EL DIGESTO JURIDICO ARGENTINO APROBADO POR LEY 26.939 Y SU VINCULACIÓN CON EL DERECHO ROMANO Ref.: Dictamen Instituto Derecho Romano del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal “Profesora Dra. Nelly Dora Louzán de Solimano” I. De acuerdo a lo solicitado con el Consejo Directivo del Colegio Público de Abogados en su sesión del día 17 de julio de 2014 respecto a que los Institutos que integran el Colegio emitan su opinión especializada sobre el tema damos a conocer nuestro parecer siempre sujeto a la consideración de las Autoridades del Colegio. II. La sanción del Digesto Jurídico Argentino destinado a mejorar el conocimiento y aplicación del derecho vigente tiene vinculación con el derecho romano. No siendo, por cierto, esta la oportunidad de referirnos a la influencia que ha tenido el derecho de Roma en la codificación moderna en general, y en particular respecto a nuestro país, por cuanto es conocida y aceptada ampliamente por el ámbito doctrinario. Más, si leemos atentamente los fundamentos que dan origen al Digesto Argentino se desprende, que éste ha tenido como objeto clarificar el derecho vigente y no otra ha sido la intención política-jurídica de Justiniano, mentor del Corpus Iuris Civilis. . III. La creación del Corpus (528-535) ha sido de fundamental importancia en el mundo del derecho de la época, por cuanto la intención de Justiniano fue ordenar el caos legislativo reinante en el imperio al momento de su acceso al trono (527) y una de sus metas unificar el derecho con el fin de brindar seguridad jurídica, un objetivo tan sensible al sentir romano y a los habitantes del imperio. Al asumir Justiniano, los gobernantes y juristas no tenían suficientemente en claro al momento de tomar decisiones o resolver conflictos cuál ley se encontraba vigente debido a la fecunda producción jurídica y la falta de sistematización al respecto, que llevara incluso a adoptar soluciones dispares ante situaciones similares. IV. La labor compiladora de Justiniano es llevada a cabo entre los años 528 y 535, recibiendo el nombre definitivo de Corpus Iuris Civilis por parte de Dionisio Godofredo en su edición ginebrina del año 1583 para contraponerla a la legislación canónica, que había tomado la denominación de Corpus Iuris Canonici. Para llevar adelante el cometido, Justiniano designa a notables juristas y profesores de las dos mejores escuelas de derecho de la época, Constantinopla y Berito (actual Beirut), compuesta por Triboniano, Juan de Capadocia (Cuestor del Sagrado Palacio Imperial), Teófilo, Antatolio, Doroteo, Isidoro, Cratino y Constantino, que en poco tiempo concretan la obra. El propio Justiniano no se desentiende del tema y participa activamente en las discusiones y decisiones acompañado de Triboniano, bibliófilo y excelente jurista, que a la vez supervisa la labor de los restantes profesores de derecho. No obstante hemos de aclarar, que en nuestra opinión ciertamente participaron en la labor de compilación una mayor cantidad de juristas debido al escaso tiempo empleado y la magnitud y calidad de la obra. V. La compilación se llevó a cabo mediante una división sistemática de trabajo a través de las escuelas de derecho (universidades), fundamentalmente la más afamadas, Constantinopla y Berito, donde se trabajo en comisiones paralelas, decidiendo e integrando los temas finalmente la comisión de notables con Justiniano y Triboniano a la cabeza. El Corpus cuenta con cuatro partes diferenciadas y ordenadas actualmente del siguiente modo, Institutas, Digesto, Código y Novelas, aunque dicho orden no es el cronológico, puesto que originariamente la compilación contaba de tres partes según su orden de aparición, Código, Digesto e Institutas, exactamente en modo inverso a la versión actual; agregándosele luego las Novelas. VI. En modo muy sucinto podemos decir que, el Código (Codex) contiene las Constituciones Imperiales desde Adriano hasta Justiniano. Su versión definitiva (Codex Novo), que es la que ha llegado a nosotros se encuentra dividida en doce libros, y éstos en títulos y fragmentos. Cada uno de estos últimos contiene una inscripción (inscriptio) en la que figuran los nombres del emperador que dicta la norma y de la autoridad o particular a quien está dirigida; y una suscripción (suscriptio), que lleva la fecha de promulgación. La definitiva versión del Código encomendada esta vez a la comisión presidida por Triboniano es promulgada el 16 de noviembre de 534 y se la conoce como Código Nuevo (Codex Novus). El Digesto o Pandectas (Digesta o Pandectae) comprende la opinión de los denominados juristas clásicos, que gozan del derecho concedido por el príncipe de emitir respuestas con fuerza de ley (ius publicae respondendi), siendo a nuestro juicio la parte más importante de la obra por su riqueza jurídica y contenido. Se encuentra dividido en siete partes, y a su vez en cincuenta libros. Cada uno de estos libros se subdivide en fragmentos y parágrafos numerados. Los términos, Digesto en latín y Pandectas en griego son sinónimos y significan “colocar en orden”, y también “colección completa que lo contiene todo”. La comisión que estuvo a cargo de la preparación de esta parte de la obra fue dirigida por Triboniano, integrándola Teófilo y Cratino, profesores de la escuela de derecho de Constantinopla, y Doroteo y Anatolio perteneciente a la escuela de derecho de Berito. El Digesto o Padecías es promulgado por la Constitución Tanta el 16 de diciembre de 533. Las Instituciones (Institutas) es una obra destinada principalmente a los estudiantes de derecho. El propio Justiniano da cuenta de dicho propósito en la Constitución De la Majestad Imperial (Imperatoriam Maiestatem), que dispone su publicación el 21 de noviembre de 533. La extensión del Digesto causó preocupación en Justiniano y su grupo de trabajo respecto de que dificultaba la enseñanza del derecho. Por este motivo decide la creación de una obra más práctica y segura, que tuviera mayor accesibilidad para los estudiantes como así también para los abogados, jueces y autoridades. La comisión encargada de la redacción está compuesta por Triboniano, Teófilo y Doroteo, quienes tienen en cuenta para su realización el método empleado por los juristas clásicos, Ulpiano, Florentino, Marciano, Paulo, y especialmente Gayo, en sus respectivos libros de enseñanza de derecho. La obra se encuentra dividida en cuatro libros. Los libros se dividen en títulos, que contienen el tema que trata cada uno de ellos (rúbrica), y cada título en parágrafos numerados, precedidos por una introducción (proemio). Presenta la singularidad que está redactado de modo tal, que es el emperador, como autor, se dirige a los estudiantes. No contiene nombres de autores y obras con el fin de facilitar la lectura y comprensión, amalgamando los textos mediante un extracto armónico. Justiniano, pese a su objeto didáctico, satisfecho con la obra la incorpora con carácter normativo junto al Código y el Digesto entrando en vigor con la Constitución Tanta el 30 de diciembre de 533. Las Novelas abarcan las constituciones dictadas por Justiniano durante los últimos cuarenta años de su gobierno (535–565) y por dicha razón se denominan Nuevas Constituciones (Novellae Constituciones). Consiste en la última parte de la compilación, que no integra la obra original de Justiniano (Código, Digesto e Instituciones), empero manteniendo éste intacto su gran fecundidad legislativa dictando nuevas constituciones; por iniciativa privada, y no oficial, estas disposiciones legislativas se recopilan y ordenan cronológicamente. Finalmente Justiniano las incorpora al Corpus Iuris Civilis a petición del Papa Virgilio en el año 534. VII. Tras la ajustada síntesis expuesta surge evidente, que la obra de Justiniano tiene una importancia inestimable por cuanto salva de su destrucción o fragmentación al derecho romano facilitando su posterior transmutación en derecho actual. No obstante las alteraciones sufridas en algunos pasajes del Corpus respecto de los textos clásicos y en ciertas constituciones, producto del trabajo de compilación, denominado técnicamente “interpolaciones”, algunas detectadas y otras aún no, es innegable el valor de la obra, considerada insuperable para el derecho, especialmente para quienes sostenemos que el derecho romano es un derecho vivo. VIII. Hemos señalado que la mira tenida en cuenta por Justiniano al ordenar la compilación ha sido mejorar el conocimiento y aplicación del derecho y a nuestro modo de ver las cosas, analizando los fundamentos del “Proyecto del Digesto Argentino”, hoy ley 26.939, hallamos cierta similitud de motivos entre el sancionado Digesto Jurídico Argentino y la compilación justinianea. Ambas persiguen, que el conocimiento de la normativa que se encuentra en vigencia arribe a los destinatarios de modo claro y sencillo, y que la égida legal no se erija en una maraña de normas sino en un camino práctico y accesible para quienes de un modo u otro deben transitarlo. IX. Se hace menester recordar ciertas premisas del Digesto Jurídico Argentino con la finalidad de encontrar el nexo con la obra de Justiniano y para ello se hace necesario tener presente el aporte doctrinario de quien ha llevado la coordinación general del Proyecto, el jurista Antonio Anselmo Martino1. Al respecto se ha dicho, que “la contaminación legislativa” generada por “la basura normativa”, que en el devenir del tiempo se ha acumulado desde el año 1853 en adelante “atascando” a los “operadores jurídicos” en la comprensión y debida aplicación del “sistema legal vigente”, todo lo cual ha provocado desorden y contaminación legislativa, derivados de la no adopción de técnicas adecuadas para la sanción de normas. Atendiendo dichas razones en 1998 el Congreso Nacional aprobó la ley 24.967 y su objetivo era fijar los principios y el procedimiento para contar con un régimen de consolidación de las leyes generales vigentes y su reglamentación a través de la elaboración y aprobación del Digesto Jurídico Argentino, un ordenamiento del derecho vigente en Argentina2. La “contaminación del sistema jurídico” es el resultado del crecimiento desmedido de leyes y la imposibilidad de eliminar las 1 Martino, A. A., La contaminación legislativa, Bs. As., 1973; Martino, A. A. y Vanosi, J., Remedios a la contaminación legislativa, propuesta al congreso italo argentino de filosofíadel derecho, 1975; Martino, A. A., La contaminación legislativa, Anuario de Sociología y Psicología Jurídicas, Barcelona, 1977, ps. 47-63; Martino, A. A., La progettazione legislativa nell´ordinamento inquinado, Studi parlamentari e di politica constizionale, anno X, 19977, n° 38: p. -21, Roma, 1997. 2 Martino, A. A.., La contaminación …, cit. derogaciones tácitas, fenómeno también conocido como “basura3”. Justamente, “la seguridad legislativa” consiste en eliminar del sistema normativo toda “la basura”, que lo contamina y tiene atascado sin saber cuál enunciado normativo se encuentra vigente4. El Digesto Jurídico Argentino brindará “seguridad legal” orque representa la posibilidad para operadores jurídicos y particulares de encontrar la norma concreta, que debe aplicarse ante el caso concreto sujeto a resolución5. El sistema jurídico es una acumulación de textos normativos en los cuales es relativamente fácil establecer los criterios de creación,pues todos los sistemas los protegen con procedimientos especiales a fin de hacerlos reconocibles. El problema consiste en que el derecho vigente es un subsistema del derecho que fue creado, menos todos aquel que fue abrogado6. El objetivo del Digesto Argentino es desbrozar el camino para que los operadores jurídicos puedan identificar claramente cual es el derecho vigente y también esta meta es la que persiguió Justiniano con la creación del Corpus Iuris Civilis”, por supuesto dejando a salvo las diferencias de matices que el transcurso del tiempo histórico siempre trae consigo. Empero, Martino señala con justeza a este respecto el mérito que la obra de Justiniano posee otorgándole la importancia que merece señalando en cuanto a la “limpieza de la basura para descontaminar la contaminación legislativa”, que “este es un viejo sistema jurídico, tanto es así que Justiniano, con una técnica de su época hizo del “Corpus Iuris” un auténtico Digesto de la actualidad7. 3 Martino, A. A., La contaminación… cit. 4 Martino, A. A., La contaminación…, cit. 5 Martino, A. A. y Vanosi, J., Remedios , cit. 6 Martino, A. A., La contaminación…, cit. 7 Martino, A. A., La progettazione…, cit. X. La tarea fue asignada tras licitación pública8 a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en el año 1999 junto a las editoriales jurídicas La Ley, El Derecho y Lexis Nexis. La obra tiene un sesgo de gran importancia por cuanto ningún país hasta dicho momento la ha encarado aunque tras el Digesto Argentino ha comenzado a surgir la inquietud de proyectos similares. Para realizar esta tarea la Facultad formó dos equipos, uno de carácter técnico, y otro académico, bajo una coordinación ejecutiva. El equipo técnico ha sido responsable del análisis normativo y ha contado con la dedicación de más de cien especialistas, que trabajaron divididos en tres áreas: análisis legislativo, documental e informática. La labor comprendió la lectura de todos los registros de leyes nacionales, día por día, desde 1853 abocándose a la detección de normas expresamente derogadas, normas cuyo objeto ya se hubiese cumplido o su plazo hubiere vencidos o aquellas que sólo tuvieran un interés particular, con el fin de excluirlas del universo normativo. Después de esta primera selección quedaron aproximadamente cuarenta y cinco mil normas, de las cuales la mitad son leyes. Se preveía, que finalmente habían de restar no más de cuatro mil leyes en el orden jurídico vigente (finalmente son tres mil trescientos cincuenta y tres), lo que claramente denotaba la envergadura e importancia de la obra. Finalizada la búsqueda exhaustiva y el análisis de la normativa pertinente el equipo técnico redactó el “Manual de Técnica Legislativa”, editado a partir de un convenio entre la Facultad de Derecho, el Colegio Público de Abogados y el Ministerio de Justicia. El Manual ha sido redactado por una comisión internacional dirigida por el jurista Antonio Anselmo Martino y publicado más luego por el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. La finalidad del Manual es facilitar en el futuro la tarea de legisladores, jueces, abogados, y de todos los participantes del sistema de justicia para evitar una nueva contaminación del sistema9. 8 Ley 24.969 9 Martino. A. A.., El Digesto y la calidad institucional, Clarín.com, 01/06/05. XI. A modo de conclusión hemos de señalar desde nuestro punto de vista romanista, que existe una gran similitud en los propósitos, finalidades e incluso el modo de trabajo de los mentores de la obra de Justiniano y el Digesto Jurídico Argentino. Ambos persiguen clarificar el derecho vigente para brindar, no otra cosa, que la debida garantía a los ciudadanos en cuanto al conocimiento de la norma que los ampara y deben respetar. No se debe soslayar el mérito incuestionable de Justiniano, que en el corto período de los años 530 a 533 y sin ayuda técnica de ninguna naturaleza logró configurar la compilación de todo el derecho vigente en el imperio romano con el agregado de la normativa que dictara hasta su muerte, acontecida en el año 565. Esto reafirma la opinión, que el derecho romano es un derecho vigente, por cuanto su misma experiencia legislativa nos lega la importancia de haber vivido similares vicisitudes, que generaron idénticas respuestas en el mundo actual. Es un derecho, que aún se mantiene vivo porque es producto de una experiencia concreta de vida que se repite transmutado en desafíos y soluciones en el mundo jurídico de hoy, brindando ayuda en la búsqueda de la clarificación del derecho que supo generar. Bernardo Nespral - Director José Carlos Costa - Subdirector Mirta Beatriz Álvarez - Secretaria