacidad:
Un expulsado del ámbito laboral argentino,
con escasa respuesta en el ámbito de la
Previsión Social
Por Mónica Angela Bros*
Asesora Previsional de la UATRE.-.
La presente reflexión parte de un dato de la realidad: cuáles de las tareas
desempeñadas en el ámbito rural requieren trabajadores con plena capacidad física,
que puedan desarrollar labores utilizando toda su fuerza y su destreza. “En el campo
no existen las tareas livianas” es una frase que escuchamos a diario y es la puerta
abierta para muchos obreros del sector que, por padecer alguna incapacidad psicofísica quedan excluidos del ámbito laboral argentino.
Ante la aparición de cualquier dolencia que provoque una disminución en la
capacidad laborativa, quien la padece queda indefectiblemente sin posibilidades de
empleo en el agro y, si forma parte del escaso porcentaje de trabajadores cotizantes a
la Seguridad Social comienza su peregrinar para obtener una respuesta en ese ámbito.
Dentro del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, el Art. 48 de la Ley
24.241 establece que tendrán derecho al RETIRO POR INVALIDEZ los afiliados que se
incapaciten física o intelectualmente, en forma total por cualquier causa. Se presume
que la incapacidad es total cuando la invalidez produzca en su capacidad laborativa
una disminución del sesenta y seis por ciento (66 %) o más; excluyendo
expresamente las invalideces sociales o de ganancias.
La determinación de la disminución de la capacidad laborativa del afiliado será
establecida por una Comisión Médica, cuyo dictamen deberá ser técnicamente
fundado, conforme a los procedimientos establecidos en la Ley y su reglamentación.
El Decreto Nº 1.290/94 (B.O. 17/8/94) reglamentó, entre otros este artículo
estableciendo que, a los fines de la determinación de la incapacidad se tendrán en
cuenta únicamente los factores invalidantes de carácter psico-físico, con
prescindencia de estados de precariedad o desamparo originados en
circunstancias de índole económico-social o en la pérdida de la capacidad de
ganancia.
Factores complementarios y factor compensador
El concepto de INVALIDEZ excede los límites de la incapacidad física,
psíquica o psicofísica, puesto que a ésta se le combinan los coeficientes de
ponderación conforme el nivel de educación formal y la edad que tengan las
personas. A éstos se los denomina factores complementarios y se
componen por:
o
o
Edad cronológica: 51-55 años (5 %) -56-60 (7,5%) -61 o más años (10%).Nivel de educación formal: Universitario (2,5%) -Secundario (5%) -Primario
(7,5%) -Analfabeto (10%).-
Los porcentajes consignados se combinan con el porcentaje de incapacidad y
luego se suman aritméticamente a la misma. Surgiendo de ello el grado de invalidez
de las personas.
El factor compensador podrá ser aplicado para aproximar la incapacidad
obtenida por tablas, a la impresión del deterioro general del solicitante, según el
criterio médico de la Comisión Médica actuante. La sumatoria será directa: (1-10% ).
Antecedentes jurisprudenciales
La Cámara Federal de la Seguridad Social (Sala I) en autos: “MONTIVERO,
JUAN CARLOS C/ PREVINTER AFJP S/ RETIRO POR INVALIDEZ .-Expte. Nº 17.332/01”
dictó Sentencia Nº 94710/01, de fecha 21/9/01, que ordena se otorgue el retiro por
invalidez solicitado, entendiendo que no se había acreditado la posibilidad del
recurrente de sustituir su actividad habitual -peón rural- por otra compatible con su
capacidad restante; estimó, además aplicar un 10% en concepto de Factor
Compensador establecido en la tabla de factores complementarios del Dto.
Ley Nº 478/98 y consideró al actor totalmente incapacitado a los fines
previsionales, no obstante que la sumatoria total resultó inferior al 66 %.
En autos “TABARES CARLOS ALFREDO C/
ANSES S/ RETIRO POR
INVALIDEZ (ART. 49 P. 4 LEY 24.241) EXPTE. Nº 44.048/01”, la citada Sala
dictó Sentencia Nº 103.357/03, de
fecha 10/3/03, ordenando el
otorgamiento del retiro transitorio por invalidez, con cita del precedente de la
Corte Suprema de Justicia “MELO, Miguel Angel c/ MAXIMA AFJP s/ Jubilación
por Invalidez.- “Fallos : M 217.XXXV 24/8/00”; que expresa: “El decreto
1.290/94 limitó la valoración de los denominados ‘factores complementarios’
mediante la asignación de porcentajes variables, guarismos a los que no cabe
atenerse estrictamente cuando de los mencionados elementos –evaluados
conjuntamente con la disminución física que afecta al afiliado- se deriva
razonablemente la imposibilidad de realizar tareas habituales u otras
compatibles con sus aptitudes profesionales”.
De lo expuesto se desprende que, en un caso se apeló al Factor
Compensador y en el otro, a los Factores Complementarios a fin de ordenar el
otorgamiento del beneficio, evaluando la especial situación del trabajador rural y las
dificultades para reinsertarse en otra tarea, compatible con sus aptitudes.
Evidentemente, el criterio del juzgador ha sido amplio, al igual que en otro fallo
donde se expresa: “La difícil situación socioeconómica del país, que juntamente con la
edad del trabajador y la naturaleza de sus patologías le impedirían sortear un examen
preocupacional y harían de esa manera sumamente problemática su reinserción en el
mercado laboral, hacen que la doctrina sobre incapacidad de ganancia se transforme
en un factor de considerable incidencia. Así una persona debe considerarse inválida en
virtud de las especiales características que se den en cada caso concreto, evaluando
la incapacidad psicofísica no de manera aislada sino a la par de las
condiciones económico sociales que conforman su entorno. En consecuencia, la
exigencia del 66 % no constituye un requisito ineludible, y puede ser dejado de lado en
razón de la posibilidad que tiene el interesado de sustituir su actividad habitual por
otra compatible con sus habilidades teniendo en cuenta la edad, el grado de
especialización (...)”. “HEREDIA MODESTO MARIO C/ ANSES”, 23/3/96.
Propuesta
En virtud de los antecedentes expuestos, se impone trabajar en la modificación
de la legislación vigente, en el sentido de incorporar, al dictamen final sobre la
incapacidad detectada desde el punto de vista médico un informe socio ambiental que
permita la ponderación de otros factores: por ejemplo, el desempeño de la labor en el
ámbito rural y la imposibilidad de sustituir las tareas habituales por otras de similares
características.La sola ponderación de las dolencias psicofísicas, el nivel de educación
formal , la edad y el deterioro general -limitado a un 10 %- deja sin protección a una
gran cantidad de afiliados, que sólo pueden acceder a la revisión de la Comisión Médica
Regional (CMR). Este organismo, ateniéndose dogmáticamente a las indicaciones del
Baremo, arriba en muchos casos a un 50 ó 60 % de incapacidad y, en el párrafo
subsiguiente concluye dictaminando que no le asiste al titular derecho al retiro
transitorio por invalidez, lo que implica una condena a la desesperación y la indigencia.
Lo dictaminado por la CMR, puede ser apelado en un exiguo plazo de cinco días
hábiles, produciéndose el pase de las actuaciones a la Comisión Médica Central (CMC),
sita en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La CMC, en la mayoría de los trámites,
cita nuevamente al paciente de modo que, quien no posee medios para trasladarse
queda fuera de esta instancia administrativa. Por último, la revisión judicial del
accionar de la administración es competencia de la Cámara Federal de Apelaciones de
la Seguridad Social, que también se encuentra en la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, requiere patrocinio letrado y de una apelación presentada dentro de los 5 días
hábiles.
Este procedimiento, por las dificultades que presenta y su onerosidad, sólo
puede ser utilizado por unos pocos, de modo que resulta imperioso ampliar
normativamente los criterios que deben aplicar los organismos regionales, que son los
únicos a los que muchos trabajadores pueden acceder, incluyendo la evaluación de
otros factores como el socio ambiental y la imposibilidad de recalificación y posterior
recolocación. La incorporación de un informe socio-ambiental, a cargo de un trabajador
social del ámbito municipal, entre los elementos indispensables para evaluar una
situación de incapacidad puede acercar información veraz e irreprochable sobre la
posibilidad de reinserción laboral del trabajador y, tratándose de un obrero del campo
en situación de aislamiento tornaría en una herramienta eficaz para hacer efectiva la
garantía del Art. 14 bis de nuestra Constitución Nacional, asegurando al trabajador los
beneficios de la seguridad social con carácter integral y la protección total de la familia.
Es preciso reformar las normas que rigen
La Pensión por fallecimiento y la
Jubilación por invalidez
Por Juan Carlos Paulucci*
* Ex presidente del INOS y de CASFEC.Uno de los sucesos más penosos por los que puede pasar una familia es la
perdida de aquel miembro que le brinda el imprescindible apoyo económico para vivir
con dignidad. La muerte, el accidente o la enfermedad que deja invalido al jefe o jefa
de familia implica una crisis profunda en el seno familiar que la Seguridad Social
procura amortiguar, brindando las prestaciones de pensión al cónyuge sobreviviente y
de jubilación por invalidez a aquel trabajador que tuvo la desgracia de perder la
posibilidad de trabajar.
Todos conocemos el caso de alguna familia cuya situación social y económica
cambio dramáticamente de un momento a otro debido a la muerte de quien era su
verdadero sostén. Por otra parte, en la literatura universal se pueden encontrar todo
tipo de obras que cuentan historias desgarrantes de viudas y de huérfanos
mendicantes, cuyo destino estaba supeditado a la voluntad caritativa que pudiera
animar a sus parientes y amigos. Sólo basta consignar que, según los Evangelios, el
único de los milagros de Jesucristo que no le fue implorado por nadie tuvo lugar en
una ciudad llamada Naim y ocurrió cuando sacaban por la puerta de la ciudad el ataúd
que contenía el cuerpo muerto de un hombre joven, único sostén de su madre viuda
que lloraba desconsoladamente. El Señor resucitó al hombre sin mediar palabra de la
atormentada mujer. No hacia falta. Toda Israel sabía el destino miserable que
esperaba a la desdichada mujer, quien ya no podría contar con el afecto ni tampoco,
con el apoyo económico de su hijo.
En el mundo contemporáneo, los institutos de la Seguridad Social han
procurado mitigar -como dijimos antes- las graves consecuencias de aquellas
circunstancias de la vida que implican, para el trabajador una pérdida importante en el
nivel de su salario.
En nuestro país, las diversas normas provisionales que se fueron incorporando a
la normativa nacional durante mas de cincuenta años y las reformas que se sucedieron
fueron ampliando la cobertura y facilitando el acceso a las prestaciones en general y en
particular, aquellas que cubren el riesgo de muerte e invalidez. Este proceso culmina
con la aprobación de la Ley 18.037, que acordaba a los trabajadores un espectro
prestacional amplio1 .
La sanción de la Ley 24.241 significó un claro retroceso respecto del nivel de
cobertura del que gozaban los trabajadores. La introducción en el Sistema de
entidades privadas con fines de lucro, que prestan el servicio de administrar activos
obligó al legislador a tener en cuenta los intereses de estas compañías que reclamaron
un esquema prestacional que les permitiera obtener utilidades económicas. Y a nadie
debe sorprender esta actitud, pues las sociedades comerciales tienen por fin ganar
dinero para responder a la confianza depositada en ellos por sus accionista 2 . Están
en todo su derecho. Mas, diríamos que por su propia naturaleza, se encuentran
obligadas a hacerlo.
Decíamos arriba, que el actual Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones
significó un claro paso atrás en el nivel de protección con el que debe contar el
trabajador y su familia. Una muestra palpable de ello es la restricción del derecho a
pensión y a la prestación por invalidez que establece la nueva legislación.
El Artículo 95 de la Ley 24.241 y el Decreto Reglamentario
Entrando en el análisis de la cuestión, debemos decir que el artículo 95 de la
Ley establece en su parte pertinente que la AFJP será exclusivamente responsable y
estará obligada a: 1º) Al pago del retiro por invalidez y 2º) A la integración del
correspondiente capital complementario para los afiliados en actividad que generen
pensiones por fallecimiento. Ello, siempre y cuando el afiliado se encuentre efectuando
en forma regular o irregularmente sus aportes.
Sin embargo, la Ley no establece quien es un afiliado regular y tampoco, quien
es uno irregular. La definición de estos conceptos se encuentra en el Decreto Nº
1.120/94 reglamentario de la Ley que, sobre esta materia fuera modificado por el
Decreto Nº 460/99, actualmente vigente.
Esta última norma dispone que, para que un trabajador en relación de
dependencia sea considerado como aportante regular se le deben haber efectuado las
retenciones previsionales durante por lo menos 30 meses de los últimos 36 anteriores
a la fecha del fallecimiento del afiliado en actividad o de la solicitud de retiro por
invalidez. El mencionado decreto también establece que, para ser considerado
aportante irregular con derecho se le deben haber efectuado las retenciones
correspondientes durante al menos 18 meses de los 36 anteriores al hecho que da
origen a la prestación reclamada.
En el caso de los trabajadores que realicen tareas discontinuas, como sucede
con muchos de los trabajadores rurales, la regularidad o bien la irregularidad con
derecho se alcanza cuando las retenciones previsionales se realizaron durante 10
meses o 6 meses, según el caso, de los últimos 36.
Si bien es cierto que estas condiciones, establecidas por el aludido Decreto Nº
460/99, son mucho más benignas que las draconianas dispuestas por el Decreto Nº
1.120/94, debe merituarse que, dadas las circunstancias por las que ha atravesado y
atraviesa aún el mercado de trabajo, muchos de nuestros trabajadores no se
encuentran debidamente amparados por el Régimen de Seguridad Social.
Millones de ellos han pasado, durante la reciente crisis, de la economía legal a
la ilegal. Afortunadamente, este proceso se está revirtiendo y el empleo formal
aparece creciendo a buen ritmo y con niveles sostenidos. Sin embargo, estos
trabajadores que ahora vuelven a la normalidad laboral no registran retenciones
previsionales desde hace varios años, circunstancia esta que deja a su familia fuera de
toda protección en caso de muerte y en total desamparo a todo el grupo familiar en
caso de invalidez.
Por otra parte, no cabe duda alguna de que esta norma ha sido dictada para
reglar los derechos de quienes están en el Régimen de Capitalización y no, con
respecto a quienes optaron por el Régimen Público. El comentado Artículo 95 de la Ley
24.241 se encuentra dentro del Capitulo VII del Título III denominado “Del Sistema de
Capitalización” y, tanto su contenido como el de la aludida reglamentación refieren a
procedimientos establecidos para dicho Sistema. No tiene sentido hablar “del cálculo
del capital técnico” dentro del Sistema de Reparto, cuya mecánica procedimental es
absolutamente distinta.
Un caso especial:
“El Derecho a Pensión por Fallecimiento dentro
del Régimen Público”
Tanto la ANSES como algún tribunal federal entienden que el mencionado
Artículo 95 es de aplicación para el Sistema de Reparto y, por ello deniegan los
beneficios de pensión a aquellas personas sucesoras de un afiliado titular que no contó
con retenciones previsionales en al menos 18 meses, de 36 anteriores al momento del
deceso.
De la simple lectura de los textos legales enunciados se desprende que la Ley
24.241 no establece las condiciones en las que corresponde otorgar el derecho a
pensión. Quien si lo hace es el Decreto Reglamentario. Desde nuestro punto de vista,
consideramos que la reglamentación indicada invade el terreno propio de la legislación
de fondo, estableciendo las condiciones -algunas muy severas- para acordar el
beneficio. La Ley sólo habla de aportantes regulares e irregulares y es el Decreto
Reglamentario el que define que requisitos deben cubrir uno y otro, determinando
además, por vía de la exclusión tácita, quienes no tienen ese derecho.
Apreciamos que de esta manera no se respeta el orden de prelación y la
razonabilidad de los actos de gobierno que establece el Artículo 31 de la Constitución
Nacional, dando por tierra con la tan mentada pirámide jurídica.
Por otra parte, el aludido Artículo 95 no es aplicable a los afiliados al Régimen
Previsional Público porque -reiteramos-, de su sola lectura se desprende que el
legislador se refiere sólo a los afiliados al Régimen de Capitalización y no existe en el
texto de la Ley remisión alguna que señale que dicho Artículo debe ser aplicado a
ambos regímenes. Además, resulta absurdo que se aplique un criterio por demás
limitativo en un Régimen cuyo principio básico es la Solidaridad 3 . En definitiva, para
los casos del Régimen Público, apreciamos que deben aplicarse las disposiciones de la
Ley 18.037, teniendo en cuenta que el Art. 156 de la Ley 24.241 así lo admite 4 .
Nuestra opinión
Consideramos que el Honorable Congreso de la Nación es quien debe
definir, a través de una Ley, quienes son los que tienen el derecho a ser
beneficiarios de una determinada prestación. Esta determinación es propia
de la estructura básica de cualquier régimen previsional, y esto es aceptado
pacíficamente por la doctrina moderna. Por ello, pensamos que el
Parlamento Nacional debe poner manos a la obra lo más prontamente
posible para que, luego de una amplia consulta con todos los sectores
involucrados, debata y sancione una Ley que brinde una equitativa solución
al problema, acordando a los trabajadores la cobertura solidaria con la que
contaban hasta la reforma de 1994.
En nuestra modesta opinión, para afirmar el prestigio de nuestro Poder
Legislativo, es deseable que este remedio legal surja por su propia
iniciativa, antes que la normativa comentada sea declarada inconstitucional
por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. De tal forma, el Parlamento
seguirá el ejemplo de Cristo, interviniendo en el drama antes de que
alguien o algunos se lo reclamen.
1
La Ley 18.037 por ejemplo, acordaba al trabajador el derecho a la jubilación por invalidez cuando la misma
sobrevenía encontrándose en actividad o bien “cuando acreditare diez años de servicios con aportes computables en
cualquier régimen comprendido en el sistema de reciprocidad jubilatoria, si la incapacidad se produjere dentro de los dos
años siguientes al cese”. En lo que respecta a la pensión, la misma Ley amplió el cuadro de beneficiarios extendiendo el
derecho a la prestación hasta los 21 años para los hijos, nietos y hermanos del causante que cursaren estudios secundarios
o superiores y manteniendo el derecho a pensión para las hijas solteras mayores de 50 años que convivían con el causante
y no contaban con recursos económicos.
2
A nuestro juicio, la cuestión a dilucidar es determinar hasta qué punto el fin de lucro puede compatibilizarse con
los objetivos de la Seguridad Social. Entendemos que esta cuestión es una de las importantes cuya discusión tiene
pendiente la sociedad argentina.
3
Ver Artículos 1º y 2º de la Ley 24.463.
4
El mencionado Art. 156 de la Ley 24.241 dice: “Las disposiciones de las Leyes Nros. 18.037 (t.o. 1976) y 18.038
(t.o. 1980), y sus complementarias que no se opongan ni sean incompatibles con las de esta Ley, continuarán aplicándose
supletoriamente en los supuestos no previstos en la presente, de acuerdo con las normas que sobre el particular dictará la
autoridad de aplicación”.
Perón y los trabajadores
Por Oraldo Norvel Britos*
Ex Senador y ex Diputado Nacional. Presidente de la Comisión de Previsión Social de la CND.-
Hablar de la obra de Perón en pocas líneas es una tarea casi imposible; quienes
tuvimos la suerte de conocerlo, escucharlo e interpretarlo sabemos perfectamente que
las bases de casi toda nuestra legislación están en su doctrina. En esta oportunidad
quiero referirme a los derechos del trabajador.
Uno de los puntos centrales en la campaña presidencial del Coronel Perón, en el
año 1945, fue la promesa de elaborar y redactar los derechos de los trabajadores. El
24 de febrero de 1946 resultó ganadora la fórmula Perón - Quijano y tal como lo
prometieron, un año más tarde estos derechos vieron la luz en el teatro Colón de la
ciudad de Buenos Aires. En esta oportunidad, Perón reunió a tres mil dirigentes
gremiales de todo el País y se los hizo conocer mediante un decálogo. Cabe destacar
que esta norma fue considerada en la Convención Constituyente y, como era de
esperar fue plasmada en los Artículos 37 y 38 de la Constitución Nacional de 1949;
estos son:
1- Derecho de trabajar: Se toma al trabajo como medio indispensable
para satisfacer las necesidades espirituales y materiales del individuo, de la
comunidad y la causa de todas las conquistas de la civilización y la
prosperidad general. El derecho de trabajar debe ser protegido por la
sociedad y proveer ocupación a quien lo necesite. Perón decía: “gobernar es
dar trabajo”.
2Derecho a una retribución justa: Se debe garantizar al trabajador
una retribución moral y material que satisfaga sus necesidades vitales y sea
compensatoria del rendimiento obtenido y del esfuerzo realizado. Son la
riqueza, la renta y el interés del capital frutos exclusivos del trabajo
humano.
3Derecho a la capacitación: Se refiere al mejoramiento de la
condición humana, a los valores espirituales, a la elevación de la cultura y
de la aptitud profesional.
4Derecho a condiciones dignas de trabajo: Se consagra el derecho
de los trabajadores a exigir condiciones dignas y justas para el desarrollo
de su actividad.
5Derecho a la preservación de la salud: Se debe velar para que el
régimen de trabajo reúna los requisitos adecuados de higiene y seguridad y
que no exceda las posibilidades normales del esfuerzo.
6Derecho al bienestar: Este derecho se concreta en la posibilidad de
disponer de vivienda, indumentaria y alimentación adecuadas.
7Derecho a la seguridad social: El derecho de los individuos a ser
amparados en los casos de disminución, suspensión o pérdida de su
capacidad para el trabajo.8Derecho a la protección de su familia: La protección de la familia
como un natural designio del individuo.
9Derecho al mejoramiento económico: La sociedad debe apoyar y
favorecer las iniciativas de los individuos tendientes a este fin.
10- Derecho a la defensa de los intereses profesionales: El derecho
de agremiarse libremente y de participar en otras actividades lícitas
tendientes a la defensa de los intereses profesionales.
En este contexto y resaltando una vez más la dedicación de Perón hacia la clase
trabajadora, no puedo dejar de mencionar el Plan Quinquenal del año 1947, antes de
cuya entrada en vigencia se registraban aproximadamente 800.000 desocupados,
producto de las políticas empleadas por los gobiernos de la denominada década
infame, también denominada “década del 30”.
El mencionado plan no sólo redujo la desocupación a casi un 0 % sino que,
además los trabajadores empezaron a compartir la riqueza con los patrones llegando
casi a un 50 % del Producto Bruto y, como consecuencia inmediata de esta situación
se produjo un notable crecimiento en la clase trabajadora.
No olvidemos a nuestros hermanos
Indígenas
Por Carlos H. Luparia*
Presidente del Instituto de Derecho Laboral Agrario Argentino (INDELAA).Es innegable que muchos de los indígenas que habitan a lo largo y ancho
nuestro país son trabajadores rurales, dedicados a diversas faenas, en obrajes
madereros, en desmontes o como cosecheros temporarios en el campo o peones
permanentes. Practican recolección de frutos en los campos que habitan, cazan y
pescan. Tallan maderas, tejen y trabajan en alfarerías que luego venden.
Se calcula que cerca de un millón de indígenas habitan la Argentina, pero quizá
sean más. Las condiciones de vida y de trabajo de ellos y de sus familias son
miserables, y sus ingresos – cuando los reciben – son mínimos y ni siquiera se los
puede calificar de simple subsistencia. Carecen de todo lo indispensable para vivir un
ser humano. No tienen documentación ni obra social ni asistencia médica ni agua
potable. Lamentablemente en nuestra tierra, los indígenas son los olvidados, los
hundidos, los despreciados; son parias en su propia tierra, y viven en ella como
ciudadanos no ya de segunda sino, de tercera clase. Sobre ellos pesan todas las lacras
posibles. Devorados por enfermedades de todo tipo, alejados de las más mínimas
posibilidades de desarrollo, considerados como de una raza inferior. Son, en síntesis
una bofetada para todos los argentinos en pleno siglo XXI. Diríamos, sin temor de
exageraciones, que es una vergüenza que no podemos admitir. Y no es que no tengan
leyes que los protejan, incluso la propia Constitución Nacional, pero nada de ello se
cumple: constituyen la letra muerta de un olvido injustificado.
Hoy, tanto la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE)
como su obra social OSPRERA por intermedio de su eficaz conducción están
concretando el rescate de la dignidad y promoción del Trabajador Rural y de su familia,
creo que pueden realizar una eficaz labor y contribuir a la solución del drama de los
indígenas y de su familias. En tal sentido, hace un tiempo presenté una propuesta con
una serie de medidas urgentes para que ellos sean también rescatados del olvido. Mi
conciencia de argentino y patriota así lo exige. Espero que ello sea así. Y con ello un
acto de estricta justicia. Dichas medidas propuestas serian las siguientes:
1.
Realización de un censo en todo el país a fin de determinar
fundamentalmente lo siguiente: a) Existencia de poblaciones indígenas en la
Argentina; distintas comunidades a que pertenecen; existencia en las mismas de
trabajadores rurales y tareas que realizan los mismos habitualmente; si ellos están
registrados, sindicalizados y si cuentan con la libreta de Trabajo Rural; b) Medios de
vida de los indígenas; ingresos que realmente perciben; c) Necesidades básicas
insatisfechas: detalle de las mismas; d) Estado médico-hospitalario de la población
indígena; detalle de las medidas urgentes a adoptar en materia preventiva y curativa;
adopción de las más urgentes medidas sanitarias; e) Existencia de déficit educacional;
falta de escuelas, de maestros, de educación bilingüe.
2.
Adopción de las primeras y urgentes medidas a fin de proveer a dichas
poblaciones y comunidades indígenas de las más inmediatas en materia de provisión
de agua potable, medicina, alimentos, viviendas, edificios comunitarios, hospitales,
escuelas, etc.
3.
Siendo la existencia de fuentes de trabajo fundamental para el desarrollo
y promoción de los indígenas, disponer la realización de planes y gestiones públicas y
privadas, y todo cuanto contribuya a la creación y/o ampliación de las existentes.
4.
Realización de estudios de antecedentes y gestiones ante los entes
públicos y privados para la más urgente regularización de la situación dominial de la
posesión de las tierras que tradicionalmente ocupan los indígenas, sus poblaciones y
comunidades.
5.
Contribuir a la adopción de medidas para adecuar el sistema educativo
de los indígenas, fundamentalmente la enseñanza bilingüe; creación y puesta en
marcha de escuelas- hogares.
6.
Encarar la difusión de la crítica situación de los indígenas y de sus
comunidades, de su problemática y de los valores de su cultura original.
Estas son algunas medidas más urgentes a adoptar que, sin duda necesitan una
decisión política-gremial de vasto alcance y repercusión nacional e internacional. Ello
no implica el desconocimiento de otros graves problemas y de las medidas necesarias
que deben adoptarse. Las soluciones no son inmediatas. La problemática que presenta
la cuestión indígena en la Argentina es grave y difícil. Pero se puede empezar ya. Ellos,
los hermanos indígenas argentinos son innegablemente merecedores de nuestro
esfuerzo. Debemos rescatarlos del olvido y de la ignominia.
Electrificación rural
Hacia una mejor calidad de vida para los
trabajadores rurales
Por Rubén Benítez*
* Secretario de Acción Social de OSPRERA y Coordinador de la Comisión Pro Electrificación Rural
del Instituto de Capacitación y Empleo (ICE) de la UATRE.Una gran parte de nuestra población rural carece de servicio eléctrico. Alrededor
de un 1,8 millones de personas que viven en el campo se alumbran como en la época
de la Colonia, utilizando velas, faroles y mecheros. Naturalmente, ninguno de ellos
puede acceder desde su hogar a las ventajas y comodidades que brindan el desarrollo
y la tecnología moderna.
Pero no solamente en estos 300.000 hogares falta electricidad, tampoco tienen
servicio más de 6000 edificios públicos que se encuentran en zonas rurales. Se
trata, fundamentalmente de escuelas, salas de primeros auxilios, destacamentos
policiales y de seguridad. Como es de imaginar, la ausencia de luz impide un
desarrollo adecuado de las actividades escolares y el funcionamiento de todo tipo de
aparatos que se emplean permanentemente en los centros de salud. No hay
heladeras y, por lo tanto la cadena de frío se interrumpe, por lo que ningún
programa de vacunación que exija la existencia de refrigeradores se puede llevar a
cabo, obligando a las familias a trasladar a sus hijos hasta los centros poblados y a
afrontar el gasto y la incomodidad que ello significa.
No vale la pena que me extienda más explicando las penurias que debe
soportar un hogar que no tiene electricidad; nuestros lectores conocen el problema.
Sólo quiero recalcar que esta carencia contribuye a impedir que los chicos alcancen un
buen nivel de educación. Y esto, en el mundo moderno es grave y se paga muy caro.
Lamentablemente, los alumnos egresados de estas escuelas no tendrán el nivel de
preparación con el que cuentan otros pibes que pueden concurrir a escuelas dotadas
de los adelantos modernos. De esta manera no habrá igualdad de oportunidades para
ellos y en esta calesita de la vida argentina, la sortija la seguirán sacando siempre
otros. Pero, ojo: Los nuestros, también tienen derecho.
Dentro de este panorama, aparece como una esperanza el Proyecto
PERMER1 que esta llevando a cabo la Secretaría de Energía de la Nación en acuerdo
con las provincias que decidan incorporarse al emprendimiento.
La UATRE ha resuelto promover con toda la decisión de la que es capaz este
programa de electrificación rural
porque contribuye al desarrollo humano del
trabajador rural y su familia y también, a la preservación del medio ambiente, pues el
Proyecto PERMER promueve el uso de fuentes de energía renovable, no contaminante.
Se trata entonces de llevar electricidad al medio rural a través del empleo de
pequeños generadores eléctricos que utilizan como combustible la radiación solar o la
fuerza del viento (energía eólica). Sólo en los casos donde no se puede recurrir a
ninguna de ellas, se apela a la generación vía derivados del petróleo.
Este programa prevé la electrificación de escuelas, dispensarios, centro
comunitarios y también de viviendas rurales.
A la UATRE le interesa llevar la energía eléctrica tanto a las escuelas y a los
centros públicos de atención como a los hogares de los trabajadores rurales.
El desarrollo social y económico de una familia exige imperiosamente contar con
energía eléctrica que, no sólo hace más confortable la vida, sino que permite estudiar y
mejorar la situación económica familiar, desarrollando actividades que hoy no es
posible hacer por no contar con este servicio.
Por otra parte, todos sabemos que poder tener una heladera eléctrica, un
televisor o una computadora permite mejorar la condición de vida, tanto en el plano de
la salud como en el de la educación, la comunicación y la información.
El aislamiento, la ignorancia, la carencia de servicios esenciales hacen al
subdesarrollo, a la pobreza y a la falta de oportunidades para crecer y mejorar.
Queremos electricidad en las viviendas de nuestros compañeros porque aspiramos a
que ellos y sus hijos puedan disfrutar de un futuro mejor y más provechoso para
todos.
1
Proyecto de Energías Ren ovables en Mercados Rurales. -
Agricultura sustentable
Por María Laura Novoa*
* Integrante de la Subcomisión de Control de Gestión e Impacto Ambiental de la CLR.La sustentabilidad es la base indispensable para mantener un equilibrio
constante en los sistemas agrícolas. Para ello, es necesario invocar una nueva cultura
en las tareas agrícolas que conlleven a mantener los ecosistemas activos y la calidad
del trabajo de nuestros trabajadores rurales.
Los avances científicos de las ciencias de la naturaleza
permanentemente un manejo ambiental de los recursos naturales.
corroboran
Hoy en día, se hace imprescindible evaluar la degradación de los sistemas
producto de la implementación de la agricultura industrializada, y tender a un proceso
de transición hacia una agricultura ecológica, sustituyendo las tecnologías
contaminantes y dependientes de capital por tecnologías biológicas que entiendan la
dinámica de los nutrientes en el suelo.
Entonces, podemos hablar de agricultura ecológica reflejando una evolución
entre cultura y medio ambiente, comprendiendo la función y estructura de los
ecosistemas agrícolas y sus potenciales productividades, dando como resultado,
menores efectos perjudiciales, culturales y ecológicos.
Un análisis exhaustivo permitirá entender un mejor uso racional de los componentes
bióticos y abióticos, conservando y preservando la dinámica ecosistémica de nuestros
recursos naturales.
Hay que entender que las malas prácticas son ni más ni menos consecuencias
de la deficiencia de objetivos claros y duraderos en el aprovechamiento de los recursos
naturales.
En áreas rurales se deben prevenir y corregir los impactos ambientales que
producen las actividades agrícola ganadera producto de un plan de manejo donde
se evalúen los recursos de la flora y fauna silvestre, las aguas superficiales y
subterráneas, la conservación de los sistemas naturales, los ciclos
hidrológicos, el clima, la tierra y el paisaje desde una concepción cultural y
económica sustentable.
El conocimiento profundo y continuo en el tiempo de estas relaciones
permite un desarrollo adecuado y sostenido intergeneracional de nuestros
sistemas productivos.
El vínculo entre las ciencias naturales y el sistema socioeconómico
hacen posible tomar conciencia de los abusos y limitaciones del ambiente.
Hay que observar que los alcances en el pensamiento de la humanidad
se han extendido notablemente. Esto comporta la consecuencia provechosa
de que permiten enfocar al hombre como parte de los ecosistemas y no como
un eslabón aislado.
Por lo expresado se hace imprescindible pronunciar a la ecología
¨ciencia holística¨, conocida como disciplina integradora que pretende salvar
la crisis ambiental expresada por las inundaciones, por los cambios
climáticos, por la pérdida de biodiversidad, por la degradación del suelo y por
los demás factores que, en su conjunto constituyen los recursos de la sabia
naturaleza.
Es concluyente que las pautas de conductas sociales ambientales harán
comprender los impactos causados por el hombre sobre el proceso de
desarrollo, para lograr un equilibrio funcional y adecuado entre el hombre y la
naturaleza.
“La concientización debe originarse en los hombres de ciencias, pero sólo puede
transformarse en la acción necesaria a través de los dirigentes políticos“, Juan
Domingo Perón. Estocolmo, 1972.
El RENATRE hoy
Por Alberto A. Brondo*
Coordinador General del RENATRE.El uso de la LIBRETA DE TRABAJO por el trabajador rural constituye una
instancia fundamental para el funcionamiento a pleno del sistema de normas
establecido por la Ley 25.191. La Libreta de trabajo como documento personal,
intransferible y probatorio de la relación laboral constituye el instrumento jurídico
idóneo para la identificación del trabajador rural, de su familia y, en general para que
el trabajador tenga acceso a los beneficios de la seguridad social rural.
Esta Libreta es la llave necesaria para el funcionamiento pleno del Sistema, por
lo que la consigna del RENATRE “CADA TRABAJADOR RURAL, UNA LIBRETA DE
TRABAJO” adquiere importancia suprema y constituye una instancia que este Registro
considera prioritaria.
En estos términos, el RENATRE brega por una adecuada difusión del Sistema,
especialmente en cuanto a la difusión sobre el uso de la Libreta de Trabajo. Es
estrictamente necesario que el trabajador se familiarice con el mecanismo de
utilización del documento; que exija las registraciones correspondientes, ya que ellas
significan la acreditación de sus aportes y, en definitiva el acceso a los beneficios de la
Seguridad Social. En cada trabajador debe hacerse piel el sentido de pertenencia a la
actividad y que es a través de su Libreta de Trabajo que ejercerá el resguardo de sus
derechos, independientemente de ser condición necesaria para el acceso al beneficio
de la prestación por desempleo.
Quizás las normas del derecho laboral agrario han reconocido al trabajador
rural ciertos derechos que, en la práctica suelen resultar inciertos en la medida en que
no se encuentran acreditados debidamente en un instrumento con el valor probatorio
que tiene nuestra Libreta de Trabajo. Debe recordarse a título de ejemplo, la facultad
del RENATRE de emitir Certificados de Trabajo, en un futuro, para acreditar los aportes
y las contribuciones a la Seguridad Social.
Las prestaciones por desempleo a trabajadores rurales
Completando la triada de objetivos trazados y pasando ya a la etapa de
materialización de los mismos, el pasado 11 de agosto el RENATRE vivió un nuevo
acontecimiento en su vida institucional (desde su efectiva constitución, en marzo del
2002) que lo llena de orgullo y de realizaciones concretas en su corta vida. El
Presidente de la Nación, Dr. Néstor Kirchner, conjuntamente con el Presidente del
organismo, Gerónimo Venegas, y el Ministro de Trabajo de la Nación Dr. Carlos Alfonso
Tomada, entregaron 11 prestaciones por desempleo a trabajadores rurales que lo
habían solicitado. En el mismo acto, el Ministro de Trabajo refrendó la Resolución Nº
543 que crea el Sistema Integral de Prestaciones por Desempleo (SIPRED), cuya
administración está a cargo del RENATRE, y aprueba la reglamentación que establece
las condiciones y requisitos para acceder a las prestaciones.
Debe hacerse notar que los trabajadores rurales se encontraban excluidos de
las prestaciones por desempleo establecida por la Ley 24.013 del año 1991. Sin
embargo los empleadores contribuían normalmente al Fondo de Empleo, sin que nadie
reclamara por tal situación salvo la UATRE (el Sindicato más representativo en el orden
nacional del sector de trabajadores rurales) que no sólo hizo tal reclamo, sino que,
elaboró una Ley que hoy está llamada a ser angular en la construcción de una nueva
Seguridad Social para el sector rural.
Así las cosas, hoy los trabajadores rurales no sólo tienen la posibilidad histórica
de ser protagonistas de su propio destino a través de la Libreta de Trabajo, sino que,
gracias a un trabajo constante y articulado liderado por Gerónimo Venegas pueden
acceder a la prestación por desempleo en caso de tener la vicisitud de quedar sin
trabajo.
La capacitación, la reinserción laboral,
la prevención de la salud, etc.
No solamente la prestación para cubrir la contingencia del desempleo es
económica (aún teniendo un techo mayor que la ordinaria -$ 360 la del RENATRE; $
300 la del Fondo Nacional de Empleo-), sino que, el RENATRE desarrollará fondos
destinados a la capacitación, a la reinserción laboral, a la prevención de la salud y al
transporte para trabajadores no permanentes (migrantes o golondrinas) que deben
trasladarse a otras Provincias para buscar su conchabo. Uno de los casos típicos es de
aquellos trabajadores de Santiago del Estero y de Tucumán que van a trabajar en la
fruta del Valle de Río Negro y de Neuquén. El RENATRE ha de tutelar y controlar las
migraciones a través de su intervención para crear más empleo, capacitando y
propiciando condiciones laborales aptas.
Este organismo también se perfila para la capacitación de trabajadores y de
empleadores, conceptualizándola en un sentido amplio que abarca todas las
necesidades del trabajador y del productor, y entendiéndola como una herramienta
necesaria para ofrecer un servicio más al sector. En ese marco, el RENATRE y la
UATRE, a través del Instituto de Capacitación y Empleo (ICE) han comenzado con el
Programa de Alfabetización para empleadores rurales y trabajadores.
La especificidad del órgano creado por la Ley 25.191 avanza sobre el adecuado
desarrollo de estos proyectos ya que, la profesionalidad de los actores sociales que
componen la relación laboral logra abordar fácilmente la problemática, agotando las
instancias para encontrar soluciones prácticas que permitan ir al fondo del asunto.
El Servicio de Conciliación Laboral Rural (SECLAR)
Con esta experiencia, tal vez deba reflexionarse sobre que las cosas no se
resuelven solamente detrás de los escritorios, en confortables despachos ni aún con
las posibilidades que nos ofrece la tecnología ni a través de la creación de normas
técnicamente perfectas pero vacías de contenido en cuanto a su aplicación práctica. La
participación de actores sociales y representativos es fundamental a la hora de
adoptar medidas que deciden el destino de la gente del sector.
Sin embargo, el cumplimiento de los objetivos de la Ley, la Libreta de Trabajo,
la Prestación por Desempleo y la creación del RENATRE COMO VERDADERO Padrón
Nacional del sector no han desarticulado la verdadera esencia del Sistema creado: SER
UN VERDADERO PRESTADOR DE SERVICIOS PARA EL SECTOR.
En efecto, la especial idiosincrasia del medio agrario denota características
especiales que deben ser tomadas en cuenta para no afectar intereses propios de los
empleadores y de los trabajadores del campo. Así por ejemplo, los ciclos de cosechas o
de siembras son perentorios; el productor debe trabajar, la más de las veces contra
reloj y, en poco tiempo mientras lo permitan las condiciones climáticas. Esta realidad,
sumada a la escasa información que existe en materia de Derecho Laboral Agrario
hace que los conflictos originados en el campo sean motivo de largos juicios laborales,
con resultado incierto tanto para el trabajador como para el empleador.
Lo antedicho junto a otras causas determinó que el RENATRE esté organizando
un Servicio de Conciliación Laboral Rural (SECLAR) que permita solucionar los
diferendos originados en el medio, en una instancia voluntaria y definitiva, que se
concretará dentro de la propia estructura del organismo en cada una de la
Delegaciones de todo el país. Actuarán conciliadores especializados en Derecho de
Trabajo Laboral Agrario para la defensa adecuada de los intereses de las partes
(patrocinio del Sindicato y de las Cámaras Empresarias). Este proyecto se encuentra
en una etapa avanzada de concreción.
Los Convenios de Corresponsabilidad Gremial
Los Convenios de Corresponsabilidad Gremial constituyen un instrumento
adecuado para solucionar algunos problemas propios de ciertas actividades de uso
intensivo de mano de obra, como cuantía y modalidades de pago de aportes y de
contribuciones a la seguridad social. Dada la idiosincrasia, también es cierto que este
tipo de actividades reúne la mayor cantidad de trabajo informal.
Las organizaciones de empleadores del sector rural (Sociedad Rural Argentina,
Coninagro, Federación Agraria Argentina y CRA) tanto como la UATRE
han
considerado la necesidad de reimplantar tales Convenios, pero bajo la administración
del RENATRE como órgano de vigilancia y control. Este órgano de naturaleza paritaria
hace convivir a trabajadores y a empleadores, y es el más adecuado por su naturaleza
para fijar tarifas, fijar condiciones de acceso a los convenios, establecer agentes de
retención en cada una de las actividades de acuerdo a la cadena de comercialización
utilizada.
El RENATRE con su moderna Base de Datos contiene todos los datos que
pueden posibilitar el control eficiente, y es el organismo que por su especialización
puede realizar los estudios técnicos adecuados para la negociación de dichos
convenios.
Otros logros desde marzo del 2002
Lo expuesto refleja sólo algunos aspectos de las múltiples actividades
desarrolladas actualmente por el Registro, puesto que además el RENATRE ofrece un
Padrón Nacional con 300.000 trabajadores inscriptos y 70.000 productores del sector
agropecuario. Esta Base cuenta con los datos de los inscriptos y contiene la
digitalización de la documentación probatoria de la inscripción; lo que la hace única en
el país con tal característica. Asimismo, se han emitido 256.000 Libretas de Trabajo
que permiten el acceso del trabajador al Sistema normativo de la Ley 25.191.
A través de un Fondo con aptitud económica y financiera para hacer frente al
universo de trabajadores que eventualmente sufren la contingencia del desempleo, se
entregaron 11 prestaciones por desempleo; para febrero del corriente año hubieron
1.400 beneficios otorgados y, de acuerdo a las proyecciones para fin de año 13.000
trabajadores accederán al mismo beneficio.
La prolija administración realizada permitió, no sin esfuerzo, cumplir con las
obligaciones que la Ley impone: fundar y constituir el Registro, organizar la
correspondiente estructura, crear la Libreta de Trabajo y el SIPRED, otorgar las
Prestaciones por Desempleo y, por sobre todas las cosas estar al servicio del sector
agropecuario. Con el fundamento en los logros alcanzados, con las perspectivas futuras
y con el desafío latente de posicionarnos como referente en la Seguridad Social del
sector es que afrontamos el futuro, con humildad pero con la firme convicción de
lograr los objetivos trazados.
Sabedores de que hay un país que nos espera y nos necesita porque somos el motor
de la económica nacional, seguiremos trabajando incansablemente para el sector
agropecuario. Por eso somos todos trabajadores, somos todos empleadores rurales; en
definitiva SOMOS EL CAMPO.
Buenos Aires, 28 de febrero de 2005.-
El conocimiento como herramienta para la
acción
Por Graciela Sfasciotti*
Coordinadora de la Comisión Legislativa Rural
La creación de la Comisión Legislativa Rural fue una iniciativa del Secretariado
Nacional de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores, cuyo Secretario
General es Gerónimo Venegas. Tiene como función investigar y analizar la
problemática del trabajador y trabajadora rural y su familia, formulando propuestas
concretas como alternativas de solución.
Está integrada por técnicos especialistas en diferentes disciplinas, relacionadas
con la temática del sector rural en cuestiones relativas a las siguientes especialidades:
Derecho Laboral Agrario, Seguridad Social, Desarrollo Social y Educación, Riesgos del
Trabajo, Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, Control y Gestión del Impacto
Ambiental, Salud y Discapacidad, Seguridad e Higiene, Economías Regionales, Estudios
Históricos, Relaciones Internacionales, MERCOSUR, Difusión y Comunicación,
Actualización de las Normas Vigentes y Análisis de las Iniciativas Parlamentarias, entre
otras.
En su tarea, la Comisión Legislativa Rural se aboca a un proceso de búsqueda
del conocimiento, desde la reflexión crítica frente a la realidad, entendiendo que -como
dice Venegas- “El conocimiento es el arma más importante con la que cuenta el
hombre para defenderse en la vida”1
La Coordinación de la mencionada Comisión, procura que en los distintos
trabajos que realiza el plenario, se profundice en el conocimiento de los temas que son
sometidos a su consideración. Un conocimiento que sea objetivo, sujeto a un método,
que no sólo sea susceptible de transmitirse a otros, sino que también, pueda ser
adquirido por éstos como herramienta idónea para transformar la realidad existente.
Este ámbito multidisciplinario de reflexión, de intercambio de experiencias y de
conocimientos, genera un fructífero espacio de comunicación y diálogo. Ello, porque la
comunicación implica reciprocidad y es la clave que permite consolidar el diálogo
crítico, pero a la vez constructivo, que resulta fundamental para alcanzar, profundizar
y consolidar el conocimiento, haciendo posible luego, su aplicación fáctica.
A partir de estas premisas, la Comisión Legislativa Rural aborda la elaboración
de planes, programas y proyectos que, basados en el conocimiento y comprensión de
las causas y consecuencias de una determinada y conflictiva situación, brinden a los
trabajadores rurales una respuesta adecuada a las necesidades percibidas.
Aspiramos a que esta publicación se convierta en un nuevo vehículo de diálogo
que posibilite también, un intercambio de opiniones con nuestros lectores. No
pretendemos constituirnos en dueños de ninguna verdad, simplemente aspiramos a
que la problemática del trabajador rural, tantas veces postergada, tenga el espacio que
se merece en el ámbito de las inquietudes que preocupan a la dirigencia nacional.
Brindamos desde estas columnas nuestra opinión y en cada caso, aportamos
una propuesta que estamos dispuestos a sostener, pero también, a modificar y
enriquecer con los aportes que el lector quiera sumarnos.
1. Sobre el particular acota el propio Venegas: Nuestro país necesita que más y más argentinos cuenten con una
formación suficiente que les permita aplicar sus conocimientos al trabajo y al mejoramiento de nuestra sociedad. Ver más
en: Venegas, Gerónimo. “Trabajo de campo. Producción, tecnología en el medio rural”. Neiman, Guillermo (Compilador).
Prólogo. Pág. 5-6 Ediciones CICCUS. 2001.
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