Guillermo de Ockham

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−−−GUILLERMO DE OCKHAM−−−
1º) LOS LÃMITES DE LA RAZÓN Y LA PRIMACÃA DE LA VOLUNTAD.
1.1) La actitud filosófica de Ockham: el criticismo.
Ockham se caracteriza por ser un crÃ-tico demoledor de todos los sistemas filosóficos precedentes: el
aristotelismo, el agustinismo y el tomismo. Este criticismo fue la actitud caracterÃ-stica del s. XIV; su
florecimiento se vio favorecido por las circunstancias sociopolÃ-ticas, pero conviene tener en cuenta otras
razones filosóficas.
1.1.1) El criticismo y la autonomÃ-a de la razón frente a la fe.
El criticismo del s. XIV es una consecuencia de la nueva visión filosófica surgida a partir del
descubrimiento del aristotelismo en el s. XIII, un sistema que nada debÃ-a al cristianismo ni a la Biblia, y que
aparecÃ-a como resultado de la razón y al margen de la fe. Esta circunstancia favoreció ampliamente la
idea de que la razón y la filosofÃ-a son autónomas.
La concepción de la filosofÃ-a como disciplina autónoma impulsó el criticismo: la filosofÃ-a es
esencialmente crÃ-tica, revisa sus presupuestos y sus conclusiones.
1.1.2) El criticismo y la defensa de la fe frente a la razón.
La actitud crÃ-tica no se vio impulsada solamente por la filosofÃ-a, sino también por la fe cristiana, que
consideró estos sistemas filosóficos un peligroso enemigo. Esta actitud de desconfianza favoreció el
florecimiento de la música como alternativa.
Finalmente, el s. XIV se caracterizó por la predominancia del criticismo y del misticismo.
1.2) Los lÃ-mites de la razón y el ámbito de la fe.
El problema de las relaciones entre la razón y la fe siguió siendo una cuestión fundamental en el
pensamiento del s. XIV.
1.2.1) El compromiso tomista entre fe y razón.
Aquino trató de encontrar un compromiso equilibrado entre fe y razón estableciendo contenidos comunes a
ambas. AsÃ-, mediante la fe y la razón, el ser humano puede conocer verdades como la existencia de Dios,
la existencia y la inmortalidad del alma, y los preceptos de la ley natural.
1.2.2) La ruptura del compromiso tomista por Ockham.
El pensamiento del s. XIV elimina esta zona de verdades comunes a la razón y la fe; para Ockham se trata de
fuentes distintas con contenidos distinto. Las proposiciones que Aquino consideraba comunes a ambos
campos son declaradas ahora indemostrables racionalmente, limitando el alcance de la razón.
** TeologÃ-a → Ockham afirma que la existencia de Dios es indemostrable por la razón. Llega a esta
afirmación a través del análisis de la causalidad: es incuestionable que los fenómenos tiene causas, pero
también que este principio general no basta para determinar cuál es la causa concreta en cada caso; solo la
observación nos permite determinar en cada caso cuál es la causa particular de cada fenómeno.
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Esta interpretación de la causalidad lleva a Ockham a afirmar que la existencia de Dios es indemostrable:
podemos estar seguros de que hay una causa primera, pero no podemos concluir definitivamente que tal causa
sea Dios.
** AntropologÃ-a: el alma → El alcance de la razón resulta igualmente limitado. Ockham afirma que no es
posible demostrar la existencia del alma ni las propiedades que se le atribuyen.
1.3) El voluntarismo teológico.
Los preceptos morales también sufren una gran transformación: Tomás de Aquino habÃ-a aceptado que
todos los mandamientos del decálogo son asequibles a la razón por ser preceptos de la ley natural, pero
según Ockham, ninguno de los mandamientos es ley natural; Dios podrÃ-a haber creado un mundo en el que
el odio a Dios no fuera pecado, sino virtud.
Esta forma de interpretar la moral del cristianismo es consecuencia del voluntarismo teológico de Ockham.
Según él, todas las leyes del decálogo son el resultado de una decisión divina, porque Dios podrÃ-a
haberlas creado de cualquier otra manera.
Con esto Ockham no pretende combatir el orden moral cristiano, pretende subrayar la omnipotencia y
libertad divinas.
El voluntarismo teológico constituye una aplicación de la tesis general que afirma la primacÃ-a de la
voluntad sobre el entendimiento. La voluntad es libre, pero el entendimiento no lo es de asentir o no las
verdades que capta. Por ello, la voluntad es una facultad más perfecta que el entendimiento, y es superior a
él.
1.4) La crÃ-tica a las ideas griegas.
La crÃ-tica de Ockham a los sistemas filosóficos del s. XIII conlleva un rechazo total de importantes ideas
griegas que la filosofÃ-a cristiana habÃ-a asimilado: la entidad y comunidad de esencia, la unidad dentro de
la pluralidad, lo permanente como sustrato de lo cambiante. Estas ideas garantizaban para los griegos la
racionalidad, el orden y la permanencia del universo.
Ockham pensaba que la concepción griega de la naturaleza anulaba o ponÃ-a en peligro la libertad y la
omnipresencia divinas. En oposición, Ockham presenta un universo donde solo hay individuos y donde el
orden es gratuito y meramente fáctico, contingente.
2º) EL NOMINALISMO Y LA EXPLICACIÓN DEL CONOCIMIENTO.
2.1) Sentido del nominalismo de Ockham.
La teorÃ-a platónica de que a nuestros conceptos universales corresponden en realidad esencias subsistentes
en sÃ- mismas suele denominarse realismo exagerado. La teorÃ-a tomista de que a nuestros conceptos
universales tiene cierto fundamento en la realidad se denomina realismo moderado. Y la teorÃ-a ockhamista
de que nuestros conceptos universales carecen incluso de este fundamento real, ya que en la realidad no hay
sino individuos, se denomina nominalismo.
En su sentido más estricto, el nominalismo niega los conceptos universales: no existe el concepto universal
de hombre sino solamente la palabra hombre. Ockham no es nominalista en este sentido radical y estricto;
admite los conceptos universales, si bien afirma que carecen del fundamento extramental que supone la
teorÃ-a realista.
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Entonces se pregunta ¿Cómo es que el concepto de hombre es universal, aplicable a todos los hombres, si
entre ellos no hay identidad de esencia? El concepto de hombre es aplicable a todos los seres humanos porque
las esencias de los distintos individuos se parecen entre sÃ-. AsÃ- pues, el nominalismo de Ockham sostiene
las dos siguientes tesis:
Tenemos conceptos universales.
El único fundamento real de nuestros conceptos universales es la semejanza entre los individuos.
2.2) Conocimiento intuitivo y abstractivo.
La teorÃ-a del conocimiento de Ockham se basa en la anteposición de dos tipos de conocimiento:
abstractivo e intuitivo. Para comprenderla ha de tenerse en cuenta que Ockham distingue dos sentidos de la
expresión conocimiento abstractivo:
Puede referirse al conocimiento de los conceptos universales que son abstraÃ-dos de una pluralidad de
individuos.
Un segundo sentido de acuerdo con lo cual no se opone al conocimiento de lo singular, y asÃ- considera que
sobre lo singular podemos tener un conocimiento abstractivo y también un conocimiento intuitivo.
2.2.1) La intuición intelectual.
** El entendimiento conoce intuitivamente las realidades individuales → Al admitir que existe un
conocimiento intelectual intuitivo Ockham rechaza la explicación tomista del conocimiento; el complicado
rodeo que ha de dar el entendimiento hasta conocer lo singular es: 1− sensación 2− imagen 3− entendimiento
agente universalizado 4− entendimiento posible conociendo el universal 5− entendimiento posible
volviéndose a la imagen y reconociendo en ella lo individual. Según Ockham, el entendimiento conoce
directamente, por intuición, las realidades individuales que están presentes ante nosotros.
** CaracterÃ-sticas de la intuición intelectual de los individuos → La intuición intelectual es un
conocimiento:
De algo que está presente.
Es directo e inmediato
Su validez está garantizada por la cosa conocida.
Permite afirmar la existencia de las cosas conocidas.
Se extiende a las relaciones existentes entre las cosas captadas.
Lo caracterÃ-stico, pues, del conocimiento intuitivo es que nos permite conocer la existencia de las cosas
singulares, de sus propiedades y de sus relaciones: en general, nos permite conocer directamente y afirmar con
certeza verdades que son contingentes.
El conocimiento abstractivo, por el contrario, no nos permite conocer tales verdades.
2.2.2) Naturaleza de los conceptos universales.
Ockham admite que nuestro entendimiento tiene conceptos universales que se forman espontáneamente en el
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entendimiento. En cuanto a su naturaleza, son signos de carácter lingüÃ-stico de tres tipos: proferidos,
escritos y concebidos mentalmente.
Estos signos comparten una caracterÃ-stica: tanto las palabras (orales y escritas) como los conceptos, pueden
hacer las veces de las cosas que significan. Esta caracterÃ-stica es denominada por Ockham suposición: los
signos lingüÃ-sticos tienen la capacidad de ocupar el lugar de las cosas en el discurso.
Los conceptos son signos lingüÃ-sticos. Sin embargo, los conceptos se distinguen de los términos
hablados y escritos en que las palabras son signos convencionales, mientras que los conceptos son signos
naturales.
El entendimiento tiene, por tanto, una estructura lingüÃ-stica que reacciona ante las cosas produciendo
espontáneamente los conceptos como signos de ellas. La orientación lingüÃ-stica es uno de los rasgos
más caracterÃ-sticos de la filosofÃ-a de Ockham.
2.3) El principio de economÃ-a.
2.3.1) Sentido del principio de economÃ-a.
Un principio fundamental de la filosofÃ-a ockhamista suele formularse asÃ-: no hay que multiplicar los entes
sin necesidad, es decir, no ha de suponerse la existencia de más entidades que las estrictamente necesarias.
Lo decisivo no está, pues, en la formulación del principio, sino en determinar qué entidades son
necesarias y cuáles son superfluas para explicar los hechos.
2.3.2) La aplicación del principio de economÃ-a por Ockham.
En el ámbito de la teologÃ-a, Ockham solo admite como necesarias las entidades exigidas por los artÃ-culos
de la fe. En el ámbito filosófico y cientÃ-fico, piensa que solo han de aceptarse las entidades de las que
tenemos conocimiento intuitivo y aquellas realidades cuya existencia se deduzca necesariamente de lo que
conocemos de modo intuitivo.
De este modo, el principio de economÃ-a sirvió al nominalismo para eliminar múltiples entidades y
distinciones: las distinciones entre el entendimiento agente y el pasivo, entre la existencia y la esencia, entre la
sustancia y los accidentes
3º) EL PENSAMIENTO POLÃTICO DE OCKHAM.
Ockham se vio envuelto por los dos conflictos polÃ-ticos de su tiempo: en la disputa entre el Papa y los
franciscanos espirituales con motivo del tema de la pobreza evangélica, y en el conflicto que enfrentó al
emperador Luis de Baviera y al Papa.
3.1) Separación entre la Iglesia y el Estado.
En sus escritos, Ockham apoyó al emperador, defendiendo la separación de los dos poderes. Su tesis
fundamental es que el Papa no tiene jurisdicción alguna en el ámbito de los asuntos temporales. Defiende
que la elección de los gobernantes corresponde al pueblo, de acuerdo con los procedimientos establecidos y
aceptados.
Pero Ockham no se planteó la independencia del Estado frente a la Iglesia, sino la independencia del imperio
respecto al papado. No obstante, su tesis de la falta de jurisdicción temporal del Papa resultó aplicable a las
relaciones entre los nuevos Estados y la Iglesia.
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4º) EL NOMINALISMO Y LA CIENCIA.
4.1) La contribución de Ockham al progreso cientÃ-fico.
El impulso de Ockham a la investigación cientÃ-fica proviene, en primer lugar, de su concepción del orden
del universo como algo meramente fáctico, contingente, por lo que la única manera de conocerlo es
mediante la observación atenta de los hechos.
A esta conclusión conduce la concepción ockhamista de la causalidad: las causas de los hechos solo pueden
ser determinadas mediante la observación, favorecida igualmente por la preeminencia que el nominalismo
concede al conocimiento de lo singular, de lo individual.
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