LA INVERSIÓN COLECTIVA Y LA ESTABILIDAD FINANCIERA Nieves García Santos, CNMV mento que ayuda a distribuir el riesgo, en la medida en que su horizonte inversor es más estable y a un plazo superior que el habitual en el caso de inversores mayoristas o profesionales. En este artículo nos vamos a referir al término fondo de inversión de forma genérica, de forma que abarcará a otras formas de inversión colectiva mobiliaria, como pueden ser las societarias. En el caso español, las figuras societarias suelen gestionar grandes patrimonios que se benefician de esta forma también de la diversificación y de la gestión, junto con un tratamiento fiscal beneficioso. A los efectos de este artículo no parece necesario hacer dicha diferenciación entre ambas figuras de inversión colectiva. Los pequeños inversores acceden a la inversión colectiva a través de los fondos de inversión, pero también a los fondos de pensiones, cuyo crecimiento viene impulsado por el deseo de completar las rentas a recibir en el periodo de la jubilación, ayudadas generalmente por un marco fiscal favorable. El comportamiento de los fondos de pensiones en los mercados de capitales puede ser asimilable al de fondos de inversión mobiliaria, aunque pueden señalarse dos características propias: su carácter en general conservador y la posibilidad de determinación, más o menos aproximada, de la cadencia de reembolsos. La primera de estas características es más cierta en el caso de los fondos de contribución determinada que en los de percepción determinada. La segunda característica se ve limitada en el caso de permitirse rescates anticipados. Una primera aproximación a la filosofía de los fondos de inversión induce a considerar que 1. INTRODUCCIÓN: LA INVERSIÓN COLECTIVA Y LA DISTRIBUCIÓN DEL RIESGO La teoría de gestión de carteras se basa en la hipótesis de que la distribución entre diversos activos reduce el riesgo de una cartera. Este hecho es una de las razones que explican la rápida aceptación de los fondos de inversión por los inversores minoristas, además de contar con una gestión profesional del patrimonio a la que los pequeños inversores no suelen tener acceso. Si se toma como ejemplo el caso español, se pone de manifiesto la importante aceptación de esta figura de inversión ya desde el inicio de su introducción regulatoria en nuestro país a mediados de los años 80. Desde entonces, en algo más de 20 años, el patrimonio gestionado por dicha industria se ha multiplicado por cien y los partícipes llegan a superar los seis millones. Los fondos y sociedades de inversión ascendían a alrededor de 200 en 1984 y en la actualidad alcanzan una cifra próxima a los 6000. La inversión colectiva ha facilitado el acceso de los pequeños inversores a los mercados de capitales. Aunque los depósitos bancarios siguen constituyendo el principal activo de materialización del ahorro doméstico, la cartera de las familias se ha ido ampliando hacia activos de renta fija y de renta variable, en gran medida canalizados a través de fondos de inversión. Esta ampliación de la base inversora de los mercados de capitales hacia los inversores minoristas también se puede considerar como un ele129 SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE LAS INSTITUCIONES DE INVERSIÓN COLECTIVA do del activo, los problemas del re-equilibrio de las carteras pueden complicarse con una falta de liquidez en los mercados. En ese caso, espirales de caídas de precios y reducción de posiciones pueden poner en peligro la estabilidad de los mercados financieros. En este artículo se van ofrecer algunas reflexiones sobre la evolución reciente de los fondos de inversión y su relación con la estabilidad financiera. Para ello, en el apartado siguiente se comenta el crecimiento registrado por los fondos de inversión, su creciente internacionalización y el fenómeno de innovación financiera dentro de la industria de los fondos de inversión. En el tercer apartado se pasa revista a la evolución económica y financiera anterior a la actual crisis financiera, caracterizada por perspectivas positivas de crecimiento generalizadas en todo el mundo y unas condiciones monetarias y financieras relajadas. Estas condiciones propiciaron unas determinadas estrategias basadas en las condiciones extraordinariamente óptimas de liquidez y de volatilidad de los mercados, sobre las que no había garantía de su permanencia. El cuarto apartado se refiere a la toma de decisiones de los inversores y cómo su comportamiento puede contribuir a acentuar la inestabilidad financiera en ciertos momentos. En el apartado quinto se señalan algunas características de la evolución reciente de los fondos españoles que muestran su sensibilidad a la situación de inestabilidad actual. Por último, el artículo termina con unas breves conclusiones. su presencia en los mercados financieros ha contribuido a la diversificación del riesgo, desde distintos ángulos, lo que resulta positivo para el mantenimiento de la estabilidad financiera. Sin embargo, la dimensión alcanzada por algunos fondos, su formación de carteras de activos complejos y el uso de apalancamiento para el logro de fines de rentabilidad puede hacer que el comportamiento de alguno de ellos constituya un factor amenazante para la estabilidad financiera. Este podría ser el caso de los hedge funds, y la crisis del Long Term Capital Management su ejemplo más paradigmático. Sin embargo, los fondos de inversión pueden constituir un peligro para la estabilidad financiera por otras razones. Entre los factores que pueden contribuir a ello se encuentra el nivel reducido alcanzado por los tipos de interés y la prima de riesgo en la etapa 2001-2006 y el tamaño alcanzado por la industria. Así, se puede explicar que los fondos de inversión que pudieran calificarse de gestión tradicional se hayan embarcado cada vez más en estrategias dirigidas a obtener una cierta rentabilidad en ese entorno financiero. Y, en segundo lugar, que esto haya sido seguido por numerosos fondos, de forma que se hayan llegado a concentrar posiciones en los mismos mercados procedentes de numerosos fondos1. El problema, tanto en las posiciones apalancadas como en la concentración de posiciones, se produce en los momentos de cambio de las condiciones macroeconómicas y financieras. Así, pasar de un entorno de crecimiento económico dinámico a uno de expectativas inciertas o negativas puede poner de manifiesto la sobrevaloración de ciertos activos financieros presentes en las carteras de los fondos. También un endurecimiento de las condiciones monetarias puede incrementar el coste del apalancamiento y reducir el atractivo de ciertas estrategias. Deshacer posiciones, por uno u otro motivo, puede resultar en ajustes en los precios de los activos. Si las posiciones eran grandes, de forma individual o agregada, en comparación con el tamaño del merca- 1 2. CRECIMIENTO Y GLOBALIZACIÓN DE LOS FONDOS DE INVERSIÓN La inversión colectiva ha mostrado un importante crecimiento en los últimos años. Según el Fondo Monetario Internacional, los activos bajo gestión de fondos de inversión, de pensiones y de compañías de seguros se ha duplicado en diez años, pasando desde 21 billones de dólares en 1995 hasta 64 billones en 2007-8. El 50% son inversores institucionales de Estados Unidos y un Lo que se conoce por el término crowded trades. 130 LA INVERSIÓN COLECTIVA Y LA ESTABILIDAD FINANCIERA 25% de Europa continental. Gran parte del crecimiento se debe a los fondos de pensiones, especialmente en países donde su introducción ha sido reciente. Esto implica que el nivel absoluto de fondos invertidos, tanto desde una perspectiva nacional como internacional, ha alcanzado una cifra muy importante. El crecimiento reciente refleja principalmente un factor de demanda derivada, por una parte, de la acumulación de ahorro en unos años de bonanza económica y, por otra, del incremento de la precaución que impulsa a ahorrar a una población cuya edad media se ha elevado, en comparación con etapas precedentes. La demanda, además, está perdiendo el tradicional sesgo doméstico y está adquiriendo un perfil más internacional. Es un hecho destacable el crecimiento de los flujos financieros transfronterizos. Existe evidencia abundante y diversa sobre la internacionalización financiera. Un hecho definitivo lo constituyen los saldos de activos de países extranjeros en manos de residentes nacionales. En este sentido, son especialmente significativos los movimientos intraeuropeos y la tenencia de activos de mercados desarrollados por parte de inversores de mercados emergentes, especialmente del sudeste asiático y de los países productores de petróleo. En el caso europeo, los flujos reflejan la profundización en la integración financiera y también las oportunidades abiertas por los países del este de Europa2. En el caso de los países emergentes, la acumulación de activos es consecuencia de su dinamismo económico y de decisiones de política cambiaria. Hay que mencionar como elementos claves en la internacionalización la desregulación financiera, que permite el acceso a nuevos mercados o el desarrollo de nuevos productos, y los desarrollos tecnológicos, al permitir mayor información sobre productos extranjeros y facilitar el acceso transfronterizo. También existe un elemento temporal, porque los inversores necesitan familiarizarse con las características de los activos extranjeros y deben establecer relaciones con intermediarios de otros países. La internacionalización refleja tanto factores de «atracción» de la inversión hacia determinados mercados, como factores de «expulsión» de otros países. Es decir, las buenas condiciones macroeconómicas de algunos países, la oferta de productos financieros atractivos o las condiciones financieras estables han determinado que nuevos mercados de capitales se hayan convertido en un objetivo. Por otra parte, los bajos tipos de interés y la holgura financiera han hecho que dichos mercados se hayan convertido en fuentes de financiación. Es decir, la diversificación geográfica responde a una búsqueda de rentabilidad. El proceso de internacionalización no ha avanzado al mismo ritmo en todas las áreas del sistema financiero. Así, ha sido más rápido en los mercados mayoristas, tanto bancarios como de capitales. En el caso de los inversores minoristas, se encuentra más desarrollado en la inversión en valores que en los servicios crediticios (tanto en la apertura de depósitos bancarios como en la facilidad de acceso al crédito). La apertura de los inversores nacionales hacia activos extranjeros se explica no sólo por la búsqueda de rentabilidad sino también por la iniciativa de la industria cuya oferta ha incluido esos tipos de activos. En nuestro caso, esto se pone de manifiesto en la comercialización transfronteriza de fondos y en el incremento de las carteras internacionales. El fenómeno de la globalización ha venido acompañado de una etapa de innovación financiera. Una de sus manifestaciones es el nuevo modelo de actividad bancaria, según el cual éstas entidades encuentran una nueva fórmula de intermediación financiera y de transformación del riesgo a través de los mercados de capitales. Los bancos han aumentado su protagonismo en estos mercados, tanto como inversores como oferentes. Así, por una parte, los bancos tienen una importante cartera de deuda, que usan como colateral en otras transacciones financieras y, por 2 Alrededor de un 50% de los flujos transfronterizos del área euro se redistribuyen entre los mismos países europeos. Por otra parte, muchos de esos flujos utilizan la mediación del mercado de Londres para dirigirse a países fuera del área euro, en gran medida de Europa del este. 131 SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE LAS INSTITUCIONES DE INVERSIÓN COLECTIVA otra parte, utilizan la titulización para dar de baja riesgos de sus balances. Esto es una caracterización sencilla del llamado modelo «originar y distribuir». En el ámbito de los fondos de inversión se han producido diversas tendencias. Por un lado, han ido apareciendo fondos con gestión sofisticada con el objetivo de obtener rendimientos absolutos, independientes de la evolución de los mercados o, lo que es lo mismo, lograr alpha. Con esta finalidad han aparecido fondos con estrategias diferentes, buscando empresas pequeñas, empresas con buenas perspectivas de crecimiento, o también empresas necesitadas de reestructuración, o enfocados en la búsqueda de oportunidades de inversión o de toma de posición no explotadas. Muchas de estas estrategias se basaban en modelos matemáticos diseñados para detectar distorsiones en los precios de los activos y, con ello, oportunidades de negocio. En un principio, estas figuras de inversión más complejas quedaban en el ámbito de inversores mayoristas o con gran capacidad financiera, dado que se hacía necesario contar con una dimensión importante de capital y que sus estrategias conllevaban dosis elevadas de riesgo. Sin embargo, los inversores minoristas cada vez han ido siendo más sensibles a esta búsqueda de rentabilidad y, por tanto, aceptando inversiones con mayor dosis de riesgo. En la mayoría de ocasiones esto se ha plasmando mediante la demanda de fondos de inversión con carteras internacionales en las que existía exposición a nuevas clases de activos complejos y menos líquidos. También han empezado a demandar hedge funds, generalmente a través de un fondo de fondos. Así, posiciones en hedge funds han compartido cartera con otros activos tradicionales en el ahorro de esos inversores. El crecimiento de la industria de hedge funds3 o de la demanda de activos complejos para las carteras de inversión tradicional se ha traducido en un descenso en la rentabilidad. Además, la generalización de esas estrategias de inversión convierte su rendimiento en betas en lugar de alphas4. Como se ha dicho en la introducción, en principio la colocación de estos activos complejos en numerosos fondos de inversión minorista distribuye el riesgo y, por lo tanto, contribuye a amortiguar la inestabilidad financiera. Sin embargo, el hecho de que en el proceso participen diversos intermediarios que distribuyen el riesgo inicial de los activos de distinta forma y en nuevos activos (proceso de titulización de activos y de instrumentos de deuda), y que haya cambios en la comercialización de fondos (con intermediarios de fondos de fondos) ha introducido cierta opacidad. El resultado es que los originadores de los activos desconocen el destino final de su riesgo y los inversores minoristas ignoran el riesgo tomado. Este desconocimiento se extiende a las diversas entidades participantes en el proceso y también a los reguladores. La innovación financiera en el ámbito de la inversión colectiva también ha producido otros resultados de relevancia en términos de estabilidad financiera. Por ejemplo, los modelos utilizados para identificar estrategias se han basado en las correlaciones entre precios de activos, generalmente determinadas en un periodo reciente del pasado, con unas características macroeconómicas y financieras muy específicas y en los últimos dos años muchos de los modelos han dejado de funcionar debido a cambios en las correlaciones. Por otro lado, el uso de modelos similares por muchos fondos ha hecho que éstos hayan terminado coincidiendo en los activos que compraban, dando lugar a crowded trades. 4 La percepción de esto ha llevado a algunos inversores a comenzar a demandar fondos más pasivos cuyas comisiones son sensiblemente más reducidas, como pueden ser los fondos que replican índices o, más recientemente, los exchange traded funds. Se estima que el patrimonio de estos fondos se ha multiplicado por 10 en diez años, alcanzando en 2007 la cifra de 700 miles de millones de dólares. 3 Los activos gestionados por los hedge funds se estiman que han pasado desde 30 billion en 1990 a más de 1,4 billones de dólares a finales de 2005. El número de hedge funds de ser sólo unos 530 en 1990 han alcanzado la cifra de más de 6700 en 2005. 132 LA INVERSIÓN COLECTIVA Y LA ESTABILIDAD FINANCIERA 3. ENTORNO FINANCIERO: PRIMA DE RIESGO Y VOLATILIDAD gen y su permanencia. Aunque la volatilidad mostraba un nivel muy reducido en comparación con la situación de los años 90, con una perspectiva temporal superior la situación no se mostraba tan extraordinaria en el caso de los activos financieros. En el caso de los tipos de interés a corto plazo su volatilidad ha sido la menor en veinte años (BIS, 2006). Así que la volatilidad de precios tan moderada podía tener un componente coyuntural, aunque también se percibían algunos elementos estructurales. En primer lugar, la volatilidad es contracíclica y su bajo nivel puede señalar el crecimiento y la baja inflación. También el PIB había reducido su volatilidad desde mediados de los años 80. Adicionalmente puede contribuir a la reducida volatilidad la buena salud del sector empresarial. El Bank for International Settlements señalaba como una explicación de la baja volatilidad el nivel de rentabilidad de las empresas, su apalancamiento reducido y la escasa incertidumbre sobre sus rendimientos. También las condiciones en los mercados financieros pueden influir sobre la volatilidad. En primer lugar, se encuentra la mejoría de la liquidez del mercado, resultado del incremento de los volúmenes de transacción, de la expansión de los mercados de instrumentos de transferencia de riesgo y del crecimiento de los activos mantenidos por los agentes informados que gestionan carteras diversificadas como es el caso de los inversores institucionales. También ha aumentado la oferta de opciones, por parte de agentes especializados, que ha contribuido a reducir sus precios y por tanto la volatilidad implícita. La política monetaria, por su parte, ha ejercido una influencia positiva al aumentar su gradualismo y mejorar la transparencia y la comunicación. Todo ello ha contribuido a una mayor predictibilidad de la política del banco central. Como se ve, existía la idea de que había elementos estructurales en la reducción de la volatilidad y que sus efectos podían ser permanentes. A ello contribuyó el hecho de que el periodo de Las condiciones económicas y financieras internacionales han sido muy favorables desde la década de los años 90 hasta hace algo más de un año. Las tasas de crecimiento del producto interior bruto han sido elevadas tanto en las economías emergentes como en las maduras. Por otra parte, la política monetaria en los países desarrollados ha mantenido un tono de holgura, en general, aunque con diferencias entre Estados Unidos y la Unión Europea, tanto en el tono como en los ajustes temporales. Esta etapa se ha caracterizado por bajos tipos de interés reales y amplia liquidez. La abundancia de capital disponible para invertir constituye un factor positivo en cuanto permite a las empresas emprender proyectos y financiar actividades. Sin embargo en la misma abundancia de capitales se encuentra el riesgo dado que, por un lado, puede producirse una inflación en el precio de los activos (que también puede denominarse «burbuja»). Por otro lado, la abundancia de capital puede provocar comportamientos no adecuados y muchas decisiones pueden tomarse bajo la hipótesis de permanencia de esas circunstancias tan extraordinariamente positivas. Por último, la abundancia de liquidez, junto con la tendencia hacia la internalización de flujos, incrementa la posibilidad de contagio entre mercados financieros de distintos países (FMI, 2006). El aumento de liquidez disponible ha fomentado la demanda de activos financieros, con lo que la prima incorporada en su precio ha tendido a bajar. Esto ha influido en la volatilidad de los precios, que también se redujo significativamente. En el periodo desde mediados de 2004 hasta marzo de 2006 la volatilidad de los tipos de interés, acciones y de los diferenciales de deuda privada ha sido muy baja en relación con el patrón visto en los diez años precedentes, tanto en las economías desarrolladas como en las emergentes. Los bajos niveles en los que se situó la volatilidad en este periodo fue objeto de amplios debates, intentado desentrañar su ori133 SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE LAS INSTITUCIONES DE INVERSIÓN COLECTIVA reducida volatilidad fue coincidente con varios shocks de naturaleza tanto económica como geopolítica. Se pensaba que la volatilidad reflejaba la mejoría en el sistema financiero, y por tanto, su resistencia. Hechos como la mayor presencia de inversores institucionales o el desarrollo del mercado de activos titulizados habían incrementado la eficiencia del sistema financiero que había, además mejorado su gestión del riesgo. No obstante, el aumento en las correlaciones entre activos que se produjo desde 2005 ya era un indicador adelantado de un aumento en las volatilidades. De hecho, la volatilidad ya empezó a aumentar a mediados de 2006 en anticipación a un empeoramiento en la inflación en Estados Unidos y a subidas en los tipos de interés. La menor repercusión (o más retardada) sobre las primas de riesgo de los activos se puede explicar por la holgura de la liquidez, cuyo afecto resultaba ampliado por la facilidad del apalancamiento. La historia del origen de la crisis de las hipotecas sub prime y su continuación en la actual crisis financiera generalizada es ampliamente conocida. En el pasado muchos de los periodos de abundancia de flujos de capitales terminaron con consecuencias negativas cuando, de forma abrupta aumentó la percepción de riesgo y las entidades tomaron diversas decisiones para limitar sus exposiciones a las pérdidas (Geithner, 2006). Lo que está siendo más novedoso es la generalización de la inestabilidad en todo tipo de mercados, entidades y países. A la crisis derivada de la laxitud financiera se han unido elementos macroeconómicos que complican la situación. El papel de los fondos de inversión en la crisis es similar al de las entidades bancarias participantes en los mercados de capitales. Por una parte, han tomado posiciones en activos titulizados, con diferente grado de riesgo. Por otra parte, en muchos casos se han apalancado para incrementar sus posiciones en una búsqueda de incrementar su rentabilidad. Y, en muchos casos, han participado en la cadena de financiar y tomar activos de los vehículos y conduits creados por las entidades crediticias para colocar instrumentos titulizados. El tamaño alcanzado por la industria, la generalización de estrategias similares y el cambio en la percepción de riesgo de los inversores, constituyen factores de riesgo para la estabilidad financiera. Muchos fondos se han convertido en una vía principal de financiación bancaria y puede ser problemática la reducción de sus carteras, respondiendo a las demandas de rescate de posiciones por parte de sus inversores. Los fondos de inversión también han sido víctimas de un diagnóstico erróneo de las condiciones financieras de bajas primas de riesgo y volatilidad, han utilizado las facilidades de liquidez para tomar posiciones o seguir estrategias arriesgadas con sistemas de control inadecuados. El cambio de las circunstancias ha provocado el ajuste abrupto en las percepciones de riesgo de los inversores. 4. LAS DECISIONES DE LOS INVERSORES Diferentes tipos de inversores tienen distintos objetivos y se enfrentan a diversas limitaciones que afectan a su asignación de activos. Estas pueden tener índole regulatoria, referirse a horizontes temporales determinados o responder a una cierta cultura de la inversión. Pueden distinguirse distintos tipos de inversores en función de su grado de información y de su capacidad financiera. La directiva MiFID distingue entre inversores minoristas, profesionales y contrapartidas elegibles. Otra división puede hacerse entre minoristas e inversores cualificados, que es la que suele usarse para limitar el acceso a los hedge funds a estos últimos, que son aquellos inversores que cuentan con un cierto nivel de patrimonio. En este apartado se van a hacer algunas reflexiones sobre el comportamiento de los inversores y su posible influencia sobre la estabilidad financiera. Como se ha comentado en los apartados anteriores, una tendencia reciente ha sido la reducción de la aversión al riesgo de los inversores 134 LA INVERSIÓN COLECTIVA Y LA ESTABILIDAD FINANCIERA minoristas y de su búsqueda de rentabilidad, en un contexto de bajos tipos de interés y de primas de riesgo reducidas Esto ha venido ayudado por la facilidad de crédito de los bancos y también por el uso de modelos de riesgo que, debido a la baja volatilidad reciente en los mercados, mostraban posibilidades de pérdida reducidas. Por lo tanto, el hecho de que el cambio en la actitud de los inversores se haya producido en ese contexto implica que se desconoce su capacidad de entender los riesgos tomados y su reacción cuando se enfrenten a circunstancias negativas. Las circunstancias favorables económicas en las que tomaron esas decisiones financieras puede haber reducido el esfuerzo de los inversores para analizar los factores fundamentales, tanto del contexto económico general como de las empresas concretas o de los productos en los que invertían. El foco de atención ha pasado a centrarse en los precios, aunque su contenido informativo haya disminuido. Los inversores suelen tener lo que se denomina el «habitat preferido», determinado por sus objetivos, preferencias, limitaciones, etc.. Sin embargo, las decisiones de invertir en posiciones de mayor riesgo pueden haberles alejado de este habitat, aunque no ser tan definitivas como para haber conformado un habitat nuevo. Aquí surge la cuestión sobre qué factores pueden provocar una reacción en los inversores y cómo se producirían esas reacciones. Como se ha expresado ya, la mayor diversidad de la base inversora conlleva que en principio sea menos probable que todos los tipos de inversores experimenten shocks simultáneos, simétricos o significativos que influyan sobre su disponibilidad de mantener activos. Además, sus distintas características permiten suponer que los inversores diferentes se comportarían de una forma heterogénea. Así, los shocks posibles tendrían efectos diferentes sobre inversores que son diversos. Sin embargo, puede que los inversores tengan reacciones similares si su comportamiento se puede calificar como «seguidista» o si resultan afectados por los mismos shocks debido, por ejemplo, a un aumento no esperado en la correlación de los precios de los activos de sus carteras. A pesar de la diversidad de los inversores pueden comportarse de forma común, es decir, caracterizarse por un comportamiento seguidista o de «rebaño». Los comportamientos de rebaño pueden explicarse por procesos de aprendizaje informativo, por problemas de agente-principal o por otras externalidades. En el primer caso, la información es parcialmente privada pero las acciones son observables, con lo que estas se convierten en el canal de transmisión de la información. Así resulta óptimo para los inversores basar su información en la observación de las acciones de otros, en especial si adquirir información costosa. También constituyen un ejemplo de esta explicación las estrategias basadas en el «momentum», es decir siguiendo el conjunto del mercado. Una explicación derivada del problema de «agente-principal» puede producirse si los gestores de los fondos son evaluados en función de los resultados relativos (y no absolutos), lo cual fomenta actitudes seguidistas de los demás. Así, ocurre que los gestores copian las estrategias de otros para no registrar un peor comportamiento que la media (Goldstein, 2005). También puede parecer que los inversores institucionales se comportan tipo rebaño si reaccionan a los mismos fundamentales. Así, pueden producirse reacciones simultáneas si diversos inversores institucionales han tomado posiciones en los mismos mercados, aunque sus estrategias se hubieran definido de formas diferentes; este es el caso de la llamada confluencia de posiciones (crowded trades). También pueden producirse reacciones sincronizadas aunque los activos de las carteras sean diferentes en los casos en los que se produce un aumento en la correlación entre los activos. La evidencia empírica sobre la relación entre el comportamiento agregado y la volatilidad de los mercados de capitales es mixta, aunque parece más evidente en las ventas de activos que en las compras. Por otro lado, parece encontrarse 135 SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE LAS INSTITUCIONES DE INVERSIÓN COLECTIVA mayor comportamiento de rebaño en los fondos de inversión de carácter cerrado, con lo cual podría atribuirse esta actitud más a los inversores privados (Borensztein y Gelos, 2003). Por lo tanto, un cambio en la coyuntura económica y financiera, que conlleve una re-evaluación del riesgo, puede provocar reacciones en los inversores que busquen reasignar sus carteras hacia su habitat preferido. La posibilidad de que esto se produzca de forma desordenada o que de lugar a reacciones en cadena depende de diversas circunstancias. Por ejemplo, si las posiciones líquidas de los fondos no son suficientes para satisfacer las demandas de reembolso, el fondo puede verse obligado a vender parte de su cartera, generando presión a la baja sobre los precios de los activos e incluso sobre otros fondos. La observación de este comportamiento y de los movimientos en los precios pueden inducir a otros inversores a hacer lo mismo. También puede que los inversores decidan deshacer posiciones si se incrementa la incertidumbre sobre la situación y las intenciones de otros inversores institucionales, de forma que su comportamiento pasa a ser anticipador en lugar de seguidista. Evidentemente, decisiones de reembolso importantes o masivas ejercen presiones sobre los mercados y sobre los precios, en mayor o menor medida según su profundidad y liquidez. Si estos procesos de ajuste se producen bajo condiciones de fuerte incertidumbre y de forma abrupta, pueden generarse episodios de inestabilidad financiera, con espirales de caída de precios-ventas de activos. ha superado la cifra de 214 mil millones. También el número de partícipes ha registrado un aumento importante ya que en el mismo periodo han pasando de ser alrededor de 286.000 a superar los siete millones a finales del primer semestre de 20085. En el caso de las sociedades gestoras existe una mayor estabilidad ya que su aumento ha sido desde 116 hasta 120 en la actualidad. La industria española es una de las mayores de Europa. Según datos de EFAMA (2008) ocuparía el séptimo lugar, con una cuota casi del 4%. En primer lugar se sitúa Luxemburgo, con 1,8 billones de euros de activos gestionados que supone el 24,4%. Le siguen Francia (20%), Alemania (14%), Reino Unido (10%), Irlanda (9,6%) e Italia (5%). Si sólo se consideraran las UCITS, la industria española ocuparía la quinta plaza, igualada con Italia y con una cuota del 4%. En este caso el primer lugar lo seguiría ocupando Luxemburgo, seguido de Francia y después Irlanda y Reino Unido. El inversor español ha ido desplazando parte de su cartera a esta figura ayudado en parte por el favorable tratamiento fiscal, pero también por la comercialización realizada por las instituciones financieras. El perfil del inversor español se puede caracterizar como conservador, ya que el ahorro se materializa principalmente en depósitos bancarios pero, dentro de esta tendencia, se ha ido produciendo una familiarización con los mercados de valores, con los bonos y con las acciones, en gran medida a través de los fondos de inversión. También en España ha ido ampliándose la gama de fondos ofrecidos y cada vez ha habido mayor demanda de fondos con exposición a activos internacionales y a la renta variable. De hecho la cartera de los fondos de inversión se ha ido sofisticando, incluso manteniendo el perfil inversor definido en su política de inversión, 5. LA SITUACIÓN EN ESPAÑA Los fondos de inversión españoles han participado de algunos de los rasgos señalados en los apartados anteriores, aunque con distinto grado. El crecimiento de la industria española de fondos de inversión también ha sido espectacular desde su regulación a mediados de los años 80. A principios de los años 90 apenas llegaba a los ocho mil millones de euros y a mediados de 2008 5 Si se consideran todas las IIC mobiliarias, es decir añadiendo las sociedades y las IIC de inversión libre, el patrimonio alcanza los 244 mil millones de euros y su numero se aproxima a las 6.400. 136 LA INVERSIÓN COLECTIVA Y LA ESTABILIDAD FINANCIERA aprovechando el margen permitido por la legislación para introducir cierta exposición a activos complejos, derivados o estructurados. Así, en el caso español se podría considerar que la industria pude haber ejercido una contribución a la estabilidad debido a la ampliación de la base inversora en los mercados de capitales al haber aumentado la participación de los inversores minoristas. El riesgo genérico de los mercados de valores españoles se ha dispersado, por tanto, entre numerosos inversores. Estos, por su parte, han accedido a carteras de valores diversificadas, lo que les ha permitido mejorar sus rentas de inversión, con un riesgo limitado. No se puede identificar ningún fondo de inversión español que por sus características de tamaño, apalancamiento, estrategia o concentración de mercado pueda señalarse como factor de riesgo para la estabilidad financiera. El fondo con tamaño más elevado alcanza los 4200 millones de euros, el apalancamiento máximo permitido es de cinco veces el patrimonio en los hegde funds6. La cartera de los fondos se encuentra en general tan diversificada que son escasas las posiciones de una cierta magnitud en empresas concretas. El cuadro 1 recoge las participaciones significativas en las empresas cotizadas en el mercado continuo bursátil español. Como se ve, existen pocos casos en los cuales la participación conjunta de fondos gestionados por una misma gestora supera el 1% del capital de una empresa7. No obstante, podría producirse una concentración de posiciones pequeñas procedentes de numerosos fondos en un determinado número de empresas. CUADRO 1 PARTICIPACIONES SIGNIFICATIVAS DE LAS GESTORAS DE IIC (jun-08) (1) Participaciones mínima y máxima de los efectos gestionados por la sociedad gestora en el capital de la sociedad del mercado continuo. Fuente: CNMV. 6 En general, la exposición total al riesgo de mercado asociada a instrumentos financieros derivados no podrá superar el patrimonio neto de la IIC, RD 1309/2005, de 4 de noviembre. 7 Evidentemente, depende del tamaño de la empresa el que ese porcentaje suponga una posición elevada. 137 SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE LAS INSTITUCIONES DE INVERSIÓN COLECTIVA Por otra parte, el peso de los fondos en los mercados de valores domésticos se ha ido reduciendo desde los años 1997-1998. Así, el 1997 el peso de la cartera de renta fija pública sobre el saldo vivo de este mercado alcanzó un 46,5%, en 1998 el peso de la cartera de renta fija privada sobre su saldo vivo llegó al máximo del 23% y el de la renta variable al del 5% de la capitalización bursátil. Desde esas fechas, el desarrollo de los mercados de capitales españoles ha ido por delante de la expansión de los fondos, con lo que su posible influencia sobre aquellos se ha reducido (ver gráfico 1). La participación de la industria de fondos de inversión en la crisis actual vendría por haberse sumado a la tendencia de tomar productos estructurados para mejorar los rendimientos aunque la legislación española limita la exposición permitida en cada fondo. En el caso de los hedge funds se debe recordar que España ha sido uno de los pocos países en adoptar una legislación específica para ellos, en la que se enfatiza sus obligaciones de información a sus partícipes sobre sus estrategias y sus riesgos. Sin embargo, la industria española de inversión colectiva sí se ha visto afectada por la inestabilidad financiera actual. En el gráfico 2 se muestra el descenso registrado en el patrimonio de los fondos debido tanto a descensos en la valoración de los activos como a reembolsos que han sido especialmente importantes desde 2007 (véase gráfico 3). Como se ve en el gráfico 4, los fondos han reaccionado reduciendo su exposición a los mercados exteriores. La reducción ha tenido lugar principalmente en activos de renta variable (gráfico 5). En el caso de los activos de renta fija, destaca la reducción del peso de los activos de titulización, que se ha reducido en el último año nueve puntos porcentuales (gráfico 6). Sin embargo, la demanda de reembolsos que se viene produciendo desde principio del año 2007 se está traduciendo en un descenso de las posiciones más líquidas de los fondos, no sólo debido a su más fácil realización sino a la mayor certidumbre de su precio en un contexto de fuer- tes descensos de los mercados de valores. Como consecuencia, el peso de los valores ilíquidos en los fondos de inversión se ha ido incrementando, tendencia más evidente en el segundo trimestre del año 2008 (ver gráfico 7). Esta circunstancia puede conllevar ciertos riesgos de ajuste sobre el precio de los activos en caso de agudizarse la demanda de reembolsos. Existe una correlación entre los reembolsos y la volatilidad de los mercados (gráfico 8), pero ello no implica una conclusión en términos de causalidad en uno u otro sentido. El clima de incertidumbre que recoge la volatilidad fomenta que se produzcan rescates en los fondos de inversión, dado el perfil conservador de los inversores y, obviamente la realización de la cartera afecta a los precios. Es posible también que se produzcan demandas de reembolso adicionales que reflejen el ajuste en el ahorro si los ingresos familiares se ven afectados negativamente por la evolución económica. 6. CONCLUSIONES En este artículo se han ofrecido algunas reflexiones sobre la relación de los fondos de inversión y la estabilidad financiera. Es evidente que en la situación de crisis financiera actual, una de cuyas características es la generalización de su influencia a diversos países y a todo tipo de entidades, también afecta a los fondos de inversión. Estas entidades han participado de todos los factores que se encuentran en el origen de la crisis actual: han sido tomadores de riesgos sofisticados, han utilizado estrategias de inversión agresivas en una búsqueda de rentabilidad, con controles de riesgos inadecuados, etc.. El tamaño de la industria y la confluencia de posiciones en mercados determinados implica que pueden ejercer una influencia significativa en los precios de esos activos. Además, la evidencia de que la correlación entre los precios de los activos aumenta en determinadas circunstancias conlleva que dicha influencia sea mayor en el caso de que decidan deshacer posiciones. 138 LA INVERSIÓN COLECTIVA Y LA ESTABILIDAD FINANCIERA En el caso actual parece que las decisiones de los fondos de deshacer posiciones se han producido ante la evidencia de la crisis, en lugar de haberse anticipado. Esto es indicativo de un cierto comportamiento seguidista de los inversores así como de cierta inadecuación en las modalidades de gestión activa de los fondos. En este sentido, no se pude concluir que los fondos de inversión hayan contribuido más a la inestabilidad financiera que el resto de entidades financieras, aunque esta responsabilidad ya es elevada. Committee on the Global Financial System (2007). Institutional investors, global savings and asset allocation. CGFS Papers nº 27. Bank for International Settlements. February. EFAMA (2008). Annual Asset Management Report: facts and figures. July, 2008. European Central Bank (2006). «Hedge funds: developments and policy implications». ECB monthly bulletin. January. Pp. 63-76. Goldstein, M. (2005). What might the next emerging market crisis look like?. IIE Working Paper Nº 05-7. Greithner, T. (2006). Hedge Funds and derivatives and their implication for the financial system. Remarks at the distinguished lecture, 2006. Hong Kong Monetary Authority and Hong Kong Association of Banks. 15 September, 2006. Grinblatt, M.; Titman, S.; Wermers, R. (1995). «Momentum investment strategies, portfolio performance and herding: a study of mutual fund behavior». American Economic Review. Vol.85. pp.1088-105. International Monetary Fund (2006). Global Financial Stability Report. September, 2006. International Monetary Fund (2008). Global Financial Stability Report. September, 2008. 7. BIBLIOGRAFÍA Bank for International Settlements (2006). The recent behaviour of financial market volatility. BIS Papers nº 29. August. Bikhchandani, S. Y Sunil, S. (2001). Herd behaviour in financial markets: a review. IMF Staff Papers. Vol 47. Nº3. Borensztein, E. y Gelos, R.G. (2003). A panicprone pack?. The behaviour of emerging market mutual funds. IMF Staff Papers, vol. 50. Nº 1. Calvo, G.; Mendoza. E. (2000). «Rational herd behavior and the globalization of securities markets». Journal of international economics. Vol 21. Pp. 79-113. 139 SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE LAS INSTITUCIONES DE INVERSIÓN COLECTIVA ANEXO: GRAFICOS GRÁFICO 1. CARTERA INTERIOR DE LOS FI: PESO SOBRE EL SALDO VIVO DE VALORES ESPAÑOLES Fuente: CNMV. En reta variable, las cifras están a valor de realización. El dato de saldo vivo corresponde a la capitalización de los valores nacionales en el mercado continuo, segundo, corros y MAB. En reta fijada privada se toman importes nominales. La cartera de renta fija pública de las FI no incluye las adquisiciones de activos. GRÁFICO 2. DEPÓSITOS Y FONDOS DE INVERSIÓN Fuente: CNMV. 140 LA INVERSIÓN COLECTIVA Y LA ESTABILIDAD FINANCIERA GRÁFICO 3. SUSCRIPCIONES NETAS DE LOS FONDOS DE INVERSIÓN MOBILIARIOS Fuente: CNMV. 141 SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE LAS INSTITUCIONES DE INVERSIÓN COLECTIVA GRÁFICO 4. DISTRIBUCIÓN DE LA CARTERA DE LOS FI: RENTA VARIABLE Y RENTA FIJA Fuente: CNMV. GRÁFICO 5. DISTRIBUCIÓN DE LA CARTERA DE LOS FI: RENTA VARIABLE Y RENTA FIJA Fuente: CNMV. 142 LA INVERSIÓN COLECTIVA Y LA ESTABILIDAD FINANCIERA GRÁFICO 6. CARTERA DE RENTA FIJA PRIVADA DE LOS FI: INVERSIÓN EN TITULACIONES Fuente: CNMV. GRÁFICO 7. IMPORTANCIA RELATIVA DE LOS ACTIVOS DE LIQUIDEZ REDUCIDA EN LA CARTERA DE LOS FI (% sobre la cartera total de instrumentos de renta fija privada sin precio de referencia en difusor1) Fuente: CNMV. 1. Bloomberg. 143 SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE LAS INSTITUCIONES DE INVERSIÓN COLECTIVA GRÁFICO 8. FONDOS DE INVERSIÓN Y VOLATILIDAD DEL MERCADO DE RENTA VARIABLE Fuente: CNMV. Datos hasta junio de 2008. 144