GUIÓN PARA LA PRESENTACIÓN DE TÉCNICAS DE EXPOSICIÓN DIAPOSITIVA 1 La exposición constituye una de las técnicas más eficaces para la reducción de la ansiedad. Se basa en la presentación repetida del estímulo que evoca la ansiedad hasta que ésta remita. La norma básica es la presentación al individuo de la situación ante la que tiende a realizar las conductas de evitación, logrando que se enfrente a esa situación repetidamente hasta que el malestar disminuya. DIAPOSITIVA 2 Como puede verse, en un primer momento la presentación del estímulo produce un rápido incremento de la ansiedad, para luego estabilizarse y, transcurrido un tiempo, comenzar a descender gradualmente. Además, el nivel de ansiedad inicial disminuye en las sucesivas sesiones de exposición. No obstante, las razones por las que la exposición reduce la R en lugar de sensibilizarla no están bien establecidas. De hecho, la identificación precisa de estos mecanismos constituye el principal reto en la investigación en esta área. DIAPOSITIVA 3 La exposición adopta diversas formas que pueden situarse a lo largo de un continuo en función de la graduación de los estímulos o situaciones temidas. El polo de máxima graduación estaría ocupado por la DS, mientras que en el de mínima graduación se encontraría la inundación, en la que la exposición se realiza de manera masiva y prolongada ante estímulos que suscitan altos niveles de ansiedad en el individuo. Entre estas dos técnicas de exposición sistematizadas se situarían distintas variantes o procedimientos que reciben la denominación genérica de exposición. Técnicas de Exposición 1 DIAPOSITIVA 4 La exposición está indicada normalmente cuando el objetivo es superar la evitación del paciente de situaciones o acontecimientos objetivamente inocuos. La aplicación de la exposición está indicada cuando: El miedo que presenta el sujeto no es secundario a otros problemas (e.g. déficit de habilidades, ideas o creencias sobrevaloradas…). Por ejemplo, si exponemos a un sujeto que carece de habilidades para hablar en público ante un auditorio es muy probable que fracase, con lo que su ansiedad volverá a condicionarse. En este tipo de situaciones la exposición ha de complementarse con técnicas específicas para el tratamiento de esos otros problemas (e.g. entrenamiento en habilidades sociales, técnicas para la modificación de ideas o creencias,…). Las circunstancias que suscitan la evitación son específicas y están definidas. En el caso de la exposición en vivo puede resultar esencial, además, una buena relación terapeuta-paciente (factor vital para asegurar el cumplimiento del paciente de la exposición a una situación que ha evitado durante años). DIAPOSITIVA 5 El procedimiento general es bastante simple. Sin embargo, aplicarlo en forma de estrategia flexible que pueda ser adaptada a circunstancias cambiantes y a menudo inesperadas, y a las características de cada caso, puede no ser tan sencillo. La aplicación de la técnica comienza determinando si es adecuada o no su aplicación, si se cumplen las condiciones anteriormente aludidas. Así mismo, conviene establecer la presencia de otros factores que, sin llegar a imposibilitar la aplicación de la técnica, se ha constatado que son predictores Técnicas de Exposición 2 de resultados terapéuticos pobres, como: La presencia de estado de ánimo deprimido El consumo de alcohol o ansiolíticos. A continuación, se procede a la explicación terapéutica de la técnica. Este aspecto, que es común a otras técnicas conductuales, resulta especialmente relevante en este caso, por el tipo de tarea que se le va a solicitar al paciente. Es más, en ocasiones puede implicar explicación también a familiares (e.g. en TOC para que no participen en los rituales del paciente, o si los familiares van a actuar como coterapeutas). La aplicación de la técnica propiamente dicha implica: La identificación de los estímulos fóbicos La presentación de esos estímulos fóbicos Y la repetición de dichas presentaciones hasta conseguir la desaparición de la respuesta de ansiedad ante los distintos estímulos seleccionados. Veamos más pormenorizadamente cómo se aplican estos tres últimos pasos. DIAPOSITIVA 6 Para optimizar la eficacia de la exposición es importante determinar los parámetros específicos que afectan al temor del paciente (e.g. en las fobias a volar unas personas manifiestan su temor máximo cuando hay turbulencias, otras en el despegue o el aterrizaje, otras cuando el avión es muy pequeño,... ). Las variaciones son numerosas y han de especificarse para cada caso. Y para ello se recurre a la construcción de una jerarquía de estímulos ansiógenos. El paciente es quien establece la jerarquía, ya que esta es personal e idiosincrásica. Sin embargo, para conseguirlo, el terapeuta ha de ir guiándole en las distintas tareas, de acuerdo con la siguiente secuencia: Técnicas de Exposición 3 En primer lugar, es preciso entrenar al sujeto en el manejo de las escala de Unidades Subjetivas de Ansiedad (USA), para lo que se procede a la valoración de diferentes situaciones, a las que el paciente tiene que asignar un valor de ansiedad (entre 0 y 100). A continuación, se establecen, secuencialmente: o El punto de anclaje superior de la jerarquía, esto es, el estímulo relacionado con su miedo que genera la máxima ansiedad al paciente, y que suele situarse en torno a las 100 USAs. o El punto de anclaje inferior de la jerarquía, esto es, el estímulo relacionado con su miedo que genera la mínima ansiedad al paciente. Este item suele generar problemas ya que en ocasiones al paciente le resulta identificar una situación relacionada con su miedo y que le genere poca ansiedad. Este item puede situarse entre 5 y 15 USAs. o El punto medio entre ambos, esto es, un estímulo relacionado con el miedo del paciente y que le genere una ansiedad intermedia entre las dos anteriores (alrededor de 50 USAs). o A partir de ahí, se van generando ítems intermedios hasta tener unos 10 items sin que existan saltos de más de 15 USAs entre ítems consecutivos. Cada ítem se va anotando en una tarjeta indicando en el reverso de la misma su valor en USAs. Para completar la jerarquía se pide al paciente que, como tarea para casa, realice una nueva jerarquía siguiendo las mismas pautas que se han utilizado en consulta, y que anote los ítems en las tarjetas correspondientes. En la siguiente sesión, se revisan ambas jerarquía, verificando similitudes y discrepancias, y unificando ambas en una única Técnicas de Exposición 4 jerarquía que será la que se aplicará posteriormente en la presentación de estímulos. Para ello, se mezclan las tarjetas de ambas jerarquías, y se ordenas, de menor a mayor, sin mirar el grado de ansiedad del reverso. Se vuelven a valorar (por delante). Se desechan aquellas tarjetas que muestren una discrepancia importante (mas de 15 USAs) entre las dos valoraciones, la realizada con anterioridad y la actual. Si existen dos o más ítems de valor similar, se escoge uno y se reservan los demás para exposición in vivo o sesiones de reaprendizaje. VIDEO CONSTRUCCIÓN DE LA JERARQUÍA DIAPOSITIVA 9 o Los alumnos deben escoger una situación que les provoque ansiedad y elaborar la primera jerarquía, según el procedimiento explicado. o En casa, elaborarán una segunda jerarquía o Por parejas, actuando alternativamente de paciente y terapeuta, elaborarán sus jerarquías definitivas o En el caso de que algún alumno manifieste no sentir temo o ansiedad ante nada, se le aplicará el Fear Survey III, y se elaborará la jerarquía con alguno de los ítems cuya contestación sea 3 o 4. DIAPOSITIVA 10 Respecto a la presentación de EE fóbicos, existen varias posibilidades en función de la modalidad de exposición elegida. Así, la presentación puede implicar que el paciente se imagine en contacto con el E temido o exposición en imaginación, o bien, un contacto directo con los EE, denominada exposición real o en vivo. Una tercera vía que Técnicas de Exposición 5 está cobrando un auge creciente en relación con el desarrollo de nuevas tecnologías, es la presentación de EE a través de vídeo, ordenador, o, más recientemente, realidad virtual. De un modo general, la exposición en vivo sería la técnica de elección, por ser la práctica más cercana al hecho real, la que tiene una mayor capacidad para evocar el miedo, y la más eficaz, quedando las modalidades restantes reservadas para aquellos casos en los que la aplicación de la exposición en vivo resulta difícil, problemática o costosa. La práctica tradicional de comenzar por la exposición a estímulos imaginados para pasar posteriormente a estímulos reales o en vivo, no parece estar justificada, salvo en casos específicos que se comentarán más adelante. DIAPOSITIVA 11 En la exposición en vivo se le presentan al sujeto situaciones reales en las que estén presentes los estímulos temidos, ya sea en la consulta del terapeuta o, preferiblemente, en su ambiente natural, o bien con una combinación de ambas. Normalmente se comienza por el estímulo más bajo de la jerarquía de exposición, y posteriormente se va avanzando hasta llegar a completar ésta. Las jerarquías pueden incluir EE que provocan baja ansiedad e ir avanzando hasta aquellos que suscitan una ansiedad máxima (como ocurre en la DS), o bien, más frecuentemente, comenzar por ítems que provocan niveles intermedios de ansiedad (entre 40 y 60 USAs), como suele ocurrir en la exposición in vivo. Incluso pueden utilizarse jerarquías que únicamente incluyan EE que provocan una ansiedad elevada, como sucede en la inundación. Durante la presentación del estímulo el paciente o cliente tiene que valorar varias veces la ansiedad experimentada. Estas valoraciones permiten determinar la evolución de la ansiedad a lo largo de la exposición y establecer el momento pertinente para su finalización. Técnicas de Exposición 6 El estímulo (e.g. una araña, un perro, estar subido en el primer peldaño de una escalera,...) se le presenta al cliente al mismo tiempo que se impide que escape de la situación (ya sea huyendo, cerrando los ojos, alejándose del estímulo, bajándose de la escalera,...). No obstante, parece que la clave del tratamiento de exposición es impedir que la evitación o el escape se conviertan en una señal de seguridad (en el sentido de asociarse al comienzo de un periodo libre de ansiedad) más que impedir el escape en sí mismo. Por tanto, en caso de que aparezca alguna respuesta de escape o evitación es preciso instar al sujeto a que inmediatamente vuelva a exponerse a los estímulos. La exposición en vivo puede hacerse guiada por el terapeuta o bien en forma de autoexposición, esto es, el propio sujeto se expone a las situaciones temidas (normalmente en el ambiente natural en que estas tienen lugar). Esta última resulta más aconsejable, constituyendo una variable crucial en el éxito del tratamiento y en el mantenimiento de los resultados a largo plazo. Por ello, incluso cuando se opta por la exposición guiada, ésta ha de complementarse con la práctica de la autoexposición entre sesiones (e.g. asignando como tarea de autoexposición lo practicado en cada sesión en consulta). Para su aplicación suelen utilizarse: Diarios en los que el paciente registra las tareas de exposición. Guía práctica o instrucciones escritas sobre cómo llevar a cabo la autoexposición. Este tipo de material resulta muy valioso a causa del bloqueo que produce la ansiedad y que dificulta el recuerdo de las instrucciones terapéuticas. También suele implicar la participación de un coterapeuta que acompañe al paciente en algunos momentos o fases de las tareas de exposición. El coterapeuta, habitualmente un familiar, amigo, o persona del medio del sujeto, ha de servir como modelo, animar, elogiar los progresos, tranquilizar al sujeto,... para lo que ha de ser entrenado previamente (no basta con proporcionarles instrucciones escritas, y mucho menos verbales). Siempre que se utilicen coterapeutas habrá de combinarse con la autoexposición Técnicas de Exposición 7 solo para evitar la dependencia respecto al coterapeuta. Así mismo, puede ser necesario recurrir a la presencia del terapeuta cuando aparecen dificultades a lo largo del tratamiento Es frecuente que la exposición en vivo (especialmente cuando se aplica autoexposición) se combine con el entrenamiento en estrategias de afrontamiento para manejar la ansiedad como autoinstrucciones, relajación, técnicas de control de la respiración, distracción breve,.... Pero siempre el sujeto ha de prestar atención a las características de la situación temida y no huir (aunque sea con el pensamiento) de ella. VIDEO EXPOSICIÓN EN VIVO DIAPOSITIVA 15 Parece que un factor clave en la exposición es que los sujetos experimenten una disminución de la ansiedad a lo largo de la sesión. Por ello, las sesiones de exposición suelen ser de larga duración. Es más, cuando las situaciones tienen una duración limitada y ésta resulta insuficiente para que la ansiedad se reduzca (e.g. subir en un ascensor), se suele optar por repetir la exposición a dichas situaciones. La exposición a las señales inductoras del miedo puede ser gradual (comenzando por los estímulos que producen poca ansiedad y avanzando paulatinamente hasta los más terroríficos), o brusca (comenzando el procedimiento por los estímulos altos) .Ambas modalidades acaban por ser eficaces, pero la acción de la exposición brusca parece ser más rápida. No obstante, una aproximación excesivamente rápida puede dar lugar a la noadherencia y al abandono del tratamiento, por lo que la recomendación general es que la exposición sea tan rápida o brusca como pueda tolerar el paciente. Durante la presentación de los estímulos resulta esencial que el sujeto les preste atención, implicándose y sintiendo la experiencia de exposición en todos sus aspectos, ya que los pacientes que se disocian, ignoran o de forma Técnicas de Exposición 8 encubierta escapan/evitan el miedo mejoran menos. Por ello es preciso estar alerta a la posible aparición de respuestas de evitación durante la exposición (tanto manifiestas –separarse del objeto temido, taparlo, cerrar los ojos, mirar hacia otro lado,...- como encubiertas – pensar en algo agradable, atender a otros aspectos menos desagradables presentes en la situación,...-); estas últimas son, obviamente más difíciles de detectar, aunque existen algunos indicadores de su presencia (como son que el sujeto de señales de aburrimiento, que no se produzca habituación a pesar de las exposiciones repetidas, que se produzca una ansiedad mínima en las exposiciones iniciales,...). Para evitar la aparición de estas respuestas conviene incluir estrategias que ayuden al sujeto a focalizar la atención en el estímulo, tales como conversar acerca de las características de éste, de la ansiedad que le provoca, de las consecuencias que teme,... e incluso escribirlas. La aplicación de la exposición requiere, además, que las sesiones de presentación de los estímulos se repitan hasta conseguir la desaparición de la respuesta de ansiedad ante los distintos estímulos seleccionados. Una pauta habitual es que cada paso de la jerarquía debe repetirse hasta conseguir dos prácticas consecutivas en que el nivel de ansiedad se haya reducido. Si el progreso se detiene en un paso, hay que intentar averiguar por qué. Habitualmente indica que el paso elegido es demasiado difícil o que existe un salto muy brusco entre el paso anterior y el actual, por lo que habrá que generar pasos intermedios. DIAPOSITIVAS 16- 18 Como se ha comentado anteriormente, el tratamiento de elección es la exposición en vivo. Sin embargo, ésta no siempre es factible, haciendo necesario el recurso a la exposición en imaginación. Esta última constituye una opción: Cuando los estímulos inductores del miedo son de difícil acceso (e.g. Técnicas de Exposición 9 cuevas, túneles,...). Son esporádicos, impredecibles e incontrolables (e.g. tormentas, catástrofes, pesadillas, vómitos,...). Son peligrosos (e.g. el sujeto puede ser atacado) Son impracticables (e.g. monstruos, catástrofes,...) Cuando la exposición en vivo resulta muy costosa (el ejemplo típico de este tipo de situación es el miedo a volar). Así mismo, la exposición en imaginación puede utilizarse en aquellos pacientes que se muestran reticentes a aceptar la exposición en vivo. Para ellos, la exposición en imaginación es útil en la medida en que les induce a exponerse realmente a las situaciones fóbicas. No obstante, en algunos de estos casos la autoexposición puede constituir una alternativa más potente, pudiendo utilizarse como complemento o incluso sustituto de la exposición en imaginación. DIAPOSITIVA 19 La aplicación de la exposición en imaginación sigue pautas similares a la exposición en vivo pero requiere además una prueba de la capacidad de imaginación o visualización del sujeto y, en aquellos casos en los que resulte necesario, un entrenamiento con escenas neutras o ajenas al problema objeto de la exposición. Para la presentación de los estímulos se suelen construir, con el paciente, escenas detalladas en las que se incluye la descripción de la situación temida, de los desastres temidos, las reacciones de ansiedad, y los pensamientos del paciente en esa situación. Para facilitar la imaginación de la escena pueden utilizarse algunos elementos reales que rememoren la situación (e.g. una grabación con los ruidos de un aeropuerto o de una tormenta). Técnicas de Exposición 10 Habitualmente durante la exposición en consulta se graban esas escenas, lo que permite que el sujeto se exponga a ellas en su propia casa o en los contextos en que aparecen los miedos (e.g. si teme que podría matar a alguien por la calle, la lleva en un walkman y va escuchándola cuando pasea por la calle). VIDEO EXPOSICIÓN EN IMAGINACIÓN Los alumnos tienen que observar el proceso, indicando los fallos y aciertos de la actuación de los terapeutas. A continuación y como práctica, llevarán a cabo una exposición en imaginación DIAPOSITIVA 23 Como hemos visto, existe toda una serie de estímulos para los que la exposición en vivo resulta “problemática”. En estos casos puede recurrirse a la exposición en imaginación. No obstante, algunos pacientes tienen dificultades para imaginar escenas o para que lo imaginado les provoque ansiedad. Para estos pacientes los sistemas automatizados de presentación de los estímulos suponen una alternativa. En estos casos se puede recurrir a la utilización de diversos materiales gráficos (como fotografías, viñetas,…), o al vídeo, presentando películas o escenas en las que aparecen los estímulos temidos por el sujeto. Una segunda posibilidad que permite mayores posibilidades de variación y manipulación de los estímulos, es la presentación a través de la pantalla del ordenador. O bien, utilizando lo desarrollos tecnológicos más recientes, la realidad virtual (RV) en la que la sensación de “presencia” del estímulo parece ser mayor. Este tipo de exposición sitúa al sujeto en un mundo virtual que implica imágenes tridimensionales que cubren todo el campo visual del sujeto, estableciéndose una interacción continua entre el sujeto y el ordenador, que la diferencia claramente de las simulaciones. En la RV cada acción del sujeto tiene una repercusión en tiempo real sobre el mundo virtual (así, si el sujeto gira la cabeza o se agacha, su perspectiva de la situación varía inmediatamente, del mismo modo que sucede en el mundo real). Técnicas de Exposición 11 VIDEO EXPOSICIÓN MEDIANTE ORDENADOR DIAPOSITIVA 26 El principal problema en la aplicación de programas de exposición, especialmente cuando se realizan en vivo, es la motivación del paciente y su persistencia en la práctica; por lo que resulta esencial establecer estrategias que ayuden a reafirmar la decisión del paciente de exponerse a la situación temida, tales como establecer una adecuada graduación de los objetivos terapéuticos, o la colaboración de coterapeutas que estén atentos a las reacciones del paciente y le motiven y apoyen en la realización de la tarea. En el caso de la exposición en imaginación hay que añadir los problemas relacionados con la posible aparición de evitación encubierta, y sobre todo, el que se parodia en la viñeta, la generalización a los estímulos reales. Se puede encontrar que los estímulos reales siguen suscitando miedo al paciente (el llamado “miedo residual”) a pesar de la habituación a ellos en imaginación. Por ello, al aplicar este tipo de exposición se hace necesaria la programación de una habituación a los estímulos en vivo. DIAPOSITIVA 27 Por lo que respecta a sus aplicaciones, la exposición (en una u otra variante) es la técnica de elección para el tratamiento de las conductas de evitación en los trastornos fóbicos y el TOC. No obstante, en los últimos años las aplicaciones de la exposición, ya sea como técnica de elección o complementaria, se han ampliado. Estas abarcan hoy la presentación de estímulos internos, cognitivos o fisiológicos, en un intento de trasladar la potencialidad de las técnicas de exposición a trastornos de ansiedad en los que no hay conductas de evitación manifiestas o éstas son muy sutiles, o en los que la evitación es meramente cognitiva. Así mismo, el tratamiento de exposición se ha extendido a otro tipo Técnicas de Exposición 12 de problema, como trastornos adictivos o de la alimentación, en los que e expone al sujeto a estímulos que le resultan altamente atractivos y apetitivos. Algunas de estas aplicaciones incluyen: Exposición a estímulos internos, en concreto a sensaciones físicas, utilizada en el tratamiento de trastornos como el pánico o la hipocondría. Exposición a estímulos cognitivos, tales como los pensamientos obsesivos, las preocupaciones características del TAG o los pensamientos e imágenes relacionadas con un trauma en casos de TEPT. Exposición a indicios o señales de una sustancia sin permitir el consumo, con objeto de eliminar la respuesta de deseo condicionada en los diferentes trastornos adictivos (e.g. alcoholismo, adicción a la heroína, …). En la misma línea se ha utilizado la exposición a estímulos relacionados con el juego sin permitir que se emita esta conducta en jugadores patológicos. Finalmente, dentro del ámbito de los trastornos de la conducta alimentaria se ha utilizado la exposición a los alimentos asociados al atracón, con prevención del vómito o del atracón en sí, en bulimia nervios, y la exposición a los alimentos que provocan ansiedad y a la propia imagen corporal en casos de anorexia nerviosa. DIAPOSITIVA 28 En definitiva, la exposición es hoy una técnica bien establecida para el tratamiento de diversos trastornos. En los últimos años no ha habido grandes innovaciones en la técnica en sí misma, aunque se están haciendo esfuerzos notables en la búsqueda de los mecanismos explicativos de su actuación y en la identificación de los parámetros que contribuyen a incrementar su eficacia. Hoy por hoy, la exposición es una técnica de intervención consolidada, de gran utilidad para el clínico, que cuenta con respaldo empírico y se Técnicas de Exposición 13 encuentra en proceso de expansión. Además, no hay que olvidar que la exposición constituye una oportunidad excelente para observar las respuestas del paciente “en vivo” (e.g. al inducir un ataque de pánico en consulta) y para evaluar y, en su caso modificar, las respuestas cognitivas problemáticas asociadas a la situación, dentro de un programa de amplio espectro. Técnicas de Exposición 14