PROF. FÉLIX APONTE ESCUELA DE PLANIFICACIÓN UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO, RIO PIEDRAS CAMBIO CLIMÁTICO Y PLANIFICACIÓN EN PUERTO RICO En tiempos recientes se percibe en Puerto Rico mayor interés en el tema del calentamiento global del Planeta. El aumento en la divulgación de información científica y en la comunicación sobre las manifestaciones de anomalías en el comportamiento de la atmósfera y de los sistemas naturales del Planeta, demuestra una creciente sensibilidad y conciencia de un mayor número de personas sobre este grave problema. No obstante el interés en el asunto, no estamos haciendo un esfuerzo efectivo para relacionar este problema global con nuestra realidad nacional. En general pocos saben a cabalidad su significado en cuanto a los efectos a corto, mediano y largo plazo en el desenvolvimiento de la vida de la población presente y futura. Muchos desconocen realmente cómo contribuimos al problema y cómo éste nos afecta. Los expertos se refieren al clima como aquel conjunto de fenómenos y comportamientos meteorológicos que describen y caracterizan el estado promedio de la atmósfera en una localización determinada de la superficie terrestre. En general, los parámetros de estos factores (precipitación, temperatura, intensidad y dirección del viento, entre otros) se miden en períodos relativamente largos de tiempo que ordinariamente superan los 30 años de acumulación y análisis de datos científica y técnicamente validados. El entendimiento del clima permite a los Pueblos planificar y programar sus sistemas productivos, la utilización de los suelos, la agricultura, la ubicación de las comunidades, el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales renovables, la protección social contra eventos atmosféricos extremos, entre otras múltiples actividades sociales y económicas. La presunción histórica usada como referente para la planificación ha sido que el clima durante los últimos miles de años ha mostrado un comportamiento de cambio gradual que se podría predecir con algún alto grado de certidumbre en el largo plazo. Esto permitía la posibilidad de diseñar sistemas económicos y sociales, incluyendo la infraestructura básica de apoyo (agua, energía, puertos y aeropuertos, transportación terrestre, telecomunicaciones, sistemas de seguridad, etc.) con un relativo alto grado de garantía de que la operación eficiente y productiva de los mismos no se menoscababa sustancialmente con el tiempo. Sin embargo, el cambio climático lo que nos indica es que el comportamiento del clima está variando y continuará cambiando a una razón de tiempo más acelerada de lo que se anticipaba en décadas pasadas. La respuesta internacional a la situación del cambio climático se ha centrado en las iniciativas de la ONU que coordina los esfuerzos nacionales en la solución de este problema. La primera gran gestión de la ONU fue lograr la ratificación del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático presentado a la comunidad internacional en el 1992 y ratificado por 189 naciones. 1 Puerto Rico está rezagado con respecto al cambio climático pues ni cumple con los principios y normas del Convenio Marco de la ONU ni del Protocolo de Kyoto auspiciados por la ONU ni toma iniciativas apropiadas independientemente de la falta de soberanía política. La realidad objetiva es que aún bajo el sistema político actual nada impide que Puerto Rico ponga en vigor un Plan Nacional de Mitigación y de Adaptación al cambio climático. Esta gestión constituye una de responsabilidad moral y de conveniencia práctica para asegurar el desarrollo sustentable del País. El cambio climático está ocurriendo y se va a potenciar aceleradamente, de manera que es imprescindible que también desarrollemos estrategias para adaptarnos a los efectos de ese cambio. Los eventos asociados a cambio climático, particularmente los relacionados a la probabilidad de huracanes más frecuentes e intensos, y la probabilidad de sequías más intensas y frecuentes pueden ser una realidad que se manifieste en este mismo año. La magnitud de los efectos esperados y la vulnerabilidad existente y creciente de grandes sectores de la población y de la infraestructura del País, exigen urgentemente una respuesta planificada para mantener adecuados niveles de seguridad y de calidad de vida. No se debe mantener la inacción ante el problema pues el Planeta continúa calentándose. Preparado por: Félix I. Aponte-Ortiz 3 de mayo de 2007 2