VOTO DE MINORÍA DEL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3280

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VOTO DE MINORÍA QUE FORMULAN LOS MINISTROS LUIS
MARÍA AGUILAR MORALES Y ALBERTO PÉREZ DAYÁN, EN EL
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3280/2012, RESUELTO POR LA
SEGUNDA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA
NACIÓN, EN SESIÓN DE TRES DE ABRIL DE DOS MIL TRECE.
En sesión de fecha tres de abril de dos mil trece, la Segunda
Sala de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió el
amparo directo en revisión 3280/2012, en el sentido de revocar la
sentencia recurrida y conceder el amparo. En ese expediente el
principal tema a dilucidar se refirió a la interpretación del artículo
Décimo Primero del Decreto por el que se otorgan beneficios fiscales a
diversos contribuyentes, publicado en el Diario Oficial de la Federación
de treinta de octubre de dos mil tres, concretamente, si la exención
que ese Decreto prevé en beneficio de las empresas maquiladoras
debe aplicarse al impuesto causado, o al impuesto a pagar, es decir, al
impuesto que resulte después de aplicar los pagos provisionales.
En la ejecutoria correspondiente la mayoría de los señores
Ministros determinaron que la interpretación que debe darse a los
artículos Décimo Primero y Décimo Séptimo del Decreto referido,
consiste en que el monto al que asciende la exención parcial que el
titular del Ejecutivo Federal concedió a la industria maquiladora, debe
disminuirse del impuesto sobre la renta causado, de manera previa al
acreditamiento de los pagos provisionales efectuados en el ejercicio,
ya que sólo de esa forma se disminuirá el beneficio en términos
nominales de la obligación tributaria, pues de no considerarlo así,
implicaría que la aminoración parcial concedida a los contribuyentes
que se dediquen a la actividad referida, únicamente podría aplicarse
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contra el saldo que, en su caso, quede pendiente después de que
sean acreditados los citados pagos provisionales, lo que podría dar
margen a que no exista remanente contra el cual amortizar la
prerrogativa o que sea disminuida en menor cuantía, por lo que no
resultaría lógico que el Presidente de la República haya diseñado una
fórmula aritmética compleja para determinar el monto de la
exoneración, si de cualquier forma se aplicaría nada más cuando
exista un remanente de signo positivo y en la cuantía que represente
éste, es decir, pendiente de ser cubierto una vez que se restaron los
pagos provisionales.
Sobre esa base, y tomando en cuenta que la interpretación de
las disposiciones referidas difiere de la que efectuó el Tribunal
Colegiado, se revocó la sentencia recurrida y se concedió el amparo
para el efecto de que la Sala responsable deje insubsistente la
sentencia reclamada y en su lugar emita otra en la que observe la
interpretación formulada por la Sala resolviendo la litis del juicio
contencioso administrativo de origen conforme a derecho procede y
con plenitud de jurisdicción.
Al respecto, los que suscribimos este voto, respetuosamente
disentimos del criterio de la mayoría, en virtud de que a nuestro
parecer se debió confirmar la sentencia recurrida y negar el amparo
solicitado, porque la exención prevista en el artículo Décimo Primero
del Decreto combatido debe aplicarse respecto del impuesto a cargo,
máxime que la interpretación de los señores Ministros integrantes de
la mayoría implica que la quejosa obtenga un saldo a favor, lo que
convierte al estímulo fiscal de que se trata en una verdadera
subvención, cuando ese no es el objetivo de la norma.
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Los artículos Décimo Primero y Décimo Séptimo del Decreto
combatido, son del tenor siguiente:
“Artículo Décimo Primero. Se exime parcialmente del
pago del impuesto sobre la renta a los contribuyentes a
que se refiere el penúltimo párrafo del artículo 2 de la
Ley del Impuesto sobre la Renta, en una cantidad
equivalente a la diferencia del impuesto sobre la renta
que resulte de calcular la utilidad fiscal que represente,
al menos, la cantidad mayor de aplicar lo dispuesto en
los incisos a) y b) de la fracción II del artículo 216-Bis
de la citada Ley, y el impuesto sobre la renta que
resultaría de calcular dicha utilidad fiscal aplicando el
3%, en ambos casos, siempre que se cumplan con los
demás requisitos establecidos en el artículo 216-Bis de
la Ley del Impuesto sobre la Renta.
Para calcular el beneficio a que se refiere este artículo,
los contribuyentes al aplicar lo dispuesto en el inciso
a) de la fracción II del artículo 216-Bis de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, podrán excluir del cálculo a
que se refiere dicho inciso, el valor de los inventarios
utilizados en la operación de maquila.”
“Artículo Décimo Séptimo. La aplicación de los
beneficios establecidos en el presente Decreto no dará
lugar a devolución o compensación alguna, salvo en
los casos previstos en el Artículo Noveno del propio
Decreto.”
Ahora bien, de acuerdo con los artículos 2, penúltimo párrafo y
216 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, la mecánica para
determinar esa contribución en el caso de empresas maquiladoras,
varía únicamente respecto de otros contribuyentes en el cálculo de la
utilidad fiscal, de ahí que no se modifica la manera de obtener el
monto del impuesto a cargo, en particular por lo que hace a la
disminución de los pagos que ya fueron realizados de manera
provisional de conformidad con el diverso 14 de la misma Ley, que
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dispone que los contribuyentes realizarán pagos provisionales
mensuales a cuenta del impuesto del ejercicio, los cuales podrán
acreditar contra el impuesto causado del mismo ejercicio, obteniendo
así el impuesto a cargo o por pagar.
Lo que aplicado al texto del artículo Décimo Primero del Decreto
cuestionado, nos conduce a estimar que el beneficio ahí previsto
incide sobre el pago del impuesto sobre la renta adeudado al fisco
federal, porque el Decreto es claro en establecer que exenta
parcialmente el pago de ese impuesto, no así del impuesto causado.
En otras palabras, la reducción obtenida en términos del Decreto
impugnado, es posterior al acreditamiento de los pagos provisionales,
ya que éstos constituyen verdaderos anticipos y revelan el impuesto
por pagar del que se exime en forma parcial al contribuyente.
Así, consideramos que la interpretación de las disposiciones
referidas es de suma importancia, ya que el criterio que prevaleció
llega al extremo de que el contribuyente no sólo quede exento del
pago del impuesto, sino que incluso, tenga un saldo a favor, lo que
desvirtúa el objetivo del Decreto en cuestión.
En efecto, en la parte considerativa del Decreto se hizo
referencia a la necesidad de impulsar a la industria maquiladora
porque constituye un importante sector de la economía generador de
inversiones y empleos, por lo se consideró conveniente otorgar una
exención parcial del pago del impuesto sobre la renta; lo que
significa que el supuesto contenido en el artículo Décimo Primero del
Decreto se deba interpretar en el sentido de que el monto de la
exención debe disminuirse del impuesto a cargo, ya que su objetivo es
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la de exentar sólo parte del pago de la contribución o sea el saldo que
en su caso quede pendiente después de acreditar los pagos
provisionales y, por tanto, la norma no se puede interpretar para
entender que el beneficio se aplica por el impuesto causado, toda vez
que ello sería tanto como concluir que el Decreto está exentando del
impuesto causado en todo el ejercicio fiscal, cuando su finalidad es la
de exentar el pago parcial de la contribución.
La interpretación a la que arribamos tiene su apoyo en la propia
naturaleza de los beneficios o estímulos fiscales, los que constituyen
prestaciones económicas concedidas por el Estado a una persona o
grupo de personas, con el objeto de apoyarlas o fomentar su
desarrollo económico o social, es decir, son instrumentos que el
Estado establece para impulsar o alentar algunas actividades, con la
condición de que la finalidad perseguida con ellos sea objetiva; en el
caso, el Decreto busca beneficiar entre otras actividades, la
desarrollada por las maquiladoras y, como ya apuntamos, mediante un
beneficio aplicable respecto del impuesto por pagar, ya que
interpretarlo de manera diversa nos llevaría al extremo de que al
contribuyente le resulte un saldo a favor, supuesto en el cual el
estímulo dejaría de serlo para convertirse en un verdadero subsidio,
en perjuicio de las finanzas del Estado y del resto de contribuyentes
que terminaría subvencionando a un sector de la industria, cuando ese
no es el objetivo del Decreto impugnado.
Lo razonado explica que en el artículo Décimo Séptimo del
Decreto, se haya previsto que la aplicación del beneficio no dará lugar
a devolución o compensación alguna, salvo en los casos fijados en el
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artículo Noveno del propio Decreto, toda vez que el beneficio incide
sobre el pago del impuesto sobre la renta adeudado.
Sobre el particular resultan aplicables en lo conducente, las
jurisprudencias que a continuación se reproducen:
“ACTIVO. ES IMPROCEDENTE LA DEVOLUCIÓN DEL
SALDO A FAVOR DEL IMPUESTO RELATIVO, EN LA
PARTE DEL ACREDITAMIENTO DEL IMPUESTO
ESPECIAL SOBRE PRODUCCIÓN Y SERVICIOS QUE
PREVÉ EL ARTÍCULO 15, FRACCIONES VI Y VII, DE LA
LEY DE INGRESOS DE LA FEDERACIÓN VIGENTE EN
1999 Y 2001. De conformidad con el artículo citado, los
contribuyentes de los sectores agrícola, ganadero,
pesquero y minero que adquieran diesel para su
consumo final, siempre que no sea para uso automotriz
en vehículos que se destinen al transporte de personas
o efectos a través de carreteras o caminos, tienen
derecho al estímulo fiscal consistente en el
acreditamiento del impuesto especial sobre producción
y servicios que hayan pagado por su adquisición,
contra el impuesto sobre la renta que tengan a su
cargo o sus retenciones efectuadas a terceros, contra
el impuesto al activo o contra el impuesto al valor
agregado. Por su parte, el artículo 9o. de la Ley del
Impuesto al Activo, establece que los contribuyentes
tienen derecho a la devolución del saldo a favor de ese
impuesto, siempre que se satisfagan los siguientes
requisitos: a) que el impuesto sobre la renta sea el
efectivamente pagado; b) que el monto de la
devolución no sea mayor a la diferencia entre ambos
impuestos; c) que la cantidad respectiva no se haya
devuelto con anterioridad; y, d) que la devolución se
solicite en el ejercicio en que se presenta la
declaración que refleja por primera vez dicho
excedente. Ahora bien, aun cuando es cierto que los
contribuyentes pueden enterar el impuesto al activo a
través del acreditamiento del impuesto especial sobre
producción y servicios que prevé el artículo 15,
fracciones VI y VII, de la Ley de Ingresos de la
Federación vigente en 1999 y 2001, también lo es que
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si con motivo de ello tienen saldo a favor, no tienen
derecho a su devolución, toda vez que conforme al
segundo párrafo del inciso a) de la fracción VII del
mencionado artículo 15, en ningún caso procede la
devolución del impuesto especial sobre producción y
servicios.” (Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Segunda Sala, Jurisprudencia,
Tomo XX, septiembre de 2004, tesis 2a./J. 122/2004,
página 107, número de registro 180737).
“ESTÍMULOS FISCALES. DEBEN RESPETAR LOS
PRINCIPIOS DE JUSTICIA FISCAL QUE LES SEAN
APLICABLES, CUANDO INCIDAN EN LOS ELEMENTOS
ESENCIALES DE LA CONTRIBUCIÓN. Los estímulos
fiscales, además de ser benéficos para el sujeto
pasivo, se emplean como instrumentos de política
financiera, económica y social en aras de que el
Estado, como rector en el desarrollo nacional, impulse,
oriente, encauce, aliente o desaliente algunas
actividades o usos sociales, con la condición de que la
finalidad perseguida con ellos sea objetiva y no
arbitraria ni caprichosa, respetando los principios de
justicia fiscal que les sean aplicables cuando incidan
en los elementos esenciales de la contribución, como
sucede en el impuesto sobre la renta en el que el
estímulo puede revestir la forma de deducción que el
contribuyente podrá efectuar sobre sus ingresos
gravables una vez cumplidos los requisitos previstos
para tal efecto.” (Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Segunda Sala, Jurisprudencia,
tomo XXXI, marzo de 2010, tesis 2a./J. 26/2010, página
1032, número de registro 165028).
Las razones expuestas conducen a votar en contra de la
decisión de la mayoría ya que, en nuestra opinión debió confirmarse la
sentencia recurrida y negarse el amparo y protección de la Justicia de
la Unión a la quejosa.
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MINISTRO
_____________________________
LUIS MARÍA AGUILAR MORALES
MINISTRO
______________________
ALBERTO PÉREZ DAYÁN
En términos de lo dispuesto por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación en su sesión del veinticuatro de abril de dos mil siete, y conforme a lo
previsto en los artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, así como en el
segundo párrafo del artículo 9º del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en
esta versión pública no es necesario hacer una clasificación de la información aquí
contenida.
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