La asignatura troncal de terminología en las Facultades de Traducción e Interpretación de España: técnicas motivacionales en su enseñanza ANA MARÍA MONTERDE REY Universidad de Las Palmas de Gran Canaria 1. INTRODUCCIÓN Dentro de una monografía sobre el panorama actual de la terminología, no podían faltar unos capítulos dedicados a la enseñanza de esta disciplina. Precisamente, en nuestro artículo vamos a tratar la docencia de esta materia en las Facultades de Traducción e Interpretación (F.T.Is.) de la universidad española. Concretamente, mostraremos el origen y panorama actual de la asignatura troncal y obligatoria de terminología. Así hablaremos sobre el paso de las Escuelas de Traducción e Interpretación (E.U.T.Is.) a las F.T.Is.; la implantación de la terminología en los planes de estudio de estas facultades.; los docentes de la terminología; las reuniones que estos han celebrado; los programas adoptados; los objetivos propuestos y los problemas planteados por los citados profesores. Tras este panorama, nos centraremos en las técnicas motivacionales que se podrían aplicar en la docencia de la asignatura troncal de terminología. 2. LA ASIGNATURA DE TERMINOLOGÍA EN LAS FACULTADES DE TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN DE ESPAÑA Como en otros capítulos de este libro ya se trata la historia de la enseñanza de la terminología en España, sólo vamos a exponer brevemente su trayectoria en las F.T.Is. españolas. 198 PANORAMA ACTUAL DE LA TERMINOLOGÍA 2.1. El paso de las Escuelas de Traducción e Interpretación a las Facultades de Traducción e Interpretación Los estudios universitarios de Traducción e Interpretación son relativamente modernos en España en comparación con otros países con mayor tradición terminológica (Mayoral, 1992: 11). En 1978 se fundó la primera E.U.T.I. en el seno de la Universidad de Barcelona. Luego le seguirían la de Granada en 1979 y la de Las Palmas de Gran Canaria en 1988. A pesar de la reconocida necesidad de la terminología para la tradución y la interpretación, esta materia no era impartida en ninguno de los tres años académicos de las E.U.T.Is., ni tampoco lo fue más tarde, cuando se hicieron algunas modificaciones en sus planes de estudio. De igual forma, tampoco fueron icluidas otras disciplinas necesarias para el traductor-intérprete. Era necesario, pues, que se produjera una reforma para capacitar a los futuros profesionales de acuerdo con la siempre cambiante realidad sociolaboral. Esta necesidad y una serie de factores de tipo académico, político y sociolaboral, que no vamos a tratar aquí, contribuyeron a la transformación de las E.U.T.Is. en F.T.Is. Así, el 30 de septiembre de 1991 aparecía publicado en el Boletín Oficial del Estado (Ministerio de Educación y Ciencia, 1991: 6833-6835) el texto del Real Decreto 1385/1991 de 30 de agosto por el que se establecía, en el marco de la Reforma de las Enseñanzas Universitarias, el título universitario oficial de Licenciado en Traducción e Interpretación, así como las directrices generales de los planes de estudio conducentes a la obtención del mismo. 2.2. Introducción de la terminología como asignatura troncal en los planes de estudio de las Facultades de Traducción e Interpretación En este nuevo plan se incluye la terminología como asignatura troncal con ocho créditos. Su contenido es descrito como "Lexicología y Lexicografía aplicadas a la Traducción" (grave error cometido a pesar de la oposición de las E.U.T.Is.) y se vincula a las áreas de conocimiento de la Filología correspondiente, Lingüística Aplicada a la Traducción e Interpretación y Lingüística General. ANA MARÍA MONTERDE REY 199 Así, la terminología como materia troncal comenzó a impartirse por primera vez en el curso académico 1991-92 en la F.T.I. de la Universidad de Málaga. Más tarde le seguirían las F.T.Is. de las Universidades de Granada, Barcelona y Las Palmas de Gran Canaria. Poco a poco, se han ido fundando F.T.Is. por todo el territorio español que han ido introduciendo la asignatura troncal de terminología según han ido implantando los distintos cursos de la Licenciatura. 2.3. Los docentes terminología1 de la asignatura troncal de La Doctora Amelia de Irazazábal ya mostraba su preocupación por el perfil del profesor de terminología en su ponencia del Seminario sobre programa de los cursos de Terminología en la Licenciatura de Traducción e Interpretación en España (Gallardo, 1992: 53) celebrado en la E.U.T.I. de la Universidad de Granada (julio 1991). Su avalada experiencia en la investigación y docencia de la terminología le llevaba a proponer: «que no se considere profesor de terminología a nadie que no haya demostrado su experiencia en la actividad en este campo y no haya participado en los curso de terminología que hasta ahora se han celebrado en España o en instituciones de terminología del extranjero». Sin embargo, dada la corta tradición terminológica de España, era muy difícil encontrar a una persona que cumpliera todos estos requisitos y estuviera disponible para dar clases en la universidad. No obstante, todos los profesores de terminología nos hemos acercado a ella, de algún modo, antes de que se nos asignara su docencia. Muchos de los profesores eran ya docentes experimentados en la enseñanza de la lingüística o la lexicografía y/o habían realizado cursos de terminología y/o trabajado en la elaboración de diccionarios, glosarios o bancos de datos terminológicos. La inmensa mayoría de los profesores se aproximaron a la terminología a través de distintas Filologías (Catalana, Francesa, Románica y, sobre todo, Hispánica) y tres lo hemos hecho a través de la Traducción e Interpretación. Entre los 1 Para elaborar los puntos 2.3.-2.7.se han utilizado las actas inéditas (Cabré, 1997 y 1999; Sánchez, 1998) de las tres reuniones celebradas hasta ahora por los profesores de terminología de las F.T.Is de la universidad española. 200 PANORAMA ACTUAL DE LA TERMINOLOGÍA docentes se encuentra la Doctora Mª Teresa Cabré Castellví, gran figura de la terminología que ha ayudado a algunos profesores a diseñar los programas de terminología de distintas F.T.Is. y cuyos escritos han sido manuales básicos de esta asignatura. 2.4. Reuniones de los profesores de la asignatura troncal de terminología Desde su inclusión en los planes de estudio de las F.T.Is. en 1991, la terminología había supuesto un gran reto para los docentes. Era una asignatura nueva en estas facultades que, además, nunca se había impartido en otra carrera; por tanto, no se sabía qué problemas podrían surgir y cómo solucionarlos. Los profesores sentíamos la necesidad de comunicar nuestras inquietudes y problemas a otros colegas 2; sin embargo, en nuestras propias facultades muchas veces no lo conseguíamos, dado el desconocimiento que de esta materia tenía la mayoría del profesorado. Esta necesidad fue recogida por la Doctora Cabré y su equipo del Institut Universitari de Lingüística Aplicada (I.U.L.A.) quienes propusieron celebrar una primera reunión de los profesores de terminología de las universidades españolas durante la I Escuela de Verano de Terminología: Terminología y modelos culturales que organizaron en la Universidad Pompeu Fabra. Con gran entusiasmo acudimos a esta primera cita el 17 de julio de 1997. En ella contrastamos los programas de nuestra asignatura, sus objetivos, los créditos con los que contaba, qué otras asignaturas de terminología se impartían en nuestras facultades. En definitiva, fue un primer foro de discusión que sirvió para conocernos e intercambiar esas ideas, dudas, problemas y proyectos que queríamos desde hacía tiempo poner en común. El intercambio fue tan positivo que al final de este primer encuentro, se decidió celebrar una reunión anual. Así se apuntó como posible fecha el 5 de mayo de 1998 en la Universitat Autònoma de Barcelona aprovechando el 4º Congreso sobre Traducción e Interpretación. Puntualmente acudimos de nuevo a esta cita, aunque finalmente se celebró en el Centro de Información y Documentación del Consejo Superior de Investigaciones 2 Durante los primeros años de impartición de la terminología (1991-1997), la docencia de esta asignatura sólo era impartida por más de un profesor en tres F.T.Is., Jaume I, Pompeu Fabra y Vic. En el resto de las facultades, la docencia era impartida por una sola persona, por lo que resultaba una tarea muy solitaria. ANA MARÍA MONTERDE REY 201 Científicas, ya que ese mismo día nos reuníamos en Madrid para elegir la Junta Directiva de la Asociación Española de Terminología. En esta segunda reunión, pusimos en común las fichas de vaciado que utilizábamos y los distintos proyectos terminológicos que encargábamos a los alumnos. Por último, el 14 de julio de 1999, tuvo lugar la tercera y última reunión hasta la fecha. De nuevo fue la Universidad Pompeu Fabra la que nos acogió en el marco del II Simposio Internacional de Terminología. En este encuentro nos centramos en dos puntos: qué enseñamos y cómo lo enseñamos. Todos coincidimos en la evolución que había sufrido nuestra docencia: habíamos ido transformando nuestro modo de impartir las clases de manera que cada vez estaban más orientadas hacia la práctica. Al final, se acordó celebrar el próximo encuentro en la Universidad de Castellón. Esta vez se trataría de un taller de trabajo sobre la didáctica de la terminología y tendría lugar en otoño del año 2001. 2.5. El programa de la asignatura troncal de terminología Como acabamos de decir, en la primera reunión de terminología, los profesores de esta asignatura pusimos en común los programas que seguíamos. Como pudimos comprobar, éstos eran “sorprendentemente” homogéneos. Prácticamente todos seguíamos de un modo u otro los temas del programa recomendado en el mencionado Seminario sobre programa de los cursos de Terminología en la Licenciatura de Traducción e Interpretación en España (Ibidem, 294-300). En la elaboración de dicho programa habían trabajado, entre otros, personalidades relevantes en el mundo de la terminología y de la traducción; por tanto, el seguir esta propuesta, era casi una garantía de éxito. 2.6. Objetivos de la asignatura troncal de terminología También los objetivos que pretendíamos alcanzar con nuestra docencia eran muy similares y coincidían de nuevo en gran medida con los propuestos en el Seminario mencionado en el punto anterior (Ibidem, 293). 202 2.7. Problemas terminología PANORAMA ACTUAL DE LA TERMINOLOGÍA planteados por los profesores de No sólo coincidimos en los programas y en los objetivos de la asignatura, los problemas que nos habían surgido también eran muy similares. El elevado número de alumnos era uno de ellos. Este número variaba según se compartiera la docencia de la asignatura o no. En general, la media era de unos 60 alumnos por clase, con lo cual resultaba muy difícil realizar prácticas y tener un seguimiento de cada estudiante. Esta situación se podría resolver contratando a otro profesor para compartir la asignatura en aquellas universidades en las que sólo hubiera uno. Sin embargo, la mayoría de las centros no contaban con presupuesto para ello. Otro problema lo constituía la falta de motivación por parte de los alumnos. Éstos llegaban ya con una idea negativa de la asignatura, fruto de una mala información. Pensaban que se trataba de una disciplina muy teórica y sólo les preocupaba lo mucho que había que estudiar3. En terminología hay que dar una serie de contenidos teóricos para poder empezar a hacer algún ejercicio, pero el alumnado, que buscaba siempre un contacto directo e inmediato con la traducción, no veía el por qué de la teoría hasta que empezaba a hacer el proyecto terminológico. Aún así, muchos creían que su labor era traducir y que ya alguien se encargaría de elaborar glosarios o bancos de datos terminológicos para ellos. Por tanto, el profesor tenían que estar siempre luchando contra estas ideas e intentar que los alumnos aceptarán la asignatura y terminara por gustarles. Afortunadamente, también todos los docentes coincidimos en que, aunque al principio los estudiantes consideraban la terminología innecesaria, al finalizar el curso manifestaban que era necesaria e incluso interesante. El desconocimiento de la terminología por parte de algunos profesores de traducción e interpretación también representaba un obstáculo, ya que no hacía más que confirmar al alumno su idea falsa sobre esta disciplina. Como solución planteamos intentar implicar más en terminología a los compañeros de traducción/interpretación, mediante charlas u organizando cursos para que ellos también asistieran. 3 Hay que tener en cuenta que en la Licenciatura de Traducción e Interpretación, los estudiantes no tienen hábito de estudio teórico, pues la mayoría de las asignaturas son eminentemente prácticas. ANA MARÍA MONTERDE REY 203 3. TÉCNICAS MOTIVACIONALES EN LA ENSEÑANZA DE LA TERMINOLOGÍA De entre todos los problemas planteados, el que más nos preocupó fue la falta de motivación de los alumnos, ya que era el que repercutía más directamente en los resultados finales. Además, era el único obstáculo que estaba en nuestras manos poder superar. De esta forma, en la última reunión celebrada, la mayoría de los profesores manifestó que todos los años su principal objetivo era resolver este problema y para ello había ido cambiando poco a poco la forma de impartir la asignatura para hacerla más práctica y así tener más motivados a los alumnos. Precisamente, nosotros queremos exponer aquí las técnicas que hemos utilizado para motivar a nuestros alumnos de terminología. Quizá muchas de ellas ya sean conocidas por los profesores de terminología o las empleen inconscientemente, pero otras pueden resultar novedosas y de gran ayuda. Durante los dos últimos años de nuestra docencia, hemos aplicado estas técnicas con gran éxito. Los alumnos se han mostrado mucho más satisfechos con las clases, han tenido una disposición muy positiva hacia la asignatura y los resultados finales (exámenes y proyectos) han sido excelentes. Antes de comenzar a desarrollar este punto, queremos dejar claro que nuestro propósito no es hacer un recorrido por las diversas publicaciones que existen sobre técnicas motivacionales, tipos de motivación, características, procesos, etc, pues ocuparíamos varios capítulos y, además, este no es nuestro objetivo. Tan sólo hemos seleccionado las técnicas que consideramos más adecuadas para motivar al alumnado de la asignatura troncal de terminología en las F.T.Is. y las hemos ilustrado con ejemplos aplicables a las clases de esta materia. Para ello, hemos tenido en cuenta: ¿Cuál es la disposición del alumno hacia la terminología?, ¿qué es motivación?, y ¿qué puede motivar al alumno de terminología? ¿Cuál es la disposición del alumno hacia la terminología? Como ya dijimos, el alumno, en general, presenta una disposición negativa. El principal factor es la idea preconcebida, derivada de la falta de información, que sostiene al enfrentarse por primera vez a la terminología: materia aburrida, poco necesaria, muy teórica. El alumno, por tanto carece de motivación. Pero, ¿qué es exactamente la 204 PANORAMA ACTUAL DE LA TERMINOLOGÍA motivación? Según el Instituto de Formación y Estudios Sociales de España (1992: 101), la motivación es “un proceso que suscita o incita una conducta, mantiene una actividad que progresa y canaliza la actividad en un curso dado”. Si seguimos esta definición, la motivación en terminología sería un proceso que suscita o incita interés por la asignatura de terminología, mantiene este interés y lo canaliza hacia el aprendizaje. ¿Qué puede motivar al alumno de terminología? Para motivar al alumnado, tenemos que crearle una necesidad, hacer que sienta deseos de conocer la materia: la terminología es imprescindible para la formación del traductor/ intérprete. Esto se logra mediante técnicas a través de las cuales se despierta el interés y se generan expectativas positivas. Una vez conseguida esta motivación, hay que mantenerla con acción y con resultados positivos. Son las llamadas fases carencial, dinámica y reductiva del proceso de motivación. A continuación presentamos un esquema de las técnicas motivacionales4 que hemos mencionado: TÉCNICAS MOTIVACIONALES Inicio Despertar interés Desequilibrios cognitivos Mantenimiento Generar expectativas Acción Modelos competenciales Retroalimentación Modelos identificativos Actividad Modelos de éxito Trabajo en grupo Resultado Por carencia Por obstáculo Por conflicto Conectar la asignatura con los valores dominantes Plantear la utilidad del conocimiento Agrupamiento Plantear objetivos Grupo de experto Contraste estimular Equipo Estímulos sensoriales Comenzar con tareas fáciles Autoría Apelar al esfuerzo de la capacidad Reforzar el papel del grupo 4 Este tema es el resultado del curso Técnicas motivacionales en la enseñanza universitaria impartido en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (1995) por el Dr. Luis Alberto García, Catedrático de Psicología de la Educación de la Universidad de La Laguna. Para la elaboración de este punto se han utilizado las siguientes fuentes: Alonso, 1998; Chalmers y Fuller, 1996; García y Hernández, 1991 y 1998; García et al., 1998; Hernández, 1995; I.F.E.S., 1992; Morgan, 1993; Newble y Cannon, 1991; Orlich, 1991; Race y Brown, 1995. Premio ANA MARÍA MONTERDE REY 205 3.1. Técnicas motivacionales de inicio Por técnicas motivacionales de inicio se entiende todas aquellas que se ponen en práctica al comenzar una clase, unidad didáctica o actividad. Dentro de este grupo existen dos grupos de técnicas: para despertar interés y para generar expectativas. 3.1.1. Técnicas para despertar interés. Despertar interés es quizá lo que más nos preocupa a los profesores, pues supone tener garantizada la atención por parte de nuestro auditorio durante toda la sesión. Sin embargo, este objetivo resulta complicado, sobre todo para aquellos temas muy teóricos en los que es difícil intercalar algún ejercicio para poner en práctica la teoría. Provocar desequilibrios cognitivos, conectar la asignatura con los valores dominantes, originar un contraste estimular o utilizar estímulos sensoriales positivos son algunas de las técnicas motivacionales de inicio a las que podríamos recurrir para despertar interés en los legos. 3.1.1.1. Técnicas para provocar desequilibrios cognitivos. Son aquellas técnicas motivacionales de inicio que consisten en dejar en suspense la solución de un problema o la respuesta a una pregunta para provocar la curiosidad del público y el consecuente deseo de buscar una solución a lo planteado. Es una técnica muy efectiva, pues el ser humano no admite lo incompleto. Se puede poner en práctica tanto al inicio de una clase, para mantener al auditorio atento e interesado, como al final, para que los alumnos tengan interés en asistir a la siguiente sesión. El desequilibrio cognitivo se puede lograr por carencia, por obstáculo o por conflicto: Por carencia: el alumno desconoce un concepto y el profesor le hace preguntas sobre él. Así, por ejemplo, al principio de una clase o tema se puede pedir a los alumnos que definan conceptos que se van a ver en esa sesión o en clases sucesivas. 206 PANORAMA ACTUAL DE LA TERMINOLOGÍA Este tipo de técnica puede provocar frustración. Para evitarla: - Los estudiantes no deben percibir una situación evaluativa. - La pregunta no debe ser difícil, pero si lo es, hay que dar alternativas. Ej.: ¿Vitamina C es una palabra, un término producto de la desterminologización o un término propiamente dicho? - Si aún así los alumnos son incapaces de dar respuesta a la pregunta, se debe facilitar la labor haciendo otras preguntas más simples que les acerquen a la solución. Ej: Si alguien les dice que está tomando vitamina C, ¿ustedes le entienden?…¿Qué propiedades tiene la vitamina C? …¿Cuándo debemos tomarla?…¿Entonces, vitamina C es una palabra, un término producto de la desterminologización o un término propiamente dicho? - La pregunta debe ser planteada abiertamente a toda la clase, no personalizarla. - Hay que evitar los silencios, porque si no se diluye la responsabilidad. - Cualquiera que sea la respuesta no se debe sancionar el error, al contrario, hay que insistir en que de los errores se aprende y ese es el momento para equivocarse. Por obstáculo: Consiste, como su propio nombre indica, en complicar y obstaculizar actividades que ya sabían resolver los alumnos. Esta técnica supone un gran reto para los legos. Se puede enseñar a los alumnos a resolver un problema básico e irlo complicando. Así, por ejemplo, se puede mostrar como hacer una ficha conceptual básica e ir añadiendo supuestos: distintos usuarios, objetivos diferentes, otras áreas del saber, etc. Por conflicto: Consiste en hacer una pregunta conflictiva a los alumnos y darles dos posibles soluciones para suscitar un debate que haga que los estudiantes se interesen por el tema que están estudiando. Para que esta técnica sea efectiva, el profesor no debe dar su opinión para que los alumnos no se decanten por su posición. Por ejemplo se puede decir: “Hay traductores que creen que la terminología es necesaria y otros que no. ¿Qué creen ustedes?” 3.1.1.2. Técnicas para conectar la asignatura con valores dominantes. Son aquellas técnicas motivacionales de inicio mediante las cuales se intenta despertar el interés presentando la asignatura como una herramienta para conseguir aquellos ANA MARÍA MONTERDE REY 207 valores a los que aspira el grupo: profesionalidad, competencia, independencia, etc. Para alcanzar esta meta, debemos mostrar la terminología como un medio imprescindible para llevar a cabo una buena traducción especializada y tener éxito en el mundo laboral. Así por ejemplo, podemos distribuir dos traducciones distintas de un mismo texto: una realizada por un traductor sin formación en terminología y otra por un traductor con conocimientos profundos de ella. El alumno deberá criticarlas y ver cual es más correcta. Otro ejercicio puede ser explicar las posibilidades que como traductores tendrán si dominan la disciplina de la terminología: ofrecer al cliente la elaboración de bancos de datos terminológicos, diccionarios, etc. 3.1.1.3. Técnicas para provocar un contraste estimular. Son aquellas técnicas que tratan de suscitar el interés del auditorio haciendo o diciendo algo que choque o que sea original. Por ejemplo, podemos entrar en clase y escribir en la pizarra: “La terminología no sirve para nada”. Esto chocará a los alumnos y suscitará un debate. 3.1.1.4. Técnicas para provocar estímulos sensoriales positivos. Consisten en la utilización de recursos didácticos que sean agradables a los sentidos y así captar la atención del público. Existe una gran variedad de recursos didácticos, pero hay que saber cómo utilizarlos adecuadamente para provocar estímulos sensoriales positivos. Estos recursos se deben combinar para dar un mayor dinamismo a la clase. Si utilizamos siempre un único recurso, por bien que lo hagamos, caerá en la monotonía y el alumno perderá la motivación y la atención. Recursos orales. El método expositivo es el recurso didáctico más antiguo y utilizado. El profesor expone un tema y los alumnos escuchan. Para que provoque estímulos sensoriales positivos debemos hablar alto, pero sin gritar, y a un ritmo adecuado; pronunciar con claridad; hacer inflexiones de voz para destacar lo más importante; evitar palabras demasiado cultas; eliminar la palabrería y las muletillas; utilizar frases cortas; mirar al auditorio mientras se habla, nunca hacerlo de espaldas a él; ser 208 PANORAMA ACTUAL DE LA TERMINOLOGÍA claro, preciso y conciso. Nuestra voz tampoco debe denotar cansancio o apatía. El discurso elaborado debe estar bien estructurado. Tiene que contar con una introducción: qué vamos a decir; un desarrollo; una conclusión de lo dicho y un resumen de lo expuesto. Recursos gráficos. Dentro de los recursos gráficos que existen, en nuestras clases podemos utilizar la pizarra, ilustraciones y carteles. La pizarra es también un recurso tradicional en la enseñanza. Sin embargo, de nuevo, hay que saber utilizarla adecuadamente. Debemos escribir en ella de forma ordenada y utilizar una letra grande y clara; evitar frases largas; combinar distintos colores para destacar diversos aspectos o agrupar ideas por colores; utilizar mayúsculas o subrayado para destacar lo más importante. Ilustraciones. Como se suele decir "una imagen vale más que mil palabras", así que debemos tenerlo en cuenta también en nuestras clases y utilizar ilustraciones como apoyo didáctico. Éstas pueden aparecer en las transparencias, diapositivas o fotocopias que distribuyamos a los estudiantes. Las ilustraciones resultan muy útiles para iniciar un debate. Por ejemplo, si queremos que nuestros alumnos formulen posibles definiciones de comunicación especializada y lenguajes de especialidad, podemos mostrarles una fotografía o dibujo de dos profesionales hablando en un entorno de trabajo como en la imagen que hemos insertado aquí5. 5 Las ilustraciones utilizadas en este capítulo proceden de la galería de imágenes del programa Power Point 97 de Microsoft. ANA MARÍA MONTERDE REY 209 CIENCIA OBJETO PRÁCTICA Disciplina o ciencia que estudia los términos, su formación, utilización, significado, evolución y su relación con el universo que percibimos o concebimos. Es decir, es la ciencia que estudia las terminologías. (UNE 1-070, 1979: 8). Conjunto de designaciones (términos) que pertenecen a un campo de aplicación (extensión) delimitado o, por lo menos limitado y específico. (UNE 1-070, 1979: 8). Actividad que consiste en la recopilación, constitución y difusión de datos terminológicos. Actualmente se conoce como terminografía. (ISO 1087, 1990: 13). Terminología de los motores de combustión interna -Árbol de levas; -balancín; -biela; -bloque del motor; -bomba de aceite; -carburador; -cárter; -cigüeñal; -culata; -etc. D Te icc rm ion ino ari lóg o ico También se puede utilizar la ilustración para ayudar al alumno a memorizar y recordar conceptos, pues está demostrado que se recuerda mejor aquello que está asociado a una imagen. He aquí un ejemplo ilustrado para la definición de terminología: Cie Ter ncia d m in e l a olo gía La ilustración también puede ser meramente decorativa para provocar un estímulo visual atractivo. Será mucho más atrayente, por ejemplo, estudiar un contenido teórico junto a una imagen relacionada con el mismo. Por último, otro recurso gráfico que podríamos utilizar son los carteles. Podemos mostrar a los estudiantes carteles de simposios, jornadas, cursos, etc sobre terminología o sobre instituciones que trabajan en terminología. Apoyándonos en ellos, expondremos un contenido teórico relacionado con el cartel. Recursos impresos. Los recursos impresos que podemos utilizar en la enseñanza de la terminología son muy variados. Si tenemos en cuenta que la terminología se encuentra en una gran variedad de textos, podemos trabajar con los alumnos textos científico-técnicos, prensa, anuncios publicitarios y cualquier otro que contenga términos. También podemos trabajar aspectos teóricos y/o prácticos a partir de artículos y capítulos de libros sobre terminología. 210 PANORAMA ACTUAL DE LA TERMINOLOGÍA Los estudiantes siempre quieren tenerlo todo por escrito y tomar apuntes de lo que se dice. Como consecuencia, están copiando continuamente y no atienden a las explicaciones. Por ello, es importante que el alumno tenga por escrito la bibliografía que puede consultar o, incluso, los apuntes. Nosotros hemos elaborado un manual (Monterde, 1998) en el que se recoge la bibliografía de cada tema y esquemas y resúmenes de la teoría que impartimos. En él se combinan imágenes con texto, para ayudar al alumno en la ardua tarea de la memorización. Recursos visuales. Entre los recursos visuales a los que podemos recurrir están: las transparencias y las diapositivas. Para que susciten estímulos visuales positivos, deben tener un colorido armonioso, imágenes relacionadas con el contenido teórico y el texto que aparezca en ellas no debe sobrepasar las siete líneas y las siete palabras por línea. El mensaje tiene que ser claro y la letra, grande, inteligible y de color oscuro. Hay que evitar las letras tumbadas, arqueadas o con estilos barrocos que son de difícil lectura. Debemos señalar con un color más oscuro aquello en lo que queremos que el receptor se fije. Cuando estemos proyectando una transparencia debemos solamente mostrar aquello de lo que estamos hablando para que el alumno no se distraiga leyendo la siguiente información. Recursos audiovisuales. Las cintas de vídeo y la televisión podrían también ser utilizados en clase. Así podríamos reproducir cualquier cinta que contuviera terminología y trabajar luego sobre ella. Ej.: documentales, anuncios de televisión, fragmentos de películas, etc. 3.1.2. Técnicas para generar expectativas positivas Son otras técnicas motivacionales que se pueden utilizar al iniciar una actividad. Con ellas se intenta provocar una expectativa positiva con respecto al estudio de la asignatura. Esta situación se puede suscitar de distintas formas: ANA MARÍA MONTERDE REY 211 3.1.2.1. Por modelos competenciales Si el alumno atribuye competencia al profesor, las expectativas serán más positivas. El profesor debe mostrarse seguro de sí mismo; competente en su campo; transmitir a los alumnos que va a ayudarlos, facilitar el aprendizaje, estar disponible, etc. 3.1.2.2. Por modelos identificativos Al alumno le gusta identificarse con el profesor. Por eso, quiere que éste se implique en las tareas que le asigna. Para conseguir esto, el profesor, por ejemplo, puede recurrir al plural de modestia, para incluirse en las actividades de los estudiantes: “En este capítulo vamos a estudiar…”, “ahora haremos este ejercicio”, “aprobaremos el examen”. 3.1.2.3. Por modelos de éxito El alumno tiene gran interés en ver lo que le aportará la asignatura que estudia. Por ello, podríamos mostrar trabajos de alumnos de años anteriores; invitar a ex-alumnos que estén trabajando como terminólogos o traductores profesionales para que cuenten su experiencia laboral en el campo de la terminología; traer a clase a estudiantes de otros años para que les cuenten algo sobre la asignatura: cómo les fue, qué técnicas de estudio utilizaron, qué les gustó más y qué no les gustó, etc. El hecho de que el profesor no sea siempre el que dirija la clase también eleva la motivación del alumno, pues una figura nueva siempre despierta la curiosidad del auditorio, así como el escuchar puntos de vista distintos sobre la materia. 3.1.2.4. Técnicas para mostrar la utilidad del conocimiento Son técnicas utilizadas para generar expectativas laborales positivas en el campo de estudio. Hay distintos tipos de utilidad que podríamos poner de relieve en clase con respecto a la terminología: 212 PANORAMA ACTUAL DE LA TERMINOLOGÍA Utilidad práctica o profesional: La terminología es necesaria para todo aquel que quiera ser un buen traductorintérprete, pues es imprescindible conocer terminología para llevar a cabo una traducción o interpretación especializadas. Utilidad instrumental: El traductor debe dominar la metodología de la terminología para elaborar herramientas terminográficas útiles para su trabajo: diccionarios, glosarios, bancos de datos terminológicos, etc. Utilidad vivencial: La terminología es importantísima para la vida diaria de los ciudadanos. El conocer la terminología de un área, ampliará nuestra cultura y nos podrá servir para comunicarnos mejor con los especialistas con los que debemos tratar a lo largo de nuestra vida. Por ejemplo, si uno conoce la terminología jurídica y los documentos especializados jurídicos, será capaz de redactar, con mayor propiedad y rigor, documentos para los que no sea imprescindible la firma de un abogado: opciones de compra, pliegos de descargo de multas de tráfico, etc. Si vamos a un mecánico a arreglar nuestro coche, podremos comprender mejor el trabajo que se va a realizar con nuestro vehículo. Entenderemos qué dolencia nos afecta, cuando el doctor se dirija a nosotros con los términos propios de su profesión, etc. Utilidad lúdica: El estudio de la asignatura de terminología permite que el individuo disfrute de la literatura científico-técnica, porque podrá comprender mejor su terminología. Tendrá acceso a un mayor número de documentos. 3.1.2.5. Plantear objetivos También generará expectativas. Podemos plantear, por ejemplo, los objetivos que se quieren conseguir con una clase o un tema. Estos objetivos se pueden dar a los alumnos, o ellos pueden intentar averiguar cuáles son antes o después de ver un tema. 3.1.2.6. Comenzar una clase con tareas fáciles Hace que las expectativas sean más positivas, ya que si el estudiante percibe una gran dificultad desde el principio, ANA MARÍA MONTERDE REY 213 pierde la motivación. Además, el alumno necesita que la mente se vaya “calentando”; por eso no se le debe bombardear con información nueva al empezar una clase. Se tiende más a recordar la información dada al principio y al final de una sesión; por tanto, hay que comenzar haciendo un repaso de lo visto el día anterior o explicando lo que vamos a hacer ese día. Si la clase dura más de una hora, es recomendable dar un breve descanso cuando se perciba cansancio. 3.1.2.7. Apelar al esfuerzo de la capacidad También refuerza las expectativas. Hay que animar a los alumnos a confiar en su capacidad intelectual y decirles que frases como “yo no sirvo para esto”, “a mi no se me da” no tienen cabida en terminología, pues todos serán capaces al final de alcanzar los objetivos del curso. 3.1.2.8. Debemos reforzar el papel del grupo como un grupo diferente Es decir, apelar a la personalidad del grupo. Esto se puede conseguir con frases tales como: “Otras veces me han demostrado que son capaces de X”, “hasta ahora han hecho muy bien Y”, etc. 3.2. El mantenimiento de la motivación Una vez despertado el interés en el alumno y generado expectativas, nuestro siguiente cometido es conseguir que esta motivación no decaiga. Esto lo podemos lograr con acción (la retroalimentación, la acción misma, el trabajo en grupo y la autoría) o con los resultados (el premio). 3.2.1. La acción Es fundamental para mantener la motivación. Esta acción motivadora se consigue mediante: 214 PANORAMA ACTUAL DE LA TERMINOLOGÍA 3.2.1.1. La retroalimentación6: Es una técnica para mantener la motivación que consiste en conseguir indicadores por parte del alumno para saber si se están alcanzando los objetivos marcados. En caso contrario, el profesor tendrá que reestructurar sus clases. A diario, las preguntas del profesor a los alumnos y viceversa sirven como indicador del buen o mal funcionamiento de la clase. Las preguntas formuladas a los estudiantes no deben ser ambiguas. Por ejemplo, si preguntamos “¿Lo han entendido?” es una pregunta muy ambigua. Sin embargo: “¿Han entendido qué es un término?”, sería una pregunta más concreta. Ahora bien, si se pregunta sobre algo que el alumno no sabe, la pregunta sí puede ser ambigua. Por ejemplo: Si los estudiantes todavía no han estudiado qué es la comunicación especializada, se les puede pedir que intenten dar una definición y ver luego si coincide con una definición válida. Existen una serie de indicadores que el profesor puede utilizar para saber si el alumnado ha entendido lo que ha explicado: El careo: Los alumnos se preguntan unos a otros. Esta es una actividad muy interesante, pues están más acostumbrados a responder que a preguntar. Pedir a los alumnos que definan o expliquen con sus propias palabras algo que ha dicho el profesor. Pedir ejemplos. Presentar información con lagunas para que los alumnos la completen. Por ejemplo, el profesor puede fingir que se le ha olvidado el nombre de algo, para que el alumno lo diga. Equivocarse adrede para que los estudiantes reaccionen. Usar información mutilada. Ejemplo: Utilizar un texto incompleto. Pedir a los estudiantes que reduzcan un tema a una serie de preguntas claves. Así, la mayoría de los temas en terminología podrían responder a las siguientes preguntas marco: “¿Qué es X?”, “¿hay distintos tipos de X?”, “¿para que le sirve X a un traductor?”, “¿cómo hacer X?” 6 El término retroalimentación es un calco léxico del término inglés feedback. En realidad quiere decir retro-orientación, pero nadie emplea esta forma. ANA MARÍA MONTERDE REY 215 También resulta de gran utilidad para conseguir una buena retroalimentación distribuir cuestionarios cada dos o tres temas7. En estos cuestionarios el docente pedirá al alumnado que evalúe sus clases: qué cambiarían; qué les parecen los recursos utilizados; qué actividades les han resultados útiles y cuáles inútiles; qué dudas tienen; qué aspectos querrían reforzar, etc. Todo esto ayudará al profesor a reorganizar sus clases y corregir posibles errores. El alumno, además, estará más motivado si ve que al profesor le importa su opinión, desea realizar su labor lo mejor posible y está dispuesto a reconocer sus errores y corregirlos. 3.2.3. El trabajo en grupo Es otra estrategia para mantener la motivación mediante acción. Se pueden organizar distintos tipos de trabajo en grupo que se pueden evaluar de diversa manera. En agrupamiento: Los alumnos realizan un trabajo o ejercicio en grupo, pero la evaluación es individual. El nivel de compromiso es bajo. Esta forma de trabajar se puede poner en práctica en ejercicios que requieren varios días de dedicación. Podemos hacer que los alumnos expongan el resultado y el resto de los compañeros los evalúen atendiendo a unos parámetros que se les repartirán antes. Un alumno puede ser el que exponga; otro, el abogado del diablo, es decir, el que haga preguntas a otros grupos; un tercero puede ser el coordinador de la actividad, etc. En grupos de expertos: Los alumnos trabajan en grupo, pero a cada uno se le asigna una parte A, B, C, etc. Una vez que hayan terminado el ejercicio, los alumnos de cada grupo que hayan trabajado A se reunirán en un grupo aparte. Lo mismo ocurrirá con los que hayan abordado la tarea B, etc. Con esto se consigue romper los grupos y así los alumnos se relacionen con más compañeros, y que la información sea homogénea. La nota, en este caso, también es individual. 7 A medida que vaya avanzando el curso, se puede espaciar más en el tiempo la entrega de cuestionarios, pues ya tendremos claro cómo estamos realizando nuestro trabajo y demasiados cuestionarios podrían aburrir al alumno. 216 PANORAMA ACTUAL DE LA TERMINOLOGÍA En equipo: Los alumnos trabajan en grupo y se da una nota global. El equipo supone un compromiso, porque la nota va a afectar a todos. Es muy interesante, porque es la manera en la que se trabaja en el mundo laboral real. Así el alumno irá acostumbrándose a esta forma de trabajar y a las ventajas e inconvenientes que ello implica. Se entrenará en la resolución de conflictos y adoptará distintos papeles típicos de una empresa de traducción: coordinador de un proyectos, documentalista, terminólogo, redactor, corrector, etc. Para evitar malentendidos y problemas por las notas dadas a los distintos grupos, es aconsejable que el profesor entregue con antelación a los alumnos una lista de los aspectos que se van a evaluar y la puntuación que obtendrán por cada uno de ellos. En gran grupo: Toda la clase participa en una actividad y la participación es voluntaria. Este último punto constituye un inconveniente, pues aquellos alumnos más inseguros o tímidos no participarán. Por ello, hay que animar a este sector. Aquí el alumno no obtiene una calificación. En gran grupo, se pueden utilizar distintas actividades que también se podrían poner en práctica en cualquiera de los grupos anteriormente mencionados: provocar desequilibrios cognitivos por carencia o conflicto8, suscitar un contraste estimular9, generar una tormenta de ideas, una discusión guiada, un debate, etc. Tormenta o torbellino de ideas10: El profesor hace una pregunta al auditorio y va apuntando en la pizarra las respuestas. Esta técnica tiene como objetivo la producción de ideas para la resolución de problemas. La pregunta debe ser clara y concreta y toda idea debe ser admitida sin crítica alguna. Finalizada la tormenta, el profesor analizará y discutirá las ideas con ayuda de los alumnos. Para ello tendrá en cuenta los siguientes interrogantes: "¿Es adecuado X?", "¿es posible X?", "¿cómo podría llevarse a la práctica X?" Existen más técnicas grupales: Técnica de la pecera, de la autodefinición, de la bola de nieve, de la tela de araña, etc, que no trataremos aquí por razones de espacio. 8 Véase 3.1.1.1. Véase 3.1.1.3. 10 También se conoce con el nombre de brainstorming. 9 ANA MARÍA MONTERDE REY 217 3.2.1.3. Actividad Escribir, leer, hablar. Por ello los alumnos deben participar de distintas maneras: leer ejercicios, escribir respuestas a ejercicios, debatir en clase, preguntar y responder preguntas, etc. Se puede incluso indicar al alumno la acción: "Ahora copien esto que es importante", "lean el ejercicio X", "que alguien escriba en la pizarra el texto A, por favor", etc. Un alumno que esté continuamente participando en clase de distintas formas estará más motivado y atento que uno que siga una clase meramente expositiva. 3.2.1.4. Principio de autoría El sentirse protagonista o autor de una idea favorece el mantenimiento de la motivación. El estudiante se implica más en el proceso si ve que forma parte de él. Necesita dar un toque personal a la materia. Por ello, debemos llamar a los alumnos por su nombre y reconocer sus aportaciones. Así podríamos implicarlos con frases tales como: “Luis decía ayer que…”, “Eva comentó muy acertadamente que...”, “la idea de Yolanda fue muy buena……”, etc. 3.2.2. El resultado También ayuda a mantener la motivación, pues el fin último del alumno es superar la asignatura; es decir, obtener un resultado positivo. Le preocupa incluso más que aprender. El resultado positivo puede ser un premio. 3.2.2.1. El premio Aprobar es la meta que pretende alcanzar todo estudiante y, como dijimos, parece que en realidad, para muchos, esto es lo único que interesa. El alumno estará más motivado cuando perciba que puede aprobar la asignatura si alcanza una serie 218 PANORAMA ACTUAL DE LA TERMINOLOGÍA de objetivos marcados por el profesor. Por eso debemos dejar muy claro desde el principio los criterios de evaluación que vamos a seguir: exámenes, trabajos, asistencia a clase, etc. Hay que proporcionarle exámenes y trabajos de otros años que le sirvan de guía. Sin embargo, también debemos hacer que el alumno se conciencie de que lo más importante no es aprobar, sino aprender para ser un profesional competente. La buena nota vendrá por sí sola, si se han asimilado todos los conceptos y el estudiante ha sido capaz de alcanzar los objetivos del curso. Aparte de la nota, también hay otras recompensas que son gratificantes y motivantes para el trabajo diario del alumno. Así, el profesor debería hacer valoraciones positivas de las intervenciones con unas palabras de alabanza o con una mirada. Ahora bien, hay que saber como alabar. Un elogio no debe parecer falso, forzado o exagerado, pues perderá su efecto. Tampoco se debe abusar de él, pues si no pierde su fuerza, al acostumbrarse el alumno a recibir un elogio cada vez que interviene. Por otra parte, el error no debe ser sancionado. Al contrario, hay que mostrarlo como un medio a través del cual se puede aprender incluso más que con el acierto, pues el ser humano recuerda mejor aquello en lo que ha errado. El principio de autoría también podría utilizarse aquí como premio para aquel que interviene y aporta ideas interesantes a la clase. 4.CONCLUSIONES La terminología es una asignatura fundamental para los futuros traductores/ intérpretes; una disciplina hermosa e interesante con un gran campo de investigación. A pesar de ello, el panorama de la asignatura comenzó siendo un poco oscuro, dada la falta de motivación de los alumnos resultado de las falsas ideas preconcebidas por ellos. Sin embargo, actualmente su panorama se nos muestra muy prometedor. Esta asignatura todavía joven cuenta cada día con más investigadores y buenos docentes que poco a poco han ido superando los pequeños y grandes problemas que han ido surgiendo. Su entusiasmo y ansias de superación han hecho que cada vez se reconozca más la terminología en las F.T.Is. de España. Aquí hemos expuesto las técnicas que nosotros hemos utilizado para motivar a nuestros alumnos. Es fundamental que las clases no sean meramente expositivas. ANA MARÍA MONTERDE REY 219 Para ello contamos con técnicas que animarán a participar al alumno y elevará su motivación. Como consecuencia, los resultados finales serán más positivos. Esperamos que con nuestro capítulo podamos contribuir, aunque sea mínimamente, al panorama de la asignatura de terminología en el terreno de la motivación. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Alonso Tapia, J. 1998. Motivación y aprendizaje en el aula: Cómo enseñar a pensar. Madrid: Santillana. Cabré Castellví, M. T. (presidenta). 1997. 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