Guerras carlistas y desamortizaciones

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GUERRAS CARLISTAS
El carlismo es un movimiento socio−político de carácter antiliberal y contrarrevolucionario
Cronología y lugar: sucedidas en el siglo XIX en España
Contendientes: se enfrentaron los carlistas, partidarios de Carlos María Isidro de Borbón contra el gobierno
de Isabel II.
Causas: el rechazo a la implantación de una sociedad y un Estado liberal. Los seguidores de don Carlos no
aceptaron a Isabel como reina y para ello asolaron España con una serie de guerras (las tres guerras carlistas)
durante el reinado de Isabel II y en épocas posteriores como el Sexenio revolucionario y el reinado de Alfonso
XII.
Primera guerra carlista
Cronología y lugar: entre 1833−1839 en España
Contendientes: los carlistas (partidarios de don Carlos) contra los liberales (partidarios de Isabel II)
Causas: durante la última década de reinado de Fernando VII, surgen desavenencias dentro de las filas
absolutistas debido a la sucesión al trono, que tendrán fuertes repercusiones posteriores. Debido a la falta de
heredero a la Corona, los sectores mas intransigentes se agrupan alrededor de don Carlos, hermano del rey,
que ve sus esperanzas se reducen tras el nacimiento de la princesa Isabel en 1830. Esto dio lugar a la
promulgación por parte del rey de la Pragmática Sanción, que abolía la Ley Sucesoria que prohibía el mandato
a las mujeres. Tal medida resultó en la división de la sociedad en dos bandos, que se enfrentarían en la
Primera Guerra Carlista tras la muerte de Fernando VII en 1833:
Los carlistas, absolutistas y campesinos partidarios de la ley Sálica que apoyan el gobierno de Carlos Maria
Isidro. Esto tuvo más importancia en el País Vasco, Cataluña, sur de Aragón y sobre todo Navarra. Su lema
era Dios, Patria y Fueros, defendían la tradición, la vuelta al absolutismo y al Antiguo régimen junto con una
defensa de las leyes locales (fueros).
Guiados por personajes como el general Zumalacárregui, Maroto y Cabrera, y el cura Merino, recibieron el
apoyo moral de las potencias de la Santa Alianza.
Los isabelinos liberales (moderados y progresistas), burgueses y miembros del ejército que defendían la
Pragmática Sanción y el reinado de Isabel Cristina. El liberalismo quería una constitución única para todo el
territorio con la adaptación de los fueros al régimen liberal, lo que implicó la supresión de ciertos privilegios
(aduanas, etc.) para evitar los conflictos con el estado central. Destacan generales como Narváez, Espartero y
guerrilleros como Espoz y Mina.
Consecuencias: El éxito de Espartero con el Convenio de Vergara le supuso la regencia tras la abdicación de
MªCristina. Sin embargo, la guerra perdura hasta 1840 con Cabrera en el Maestrazgo, aun quedaba un sector
que no aceptaba la paz firmada.
La reina sancionaba una ley el 25 de octubre de 1839 que confirmaba los fueros de las Provincias
Vascongadas y Navarra.
La subida al poder de los progresistas en 1841 trajo consigo cambios: se suprimieron las
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aduanas interiores y se trasladaron a la costa, se establecieron juzgados de primera instancia y otros de menor
importancia.
Segunda guerra carlista
Cronología y lugar: entre 1845 a 1849 en España.
Contendientes: los isabelinos contra los matiners.
Causas: resurge el conflicto a raíz del matrimonio de Isabel II con su primo, lo que rechazaba la candidatura
de Carlos VI, Conde de Montemolin, hijo de Carlos V, como pretendiente carlista al trono, quien se alzó a la
aventura de una nueva guerra: "la guerra dels matiners". (madrugadores) El alzamiento de las partidas fue
continuo durante el otoño de 1846. El intento de sublevar a otras regiones españolas fracasó: en el País Vasco
halló escaso eco, se registraron algunos alzamientos en Castilla la Vieja y La Mancha, y en
Andalucía pero sin éxito. El movimiento sólo cuajó en Cataluña y tomó un carácter de guerra social y de
reivindicaciones anticentralistas.
Los matiners contaron con el apoyo del campesinado mientras que el ejército isabelino sobornaba a algunos
de los cabecillas carlistas para lograr que abandonaran la guerrilla.
Destacan los generales Cabrera, apodado el "tigre de El Maestrazgo, Bretón, Manuel Pavía, etc.
Consecuencias: la incorporación de elementos progresistas y republicanos a las filas carlistas, complicó aún
más su resolución. La abortada venida a España desde Londres del conde de Montemolín en 1849, acabó por
disolver los reductos carlistas, que optaron, al igual que Cabrera, por su traslado a Francia, sin quedar rastro
de ellos en Cataluña a la altura de mayo de 1849.
Tercera guerra carlista
Cronología y lugar: entre 1872−1876 en España.
Contendientes: los partidarios de Carlos, duque de Madrid, pretendiente carlista con el nombre de Carlos VII,
y los gobiernos de Amadeo I, de la I República y de Alfonso XII.
Causas: en sus últimos años de reinado, Isabel II gobierna con el único apoyo del partido moderado mientras.
El general Primm, veterano de África y exiliado por su actitud contraria al régimen, dirige el movimiento
militar la Gloriosa que trajo consigo el exilio de la reina. Esto supone el fin del reino de los Borbones y el
inicio del Sexenio Revolucionario.
Consecuencias: se aprobó una nueva constitución (1869) que sustrae el poder político al rey, las Cortes
encargaron la regencia al General Serrano, quien nombró Presidente del Gobierno a Primm. Este último
consiguió la aceptación de Amadeo de Saboya como futuro rey. La política presentaba un panorama de
inestabilidad debido a la fragmentación política, existía una fuerte oposición al régimen integrada por
carlistas, republicanos y alfonsinos. Los carlistas, cuya fuerza había crecido, estaban divididos en dos
tendencias: los neocatólicos, partidarios de la vía parlamentaria, y otro grupo más inclinado a la insurrección
armada. Fue esta última tendencia la que se impuso. Además, había una larga lista de problemas (sublevación
Cuba, división política, movimiento obrero) que precipito la abdicación de Amadeo I de Saboya y el
inmediato proclamamiento de la I Republica.
DESAMORTIZACION DE MENDIZÁBAL.
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Definición: largo proceso histórico−económico iniciado en España a finales del siglo XVIII por Godoy y
cerrado ya muy entrado el siglo XX , consistió en poner en el mercado las tierras y bienes no productivos en
poder de las llamadas «manos muertas» que no las cultivaban, casi siempre la Iglesia Católica, que los habían
acumulado como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos y abintestatos, con el fin de acrecentar la
riqueza nacional y crear una burguesía y clase media de labradores propietarios. La desamortización se
convirtió en la principal arma política con que los liberales modificaron el régimen de la propiedad del
Antiguo Régimen, para implantar el nuevo Estado burgués durante el siglo XIX.
Desamortización de Juan de Dios Álvarez Mendizábal: ministro de Isabel II, en 1836. Desde 1819 se
encargó de los suministros del ejército de Andalucía, lo que le permite prosperar y le pone en contacto con los
revolucionarios liberales, convirtiéndose en uno de ellos. Durante la marcha de las Cortes a Cádiz en 1823,
Mendizábal organizó el traslado y se encargó también de la intendencia de Cádiz. El 30 de septiembre de ese
año escapó a Gibraltar. Condenado a muerte por el absolutista Fernando VII, emigró a Londres, donde ingresó
en prisión por deudas, aunque pronto logró salir a flote negociando la importación de vinos españoles. Sus
negocios le llevaron a Francia al menos en 1828 y en 1830. Intervino en la financiación y organización de la
guerra civil portuguesa en el bando liberal. En 1834 el conde de Toreno le invitó a volver a España y fue
nombrado ministro de Hacienda el 15 de junio de 1835, alcanzando la Presidencia del Gobierno el 25 de
septiembre. Aunque estaba implicado en la "revolución de las juntas", negociaba semisecretamente con la
Junta de Andújar, Barcelona, Istúriz, Alcalá Galiano, Argüelles y el Conde de las Navas.
La llamada desamortización de Mendizábal, que pasó las propiedades improductivas y en poder de la iglesia y
las órdenes religiosas, no a manos del pueblo, sino a las manos de la oligarquía terrateniente, con lo que se
evitó la formación de una clase media o burguesía que realmente enriqueciera al país y no siguiera detentando
latifundios improductivos. El procedimiento seguido para evitar que las propiedades pasaran al pueblo fue el
subastar las propiedades en grandes bloques que los pequeños propietarios no podían costear. Mendizabal no
gestionó el desarrollo del proyecto, pues la reina gobernadora le depuso el 15 de mayo de 1836, menos de un
año después de llegar al poder, aunque volvió a ser ministro de Hacienda con Calatrava después de la
Revolución de 1836.
Consecuencias de la desamortización:
1− Desmantelamiento casi completo de la propiedad de la Iglesia y de sus fuentes de riqueza.
2− No se resolvió el problema de la deuda, pero si contribuyó a atenuarlo.
3− No produjo un aumento de la producción agraria, contra lo que pretendían sus promotores. Los nuevos
propietarios, no emprendieron mejoras, sino que se limitaron a seguir cobrando las rentas y las incrementaron,
al sustituir el pago de los derechos
4− La desamortización trajo consigo un proceso de deforestación, pese a las prohibiciones del gobierno en ese
sentido.
5− La desamortización provocó un reforzamiento de la estructura de la propiedad de la tierra: acentuó el
latifundismo en Andalucía y Extremadura y el minifundismo en el Norte.
DESAMORTIZACIÓN DE MADOZ
Madoz fue un político español del S.XIX, comprometido con el movimiento liberal, tras ser gobernador de
Barcelona, presidente del Congreso de Diputados y Ministros de Hacienda. En este último puesto consiguió
que le aprobaran su Ley General de Desamortización (1855−1924), por la cual se ponían en venta todos los
bienes de propiedad colectiva, los eclesiásticos que se encontraban fuera de l libre mercado, y los de los
pueblos, o bienes civiles.
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En pleno reinado de Isabel II y durante el corto periodo de dos años del Bienio Progresista dirigido por
Espartero (julio 1854−julio 1856), en el terreno económico se legisló una nueva desamortización en 1855
llamada la Desamortización de Madoz. Fue la más grande e importante de la época, duró hasta finales de
siglo. Afectó a bienes municipales del clero, la instrucción pública, la Beneficencia y la Corona además del
clero secular. La nueva ley ofreció algunas novedades con respecto a las políticas desamortizadoras
anteriores: además de armonizar la deuda, se destinó parte del producto de las ventas a equilibrar el
presupuesto estatal y a subvencionar obras públicas, en especial el ferrocarril. Otra de las novedades fue la de
aceptar sólo dinero en metálico como medio de pago, aunque con posterioridad se admitieron también títulos
de la deuda.
Consecuencias: las desamortizaciones tuvieron como consecuencia que dos grupos sociales salieran
beneficiados y otros dos perjudicados.
La clase social que mejor salió parada fue la burguesía, ya que pudieron comprar más y mejores tierras, lo que
les permitía ser mas ricos, pero perjudicaban mucho al país ya que no invertían en la industria, apostaban
seguro, a la tierra, no había una burguesía emprendedora, por lo que no se podía desarrollar la
industrialización.
La otra clase social beneficiada fue la nobleza, ya que no fueron expropiados sus bienes, y además ya los
podían vender y cambiar, además de poder comprar otros.
La iglesia fue la gran perjudicada, al quitársele la gran mayoría de sus propiedades y bienes.
Los campesinos salieron perjudicados ya que, sufren la pérdida de los usos de los bienes comunales tras la
desamortización de Madoz, por lo que empeora su situación.
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