Rector UCSC: “Libro de Monseñor Fernando Chomali ofrece un camino esperanzador” El rector de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), doctor Juan Miguel Cancino, afirma que el libro de Monseñor Fernando Chomali, Para Reflexionar, ofrece un camino esperanzador. La autoridad universitaria presentó la obra de Monseñor, en una ceremonia realizada, en Concepción, el 15 de diciembre, 2011. A continuación, el texto completo de la presentación: Para Reflexionar contiene 59 textos escritos por Monseñor Chomali entre Julio 2009 y Septiembre 2011. Desde antes que fuese nuestro pastor hasta el presente. El libro, de 254 páginas, está organizado en tres partes, la primera incluye 3 secciones, Sociedad, Iglesia y Personas; la Segunda Parte incluye textos agrupados bajo Actualidad y Para Reflexionar (selección de 14 textos que le dan el título al libro). La tercera Parte, es la única que tiene un título propio Desde Concepción, incluye la sección de Mensajes y Homilías. El hecho de que la última parte del libro contenga lo que Monseñor ha escrito en Concepción puede dar la impresión de que el contenido del libro está ordenado cronológicamente. Eso no es correcto, no espere el lector encontrar aquí una evolución del pensamiento de Monseñor Chomali como una línea de tiempo. Desde la Portada al mensaje del Tedeum 2011, en la Catedral de Concepción, texto que cierra el libro, habla el pastor, radicado hoy, por designio de la Providencia en la Cátedra de la Santísima Concepción. Las fotos de don Luis Espinoza, escogidas para acompañar los textos, una por cada sección del libro, ayudan para que el lector adquiera la certeza que el pastor nos habla desde Concepción. Siete secciones, siete fotografías, primero la ciudad que eleva sus edificios junto al Bío Bío; el borde costero con sus islotes, mirando al mar abierto, y el hombre, pequeño, apenas visible en primer plano; su gente representada por una mujer mapuche luciendo el atuendo típico y tejiendo con sus manos un canasto de ñocha como se hace en Arauco, provincia dependiente del Arzobispado; un cerro poblado de casas de madera, tan típico de las afueras de Concepción, de Talcahuano, o de Lota, donde la vida es difícil bajo la lluvia; una Laguna de San Pedro con cisnes de cuello negro precede la sección Para Reflexionar; una vista aérea de Concepción nos anuncia la Tercera parte del libro y los Mensajes desde Concepción; y finalmente un bosque de esbeltas araucarias nos preparan para recorrer, leer y releer las Homilías, que pronunciadas en la solemnidad de la Misa, son Magisterio de la Iglesia, palabra duradera, legado imperecedero del pastor. Escrito del pastor que mucho tienen en común con la Araucaria. Piensen en la Araucaria y su fortaleza para mostrarse al mundo y sobrevivir a los elementos, alto en la montaña, cuando en la Homilía de Mayo 28, 2011, con la que Monseñor Chomali da inició el Servicio en la Arquidiócesis, lean lo siguiente: Piensen en el bosque de araucarias, y como éste ha llegado a ser lo que es, cuando sigan leyendo: Piensen en el devenir y el futuro de ese bosque cuando lean en esa homilía: Registrar el hecho, mostrar el bosque del que forma parte, y proponer el destino al que estamos llamados, a la luz de Cristo; es la lógica que se sigue en los escritos de este libro. En la portada se encontrará el lector con una foto tomada al amanecer, en Tumbes, desde el mar hacia tierra, los botes reflejándose en el agua, los pescadores ya han regresado a casa, sólo el fotógrafo observa y deja testimonio de ese instante. Para describir de otra forma lo que este libro contiene, les invito a imaginar que el observador, el fotógrafo, es Monseñor Chomali, que el estuvo con los pescadores, con seguridad fue el más madrugador, el que iba delante, pero ahora viene atrás, observa fotografía la realidad, sin filtros, tal como es, y sobre esa base reflexiona y nos propone un camino nuevo, aquel que fácilmente ve el enamorado de la humanidad que tiene a Cristo por modelo. Con la seguridad que le da la fe propone una y otra vez mensajes de esperanza a partir de la realidad y de los hechos cotidianos que nos impactan día a día. El texto está escrito en un lenguaje directo, fácil de entender por todos. Pero no por ello fácil de escribir, porque para escribir un texto como el que hoy presentamos se requiere ser mucho más que observador atento al acontecer diario. De hecho mucho de los escritos incluidos en el texto están inspirados en sucesos de connotación pública, los 33, o Cisarro por ejemplo, catástrofes naturales; como el terremoto de Febrero 27, de 2010, que es tomado y retomado en distintos lugares a lo largo del libro, mencionado 30 veces, para ser exacto; y los males silenciosos que aquejan a Chile, el aborto; el alcohol,; el divorcio, los crímenes, el suicidio, la soledad y el abandono. Sin embargo este no es un libro de catástrofes, para ello nos bastaría una selección de las noticias que habitualmente nos trae la prensa en los titulares. Este es un libro de la esperanza, palabra reiterada 154 veces en el texto, es un libro para pensar la familia, palabra 124 veces mencionada; un libro que se ocupa de la Iglesia y que a cada paso nos propone a Cristo por modelo (con 204 y 125 menciones, respectivamente). Proponer la esperanza como alternativa de vida en una sociedad donde por todas partes se respira desesperanza, desapego, desamor, abandono; requiere de sabiduría y conocimiento profundo del corazón humano. En esto, como en la capacidad de síntesis, Monseñor Chomali despliega maestría. A modo de ejemplo sorprenderá al lector este primer párrafo del primer escrito del libro: Ese es el primer párrafo, una sola frase. Resumen perfecto para la Epístola de Santiago, que desde que recibí la Unción de los Enfermos, hace poco más de 8 años, he leído tantas veces. Más aún, resumen perfecto para todo el Evangelio, ya que del amor será lo único de lo que se nos pedirá cuenta cuando llegue nuestro tiempo de enfrentarnos a la puerta. Resumen perfecto para el escrito titulado Esperanza, escrito en que el lector descubrirá la capacidad de Monseñor Chomali para trocar en esperanzador los hechos que a ojos humanos aparecen como adversos, y en el que tempranamente el lector descubrirá a un ser humano sin temor a mostrarse tal cual es, al que desde su humildad escribe: Descubrirá también el lector, como ya lo han hecho ustedes con las pistas que les he dado, que estamos frente a un buen profesor y a un buen comunicador, que combina su capacidad de síntesis con una adecuada dosis de reiteración de los conceptos e ideas claves a fin de que el mensaje central quede perfectamente claro. Este es un libro para ser leído y reflexionado por todos los cristianos y por los católicos en particular, ya que encontrarán aquí caminos nuevos para vivir el amor y dar testimonio de Cristo y de la Iglesia a la que pertenecemos. Gracias Monseñor por su ejemplo y por darnos un modelo de lo que, con nuestra fe, debiéramos hacer los creyentes. Sin embargo el libro no se agota ahí, este es especialmente apropiado para los que no tienen fe, y para aquellos que habiéndola tenido la han perdido, también para los desesperanzados, los que sólo ven el lado oscuro de las cosas; porque encontrarán aquí mensajes de esperanza, surgidos de leer los hechos cotidianos a la luz de la fe, escritos por alguien que confía en el poder de la razón, y en la sabiduría que Dios ha impreso en el corazón del hombre. Invito pues a leer este texto, a convertirlo en compañero de camino, y en instrumento para en momentos aciagos, buscar en los hechos o en personas que han inspirado el texto, el camino esperanzador propuesto por Monseñor Chomali frente al hecho perturbador, similar a lo descrito en el libro e inmerso en un bosque similar de sucesos. Para reflexionar, es un texto de nuestra Editorial, que bien pudo tener por subtítulo Mensajes de esperanza. Gracias a todos quienes hicieron posible esta publicación bajo el sello de nuestra Universidad Católica de la Santísima Concepción. Y muy especialmente, muchas gracias a usted Monseñor por confiar en la Universidad y por darme el inmerecido privilegio de presentar su libro. Que la Virgen Santísima le siga iluminando y guiando en su labor Pastoral. Juan M. Cancino