Factores de riesgo Un factor de riesgo es …”un atributo y/o característica individual, condición situacional y/o contexto ambiental que incrementa la probabilidad del uso y/o abuso de drogas (inicio) o una transición en el nivel de implicación con las mismas (mantenimiento)” (Clayton, 1992). Otra definición nos diría…”Un factor de riesgo viene a ser una asociación o correlato entre un sujeto y un resultado, pudiendo evaluarse antes de que se haya producido el resultado o utilizarse para dividir a la población en subgrupos de alto y bajo riesgo (Offord y Kraemer, 2000). Es preferible hablar en términos de probabilidad para evitar el peligroso compromiso de las posturas de orden causal. Veamos un ejemplo. Se dice que el divorcio de los padres puede ser un factor de riesgo para el consumo de SPA y otras situaciones de riesgo psicosocial. Si asumimos la postura causal, todo hijo de padres divorciados incurrirá en el consumo de SPA y la realidad, eso no sucede así. Los factores pueden ser analizados desde diversos niveles. Analizaremos aquellos que han sido más referidos en el campo de la investigación. Niveles Familiar Comunitario Pares/compañeros Escolar Individual Factores a nivel familiar Son aquellos factores que están insertos o tienen su origen en el seno de la familia con la cual se convive. Los más relevantes son: Abuso de drogas por parte de los progenitores: tal y como el término lo indica, estamos refiriéndonos a situaciones en donde el padre, la madre o el adulto cuidador abusa o se extralimiten el uso de sustancias tales como el alcohol u otro tipo de SPA. El consumo de tabaco también se considera riesgoso, en tanto que forma parte de la progresión de inicio de las sustancias. Si bien hay casos de personas que comienzan a consumir marihuana directamente sin haber consumido previamente tabaco o alcohol, el más probable es que alguien entre en contacto con la marihuana si anteriormente ya a esta consumiendo cigarrillo. Y se sabe que el consumo parental de esta sustancia es el primer nivel de influencia. Divorcio o separación de los padres: Este es un factor cuya discusión suele ser muy polémica en tanto que las tasas de divorcios han ido en aumento en las últimas décadas y cada vez está teniendo mayor aceptación dentro de la sociedad occidental. Por lo tanto, hombres o mujeres que llegan al divorcio, se sienten señalados como culpables o responsables de exponer a sus hijo/as a una situación valorada como riesgosa para ellos. Sea esta la oportunidad entonces de precisar varios puntos. Primero, existen casos en donde la situación entre un hombre y una mujer resulta ser tan insostenible, que definitivamente el divorcio es la opción. De hecho, la iglesia católica va más allá y acude a la anulación. Suena entonces como una justificación al divorcio y no lo es. Siendo explícitos: Casos en donde la vida de las personas corren peligro, por graves trastornos psiquiátricos, el divorcio puede ser la salida más viable. Segundo, el grueso de las cifras de casos de divorcio, son casos perfectamente rescatables, claro está, si la voluntad y disposición de las partes están involucrados. Y es eso precisamente lo que no sucede. Lo cual nos lleva a la pregunta obligada: ¿Acaso nos enseñan a ser pareja? Tercero, si el divorcio solucionara problemas, ¡bienvenido! Desgraciadamente con el divorcio lo que sucede en muchas ocasiones, es que cambian los escenarios de batalla. Si antes del divorcio, las cosas estaban mal, después de este empeora. Bajas expectativas sobre los hijos o su éxito: Aun cuando pueda soñar extraño, hay padres y madres que trasmiten a sus hijo/as ideas descalificadoras, invalidantes y destructivas sobre ellos. ¿Qué podría esperarse de un joven si su padre constantemente se refiere a él como bruto, inútil o estorbo? Actitudes favorables de los padres frente al uso de las SPA: Este punto es supremamente importante. En la actualidad se está viviendo una transición cultural muy fuerte e importante que está referida a la permisividad de los adultos frente al consumo de alcohol en los menores de edad. Los adultos (padres, profesores o autoridades) transmiten ideas en las que se insinúan que el consumo no es algo tan grave, que son exageraciones o que puede hacerse en bajas dosis, sin quererlo se le está dando una aprobación al adolescente para que se inicie o mantenga un consumo ya iniciado. Incongruencia en el manejo de normas y límites: Este punto es supremamente importante. Aquí habría que hablar en profundidad y detalle sobre los diferentes estilos parentales de crianza y el manejo de la autoridad. Las investigaciones han mostrado que los estilos de crianza negligentes y permisivos, están mucho más asociados con diversos riesgos en los adolescentes, incluido el consumo de SPA. El modelo de crianza autoritario, así sea por la imposición pero de una u otra forma, crea contención. Es el modelo de crianza autoritativo o padre-guía el que se ha visto proporciona las mejores condiciones de protección y desarrollo genuino de la autonomía de los hijos. Historia familiar de conducta antisocial: Son diversas las vertientes que puede tener este factor. En algunos casos, las autoridades quieren intervenir para proteger la integridad de un menor de edad y luego se descubre que este vive en la “olla” y que su padre es el expendedor de la zona. Abuso sexual: Este factor está mucho más asociado con los varones que con las mujeres. Se desconoce sin embargo, cuál puede ser la explicación de esta diferencia. Factores a nivel comunitario Están referidos a las condiciones del barrio, localidad o incluso ciudad y trascienden el ámbito de la acción de los individuos e implica autoridades y políticas entre otros. El análisis de estos factores escapan del campo de la psicología y penetran más en el ámbito de la sociología. Los factores que se han visto son más mencionados por la literatura científica son: Privación económica y social: Este factor hay que saberlo interpretar para no incurrir en errores del pasado. Años atrás se creía que tanto la privación económica como la abundancia de recursos eran factores de riesgo para el inicio del consumo. Sin embargo, las investigaciones fueron depurando la explicación. Condiciones de pobreza extrema, aislamiento social y marginación si hacen que la vulnerabilidad aumente de manera dramática. Sin embargo, la pobreza en si misma no es lo suficientemente poderosa para dar una explicación total en el inicio o mantenimiento del consumo de drogas. Desorganización comunitaria: Hace referencia a las dinámicas de los barrios, su evolución y las condiciones que se van creando. Es así como barrios residenciales que empiezan a tener una fuerte transformación al convertirse en áreas comerciales o zonas de diversión (bares, restaurantes, discotecas, saunas, etc) ven aumentada la vulnerabilidad de sus habitantes, dado que se crean contextos más favorables para la creación de expendios de drogas. También hace referencia a la forma como se ejecutan políticas, la presencia de las autoridades y la forma como hacen presencia. Transiciones y movilidad: En nuestro país es una situación muy frecuente. Aquellas personas desplazadas por la violencia, que tiene que abandonar sus tierras por razones de seguridad que tienen que irse a vivir a una ciudad más grande, son definitivamente las poblaciones con mayor vulnerabilidad. Recordando nuestra historia, después del 9 de abril de 1948, hubo grandes movimientos poblacionales a raíz de la llamada “violencia partidista”. Esto empezó a crear los primeros cinturones de miseria no solo en Bogotá, sino en las principales capitales del país. Y es precisamente en las periferias de las ciudades en donde suelen asentarse estas poblaciones. Disponibilidad de sustancias: La disponibilidad de la sustancias es uno de los factores que más controversia genera, porque obligatoriamente lleva a las discusiones con respecto a las contenciones de carácter punitivo. Pero más allá de las álgidas polémicas que pueda suscitar, es innegable. Será más probable que se presente consumo si hay disponibilidad de la sustancia. Esto explica los focos epidémicos de consumo de heroína en algunos municipios de Colombia, dada su proximidad con áreas de cultivo y de “cocinas”. Leyes y normas favorables para el consumo: Hay que ser claros. La sola existencia de una ley no es garantía de absolutamente nada, en tanto que no se dispongan de mecanismo pero sobre todo, voluntad política para su cumplimiento. Para no ir muy lejos, desde la promulgación de la ley 1098 de 2006 que protege ampliamente a los menores de edad frente al consumo de SPA, más allá del cierre temporal y una multa ridícula, no ha tenido mayor trascendencia en el ámbito de los establecimientos públicos. En el caso de los padres de familia, la ley crea el contexto para llegar incluso a la pérdida de la patria potestad por situaciones relacionadas con el consumo. ¿Ha sucedido? Nunca. Por lo mismo, si bien es importante la creación de contextos jurídicos claros, justos, convenientes y ajustados a la necesidad, es muy importante ejecutar los mecanismos para hacer cumplir la ley. De lo contrario, nunca pasarán de ser buenas intenciones. Bibliografía Clayton, r.r. (1992). Transitions in drug use: risk and protective factors. En m. Glantz y r. Pickens (eds.), Vulnerability to drug abuse (pp. 15-51). Washington, dc: American Psychological Association. Offord, d. R. Y Kraemer, h. C. (2000). Risk factors and prevention. Evidence Based Mental Health Notebook (3): 70-71. Descargables recomendados Becoña, Elisardo. (1999). Bases teóricas que sustentan los programas de prevención de drogas. Madrid. Ed. Ministerio del interior. Plan Nacional Sobre Drogas. Becoña, Elisardo. (2002) Bases científicas de la prevención de las drogodependencias. Madrid. Ed. Ministerio del interior. Plan nacional sobre drogas.