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Los efectos de las legislativas
E
l Frente para la Victoria y los partidos y alianzas
oficialistas alcanzaron la primera minoría nacional
en los comicios legislativos del 27 de octubre pasado,
superando el 33% de los sufragios y logrando un 50%
más votos que el radicalismo, el socialismo y sus fuerzas
aliadas en su conjunto.
El oficialismo logró conservar su preeminencia en las dos
cámaras del Congreso de la Nación y en la Legislatura
bonaerense, pese al triunfo del Frente Renovador en las
legislativas.
La victoria de Sergio Massa en la categoría de diputados
nacionales del principal distrito electoral del País no
modificará sustancialmente el mapa institucional, pero sí
permitirá a los grupos de poder opositores –los medios
dominantes, las corporaciones agraria, industrial,
financiera, entre otras– soñar con un recambio de
poder que implique el inicio de una nueva etapa de
“consenso”. Claro que no sería un “Gran Acuerdo
Nacional” con los sindicatos y partidos de la oposición
sino un entendimiento con lo que Mauricio Macri, jefe
de Gobierno porteño y también aspirante a ese sillón,
denominó “Círculo Rojo”.
Especial legislativas
1
Especial Legislativas / Noviembre 2013
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2
EspEcial lEgislativas
No está exento en este
escenario el peligro de un
La identificación
corrimiento de dirigentes
de Massa con
justicialistas
a
las
filas
“renovadoras”. El intelectual
ideas
liberalJuan Gianni, de afinidad
conservadoras
indudable con el gobierno
nacional, en su libro “Filosofías
–el énfasis en la
del kirchnerismo” caracterizó
“seguridad” de
al movimiento político que
las propiedades
hegemoniza el proceso actual
como “un experimento político
privadas y la
que lleva adelante una agenda
mayor apertura
de gobierno de centroizquierda
a las propuestas
con una base de sustentación
política de centroderecha (…)
de negocios del
consecuencia de la nefasta
capital financiero,
colonización que padeció el
justicialismo durante los años
por ejemplo- lo
que ejerció su conducción
ha transformado
Carlos Saúl Menem”(1).
en un polo de
La identificación de Massa con
ideas
liberal-conservadoras
atracción
de
–el énfasis en la “seguridad”
dirigentes de la
de las propiedades privadas
derecha popular,
y la mayor apertura a las
propuestas de negocios del
tanto
radical
capital financiero, por ejemplocomo peronista.
lo ha transformado en un polo
de atracción de dirigentes de la
derecha popular, tanto radical
como peronista. El 7 de agosto pasado, ante 280 empresarios del
Concilio de las Américas, Massa presentó el esbozo de un programa
de gobierno nacional que incluiría la adopción del sistema de “metas
de inflación”, el “retorno” al mercado de capitales y a opciones de
capitalización individual en el sistema previsional; el replanteo de
las alianzas regionales, la disminución de los impuestos al comercio
exterior de productos agropecuarios y otras propuestas claras de
centroderecha(2). Todas estas proposiciones fueron matizadas
en la campaña legislativa con iniciativas distribucionistas cuya
sustentabilidad en el tiempo dependería del ingreso de capital
financiero, como infelizmente ocurrió en los ‘90.
En todo caso, si el proceso de realineamiento de
dirigentes políticos en torno al liderazgo de Massa
podría continuar a expensas del oficialismo depende
de varios factores. No sólo de la individualidad de los
dirigentes políticos –algunos de ellos kirchneristas
por conveniencia- sino además de la persistencia del
liderazgo político de la Presidenta, Cristina Fernández
de Kirchner, y de los dirigentes más identificados con el
proceso político nacional. Y también de la marcha de la
economía, además de otros factores sociales y políticos.
Ciertamente el resultado de las elecciones legislativas
abre un espacio de incertidumbre política, pero de allí
a decretar alegremente el “fin de ciclo” kirchnerista,
como hizo el columnista político Joaquín Morales en
esta ocasión –plagiando su propia argumentación de
cuatro años antes– hay una distancia enorme.
Según el sociólogo Artemio López, “nada indica que
ese paisaje electoral empeore para el oficialismo tras
un año como 2014, con crecimiento económico del
5% en promedio, el despliegue de políticas sociales de
gran escala, como la Asignación Universal por Hijo, la
mejor política social desde la recuperación democrática
actualizada por sobre el nivel de aumentos de precios,
al igual que jubilaciones y pensiones y el nivel promedio
de paritarias todos por sobre cualquier índice de
inflación, incluso los privados realizados por consultoras
opositoras”.
Según Artemio, “la corporación mediática opositora
tomó nota de esta realidad: no logró instalar un
candidato hegemónico, ocupa el lugar de la oposición
política y confronta abiertamente con el oficialismo”
para evitar que alcance el 40% de los votos que le
permitiría, en 2015, continuar conduciendo los asuntos
del Estado nacional.
La distancia temporal con el 2015 es muy grande todavía,
y más en términos políticos, pero los diferentes sectores
interesados en influir sobre el destino de nuestra
Nación ya hacen sus apuestas de cara a la continuidad o
finalización de la experiencia política kirchnerista.
Especial legislativas
3
El veredicto de las urnas
El periodista Horacio Verbitsky realizó una certera
síntesis del veredicto de la prensa hegemónica luego
del resultado de las primarias (3) “Apenas minutos
después del cierre de la votación, los principales
voceros opositores (dirigentes políticos, encuestadores,
periodistas y opinadores de profesión) sacaron sus
conclusiones inapelables: se trató de una derrota
del gobierno nacional, que hubiera sido peor sin la
enfermedad de CFK; el oficialismo es necio y por eso
negó la caída en las primarias, error que se agravó en las
legislativas de ayer; más que los porcentajes nacionales
importan los de la provincia de Buenos Aires, donde se
amplió la brecha a favor de la oposición; quedó sepultada
la eventual reforma de la Constitución Nacional; sin la
posibilidad de reelección presidencial el ciclo iniciado
en 2003 llega a su fin; se abrió la lucha por la sucesión y
los principales aspirantes son Sergio Massa, Julio Cobos,
Maurizio Macrì, José De la Sota y Hermes Binner. La
única alternativa razonable que le queda al gobierno es
encolumnarse detrás de Daniel Scioli y abandonar toda
fantasía de continuidad con un candidato propio, ya que
la abrumadora mayoría de la sociedad se pronunció en
contra del kirchnerismo. Se ha producido un cambio de
humor que es irreversible y ni siquiera se sabe si Cristina
reasumirá la presidencia y en qué condiciones”.
Según ironizó Verbitsky, “esta asombrosa capacidad de
procesamiento de datos dispersos de todo el país, para
llegar a un análisis tan completo y una prospectiva tan
precisa sobre el futuro, se explica porque en realidad se
trata de la expresión de deseos de quienes la formularon,
impermeables a los datos de la realidad”m Sobre el “repliegue ordenado”
Desde una posición autocrítica, Eduardo
Blaustein (4) se refiere al supuesto “fin de ciclo”
pregonado por las corporaciones mediáticas.
“La idea de ‘fin de ciclo’ instalada por el
conservadurismo es la de un fin total, definitivo.
Lo que Carta Abierta llamaría el triunfo de la
restauración conservadora y adiós para siempre
a las alegrías que vivimos en estos diez años.
Antes de la victoria electoral del 2011, en épocas
todavía difíciles, en el propio kirchnerismo se
discutían escenarios acerca de cómo podía
darse/ordenarse, en caso de derrota, un
‘repliegue ordenado’. La opción Scioli ya se
manejaba entonces como un escenario de
resignación contenido o suavizado en un punto
de optimismo: acaso Scioli Presidente pero con
un Congreso más o menos hegemonizado por
diputados, llamémosle así, cristinistas, más la
fuerza de la calle o la construcción política”.
Según Blaustein, “hoy incluso ese escenario
parece complicado. Y como el kirchnerismo no
tiene ‘una orgánica’ de discusión sino que es
más bien un complejo sistema de fragmentos
dificultosamente conducido por una (sucinta)
cúpula de poder, las cosas del futuro más
bien se murmuran en diálogos informales,
algo temerosos. Ningún militante, ni siquiera
dirigentes de primera y segunda línea, me parece
a mí, tienen dónde discutir el eventual escenario
de salida 2015”.
El fin de la “etapa religiosa”
Según el periodista Gerardo Fernández (5) culminó con este proceso electoral - lo que citando a Aldo Jarma
denomina “la etapa religiosa” del kirchnerismo. Según Fernández, este período “comenzó en noviembre
de 2011. Cuando el kirchnerismo dejó de discutir política adentro y pasó a acatar lo que se decía que decía
Cristina, dilapidó su vínculo con buena parte de ese sector de acompañamiento electoral que es necesario
para aspirar a mantenerse en el poder a fin de ir por lo que falta. En el clímax de la etapa religiosa se creyó
que había que hacer una cadena nacional por semana ¿Por qué se dejó de hacer? Porque se comprobó que
era contraproducente; en la etapa religiosa se siguió creyendo más que nunca que la presidenta no debía dar
reportajes, hasta que la mismísima Cristina entendió que en 2013 la etapa era otra y ella solita recalculó al
respecto”.
Según el periodista, “hubo un tiempo donde programas como 678 fueron efectivos para ayudar a leer e
interpretar cómo opera el entramado de medios y políticos opositores. Esa función ya fue cumplida y hoy el
programa sólo sirve para dar una línea difusa básicamente al kirchnerismo no peronista. Es una especie de tele
escuela técnica para el progresismo K”.
(1) Comunidad y Desarrollo N°19, junio de 2013.
(2) (Ver número especial de agosto de Comunidad y Desarrollo)
(3) http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-232294-2013-10-28.html
(4) http://artepolitica.com
(5) http://gerardofernandez.net/el-fin-de-la-etapa-religiosa/
4
Especial legislativas
Los desafíos del kirchnerismo
L
a Presidenta Cristina Fernández tiene por delante
la mitad de su segundo mandato, durante el cual
deberá adoptar decisiones adecuadas en función de
preservar su poder decisorio sobre cuestiones de interés
público, todo en un escenario donde la centralidad del
kirchnerismo es puesta en duda por un heterogéneo
conjunto de fuerzas opositoras, en especial por el
bonaerense Sergio Massa.
La politóloga María Esperanza Casullo(1) cree que
el resultado de las elecciones “obliga al gobierno
a enfrentar una serie de problemas, desde la
reconstrucción de su coalición de apoyo –sobre todo
con los trabajadores– hasta encarar la delicada cuestión
de la sucesión presidencial”. Además, “el surgimiento
de un opositor carismático capaz de disputarle el poder
será uno de sus mayores retos”.
adhesiones parciales, pero de importancia estratégica,
de sectores urbanos de clase media, como grupos
juveniles, organizaciones LGBT, artistas, académicos y
otros grupos ‘progresistas’ en general”.
Esta coalición, de base trabajadora y pobre urbana y
rural con participación de algunos sectores de las clases
medias, resultó exitosa en las elecciones de 2003, 2005,
2007 y 2011, pero “si se comparan los resultados de las
elecciones del 27 de octubre con los del 2009, lo primero
que salta a la vista es que el kirchnerismo pone en riesgo
su hegemonía cuando se enfrenta a un candidato capaz
de disputarle votos entre sus propias bases, es decir,
sobre todo en las zonas clave de la provincia de Buenos
Aires”.
...el kirchnerismo tuvo
la capacidad de sumar
adhesiones
parciales,
pero de importancia
estratégica, de sectores
urbanos de clase media,
como grupos juveniles,
organizaciones
LGBT,
artistas, académicos y
otros grupos ‘progresistas’
en general.
Respecto de la coalición política que sostiene el
proceso político en curso, para Casullo se trata de “una
articulación basada en los sectores urbanos de menores
ingresos (tanto trabajadores formales sindicalizados
como trabajadores informales) de la zona metropolitana
de la provincia de Buenos Aires, con porcentajes altos
de votos en las provincias del Norte, el Noroeste y la
Patagonia, todo alrededor de un liderazgo dual, el de
Néstor y Cristina Kirchner”. Según la politóloga, “a
esta base el kirchnerismo tuvo la capacidad de sumar
Especial legislativas
5
En ese sentido, “mientras que en 2007 y 2011 las
contrafiguras fueron Elisa Carrió y Hermes Binner, dos
políticos con un perfil mucho más cercano a la oferta
clásica del Partido Radical, de discurso republicano
antipopulista y base electoral en ciudades como
Rosario y Buenos Aires, en 2009 y 2013 el desafío estuvo
encarnado en candidatos de perfil neo-peronista, como
Francisco de Narváez y Sergio Massa”.
La autora denomina “neoperonismo” al estilo menemista
típico de los ‘90, que “más que construir su propio éxito
electoral prometiendo a los trabajadores aliarse con
ellos para confrontar con los ricos, apela a una retórica
política conciliadora de las diferencias ideológicas que
apunta a eliminar las distancias materiales, y sobre todo
simbólicas, que los separan de las clases acomodadas
vía el consumo, la planificación urbana con énfasis en lo
privado y decorativo y la provisión de seguridad”.
Al surgimiento de este liderazgo alternativo, la autora
suma los “conflictos intra-coalición generados por
el mismo kirchnerismo”, entre ellos la ruptura con la
vertiente sindical encabezada por Hugo Moyano y las
ideas y vueltas en la relación con el gobernador de la
provincia, Daniel Scioli.
“producto del
crecimiento económico
y la democratización
del consumo de la
última década, la
nueva clase media es
sin embargo un sector
social extremadamente
frágil y, quizás por ello,
irascible”.
En función del análisis anterior, la autora considera
que en los próximos dos años “el kirchnerismo tendrá
que tomar una serie de decisiones clave, de las cuales
dependerá en gran medida el modo en que llegará al
final de su mandato. Entre ellas, la instalación de un
candidato para la sucesión, la reconstrucción de la bases
social de sustentación del gobierno a partir de iniciativas
tendientes a resolver problemas sociales de los
trabajadores, sindicalizados e informales, especialmente
de la provincia de Buenos Aires; y relacionadas con el
vínculo con las clases medias urbanas y las empresas con
mayor poder de mercado.
“Las prioridades del gobierno de aquí en adelante
deberían orientarse a, primero, mantener la estabilidad
6
EspEcial lEgislativas
y las principales variables económicas bajo control
(…) Y luego, regresar el foco de las políticas públicas
kirchneristas al bienestar de los sectores fundamentales
de su coalición, además de resolver las reglas de su
propia sucesión”, asegura.
...un camionero o
un operario de SMATA
puede ganar lo mismo
que un médico de
hospital público o un
docente universitario,
aunque probablemente
carezca de su capital
patrimonial, educativo
y relacional.
En tanto, para José Natanson, “el deterioro de la
coalición social construida por el kirchnerismo es la
causa principal de este retroceso”. Según el politólogo,
la pérdida de apoyos en los sectores medios no fue lo
central, sino en “ese 30 por ciento aproximado de la
población que integran, entre otros, los trabajadores
formales sindicalizados, los pequeños comerciantes,
los cuentapropistas y los prestadores de servicios
particulares”. Según Natanson, “producto del
crecimiento económico y la democratización del
consumo de la última década, la nueva clase media es
sin embargo un sector social extremadamente frágil y,
quizás por ello, irascible. Como en Brasil o Venezuela,
comparte algunas de las características de las clases
populares (pocos años de educación, residencia
suburbana, familias numerosas), pero dispone de
ingresos más parecidos a los de los sectores medios
clásicos: un camionero o un operario de SMATA puede
ganar lo mismo que un médico de hospital público o un
docente universitario, aunque probablemente carezca
de su capital patrimonial, educativo y relacional”.
Según cree, “por el lugar que ocupa en el mercado
laboral, la nueva clase media se encuentra muy expuesta
a los vaivenes del ciclo económico, y es aquí donde
aparece el primer problema: en los últimos dos años, en
un contexto de desaceleración del ritmo de crecimiento
e incremento de la inflación, el gobierno logró sostener,
vía aumento de las jubilaciones, la asignación universal
y el salario mínimo, el poder de compra de los sectores
más pobres, mientras que la clase media clásica apelaba
a herramientas de defensa desarrolladas en su larga
experiencia en crisis económicas, incluyendo una
habilidad para el manejo de los instrumentos financieros
que sería la envidia de más de un operador de Standard
& Poor’s”.
ganancias y los cambios en el monotributo, junto con
iniciativas en materia de seguridad, aunque recién luego
de los resultados de las primariasm
“Mi impresión es que la nueva clase media, ubicada en
un escalón social superior a los sectores más pobres
pero desprovista de los recursos de los sectores medios
clásicos, se sintió decepcionada por la acumulación de
promesas económicas incumplidas, del plan de alquileres
baratos al precio del pan, que había sido justamente
uno de los grandes aciertos del kirchnerismo, siempre
ágil para ofrecer respuestas a los problemas terrenales.
Mientras tanto, algunas medidas importantes que la
benefician, como el notable Plan Procrear, recién han
comenzado a aplicarse”. A este sector social afectaría
también la “inseguridad” urbana
Según Natansom, “los resultados se explican en buena
medida por sus dificultades para retener a lo que
denomina “moyanismo social”, que sería expresión
política de la nueva clase media. Hacia allí parece haber
apuntado el gobierno a partir de políticas como el
aumento del mínimo no imponible del impuesto a las
Especial legislativas
7
El mito del “fin de ciclo”
El analista Washington Uranga desarrolla en un artículo reciente(2) un clara
refutación del mito del “fin de ciclo” elaborado por la prensa opositora y
una defensa del mantenimiento del rumbo elegido por el gobierno. “Lo más
coherente es hacer todo lo humanamente posible para mantenerse fieles a
principios básicos y tratar de no transgredirlos, instalarlos como pilares de
la gobernabilidad y como garantía para la ciudadanía”.
En función de ese principio, Uranga se permite “recordar que estamos
celebrando treinta años de democracia ininterrumpida y que eso representa
un enorme valor para la Argentina. Bastaría con responder a la pregunta de
dónde estuvimos y dónde estamos ahora. Cualquier respuesta, en todos los
rubros, será altamente positiva. Pero a pesar de ello habría que mantenerse
alertas porque no pocos de los que hoy levantan la bandera del “fin de ciclo”
también intentan remover principios básicos, derechos adquiridos que con
gran esfuerzo y sacrificio conquistó y consolidó toda la ciudadanía y no
solamente un gobierno. Aceptemos que “fin de ciclo” puede tener lecturas
muy distintas, pero no dejemos de estar vigilantes ante la pretensión de
aquellos que bajo ese título persiguen también menos democracia, menos
participación, menos perspectiva de derechos”.
Según el analista, “son los mismos que pretenden sustituir olvido por
memoria, la restitución de privilegios ilegítimos para algunos que los
perdieron en los últimos años y peores condiciones humanas para una gran
mayoría que mejoró su calidad de vida también en ese tiempo”.
(1)Le Monde diplomatique, edición Cono Sur Edición Nro 173
(2) http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-232285-2013-10-28.html
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Especial legislativas
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