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des mayorías populares van a mirar
pasar este momento extraordinario
desde los costados de las vías”.
Para Rouvier, “el cacerolazo se
inscribe en la tensión entre el populismo, que tiene sus características, y el Régimen – como lo llamaba Irigoyen- como sucedió en el
otro cacerolazo y el conflicto con el
campo”; mientras que para Bocco
“en el fondo lo que está en pugna
son dos modelos, uno que no terminó de morir y otro que no terminó de nacer”. Para Bocco, “el efecto
demostración de las clases medias
argentinas lleva inevitablemente a
este conflicto”.
Eduardo Anguita
La clase media oscila en sus comportamientos electorales y afectivos y
en sus propios intereses. Qué respuesta hay que darle a esos sectores
es un primer tema a abordar y un
segundo tema es si no tenemos que
preguntarnos si con todas las cosas
que han cambiado estos años estamos dando previsión de los cambios
que se dieron, y qué otros cambios
prefiguran. Por ejemplo, en el trabajo rural y del personal de casas de familia hay un nivel de discriminación
espantoso de los sectores medios.
Efectivamente mucha de las personas que van a salir con las cacerolas pueden ser el arquetipo de la clase media discriminadora. Entonces
políticamente le tenemos que decir
a esta gente que estos diez años
son los años en los cuales ha sido
Cristina la que mandó el proyecto
de ley tanto del empleo de casas
particulares como el nuevo estatuto
de los trabajadores rurales. Yo les
preguntaría a los que van a cacerolear: ¿Quieren un estatuto (de peones rurales) como el de Martínez de
hoz? ¿Quieren leyes como las que
dejaron Cavallo y Menem?
Alejandro Otero
Uno de los logros más significativos
de los gobiernos de Néstor y Cristina
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Kirchner es que ha situado el debate en un piso mas alto, porque si hoy
algunos están discutiendo lo que se
da en llamar el “cepo cambiario” es
porque hay sectores que tienen capacidad de ahorro y buscan dolarizar esos ahorros y no pueden. Se
discute el “cepo” porque el Estado
recuperó capacidad de regulación
en el mercado cambiario y el acceso
a las divisas. Si se discute la inflación
es porque ha crecido notablemente
la capacidad de consumo, sin decir
que el problema de la inflación se
resuelve reduciendo la capacidad
de consumo. Si se discute el mínimo no imponible del impuesto a las
ganancias es porque hemos dejado
de discutir el empleo de manera generalizada, si bien hay cierto nivel
de informalidad, y porque los salarios han alcanzado cierto nivel.
En algún sentido ese fenómeno
del cacerolazo de alguna manera plantea una paradoja del éxito,
plantea algunos debates y algunas
discusiones que han dejado por detrás otros debates más profundos
que tienen que ver con cuestiones
básicas de la sociedad argentina.
Ricardo Rouvier
Lo que se observa es el cacerolazo como punto de conflicto, entre
el planteo del proyecto nacional y
popular y la resistencia de sectores
sociales a los cambios, a las modificaciones. Es que en realidad, este no
es un cacerolazo económico, es un
cacerolazo político, contra el gobierno. Incluso de algunos que habían
votado a Cristina, no muchos. En
última instancia, lo que los liga, en
términos sociales, es la pertenencia
a la “clase media”, desde el profesional que tiene un estudio hasta el
dueño de un taxi.
El tema es político, fundamentalmente la cuestión de un estado de
la clase media en que ven que el Estado se mete en sus casas. La clase
media siente una amenaza del Estado argentino que se mete a decirle si
puede o no puede comprar dólares
o que hacer con su plata. Hay un
claro rechazo al discurso de Cristina, a las maneras, procedimientos
y formas en que Cristina habla y se
dirige. Ellos no ven nuestra epopeya.
Nuestro trabajo militante es lograr
estos consensos sobre lo que es este
proyecto nacional y popular. Sin embargo, no va a haber una capitalización de los sectores de la oposición,
porque esta es una protesta centrada en sectores medios por cuestiones políticas como la del INDEC o la
Inseguridad, cuestiones sobre las
que algo habrá que hacer.
Arnaldo Bocco
La gestión de Kirchner, que fue un
neokeynesiano de izquierda, en lugar de ajustar las clavijas y recrear
los andamios y la arquitectura de lo
que existía en la Argentina, el reordenamiento lo hizo de una manera
no convencional; es decir, en las antípodas de como lo hubieran armado los neoliberales. A medida que se
llego al 2007 había dos alternativas:
ajustar por derecha o una profundización del modelo, que era construir y navegar al mismo tiempo, y
se avanzó en un sistema de pisar el
acelerador. El gobierno avanzó en
un proceso muy alejado de como
lo planteaba el “mercado” para la
etapa post elección de 2007.
¿Qué es lo que le irrita al empresario medio de la Argentina, que incluso ha tenido grandes beneficios
con el modelo económico? Que no
sea una solución como la menemista del ajuste, bajando salarios,
bajando gasto público, enfriando la
economía. En el fondo, lo que está
en pugna son dos modelos, uno que
no terminó de morir y otro que no
terminó de nacer. El efecto demostración de las clases medias argentinas lleva inevitablemente a este
conflicto con el agravante para las
clases dominantes de que ganan la
calle sin tener liderazgo para enfrentar esto.
incluye los pagos al transporte de
los “cartoneros”, utilizado el 73,7%
de los $ 42,3 millones aprobados y
las transferencias a las Cooperativas, pagado el 66,3 % de los $ 86,1
millones.
En concepto de infraestructura
se destinaron $ 20,3 millones, de
los cuales fue ejecutado tan solo el
4,5% ($ 900 mil).
Por su parte el contrato para el
Servicio de Higiene Urbana (“contrato de la Basura”) asciende a la
suma de $ 2.088,7 millones, hasta
el 3º trimestre, se ejecutó el 93,1 %.
Esto implica que se deberá ampliar
la partida para cumplir con el servicio y poder completar el ejercicio.
• Vivienda: del crédito vigente para
el ejercicio 2012, $ 1.073,4 millones,
se ejecutó el 39,1%, $ 424,0 millones. El nivel de ejecución esta dentro de los bajos parámetros que se
analizan al 30/9/12.
siguiendo la lógica de los años 90.
Tomando como base el 2007,
año de inicio del “macrismo” como
administradores del GCBA, según
surge de la Cuenta de Inversión de
ese año, el Estado de la Ciudad tenía
la siguiente Deuda:
ampliación que no fue cumplida y
así lo demuestra que al 30/9/12 se
ejecutó solo un 25% de lo que estaba presupuestado.
En diciembre de 2009 por Ley
3380, se autorizó al Poder Ejecutivo a realizar operaciones de crédito
millones de$
Deuda No Pública
Por
su parte
al 30/9/12 la DEUDA
(Deuda
Flotante-Proveedores
del Estado) $ 996,58
Deuda Pública
(Bonos, prestamos externos etcétera) $ 1.787,01 (1)
Total $ 2.783,59
(1) $ 116,28 / U$S 441,96 ($/U$S 3,149) /€ 19,07 ($/€ 4,6315)
Por su parte al 30/9/12 la deuda total ascendía a la suma de ­millones
$ 7.819,31, desagregada de la siguiente manera:
por un total de U$S 380 millones,
con destino a la expansión de las Líneas A, B y H de subterráneos. Para
ello se contrajo un préstamo de ­U$S
3) Endeudamiento público
Hay razones que explican por si solas el fundamento ideológico de los
hombres que administran un Estado. En ese marco, no sorprende que
el Jefe de Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires recurra a las viejas recetas neoliberales para su gestión
y decida tomar deuda privada en
la banca internacional para administrar la ciudad; a contramano de
las políticas de desendeudamiento
que adoptó el Gobierno Nacional
desde el 2003, con los resultados
que contribuyeron a mejorar calidad de vida en general y en especial
de los mas necesitados.
La realidad nos muestra que esas
recetas neoliberales son una de las
principales razones de las dificultades que atraviesan las economías
y finanzas de algunos países de la
Eurozona y los Estados Unidos. El
Jefe de Gobierno insiste con estas
viejas prácticas políticas e hipoteca
los recursos de la ciudad a futuro,
millones de$
Deuda No Pública (Flotante) $ 1.808,21
Deuda Pública
(Bonos, prestamos externos etcétera)
$ 6.011,10 (2)
Total $ 7.819,31
(2) $ 82,6 / U$S1.263,4 ($/U$S 4,697)
De este detalle se desprende
que la deuda que tienen los contribuyentes de la Ciudad de Buenos Aires creció en pesos el 181%
durante el período de gobierno del
PRO (la variación del tipo de cambio
de ajuste fue del 50%).
En este incremento se destaca la
deuda en dólares que paso de los
441,96 millones al 31/12/2007 al
1.263,4 millones al 30/9/12.; con un
incremento del 185%.
La Deuda Pública en pesos creció
el 236%.
Hay que mencionar que parte de
esta deuda fue tomada para la ampliación de la Red de Subterráneos,
80 millones de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y se emitió U$S
300 millones en bonos.
En el presupuesto 2012 se asigno
$ 215 millones para la ampliación
de la línea H con financiamiento de
la CAF, de los cuales hasta el momento no se han ejecutados.
Conclusión
El presupuesto es un instrumento
de gobiernos e implica la adopción
de un programa de acción del Estado para un período dado, la formulación de una política global y políticas especificas para llevar adelante
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dicho programa; la dirección de las
actividades para la materialización
de tales políticas y el seguimiento y
evaluación de su cumplimiento.
La sub-ejecución de partidas presupuestadas aprobadas para la realización de políticas de gobierno es
pura responsabilidad del ejecutante
y hay una decisión polìtica de que así
sea, como también es lo es la asignación de los recursos públicos.
El no uso de los recursos destinados a obras de mantenimiento e
infraestructura contra las inundaciones, en escuelas, hospitales, ampliación de la red de subterráneos,
no tiene justificación. Los recursos
existen, a través de los impuestos
que pagan los porteños, que son
incrementados año tras año, y del
endeudamiento aprobado en la­
­Legislatura.
Es una cuestión de eficiencia y eficacia de gestión, cuestiones que el Gobierno del Ingeniero Macri carece.
* contador. auditor gubernamental.
Neoliberalismo tardío en la Ciudad
Por alejandro otero*
L
a respuesta de la gestión del PRO en la Ciudad
a todos los desafíos que ha enfrentado, ha sido
la misma: impuestazo y endeudamiento. Sistemáticamente, desde el inicio de su gobierno en 2007 y
año tras año, nos ha ofrecido un cóctel combinado en
dosis crecientes de estos dos amargos ingredientes. Se
trate de enfrentar la gestión de gobierno, del impacto
de las inundaciones, del mantenimiento urbano o la
recolección de residuos, el macrismo siempre tiene
una misma “solución” a mano: impuestazo y endeudamiento. Con la reciente y demorada aceptación del
traspaso del subte, la receta se reitera.
De tal dudosa suerte, hoy los porteños financiamos
el presupuesto más alto de la historia de la Ciudad,
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más de 40.000 millones de pesos, sin que ninguno de
los grandes problemas de la Ciudad se vean resueltos.
En efecto, vivienda, transporte, higiene, inundaciones
y seguridad perduran en la agenda de las cuestiones
irresueltas a pesar de que los impuestos que pagamos y el endeudamiento de los porteños crece año
tras año.
Si bien el más comentado es el incremento del llamado ABL, que en promedio este año subió un 24%
incluyendo en el promedio a los exceptuados (y entre
el 40 y el 50% sin incluirlos) pero en muchos casos
puntuales supera el 100% y, lo que es peor, continuará
subiendo hasta alcanzar el 1% del valor fiscal del inmueble porque así lo manda la Ley. Todos los demás
gravámenes de la Ciudad se incrementaron: Ingresos
Brutos en varias actividades, las patentes de los automotores y el impuesto de sellos, que son los principales
recursos de la Ciudad e impactan de lleno en el bolsillo
de los porteños.
Sin embargo, año tras años el presupuesto muestra
niveles de subejecución escandalosos. ¿Dónde?, justamente en el gasto social y la infraestructura pública. Es decir, se invierte menos en aquellas cuestiones
que tienen mayor impacto en los sectores populares
pero se incrementan las contribuciones de los sectores
­populares.
Lo curioso es que estos aumentos de impuestos se
dan en el marco de un crecimiento fenomenal de la recaudación producto de la bonanza económica y el incremento de precios que, paradójicamente, nos perjudica
a todos pero beneficia al fisco que recauda más. Incluso
crecen los recursos que la Nación gira a la Ciudad, para
el año que comienza se estiman en 4.000 millones, es
decir un 10% del gasto total de la Ciudad.
Con todo y mientras que en la recaudación nacional
crecieron los impuestos progresivos, en el caso de la
CABA se observa la tendencia contraria. En efecto, los
recursos que provienen de los sectores de mayor ca-
pacidad contributiva pasaron de representar un 18,5%
del total en 2007 al 14,4% en 2011.
Con esta tendencia retrógrada mucho tiene que ver
la reciente reforma del inmobiliario (ABL), que fue presentada como un avance para ganar progresividad en
el sistema, pero esto es totalmente falso. Dos son las
razones que desmienten el argumento macrista En
primero lugar, se impuso una contribución mínima
de $600 anuales ($300 para el impuesto inmobiliario y
$300 para el ABL), lo que significó aumentos muy elevados en las propiedades de menor valor, que por ende
contribuían menos. En muchos casos este incremento
superó el 500%. Es decir que los propietarios e inquilinos de propiedades de menor valor hicieron el mayor
esfuerzo. En segundo lugar, la última reforma estableció una reducción de tramos sobre los que se aplica la
alícuota, pasando de 15 a 7, junto con una reducción en
la brecha existente entre la alícuota mínima y la máxima. Ambos factores restan progresividad al tributo. De
modo que las históricas asimetrías e inequidades verticales y horizontales de este impuesto no solo no se han
resuelto, en muchos casos se han agravado.
En tanto no se realice un cambio radical en el método de valuación de los inmuebles de la Ciudad los
problemas persistirán y las “reformas”, como en este
caso, desnudarán más temprano que tarde su objetivo
meramente recaudatorio.
Pero además y en paralelo en la Ciudad crece la deuda. Sólo este año y tomando en cuenta la última autorización a emitir deuda, lograda en el marco del traspaso
del subte, la deuda pública se duplicó. El endeudamiento de la Ciudad va a alcanzar el 25% del presupuesto y
ronda los 10.000 millones.
En definitiva, la gestión del macrismo en la Ciudad
ha significado una fenomenal transferencia de recursos desde los sectores populares, que contribuyen de
modo creciente, hacia un grupo reducido de sectores
concentrados. Contratistas y concesionarios de obra
pública, especulación financiera e inmobiliaria y sobre
expansión de la estructura y del gasto en publicidad
rigen el destino de las finanzas públicas en la Ciudad y
resultan claros beneficiarios de la orientación del actual
gobierno porteño. Una experiencia conocida y tardía
del neoliberalismo a escala urbana. Una experiencia a
superar definitivamente.
* tributarista. exdirector de rentas de la ciudad de
buenos aires.
“Cacerolas o Salarios”
o el debate sobre el modelo
L
os economistas Arnaldo Bocco y Alejandro Otero, el periodista Eduardo Anguita y el sociólogo Ricardo Rouvier, discutieron sobre motivaciones económicas, políticas y sociales de los “cacerolazos” del 13 de
septiembre y el 8 de noviembre, y se remontaron a las protestas lideradas
por productores rurales o las encabezadas por el empresario Juan Carlos Blumberg para tratar de explicar un fenómeno ligado a los sectores
medios, en especial porteños. Fue
durante una charla-debate titulada
“Cacerolas o Salarios”, que se realizó este lunes 5 de noviembre en la
sede del Partido Socialista Obrero
Español de la Argentina y fue organizada por la Fundación Acción para
la Comunidad (FAPC) y la Asociación
Civil Estudios para el Cambio y coordinada por Eduardo Sigal, Presidente de la FAPC.
“Efectivamente mucha de las
personas que van a salir con las
cacerolas puedan ser el arquetipo
de la clase media discriminadora”,
advirtió Anguita, autor de un libro
que indaga en las “oscilaciones” de
la “clase media”. Otero planteó que
no serían problemas de la economía
nacional las causantes del fenómeno, y se mostró confiado en que Argentina va a “aprovechar condiciones favorable internacionales para
seguir creciendo”, aunque advirtió:
“La cuestión es si todos nos vamos
a subir al tren de la historia o sólo
se va a subir una elite, ­y las gran-
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