Marco axiológico

Anuncio
Marco axiológico
Libertad
VALORES
PILARES
Responsabilidad
Creatividad
Tolerancia
Paz
Puntualidad
Honestidad
Solidaridad
Trabajo
Justicia
Obediencia
Orden
Democracia
Amor a Dios
Pobreza
Caridad Fraterna
Los pilares institucionales: estos se encuentran definidos desde la misma naturaleza de la
Congregación de Franciscanas de la Purísima Concepción de María, sus constituciones y la
Regla de San Francisco:
a. Amor a Dios: “…amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios y todo el que
ama ha nacido de Dios y conoce a Dios…” (1 Jn 4, 7). Por esto mismo en las
Constituciones de la Congregación (1987), se expresa que nuestra vocación
institucional debe centrarse en el espíritu franciscano, viviendo el Evangelio en
medio del mundo con sencillez, paz y gozo, en el seguimiento a Cristo, tratando de
conseguir la perfección de la caridad en el servicio y tomando las instituciones
como centros de conversión, donde se construye la Fe, en torno a Cristo, Palabra y
Pan.
b. Pobreza: “…vendan sus bienes y den limosnas. Hagan bolsas que no se deterioren,
porque hay un tesoro inagotable que está en los cielos (...) porque donde está su
tesoro allí también estará su corazón…” (Lc. 12,33-34). Tal como refieren las
Constituciones de la Congregación (1987: 14), ser pobres significa vaciarse de sí
mismo, significa que no debemos apropiarnos no de nuestra propia voluntad, ni de
los talentos que Dios nos ha dado, de esta manera estaremos enteramente
entregados a las manos de Dios, fuente de todo bien y de todo amor.
c. Caridad fraterna: “Los hermanos y hermanas ámense unos a otros y muestren con
obras el amor que se profesan mutuamente. Cada uno manifieste confiadamente a
los demás su propia necesidad, a fin de ser ayudado (…) son bienaventurados los
que aman
tanto a su hermano cuando se halla enfermo y no puede
corresponderles, como cuando se halla sano y puede corresponderles…” (Regla y
Vida de los Hermanos y Hermanas de la Tercera Orden Regular de San Francisco
1984:18). Así también lo indican las Constituciones de la Congregación (1987:18),
nuestras instituciones deben ser una verdadera fraternidad franciscana en la que
nos encontremos como miembros de una familia, nos confiemos nuestros
problemas y nos ayudemos unos a otros, porque reunidos en nombre del amor de
Dios , lograremos juntos interiorizar los valores humanos, sobretodo la capacidad
para vivir vida de comunidad en colaboración generosa y en profunda amistad
espiritual, por tanto este amor no puede quedar solamente en el dominio
intelectual o del pensamiento, sino que debe traducirse en actos, tal como
recomienda San Francisco.
1.1.
Lema institucional
El lema institucional de nuestro centros educativo es: “EDUCAR PARA SALVAR”;
respetando la misión a la que fueron llamadas las hermanas de la Congregación de
Franciscanas de la Purísima Concepción de María, tal como lo estipula sus Constituciones
(1987): “Siendo la enseñanza, la misión de la Congregación, nuestro estímulo debe ser:
educar para salvar; comprometiéndonos totalmente con nuestra vida para edificar, para
formar a los niños y a los jóvenes; nuestra vida debe ser un ejemplo de constante virtud;
haciéndonos pequeños con los pequeños y todo para todos, con el fin de ganar a todos
para Cristo”.
Este lema debe ser entendido en cuanto, la institución se esmera cada día en
formar integralmente al estudiante con fe y sabiduría de tal forma que conozcan y sepan
distinguir el bien del mal y se proyecten a cimentar una vida cristiana fuerte y sólida
amparados en María La Inmaculada y en San Francisco de Asís, de tal forma que esto les
permita gozar un día de la salvación eterna en Dios y con Dios.
De la misma forma esta forma de vida institucional no puede limitarse a lo interno
sino que debe expandirse por todo el entorno, siendo testimonios de fe y amor en Cristo;
así estamos en condiciones de afirmar que en el proyecto educativo, de nuestros colegios,
Cristo, el Hombre perfecto, es el fundamento, en quien todos los valores humanos
encuentran su plena realización, y de ahí su unidad.
1.2.

Los símbolos institucionales
La Tau o tao: es la última letra del alfabeto griego, que corresponde a la T. El
Papa Inocencio III, ante una Iglesia empobrecida, vio la necesidad de una
reforma urgente, y convocó en el año 1215 el IV Concilio de Letrán. San Francisco
estuvo allí en el discurso de apertura. Habían transcurrido nueve (9) años,
desde que escogió la vida evangélica y nunca había visto tan claro el camino de
su vida como cuando escuchó las palabras del Pontífice. El Papa Inocencio III,
evocó al Profeta Ezequiel, mensajero del perdón de DIOS para cuantos
estuvieran signados con la letra TAU, e invitaba a todos los cristianos a aceptar la
TAU como símbolo de la urgente renovación espiritual que estaba necesitando la
Iglesia. Decía el Papa Inocencio III: "La Tau es la última letra del alfabeto griego,
símbolo de la humildad en que se fundó el Evangelio y señal propia de los hijos de
la Pobreza. La Tau tiene exactamente la misma forma de la cruz en que fue
clavado Cristo...". Es un hecho cierto que SAN FRANCISCO escogió el signo TAU
como símbolo de su vocación y la de sus discípulos. TAU, fue su rúbrica; con ella
marcó los lugares que habitaba y suscribió sus cartas. Quería que sus frailes la llevaran,
y él mismo fue contemplado en visión por Fray Pacífico con la TAU en la frente. Para todo
estudiante de nuestros colegios este símbolo franciscano, es parte de la herencia que nos dejó
SAN FRANCISCO. Llevar la TAU quiere significar el empeño de grabarla en el corazón, viviendo
una vida según el espíritu franciscano, pasando del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio. Es
el hábito de los Franciscanos Seglares.

La corona de doce estrellas de la Inmaculada Concepción: "Una gran señal
apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una
corona de doce estrellas sobre su cabeza" (Ap. 12, 1). La corona de la Inmaculada
Concepción de la Santísima Virgen alude a aquella misteriosa corona de doce
estrellas con la cual vio ya san Juan Evangelista coronada la cabeza de aquella
Reina, que los santos Padres tienen comúnmente por la Virgen María. Contiene
doce Avemarías en honor de las doce gracias que la Santísima Trinidad le
concedió, es decir cuatro el Padre Eterno, cuatro el Hijo y cuatro el Espíritu Santo,
y tres Padrenuestros.
1.3.

Protectores institucionales:
San Francisco de Asís (04 de octubre): Las instituciones educativas deberán
celebrar una misa institucional y elevar oraciones que tracen un fiel retrato de San
Francisco. Hombre de Dios que «dejó su casa, abandonó la herencia que le
pertenecía y logró llegar a ser pobre y necesitado; v así. el Señor le tomó a su
servicio».- Francisco llevó una vida «asemejándose a Cristo por la humildad y la
pobreza», llena de «amor jubiloso»; «se consagró al misterio de la cruz»; «en su
caridad y en su celo apostólico», se puso al servicio de todos para salvarlos a todos.
Francisco de Asís es, sin duda, el santo cuya vida ha reproducido más a la letra la
de Jesús. Francisco no tuvo otro deseo que fijar sus pasos tras las huellas de Jesús,
a fin de vivir las Bienaventuranzas. «Dichosos los pobres»: Francisco se encuentra
reflejado por entero en esas palabras: dicha y pobreza, dicha nacida de la pobreza,
simplicidad de corazón y humilde adhesión a los ministros de Jesucristo, ternura
para con todos los hombres y, más allá de ellos mismos, para con todas las
criaturas, tal es el secreto de la felicidad que Francisco enseñó a sus hermanos y
hermanas.

Inmaculada Concepción (08 de diciembre): De igual forma las instituciones
educativas deberán celebrar una misa institucional en este día que le permita a los
alumnos reflexionar sobre el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en
la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en
que comienza la vida humana. Cuando nos referimos all dogma de la Inmaculada
Concepción no nos referimos a la concepción de Jesús quién, claro está, también
fue concebido sin pecado. El dogma declara que María quedó preservada de toda
carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre
Santa Ana. Es decir María es la "llena de gracia" desde su concepción.
Descargar