Democracia y Capitalismo - Supremo Consejo del Grado 33º Para

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CONGRESO ESCOCISTA 2013
Comisión Nº 3: Política – Moral y Etica como fundamento de toda participación
política. Democracia y República.
Ricardo Romero.
Democracia y Capitalismo. Una aproximación conceptual del Individuo, la Sociedad Civil
y el Estado
Lic. Ricardo Romero*
Ideas iniciales
En la Teoría Política, las formas de gobierno forman parte inexorable de su preocupación
intelectual. En los comienzos de la Filosofía Política clásica, se partía de un análisis deductivo, desde
tipologías que exponían quién y cómo se gobierna, dando algunos lineamientos sobre el mejor Gobierno
(Platón, Aristóteles y otros). En tanto que durante el feudalismo, la imposición del poder se basaba en la
fe religiosa y la Monarquía era la forma de Gobierno (Santo Tomás, San Agustín y otros).
Mientras, que desde la transición a la modernidad, la Teoría Política se aboca a buscar la bases
para reconstruir la idea de Gobierno, haciéndolo desde una base inductiva, donde los individuos
constituyen la base del Estado, figura que se manifiesta con firmeza como universal político (Hobbes,
Locke, Rousseau, entre otros). El Estado aparece como figura autónoma, representando al interés general,
con una asiento institucional, administrativo y económico que concentra el inconcentrable poder
individual.
En tanto, que al repasar estos conceptos básicos, llegamos a una visión crítica desde el marxismo,
bajo la exposición fetichizada del Estado en la Sociedad capitalista (Marx, Engels, Lenín, Gramsci, entre
otros), bajo lo cuál, el poder político esta condicionado por las Clases Sociales, especialmente en los
condicionantes de las relaciones de producción.
Siguiendo esta preocupación intelectual, nos proponemos en este ensayo, analizar algunos
conceptos básicos de la Teoría Política, para comprender dialécticamente, cómo juegan en la formación
de la Sociedad Civil y el Estado los mismos, en base a pensar la política y el gobierno. Se pretende
avanzar así, a ver los cimientos de una Democracia en los marcos de una sociedad capitalista.
Se parte de las secuencias fenomenológicas: Individuo-Sociedad-Estado, para analizarlas en las
relaciones sociales de producción capitalista y el régimen democrático de gobierno. Llegando a una
*
Politólogo UBA. Especializado en Estado Administración y Políticas Públicas. Maestría en Historia Económica y de las
Políticas Económicas, UBA. Doctorando en Ciencia Políticas. Escuela de Política y Gobierno. UNSAM. Profesor
UBA/CNBA/CPEL/UCES www.ricardoromeroweb.com.ar [email protected] @Richardbsas
comprensión crítica del capitalismo actual, sin otro propósito de ver la viabilidad del Gobierno del Pueblo
en la mercantilización del Capital.
Fenomenología
En las sociedades modernas, podemos observar que la autoridad se ejerce por medio de un
Gobierno que ejecuta las políticas a través del Estado bajo un conjunto de Instituciones que fijan las
pautas por las cuales puede actuar. Estos conceptos devienen de la metamorfosis que desarrollan las
relaciones de poder entre los individuos que encuentran en la política y las leyes la forma de constituir
la Sociedad. Comprender esa metamorfosis nos permitirá avanzar sobre el estudio del Estado
específicamente en la sociedad capitalista. Es en este sentido que se comienza con el desarrollo de las
relaciones dialécticas de éstos conceptos.
Individuo-Relación-Poder
Podemos afirmar que los Individuos establecen Relaciones entre sí en un marco de Poder. Su
interacción esta basada en la lógica de la vida cotidiana que dependen de cada momento histórico, forman
su manera de relacionarse para satisfacer necesidades culturales, económicas, sociales y políticas. Se fija
el marco del Poder entre los Individuos estableciendo una Relación de acción en base a objetivos que
parten de los Individuos y se realizan según la capacidad de Poder de cada uno de ellos.
El Individuo tiene necesidades económicas, sociales, culturales y políticas que intenta
concretarlas. Actúa con su entorno y desarrolla sus actividades en base al accionar cotidiano. Sus límites
se encuentran con las necesidades de otros Individuos.
El Poder aquí, debemos entenderlo como la fuerza de imposición o de acuerdo que tenga un
Individuo respecto de otro. Lo que marcará que la Relación será la pauta de interacción entre ambos.
La Relación en este sentido, es la forma en que los Individuos interactúan entre sí para poder
alcanzar sus necesidades. Cómo se realizan, podrá oscilar entre un marco de acuerdo colectivo o
interindividual, o, incluso, más probablemente, en base a ningún acuerdo, o sea, bajo imposición.
El Poder de los Individuos se ejerce por cada uno de ellos en medida del nivel de alcance de
acuerdo o imposición. La dinámica de Relación establece las bases para alcanzar una instancia de
metamorfosis del accionar, una reificación de las relaciones que irán prefigurando las normas por las
cuales se constituye una comunidad.
Cuando los Individuos dejan de improvisar, dejan de hacer mera acción y el libre albedrío, y se
ajusta a una Relación a base a un comportamiento previsible, secuencial, aceptado o impuesto, se pasa a
un nivel diferente, la situación muta.
Su Poder está mediado, ya no se usa por sí, debe estar ajustado a un nivel de acción esperable,
previsible, especialmente cuando su accionar no puede romper esas pautas de mediación que los
Individuos han fijado: se pasa así a la Sociedad, a la Política y a las Leyes.
Sociedad-Política-Ley
Así podemos establecer en este nivel que la Sociedad genera un nivel de acción Política donde
sus relaciones estarán acotadas por la Ley. En este aspecto, la articulación de la Sociedad esta mediada
por la Política a través de las Leyes (explícitas o implícitas). O sea, que la Ley (norma) impera.
Cuando se constituyen las sociedades, el ámbito de la relación interindividual está condicionada
por las pautas de conducta establecidas en la Sociedad. Los conflictos de interés para satisfacer las
necesidades económicas, sociales, culturales o políticas se resuelven políticamente en base a una marco
normativo.
La Sociedad canaliza las necesidades de los Individuos mediante pautas de acción fijadas o
impuestas entre ellos. En este sentido, un Individuo tiene la libertad1 de accionar en base a las normas
que le fija la Sociedad (que son, ni mas ni menos, que los Individuos).
La Política no es más, que el medio de esta canalización de las acciones individuales, que a través
de las pautas fijadas socialmente establecen sus relaciones a fin de satisfacer esas necesidades.
La Ley representa la reificación de esas pautas, expresa los marcos y patrones de acción de los
Individuos, por lo cual ajustan sus acciones a lo que la Ley le permite hacer o no hacer. Aceptando o
rechazando en base al grado de acuerdo o capacidad de imposición por el cuál se alcanzó la Ley.
Pero la Ley no se ejecuta sola, depende del accionar mismo de los Individuos, y aquí aparece la
división de tareas, donde algunos de ellos se dedican a generar, ejecutar y controlar el ejercicio de las
Leyes.
Esto no es sólo una mera definición republicana, forma parte de la comprensión de una División
de Tareas2 que separa a los Individuos, los distingue entre sí. Ahora, los que ejercen la aplicación de las
Leyes, ejercen el Poder que les confiere las mismas.
La Sociedad se expresa así como Estado, donde se establecen Instituciones bajo un conjunto de
Leyes que son ejercidas por Individuos que constituyen un Gobierno. En este nuevo nivel de
comprensión, se coloca al Estado como algo externo, por encima de la Sociedad, cuando, como intento
mostrar aquí, es en sí mismo la Sociedad.
1
2
El concepto de Libertad es un tema a tratar.
Parecido al de División de Trabajo.
Gobierno-Instituciones-Estado
En este nivel, podemos establecer que el Estado es la manifestación Política de la Sociedad. El
Estado aparece como representante del interés general de todos los Individuos que forman parte de esa
Sociedad. En este aspecto, el Estado por medio de sus Instituciones ejerce el Poder que le confieren las
Leyes a través de un Gobierno compuesto por Individuos de la Sociedad. En definitiva, los Individuos
forman la Sociedad y constituyen al Estado.
La separación del Estado y la Sociedad se manifiesta de manera aparente, el Estado regula la
Sociedad y garantiza su reproducción. Las Instituciones se manifiestan como mecanismo de acción del
Estado por el cuál las necesidades colectivas son garantizadas por él, y resguarda que los Individuos
satisfagan sus necesidades según pautas establecidas por la Sociedad.
El Estado se presenta como garante del Interés General. Tiene la responsabilidad de ejercicio del
Poder que la Sociedad le confiere. Esencialmente busca acordar y consensuar la base jurídica o, en
última instancia, imponerlas por la fuerza, en base a la legalidad y legitimidad que le confieren las
Instituciones, creadas por los Individuos.
El Gobierno es la instancia misma donde los Individuos se constituyen para hacer actuar al
Estado. La forma de acción del Estado necesariamente esta relacionada a la composición que toma el
Gobierno. Presentando una paradoja: “...el Estado es neutro, es general, pero el Gobierno, es de un
sector de la Sociedad, es particular, generando una tensión sobre su función...”.
Las Instituciones intentan establecer los mecanismos y pautas para garantizar que el Estado no
pierda su función de representar el interés general, con el ejercicio del Gobierno por parte de un conjunto
de Individuos. Cuando se habla del Estado de Derecho como categoría específica del Estado, se
manifiesta que el Gobierno esta acotado por el ejercicio mismo de las Instituciones.
Más allá, que en la División de Tareas internas al Estado, existe un conjunto de Individuos que
constituye su estructura organizativa permanente, la realidad es que el Gobierno define lineamientos de
acción Política del Estado. Es en definitiva, la forma en que se expresa realmente, y, al expresar un
particular, como dijimos, entra en constante tensión con la Sociedad, porque tiene que consensuar o
imponer criterios de acción como expresión del interés general.
Poder-Política-Gobierno
El Poder es la capacidad de actuar de desarrollar algo. Necesariamente limitado por los poderes
interindividuales. En este sentido, cuando pienso una sociedad, por ejemplo la capitalista, donde el Poder
del burgués reside esencialmente en poder generar trabajo asalariado, su capacidad de acción, su ejercicio
de Poder estará orientado en primer término en buscar garantizar la reproducción de Capital (entendido
como relación social). Pero su Poder no actúa libremente, se enfrente al poder de otros que pueden
intentar generar otra forma de organización productiva (en el caso que citamos).
Aquí, media la Política como manifestación de los conflictos y de la capacidad de acordar o
imponer las visiones. Podemos partir de la concepción contractualista: “todos pactan”, o ver la visión
marxista: “una clase impone”, o intentar comprender que las clases dominantes buscan una mediación
política, que puede comenzar con un acto de fuerza o imposición, pero que esencialmente persiste con
una fetichización del consenso. De este manera, el Gobierno que es ejercido por un sector o grupo o
clase, intenta ejercer el Poder en base al consenso y, en última instancia, bajo el ejercicio de la fuerza.
En este sentido, el contenido Político del Gobierno es esencialmente la mediación que se genera
del Poder. Su sustancia, su capacidad de acción, empieza y termina en la acumulación de Poder que
contenga ese Gobierno para la imposición Política de su accionar. De esta manera, el sustento de acción
del Gobierno estará basado especialmente en acumular Poder y reducir la capacidad de contraponer
Poder¸ que sigue presente por fuera del Gobierno, y donde la Política se amplía, y el Gobierno intenta
reducirla o canalizarla al marco institucional, a su garantía de legitimidad. Busca, por todos los medios,
de ser único portador de Poder, en una instancia que es una mera cristalización histórica de las relaciones
de Poder.
Relación-Ley-Instituciones
Las Relaciones que son aceptadas rutinariamente, se manifiestan como normas de conducta que
deben ser resguardadas. De esta manera, la forma de satisfacer necesidades esta determinada por marcos
normativos, Leyes, que fijan la aceptabilidad de una acción o formas de realizar esta satisfacción. Leyes
que fijan un conjunto de Instituciones bajo las cuales, las relaciones materializan los objetivos de los que
actúan.
Si seguimos con el ejemplo de la sociedad capitalista, las relaciones sociales de producción
implican, por la lógica mercantil, la propiedad privada, porque nadie intercambio algo que no tiene dueño.
Y en este sentido, la Relación de propiedad, esta resguarda por la Ley de la propiedad privada que
condiciona el contenido de las Instituciones.
En definitiva, las Instituciones que se presentan como neutras, están condicionadas por el
sustento de visión social que se tiene de ellas, por la base de construcción social e histórica bajo las cuales
se constituyeron y, esencialmente, por los cambios que tienen estas relaciones en el tiempo. De esta
manera, ante nuevas Relaciones se generan nuevas Leyes y por ende nuevas Instituciones.
Al ser un producto social histórico, las Instituciones difícilmente promuevan un cambio, porque
son producto mismo de una relación de poder político y cambian en base a esa relación, y no al revés,
porque en todo caso, si es estable, es porque la relación funciona y garantiza una instancia social, y entra
en crisis, cuando las relaciones de poder cambian.
Sencillamente: los poderosos no proponen reducir su poder, se reduce cuando cambia la relación
de poder. Es más, los poderosos intentan dejar en la ilegalidad a aquellos que cuestionan la relación de
poder. Por eso, es difícil pensar reformas institucionales para mejorar la Democracia, cuando los que
ejercen el Poder no quieren mejorarla.
Individuo-Sociedad-Estado
Sobre esta base, los Individuos que buscan concretar sus necesidades materiales o espirituales,
están condicionadas por las pautas de la Sociedad y regulado por el accionar que le impone el Estado en
nombre de ésta como expresión del interés general, donde la legitimidad del mismo, esta en verse como
un producto neutro de las relaciones sociales.
El Estado se presenta por fuera de los conflictos, sin embargo, es producto de la base de ésos
conflictos. Los Individuos están modelados por las pautas que la Sociedad determinó en el Estado. A la
vez, su accionar provoca cambios en el mismo, porque el Estado opera en base a un Gobierno que actúa
en base a Instituciones. En este marco, sustentar el Estado es colocar una visión particular como un
interés general.
En este sentido, el Estado se reserva un Poder delegado por la Sociedad de Individuos que
depositan o resignan parte de sus intereses particulares en pos de constituir un interés general, que estará
más próximo a él según el nivel de Poder que detenten no sólo en la formación del Estado, sino, durante
todo el ejercicio mismo de sus existencia.
Así, en las relaciones sociales capitalistas, el Estado debe garantizar la reproducción ampliada de
las mismas, conteniendo interese particulares, esencialmente contradictorios como el Capital y el
Trabajo, donde su regulación se hace esencial en el marco de garantizar un sostenimiento en el largo
plazo.
Si bien la base de acción del Estado es garantizar las materialidad institucional de las relaciones
sociales capitalistas, el mismo puede asumir mediaciones de compensación que propicien, impulsen y
sostengan otro tipo de relaciones, siempre que las primeras sean hegemónicas.
Síntesis fenomenológica
Como los distintos niveles de interpretación, de los conceptos analizados, están imbricados
dialécticamente, vemos que en última instancia, comprender la naturaleza del Estado resulta un punto
fundamental que contiene al resto de los conceptos. De esta forma, el Estado expresa ese complejo de
múltiple determinaciones que lo hacen socialmente histórico y cambiante.
La Relación de Poder de los Individuos se mediatiza en la Política a través de las Leyes que
determina la Sociedad. A través de un Gobierno que ejecuta políticas a través de las Instituciones, hace
actuar a un Estado que se manifiesta como expresión de la Voluntad General, como garante de la
integridad de la Sociedad y la justicia entre sus Individuos.
En definitiva, el Estado empieza en las intermediaciones que generan las relaciones individuales y
se cristaliza en los marcos de acuerdo o imposición de pautas sociales reconocidas, y su funcionalidad, en
última instancia, cambia en base a las transformaciones que impongan estas relaciones. Podemos ver esto
en la relación capitalista.
De lo Genérico a lo Concreto del Capitalismo.
Hasta aquí, hemos analizado los conceptos en forma genérica y abstracta, pasaremos ahora a
estudiarlos de manera concreta, en el marco de las relaciones capitalistas, comprendiendo
fundamentalmente la escisión que provoca la mercantilización de la Sociedad frente a la igualdad de la
ciudadanía formal del Estado.
Mercado-Clases -Mercaderes
Un cúmulo de circulación de Mercancías, es como presenta Marx al funcionamiento de las
relaciones sociales en el capitalismo. De esta manera, en el Capital, la Relación en el ámbito del
Mercado establece que los Individuos se transforman en Mercaderes, que se encuentran
específicamente para intercambiar Mercancías. El brillante análisis de Marx, es observar cómo la relación
mercantil del trabajo asalariado genera una división de Clases por la apropiación del plusvalor generado
por el trabajador y apropiado por los empresarios dueños del capital.
En este sentido, en el marco de las relaciones sociales capitalistas, la secuencia fenomenológica
(Mercancía- Valor- Dinero- Capital), sólo se garantiza con la categoría Estado, que deriva
necesariamente de esta serie y forma parte de la propia relación social capitalista. El Estado es garantía
del intercambio mercantil y hace posible, por lo tanto, la existencia misma de la Mercancía. Además
emite y respalda la moneda, que se expresa como equivalente general y constituye, en la circulación, la
expresión mercantil del Valor. El Dinero es el elemento que permite la escisión de las esferas de la
producción y la circulación, y origina la separación de la producción material respecto de la apropiación
real de la Mercancía.
El Estado garantiza las relaciones sociales de producción y la reproducción ampliada del capital y
por tanto es el momento del Capital que, aparece como una relación social que combina el uso de la
“fuerza de trabajo” para la producción de Mercancías-Valores, bajo un intercambio desigual mediante el
trabajo asalariado (valor pagado al trabajo y que no es igual al Valor generado por la “fuerza de trabajo”)
y que es donde culmina la secuencia fenomenológica, y de aquí derivan las Clases Sociales, donde se
genera la desigualdad real, frente al Poder que deriva de la apropiación del Capital frente al Trabajo, que
pone el Poder Económico sobre el Poder Ciudadano.
Democracia-República-Ciudadanos
En la modernidad, la base de construcción institucional es la República, de la cual, los
Ciudadanos pueden elegir, bajo un régimen de Democracia, el Gobierno o Parlamento (en el caso de
una Monarquía constitucional) que conducirá los destinos del Estado. Los Individuos, devenidos en
Ciudadanos, actúan bajo las instituciones de la República, en base a una concepción igualitaria de
Democracia.
Sin embargo, este proceso de construcción tiene un desarrollo histórico que entre en crisis bajo la
desigualdad que genera la relación mercantil capitalista. Desde un inicio la expansión del capitalismo fue
barriendo con las arcaicas estructuras feudales, generando instituciones económicas y políticas acordes a
esta nueva modalidad social. Pese a que el discurso liberal presenta este proceso como un fenómeno
natural, debemos señalar que la transición hacia el capitalismo se produce mediante una fuerte
intervención estatal. El Estado absolutista es la forma que toma la manifestación estatal en el primer
período de transición del feudalismo, en la era del capital mercantil.3
Durante la Revolución Industrial podemos ver una serie de revueltas sociales que muestran a
trabajadores y empresarios coincidiendo en el objetivo de eliminar los privilegios del antiguo régimen.
Serían los sucesos de 1848 los que expresaran el conflicto entre el naciente movimiento obrero
organizado y el capital.4 El Estado Liberal es un producto de la modernidad, donde se escinden, en forma
aparente, la “política” y la “economía”. Lo novedoso de este período es que irrumpe la sociedad
mercantil, que opera en la circulación bajo un manto de igualdad. Por otra parte, la libertad individual da
origen al Estado Moderno, ámbito donde los ciudadanos “libres e iguales” pueden pactar un gobierno.
Al igual que las formas desplegadas del Capital, que se presentan bajo las relaciones mercantiles
de igualdad, pero esencialmente desiguales bajo el trabajo asalariado, el Estado aparece como expresión
de igualdad ciudadana. Así, la Lucha de clases, producto de la contradicción capital-trabajo, es atomizada
en la “interacción” de ciudadanos independientes. En esta relación Capital-Estado, las “crisis
económicas” de acumulación, tanto por la caída de la “tasa de ganancia” o de “realización”, producen y
conducen hacia una “crisis política” que desfetichiza al Estado y acentúa la lucha de clases, provocando
3
4
Polanyi, Karl, La gran transformación, Edit. Claridad, Bs. As., 1947, cap, 12.
Marx, Karl y Engels, Frederich, El Manifiesto Comunista, varias ediciones; HOBSBWAN, Eric, La era de las revoluciones, Labor,
Barcelona, 1987.
cambios en la relación entre ambos. Este proceso se acentúa aún más en el capitalismo contemporáneo,
bajo la diferenciación en las relaciones de Capital.
En la nueva etapa del Capital, se observa que en la producción cambia la forma asumida por el
trabajo, se incrementa la demanda de la fuerza de trabajo cualificada en forma constante. Y aquí llegamos
al punto esencial del debate con algunas versiones del marxismo vulgar, éstas afirman que la gran crisis
de este período no es del “capital”, sino del “sujeto”. En las crisis anteriores, en cada “crisis económica”
primaba el capital no-diferenciado, el conflicto capital-trabajo se expresaba en “la política” y por ende se
manifestaba en una crisis del Estado.
En la era del capital tecnológico actual presenciamos una exclusión económica social que condena
a los individuos al calvario de la marginación o a la subsistencia individual o familiar, con lo cual la
identificación inmediata en la política, como sujeto colectivo, se torna remota, debido a que el conflicto
no se plantea en una primera instancia contra la explotación, sino por su búsqueda!.
El Estado se manifiesta como agente de contención social bajo un accionar que cristaliza la
exclusión. Se retorna de alguna manera a un Estado (pre) moderno, donde el individuo encuentra su
ración de subsistencia a través de un renovado clientelismo tradicional. Se cae ante la humillación de no
recibir sus “wage goods” desde el derecho que le otorga la igualdad formal, por el pago de sus impuestos,
sino como dádiva del funcionario, que se ligará a él en la última relación mercantil que puede establecer:
vender su ciudadanía formal, que ahora se encuentra así mercantilizada.5 De esta forma se resignará a no
votar, a despolitizarse. Desde lo económico se llega así a lo no-político en esta nueva relación que impone
el capital diferenciado.
Reflexiones finales
Se intentó en este ensayo ampliar la conceptualización de crisis realizada por Marx en El Capital.
Observamos que el Estado actúa sobre las crisis clásicas de caída de la tasa de ganancia y de
sobreproducción, provocando la problemática de la crisis fiscal, en este tiempo a todo se ello se le suman
las nuevas tendencias sociales abiertas por el capital tecnológico sobre la Sociedad Civil, provocando
una crisis de características sociales.
En tanto el Estado pueda revertir esta tendencia, el Capital mantiene y profundiza el proceso de
acumulación, esta crisis estatal es producto de las tendencias del mismo capitalismo pero aparece en
forma fetichizada como una crisis política e independiente de las relaciones de producción, por ende, se
produce la deslegitimación estatal que se manifiesta en la despolitización de la Sociedad Civil,
acompañada por un proceso de mercantilización del Estado.
5
Matellanes, Marcelo, Del Maltrato Social, Ediciones Cooperativas, Bs. As. 2004.
Con estos nuevos aportes intentamos comprender las tendencias que afrontan el capitalismo y la
humanidad toda, focalizando las posibilidades de acción política bajo esta nueva forma de El Capital. No
cabe duda que, a pesar de las diferenciaciones a las que hemos aludido, existen intereses que pueden ser
articulados en un proyecto político. El problema es cómo reciudadanizar desde esta situación al individuo,
para evitar su lumpenización y recuperarlo para el cambio.
Esto nos conduce a la búsqueda de una nueva cultura que logre articular sujetos sociales capaces
de desestructurar el proceso de mercantilización del conjunto de las relaciones sociales que alienta el
Capital en su fase actual. Es necesario recuperar a los ciudadanos, para que nuevamente aseveren su
representación en el Estado y construyan una democracia real, desprendiéndose de los designios de la
posmodernidad. Sólo “la política” nos hará libres, necesitamos recuperarla para evitar caer en la barbarie.
Podemos encontrar experiencias de participación y organización social en diferentes movimientos
sociales democráticos. El interrogante reside en observar si estos “nuevos sujetos sociales” pueden
interpelar al capitalismo y trascenderlo
Este ensayo busca adentrarse en la comprensión de los conceptos fundamentales del Estado y la
Sociedad Civil en el marco de las relaciones sociales de producción capitalista. Es una aproximación de
problemas que deben ser analizados en profundidad a fin de comprender nuevamente las bases de la
civilización humana. El compromiso intelectual que debemos asumir es analizar cómo el Estado se
construye y cuáles son sus bases para la comprensión de la Democracia, es un punto para seguir
estudiando.
Primavera 2005
Bibliografía consultada
Aquino Tomás, La Monarquía.
Aristóteles, Política.
Borón, Atilio, La filosofía política clásica, de la antigüedad al renacimiento. Eudeba-CLACSO, 2000.
Borón, Atilio, La filosofía política moderna, de Hobbes a Marx, Eudeba-CLACSO, 2000.
Engels, Federico, El origen de la Familia, la Propiedad y el Estado.
Forster, Ricardo y Jmelnizky, Adrián, Dialogando con la filosofía de la antigüedad a la modernidad¸
Eudeba, 2000.
Gramsci, Antonio, Notas sobre Maquiavelo.
Hobbes Tomás, El Leviatán
Hobsbwan, Eric, La era de las revoluciones, Labor, Barcelona, 1987.
Lenín, Vladimir, El Estado y la revolución.
Locke John, Dos ensayos sobre el Gobierno Civil.
Marx Carlos, El 18 Brumario.
Marx, Carlos, El Capital.
Marx, Karl y Engels, Frederich, El Manifiesto Comunista.
Matellanes, Marcelo, Del Maltrato Social, Ediciones Cooperativas, Bs. As., 2004.
Platón, República.
Polanyi, Karl, La gran transformación, Edit. Claridad, Bs. As., 1947.
Poulantzas, Nicos, Estado, poder y Socialismo.
Poulantzas, Nicos, Poder político y clases sociales en el Estado Capitalista.
Rousseau, El contrato social.
San Agustín, La Ciudad de Dios.
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