Tribunal: Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Nominación de Santiago del Estero Autos: Urdangarin, Luis Antonio c. Gutierrez, Héctor R. Fecha: 29/12/2005 de 1a Sumario: Se ha afirmado que la muerte del mandante no pone fin al mandato, cuando el negocio que forma el objeto del mandato debe ser cumplido o continuado después de su muerte. El negocio debe ser continuado, cuando comenzado hubiese peligro en demorarlo, como en el caso de la tramitación de un juicio ya iniciado, ya que tiene el carácter de negocio urgente. Vocablos: MANDANTE - MANDATO - MUERTE DEL MANDANTE – FIN DEL MANDATO – EXTINCION DEL MANDATO 2ª Instancia.— Santiago del Estero, diciembre 29 de 2005. 1ª ¿Es justa la sentencia venida en apelación? 2ª ¿Qué decidir sobre las costas? 1ª cuestión. — La doctora De Nasif Saber dijo: Se alza la parte demandada contra lo resuelto a fs. 181/182 exponiendo su crítica a la decisión apelada e introduciendo en esta instancia un Hecho Nuevo a fs. 200/202, de todo lo cual se corre traslado a la actora quien contesta a fs. 211/215 impetrando el rechazo del Hecho Nuevo y del recurso. Que abocada en primer término a considerar el Hecho Nuevo, en lo concerniente al examen de la admisibilidad formal que hace a la temporaneidad de este planteo, el mismo guarda conformidad con el plazo previsto en el art. 255 1° párrafo del Código Procesal. Ahora bien, entrando a ponderar la fundabilidad del mismo, cuyo respaldo reside en la invocación y acreditación mediante prueba documental —ver fs. 199— del fallecimiento de quien otorgara mandato al actor, el señor José Luis Undargarín, hecho ocurrido el 17/07/02, se impone la siguiente reflexión. El principio imperante en este tema es el carácter restrictivo con que el mismo debe admitirse. La doctrina en forma pacífica califica como Hecho Nuevo al que incidiendo en la entidad misma de la causa de pedir, o del objeto pedido, hace eco, por razones de bilateralidad en la demarcación del tema a decidir. Que con esta presentación el demandado pretende la anulación de todo lo actuado por el mandatario a lo largo de este dilatado proceso iniciado el 05/07/01; y a partir del fallecimiento del mandante, culminando en la anulación de la sentencia dictada en la instancia inferior. Cita en apoyo a su postura disposiciones del Código Procesal y del derecho de fondo, como lo normado en los arts. 53, inc. 5° del C. de Proc. C. y Com., y 1963 del CC. Así expuesta la fundamentación de lo aquí sostenido, se adelanta su inviabilidad. Ello es así, en primer lugar, porque la misma norma legal citada por el apelante como lo es el art. 53, inc. 5° del Cód. Procesal, prevé el cese del mandato por muerte o incapacidad del mandante en los siguientes términos: en tales casos el apoderado continuará ejerciendo su personería hasta que los herederos o representante legal tomen la intervención que les corresponda en el proceso. Mientras tanto, comprobado el deceso o la incapacidad, el juez señalará un plazo para que los interesados concurran a estar a derecho, citándolos directamente si se conociere sus domicilios, o por edictos durante 2 días consecutivos, si no fuesen conocidos, bajo apercibimiento de continuar el juicio en rebeldía en el primer caso y de nombrarles defensor en el segundo. Cuando el deceso o incapacidad hubieren llegado a conocimiento del mandatario, éste deberá hacerlo presente al juez o tribunal dentro del plazo de 10 días, bajo pena de perder el derecho a cobrar honorarios que se devengaren con posterioridad. En la misma sanción incurrirá el mandatario que omita denunciar el nombre y domicilio de los herederos, o del representante legal, si los conociere. Como es de fácil constatación la situación contemplada en el dispositivo legal citado dista notablemente del alcance y sanción atribuido por el recurrente. En lo que concierne al contenido e interpretación del art. 1963 del Código Civil, el alcance que otorga la doctrina y jurisprudencia en el tema se aparta de lo que prima facie pareciera surgir de la literalidad del mismo. Así, se ha afirmado que la muerte del mandante no pone fin al mandato, cuando el negocio que forma el objeto del mandato debe ser cumplido o continuado después de su muerte. El negocio debe ser continuado, cuando comenzado hubiese peligro en demorarlo. Y esto nos conduce y conecta con otro dispositivo atinente al mandato como es la norma del 1969 del CC, donde doctrina y jurisprudencia en torno a lo allí dispuesto expresan: que la tramitación de un juicio ya iniciado tiene el carácter de negocio urgente, y en este sentido se ha resuelto que no obstante la cesación del mandatario está facultado para solicitar medidas cautelares; diligenciar prueba pendiente; alegar sobre prueba producida; pedir se dicte sentencia; apelar resoluciones; mantener ante el superior los recursos interpuestos; realizar los trámites de ejecución de sentencia, etc., etc., etc. (Salas- Trigo Represas, "Código Civil anotado", t. 2 p. 466 y nutrida jurisprudencia allí citada). La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires resolvió que en un pleito en trámite cualquier demora puede producir consecuencias adversas a los intereses del mandante de carácter irreparable; de ahí que no impida a su apoderado seguir ejerciendo su representación hasta tanto los herederos tomen intervención en el proceso (ED, 58-552). Por su parte, Palacio y Alvarado Velloso en su comentario al art. 53, inc. 5° del Código Procesal expresan, que tal regla posibilita la continuación del mandatario en la gestión, pese a la muerte del mandante, ya que supera el riesgo de inseguridad jurídica que supone dejar librado a la discrecionalidad judicial el carácter urgente o no de cada acto o conjunto de actos procesales a cumplir, con posterioridad a la muerte o incapacidad del mandante, e instituye una razonable directiva de orden como es la consistente en prever un lapso dentro del cual subsiste sin restricciones la personalidad del apoderado, cualquiera sea la índole de los actos o trámites de que se trate. La omisión de denuncia de la muerte por parte del mandatario no invalida su gestión, sólo apareja la pérdida del cobro de honorarios correspondientes a esa actuación. Esta opinión se ve refrendada con el criterio sostenido por el maestro Mosset Iturraspe reflejada en su obra "Mandato", editorial Rubinzal Culzoni, edición 1996, p. 260 y sigtes. En concordancia con ello merece citarse el art. 1980 de la ley sustantiva. Por todo ello se impone rechazar el Hecho Nuevo deducido por la parte demandada, con costas. Entrando a renglón seguido a examinar los agravios en torno a lo resuelto en el fallo en crisis, los mismos se circunscriben a lo que el recurrente califica como contradicción manifiesta, demostrando, según dichos del apelante, una incongruencia el haber hecho lugar parcialmente a la demanda de cumplimiento de contrato y a la vez a la rescisión del mismo, en contraposición a lo previsto en el art. 1204 de la ley sustantiva; fallando extra petita. Cabe expresar al respecto que de la lectura de la sentencia atacada no surge dicha afirmación, por el contrario, el a quo en función a la intimación extrajudicial que se rola a fs. 18 dio por sentado la existencia del pacto comisorio tácito; de allí que solo concede al vendedor la facultad de accionar por rescisión de contrato, de conformidad a lo estipulado en el último párrafo del art. 1204 del CC. Así también merituó el allanamiento del demandado a la resolución del contrato plasmado en su contestación de demanda. Que la frase: hacer lugar parcialmente a la demanda, está referida a la inviabilidad del resarcimiento de daños y perjuicios que se demandara al inicio. Esta y no otra es la interpretación que debe darse a esos términos, con lo que queda fuera de todo contexto la invocada incongruencia o contrasentido atribuida por el demandado. Que las razones aducidas por el sentenciante en lo tocante a la restitución de los pagos efectuados por el accionado encuentra respaldo en la segunda parte del primer párrafo del dispositivo del 1204 de la ley sustantiva Por todo ello este agravio no resulta de recibo. En función de lo explicitado ut supra voto por la afirmativa. Los doctores de Zurita y Sirena dijeron: Que comparten los fundamentos vertidos por el Vocal preopinante. 2ª cuestión.— La doctora De Nasif Saber dijo: Costas en esta instancia al perdidoso. Los doctores de Zurita y Sirena dijeron: Que votan en el mismo sentido. A mérito del acuerdo que antecede el Tribunal resuelve: I) No Hacer lugar al recurso deducido, confirmando la Sentencia de fs. 181/183 en todas sus partes. II) Costas en esta instancia al perdidoso. — María A. W. de Nasif Saber. — Azucena B. de Zurita.— Pablo S. Sirena.