Viaje de Obama a Cuba: La zanahoria y el garrote

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Viaje de Obama a Cuba: La zanahoria y el garrote
Katrien De Muynck y Marc Vandepitte
Investig Action
A principios de 2016 Obama sorprendió a amigos y adversarios anunciándoles que iría a Cuba. Así, es
el primer presidente en funciones que hace escala en la isla desde la Revolución de 1959. ¿Esta visita
augura el final de las hostilidades entre enemigos declarados o no es más que la enésima operación de
marketing del presidente saliente? Katrien Demuynck y Marc Vandepitte, buenos conocedores de Cuba,
nos ofrecen explicaciones.
“De un lado está nuestra América, y todos sus pueblos son de una naturaleza, y de cuna parecida o
igual, e igual mezcla imperante; de la otra parte está la América que no es nuestra, cuya enemistad no
es cuerdo ni viable fomentar, y de la que con el decoro firme y la sagaz independencia no es imposible,
y es útil, ser amigo!.” (1)
José Martí
Para comprender el alcance y sentido de la visita de Obama conviene partir de la notable constatación
de que Cuba, una isla que apenas tiene 11 millones de habitantes, domina desde hace décadas la
política exterior e incluso parte de la política interior de la mayor superpotencia de todos los tiempos.
¿De dónde viene el desproporcionado interés por un país tan pequeño y por qué está obsesión de los
once primeros presidentes estadounidenses por doblegar la Revolución cubana? Para responder a estas
preguntas vamos a zambullirnos en la historia. A continuación analizaremos la postura de Cuba
respecto a su poderoso vecino. En la tercera parte evaluaremos las motivaciones de Obama y el posible
impacto de su visita.
1. La importancia de Cuba para Estados Unidos: “Un apéndice natural de Estados Unidos"
El interés más que especial que Estados Unidos manifiesta por la isla más grande del Caribe se remonta
a más de dos siglos y, por lo tanto, a mucho antes de la Revolución. A principios del siglo XIX Estados
Unidos evoluciona hacia el imperialismo y extiende su territorio. Para convertirse en una potencia
mundial necesita a toda costa tomar el control de toda la cuenca del Mississipi. Pero Cuba es un
eslabón fundamental en este control. Si Cuba cayera en manos de una gran potencia (en este caso
España, Gran Bretaña o Francia) la joven superpotencia se volvería particularmente vulnerable en este
punto débil y se vería amenazado el comercio vital con Europa o América Latina. (2)
Debido a ello los dirigentes de la potencia ascendente harán todo lo posible por incorporar “la perla de
las Antillas”. Thomas Jefferson, tercer presidente de Estados Unidos y uno de sus padres fundadores,
afirmó en 1817: “Si nos apoderamos de Cuba, seremos los amos del Caribe”. (3) En 1821 los
estadounidenses compran Florida a España, con lo que Cuba se encuentra muy cerca de sus fronteras.
Dos años después John Quincy Adams, ministro de Asuntos Exteriores, no oculta su juego: “Estas islas
[Cuba y Puerto Rico] son el apéndice natural del continente americano y por diferentes motivos, una de
ellas [Cuba], que casi se puede ver desde nuestras costas, tiene una importancia trascendental para los
intereses comerciales y políticos de nuestra Unión”. (4) Ese mismo año se proclama la doctrina Monroe
y a partir de ese momento Washington considera el continente americano su patio trasero del que se
supone que los europeos deben mantenerse al margen.
Hay un segundo factor importante: la esclavitud de la población negra. A los sucesivos gobiernos
estadounidenses les preocupa la posibilidad de un levantamiento de esclavos en Cuba y las
consecuencias que esto podría tener para los Estados del sur.
Para prevenirlo se considera la anexión, pero no se conseguirá: fracasan dos expediciones de
mercenarios estadounidenses para apoderarse de la isla. En 1863 se abole la esclavitud en Estados
Unidos y gracias a una activa política de emigración “blanca” de colonos españoles en los años 50, la
población blanca de Cuba vuelve a ser mayoritaria (53%) con lo que se reduce la amenaza de una
revuelta negra. (5) Pero dada su importancia geoestratégica y económica, el gobierno estadounidense
seguirá haciendo todo lo posible para o bien anexionarse la isla, como ya había hecho con Puerto Rico,
o bien mantenerla en su esfera de influencia.
De colonia a semicolonia
En 1895 estalla una lucha por la independencia en Cuba. Es la tercera en treinta años, pero esta vez los
rebeldes están mejor organizados y España está debilitada. Los “mambises”, como se les llama, van
deprisa hacia la victoria, pero Washington va a oponerse. Estados Unidos declara la guerra a España e
impide al ejército de liberación proclamar la independencia. Son los estadounidenses y no los cubanos
quienes establecen un tratado con los españoles. Se disuelve el partido que había luchado por la
independencia y se desarma al ejército rebelde.
El gobierno de Estados Unidos no opta por la anexión. La voluntad de independencia es demasiado
fuerte en el seno de la población cubana al cabo de treinta años de una fuerte oposición al colonialismo
español. Además de su tenacidad, los cubanos también ha demostrado ser unos temibles adversarios
militares. Washington opta por una americanización progresiva de la isla bajo la forma de un
protectorado. Instalan una ocupación militar temporal con el fin de crear las condiciones para ello. Se
obliga a los cubanos a aceptar una enmienda humillante de la constitución, la Enmienda Platt por la que
se otorga a Estados Unidos el derecho a intervenir militarmente cuando lo considere necesario, el
derecho a tener unas bases militares (Guantánamo), la prohibición de que Cuba establezca tratados con
potencias extranjeras y el derecho a controlar las finanzas públicas. En 1902 la situación militar y
política está suficientemente estabilizada. Washington retira sus tropas y durante el siguiente periodo
instala unos presidentes sumisos y manipulables. El ejército interviene cuando es necesario, lo que
ocurre en dos ocasiones en el curso de las décadas siguientes. En definitiva, Estados Unidos controla
férreamente a Cuba durante la primera mitad del siglo XX.
Un virus que hay que erradicar
La llegada de Fidel Castro va a cambiar el curso de las cosas. La pequeña isla se convierte en una
pesadilla para los sucesivos presidentes de la Casa Blanca. Para empezar, Cuba establece relaciones con
la Unión Soviética, el enemigo jurado de Estados Unidos, además de una potencia nuclear. Por otra
parte, La Habana dará su apoyo a diferentes movimientos de guerrilla en América Latina y llevará a
cabo importantes operaciones militares en África que, sobre todo, provocarán la caída del régimen de
apartheid. (6) En pocas palabras, Cuba se convierte en una amenaza directa para la política de
supremacía militar de Washington en el mundo.
Pero la amenaza no es solo militar, también es política e ideológica. Y es que la Revolución cubana es
un ejemplo peligroso para los demás países de la zona. Podría ser el primero de toda una serie. En este
escenario Estados Unidos se arriesga a perder su control de todo el continente.
En 1964 el Departamento de Estado estadounidense (ministerio de Asuntos Exteriores) advierte: “El
principal peligro al que nos enfrentamos debido a Castro reside […] en el impacto que la propia
existencia de su régimen tiene en el movimiento de izquierda de muchos países de América Latina […]
El hecho es que Castro representa un reto con éxito a Estados Unidos, una negación de toda nuestra
política en el hemisferio durante casi un siglo y medio”. (7)
La Revolución se considera un virus peligroso que hay que erradicar o cuando menos debilitar lo más
posible. Si no se puede destruir la Revolución en sí, al menos hay que eliminar su carácter de ejemplo.
El país se debe ver afectado lo más posible tanto económicamente como militarmente para que otros
países no piensen en seguir su ejemplo.(8)
Hay una segunda estrategia: inmunizar a otros países contra posibles revoluciones, por ejemplo, por
medio de dictaduras militares. (9) Será el caso de países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Paraguay y Uruguay. (10)
55 años bajo la amenaza terrorista
No se escatima nada para erradicar este virus. En 1962 el presidente Kennedy decreta un embargo
económico total, que a continuación se extenderá a países terceros. Será el embargo más largo de la
historia. Para que se hagan una idea, en 5 años el coste del bloqueo (11) llegó a ser hasta 11 veces el
PNB del país. (12) Extrapolándolo a Bélgica, esta cantidad equivaldría a más de 4.000.000 millones de
euros.
En el plano político Cuba está aislada. Presionados por Washington, en 1964 todos los países
latinoamericanos excepto México rompen sus relaciones diplomáticas con Cuba y se la excluye de la
Organización de Estados Americanos (OEA).
En el plano militar Cuba padece innumerables misiones de infiltración, acciones de sabotaje, atentados
contra hoteles, grandes almacenes, etc. Habrá más de seiscientos intentos de asesinato contra Fidel
Castro. En 1961 tuvo lugar la fracasada invasión militar de Bahía de Cochinos. Estados Unidos incluso
va a recurrir a la guerra bacteriológica: diseminación del virus del dengue, de la peste porcina y de
enfermedades para malograr las cosechas.
Estas operaciones costarán la vida a unos 3.400 cubanos (13), es decir, 25 veces la cantidad de las
víctimas de los atentados de París. En 1976 un atentado en pleno vuelo contra una línea aérea cubana
mata a todos los pasajeros.(14) Uno de los autores del atentado, Posada Carriles, que incluso se
vanagloria en los medios del atentado, sigue gozando de libertad en Miami, en un país que afirma estar
en guerra contra el terrorismo.(16)
El crisol de los atentados terroristas está en Miami y no por azar. Tras la toma de poder de Fidel y su
ejército de rebeldes la elite cubana hace las maletas y se va a Florida. Piensan que el régimen de Fidel
será breve y que podrán recuperar rápidamente sus posesiones. Pero las cosas suceden de otra manera.
Este elite rica de extrema derecha dispone de muchos medios económicos y rápidamente va a controlar
la vida política en Miami.
Además, Florida es un “swing state” [en inglés, estado pendular, un estado que no presenta una
tendencia histórica clara de apoyo a uno u otro de los dos principales partidos estadounidenses] (17),
lo que confiere a este lobby anticastrista de la ultraderecha una influencia desproporcionada en la
política de la Casa Blanca respecto a Cuba. Esta elite es además quien financiará las redes terroristas de
Miami, a menudo con la complicidad condescendiente de las autoridades. Los presidentes no siempre
participan en la confrontación. A veces hay tímidos intentos de normalizar un poco las relaciones, como
ocurrió sobre todo con Kennedy en 1963.
Tras el penoso fracaso de la invasión (preludio de la Crisis de los Misiles), como parece que Fidel se
encuentra más firmemente instalado que nunca, JFK cambia de rumbo. Su cambio se debe también a la
guerra de Vietnam, que cada vez requiere más energía y atención. Kennedy emprende una estrategia,
una “trayectoria” de acercamiento. Quiere intentar el diálogo para frenar a Fidel y llevarle a otras ideas.
(18) Puede que este enfoque más suave le costara la vida.
También los presidentes Carter y Ford emprenden unos intentos tímidos de acercamiento. Eso no
significa que su postura sea menos negativa respecto a la Revolución cubana. Como en el caso de los
demás presidentes, su único objetivo es erradicar lo más rápidamente posible la Revolución o
debilitarla al máximo. Pero además del garrote, también prueban, por si acaso, la zanahoria.
Una nueva arma: las exigencias políticas
Después de la caída del Muro de Berlín los países del bloque de Este se van pasando uno tras otro al
capitalismo. Cuba pierde de golpe unos socios comerciales importantes y su apoyo militar. Se
encuentra sola. Mientras tanto, su economía se desmorona completamente. (19) En Estados Unidos se
tiene el convencimiento de que en esas condiciones la Revolución no aguantará mucho tiempo. Y que
finalmente se le va a poder dar el golpe de gracia.
En 1992 se endurece aún más la ley sobre el bloqueo con el objetivo explícito de “provocar el caos”.
(20) Se presiona a países terceros para que dejen de comerciar con Cuba y las filiales estadounidenses
en el extranjero ven como se les impone la prohibición de comerciar con la isla. En 1996 la Ley HelmsBurton endurece todavía más el embargo. En adelante la justicia estadounidense podrá perseguir e
imponer fuertes multas a los socios comerciales de Cuba o a los inversores extranjeros de todos los
países. Esta ley, que viola el derecho internacional, se aplica en la práctica. (21)
Esta agresión se lleva a cabo a pesar de que Cuba ya no representa ningún problema de seguridad para
Estados Unidos. Se han roto las relaciones militares entre Moscú y La Habana, ya no se trata de apoyar
las revoluciones en América del Sur y Cuba retira sus tropas de África. Pero la revolución sigue
representando un peligro de contaminación que hay que eliminar. Puesto que la seguridad como tal ya
no está a la orden del día, las exigencias que se plantean son sobre todo económicas y políticas. Cuba
debe abrazar la economía de mercado e instaurar un sistema multipartidista.
Los derechos humanos se convierten entonces en el arma principal para hostigar a Cuba. Según
palabras de Elliott Abrams, exasesor del secretario de Estado para los Derechos Humanos y Asuntos
Humanitarios de Estados Unidos, “ahora se debe dirigir severamente contra Cuba el arma principal de
los últimos años de la Unión Soviética, los derechos humanos. Ninguna estrategia estadounidense
podrá minar mejor al régimen de Castro que la que la estrategia de los derechos humanos.” (22)
Cada año se dedican decenas de millones de dólares a “acelerar la transición pacífica a una sociedad
democrática” (23), en otras palabras, a provocar un cambio de régimen, lo que va desde la organización
y financiación de partidos disidentes, las compensaciones a manifestantes, el acoso de
contrapropaganda vía diferentes emisoras de radio y televisión, la instalación de una versión local de
Twitter con el objetivo de suscitar una “primavera cubana”, hasta la instalación de conexiones vía
satélite que no se pueden rastrear entre los oponentes. (24)
2. El punto de vista de Cuba – El antiimperialismo está en sus genes
Para comprender el punto de vista y la postura de los cubanos tenemos que volver a zambullirnos en la
historia.
A principios del siglo XIX casi todos los países de América Latina consiguen su independencia. Por
diferentes razones Cuba dejó pasar esa ocasión. Solo a finales del siglo obtendrá la independencia
después de treinta años de lucha encarnizada. Estas luchas empedernidas suscitan un poderoso
sentimiento de unidad nacional y por ello tanto este orgullo y dignidad nacionales como el respeto por
su propia soberanía forman parte del ADN de la sociedad cubana.
Pero hay algo más que la unidad nacional y el patriotismo. Debido a que la lucha por la independencia
tiene lugar en un contexto de expansionismo y de intromisión directa de Estados Unidos, esta identidad
nacional adquirió un fuerte carácter antiimperialista y antiestadounidense. José Martí es el máximo
exponente y catalizador de esta ideología radical, que será el hilo conductor de los futuros movimientos
de liberación. Hasta el día de hoy la sociedad cubana está fuertemente imbuida de esta ideología.
El Apóstol de Cuba, como se ha denominado a Martí, no se hacía muchas ilusiones sobre Estados
Unidos, “viví en el monstruo y le conozco las entrañas”. (25) Hablaba sin cesar del “imperialismo” y le
preocupaba el expansionismo de Estados Unidos en “Nuestra América”, como llamaba a América
Latina. Cada país por separado era impotente ante este gigante y por ello Martí fue uno de los más
fervientes defensores de la unidad de América Latina. Martí se inscribía así en la estela intelectual de
Simón Bolívar, el gran luchador por la liberación de América Latina. Además, en opinión de Martí
Cuba desempeñaba un papel fundamental para detener al imperialismo, quería transformar Cuba “en
una especie de trinchera de defensa de los intereses de Nuestra América”. (26) Esta misión histórica
influenció fuertemente la Revolución cubana.
En esta tradición es en la que Fidel Castro, de común acuerdo con Hugo Chávez, funda en 2004 el
ALBA, la Alternativa Bolivariana para las Américas. Debe ser la otra cada del ALCA, el acuerdo de
libre comercio que Estados Unidos quiere imponer a América Latina. (27) Siete años después y
también con el impulso de Cuba se crea la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe
(CELAC). Por primera vez en la historia nace un órgano regional del conjunto de la región de América
del Sur (incluido el Caribe) sin Estados Unidos ni Canadá. Es un desaire para Washington y una razón
más para acabar con la Revolución cubana.
En busca del acercamiento...
Es indudable que la confrontación con Estados Unidos actúa como cohesionador para la Revolución
cubana. Un enemigo común estrecha las filas. “Una revolución que no fuese atacada, en primer lugar
no sería, posiblemente, una verdadera revolución. ¡Las revoluciones necesitan luchar, las revoluciones
necesitan combatir, las revoluciones, como los ejércitos para hacerse aguerridos, necesitan tener delante
un enemigo!”. Son palabras de Fidel unos meses antes del desembarco de la Bahía de Cochinos en
1961. (28)
Pero estas ventajas psicológicas y políticas no contrarrestan en absoluto unas desventas muy grandes.
Vivir bajo una constante amenaza terrorista y aislado de los mercados financieros y de otras cosas tiene
un alto coste social y económico. Se calcula que sin el bloqueo económico el PNB sería hoy en día
aproximadamente un 75 % superior (29).
Durante los treinta primeros años la Revolución cubana pudo contar con un fuerte apoyo de la Unión
Soviética. Pero esas relaciones no eran tan armoniosas como se suponía generalmente. Había fricciones
en muchos aspectos y también muchos desacuerdos importantes. (30) XXXX
En todo caso, desde 1959 el gobierno cubano buscó en varias ocasiones acercarse a su agresivo vecino.
En su bien documentada obra sobre las relaciones secretas entre Cuba y Estados Unidos LeoGrande y
Kornbluh demuestran cómo cada vez que se nombraba un nuevo presidente en la Casa Blanca, Fidel
Castro intentaba normalizar las relaciones. La conclusión de su minucioso estudio es “que existe
suficiente material que demuestra que Castro buscaba unas relaciones normales”. (31) Su hermano
sigue con esta tradición.
… pero en pie de igualdad...
Cuba siempre emprende los intentos de acercamiento sobre una postura de asociación, en plena
igualdad. Los cubanos están dispuestos a negociar para lograr unas relaciones normales, pero siempre
que se respete su propia soberanía y dignidad. Esa es la línea roja de todo acercamiento. La soberanía
es sagrada y son los cubanos quienes determinan su política interna y externa. En ese sentido no hacen
la menor concesión. Poco después de la elección de Obama como presidente Fidel dijo: “Con Obama
se puede conversar donde lo desee, ya que no somos predicadores de la violencia y de la guerra. Debe
recordársele que la teoría de la zanahoria y el garrote no tendrá vigencia en nuestro país.” (32)
Algunos ejemplos que ilustran esta determinación de principio: a partir de 1974 hubo un ligero deshielo
de las relaciones con Estados Unidos. En el Senado se alzaron voces para restablecer las relaciones
diplomáticas y poner fin al embargo económico. Precisamente en aquel momento fue cuando el
movimiento de liberación MPLA de Angola acudió a Cuba para solicitar asistencia militar destinada a
rechazar los ataques de las tropas sudafricanas. Los cubanos no dudaron, ni siquiera a costa de una
posible mejora de las relaciones con Estados Unidos.
Cuando a mediados de la década de 1990 unas avionetas de una organización contrarrevolucionaria
empezaron a violar regularmente el espacio aéreo cubano para arrojar panfletos sobre La Habana, los
cubanos tampoco dudaron. Ningún Estado soberano tolera semejante agresión. Tras una veintena de
estas provocaciones el ejército cubano advirtió que no toleraría ningún vuelo más. El 24 de febrero de
1996 abatió dos avionetas sabiendo perfectamente que eso echaría a perder por completo las relaciones
con Estados Unidos. Se esgrimió este incidente para endurecer aún más el bloqueo económico.
… y con toda la desconfianza necesaria
Además de su inflexibilidad respecto a su soberanía, los cubanos también son muy suspicaces respecto
a las posibles concesiones durante las negociaciones con Estados Unidos. Y es que en el pasado
Washington ha incumplido varias veces sus promesas.
En 1963 Cuba libera a unos presos estadounidenses tras haber obtenido unos indicios en favor de una
mejora de relaciones. En 1980 Fidel Castro acaba con la crisis migratoria (33) tras la promesa de
Washington de importantes negociaciones bilaterales. En 1984 Castro firma un acuerdo de migración
cuando los negociadores dejan entender que eso llevaría a un mejor entendimiento. En 1988 Cuba se
muestra positiva durante las negociaciones sobre Sudáfrica (34) a cambio de la promesa explícita de
que eso llevará a un mayor diálogo con Estados Unidos. En 1994 Fidel pone fin a la crisis de los
balseros cuando Clinton promete una negociaciones sobre el bloqueo económico. En 1998 el FBI
promete atacar las redes terroristas de Miami a cambio de informaciones obtenidas por los agentes
cubanos infiltrados. (35)
Washington no cumplió su palabra en ninguna de estas ocasiones. (36) A Estados Unidos le cuesta
mucho tratar a esta isla rebelde en pie de igualdad y no digamos ya reconocer su soberanía.
3. Las motivaciones de Obama: pocas diferencias con Bush
Cuando Obama entró en la Casa Blanca muchas personas esperaban una mejora de las relaciones con
Cuba. Rápidamente se van a desilusionar. Prácticamente no hay diferencias con la postura de Bush. Sí
que habrá pequeñas medidas simbólicas (37) y alguna concertación prudente en cierta cantidad de
ámbitos que benefician a ambos países (38).
Pero la parte más importante de las restricciones y del bloqueo permanece intacta. Obama gasta
exactamente lo mismo que su predecesor en programas de desestabilización. Cuba sigue estando en la
lista de “Estados que apoyan en terrorismo”, sin razón alguna. Obama prolonga el agresivo programa
de Bush para hacer ir a los médicos cubanos a Estados Unidos desde el extranjero. El presidente negro
se comunica abiertamente con el oponente más notorio al régimen. (39)
Se niega a pronunciarse sobre la petición del cardenal cubano Ortega y de notorios oponentes cubanos
de suavizar la prohibición de viajar para los ciudadanos estadounidenses. (40) Bajo su presidencia
incluso se intensifica la ciberguerra que se lleva a cabo contra la isla. (41)
Por lo demás, durante su campaña presidencial Obama ha dejado pocas dudas sobre su objetivo
respecto a Cuba: “Una apertura democrática en Cuba es, y debería ser, el objetivo principal de nuestra
política. Necesitamos una estrategia clara para lograrlo, una que emprenda ahora algunos pasos
limitados para difundir el mensaje de libertad en la isla, pero que mantenga nuestra capacidad de
negociar sobre la democracia con un gobierno post-Fidel” (42).
Un portavoz de Asuntos Exteriores confirmó este objetivo en 2010: “Hemos hecho comprender
claramente a Cuba que en primer lugar, antes de pensar en un cambio fundamental en nuestra relación,
es Cuba quien debe cambiar fundamentalmente y que nuestra reacción dependerá de las acciones que
Cuba emprenda para modificar su sistema político en profundidad” (43). Globalmente la política de
Obama durante su primer mandato fue más restrictiva que la de Clinton y Carter.
… pero el mundo cambia.
El mundo no se detiene. En lo que concierne a las relaciones entre Estado Unidos y Cuba, varios
cambios importantes hicieron cambiar a Obama de táctica.
1. América del Sur. Entre 1998 y 2015 en la mayoría de los países del continente se eligen presidentes
de izquierda. Para ellos Cuba es un símbolo de soberanía y de oposición a la dominación
estadounidense. No admiten que se aísle a Cuba y cada vez presionan más a Washington para que
normalice las relaciones. Algunos incluso amenazan con boicotear la cumbre anual de Estados
americanos. Para Estados Unidos esta región es muy importante económica y geoestratégicamente. (44)
2. Una plataforma económica. Cuba está en plena construcción de un nuevo puerto en aguas profundas,
en Mariel, cerca de La Habana, sobre todo con inversiones brasileñas. Este puerto será un polo
económico entre el continente americano, Europa y Asia. Los hombres de negocios estadounidenses
ven con malos ojos cómo Europa y países emergentes como China y Brasil arramblan con este
importante mercado. También otros sectores incitan a levantar este anacrónico bloqueo.
3. Miami. La dirección histórica en Cuba muere lentamente, pero lo mismo ocurre con la casta de
superricos que emigró a Miami después de 1959. Una gran mayoría de los estadounidenses cubanos era
tradicionalmente partidaria de un enfoque duro de Cuba, pero la generación de los jóvenes quiere unas
relaciones normales con su patria. Quieren poder ir ahí de vacaciones sin problemas, enviar dinero a su
familia e incluso pasar ahí su vejez. En 2012 Obama obtuvo la mayoría en gran parte debido a las
promesa de revisar las relaciones con Cuba. (45) Al mismo tiempo una gran mayoría de la población
estadounidense, es decir, el 72%, es favorable a poner fin al embargo económico. Incluso una mayoría
de electores republicanos quiere que se haga algo.
4. Una pérdida de visibilidad cada vez mayor. Cada año Estados Unidos se siente ridículo durante la
votación contra el bloqueo en la ONU. Cada año que se mantiene el bloqueo aumenta el coste
diplomático. Desde 1998 se añade a ello el caso de los Cinco de Cuba (46), que no hace sino aumentar
la solidaridad del mundo hacia Cuba. Diez premios Nobel se pronuncian a favor de su liberación, el
Grupo de Trabajo contra las Detenciones Arbitrarias de las Naciones Unidas y Amnistía Internacional
lo condenan y varios parlamentos nacionales votan resoluciones a favor de su liberación. Para Cuba su
liberación es una condición indispensable para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
5. Alan Gross. Este hombre es un agente encubierto estadounidense que opera en Cuba vía la agencia
oficial de desarrollo USAID. En 2009 es desenmascarado y detenido. Gross es judío y el lobby judío es
uno de los más poderosos en Estados Unidos. En el Congreso 65 senadores de 100 firman una carta a
favor de su liberación. Por consiguiente, el caso Gross se convierte en un catalizador para la liberación
de los Cinco de Cuba y para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. (47)
Cambio de táctica, no de dirección
Obama evaluó correctamente este cambio en la situación y de las relaciones de fuerza, y actuó en
consecuencia. Para aliviar la presión de América del Sur y resolver la molesta cuestión de los Cinco de
Cuba y de Alan Gross, autoriza un intercambio de presos y establece relaciones diplomáticas. Goza de
un amplio apoyo en su país y en el extranjero sale ganando en el frente diplomático.
Pero no nos engañemos, no se trata de un cambio de dirección, es simplemente un reposicionamiento
táctico. Como los diez presidentes que le precedieron Obama desea el desmantelamiento íntegro de la
política y del sistema económico de Cuba. Todo lo demás, incluido el bloqueo económico, está
subordinado a ello. “Yo no creo que el gobierno norteamericano hará alguna concesión por su buena
voluntad. El proceso de desmantelar las políticas de los pasados 57 años será condicionado por su
aproximación pragmática a las relaciones internacionales, lo cual tiene mucho que ver con sus cálculos
de costo beneficio”, afirma René, uno de los Cinco de Cuba. (48).
Obama quiere “asegurarse que [los cubanos] tiene más independencia del régimen y capacidad de
empezar a trabajar en la dirección en la que todos queremos ver que tienen éxito”.(49) No se debe
malinterpretar esta lenguaje. Una normalización de relaciones no está en absoluto a la orden del día. La
base militar de Guantánamo continúa en manos de Estados Unidos (50) y por el momento todavía no se
puede hablar de una verdadera flexibilización del bloqueo económico. Es cierto que no es el presidente
sino el Congreso quien tiene potestad de derogar la ley sobre el bloqueo. Pero Obama tiene unas
competencias presidenciales lo suficientemente amplias como para neutralizar las restricciones
comerciales, aunque se guarda bien de hacerlo (51).
Y mientras tanto se sigue penalizando duramente a los bancos extranjeros por tener transacciones con
Cuba.(52)
Obama no quiere parecer demasiado flexible, sobre todo en un momento en el que hace furor la
campaña electoral estadounidense. Una zanahoria pequeña, puede ser, pero el garrote sigue estando en
vigor.
El significado de la visita
Obama quiere fomentar la oposición interna por medio de esta visita, lo cual será necesario porque los
oponentes están fuertemente divididos entre ellos y son poco importantes. Los cubanos quieren el
cambio, sobre todo en el plano de su capacidad adquisitiva (53), pero no quieren otro sistema social ni
una alternancia de régimen. Y menos aún colaborar con el enemigo.
El corresponsal de Reuters Marc Frank dice a este respecto: “La mayoría de los cubanos busca el
cambio por medio de una reforma o de una evolución del sistema, no una alianza abierta con
Washington y con el establishment político de Miami que presiona para cambiar de régimen. La
mayoría de los cubanos son disidentes, pero no unos “disidentes” como se entiende en el extranjero”.
(54) La única fuerza de oposición que tiene verdadera importancia es la Iglesia católica y respecto al
régimen se posiciona de manera crítica aunque constructiva. (55)
Sin lugar a dudas esta visita histórica tendrá una gran repercusión mediática en medio de la cual Obama
va a brillar. Y podrá servirse de ello porque, a excepción de Irán, su política exterior no es precisamente
formidable.
La agencia de prensa Stratfor señala irónicamente que, hasta el momento, en ese plano Obama “tiene
pocos éxitos que apuntarse”. (56)
Así pues, la visita es un golpe genial de marketing para un presidente saliente. Para Cuba la visita de
Obama representa un enorme beneficio de prestigio y puede que sea el principio de una verdadera
normalización.
De todas maneras, los cubanos piden mejores relaciones, pero a condición de que se respete su
soberanía.
Un funcionario cubano afirmó que Obama es bienvenido a condición de que interfiera en los asuntos
internos. (57) El ministro de Asuntos Exteriores John Kerry pudo convencerse de ello de mala gana y
anuló su visita preparatoria. (58)
Los cubanos son perfectamente conscientes de que establecer unas relaciones más estrechas con una
superpotencia que quiere desmembrar su sistema no deja de ser arriesgado. Según René de los Cinco de
Cuba, “será sin dudas un reto proteger nuestros valores bajo tales presiones en lo económico, político e
ideológico. La conciencia de esos riesgos es nuestra primera defensa, pero tenemos que ser inteligentes
para transformar estos eventos en oportunidades y evadir los riesgos envueltos, incluyendo el de la
erosión de nuestro sistema de valores.” (59)
La medida en que esta visita inaugure unas mejores relaciones dependerá sobre todo de las relaciones
de fuerza en América del Sur, de las evoluciones económicas en la zona y, por supuesto, del próximo
presidente en la Casa Blanca. Vivimos una época apasionante.
Traducción del neerlandés al francés: Anne Meert para Investig’Action
Notas:
1) http://www.josemarti.cu/publicacion... .
2) https://www.stratfor.com/analysis/g... ; http://www.stratfor.com/weekly/geop... ;
http://www.truth-out.org/news/item/... .
3) http://cgm.cs.mcgill.ca/ godfried/c... .
4) Gott R., Cuba. A New History, New Haven, 2004, p. 58.
5) Gott R., Cuba. A New History, New Haven, 2005, p. 59-70.
6) http://www.dewereldmorgen.be/artike... .
7) http://www.huffingtonpost.com/noam-... .
8) Véase Chomsky N., Obama’s Historic Move, http://www.telesurtv.net/english/op... .
10) Stella Calloni. Operación Condór. Pacto Criminal, La Habana, 2005.
11) http://cubanismo.net/cms/nl/artikel...
12) http://www.elnuevodia.com/noticias/... .
13) http://www.theguardian.com/us-news/... .
14) Demuynck K. y Vandepitte M., De Factor Fidel, Antwerpen, 2008, p. 37-8.
15) http://www.nytimes.com/1998/07/12/w... .
16) http://cubanismo.net/cms/nl/artikel... .
17) https://www.awesomestories.com/asse... .
18) LeoGrande W. y Kornbluh P., Back Channel to Cuba. The Hidden History of Negotiations between
Washington and Havana, Chapel Hill, 2014, p. 43-4.
19) Vandepitte M., De gok van Fidel. Cuba tussen socialisme en kapitalisme, Berchem, 1998, p. 49-57.
20) http://articles.baltimoresun.com/19... .
21) El País Internacional, 7 de abril de 1997, p. 5; El País Internacional, 26 de mayo de 1997, p. 13.
22) Wall Street Journal, 5 de septiembre de 1994.
23) “The Cuba Democracy and Contingency Planning Program (CDCPP) is expressly designed to
hasten Cuba’s peaceful transition to a democratic society. To realize Cuba’s successful, political, social
and economic transition…” [El Programa Democracia en Cuba y Planificación de Contingencia se ha
diseñado específicamente para acelerar la transición pacífica de Cuba a una sociedad democrática. Para
llevar a cabo la transición política, social y económica de Cuba]
https://www.scribd.com/doc/12221740... . La promoción de la democracia se lleva a cabo a través de
USAID, la agencia de ayuda oficial de Estados Unidos.
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