Tres meses es poco tiempo para la aprobación del TLC http://www.larepublica.com.co/tlc/noticia1.html Rosalba Cubillos F. La próxima campaña electoral, sin duda, se convirtió en uno de los escollos para lograr que el Tratado de Libre Comercio que se negocia con los Estados Unidos se apruebe en los tiempos acordados. El presidente del Congreso, Luis Humberto Gómez Gallo, ve complicado que el TLC se pueda evacuar en el segundo semestre. A su juicio, tres meses no son suficientes para aprobar un tema que será trascendental para la economía colombiana. Por ello, el vocero del Congreso dice que los legisladores se tomarán el tiempo que sea necesario, aún sin tener un panorama claro de cómo queden las bancadas parlamentarias después del 20 de julio. De manera categórica Gómez Gallo ha dicho que no garantiza que el Ejecutivo vaya a encontrar con Congreso dócil y manejable, pues sencillamente si no se ha negociado bien el Tratado no se aprobará. Desde otro escenario, representantes del Ejecutivo han recalcado que aunque lo ideal sería que el acuerdo quede listo en la siguiente legislatura, tampoco tienen prisa y han ratificado su interés de que lo que se quiere es un acuerdo que le convenga al país. Previo a la realización de la novena ronda de negociaciones que comienza el lunes en Lima, Gómez Gallo, concedió una entrevista a este diario en la que fija la posición del Legislativo en torno al Tratado. Hay sectores de la sociedad que son críticos del papel del Congreso ante la negociación porque consideran que muchos de sus integrantes desconocen los temas ¿cree que eso es así? El interés de nosotros es evidente. Se refleja en el número de intervenciones, de foros, de citaciones y del ejercicio de control político que se ha venido haciendo desde el comienzo. Como senador hice el primer debate en agosto de 2002. El papel que en este momento jugamos los congresistas es solamente de observadores para tener un mejor conocimiento. La idea es acercarnos, hasta donde nos lo permitan, para conocer las negociaciones. Nosotros no podemos tener un papel diferente porque constitucionalmente le corresponde al Ejecutivo negociar el acuerdo. Como ciudadano y presidente del Congreso ¿qué es lo que más le preocupa de la negociación? Una de las conclusiones de los foros regionales que hemos hecho es que los dos temas de mayor preocupación son el agropecuario y el de propiedad intelectual. Nos hemos dado cuenta que la gente tiene claro que los Estados Unidos vienen por esos dos sectores. A mí me preocupan otros aspectos como el del visado para que nuestros empresarios puedan tener acceso sin limitaciones, también en el tema agropecuario las barreras sanitarias y fitosanitarias y las compras públicas. En general, me parece que todos los temas son complejos y difíciles. El estudio que haga el Congreso tendrá que ser sector por sector. ¿Por qué le inquieta tanto la propuesta en el tema del arroz? Me preocupa mucho el tema del arroz cuando se dice que la propuesta colombiana es permitir el acceso de 47.000 toneladas de la variedad Padi, o 37.000 toneladas de arroz semiblanco, o 27.000 toneladas del blanco. Cada año la cantidad se incrementaría a razón del 1,5 por ciento y se fijaría como horizonte de desgravación un período de 20 años. A la vez también se daría un desmonte del arancel de 4 por ciento anual durante los 20 años. Ese solo planteamiento que ha hecho el gobierno colombiano sería desastroso para el producto. Negociar 4 puntos del arancel sin que en contraprestación se bajen 4 puntos en las ayudas internas y en los subsidios al cereal, es entregar en el primer año la totalidad del arroz. Tiempos El gobierno estima que la negociación puede terminar en julio y que el paso por el Congreso será aproximadamente de tres meses ¿sus cuentas coinciden con esta aspiración? No deja de ser un arrojo pensar que en tres meses el Congreso evacuará el Tratado, creo que es muy poco tiempo, teniendo en cuenta que será el semestre anterior al proceso electoral, en el que nuevamente los senadores y representantes nos juguemos la posibilidad de regresar, pues estaremos en campaña, por lo que veo muy complicado que en el segundo semestre de este año el Congreso saque adelante el tema. El gobierno confía en que se contará con el respaldo del Congreso para la aprobación antes de que finalice este año ¿si no es así, que pasará? La discusión no sólo será aquí en el Legislativo, pues también creo que habrá un gran debate en el Congreso americano. El Ejecutivo no nos puede imponer términos, el Congreso deberá tomarse todo el tiempo que considere necesario porque es una decisión fundamental y transcendental para el futuro de la patria. ¿En este momento cómo está la relación de ustedes como integrantes del ‘cuarto de al lado’ con el equipo negociador? Creo que la relación por ahora es como la de las reinas antes de saber cuál es la que ganará, todas se quieren y abrazan mucho, pero hasta que no veamos aquí qué fue lo que negoció el gobierno no sabremos si la luna de miel continúa o no. No puedo garantizar que el Ejecutivo encontrará un Congreso dócil y manejable en esta materia, entre otras cosas porque también hay una presencia activa de los ciudadanos, mucha inquietud, mucho debate y nosotros tenemos que interpretar la voluntad de los colombianos. ¿Para evitar que eso pase no cree que debería haber una mayor interrelación entre el Ejecutivo y el Legislativo desde la óptica que a cada uno le corresponde? Constitucionalmente no podemos entrar en la órbita del Ejecutivo y el papel que venimos jugando los congresistas es importante, como es el de ir, conocer, oír y llenarnos de argumentos. No queremos que la decisión sea como un salto triple mortal, en la que el Tratado entra como proyecto de ley y simplemente tengamos que decir sí o no. No me cabe la menor duda de que nuestro socio más importante en materia comercial y geopolítica es EE.UU., pero por lo mismo, el menos interesado en que un Tratado de Libre Comercio termine arruinando a nuestra economía son ellos. ¿Cómo les fue en la reunión que ustedes tuvieron con congresistas norteamericanos en la pasada ronda de Washington? No estuve en el encuentro, pero varios senadores me han comentado que allá también hay preocupación por ese esquema aperturista que los Estados Unidos viene manejando en los últimos años. También tienen la percepción de que hacia el futuro será más difícil la aprobación de los Tratados de Libre Comercio. Constitucionalmente los congresos de Colombia y EE.UU. cumplen funciones distintas en materia de tratados, pero ¿por que el nuestro pareciera que sólo está para avalar u homologar decisiones? Porque constitucionalmente el Congreso de los Estados Unidos es el que tiene la responsabilidad de la negociación y la delega mediante una ley con la cual El Ejecutivo debe adelantar el proceso. En el caso de la Constitución colombiana, el artículo 150, numeral 10, señala que el Congreso aprobará o improbará. Por eso en la etapa de la negociación pareciera pasiva nuestra participación. No es así, simplemente somos respetuosos. Contexto Transparencia ¿Cómo garantizar transparencia en el proceso para evitar que ocurran sobornos a los congresistas como algunas agencias han dicho que sucedió con el Cafta? A este interrogante el senador Humberto Gómez Gallo responde: “Eso sería terrible para la nación. Me parece que congresistas que le pusieran precio a su voto en una decisión que compromete el futuro de la patria sería muy grave. Considero que eso no es posible ni por un lado ni por el otro”.