GAUDÍ 1. LA CIUDAD DE BARCELONA La obra de Gaudí se encuentra fuertemente vinculada a la ciudad de Barcelona y a los cambios que en ella se producen en el último tercio del siglo XIX. Barcelona experimenta a lo largo del siglo XIX una expansión, favorecida por la industria algodonera y siderúrgica, que llevó al derribo de la muralla de la ciudad en 1854 y al establecimiento del Plan de Ensanche, ya que el crecimiento demográfico era palpable. Estas transformaciones metropolitanas afectan la forma de sus grandes áreas históricas que deberán adaptarse a la nueva situación de la ciudad. Los cambios consistirán en la construcción del primer gran parque urbano, la apertura de grandes vías rápidas y del trazado rectilíneo del casco antiguo, lleno de callejuelas medievales hasta entonces encerradas por las murallas. Todos ellos son lugares nuevos en los que Gaudí intervendrá e intentará dar una solución adecuada a la nueva demanda urbana de edificios de vivienda colectiva, casas de vecinos, residencias señoriales, iglesias, colegios o jardines. La nueva burguesía industrial ha establecido en Cataluña zonas de poder tras la restauración de la monarquía constitucional (1874) y el fin de las guerras civiles (1876). El nacionalismo catalán y su voluntad de autonomía, serán un punto constante de tensión con el resto del Estado español; de este modo, el proyecto metropolitano en el cual la obra gaudiniana se establece, es un proyecto político. Se trata de configurar la imagen de una nueva clase social, el empresariado industrial, que se muestra optimista y que confía en el progreso económico y en la capacidad de la razón para ordenar las nuevas situaciones; este apoyo en la razón y en el progreso económico se proyecta en una explosión de actividades creativas para dar forma a las nuevas ilusiones de esta burguesía. Pero en la arquitectura de Gaudí, al igual que en otras manifestaciones de la cultura de la restauración, al optimismo progresista de la cultura de la burguesía industrial del siglo XIX se la añadirá una conciencia crítica no menos incisiva y radical. Al periodo de la cultura catalana en el cual se establece la obra de Gaudí se le llama Modernismo, que en otras ciudades se llamaría Art Nouveau, Sezessión, Jugendstil, etc. El Modernisme catalán representa, tanto en el campo literario como en el de las artes plásticas, precisamente la crisis de confianza en los modelos culturales del siglo XIX y el intento de expresarse en el lenguaje genuino. Entre las características del Modernisme se encuentran el fuerte nacionalismo y la tradición autóctona. El problema de la tradición en el Modernismo catalán y en Gaudí es un primer punto crítico que se contrapone al optimismo progresista de la burguesía industrial. Un segundo aspecto a nombrar es el de la sociedad: la metrópoli aparece llena de contradicciones y de disfunciones que pueden ser detectadas y visualizadas en los aspectos mas negativos que el mundo industrial planea. Existe, en primer lugar, el mundo de los marginados, Barcelona es una ciudad en la cual junto al esplendor de su crecimiento convive una gran pobreza. También en Gaudí el problema de la pobreza y de lo marginal serán temas que cobrarán forma en su obra a través de la estilización de lo elemental y del recurso al material bruto y pobre como manifestación de esta angustia compasiva que invade a los intelectuales de la época. 2. LA ARQUITECTURA EUROPEA La obsesión de los arquitectos de la Europa del siglo XIX fue la búsqueda de la propia identidad. La cultura arquitectónica de este siglo es una cultura positiva; ya no se acepta la autoridad de los clásicos como un 1 dogma incuestionable, sino que se encuentra como solución el eclecticismo. La cultura ecléctica establecía el primer paso para la renovación y para la invención de un nuevo e inédito estilo, que era la aspiración final de todo arquitecto. No se sabía cómo debía de ser este nuevo modo de arquitectura, pero se sabía que no podía consistir en la continuación de los resultados del pasado. Pero el eclecticismo no solucionó el problema de esa nueva arquitectura, así que buscaron otra salida que se adaptara a sus necesidades. Entre las experiencias y propuestas por acabar con el eclecticismo, el movimiento que tuvo mayor fuerza fue el de revisión de las posibilidades que la arquitectura medieval ofrecía , en especial la gótica. En Francia, Inglaterra, Alemania y España, un poderoso movimiento se acerca a la arquitectura gótica con la convicción de que en ella se deben de encontrar las más ricas enseñanzas para solucionar los problemas de la arquitectura de la época. La arquitectura gótica era ante todo la cara opuesta a la tradición clasicista, era una arquitectura de raíces religiosas y suponía el reforzamiento de los ideales de las culturas nacionales frente al internacionalismo del lenguaje clasicista. El interés por encontrar la arquitectura adecuada a los recursos y necesidades de la nueva sociedad significaba aplicarse en la crítica de los procedimientos de las arquitecturas del pasado. Esto lo conseguirá con gran maestría Eugène Viollet−le−Duc, un arquitecto dedicado a la arqueología y la restauración. Viollet−le−Duc pensaba, al igual que Gaudí, que era en el gótico donde la arquitectura del siglo XIX tenía mayores lecciones que aprender, creía que era posible superar el eclecticismo y alcanzar una arquitectura más auténtica y más adecuada a los nuevos tiempos. Viollet−le−Duc fue una gran influencia para muchos arquitectos de aquella época: H. P. Bergague, Víctor Horta, Anatole de Baudot o Guimard y el propio Gaudí. Todos ellos confían en que el progreso de la arquitectura es posible y lo es por la vía de la racionalidad tecnológica de la edificación. 3. ANTONI GAUDÍ I CORNET Antoni Gaudí i Cornet nace en Reus, el 25 de junio de 1852. La familia Gaudí provenía del sur de Francia, de la Auvernia, desde donde, probablemente por razones de persecución religiosa, habían emigrado a Cataluña en el siglo XVII. Pasó sus primeros años en su ciudad natal de Reus, donde estudió el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza. Tenía un carácter decidido y se entrega a lo que realmente le atrae, descuidando las materias que no lograban interesarle. En 1873, Gaudí se traslada a Barcelona y se matricula en la Escuela Provincial de Arquitectura en la que se le prestaba especial atención a la formación tecnológica y profesional del arquitecto. Gaudí no fue un estudiante afecto a la escuela y a los círculos de profesores influyentes; siempre pensaría que, frente a las enseñanzas librescas y académicas, había que privilegiar la experiencia directa, la labor personal y la fidelidad a los propios impulsos por encima de las convecciones escolares. De sus proyectos de estudiante los más interesantes son el patio Central cubierto para un edificio destinado a la Diputación Provincial, el de Puerta de Entrada a un Cementerio y el de Paraninfo para la Universidad. Debido a que su familia no disponía de excesivos recursos, Gaudí tuvo que trabajar con una serie de arquitectos. Uno de ellos fue Joan Martorell, con el que colabora en los años durante los cuales este arquitecto trabajaba en el convento de Salesas de Barcelona (1882) y en un proyecto no realizado de monasterio benedictino para Villaricos, en Almería. El gusto por el gótico y el mudéjar en la obra de Martorell se 2 comunicará intensamente a Gaudí. También trabajará con Francisco de Paula del Villar, profesor de la Escuela de Arquitectura y arquitecto diocesano, que había de iniciar las obras del templo de la Sagrada Familia y que más tarde continuaría Gaudí a lo largo de toda su vida. Pero tal vez la colaboración más fructífera, tanto por la diversidad de trabajos planteados como por el gran grado de libertad de que gozó Gaudí para resolverlos, fuese la que sostuvo con el Maestro de Obras, Joseph Fontseré i Mestres. Algunas constantes gaudinianas, como son la epìgrafía, el uso de motivos naturalistas en la ornamentación o de ligeros penachos y enrevesados motivos escultóricos en la formación de rejas y farolas, hacen aparición por primera vez en estas coloraciones de Gaudí con Fontseré. En 1877 Gaudí acaba su carrera y los encargos de estos primeros años son todos un prodigio de organización acumulativa de materiales, símbolos y soluciones de diseño. Aparece desde este momento el gusto enciclopédico de Gaudí por utilizar los más diversos repertorios simbólicos: los del clasicismo, los de la heráldica medieval, los de la simbología eclesiástica, los de la naturaleza tomada realísticamente en sus formas vegetales o animales Existe también un cierto horror vacui propio de la época: es el gusto por la superposición y la multiplicación de motivos y técnicas. Las etéreas farolas que Gaudí proyecta para la Muralla del Mar, con sus veinte metros de altura y su rico lenguaje de simbolismos y referencias, o la arquitectura de madera del reclinatorio, para la capilla de los marqueses de Comillas muestran, entre otras muchas obras, la desbordada imaginación simbólica del joven arquitecto. • El eclecticismo como experimentación Al primer período de juventud de Gaudí hasta comienzos del siglo XX se le puede llamar ecléctico. La característica de esta arquitectura es la referencia y utilización simultánea de soluciones de procedencia histórica diversa y lo que domina es la experimentación. Las referencias de Gaudí a las soluciones históricas raramente son literales; por el contrario son casi siempre reinterpretaciones de temas constructivos, ornamentales o funcionales que se incorporar al proyecto, sin que exijan una lógica de conjunto que lleve a una forma del edificio previamente establecida. En las obras que van de 1882 a 1904, el planteamiento global del edificio es más débil que el esfuerzo en los detalles y en la resolución de los problemas. Ejemplo de ello son el Palacio Güell, el colegio de las Teresianas o Bellesguard, donde dominan las partes sobre todo el edificio. Los primeros encargos de una cierta envergadura los recibe Gaudí durante la década de los 80: La Casa Vicens, en Barcelona; el edificio destinado a portería y caballerizas para la finca de la familia Güell, en las afueras de Barcelona; el pabellón de recreo en la finca del Marqués de Comillas llamado `'El Capricho'', en Santander. Este grupo de edificios, incluidos el Palacio Güell y el Colegio de las Teresianas, las referencias a las arquitecturas árabes parecen dominantes. • Casa Vicens (1883−188) Es la primera obra construida de Gaudí como arquitecto. En ella destaca el uso de la cerámica decorada en la fachada, con solo dos modelos de azulejos. Esta envoltura empaqueta al edificio en sus dos plantas, baja y primera, mediante líneas horizontales; mientras que en el ático será con líneas verticales que se desdoblan al situarse en dicha planta azotea. Gracias a este juego formal el edificio adquiere una fuerte compacidad. También adquiere una gran importancia la reja que cierra y separa la casa de la calle. Esta casa poseía un gran jardín con varios elementos como una gran fuente, parterres y un pabellón que hace esquina. Parte de la reja se encuentra en la actualidad en el Park Güell. En 1925, el arquitecto Serra Martínez amplió esta casa para duplicar su volumen conservando la estética seguida por Gaudí. 3 • Pabellones finca Güell (1884−1887) Estos dos pabellones cumplen perfectamente la función de cerramiento y en ellos se pasa de unos muros macizos a un plano inclinado casi transparente que deja ver el jardín más próximo a ambos pabellones: el que hace de portería y donde se guardan los caballos y carruajes. La portería, que se encuentra a la izquierda del gran acceso a la finca se divide en dos zonas; una octogonal, coronada por una cúpula y otra rectangular, que está rematada por un capulín. Las caballerizas, situadas a la derecha, acogen una torreta que soporta la gran puerta de hierro de forja con un dragón. El conjunto de esta puerta junto con la portezuela lateral que hace de acceso peatonal será sin duda una clara advertencia de la gran labor que el diseño de estos electos auxiliares realizará Gaudí de forma cotidiana. El pabellón de las caballerizas está formado dos cuerpos: el primero posee un pequeño zaguán y una escalera que conduce a la cubierta; y el segundo cuerpo consta de un gran espacio rectangular en planta y que está soportado y cubierto por unos arcos parabólicos y bóvedas. Detalle de la puerta • Palau Güell (1886−1889) La construcción de esta vivienda para Eusebi Güell i Bacigalupi coincide con uno de los momentos de esplendor que vive la ciudad: la preparación para la Exposición Universal de 1888. A parte de tener la función de vivienda, fue concebida como lugar donde habían de tener lugar los actos sociales como veladas y tertulias culturales. En este edificio cada planta tiene un interés remarcable. La planta sótano, con unos grandes pilares cilíndricos de fábrica de ladrillo manual (como se pueden ver a la derecha), albergaba las dependencias reservadas a las caballerizas, con un acceso resuelto con una rampa helicoidal desde la planta baja. En ésta los dos arcos que inconfundiblemente nos muestran la entrada principal, pensada para los carruajes del momento nos conducen a la escalinata ubicada entre ambos que, salvando una entreplanta, nos llevará a la planta doble del edificio donde se encuentran todos los salones pensados Entrada de caballerizas para las distintas recepciones. El gran salón central, pieza singular por excelencia, ocupa el centro geométrico cubierto por una cúpula que alberga unos pequeños orificios circulares que iluminan escasamente el espacio. Cúpula del salón principal En la planta superior se encuentran las dependencias de los dormitorios; no obstante, en la zona previa al acceso a esta planta, existe una entreplanta donde se sitúa el despacho de Güell, comunicado visualmente a través de un balcón con el salón principal. La última planta corresponde a las habitaciones del servicio y su interés es bastante relativo. La fachada principal está revestida de mármol, en sus plantas baja y entresuelo, a modo de zócalo y le sigue un revestimiento de mampostería que, manteniendo los niveles, conforma la fachada posterior. El interior del palacio está tratado con una gran riqueza e detalles: artesonados, columnas de mármol, marqueterías y piezas de mobiliario todo ello diseñado por Gaudí y sus colaboradores. Detalle de columna • Colegio de las Teresianas (1888−1890) Este edificio consta de una planta rectangular (58x18 metros aprox.) fue pensado sólo para la docencia. La primera sensación que se tiene en una primera vista es de un edificio industrial debido a la repetición del módulo ventana y al material utilizado. La altura de las ventanas, enmarcadas en unos Fachada principal marcos parabólicos, marca la importancia de las distintas plantas. 4 Gaudí soluciona el problema funcional situando las aulas y las dependencias adjuntas en la planta baja y la primera; situando en la segunda y la tercera los dormitorios de los alumnos internos. Otro aspecto importante son los corredores de las plantas baja y primera. En la planta baja se encuentra centrado y divide el edificio de un extremo a otro, dando el acceso a las distintas estancias. En la primera planta, el corredor se abre, apareciendo unos patios que lo iluminan. La circulación por los corredores es similar a la de los claustros de la edad media y están resueltos con arcos parabólicos que dan la sensación de un espacio recogido y a la medida, pensado para la meditación y el rezo. Hay que destacar las torretas perfectamente colocadas en las cuatro esquinas de la fachada principal y que están rematadas por la cruz de cerámica de cuatro aspas típica de la arquitectura de Gaudí. Los escasos medios económicos en los que se produjo la obra propiciaron un clima austero y racional en la obra poco común en Gaudí, que se supo adaptar al programa y contenido interno. • Villa el capricho (1883−1885) Esta villa de veraneo se distribuye en una planta semisótano, una planta doble y el desván bajo la cubierta. El acceso, situado en una de las esquinas de la casa, está claramente identificado por una torre cilíndrica de fábrica de ladrillo revestida de cerámica vidriada, y en su pedestal se transforma todo ello en un porche con cuatro columnas, mientras que la superior queda rematada por un mirador. La utilización simultánea de franjas de ladrillo de fábrica manual y de piezas vidriadas va completando el cerramiento. Aquí las ventanas quedarán enrasadas en el plano de fachada con un despiece vertical muy acusado, mientras que su interior permite una utilización a modo de mirador. Fachada principal Detalle de la entrada Estos temas de la arquitectura musulmana que tanto habían preocupado a Gaudí en esta década van dejando paso, paulatinamente, a las reinterpretaciones, personales y libres, que Gaudí hace de la arquitectura gótica. La problemática del gótico es recorrida en parte por Gaudí desde el comienzo de su obra con continuas alusiones a elementos o soluciones parciales. Pero una exploración más deliberada y global de lo que podría llamarse el sistema gótico tiene lugar entorno la década de los años noventa. El Palacio Episcopal de Astorga y la Casa Botines de León, junto al edificio de Bellesguard en Barcelona y el proyecto del edificio de las Misiones Católicas para Tánger (1892−1893) son los experimentos más literalmente góticos que Gaudí realiza en esta etapa que hemos llamado eclecticismo experimental. • Palacio episcopal de Astorga (1887−1893) Tras quemarse la sede episcopal en esta ciudad Gaudí recibe el encargo de construir un nuevo palacio. El edificio consta de planta sótano, planta del piso bajo, piso principal y planta sotabanco. Todos los muros exteriores que forman las distintas fachadas del edificio fueron construidos con piedra de granito gris, mientras que en el interior Gaudí utilizó muros de carga, pilares con capiteles, bóvedas de crucería, así como arcos ojivales. A excepción del acceso principal con un pórtico con dos arcos abocinados, el resto del edificio presenta una gran unidad compositiva. Los distintos torreones acentúan más la verticalidad y dan una continuidad en la visión exterior del edificio. Tras la muerte del obispo que le hizo este encargo Gaudí renunció a dirigir los trabajos de construcción del mismo aunque las personas que lo terminaron intentaron seguir el proyecto redactado por él. • Casa Fernández Andrés o Casa de Los Botines (1891−1894) Aunque, al proyectar este edificio, Gaudí decide conocer el lugar donde se va a construir, prescinde de edificios de notable importancia del entorno, implantando una arquitectura nueva en León. La forma de labrar la mampostería, las tribunas cilíndricas con unos remates de influencia francesa y un volumen excesivo, descalifican a esta obra del contexto en el que se halla. Ejemplo de ello es la planta baja cuya estructura con 5 pilares cilíndricos en abanico acompaña perfectamente a la envolvente, produciéndose un deambulatorio entre la piel exterior y la primera crujía. El resto de las plantas destinadas a vivienda sigue perfectamente la disposición de la planta baja. Las fachadas quedan rematadas por un volumen de cubierta pizarrosa y unas buhardillas que acompañan la verticalidad de las esquinas. • Torre de Bellesguard (1900−1905) En esta obra vemos cómo la vivienda se alza con un volumen contundente, opaco y cerrado en sí mismo, donde Gaudí quiere dejar constancia del entorno defensivo. Esta idea de lugar aislado la mantiene en los huecos estrechos y altos, excepto en la zona superior al acceso principal, donde unos balcones rompen con esta lámina aplacada y dura. En cambio en el interior esta dureza se transforma en dulzura, en un ambiente plácido, amable. El hueco de la escalera en su parte superior alberga una ventana que baña con distintos colores esta zona superior con la intención de oscurecerla en parte. Esta planta desván, resuelta con unos arcos de fábrica de ladrillo con unos paramentos aligerados, es una muestra más de la habilidad de Gaudí en la utilización de este material. A estas obras, y durante estos mismos años, hay que incluir el trabajo que desde 1883 había iniciado Gaudí en el Templo Expiatorio de la Sangrada Familia, resumen de toda su peripecia arquitectónica, puesto que atraviesa fases y períodos distintos a medida que madura y se perfila la personalidad arquitectónica de Gaudí. En este recorrido por algunos períodos de la historia de la arquitectura para extraer soluciones originales a los problemas habría que añadir la casa de viviendas para Pedro M. Calvet que Gaudí construyera en Barcelona. En términos estilísticos, esta casa responde en el tratamiento ornamental a los repertorios barrocos. • Casa Calvet (1898−1904) Éste es el edificio de viviendas entre medianeras que Gaudí construye en el Ensanche para la familia del industrial textil Pedro Calvet. Aunque su aspecto exterior es muy similar a los demás edificios del Ensanche, será en el vestíbulo donde nos encontraremos una serie de detalles poco comunes: el picaporte de la puerta de entrada, la botonera de timbres El vestíbulo se haya dividido en compartimentos y situados ya en el segundo unos bancos adosados con unos espejos elípticos nos dan la bienvenida. Más adelante nos encontramos con una compleja ornamentación unas columnas y otras más barrocas que encierran el recinto del cuarto del ascensor. Si accedemos por la primera escalera al primer piso, podremos apreciar con detalle el acabado de las puertas de cada vivienda, con sus mirillas y herrajes, que deben ser tratadas con la calidad de piezas de orfebre. Cuatro conclusiones permiten caracterizar este primer período de realizaciones gaudinianas: • La rotura de la composición global para privilegiar el valor de los fragmentos • Una técnica típica de la sensibilidad moderna que es la del desplazamiento del significado. • Cambios bruscos de tema con el simple collage de materiales iconográficos procedentes de distintas fuentes. • La búsqueda de lo esencial de cada problema despunta como un método de trabajo característico de este arquitecto que reacciona ante el conflicto replanteado para darle toda la importancia frente a lo que se considera circunstancial, que puede ser relegado. − Modernisme en Cataluña La primera década del siglo XX es un momento de síntesis donde Gaudí busca un lenguaje distinto a los históricos, que exprese los anhelos y cambios de la civilización. Hasta entonces su trabajo era poco apreciado, rechazado incluso como incomprensible y extravagante; con el comienzo de siglo esta apreciación se modifica y Gaudí empieza a ser interpretado a través de discípulos y críticos como un genio. Con el desarrollo del 6 catalanismo político, las figuras autóctonas son objeto de especial veneración y este es, entre otros, el caso de Gaudí. De esta época son el suburbio jardín de tipo residencial, el Parque Güell y de una colonia residencial obrera en Santa Coloma de Cervelló (1890−1915). • Parque Güell (1900−1914) Esta es la obra de mayor envergadura, de extensión, que Gaudí realiza en Barcelona, pues se trata de una zona de 20 hectáreas con el objetivo de urbanizarla, dotándola de unos servicios y, como única finalidad, convertirla en una ciudad−jardín semejante a las que se realizan en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XIX. Gaudí considera esta zona residencial como área cerrada y al mismo tiempo defendida. El Parque Güell representa claramente el abandono de las referencias a los estilos históricos y la utilización de un lenguaje en el que la continuidad de las superficies, el uso de las formas geométricas complejas y el esplendor del colorido a través del trencadís y de los acabados constituyen lo más específico de la contribución gaudiniana a la eclosión modernista de comienzos de siglo. Cabe destacar la colaboración del arquitecto Josep Mª Jujol, encargado de todo aquello relacionado con el color. Detalle del uso del trencadís En la misma línea se encuentra la reforma de la Casa Batlló donde se produce un intenso naturalismo evocador de motivos florares, animales y geológicos, muestra clara de la alegría y seguridad que la obra gaudiniana tiene en este período de plenitud. • Casa Batlló (1904−1906) Esta casa junto a la Casa Calvet son los únicos ejemplos de viviendas entre medianeras que Gaudí realiza en el Ensanche. La reforma de esta casa consistía en añadir dos plantas de altura a la casa existente para darle mayor esbeltez; cambiar la piel exterior de las fachadas y, por último, adecuar la planta principal como vivienda de la familia de José Batlló Casanovas mediante el diseño de todos los elementos que intervienen en una vivienda. La segunda planta que añade influye únicamente en la fachada principal, ya que se trata de un coronamiento en donde aparece el perfil irregular de un caparazón animal con dos caras distintas cosidas por una sutura formada por coderas de armaduras medievales realizadas en cerámica vidriada. El torren cilíndrico coronado en una cruz de cuatro aspas es el contrapunto que equilibra y regula la unión de los perfiles de las dos caras. En cambio en la nueva piel introduce una tribuna para el piso principal en la que unos elementos óseos contrastan con el edificio contiguo. Pero, tal vez, el edificio urbano que mejor muestra el estilo de estos años sea la casa que desde 1906 construye para Rosario Milá, llamada `'La Pedrera''. • Casa Milà i Camps, La Pedrera (1906−1910) sta es la tercera y última de las casa que realiza Gaudí para el Ensanche pero la única que ocupe un chaflán. Por este motivo puede considerarse que la casa tiene tres fachadas: una a cada calle y otra que ocupa la esquina, con una inclinación de 45º sobre cada una de las otras dos. La forma como Gaudí resuelve esta gran fachada tiene como primera interpretación el considerarla como una fachada única y continua. Gaudí dota a este edificio de dos accesos, uno por el carrer Provença y otro por el chaflán y cada entrada tiene una portezuela para los usuarios de a pie y otra mayor para los carruajes. En la fachada principal domina un oleaje principal, mientras que en la segunda fachada la estructura dominante es la vertical, siendo la altura de los dos pisos siempre la misma, a excepción del piso principal. También hay que destacar de la fachada su remate en un plano algo retrasado y de color blanco en la planta azotea, como soporte de las peonzas que indican la llegada a esta planta mirador, llena de extrañas figuras que emulan personajes guerreros. Otra obra de este período son los trabajos de restauración y readaptación del coro y presbiterio de la Catedral 7 de Palma de Mallorca entre 1904 y 1914. De esta época hay que destacar la relación de Gaudí con los colaboradores y de la contribución de éstos al esplendor y plenitud de las obras de aquél; entre estos citar a Rubió, Berenguer y Josep Mª Pujol. • Hacia la destrucción A partir de 1908 Gaudí se concentra en unas pocas obras; además de la Sagrada Familia, que le ocupará el resto de sus días. En estos años su obra empezará a tener un reconocimiento más allá de las fronteras locales, ejemplo de ello son el encargo del anteproyecto para un gran Hotel en Nueva York (1908) y la exposición de su obra e la Société Nationale de Beaux Arts, en París en 1910. Hotel en Nueva York Las dos obras más importantes que se van a producir en estos años son el ya citado Hotel, que nunca llega a realizarse, y el comienzo de la construcción de la Iglesia de la Colonia Güell. Las características de ambos encargos establecen una clara polaridad: por un lado, el grandioso hotel americano, que podría haber llevado a Gaudí a las cotas más altas del mercado internacional de talentos; por el contrario, lo que finalmente se inicia, aunque las obras queden drásticamente detenidas en 1915, es el templo, en el que Gaudí utiliza un verdadero lenguaje de la destrucción arquitectónica en el cual las partes y el conjunto ya no parecen como un razonado proceso compositivo sino que los elementos son como miembros dispersos. • Cripta de la Colonia Güell (1898−1908−1915) La iglesia de la Colonia Güell era la culminación monumental de la vasta operación emprendida por Eusebio Güell de dotar a su industria textil no sólo de un poblado higiénico y pacífico, en armonía entre patronos y obreros y entre producción fabril y naturaleza, sino también presidido, como en una antigua ciudad clásica, por un templo situado en una pequeña acrópolis. Se produce en Gaudí un retroceso a lo elemental y a lo primitivo; ejemplo de ello son las columnas que se han reducido a la yuxtaposición de tres piedras simplemente desbastadas que remedan esquemáticamente basa, fuste y capitel. El espacio interior del edificio se puede dividir en dos zonas. Una primera central, que recoge la posición del altar y una segunda que, a modo de deambulatorio, recorre todo el perímetro en forma de U. • Templo de la Sagrada Familia: resumen de la obra de Gaudí Fue José María Bocabella quien en 1881 había logrado reunir fondos suficientes para adquirir un enorme solar y construir allí un templo dedicado a la exaltación de la figura de San José y de la Sagrada Familia. Este templo debía de acompañarse de escuelas, salas para reuniones y talleres que permitieran la creación de un verdadero centro social para una nueva metrópoli; este proyecto pronto crecería en su ambición al atribuirle el propósito de convertirse en la catedral de una nueva ciudad. El encargo se le hizo finalmente al arquitecto Francisco de Paula cuyo proyecto era neogótico y de dimensiones mucho menores que el de Gaudí. Pero poco después de iniciadas las obras surgieron problemas con el arquitecto, paralizándose las obras y pasando el encargo al joven Gaudí que en 1883 se hace cargo de las obras y empieza una profunda revisión del proyecto que durará toda su vida. El tipo de templo propuesto parte del modelo de planta gótica basilical con cinco naves, crucero y un amplio ábside, pero lo más llamativo es sin duda el desarrollo vertical que el nuevo Templo propone. Dieciocho afiladas torres han de rodear la estructura trabada del sistema de naves y espacios exteriores. Durante el primer período, que va de 1883 hasta 1893, Gaudí introduce modificaciones de planteamiento que 8 anuncia la eclosión de la idea. Desde 1891 hasta aproximadamente 1900, Gaudí trabaja en la construcción de la fachada del Nacimiento, correspondiendo con la experimentación ecléctica de estos años en otros edificios. Los años de principios de la primera década del siglo XX, de síntesis modernista, corresponden con la definición global del edificio. En el último período de su vida volverá una y otra vez para buscar soluciones geométricas más depuradas, aunque claramente más abstractas y brutales. Cuando faltan por terminar los cuatro pináculos del Nacimiento, Gaudí murió en Barcelona el 10 de junio de 1926, atropellado por un tranvía frente a su inacabada obra maestra. 4. OBRA COMPLETA Obras Principales La obrera Mataronense El Capricho de Comillas (Santander) El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia La casa Vicens La Finca Güell El Palacio Güell El Palacio Episcopal de Astorga El Colegio Teresiano Farolas para el Ayuntamiento de Barcelona La Casa Botines, en León Las Bodegas Güell (Gaudí− Berenguer) La casa Calvet La cripta de la Colonia Güell El Park Güell Bellesguard Restauración de la catedral de Mallorca La casa Batlló 9 La casa Milà (La Pedrera) Escuelas de la Sagrada Familia Obras Menores Proyectos estudiantiles Participación en el concurso de dibujos para aplicación a la Industria por el Ateneo Barcelonés Pupitre propio Tarjeta de visita de Gaudí La vitrina de la guantería Esteban Comella Teatro de Sant Gervasi de Cassoles Muebles para el palacio del marqués de Comillas La Farmacia Gibert Dibujos de la Cabalgata Alegórica en honor del Rector de Vallfogona Iglesia de Villaricos Relación de Gaudí con las religiosas de Jesús−María · Decoración interior de la I Misterio de Gloria de Montserrat 10 Recordatorio de Miscantano para Mn. Norbert Font y Sagué Decoración de la casa de la marquesa de Castelldosrius Puerta de la Finca Miralles Chalet refugio de Catllarás en la Castellar de N'Hug Jardín Artigas, en la Pobla de Lillet Chalet Graner Los Talleres Badia La Sala Mercè Púlpitos para la iglesia de Blanes Proyecto de Casulla para Gerona Torre de Damián Mateu, en Llinars del Vallès Estandarte del Gremio de cerrajeros Farolas de Vic Busto retrato del doctor Torras y Bages Iglesia del Colegio de Sant Andreu de Palomar · Muebles del Colegio de Sant Andreu de Palomar · Altar de la capilla del Colegio Jesús−María de Tarragona El altar del oratorio Bocabella Planos topográficos de Can Rosell de Llena (Gelida) Mesa del comedor propio en Sant Feliu de Codines 11 La casa del cura y las oficinas de Gaudí en la Sagrada Familia El pabellón de la compañía transatlántica Café Torino Tumba para la familia Güell en Montserrat La casa Clapés Reforma de la casa del doctor Santaló Estandarte del Orfeó Feliuà Estandarte de los reusenses residentes en Barcelona, dedicado a la Virgen de la Misericordia de Reus Pavimento para la iglesia de Santa Pacia, en Sant Andreu Dedicatoria al Orfeó Català La vidriera Plandiura Púlpito para Valencia Panteón Nonell en Lloret Teatro de Sant Gervasi de Cassoles Dibujos de la Cabalgata alegórica en honor del Rector de Vallfogona Distribución de aguas en Caldes de Montbui Obras ínfimas Planos para la construcción de un cobertizo 12 Proyecto de un cobertizo para unos depósitos de agua en la calle Lancaster Habitación del portero en el terrado de la casa de Güell en el número 9 de la calle Conde del Asalto Proyecto de lavaderos en el terrado de la casa nº30 de la Rambla de Caputxins Planos de unos lavaderos en el terrado del nº16 de la calle Còdols Colaboraciones Gaudí y el parque de la Ciutadella El camarín de la Virgen de Montserrat La Iglesia del Colegio de los Jesuitas de la Calle Caspe y las Salesas del Paseo de San Juan. Fachada de la Catedral de Barcelona Restauración de la Iglesia Parroquial de Sant Esteve de Granollers Restauración de la Catedral de Manresa Proyectos no ejecutados La restauración de Poblet Concurso de proyectos para un 13 monumento funerario a Clavé Concurso de dibujos para aplicación a la industria, convocado por el Ateneo Barcelonés El kiosco Girossi Iluminación eléctrica de la muralla de Mar Proyecto para el casino de San Sebastián El pabellón de caza en Garraf El retablo de Alella Anteproyecto de restauración del salón de ciento y de la escalera de honor, y realización del sillón de la reina regente en el ayuntamiento Misiones católicas en Tánger Anteproyecto de reforma de la fachada principal del santuario de la Virgen de la Misericordia de Reus Proyecto de monumento a Jaime I Proyecto de hotel para New York Proyecto de capilla para el Colegio Teresiano Anteproyecto de monumento a Prat de la Riba en Castellterçol Anteproyecto de estación monumental de ferrocarril para Barcelona 14 Proyecto de iglesia dedicada a la asunción, en Rancagua (Chile) Proyecto de capilla Calvet, en Torelló Iglesia de Villaricos Catedral de Barcelona Proyecto de puente sobre el Torrente de Pomeret Proyecto de monumento al doctor Torras y Bages 5. OPINIÓN PERSONAL He escogido a Gaudí para realizar este trabajo porque siempre me han llamado la atención sus edificios; ya por su extraña forma como por la imaginación de Gaudí en los distintos elementos y detalles de sus edificios. De la etapa ecléctica me gustaría resaltar la Casa Calvet ya que la belleza de este edificio es notable; al igual que ocurre en la Casa Batlló y la Casa Milá, pertenecientes ya al Modernisme catalán. En estos casos la riqueza de materiales y temas utilizados son un claro ejemplo de la enorme imaginación de este arquitecto. En su última etapa Gaudí se centra en su gran obra maestra (auque fuera empezada en 1883): la Sagrada Familia, que muestra la evolución arquitectónica de este arquitecto, paralela a los cambios sociales y culturales de esa ápoca. 6. BIBLIOGRAFÍA − Gaudí Autor: Ignasi de Solá − Morales Ediciones Poligrafa, S.A. − Guías de arquitectura Gaudí Autor: Xavier Güell Editorial Gustavo Gili, S. A. • www.todoarquitectura.com • Buscador de internet www.google.com • Imágenes: www.gaudi2002.bcn.es ÍNDICE Pág. 1. La Ciudad de Barcelona 1 15 2. La Arquitectura Europea 3 3. Antoni Gaudí i Cornet 4 − El eclecticismo como experimentación 6 − Modernisme en Cataluña 17 − Hacia la destrucción 21 − Templo de la Sagrada Familia: resumen de la obra de Gaudí 23 4. Obra Completa 25 5. Opinión Personal 29 6. Bibliografía 29 1 16