Neumáticos de invierno Octubre de 2008 Dossier de prensa Sumario Neumáticos de invierno, los grandes desconocidos. Pág. 3 Por qué usar neumáticos de invierno. Pág. 5 Así son los neumáticos de invierno. Pág. 7 Consejos de uso. Pág. 9 Neumáticos de invierno vs. cadenas. Pág. 10 Neumáticos de invierno, los grandes desconocidos “…Cuando sea obligatorio o recomendado el uso de las cadenas u otros dispositivos antideslizantes autorizados se deberán colocar, al menos, en el eje de las ruedas motrices dichas cadenas o dispositivos antideslizantes o bien utilizar neumáticos especiales…”. Estos neumáticos especiales que cita el Reglamento General de Vehículos, y a los que el Real Decreto 2822/1998, de 23 de diciembre, equipara directamente con las cadenas, son en realidad los neumáticos de invierno. A pesar de que su uso está legitimado por la ley, su utilización en España está muy por debajo de lo que sería recomendable por las condiciones climatológicas de la Península Ibérica. No en vano, este tipo de cubiertas ofrecen sus mejores prestaciones y superan ampliamente a las de uso estándar cuando el termómetro no supera los 7ºC. Mientras el neumático de invierno tiene cada vez mayor aceptación en Europa y supone el 30% de las ventas, este mercado representa tan sólo el 1% de las ventas de neumáticos en España. Si tenemos en cuenta la orografía y la climatología de muchas regiones españolas, existe un mercado potencial muy importante al que, hasta el momento, no se ha conseguido acceder. El motivo principal de esta situación es el desconocimiento de las prestaciones reales del producto por parte del consumidor, una realidad que se ve apoyada, además, por las autoridades y los medios de comunicación, que siempre hablan de la obligatoriedad del uso de las cadenas pero nunca de la utilización de los neumáticos de invierno. Esto provoca que aún prevalezca la imagen de este tipo de neumáticos asociada siempre con países nórdicos o inviernos con muchas nevadas. En definitiva, el principal escollo que han de salvar este tipo de neumáticos es el desconocimiento general que tiene el consumidor. Así, según un reciente estudio, cuando se pregunta a los conductores por los neumáticos de invierno, las respuestas son las siguientes: 75 % NO conocen este tipo de producto ¿Por qué los conocen y no los han probado? 75 % Porque la climatología no los justifican 24 % Por la diferencia de precio con relación a las cadenas 20 % SI los conocen 1% Por problemas de almacenamiento de los neumáticos Ninguno sabe que es una alternativa legal a las cadenas 5% Los han probado Fuente: Estudio MQM España 2007 Los resultados de la encuesta confirman las principales barreras que encuentran los neumáticos de invierno y que dificultan el aumento del número de conductores que los emplea habitualmente durante los meses más fríos: Desconocimiento del producto por parte de los consumidores. Las cadenas siguen siendo el dispositivo antideslizante más frecuentemente utilizado. Su utilización no es obligatoria por ley y los dispositivos sólo son obligatorios cuando la autoridad lo requiere para franquear una zona difícil. El desconocimiento del servicio de “guardería del neumático” de un invierno a otro. La diferencia de precio entre 4 neumáticos de invierno y un juego de cadenas. Para cambiar esta tendencia y ofrecer cada vez a más conductores la posibilidad de disfrutar las ventajas que proporcionan los neumáticos de invierno en cuanto a seguridad y comodidad, El Consorcio del caucho quiere involucrar, a través de campañas específicas, a todos los actores implicados: Usuarios: a través de medios de comunicación especializados en motor y en deportes de nieve. Talleres: con campañas de formación y sensibilización. Instituciones: obtener una mayor implicación de la DGT en la divulgación del uso de este tipo de neumáticos como medida para incrementar la seguridad en los meses de invierno. Por qué usar neumáticos de invierno Según el Anuario Estadístico de Accidentes de la DGT, el 48% de los accidentes con víctimas ocurridos en las carreteras españolas durante el año 2007 se produjo en los meses más fríos del año (de octubre a marzo). Durante esos meses, las horas de luz disminuyen y, lo que es más importante, la temperatura y las condiciones climatológicas hacen que el asfalto y los neumáticos –el único punto de contacto entre el vehículo y la carretera– pierdan en buena medida su capacidad de adherencia. En invierno, las condiciones de conducción empeoran, básicamente, por dos razones: El estado de la superficie de las carreteras es muy variable: humedad, barro, hielo, nieve… condiciones que pueden dificultar la circulación en menor o mayor medida. Las bajas temperaturas: por debajo de los 7ºC, las gomas pierden sus propiedades y reducen la eficacia en adherencia de los neumáticos estándar. Carreteras en condiciones invernales En invierno, en función de las condiciones climáticas y del lugar por donde se circule, el automovilista podrá encontrarse hasta con 10 tipos diferentes de suelo: Eficacia de los neumáticos vs. temperatura Pero no es necesario que las carreteras estén mojadas, heladas o nevadas para que unos neumáticos estándar pierdan su efectividad. Cuando la temperatura cae por debajo de los 7ºC, las prestaciones de los neumáticos estándar disminuyen considerablemente. Los compuestos con los que están fabricados estos neumáticos específicos para favorecer el agarre en circunstancias normales pierden sus características y reducen su eficacia. Adherencia Óptima Neumático estándar 7º Buena 7º Neumático de invierno Mala +40º 7º -30º Temperatura Las condiciones atmosféricas y el estado de la carretera influyen de forma decisiva en la distancia de frenada, que se puede multiplicar hasta por ocho según el estado del firme. En estas circunstancias, el tipo de neumático que monte el vehículo se revela determinante para conseguir detener el vehículo en el menor espacio posible. Distancia de frenada en mojado a 80 km/h 6 m Tipo de neumático 34 m 40 m Distancia de frenada en nieve a 50 km/h 31 m Tipo de neumático 32 m 63 m Seguridad y tranquilidad De esta forma, los neumáticos de invierno proporcionan más seguridad y tranquilidad en condiciones climatológicas adversas y se convierten en la mejor elección durante los meses más fríos del año ya que proporcionan: Más tranquilidad: el vehículo siempre está listo para afrontar los cambios climáticos y las condiciones de las carreteras en invierno. Aumento de la seguridad: por debajo de 7ºC, un neumático estándar pierde eficacia en adherencia, lo que se traduce en una mayor distancia de frenada y menos agarre. Mejores prestaciones: el hecho de equipar los dos ejes (con cadenas sólo se equipa el eje motor) proporciona más estabilidad al vehículo en curva y en la frenada. La motricidad en la nieve compactada y en el hielo es superior a la de las cadenas. Así son los neumáticos de invierno Un neumático de invierno ha de desplegar sus máximas prestaciones justo cuando el asfalto tiene menos adherencia, ya sea por la temperatura ambiental o por las condiciones climatológicas. Para conseguirlo, los neumáticos de invierno se distinguen por: Un dibujo de la banda de rodamiento más recortado y profundo para una mayor evacuación del agua y obtener más motricidad en condiciones difíciles. Una gran cantidad de laminillas en los tacos hasta 5 veces más que un neumático estándar, con las que se obtiene una adherencia óptima en suelos helados, mojados, nevados… Un compuesto de goma más blando y flexible, que no pierde sus propiedades por debajo de los 7ºC. Compuesto especial que asegura la adherencia Los compuestos específicos que se emplean en la fabricación de los neumáticos de invierno hacen que, cuando la temperatura baja, sigan manteniendo la flexibilidad necesaria para poder proporcionar la mejor adherencia en cualquier circunstancia. Cuanto más se endurece un neumático, menos agarre y manejabilidad aporta. Límite de velocidad y marcaje M+S Estos neumáticos están identificados con el marcaje “M+S”. Los más recientes deben llevar también el pictograma de montaña de tres picos y un copo de nieve. En vehículos equipados con neumáticos marcados “M+S” se puede utilizar un código de velocidad inferior al definido por el fabricante (aunque nunca inferior a Q: 160 km/h). Es necesario colocar una etiqueta como recordatorio del límite de velocidad en un lugar visible del interior del vehículo y no sobrepasar nunca ese límite de velocidad. Neumáticos de invierno y legislación La utilización de este tipo de neumáticos está perfectamente regulada por las leyes y los reglamentos. En algunos países europeos, los neumáticos de invierno son obligatorios durante los meses más fríos. En España, su utilización está sujeta al Reglamento General de Vehículos, basado en el Real Decreto 2822/1998, de 23 de diciembre, que dice: “Cuando sea obligatorio o recomendado el uso de las cadenas u otros dispositivos antideslizantes autorizados se deberán colocar, al menos, en el eje de las ruedas motrices dichas cadenas o dispositivos antideslizantes o bien utilizar neumáticos especiales”. Se entiende por neumáticos especiales: Los neumáticos con clavos para el hielo. Estos serán de cantos redondeados y no sobresaldrán de la superficie de la goma más de dos milímetros. Los neumáticos de invierno (también llamados neumáticos de contacto), marcados con la inscripción M+S, MS o M&S (Mud and Snow = barro y nieve). El artículo 292 del Código de la Circulación establece que los agentes de la Autoridad encargados de la vigilancia del tráfico podrán ordenar la inmovilización inmediata de los vehículos que circulen desprovistos de cadenas o neumáticos especiales en los casos y lugares en que sea obligatorio su uso. Consejos de uso Para una mayor seguridad, es importante montar neumáticos de invierno en los dos ejes del vehículo. Así, un automóvil equipado con cuatro neumáticos de invierno: Reduce el riesgo de pérdida de control de vehículo (si sólo se montan en el eje delantero). Disminuye el riesgo de pérdida de trayectoria. Aumenta la estabilidad del vehículo en la frenada. Se consigue un comportamiento más uniforme del vehículo. Los neumáticos de invierno no requieren ninguna modificación en la forma de conducción más allá de lo que requiera el estado de las carreteras o en el mantenimiento habitual que hay que hacer a cualquier otro tipo de neumático control de presiones…. Pero sí es importante tener en cuenta algunas recomendaciones. Mantenimiento: presiones, desgaste y almacenamiento En invierno es muy importante comprobar el estado de las presiones ya que las bajas temperaturas pueden alterar las mediciones. Así, cuanto más baja el termómetro, mayor es la diferencia entre la presión medida y la presión real. Para compensar el efecto temperatura ambiente es recomendable añadir 0,2 bar (en frío) a la presión de referencia aconsejada por el fabricante del vehículo. Al ser un producto estacional, es posible que puedan ser empleados en diferentes temporadas de invierno. Para poder hacerlo de forma segura, sin que los neumáticos sufran deterioros y mantengan sus prestaciones intactas de un año para otro, es importante que sean almacenados en perfectas condiciones. Habitualmente, en las zonas donde este tipo de neumáticos es más usual, las redes de talleres especializados ofrecen a sus clientes el servicio de guardar sus neumáticos. En caso de que sea el propio conductor el que los almacene, ha de tener en cuenta algunos aspectos: Anotar la posición en el vehículo para permutar al invierno siguiente. Limpiarlos y secarlos para evitar los riesgos de oxidación. Almacenarlos de pie o tumbados en un lugar fresco, seco y protegido de la luz solar. Neumáticos de invierno vs. cadenas Las cadenas, ya sea en su versión metálica o textil, son el principal método empleado por los conductores para circular en condiciones meteorológicas adversas. A pesar de su éxito, las cadenas presentan un buen número de inconvenientes en comparación con los neumáticos de invierno. El primero de ellos está en el mismo origen de su uso. Al contrario que los neumáticos de invierno, es imprescindible que las carreteras estén cubiertas de nieve para que la utilización de las cadenas sea eficaz y legal. Pero no es el único, ya que, a pesar del aparente éxito de las cadenas, la realidad es que el 80% de los usuarios nunca las ha montado en sus vehículos y/o no sabe utilizarlas. Además, las cadenas tienen otros inconvenientes: Ergonomía: la manipulación es engorrosa, sucia y con peligro. Atención: no se pueden montar en todos los vehículos. Vehículo inestable: sólo se pueden montar en el eje motriz. Riesgo de daños: mal montadas, o con una tensión inadecuada, pueden dañar el neumático y/o el vehículo. Su utilización en tramos de carretera no nevada, además de prohibido, provoca un gran daño al asfalto. Por su parte, los neumáticos de invierno presentan numerosas ventajas frente a las cadenas: Más tranquilidad: siempre están listos para afrontar los cambios invernales. Más seguridad: al no tener que parar en el arcén para manipular las ruedas. Más prestaciones: el equipamiento de los dos ejes permite una mayor estabilidad.