LAS REVUELTAS DEL MUNDO ÁRABE: INCERTIDUMBRE Y OPORTUNIDAD Álvaro Ortiz Vidal-Abarca Economista Jefe para Economías Emergentes Transversales BBVA Research INTRODUCCIÓN pasado. Se abre pues un periodo de elevada incertidumbre, pero también de oportunidades. Tan sólo hace nueve meses que unos agentes de policía de la localidad tunecina de Sidi Bouzid confiscaron el puesto de frutas y verduras del joven Mohamed Bouazizi. Ni los agentes, ni el resto de la comunidad internacional podían aventurar entonces lo que la posterior inmolación de Mohamed iba a desencadenar. En tan sólo apenas dos meses, la escalada de protesta terminaba con décadas de autarquía en Túnez y Egipto. El fenómeno se extendió también a Jordania y Bahréin, mientras que en Libia se desataba un conflicto civil, y en Yémen y Siria las autoridades reprimían violentamente las manifestaciones. El siguiente artículo pretende analizar las razones del fenómeno. Se intenta apuntar también algunos de los escenarios que los analistas económicos y políticos manejan a corto y a largo plazo. A un horizonte más cercano, y por primera vez en décadas, la incertidumbre política en el mundo Árabe dominará a la económica. El desarrollo de los acontecimientos durante los próximos puede tener efectos, de mayor o menor relevancia, para el Mundo Árabe y la economía internacional. Todo proceso de cambio conlleva incertidumbre, y esta no es amiga de los economistas ni de los mercados internacionales. A largo plazo, sin embargo, existe margen para el optimismo como ocurrió con transformaciones similares en el EL CALDO DE CULTIVO: UN PROBLEMA DE MÚLTIPLES DIMENSIONES Aunque las razones de fondo serán ampliamente analizadas en los próximos años, el origen de las protestas tiene una dimensión múltiple. Se trata más bien de un problema multidimensional que algunos analistas han resumido en «pan y dignidad»1 y bajo el cual se engloban elementos de carácter demográfico, socio-económico y político: La dimensión demográfica del problema se caracteriza por un fuerte crecimiento de la población, excesivamente concentrada en las cohortes más jóvenes y una creciente tasa de urbanización. De acuerdo con los datos del Banco Mundial, el crecimiento medio de la población, durante la última década, sólo es superado por el África Subsahariana y casi triplica al de los países desarrollados. El porcentaje de población joven se acerca al 50% mientras que en la Europa desarrollada supone el 28%. Durante las últimas dos décadas, la mayoría de los países del Norte de África y Oriente Medio 1 Kinninmont, J. (2011). Bread and Dignity. «Middle East: The World Today». Volúmen 67 8/9. Chatham House. 89 LAS ECONOMÍAS EMERGENTES Y EL REEQUILIBRIO GLOBAL: RETOS Y OPORTUNIDADES PARA ESPAÑA ción de rentas y el desarrollo de la corrupción. Todo ello ha impedido la creación de un campo de juego favorable para los emprendedores, la escasa dotación de infraestructuras y un elevado grado de intervención en los mercados de productos que ha limitado el crecimiento de la productividad y un mayor grado de apertura de la economía. Los mercados de trabajo han sido de momento incapaces de absorber el crecimiento de la población más joven. En general, han estado caracterizados por bajas tasas de participación y elevadas tasas de desempleo juvenil. El desajuste en el mercado laboral se ha producido no sólo en cantidades (consecuencia de la excesiva rigidez del sistema) sino también en las cualificaciones laborales que el mercado de trabajo demandaba. Las grandes cifras constituyen un buen ejemplo de esta situación. La tasa de desempleo en los países del Norte de África se situaba, antes de la crisis, en el 11%, casi cinco puntos porcentuales por encima de la de los países emergentes. Las diferencias son todavía más abultadas si analizamos los datos de desempleo juvenil. Con una tasa media de desempleo juvenil del 27%, la región supera en más de diez puntos porcentuales al resto de los países emergentes incluido el África Subsahariana. Sólo Egipto necesita crear cerca de 700.000 puestos de trabajo al año para mantener su tasa de desempleo estable, y se necesitarían tasas de crecimiento del PIB del 7% para reducir su tasa de desempleo. Las elevadas tasas de desempleo juvenil han coincidido con una creciente participación de la población joven en la educación terciaria. La combinación de una población jóven, cada vez más preparada y con escasas oportunidades de trabajo ha constituido un importante foco de presión social. Muchas de las economías presentan una elevada vulnerabilidad de las rentas más bajas y de los ingresos fiscales a variaciones de los precios de los alimentos y de la energía. Esta situación se trasladó en crónicos esquemas de subsidios para evitar el impacto de las subidas de los precios de los alimentos. El esquema de subsidios ha resul- registraron avances en términos de estabilidad macroeconómica y se produjo un notable avance en el proceso de reformas económicas. Las tasas de inflación habían descendido hasta que se produjo la crisis de los precios de los alimentos, mientras que al mismo tiempo los niveles de deuda pública y, sobre todo de deuda externa, llevaban ya tiempo descendiendo. El proceso de reformas económicas, aunque lento, se mantuvo. No en vano, el Banco Mundial acababa de señalar a Egipto y Emiratos Árabes Unidos en la lista de los diez principales países en materia de avances en las reformas en 20102. A pesar de los avances mencionados, la dinámica de crecimiento económico a largo plazo ha sido en general insuficiente y no incluyente. Las tasas de crecimiento han sido más bajas que en la mayoría del mundo emergente, e insuficientes para generar aumentos sustanciales de la renta per cápita. El crecimiento medio de la región durante los últimos treinta años se sitúa cerca del 3%, muy por debajo del 4.5% de media de los países emergentes y del 7.5% estimado por el FMI para absorber el desempleo y el crecimiento esperado de la población activa. Esto ha generado que el crecimiento del PIB per cápita de las últimas tres décadas ha estado prácticamente estancado (0.5%), claramente por debajo de la media de los países emergentes (2.9%) e incluso del África Subsahariana (1.1%). Salvo en algunas excepciones como Marruecos3 (apoyado por un descenso del ritmo de crecimiento de la población), el crecimiento económico no se ha traducido en una reducción de la pobreza y desigualdad. El excesivo peso del Gobierno en la economía ha constituido un freno al desarrollo y ha tenido efectos negativos sobre otros aspectos institucionales. En muchas de estas economías el control del Gobierno sobre algunas actividades ha sido excesivo (el peso del Gobierno en la economía es cerca de un 3% superior a la media de los países emergentes) y ha favorecido la apropia- The World Bank (2010). Doing Business Report. Achy, L. (2010). «Morocco,s experiencewith Poverty Reduction: Lessons for the Arab World». Carnegie Paper, Diciembre 2010. 2 3 90 LAS REVUELTAS DEL MUNDO ÁRABE: INCERTIDUMBRE Y OPORTUNIDAD tado ser elevado, ineficiente y desigual, terminando por generar una elevada vulnerabilidad de las cuentas fiscales a los precios de los alimentos. Junto a los subsidios, la existencia de exenciones fiscales ineficientes y privilegios han estrechado en exceso la base impositiva, limitando en exceso la capacidad de los gobiernos para aumentar las tasas de inversión pública, resultando finalmente en una pobre dotación de infraestructuras. La situación política ha estado caracterizada por la existencia de autocracias que se han perpetuado en el tiempo y que han evitado a toda costa el proceso de reformas políticas y democráticas. Esta situación ha contribuido sin duda a aumentar el grado de frustración de la población. La permanencia media de las autocracias en el poder ha sido a todas luces excesiva. Muammar el Gadafi y la familia al-Assad ha superado los cuarenta años en el poder, mientras que la permanencia de Saleh y Mubarak superó las tres décadas. Una de las principales consecuencias es que el avance de las reformas económicas como objetivo para un mayor y más igualitario proceso de crecimiento no fue nunca acompañado por reformas institucionales. Este caldo de cultivo comenzó a chocar frontalmente con dos elementos mucho más dinámicos: la aparición de unas nuevas elites más proclives a la apertura y, sobre todo, el rápido proceso de incorporación de las nuevas tecnologías. El surgimiento de una nueva clase emergente no fue del todo espontánea. En Egipto, por ejemplo, grupos de protesta como los movimientos Kifaya (2005) y 6 de Abril (2008) ya se habían manifestado antes y una «lenta y callada movilización de activistas sindicales, organizaciones no gubernamentales de carácter apolítico y organizaciones de derechos humanos»4 comenzaba a tener una mayor presencia. En el verano de 2010 la Hermandad Musulmana y el movimiento lide- rado por Al Baradei habían ya reclamado cambios constitucionales intentando evitar la perpetuación del régimen de Mubarak en la figura de su hijo Gamal. La rápida absorción de las nuevas tecnologías en el mundo árabe ha jugado un papel clave en el desarrollo de las protestas. Al mismo tiempo que estimulaban las demandas de democratización y occidentalización, facilitaron la organización y difusión de las protestas mientras que limitaron al mínimo la capacidad de control y represión de las mismas por parte de las autoridades5. Además, han contribuido notablemente a la rápida propagación y contagio de las protestas. En definitiva, se trata de un problema de múltiples dimensiones en el que es complejo encontrar un motivo último y en el que la situación de cada país es distinta atendiendo a los diferentes factores. En la siguiente tabla se han ordenado los países de menor a mayor vulnerabilidad a las protestas atendiendo a diversas dimensiones como la económica, condiciones políticas, seguridad y fragilidad de las instituciones, el grado de presión sobre la juventud y la absorción de las nuevas tecnologías de la información. Como se puede observar no existe una uniformidad total en las diferentes dimensiones. Atendiendo al grado de desarrollo económico, Egipto y Yemen aparecen en las primeras posiciones, pero sin embargo Siria se encuentra en una buena relativa posición. El examen de la dimensión de seguridad y política arroja por ejemplo que la vulnerabilidad es elevada en Arabia Saudí e Irán, países donde, hasta el momento, las tensiones sociales han sido menores. Lo mismo ocurre en términos de la presión sobre la juventud, que muestra de nuevo una elevada posición para Jordania y Arabia Saudí pero baja para Siria. Por último, la absorción de las nuevas tecnologías ha podido tener un papel clave en la aparición del fenómeno de la Primavera Árabe pero no podemos asignarle un papel de exclusividad. Los 4 Cambanis, T (2011). Egypt’s Revolutionary Elite and the Silent Majority. En Revolution and Political transformation in the Middle East, Agents of Change, Volúmen 1. Middle East Institute Viewpoints. 5 Un magnífico ensayo sobre el papel de las nuevas tecnologías puede leerse en Brzezinski, Z. (2010). The global political awakening. The New York Times. 91 LAS ECONOMÍAS EMERGENTES Y EL REEQUILIBRIO GLOBAL: RETOS Y OPORTUNIDADES PARA ESPAÑA en la escala de tensión. Por el contrario, Egipto y Yemen, no muestran un lugar destacado en esta dimensión. pequeños emiratos del Golfo Pérsico, donde hasta el momento se ha observado una menor tensión social, ocuparían las primeras posiciones PRIMAVERA ÁRABE: DETERMINANTES DE LA TENSIÓN SOCIAL Y SU PROPAGACIÓN Condiciones Económicas: Posición Índice de desarrollo Humano (Naciones Unidas). Seguridad Política: Posición Media en Corruption Index, Political Terror Scale (Amnesty International & US Department of State) y State fragility Index (Center for Systemic Peace). Presión de la Juventud: Posición media Tasa de desempleo Juvenil, Educación Terciaria y Tasa de Población Urbana (World Bank). Penetración Nuevas tecnologías: Posición Media Penetración de Internet (internet Stats), Teléfonos Móviles por 1.000 habitantes (World Bank). Fuente: Elaboración propia a través de distintos indicadores, 2011. Túnez hasta la caída del Presidente Ben Alí se sucedieron sólo veintiocho días, mientras que la caída del régimen de Mubarak lo hacía un mes más tarde. En segundo lugar, muestra un alto grado de contagio. A mediados de febrero y en la segunda mitad de marzo coincidieron en el tiempo muchas de las protestas y el conflicto se generalizó especialmente a Marruecos, Libia, Bahréin, Yemen, Jordania y Siria. En tercer lugar, las estrategias defensivas de las autoridades han resultado en una evolución asimétrica de las protestas. Tanto en los países que optaron por fuertes concesiones económicas (Arabia Saudí y Bahréin), como los que combinaron concesiones económicas y reformas institucionales (Jordania y Marruecos), se observó una disminución del LA PRIMAVERA ÁRABE: DINÁMICA DE LAS PROTESTAS La dinámica de las protestas tampoco ha sido uniforme aunque ha mostrado algunas características comunes como la rapidez y el contagio que se ha observado en su dinámica evolutiva. La siguiente tabla muestra el desarrollo temporal de la intensidad y propagación de las protestas que se iniciaron en diciembre y se prolongaron durante la primavera. Se pueden apreciar algunas cuestiones interesantes sobre el fenómeno de las protestas. En primer lugar, el desarrollo de las protestas ha sido un proceso bastante rápido dentro de cada país. Desde el inicio de las protestas en 92 LAS REVUELTAS DEL MUNDO ÁRABE: INCERTIDUMBRE Y OPORTUNIDAD grado de tensión social. Por el contrario, la situación se estancó peligrosamente en los países que optaron por la represión más brutal (Libia, Siria y Yemen). Por último, la situación no deja de ser calma tensa. Incluso en los países que acabaron por derrocar a los regímenes autocráticos (Túnez y Egipto) se observa ciertos momentos de replica probablemente asociados a la impaciencia y desacuerdo de la sociedad civil con las primeras medidas tomadas por sus nuevas autoridades. DESARROLLO DE LAS PROTESTAS EN LA PRIMAVERA ÁRABE (DICIEMBRE 2010-MAYO 2011) ESCENARIOS A CORTO PLAZO PARA EL MUNDO ÁRABE: LA INCERTIDUMBRE POLÍTICA DOMINARÁ Los analistas políticos barajan varios escenarios alternativos y lo que parece claro es que tras años de estancamiento, la dinámica política dominará a la económica. Los resultados económicos van a ser más o menos relevantes en la medida que pongan en peligro o no el éxito del proceso de cambio político. Tras unos primeros meses en que los acontecimientos se sucedieron a velocidad de vértigo, el periodo conocido como primavera árabe se estancó durante el verano coincidiendo con el Ramadán. Aunque es difícil vislumbrar el futuro más inmediato, parece probable que el choque tectónico entre las viejas estructuras y las nuevas demandas sociales tendrán todavía algunas réplicas. La lectura de los debates acontecidos en los Think Tanks especializados en el mundo árabe no es uniforme. El único consenso existente es que hay un elevado grado de incertidumbre, dado que el proceso de transformación política está en 93 LAS ECONOMÍAS EMERGENTES Y EL REEQUILIBRIO GLOBAL: RETOS Y OPORTUNIDADES PARA ESPAÑA pleno movimiento y en algunos casos ni siquiera ha comenzado. A pesar de ello, se pueden extraer algunas conclusiones. La primera de ellas es que el escenario de vuelta atrás parece improbable. Parece pues que al esquema tradicional de «Autocracia» o «Islamismo radical» se le abren ahora nuevas opciones. La segunda es que no existe una clara coincidencia en el alcance del cambio político a nivel regional. Mientras que algunos analistas señalan que los vientos de cambio van a llegar de un modo u otro a al conjunto de los países árabes, otros apuntan a que el proceso de transformación no va a ser ni mucho menos uniforme. Estos últimos apuestan por una dinámica de transición de varias velocidades. La probabilidad de que se produzca un verdadero cambio sería menor en los países ricos del Golfo. Otros analistas, han señalado que, al contrario que en el caso de la transformación democrática de Europa del Este, que compartía elementos comunes como el apoyo de la Unión Soviética y sistemas de gobierno similares, existen importantes diferencias en el punto de partida hacia el proceso de transformación y en sus posibles resultados. En este sentido, incluso el apoyo internacional carece de una estrategia general hacia el problema y se ha optado por actuar tácticamente caso por caso. Un tercer elemento ampliamente debatido es el papel de Egipto como catalizador del proceso de cambio. A juicio de los analistas, la evolución de su proceso de cambio puede tener efectos más allá de sus fronteras. Si bien los primeros pasos son esperanzadores, se mantiene la incertidumbre sobre el resultado final, la configuración de fuerzas post-electoral y el papel de los militares en el proceso de cambio. Por último, cabe esperar que durante los próximos meses se produzcan cambios y tensiones en el sistema tradicional de alianzas en la zona. En este sentido cabría esperar cambios en las relaciones y alianzas estratégicas en países clave como Israel e Irán. En lo que respecta a los resultados económicos a corto plazo, algunas de las economías del Norte de África van a experimentar severos reveses en las tasas de crecimiento económico durante 2011. Las protestas acabaron en algunos casos con interrupciones prolongadas en la actividad industrial, y la elevada incertidumbre afectará severamente a la inversión y a actividades como el turismo. En sus últimas previsiones el FMI ha revisado a la baja sus perspectivas de crecimiento para los países importadores de petróleo de la Región, con efectos significativamente adversos en países como Libia, Siria y Yemen. A pesar de la caída del ritmo de actividad, la inflación permanecerá elevada debido en parte al efecto de los precios de los alimentos. El aumento del desempleo no contribuirá a relajar el clima de descontento social. A ello hay que añadir el más que probable deterioro de las finanzas públicas. La capacidad recaudatoria se verá seriamente afectada en algunos casos a medida que el deterioro de la actividad económica mina la capacidad de obtener ingresos. Adicionalmente, las sucesivas concesiones en gasto social y subsidios para frenar el descontento presionarán por el lado del gasto. Si bien el aumento social es comprensible dada la situación, es importante evitar un excesivo descontrol del gasto que conduzca a un deterioro de la solvencia difícil de rectificar a medio plazo. El equilibrio de las cuentas externas se verá también afectado a pesar de la relativa estabilidad de las exportaciones y las remesas. El fuerte descenso de los flujos de capital ha comenzado ya a poner presión a las reservas internacionales y los tipos de cambio en algunos de los países. La comunidad internacional puede jugar un papel clave contribuyendo a evitar que el colapso económico acabe por poner en peligro el proceso de cambio. La provisión de asistencia en materia financiera y comercial puede suponer una importante fuente de apoyo. Las instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial deben de prestar ayuda financiera para evitar situaciones temporales de iliquidez que pongan en peligro el proceso de cambio. 94 LAS REVUELTAS DEL MUNDO ÁRABE: INCERTIDUMBRE Y OPORTUNIDAD En este sentido, hay que dar la bienvenida a la rapidez con que algunos organismos internacionales han mostrado su apoyo a algunos de los países. La aprobación de una línea contingente de crédito por parte del FMI al Gobierno Egipcio (que finalmente no acepto y la creación de la Asociación Deauville (que incluye nueve organismos internacionales junto a países de la región) constituyen unas primeras señales de apoyo netamente positivas. Al igual que ocurrió con el proceso de transformación de Europa del Este, deberían estimularse relaciones de más largo plazo que alcancen a un amplio de aspectos como el comercio, flujos laborales y ayuda financiera. porcentaje de suministro sobre la demanda total es relativamente elevado en algunas zonas como Europa y Asia. En este sentido, el 25% del total de la demanda y Asia (54%) son significativamente dependientes del petróleo Árabe. El escenario actual, en el que las protestas se han centrado sobre todo en el Norte de África, es relativamente benigno. Incluso incluyendo a Libia y Argelia la producción acumulada de los países del Norte de África se acerca a los 3,7 millones de barriles diarios (mbd). En este sentido, una interrupción total del suministro de petróleo desde Marruecos hasta Egipto podría trasladarse en un aumento en el precio del petróleo de entre 10 y 15 dólares. El impacto sería además transitorio, pues la capacidad ociosa en manos de los países árabes (capacidad extra que pueden colocar en el mercado en un periodo de tres meses) es relativamente abultada y se acerca a los diez millones de barriles diarios. El hecho de que el impacto en el precio del petróleo haya sido mayor (cerca de 25 dólares desde los niveles de 90 en diciembre antes de las protestas hasta máximos de 120 dólares) nos lleva a pensar que la prima de riesgo geopolítico recoge en parte la posibilidad de que el conflicto se extienda a la derecha del río Nilo. Una primera opción, supondría la extensión de las protestas hacia los pequeños Emiratos del Golfo Pérsico. En este escenario, la interrupción potencial del suministro sería ya más preocupante. Sólo entre Kuwait y Emiratos Árabes Unidos, la producción de petróleo se aproxima a 5 mbd, y si añadimos la producción de Omán, Catar y Yemen alcanza los siete millones. Es difícil hacer un cálculo sencillo del impacto en el precio por cantidad de suministro interrumpida, en definitiva esto depende no sólo de factores de demanda y oferta, sino también de la capacidad ociosa y del grado de la especulación en los mercados de futuros. No obstante, cabe pensar que el rango alcanzado por el precio del petróleo se situaría en el rango de 140-160 dólares, lo que supone un impacto sobre los precios de diciembre de 2010 de entre 50 y 60 dólares. IMPLICACIONES PARA LA ECONOMÍA MUNDIAL: INCERTIDUMBRE A CORTO PLAZO Las implicaciones para la economía internacional son diferentes según nos refiramos al corto o al largo plazo. En mi opinión, la incertidumbre se mantendrá a corto plazo. A más largo plazo se abrirán ventanas de oportunidad que nos deberían conducir a un mayor optimismo. El impacto a corto plazo va a depender fundamentalmente de la evolución del cambio político y de la incertidumbre generada hacia la seguridad en el suministro energético que proviene de los países árabes. A pesar del escaso grado de integración de la región (especialmente el Norte de África) con la economía mundial, su papel de suministrador energético le confiere un estatus especial con potencial impacto negativo para la economía internacional. En este sentido, el «cómo» y «hacia donde» se desarrollen los acontecimientos políticos puede tener un impacto relevante para la economía internacional. En términos generales, habrá que vigilar especialmente lo que ocurra en los países del Golfo Pérsico. Hay que tener en cuenta que la producción de petróleo del Norte de África y de los países Árabes supone el 15% del total mundial. Más aún, el 95 LAS ECONOMÍAS EMERGENTES Y EL REEQUILIBRIO GLOBAL: RETOS Y OPORTUNIDADES PARA ESPAÑA PRODUCCIÓN Y CAPACIDAD OCIOSA ACUMULADA DE PETRÓLEO (millones de barriles diarios acumulados) Fuente: EIA, 2011. El último de los escenarios es potencialmente mucho más peligroso e incluye la posibilidad de que el conflicto acabe por extenderse a los países más grandes: Irán y Arabia Saudí. La potencial interrupción en el suministro de una extensión generalizada del conflicto alcanzaría a 23 mbd (cerca de un 10% de la demanda mundial de petróleo) pero la inexistencia de capacidad ociosa elevaría y haría más permanente el impacto en precio por millón de interrupción en el suministro. En este escenario el precio del petróleo alcanzaría cifras cercanas o superiores a los 200 dólares. En definitiva, cualquier noticia sobre tensiones sociales en alguno de estos países en los próximos meses va a tener un impacto significativo en la prima geopolítica del precio del petróleo. El impacto sobre el crecimiento mundial puede ser por tanto significativo dependiendo de cómo evolucione y hasta donde se extiendan las protestas. Si tenemos en cuenta los cálculos del FMI, en los que un aumento del 10% en el precio del petróleo reduciría el crecimiento mundial en un 0.2%-0.3%, una extensión del conflicto a los pequeños emiratos y/o a Irán y Arabia Saudí puede tener consecuencias severas para el ritmo de crecimiento de la economía mundial. Los efectos que esta situación puede tener en la Economía Europea pueden ser incluso mayores. Al impacto en el ritmo de crecimiento económico, habría que sumar una elevación del grado de tensión ya existente en los mercados financieros (consecuencia de la crisis de la deuda soberana). Ante estos escenarios, el incentivo de la comunidad internacional a evitar que el proceso de transición democrática se produzca de manera brusca, violenta y desordenada es significativo. El riesgo de no hacer nada es sencillamente muy elevado. Evitar el colapso económico a corto plazo y colaborar en la medida de lo posible en el proceso de transición democrática y en una agenda de crecimiento elevado y sostenido a largo plazo en región debe constituir una de las prioridades de la agenda internacional de los próximos meses. 96 LAS REVUELTAS DEL MUNDO ÁRABE: INCERTIDUMBRE Y OPORTUNIDAD IMPLICACIONES PARA LA ECONOMÍA INTERNACIONAL: OPORTUNIDAD A LARGO PLAZO ciero está todavía lejos de de su potencial y es todavía poco accesible para la población. El principal reto será aumentar el alcance de los mismos y en especial el acceso a las medianas y pequeñas empresas. Para avanzar en ello cabe esperar cambios en la legislación y una reducción de las barreras de entrada a la competencia. El progreso en materia de integración comercial y en los mercados internacionales constituye también un elemento clave de la estrategia para aumentar la producción y la demanda de trabajo. De acuerdo con las estimaciones del FMI el aumento de la tasa de apertura a niveles similares de Asia emergente podría aumentar cerca de un punto porcentual el crecimiento de la renta per cápita. En definitiva existen varios motivos para el optimismo a largo plazo. Si el proceso de transición política del Norte de África y los Países Árabes tiene éxito, la posibilidad de que se lleven a cabo reformas integrales económicas, institucionales y regulatorias aumentará sin duda. Será posible entonces alcanzar tasas de crecimiento económico más elevadas y sostenibles, que posibiliten la reducción del desempleo, la desigualdad y los niveles de pobreza. Europa en general, y España en particular, pueden jugar un papel clave en este proceso de cambio. La proximidad geográfica, la esperada apertura comercial, y nuestra experiencia en la internacionalización de sectores como el financiero y la provisión de infraestructuras, sitúan a nuestro país en una situación primordial para abordar junto a estos países su proceso de transformación económica. A más largo plazo, debemos ser algo más optimistas. Asumiendo que la dinámica actual no tenga marcha atrás, las economías árabes tendrán que embarcarse en un modelo de crecimiento mucho más incluyente y abierto al exterior. La propia experiencia histórica apoya este optimismo. El análisis de experiencias de transición similares muestra que el crecimiento económico posterior a la transición tiende a estabilizarse a tasas más elevadas y con menor volatilidad. El nuevo modelo de crecimiento deberá afrontar las debilidades del anterior. Por ello, deben producirse cambios importantes en la estructura y funcionamiento de sus economías, que conduzcan a un aumento de la inversión y de la productividad y se trasladen en un mayor crecimiento económico a largo plazo. Cabe esperar un reequilibrio entre los sectores público y privado. El sector privado deberá aumentar su peso en la economía, y para ello se van a necesitar cambios importantes de las reglas de juego que favorezcan el clima de los negocios y la inversión. El margen de actuación es elevado en aspectos relacionados con los derechos de propiedad, política impositiva, legislación laboral, permisos de construcción… Cabe esperar por tanto un mayor atractivo para la inversión extranjera directa. El sector público debería reorientar el gasto hacia un mayor peso de la inversión pública, y especialmente aumentar y mejorar la dotación de las todavía deficientes infraestructuras. Dadas las limitaciones impositivas en muchos de los países, cabe esperar un cierto estimulo a la creación de las iniciativas público privadas en los próximos años. El proceso de liberalización de la economía debería de ir acompañado de avances en el proceso de profundización financiera. A pesar de la mejora de los últimos años, el sistema finan- FUENTES CONSULTADAS Y REFERENCIAS THINK TANKS Chatham House. http://www.chathamhouse.org/ Carnegie endowment for International Peace. http://carnegieendowment.org/ 97 LAS ECONOMÍAS EMERGENTES Y EL REEQUILIBRIO GLOBAL: RETOS Y OPORTUNIDADES PARA ESPAÑA Agents of Change, Volume 1. Middle East Institute Viewpoints. 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