Guerra de la antigua Yugoslavia

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Introducción
Guerra de la antigua Yugoslavia, conflicto bélico surgido a partir de la desintegración de la antigua
Yugoslavia, que tuvo lugar desde 1991 hasta 1995, en el cual los grupos étnicos serbios, croatas y
musulmanes combatieron entre sí en una guerra civil localizada en la península de los Balcanes.
La antigua Yugoslavia: Las seis repúblicas que constituían originalmente el Estado multinacional de
Yugoslavia [nombre que, en español, significa (país de los eslavos del sur), unidas nuevamente por Josip Broz
Tito]. Tras una cruel lucha entre grupos profascistas y procomunistas durante la ocupación alemana en la
II Guerra Mundial eran: Eslovenia, Croacia, Macedonia, Serbia, Bosnia−Herzegovina y Montenegro.
La población estaba compuesta por cuatro grandes grupos: serbios (42%), croatas (24%), eslovenos (9%) y
macedonios (5%); el resto eran húngaros, italianos, albaneses y otras minorías.
De todos ellos, el 42% profesaba la fe ortodoxa (principalmente, serbios), el 32% el catolicismo
(fundamentalmente, croatas y eslovenos) y el 12% la fe islámica (especialmente, parte de la población bosnia
y de los habitantes de Kosovo).
Desencadenamiento del conflicto: Este mosaico de pueblos y religiones se mantuvo unido diez años, después
de la muerte del mariscal Tito, bajo el control de sus sucesores comunistas, que gobernaron mediante un
sistema rotatorio entre los principales grupos étnicos para ejercer la presidencia federal yugoslava.
No obstante, este frágil consenso se quebró tras la caída del régimen comunista en la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS) y la disolución del Pacto de Varsovia. Tras la secesión de Eslovenia,
Macedonia y Croacia en 1991, el Ejército Popular Yugoslavo (el antiguo Ejército de Yugoslavia), actuó en
favor de Serbia y desencadenó un fallido ataque sobre Eslovenia y otro, más prolongado, sobre Croacia, a
consecuencia del cual casi un tercio de esta república quedo bajó el control del Ejército, tras la firma de un
alto el fuego incondicional en enero de 1992.
Los croatas y musulmanes de Bosnia−Herzegovina, temiendo la hegemonía serbia, declararon en octubre de
1991 su independencia de Yugoslavia, previa aprobación en un referéndum popular.
Desarrollo de la guerra: El 4 de febrero de 1992, se produjeron los primeros choques armados en torno a
Mostar, ciudad de Bosnia−Herzegovina enclavada en una región con un importante porcentaje de población
croata. A principios de abril de 1992, la Comunidad Europea y Estados Unidos reconocieron la soberanía de
Bosnia−Herzegovina.
Este hecho provocó de inmediato que los combatientes serbios locales, apoyados por tropas regulares de la
República Federal de Yugoslavia (Serbia y Montenegro) comenzaran a establecer gobiernos propios en zonas
de Croacia y Bosnia habitadas por población de origen serbio.
La nueva República Federal de Yugoslavia había sido creada ese mismo mes de abril de 1992 por Serbia y
Montenegro, autoproclamándose heredera legal de la antigua República Federal Socialista de Yugoslavia
(pero sin ser reconocida como tal por la comunidad internacional) y estaba controlada por el presidente serbio
Slobodan Milosevic. Los serbios de Bosnia, por su parte, declararon la formación de una vagamente definida
República Serbia de Bosnia, encabezada por el auto titulado presidente Radovan Karadzic. Los croatas, a su
vez, declararon su propia e independiente República Croata de Herceg−Bosna.
El Ejército Popular Yugoslavo, controlado por los serbios, puso entonces sitio a la ciudad de Sarajevo, capital
de Bosnia, lo que originó la imposición de sanciones por parte de la Organización de las Naciones Unidas
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(ONU) que el poder aéreo y naval de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) haría cumplir;
además, aumentó el número de fuerzas de pacificación de la ONU, principalmente británicas y francesas.
En mayo de 1992, la ONU estableció mayores sanciones económicas y comerciales contra Serbia y
Montenegro. El 11 de julio, se inició una enorme ofensiva serbia contra Gorazde, ciudad al este de Sarajevo
controlada por los musulmanes. Seis días más tarde, los líderes serbios, croatas y musulmanes firmaron en
Londres el primero de los numerosos acuerdos de alto el fuego incumplidos. Por entonces, el conflicto había
tomado un giro particularmente pernicioso con la aplicación de la denominada `limpieza étnica', expresada
abiertamente en primer lugar por los serbios, por la que miles de personas, sobre todo musulmanas, fueron
asesinadas o expulsadas de sus hogares y enviadas a campos de concentración, en una guerra de eliminación
étnica.
Se concertó para el 23 de octubre de 1992 una reunión en Sarajevo entre los líderes militares de las tres
comunidades beligerantes serbios, croatas y musulmanes bajo el patrocinio de la ONU, pero no condujo a
ningún acuerdo efectivo.
Serbia siguió conquistando más territorios, en una salvaje lucha contra las fuerzas croatas y musulmanas que
disponían de un armamento más ligero. La lenta agonía de Sarajevo prosiguió, ya que los esfuerzos de la
ONU para poner fin al conflicto resultaron infructuosos.
Sin embargo, en julio de 1994, Serbia cortó sus relaciones con sus compatriotas serbo−bosnios para intentar
conseguir el levantamiento de las agobiantes sanciones económicas de la ONU, las cuales fueron suavizadas
en octubre, aunque no levantadas por completo.
A finales de 1994, parecía que incluso los enclaves de Bihac, Gorazde, Zepa y Srebrenica, controlados por la
ONU, corrían el peligro de ser anexionados por el Ejército de la República Serbia de Bosnia ante la
incapacidad de las tropas de pacificación de las Naciones Unidas y de la OTAN.
No obstante, croatas y musulmanes comenzaron a colaborar cada vez más en los campos de batalla, aliándose
formalmente en marzo de 1995; poco después, se produjeron signos de debilitamiento serbio y crecientes
éxitos militares bosnios, como la conquista de territorio en torno a Sarajevo, que permitió que en el mes de
mayo, Pale, la capital de la República Serbia de Bosnia, estuviera al alcance de la artillería bosnia.
La represalia serbia consistió en la conquista de las denominadas zonas de seguridad controladas por la ONU
de Srebrenica y Zepa en el mes de julio (en la primera se produjeron auténticas masacres sobre la población
civil por parte de los serbobosnios).
La ONU respondió con el compromiso de aumentar sus fuerzas en los restantes enclaves y con la autorización
a los comandantes militares en la zona para llevar a cabo ataques aéreos punitivos. El 26 de julio de 1995, el
Senado de Estados Unidos aceptó levantar el embargo de armas a Bosnia−Herzegovina, a pesar del temor por
parte del presidente Bill Clinton a una escalada del conflicto. A comienzos de agosto, se extendió la guerra
después de que tropas regulares croatas, que inicialmente habían participado en la defensa de Bihac al
noroeste de Bosnia, ampliaron su intervención con una ofensiva a gran escala para reconquistar el territorio
serbocroata de Krajina, fronterizo con Bosnia por el oeste.
La firma de paz: Tras múltiples conversaciones y contactos promovidos por la comunidad internacional, el 21
de noviembre de 1995 se firmaron los Acuerdos de Dayton, promovidos por Estados Unidos, que pusieron fin
al conflicto, y, según los cuales, una fuerza multinacional de intervención separaría a los estados en conflicto
en el territorio bosnio.
No obstante, persistió la dificultad latente de una convivencia pacífica entre entidades políticas en pugna,
como la Federación Croata−musulmana o la República Serbia de Bosnia, bajo la aparente unidad teórica de
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una República Bosnia.
Desarrollo
1. BOSNIA−HERZEGOVINA
Bosnia−Herzegovina (nombre oficial, Republika Bosna i Hercegovina, República de Bosnia−Herzegovina),
república del sureste de Europa situada en la península de los Balcanes; limita al norte y oeste con Croacia, y
al este y sur con Serbia y Montenegro.
Parte constituyente de Yugoslavia, declaró su independencia en 1992, lo que provocó el estallido de una
guerra civil. Su territorio ocupa 51.129 km² de superficie y Sarajevo es la capital, si bien la ciudad de Banja
Luka es, desde la conclusión de la guerra, la sede de gobierno de los serbios de Bosnia.
2. GEOGRAFÍA FÍSICA DE BOSNIA
Los Alpes dináricos atraviesan el norte del país. Gran parte se sitúa dentro de la región del Karst, una meseta
caliza alterada por depresiones y crestas. El principal río es el Sava. Tiene veranos calurosos e inviernos fríos.
3. POBLACIÓN
Antes de la guerra, en 1990, la república yugoslava de Bosnia−Herzegovina tenía 4.359.674 habitantes. Los
musulmanes suníes constituyen el mayor grupo étnico (44% de la población); los serbios ortodoxos suponían,
antes de la guerra, el 31%, y los croatas católicos el 17%. Los tres grupos hablan serbo−croata (véase Lenguas
yugoslavas).
Sarajevo, con 415.631 habitantes en 1991, Zenica (96.027 habitantes), Banja Luka (142.644 habitantes), Tuzla
(121.717 habitantes) y Mostar (24.606 habitantes) son las principales ciudades.
4. ECONOMÍA
Es una de las repúblicas más pobres de la antigua Yugoslavia. En 1993, a causa de la guerra, la economía
estaba estancada y la mayor parte de la población subsistía gracias a la ayuda humanitaria exterior. Al
deterioro de la economía se unió el bloqueo económico por parte de Serbia y Croacia.
El dinar bosnio es la unidad monetaria de esta república balcánica. En 1991, el producto interior bruto era de
14.000 millones de dólares, pero la tasa decreció un 37 por ciento.
5. GOBIERNO
La Constitución de Bosnia−Herzegovina fue redactada originalmente en 1974 a imagen y semejanza de la
Constitución federal yugoslava de 1974, en la que el control del poder comunista daba paso a un mayor grado
de descentralización en los niveles federal y republicano. Revisada entre 1989 y 1991, la entonces república
yugoslava adoptaba el sistema multipartidista; en las elecciones celebradas en 1990, los principales partidos
que concurrieron fueron la Comunidad Democrática Croata, la Organización Bosnia Musulmana (HDZ), el
Partido de Acción Democrática (SDA), el Partido Democrático Serbio (SDS), la Alianza Socialista y el
Partido Social Demócrata.
Con vistas a reflejar el proceso de democratización en la república, la Asamblea General consideró oportuna,
en 1991, la elaboración de un nuevo texto constitucional, si bien este esfuerzo fue impedido por la creciente
polarización entre las tres etnias mayoritarias en el país.
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La Constitución de 1974, una vez revisada, garantizaba a los ciudadanos varios derechos civiles, incluido el
sufragio universal a los 18 años de edad. También establecía una estructura de gobierno claramente definida;
no obstante, dicho organigrama funcionó de forma irregular durante la guerra. El texto constitucional preveía
la existencia de un órgano legislativo bicameral, compuesto por una Cámara de Ciudadanos, integrada por 130
diputados, y una Cámara de Comunas, formada por 110 miembros.
La presidencia colectiva, constituida por nueve miembros, y el primer ministro debían ser elegidos de entre
los integrantes de ambas cámaras. Todos los cargos oficiales tenían un mandato de cuatro años, excepto del
presidente, quien debía ser elegido de entre los nueve miembros de la presidencia colectiva para un periodo de
un año. Los representantes gubernamentales podían ser reelegidos.
La estructura de la presidencia y del resto del gobierno pretendían reflejar la diversidad étnica de la república,
con puestos designados para los diferentes grupos étnicos de acuerdo a su proporción en el total de la
población de Bosnia. El ministro de Justicia y Administración del Estado se encargaba de supervisar todos los
tribunales en Bosnia−Herzegovina. La Corte Suprema y la Corte Constitucional eran los órganos judiciales
más importantes de la república.
En marzo de 1992, los nacionalistas del Partido Democrático Serbio se retiraron formalmente del gobierno
como medida de protesta ante la declaración de independencia. El gobierno siguió estando respaldado por
musulmanes, croatas y serbios moderados.
El conflicto se agravó al mes siguiente, cuando los nacionalistas serbios crearon su propia entidad estatal,
conocida como República Serbia de Bosnia, bajo el liderazgo de Radovan Karadzic. Los serbobosnios
rehusaron reconocer la autoridad y legitimidad del gobierno bosnio y, en su lugar, trataron de encontrar su
lugar como un estado independiente afín a Serbia. En respuesta, el gobierno bosnio declaró el estado de
emergencia y suspendió la rotación presidencial de carácter anual estipulada en la Constitución.
Mientras, en las áreas del oeste de Herzegovina y el centro de Bosnia, controladas por los croatas, surgió un
`estado dentro del estado' con su propia estructura gubernamental y militar; establecido de manera formal en
julio de 1992, este estado fue conocido como Herzeg−Bosna.
En marzo de 1994, bajo la presión de la comunidad internacional, los dirigentes musulmanes y croatas de
Bosnia firmaron un acuerdo en la ciudad estadounidense de Washington, por el que se dio por finalizado el
conflicto entre ambos grupos y se establecía la Federación Croata−musulmana, oficialmente llamada
Federación de Bosnia−Herzegovina. Esta entidad estaba integrada por ocho cantones (subdivisiones
territoriales) administrados por un gobierno central fuerte. La presidencia, vicepresidencia y el cargo de
primer ministro tenían un carácter rotatorio con el fin de dar cabida a miembros de las dos comunidades
étnicas. Los serbobosnios rehusaron reconocer a la Federación.
Por su parte, los Acuerdos de Dayton, firmados por los tres bandos en liza en diciembre de 1995, esbozaron lo
que sería una nueva constitución nacional especificando las relaciones entre la Federación Croata−musulmana
y la República serbobosnia, y estableciendo el mes de septiembre de 1996 como la fecha en la que deberían
tener lugar las elecciones a nivel nacional. De acuerdo con lo firmado en Dayton, las dos entidades
compartirían un órgano legislativo central formado por la Cámara de Representantes y la Cámara de los
Pueblos, y una presidencia colectiva integrada por tres miembros.
Este gobierno central que estaría constituido, en sus dos terceras partes, por representantes musulmanes y
croatas, dejando el tercio restante a los representantes serbobosnios tendría el control de la política exterior,
económica y comercial de la república, así como de los asuntos de la ciudadanía.
La Federación Croata−musulmana también contaría con una Cámara de Representantes y una Cámara de los
Pueblos, junto con una presidencia rotatoria y asambleas o parlamentos cantonales.
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La República serbobosnia tendría una Cámara de Representantes, una segunda cámara legislativa llamada
Asamblea Nacional, y un presidente elegido por la población de esta parte del territorio bosnio. Las dos
entidades constituyentes se harían cargo de los impuestos, la sanidad, la agricultura y los asuntos locales. El
sistema judicial mantendría, en lo fundamental, el mismo organigrama que antes de la guerra.
De acuerdo con los términos del plan de paz firmado en Dayton, el `pseudoestado' croata de Herceg−Bosna
debía desaparecer en un breve plazo de tiempo, como así sucedió.
Tanto en la Federación Croata−musulmana como en la República serbobosnia, han ido surgiendo con fuerza
tras la guerra un número considerable de partidos políticos no nacionalistas de diversas tendencias: liberales,
socialdemócratas, socialistas y agrarios. Estos partidos son, no obstante, pequeños en número y con escasa
capacidad de captación en cuanto a número de simpatizantes. Los tres partidos nacionalistas (SDA, SDS,
HDZ) de Bosnia han mantenido su base de apoyo social dentro del país, debido en gran medida a su control
sobre los medios de comunicación y sobre otros resortes de poder.
5.1. Sistema sanitario
El sistema de atención sanitaria y de prestación de otros servicios sociales en Bosnia permanece bajo control
estatal. Durante la guerra, cerca de un tercio de todas las instalaciones sanitarias fueron seriamente dañadas o
destruidas, y la tasa de mortalidad infantil se duplicó. El gobierno ha podido evitar mayores desastres en el
sistema público sanitario gracias a la importante asistencia médica y humanitaria recibida de la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) y de varias organizaciones no gubernamentales y privadas de carácter
benéfico.
5.2. Defensa
La República de Bosnia−Herzegovina disponía de una Fuerza de Defensa Territorial antes de la guerra,
momento en el que se separó en tres facciones.
A finales de 1994 las fuerzas leales al gobierno de Sarajevo (la Armija) se elevaban a 110.000 miembros; las
serbobosnias ascendían a 80.000 y las bosniocroatas totalizaban unas 50.000. De las tres, las fuerzas serbias
eran las mejor armadas, seguidas de las croatas y de las musulmanas.
Una denominada Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (UNPROFOR) fue enviada para supervisar el
calendario de pacificación previsto en Dayton; esta fuerza desplegó a comienzos de 1995 efectivos en las
áreas de la antigua Yugoslavia afectadas por la guerra en un número cercano a los 38.000, de los que unos
22.000 se estacionaron en Bosnia−Herzegovina.
Las fuerzas de la ONU fueron sustituidas en enero de 1996 por 60.000 soldados enviados por la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que se desplegaron a lo largo y ancho del país para vigilar el
cumplimiento de los Acuerdos de Dayton.
En diciembre de 1996, estas tropas fueron reemplazadas por un nuevo contingente de la OTAN, integrado por
31.000 hombres. Bosnia−Herzegovina es miembro de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en
Europa (OSCE) y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
6. HISTORIA
El territorio de lo que en la actualidad es Bosnia−Herzegovina formaba parte de Iliria. Tras la caída del
Imperio romano, los vándalos y los eslavos conquistaron la región y prolongaron su hegemonía hasta el
siglo XII, cuando Hungría pasó a dominar el área, convirtiendo Bosnia en un banato bajo el control de un ban
(virrey), que extendió la autoridad húngara sobre el principado de Hum. Stephan Tvtko extendió las fronteras
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y en 1376 se proclamó rey de Serbia y Bosnia.
Tras su muerte, un jefe bosnio ocupó la región de Hum, que pasó a llamarse Herzegovina. Los dos territorios
pasaron a ser provincias del Imperio otomano desde 1483, hasta finales del siglo XIX, época que se
caracterizó por el gran número de disturbios que se produjeron entre los grupos étnicos presentes (croatas
católicos, serbios ortodoxos y musulmanes). La monarquía austro−húngara se anexionó Bosnia y Herzegovina
en 1908, y la región se convirtió en un centro de agitación nacionalista.
En 1914, Francisco Fernando, heredero al trono de Austria−Hungría, fue asesinado en Sarajevo, lo que
precipitó la I Guerra Mundial. En 1918, Bosnia y Herzegovina pasaron a formar parte del Reino de los
Serbios, Croatas y Eslovenos, bajo la monarquía del rey Alejandro I Karagjorgjevic. En 1929 cambió la
denominación por la de Reino de Yugoslavia.
Durante la II Guerra Mundial, las potencias del Eje invadieron y desmembraron Yugoslavia. Al final de la
guerra, Josip Broz Tito creó una federación yugoslava con Bosnia−Herzegovina como una de las repúblicas
constituyentes. Las tensiones étnicas continuaron, y empeoraron a partir de la muerte de Tito en 1980.
6.1. Independencia y guerra
En 1990 el partido comunista abandonó el poder en Yugoslavia. Un gran número de partidos políticos
surgieron rápidamente a lo largo y ancho del país, cada uno de ellos defendiendo causas distintas, si bien la
mayor parte intentaban ser reflejo de los intereses étnicos de los pueblos que integraban la Federación.
En las tres vueltas que se celebraron en los comicios para elegir a los representantes en la Asamblea de
Bosnia−Herzegovina, durante los meses de noviembre y diciembre de 1990, el musulmán Partido de Acción
Democrática (SDA en sus siglas en serbocroata), envuelto ya en conflictos con los partidos serbios y croatas,
obtuvo 86 asientos en la cámara.
El Partido Democrático Serbio (SDS) consiguió 72 escaños, y la Comunidad Democrática Croata (HDZ) se
hizo con 44 actas. Estos tres partidos se hicieron, asimismo, con nueve puestos en la presidencia colegiada.
Alija Izetbegovic, del SDA, se convirtió en el presidente de la nueva coalición gubernamental.
Durante 1991, las tensiones étnicas se extendieron por toda Yugoslavia, lo que en Bosnia provocó un
debilitamiento de la situación política. Cuando Croacia y Eslovenia declararon su independencia en junio de
1991, gran parte de los serbios que vivían en esas repúblicas comenzaron a proclamar su lealtad a la
Yugoslavia dominada por los serbios. En Bosnia y en Croacia, donde el número era mayor, crearon las
denominadas `repúblicas autónomas serbias' (RAS).
El rechazo del gobierno bosnio a la existencia de tales entidades condujo al estallido de conflictos armados
entre serbios y el resto de la población. Estos conflictos aumentaron una vez que Macedonia obtuvo su
independencia de Yugoslavia en noviembre de 1991 con el nombre de Ex−República Yugoslava de
Macedonia.
El Ejército Popular Yugoslavo (JNA) mostró su oposición a la secesión de las tres repúblicas; ante la virtual
separación de Bosnia, atacó varios objetivos, incluida la ciudad de Mostar, capital de Herzegovina, en el
suroeste de la república federada.
El deterioro de la situación tuvo su reflejó en el gobierno bosnio. El SDS rechazó las propuestas hechas por la
presidencia de la República y por el SDA.
Las negociaciones entre varios partidos bosnios finalizó sin acuerdo alguno. Los políticos serbobosnios
disconformes formaron una denominada Asamblea del Pueblo Serbio, y en noviembre de 1991 convocaron un
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referéndum sobre si la población serbia de Bosnia debía permanecer como parte integrante de Yugoslavia.
Mientras que una mayoría aplastante votó a favor de la permanencia en la reducida Federación en esa
consulta, los votantes que acudieron al referéndum convocado en marzo de 1992 para toda la población bosnia
(pero boicoteado por la mayor parte de los serbios) se mostraron de acuerdo con la secesión. Ese mismo mes,
Bosnia−Herzegovina declaró su independencia.
A comienzos de abril, los serbios, respaldados por el JNA, iniciaron los ataques contra habitantes musulmanes
y croatas de la república.
Pese al reconocimiento internacional de la independencia de Bosnia−Herzegovina, primero por parte de
Estados Unidos (en abril) y posteriormente por las Naciones Unidas (en mayo), el conflicto, lejos de aminorar,
fue en aumento. Para el mes de mayo de 1992, cuando Serbia y Montenegro se convirtieron en la República
Federal de Yugoslavia (RFY), los serbios se habían hecho ya con el control de las dos terceras partes de
Bosnia poniendo, además, cerco a Sarajevo.
Los rápidos esfuerzos tendentes a mediar en el conflicto por parte de la Comunidad Europea (actual Unión
Europea) y de las Naciones Unidas, fracasaron. El 30 de mayo de 1992, las Naciones Unidas impusieron
sanciones económicas contra la RFY, entidad que no había recibido reconocimiento internacional.
En junio, ante la gravedad de los acontecimientos, se puso en marcha una operación humanitaria en Bosnia.
La guerra dio un nuevo giro cuando un grupo de croatas, bajo el liderazgo de Mate Boban, formó un `estado
croata independiente' llamado República de Herceg−Bosna, con su propia administración y fuerzas armadas.
El gobierno bosnio pidió a la comunidad internacional que reconociera que la imposición de sanciones
económicas contra la RFY provocaba, en realidad, un enorme daño a la maltrecha economía bosnia, incapaz
de recibir suministros.
También alzó su voz contra el embargo internacional de armas a las antiguas repúblicas yugoslavas,
argumentando que la ausencia de un suministro de armas a las partes en conflicto perjudicaba en mayor
medida a los musulmanes que a los serbobosnios, que recibían apoyo de Serbia; como consecuencia de todo
ello, los Estados Unidos decidieron, de manera unilateral, paralizar la aplicación de tal prohibición a finales de
1994.
Durante la segunda mitad de 1992, la comunidad internacional comenzó a ser consciente y a conocer las
numerosas violaciones de los derechos humanos en Bosnia−Herzegovina, en particular, las matanzas masivas
de campesinos musulmanes y los abusos sexuales cometidos contra mujeres musulmanas por parte de
soldados y paramilitares serbobosnios, en nombre de la denominada `limpieza étnica'. Pese a todo ello, la
mediación internacional fue incapaz de hacer frente de forma decidida a tal situación.
En mayo de 1993, comenzó el enfrentamiento abierto entre croatas y musulmanes en Bosnia central. La lucha
estuvo asociada a una brutal `limpieza étnica' que provocó miles de muertes.
En junio, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución por la que se creaban seis `zonas de
seguridad', inicialmente para áreas con población musulmana: Bihac, Tuzla, Srebrenica, Zepa, Gorazde y
Sarajevo. La resolución daba `luz verde' al despliegue de más de 25.000 cascos azules adicionales y les daba
el mandato de emplear la fuerza para defender aquellas zonas. Pese a que estas áreas suponían un refugio para
muchas personas que huían de sus hogares, la comunidad internacional reconocía la poca efectividad en el
cumplimiento de esta resolución de la ONU, pues en algunas de ellas, incluida la ciudad de Sarajevo,
proseguían los ataques de las fuerzas serbobosnias.
En marzo de 1994, la lucha entre musulmanes y croatas finalizó, toda vez que los dos contendientes
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estuvieron de acuerdo en crear una federación para combatir a los serbios y para establecer una alianza con
Croacia.
La Federación estaba asentada sobre un área que sumaba el 58% de la superficie total de
Bosnia−Herzegovina, incluyendo el territorio reclamado a los serbios (que todavía seguían controlando cerca
de las dos terceras partes del país).
La Federación estaba dividida en ocho cantones, cuatro de los cuales estarían bajo control musulmán; dos,
controlados por los croatas, y los dos restantes, bajo control conjunto y con población mixta.
La nueva Federación coexistiría con el gobierno establecido de Bosnia−Herzegovina, a cuyo frente seguía
estando el presidente Izetbegovic. No obstante, a comienzos de 1995 tan sólo uno de los ocho cantones, el de
Tuzla, había sido creado, a la vez que surgían las disputas por el control en el gobierno de la Federación.
Izetbegovic y los musulmanes en su conjunto se mantuvieron expectantes respecto a las intenciones
expansionistas de los croatas, lo que hizo en la práctica que la entidad creada mantuviera una inestabilidad
crónica.
El alto el fuego entre serbobosnios y la Federación Croata−musulmana estuvo en vigor entre enero y abril de
1995, si bien los combates esporádicos continuaron; los sucesivos intentos por renovar el acuerdo no tuvieron
éxito. Además, la guerra en la vecina Croacia se reanudó a comienzos de mayo, lo que introdujo el temor a
una generalización del conflicto a nivel regional. A finales de mayo, un avión de la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN) bombardeó posiciones serbias en Bosnia. En venganza, y con el fin de prevenir
más ataques, los serbobosnios tomaron como rehenes a más de 300 soldados de las fuerzas de paz de la ONU,
incrementando la tensión en la región. Posteriormente, los rehenes fueron puestos en libertad.
Los acontecimientos sufrieron un vuelco durante el verano de 1995. Las fuerzas serbias invadieron las `áreas
de seguridad' de Srebenica y Zepa y, según todos los indicios, masacraron a miles de civiles, musulmanes en
su inmensa mayoría. Las fuerzas de la OTAN iniciaron una campaña de ataques aéreos contra posiciones
serbias para prevenir posibles ataques a otras `áreas de seguridad'.
En cooperación con unidades bosniocroatas, las fuerzas del gobierno bosnio ocuparon amplias áreas del oeste
de Bosnia, lo que provocó la mayor derrota de los serbios a lo largo de la guerra. El gobierno bosnio
aprovechó esta ofensiva para eliminar la rebelión que tenía lugar en el enclave de Bihac, al noroeste de la
república, dirigida por Fikret Abdic, quien había venido colaborando con las fuerzas serbias. A finales del
verano, la Federación Croata−musulmana controlaba más del 50% del territorio del país.
6.2. Los Acuerdos de Dayton
En agosto de 1995, Richard Holbrooke, asistente del secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores) de
Estados Unidos, inició una campaña que permitiera el establecimiento de una paz duradera entre las tres
partes. Las negociaciones puestas en marcha, que se prolongaron durante varios meses, concluyeron con la
firma, el 21 de noviembre de ese año, de un acuerdo de gran alcance por parte de los presidentes de Bosnia
(Alija Izetbegovic), Croacia (Franjo Tudjman) y Serbia (Slobodan Milosevic), en la base aérea estadounidense
cercana a la localidad de Dayton, en el estado de Ohio; este acuerdo fue ratificado al mes siguiente en París
por los mismos signatarios.
Los conocidos como Acuerdos de Dayton tenían como finalidad primordial garantizar una paz duradera y
estable en Bosnia y reconstruir el país balcánico desde un punto de vista económico y, lo que es más
importante, político.
En este sentido, la república quedaba constituida como un único Estado integrado por dos entidades: la
Federación de Bosnia−Herzegovina (también conocida como Federación Croata−musulmana), que
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comprendería el 51% del territorio, y la República Serbia de Bosnia, que integraría el 49%. El acuerdo
establecía la capitalidad del Estado bosnio en Sarajevo, ciudad que quedaría bajo el control del gobierno
central.
También se preveía a la convocatoria de elecciones libres para ocupar los puestos en los órganos de poder
tanto del gobierno central como de las entidades constituyentes; estas elecciones tendrían lugar en septiembre
de 1996 y serían supervisadas por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
Para asegurar la paz, una fuerza de la OTAN conocida como IFOR, del inglés Implementation Force fue
enviada a Bosnia en enero de 1996 para cumplir un mandato en la zona de un año. La fuerza estaba integrada
por 60.000 soldados de más de 20 naciones, incluyendo a aproximadamente 20.000 soldados estadounidenses
y un gran número de franceses, británicos y españoles. Las tropas fueron estacionadas inicialmente a lo largo
de la línea de demarcación entre la Federación Croata−musulmana y la República serbobosnia.
Las tres partes cumplieron inmediatamente con las principales disposiciones militares establecidas por los
Acuerdos de Dayton, referidas a la retirada de tropas y armas de las zonas de separación, la liberación de la
mayor parte de los prisioneros de guerra, y la revelación del tamaño de sus fuerzas armadas a los negociadores
del control de armas, pertenecientes a la OSCE.
Mientras, la ONU comenzó a tomar las medidas encaminadas a levantar el embargo económico y militar que
había sido impuesto a las repúblicas de la antigua Yugoslavia en 1991. Otras disposiciones del acuerdo
resultaban, no obstante, más difíciles de cumplir. Los nacionalistas serbios y croatas se resistieron a la
integración de las comunidades divididas étnicamente, como, por ejemplo, en Sarajevo y Mostar.
Como resultado de la guerra en Bosnia−Herzegovina, entre 100.000 y 250.000 personas fueron asesinadas y
cerca de 200.000 resultaron heridas. La inmensa mayoría de los muertos eran musulmanes. Se estima en 2,3
millones las personas desplazadas por la guerra dentro y fuera del país.
6.3. Después de la guerra
A comienzos de 1996, el Tribunal Internacional para los Crímenes en la Antigua Yugoslavia establecido a
finales de 1993 en La Haya (Países Bajos) para procesar, juzgar y sentenciar a los sospechosos acusados de
crímenes contra la humanidad en la antigua Yugoslavia aumentó su actividad. Más de 50 bosnios, la mayor
parte serbios, fueron procesados por el tribunal acusados de masacrar ciudadanos indefensos durante la guerra.
Entre los inculpados se encontraba Radovan Karadzic, el presidente de la República Serbia de Bosnia, y el
general Ratko Mladic, militar que comandaba a las fuerzas serbobosnias. Ambos dirigentes fueron excluidos
de los Acuerdos de Dayton por el presidente serbio Milosevic, si bien ambos se mantuvieron en la práctica al
frente de la RSB. En julio de 1996, el tribunal ordenó el arresto de Karadzic y Mladic por los cargos de
genocidio y crímenes contra la humanidad.
Después de un mes, los oficiales estadounidenses consiguieron que Karadzic dimitiera. Mladic fue apartado
del poder en noviembre por Biljana Plavsic, que había reemplazado a Karadzic como presidente de la
República serbobosnia al haber moderado el lenguaje ultranacionalista que había mantenido al inicio del
conflicto.
De acuerdo con las disposiciones establecidas en los Acuerdos de Dayton, las elecciones nacionales se
celebraron en septiembre de 1996, bajo la supervisión de la OSCE. Los partidos nacionalistas musulmán,
serbio y croata lograron los primeros puestos, consiguiendo cada uno de ellos cerca del 80% de los votos de
sus circunscripciones étnicas.
El musulmán Partido de Acción Democrática consiguió el mayor número de escaños en la cámara legislativa
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de Bosnia. Para ocupar los tres puestos de la presidencia colectiva fueron elegidos el musulmán Alija
Izetbegovic, el dirigente serbio Momcilo Krajisnik y el croata Kresimir Zubak. Izetbegovic recibió el mayor
número de votos y, de este modo, accedió al cargo de presidente en primer lugar. El Partido Democrático
Serbio (SDS) logró la mayor parte de los escaños en la asamblea de la República Serbia de Bosnia, y Biljana
Plavsic, miembro del SDS, ganó su carrera por continuar al frente de la presidencia serbobosnia.
El SDA se hizo con la mayoría en la cámara legislativa de la Federación Croata−musulmana, seguido por la
Comunidad Democrática Croata de Bosnia−Herzegovina (HDZ).
El presidente de la Federación es elegido por el parlamento de esta entidad, por lo que, de este modo, no fue
disputada y elegido de forma directa por los ciudadanos.
La aplastante victoria de los principales partidos que ya `gobernaban' el país en sus distintos territorios
durante la guerra venía a reflejar la supresión de los partidos no nacionalistas de la oposición en las semanas
que siguieron a las elecciones. Algunos observadores temieron, por este motivo, que el éxito de los partidos
nacionalistas serviría para ratificar la partición de Bosnia de acuerdo a criterios étnicos.
En octubre Alija Izetbegovic y Slobodan Milosevic acordaron establecer plenas relaciones diplomáticas entre
Serbia y Bosnia−Herzegovina. Junto a la apertura de embajadas y el intercambio de embajadores, los dos
dirigentes se comprometieron a permitir que los ciudadanos de ambos países pudieran viajar libremente y
cruzar sus fronteras sin necesidad de visados. Milosevic proclamó el respeto de Serbia hacia la integridad
territorial de Bosnia, e Izetbegovic acordó reconocer a la República Federal de Yugoslavia como la sucesora
de la antigua Yugoslavia.
En diciembre la OTAN creó una fuerza de estabilización (Strong Stabilitation Force o SFOR, en sus siglas en
inglés), integrada por 31.000 efectivos, que reemplazara a los 60.000 miembros de la IFOR, cuyo mandato de
un año expiraba ese mes.
La misión de la SFOR consistía en disuadir a los contendientes de iniciar nuevas hostilidades y de procurar
crear un clima de seguridad en los esfuerzos por pacificar el territorio bosnio. Los Estados Unidos
contribuyeron con 8.500 a la nueva fuerza de paz, cuya permanencia en la zona se prolongaría hasta junio de
1998.
El Tribunal Internacional para los Crímenes en la Antigua Yugoslavia continuó con sus esfuerzos por juzgar a
los criminales de guerra a lo largo de 1996 y de 1997, si bien recibió por tal motivo escasa ayuda de los
dirigentes de Bosnia, Serbia y Croacia. En marzo de 1997 había juzgado a 74 sospechosos, de los cuales 3
eran musulmanes, 17 eran bosniocroatas y 54 eran serbobosnios.
En mayo el tribunal emitió un histórico veredicto cuando condenó a Dusan Tadic, un serbobosnio, de
crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad por participar en una campaña de limpieza étnica
contra los musulmanes bosnios en 1992.
El juicio, el primero de este tribunal, supuso la primera vez que una corte de justicia internacional juzgaba y
condenaba a alguien por crímenes de guerra desde el final de la II Guerra Mundial.
Las elecciones municipales que se celebraron en Bosnia los días 13 y 14 de septiembre de 1997 (y cuya
celebración se había previsto para un año antes, coincidiendo con las legislativas) pusieron de manifiesto que
la división étnica en el país había quedado plenamente establecida en el país tras la guerra: los partidos
nacionalistas vencieron mayoritariamente en sus respectivos territorios, si bien el Partido de Acción
Democrática se alió con tres partidos de carácter liberal no nacionalista en la denominada Coalición para una
Bosnia Unida.
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En esas mismas fechas, se produjo en la República Serbia de Bosnia una conflictividad creciente entre los
seguidores de la `moderada' Biljana Plavsic localizados en la región de Banja Luka y apoyados por Milosevic
y los de los `radicales' Radovan Karadzic y Momcilo Krajisnik mayoritarios en el sureste de la república y
repudiados por sus antiguos mentores de Belgrado. En este sentido, la presencia de la SFOR fue determinante
para conseguir bloquear el intento de los radicales por hacerse con el control de los órganos de poder en la
República Serbia de Bosnia.
En el mes de noviembre, se produjeron las primeras revelaciones de matanzas de civiles serbios por parte de
paramilitares musulmanes en Bosnia entre la primavera de 1992 y el otoño de 1993. Las matanzas fueron
cometidas por hombres de Musan Topalovic, cuyas unidades defendieron la ciudad de Sarajevo de los ataques
serbobosnios.
Ese mismo mes, durante los días 22 y 23, tuvieron lugar elecciones parlamentarias en la República Serbia de
Bosnia. Se presentaron varios candidatos, entre los que sobresalían Plavsic, al frente de un nuevo partido de
corte nacionalista moderado, la Alianza del Pueblo Serbio (SNS), y Buka, candidato del SDS. En los comicios
se constató la división política de la RSB: el este del territorio autónomo quedó en manos del PDS y de los
ultranacionalistas del Partido Radical Serbio, en tanto que en la parte occidental venció un conglomerado
integrado por el SNS, social−liberales, socialistas y grupos musulmanes.
La Alianza del Pueblo Serbio obtuvo 15 escaños, los mismos que los ultranacionalistas del Partido Radical
Serbio, en tanto que el Partido Democrático Serbio, pese a perder la mayoría, logró 24 diputados.
Pese a ser mayoritarios, los partidos nacionalistas fueron incapaces de formar un gobierno de coalición, por lo
que en enero de 1998 el Parlamento eligió primer ministro a Milorad Dodik, el candidato de Plavsic. El primer
ministro trasladó la capital de la RSB de Pale, bastión nacionalista durante la guerra, a Banja Luka, donde los
seguidores de Plavsic tenían mayor influencia. El nuevo gobierno realizó renovados esfuerzos para cumplir
con lo acordado en Dayton, incluida la búsqueda de supuestos criminales de guerra.
Mientras, en la Federación Croata−musulmana se asistió a una creciente presión por parte de la comunidad
internacional hacia los dirigentes croatas para que acepataran todos y cada uno de los puntos de los Acuerdos
de Dayton. En octubre de 1997 algunos supuestos criminales de guerra bosniocroatas fueron entregados al
Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia. En junio de 1998, la Comunidad Democrática Croata
de Bosnia−Herzegovina se dividió entre un sector moderado y un sector nacionalista.
Durante los dos meses siguientes, y ante la presión del Consejo Internacional para la Aplicación de los
Acuerdos de Paz de Dayton, los tres miembros de la presidencia colegiada de Bosnia−Herzegovina acordaron
precipitadamente aprobar tres de los puntos que les exigía la comunidad internacional: un pasaporte común,
una ley de ciudadanía y una ley sobre el funcionamiento del Consejo de Ministros.
En septiembre de 1998 se celebraron elecciones generales, las segundas desde el final de la guerra, para elegir
a los representantes en la presidencia tripartita, el Parlamento estatal y las alcaldías, así como a la presidencia
de la República Serbia de Bosnia. Los primeros puestos fueron ocupados, una vez más, por los partidos
étnicos, pese a los deseos de la comunidad internacional de que los grupos políticos más moderados fueran los
triunfadores.
El dato más relevante fue la victoria del ultranacionalista Nikola Poplasen, candidato del Partido Radical en
las elecciones que tuvieron lugar en la República Serbia de Bosnia; Poplasen, que se había declarado
partidario de utilizar las vías constitucionales existentes para unir la RSB con Serbia (algo prohibido por los
Acuerdos de Dayton), derrotó a la "moderada" Plavsic, que se había convertido en la valedora del proceso de
paz en esa entidad constituyente.
Por contra, el representante serbio elegido para ocupar el asiento en la presidencia tripartita de
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Bosnia−Herzegovina fue Zivko Radisic, representante del "moderado" Partido Socialista de la República de
los Serbios, próximo al presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic. Por su parte, el musulmán Alija
Izetbegovic fue reelegido para ocupar la presidencia tripartita de Bosnia−Herzegovina, en tanto que por la
parte croata el elegido era representante del sector nacionalista.
En marzo de 1999, el Alto Representante de la comunidad internacional en Bosnia, el español Carlos
Westendorp, destituyó a Poplasen. De forma simultánea, el Comité Internacional de Arbitraje decidió que la
ciudad de Brèko, que desde la conclusión de la guerra en Bosnia hasta ese momento había estado bajo control
serbio, fuera declarada neutral y quedara bajo la tutela de dos administraciones, una serbia y una
croata−musulmana.
El Parlamento de la República Serbia de Bosnia votó de forma mayoritaria en contra de la destitución de
Poplasen y rechazó el laudo sobre la ciudad de Brèko.
Los turcos conquistaron la mayor parte de Bosnia en 1463 y hacia 1483 ya controlaban la mayor parte de
Herzegovina. Los dos territorios, entonces separados, se convirtieron en una provincia del Imperio otomano
durante los siguientes 400 años. Aquí se observa una mezquita cerca de Mostar, ciudad que ha quedado
seriamente dañada como consecuencia de la guerra civil iniciada en 1992 en Bosnia−Herzegovina.
Esta iglesia ortodoxa serbia está en Sarajevo. La actual Bosnia−Herzegovina, situada en la península de los
Balcanes, ha sido invadida por diferentes pueblos a lo largo de su historia que dejaron su huella en la cultura
de la zona. Por esta razón, Bosnia−Herzegovina alberga comunidades serbias ortodoxas (influencia del
Imperio bizantino) y comunidades musulmanas (influencia del Imperio otomano).
Los turcos conquistaron la mayor parte de Bosnia en 1463 y hacia 1483 ya controlaban la mayor parte de
Herzegovina. Los dos territorios, entonces separados, se convirtieron en una provincia del Imperio otomano
durante los siguientes 400 años. Aquí se observa una mezquita cerca de Mostar, ciudad que ha quedado
seriamente dañada como consecuencia de la guerra civil iniciada en 1992 en Bosnia−Herzegovina
Bosnia, que formó parte del Imperio otomano, está poblada por una mezcla de eslavos musulmanes con una
minoría serbia y croata. La cultura y música de la vida rural bosnia conserva antiguas canciones y danzas
islámicas y cristianas. Este ejemplo de grupo musical tradicional de un pueblo de mayoría musulmana,
próximo a Sarajevo, presenta un canto eslavo preislámico de dos partes, técnicas vocales e instrumentales
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improvisadas de influencia turca y elementos de música pop y country estadounidense y occidental. La îargija
turca está emparejada con dos violines, así como la guitarra eléctrica y la batería.
Conclusiones
En vista de tal proceso regional y general resulta asombroso que la situación política en el sureste europeo,
marcada, podríamos decir, por el atentado de Sarajevo, no haya sido estudiada y esclarecida a fondo en las
últimas cinco décadas como lo merece por sus implicaciones generales. Ese vacío es el gran defecto de la
vasta literatura que trata el problema de la culpabilidad de la guerra. Hasta autores de renombre en la compleja
problemática del sureste europeo −clasificado por los geógrafos del siglo XIX un tanto arbitrariamente como
Península balcánica− toman, por ejemplo como verdad sentada la tesis oficial rusa y serbia de aquella época
sobre el carácter nacional serbio de Bosnia y Herzegovina. La decisión del Congreso de Berlín implicaría la
vulneración de los derechos de Serbia y sería un capítulo desdichado en el proceso de la famosa Cuestión de
Oriente a favor de un imperio multinacional anacrónico y en detrimento de los jóvenes Estados nacionales
balcánicos, herederos del Imperio otomano en disgregación.
Admitido tal criterio, las acciones subversivas del nacionalismo serbio contra Austria−Hungría adquieren el
carácter de las guerras de liberación nacional, ineludibles en una época de enardecidos sentimientos
nacionalistas. En cambio, las represiones por parte de Viena serían actos de opresión y violencia enderezados
a detener el curso de la historia, lo que indefectiblemente tuvo que desembocar en un conflicto bélico.
El atentado de Sarajevo sería una reacción deplorable pero comprensible de los jóvenes revolucionarios
nacionalistas, un incidente pérfidamente explotado por los círculos militaristas austríacos para convertir la
tensión política en intervención militar. No se perdona ni siquiera a las víctimas del atentado, alegándose que
perecieron en un acto de provocación grosera de los sentimientos nacionales serbios al visitar desafiadamente
la ciudad serbia de Sarajevo precisamente el día de la fiesta nacional serbia de San Vito.
Que tal apreciación es inexacta se colige del simple hecho, fácilmente verificable, de los datos estadísticos
yugoeslavos, de que Bosnia−Hercegovina y Sarajevo, su capital, no son serbias por su composición étnica.
Sobre todo no lo es Sarajevo, con la gran mayoría de los croatas católicos y musulmanes, quienes
reaccionaron violentamente contra el atentado, según lo atestiguan fuentes contemporáneas fidedignas. Tanto
más reaccionaron por cuanto al archiduque asesinado se le atribuían planes reformatorios que hubieran
satisfecho las demandas de la gran mayoría de la población de Bosnia.
En todo caso no procede evocar aquí la fiesta nacional serbia. Si se habla de una provocación, entonces el
culto de Vidovdan (la fiesta de San Vito) es un reto permanente a la población musulmana de Bosnia y
Sarajevo. Trátase del mito nacional serbio que entraña la idea revanchista por la derrota serbia en Kosovo en
1389 no sólo contra los turcos sino contra los musulmanes aborígenes. Los serbios de Serbia ejecutaban esa
venganza a lo largo del siglo XIX, muy virulenta en vísperas del asesinato de Sarajevo, durante las Guerras
balcánicas (1912−1913).
Los serbios no constituyen en Bosnia la mayoría étnica sino una minoría insignificante. La fuerte minoría de
la población ortodoxa aparece recién durante el dominio turco. Bosnia jamás formaba parte de Serbia. Durante
siglos era parte integrante de Croacia y luego como banato y reino era en relación de vasallo con el reino
croata−húngaro.
En lo que concierne a Croacia y sobre todo a su provincia de Bosnia, su liberación no puede provenir de
Serbia, sino de Croacia, con la cual encontrará su adecuado lugar dentro de la comunidad de las naciones
libres europeas.
Bibliografía
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