La mejor cocinera del mundo

Anuncio
La mejor cocinera del mundo
Había una mujer muy famosa. Se llamaba Rachel Ray. Ella no sólo tenía su
propio programa de televisión, sino que tenía cinco programas. Todos sus
programas salían en el canal de la comida. Esta mujer era muy poular.
Mucha gente la consideraba la mejor cocinera de los Estados Unidos.
Rachel no sólo se consideraba la mejor cocinera de los Estados Unidos, sino
la mejor cocinera del mundo también.
La comida favorita de Rachel era la sopa. Ella siempre iba a los mismos
restaurantes y siempre comía las mismas sopas. Un día, su mejor amiga,
Paula Deen le dijo que fuera a un restaurante nuevo con ella. El restaurante
se llamaba La Torre del Oro. Era un restaurante español en Nueva York.
Rachel no fue al restaurante con Paula. No supo si el restaurante nuevo era
bueno o no, porque fue a Nuevo Orleans por uno de sus programas. Paula
no estaba muy contenta con Rachel porque nunca iba con ella.
En Nuevo Orleans Rachel fue a un restaurante de Emeril. Era un restaurante
muy popular. Había mucha gente. Cuando entró en el restaurante Emeril le
dio un beso en la mejilla y le dijo “Tú debes ser la famosa Rachel Ray.”
Rachel sonrió y le dijo “Sí, soy yo.” Rachel quería comer una sopa especial,
una sopa diferente. Rachel se sentó y leyó la carta (el menú) cuando vio una
cosa muy interesante: una sopa de tomate y otros vegetales. La sopa se
llamaba “el gazpacho.” Rachel cerró los ojos y sonrió y le dijo “Emeril,
prepáreme el gazpacho por favor.”
Nunca supo si el gazpacho era bueno o no porque salió del restauarante muy
rápido. Su canal de televisión llamó y le dijeron que fuera a Barcelona. Ni
le dijo adiós a Emeril. No supo si Emeril era un buen cocinero o no. Por
supuesto ella sabía que él no era el mejor cocinero del mundo. ¡Rachel era
la mejor! Por lo menos así se consideraba ella.
Esa misma noche voló a España por avión. Llegó a Barcelona y fue al
restaurante de Ferrán Adrià (el mejor cocinero de toda España). Cuando
entró Rachel le dio dos besos a Ferrán en las mejillas y le dijo “Ud. Debe ser
Ferrán Adrià, el mejor cocinero de Barcelona.” Rachel sabía que Ferrán era
muy bueno pero que no era del mejor del mundo. En este restaurante Rachel
por fin comió gazpacho. Gritó “¡Qué asco!,” porque la sopa estaba fría. No
le gustó esta sopa para nada porque era una sopa fría. Supo en Barcelona
que no le gustaban las sopas frías.
Rachel cerró los ojos, sonrió y rió. No porque le hubiera gustado la sopa,
sino porque todavía se consideraba la mejor cocinera del mundo.
Había una mujer muy interesante quien se creía la reina de España. De
verdad no era la reina, doña Sofía, esposa de don Juan Carlos de Borbón y
Borbón. Muy poca gente conocía la identidad verdadera de esta señora. Ésta
se llamaba Azucena Angustias Balderama Aguirreburualde. Como sus padres
le habían dado un nombre tan complicado, ella decidió cambiárselo cuando
ellos murieron. La verdad es que esta señora estaba un poco obsesionada con
la Reina Sofía y por eso empezó a personificar a la Reina Española. A ella le
parecía un hobby normal e interesante.
El verano pasado decidió hacer un “viaje oficial” a varios países extranjeros,
durante el mes de junio. Primero fue de viaje a los Estados Unidos. En
Washington D.C. conoció al Presidente y a Laura Bush. También en la Casa
Blanca había un perro negro. Se llamaba Barney. La “Reina Sofía” les dijo
“George, Laura, me encanta su perrito negro. Me lo quiero llevar a España.
¡Dénmelo!” El Presidente y su esposa se lo dieron. Y así fue: Azucena sólo
les dijo que le dieran el perro y …se lo dieron.
Después de su éxito en los EEUU, esta reina falsa decidió viajar a Venezuela
con su perro nuevo. En Venezuela conoció al Presidente Chávez. El
Presidente Chávez la vio y se sentía un poco romántico. Le dijo que la Reina
le diera un beso (y no en la mejilla, sino en la boca). Azucena NO se lo dio.
Se fue corriendo. Mientras corría Barney se escapó y empezó a besar a
Chávez. El Presidente no quería que lo besara el perro y gritó “¡Qué asco!.”
Chávez quería que la reina lo besara, no Barney. El Presidente Bush se rió
mucho cuando vio el video de la CIA de Barney besando a Hugo Chávez.
Al día siguiente Azucena se subió al avión en Caracas (en la aerolínea
IBERIA, por supuesto) y volvió (regresó) a España. Cuando por fin llegó al
aeropuerto en Madrid y se bajó del avión había muchos fotógrafos. Un
hombre que llevaba un traje negro se le acercó y le dijo “Es muy importante
que Ud. me acompañe al coche rápido.” Azucena lo siguió, se subió al coche y
el chofer la condujo (manejó) al palacio real. Mientras se bajaba del coche
enfrente del palacio…supo que había un problema. Enfrente del palacio
estaban el Rey Juan Carlos acompañado por el emabajador de China. Además
detrás de la limusina Azucena vio a la verdadera Reina Sofía en un taxi, y no
parecía estar muy contenta. De repente Azucena se sintió ridícula se bajó
del taxi muy rápido. La reina Sofía se le acercó y la agarró por el pelo.
Azucena sonrió y le dijo “Ah, Usted debe ser la Reina Sofía,” y se fue
corriendo. En ese momento la verdadera Reina Sofía y el Rey Juan Carlos
supieron que Azucena personifcaba a la Reina Española. El embajador no
sabía qué pasaba y les preguntó si la otra mujer era la hermana gemela de
Sofía. ¡Qué confusión en el palacio real!
Descargar