M1-H - Estado de México - ARMANDO HERNANDEZ AVILA

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PRIMERA REUNIÓN NACIONAL DE JUECES, CONSEJOS DE LA
JUDICATURA, ÓRGANOS ADMINISTRATIVOS Y ESCUELAS JUDICIALES, EN
AGUASCALIENTES
TITULO DE LA PONENCIA
ALCANCES DE LAS REFORMAS EN MATERIA FAMILIAR
DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO DE MÉXICO,
EN RELACIÓN AL JUICIO DE PATERNIDAD
ELABORADO POR
LICENCIADO ARMANDO HERNÁNDEZ AVILA
JUEZ TERCERO FAMILIAR DE METEPEC DEL H. TRIBUNAL SUPERIOR DE
JUSTICIA DEL ESTADO DE MÉXICO
TOLUCA, MÉXICO, JUNIO 2001.
RESUMEN EJECUTIVO
Se estima que todas las cuestiones relativas a la paternidad son de orden
público e interés social, lo que significa que el Estado está obligado, a través de su
órgano o Poder Legislativo, a dotar a los Tribunales de procesos ágiles y eficaces
mediante los cuales real y verdaderamente se puedan hacer efectivos de una
manera equitativa y justa los derechos familiares. Por ello, se propone que en
todas las entidades federales se erija el juicio predominantemente oral en el que
se regulen las figuras de la suplencia de la queja y el interés superior del menor, a
fin de que el juzgador pueda materializar sus facultades discrecionales en
búsqueda de la verdad histórica y real.
También el Estado deber proveer a los Tribunales de la infraestructura
humana que baste a prestar de una manera eficiente la delicada tarea de impartir
justicia.
Asimismo, el Estado se encuentra en la obligación de ministrar a los
Tribunales de la infraestructura material y económica suficiente que le permita
enfrentar todas sus responsabilidades que tiene encomendada; dotando a los
órganos jurisdiccionales de un departamento de peritos que coadyuve en la plena
tarea de administración de justicia, para que así los tribunales puedan investigar
de una manera objetiva y científica la verdad que se busca y se litiga, apoyando y
auxiliando de esta manera a todos los justiciables, en especial a los que por su
precaria situación económica no cuentan con recursos para sostener, cuantificar y
costear una prueba pericial en cualquier materia, en especifico en materia
genética molecular (ADN).
ÚNICO. Dispositivos del Código de Procedimientos Civiles del Estado de
México que coadyuvan a resolver los problemas que pueden presentarse en un
juicio de paternidad.
A manera de preámbulo debemos decir que antes de que se crearan y
publicaran las reformas actuales que sufrió el Código de Procedimientos Civiles
del Estado de México, reformas publicadas en la Gaceta de Gobierno del Estado
de México de fecha 19 de febrero del 2009, la norma adjetiva realmente no
aportaba ni contenía los instrumentos procesales necesarios a través de los
cuales se pudiera investigar de manera pronta, eficaz, objetiva y científica el
problema fundamental que involucra el juicio de paternidad, el saber si la parte
demandada es o no el padre o madre consanguíneo de la parte actora. Lo anterior
era así, porque el citado ordenamiento procesal si bien contemplaba como medios
de prueba la confesión; documentos; dictámenes periciales; inspección judicial;
testigos; fotografías, registros dactiloscópicos y, en general, todos aquellos
elementos aportados por los descubrimientos de la ciencia; así como las
presunciones; sin embargo, en los juicios de paternidad difícilmente el demandado,
a través de una confesión expresa, reconocía ser el progenitor de la parte actora.
La prueba pericial, como estaba regulada antes de las reformas del Código
Procesal Civil del Estado de México, se convertía en un medio de prueba muy
costoso para la parte interesada, difícil de sostener y de pagar, y con ello,
mediante los restantes medios de prueba, casi le era imposible a la parte
accionante demostrar la paternidad o maternidad que se estuviera investigando o
en su caso contradiciendo; habiendo casos que aunque de hecho existiera la
paternidad o maternidad que se estuviera indagando, ante la falta de dictámenes
periciales en materia genética molecular (ADN), la parte demandada resultaba
absuelta, lo que generaba severas injusticias en contravención a un derecho
fundamental de toda persona, sobre todo de los menores o incapaces, a saber: El
derecho a su identidad, el cual implica saber y conocer nuestro origen.
No pasa desapercibido que los juzgadores en aras de buscar y hacer
justicia, para resolver el problema que involucra todo juicio de paternidad, en uso
de las facultades discrecionales que le otorgaban los artículos 267 y 268, para
mejor proveer ordenaban y decretaban de oficio recibir prueba pericial en materia
genética molecular a fin de que se investigara y acreditara de una manera
científica la paternidad que se discutía en el juicio contradictorio. Empero, para ello
se enfrentaba a un verdadero vía crucis procesal y económico, pues para ello en
el expediente tenía que decretar
todas las providencias necesarias a fin de
investigar qué institución de orden público, privado o social podía auxiliarlo de una
manera gratuita en la aportación de peritos que se encargaran de examinar y
tomar las muestras necesarias a las partes y llevarlas al laboratorio respectivo
para posteriormente, conforme a los resultados de dichos exámenes y pruebas,
dictaminar sobre la existencia o no de paternidad, y esto, en la mayoría de los
casos, era prácticamente imposible, porque dichas instituciones de orden público
(Procuraduría General de Justicia a través de su departamento de peritos), de
orden social (Sistemas del Desarrollo Integral de la Familia) o Institución de
Asistencia Privada o
Colegios
Universitarios u otras fuentes análogas,
verdaderamente mostraban negativa de prestar auxilio a los juzgadores para los
fines ya mencionados, bajo el pretexto de no contar con peritos en esa materia, lo
cual provocaba que las facultades discrecionales que utilizaba el juzgador, para
mejor proveer, a efecto de que se investigara la verdad se volvían ineficaces y con
ello nulos sus esfuerzos en búsqueda de la justicia.
Toda esta problemática que de manera recurrente se venía presentando en
los juicios contradictorios de paternidad, realmente ha quedado resuelta con las
reformas que se han hecho en materia familiar al Código de Procedimientos
Civiles del Estado de México, mediante la innovación del llamado juicio
relacionado con las controversias del Estado Civil de las Personas y del Derecho
Familiar, el cual es predominantemente oral, según se verá a continuación.
Conforme a su artículo 5.3, este juicio de audiencias orales se rige bajo las
principios de oralidad, inmediación, publicidad, concentración y continuidad; lo que
significa que es un proceso ágil, dirigido y vivido de manera personal y directa por
el juzgador; a diferencia del anterior proceso que era lento, tardado y casi jamás
era precedido personalmente por el juzgador en su desarrollo.
Para el juicio de paternidad resultan totalmente novedosas e importantes
las presunciones que el Código Procesal Civil establece en su normatividad.
En efecto, el artículo 5.39 de Código Civil, prevé lo siguiente: Se tendrán
por ciertos los hechos que pretendan acreditar las partes al ofrecer los medios de
prueba: cuando su contraria impida u obstaculice de cualquier forma su desahogo,
no presente a los menores que tenga bajo su custodia y cuando no exhiba algún
documento o instrumento de acreditarse que los tiene a su disposición.
Como se observa, estas disposiciones adjetivas resuelven el problema que
se venía presentando en los juicios de paternidad, ya que es de ordinario que
generalmente la parte que se oponía y se sigue oponiendo al examen y a la toma
de muestras en la prueba pericial en materia genética molecular es la parte
demandada. Sin embargó, ahora con las actuales reformas al Código Adjetivo Civil,
en el supuesto o caso de que una persona se oponga a ser examinada para los
fines ya mencionados se tendrán por ciertos los hechos que se pretenden
investigar y acreditar como causa de la acción o de la excepción; y para el caso de
que una persona se oponga de manera injustificada a que se recepcione
determinada prueba se deben tener por ciertos los hechos que se pretenden
acreditar con la prueba.
Con lo señalado no cabe duda que a través de presunciones se puede
acreditar la acción de investigación o contradicción de paternidad; disposiciones
legales
del
Código
de
Procedimientos
Civiles
que
encuentran
soporte
jurisprudencial con lo sustentado por nuestro más alto Tribunal Judicial Federal en
la contradicción de Tesis que dice lo siguiente:
Juicios de Paternidad. En los casos en que a pesar de la imposición de medidas
de apremio los presuntos ascendientes se niegan a practicarse la prueba pericial
en materia de genética (ADN), opera la presunción de la filiación controvertida
(legislaciones de Nuevo León y del Estado de México). Conforme a los artículos
4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 3o., 6o., 7o. y 8o.
de la Convención sobre los Derechos del Niño; y 22 de la Ley para la Protección
de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, los menores tienen derecho a
conocer su identidad, y la importancia de ese derecho fundamental no sólo radica
en la posibilidad de que conozcan su origen biológico (ascendencia), sino en que
de ese conocimiento deriva el derecho del menor, constitucionalmente establecido,
de que sus ascendientes satisfagan sus necesidades de alimentación, salud,
educación y sano esparcimiento, para su desarrollo integral, además de que
puede implicar el derecho a una nacionalidad determinada. Por otra parte, los
Códigos de Procedimientos Civiles del Estado de Nuevo León y del Estado de
México establecen medidas de apremio a través de las cuales los Jueces y
Magistrados pueden lograr que sus determinaciones se cumplan. Así, cuando en
un juicio de paternidad se ordena el desahogo de la prueba pericial en materia de
genética (ADN) y el presunto ascendiente se niega a que se le practique, es
constitucional que se le apliquen dichas medidas para que se cumpla la
determinación del juzgador, pero si a pesar de esas medidas no se logra vencer la
negativa del demandado para la realización de la prueba, esto no significa que se
deje a merced de la voluntad del presunto ascendiente el interés superior del
menor, y que dicha negativa u oposición para la práctica de la prueba quede sin
consecuencia alguna, ya que en todo caso debe operar la presunción de la
filiación controvertida porque, por una parte, el artículo 190 bis V del Código de
Procedimientos Civiles de Nuevo León así lo señala expresamente y, por otra,
aunque la legislación del Estado de México no precisa esa circunstancia en una
norma expresa, atendiendo al interés superior del niño y de una interpretación
extensiva y analógica de los artículos 1.287 y 2.44 del Código Procesal Civil de
esa entidad federativa, que establecen los supuestos de confesión ficta y
reconocimiento de documentos, se concluye que ante la negativa del presunto
ascendiente a practicarse la mencionada prueba, debe operar la presunción de la
filiación, salvo prueba en contrario, pues como se ha dicho, considerarlo de otra
manera llevaría a dejar el interés superior del niño a merced de la voluntad del
presunto progenitor y no se respetaría su derecho fundamental a conocer su
identidad.
Contradicción de tesis 154/2005-PS. Entre las sustentadas por el Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Cuarto Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Segundo Circuito. 18 de octubre de 2006. Mayoría de tres votos.
Disidentes: José de Jesús Gudiño Pelayo y Juan N. Silva Meza. Ponente: José
Ramón Cossío Díaz. Secretario: Fernando A. Casasola Mendoza.
Tesis de jurisprudencia 101/2006. Aprobada por la Primera Sala de este Alto
Tribunal, en sesión de fecha veintidós de noviembre de dos mil seis.
Con el nuevo juicio predominantemente oral en materia familiar, el juez al
convertirse en un verdadero director del proceso, realmente está en aptitud de
participar de manera efectiva en el desarrollo de dicho proceso, concretamente en
las audiencias, donde está facultado por los artículos 1.282 (Confesional), 5.33
(declaración de parte) y 5.38 fracción III (testimonial) para interrogar de manera
directa y personal a las partes y a los testigos mediante preguntas que sean
conducentes en investigar la verdad, quedando constancia de todo ello en las
audiencias que son audio y video-grabadas, lo cual resulta totalmente importante
en búsqueda de equidad y justicia en la resolución de toda contienda judicial.
En atención al tema que nos viene ocupando, resulta de capital importancia
la reforma que se dio a la prueba pericial en materia familiar, reforma que se
consagra en sus artículos 5.32 fracción III y 5.32 fracción II
Así es, conforme a dichas disposiciones procesales, ahora la prueba
pericial no necesariamente es colegiada como lo sustentaba el anterior Código
Adjetivo, ya que una vez que la parte interesada ofrece la prueba pericial es el
juez quien debe designar al perito en la materia respectiva, perito que se obtiene y
nombra del propio Departamento de Peritos perteneciente al Tribunal Superior de
Justicia, con lo cual la parte
oferente ya no tiene que cubrir los gastos y
honorarios que implica la prueba pericial, ya que éstos son absorbidos por el
Tribunal. De esta manera, en los casos de paternidad, una vez ofrecida la pericial
en materia de genética molecular el juez designa a costa del Tribunal un perito
oficial en esa materia, perito que al formar parte del Departamento Pericial del
Tribunal Judicial dá la garantía de certeza y credibilidad, ya que antes de formar
parte de dicho departamento son sometidos a escrupulosos exámenes,
eligiéndose a los más probos, honestos, profesionales y expertos en la materia; y
con lo cual se logra que desde un punto de vista objetivo y científico se descubra
la verdad sobre las acciones de paternidad.
Aun más el legislador familiar no desatendió los derechos de menores e
incapaces, ni todo aquello que implique derecho familiar, ya que en el Código
Procesal Civil vigente en sus artículos 5.8 y 5.16 implantó las figuras de la
suplencia de la queja y el interés superior del menor, lo que significa que en los
juicios de paternidad el juzgador está facultado y obligado en salvaguardar los
derechos fundamentales de menores e incapaces, así como de las personas que
estén litigando derechos familiares, y precisamente en tutela de dichos derechos
debe de allegarse de oficio y para mejor proveer de todos las pruebas necesarias
que le permitan investigar de una manera objetiva la verdad que se discute en el
juicio contradictorio, encontrándose entre ellas la prueba pericial en materia
genética molecular (ADN), para lo cual, según quedo establecido, nombra perito
del Departamento de Peritos del Tribunal Superior de Justicia, y de esta manera
procura que se demuestre de una manera indiscutible y científica sobre la
paternidad que se investiga, lo cual genera resultados muy favorables en pro de la
administración de justicia.
CONCLUSIONES
1. Si bien las cuestiones relativas a la paternidad son de orden civil y privado;
sin embargo, por su enorme trascendencia deben considerarse de orden
público e interés social.
2. Siendo las cuestiones relativas a la paternidad de orden público e interés
social, el Estado debe proveer a los Tribunales de una legislación civil y
adjetiva totalmente moderna que coadyuve de una manera pronta y eficaz
en la solución de los conflictos derivados de los juicios de paternidad.
3. En el Código Procesal
Civil vigente del Estado de México, con la
implantación del juicio predominantemente oral en materia familiar,
realmente se ha resuelto la problemática general que presentaba todo juicio
de paternidad, pues a través del mismo se cuenta con un sistema procesal
nuevo que permite investigar de manera ágil, pronta, objetiva y hasta
científica lo relativo a la paternidad.
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