UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA FACULTAD DE DERECHO HACIA UNA PROPUESTA DE REFORMA DEMOCRÁTICA A LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE BAJA CALIFORNIA ENSAYO QUE PRESENTA JORGE HUMBERTO VARGAS RAMÍREZ Mexicali, Baja California, febrero de 2007 SUMARIO: I.-INTRODUCCIÓN; II.- MARCO TEORICO; III.- CRITICA AL PROCESO DE REFORMA CONSTITUCIONAL MEXICANO; IV.- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES; V.-BIBLIOGRAFIA I.- I N T R O D U C C I Ó N PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Los estados modernos poseedores de una Constitución escrita reconocen en su texto constitucional la posibilidad de ajustar su Norma Fundamental a los cambios sociales. En efecto, toda norma integrante de un sistema jurídico, independientemente de su jerarquía, debe ser susceptible de reforma. Esto es así porque las sociedades evolucionan, se transforman y las normas que regulan la convivencia del hombre en sociedad deben adaptarse a ese devenir social, so pena de que el entramando jurídico sea rebasado por la realidad social. Aún más, el legislador (incluido el legislador constitucional) tiene que prever los cambios que la dinámica social habrá de exigir. En su momento, Heller destacó que la imposición de lo real a lo normativo se complementa con la previsión, el alcance y la capacidad conformadora de las normas. En este orden de ideas, el conjunto de normas que integran un sistema jurídico determinado debe establecer los requisitos, procedimientos y órganos que habrán de realizar las necesarias adecuaciones de su conjunto normativo a la realidad social. Asimismo, la Constitución, como norma fundamental de un sistema jurídico determinado debe prever también su propia modificación de conformidad con las modalidades que a juicio del Poder Constituyente se estimen convenientes para esa Norma suprema. En la Constitución Política del Estado de Baja California se determina el procedimiento de reformas a nuestra Constitución local, concretamente nos referimos al artículo 112, el cual será la base sobre la que habremos de realizar este pequeño análisis. Por otra parte, a pesar de que en ocasiones la reforma constitucional responde a intereses políticos (de grupo o individual, dado el acendrado poder del ejecutivo que padece nuestro país) la doctrina jurídica nacional coincide en que la misma debe orientarse hacia la adaptación de las normas constitucionales a los cambios sociales o bien como un motor que impulse o induzca esa evolución social en beneficio de pueblo. En este sentido, Häberle, al referirse a esta idea, habla de “modificación de adaptación” y de “modificación de creación” (Häberle; 2001:p. 140). Según como el Poder Constituyente, creador de la Constitución, conciba el Estado, se hará el diseño constitucional respectivo; la Ley fundamental de un Estado determinado será estable y se adaptará a la evolución social con pocos cambios en su texto, a través de su interpretación, como en el caso de la Constitución norteamericana; o bien la estabilidad y duración de una Constitución puede depender de su adaptación al devenir social, vía reforma de su texto, como en el caso mexicano. II. MARCO TEORICO 2.1 TEXTO DEL ARTÍCULO 112 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE BAJA CALIFORNIA. Este artículo se encuentra en el Título Décimo, Capítulo Primero de la Constitución Política del Estado de Baja California, denominado “De las reformas de la Constitución”, y a la letra dice: ARTICULO 112.- Esta Constitución sólo podrá adicionarse o reformarse con los siguientes requisitos: cuando la iniciativa de adición o reforma haya sido aprobada por acuerdo de las dos tercias partes del número total de diputados, se enviará ésta a los Ayuntamientos, con copia de las actas de los debates que hubiere provocado; y si el cómputo efectuado por la Cámara, de los votos de los Ayuntamientos, demuestra que hubo mayoría en favor de la adición o reforma, la misma se declarará parte de esta Constitución. Si transcurriere un mes después de que se compruebe que ha sido recibido el proyecto de que se trata, sin que los Ayuntamientos remitieran al Congreso el resultado de la votación, se entenderá que aceptan la adición o reforma. Las reformas o adiciones efectuadas a esta Constitución, aprobadas de conformidad al procedimiento señalado, podrán ser sometidas a Referéndum, de conformidad a las disposiciones que la Ley establezca. Las adiciones o reformas hechas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que afecten a esta Constitución, serán inmediatamente adoptadas por el Congreso y promulgadas sin necesidad de algún otro trámite. Antecedentes. A pesar de las reformas de 1997, en las que se le adicionó su tercer párrafo, respecto al resto de su texto, se encuentra redactado esencialmente tal y como se encontraba en la Constitución de 1953. Reformas. La única reforma al artículo en comento ocurrió en 1997, cuando se le adiciono la parte correspondiente al sometimiento de las reformas constitucionales al referéndum, dejando a la ley secundaria, lo que nos parece inadecuado, las modalidades de este sometimiento. 2.2 DEFINICIÓN DE CONCEPTOS Etimología. Reformar viene del latín reformare, que quiere decir lo que se propone, proyecta o ejecuta como innovación o mejor en alguna cosa. Según el diccionario de María Moliner, reformar significa formar de nuevo, cambiar algo en cierta cosa. En el mismo sentido el Pequeño Larrousse dice que reformar es dar nueva forma, rehacer, modificar, cambiar. Constitucional deriva de constitución (constitutio -onis) y esta a su vez de constituyere: lo que se constituye, lo que se crea; la base de lo constituido. Por reforma constitucional debemos entender, según el Diccionario Universal de Términos Parlamentarios, el procedimiento que dicta la propia Constitución para que se le realicen las enmiendas necesarias; y de acuerdo a Guillermo Cabanellas: Cada una de las enmiendas introducidas en una Constitución/ Movimiento tendiente a variar el texto fundamental/ procedimiento fijado en cada Constitución para modificarla. Por reforma constitucional debemos entender entonces todo cambio introducido al texto constitucional por el órgano competente para ello. Sin embargo, la reforma puede revestir algunas modalidades. Así en el Derecho Parlamentario y concretamente de conformidad con la técnica legislativa, se puede hablar de reforma en sentido amplio y en sentido estricto, así como de adición y derogación del texto constitucional. Siguiendo a José Gamas Torruco (Gamas;2001:189) tendríamos entonces: 1. Reforma latu sensu, que como quedo establecido consiste en todo cambio en el texto constitucional; 2. Reforma strictu sensu, que comprende la modificación de un texto de la Constitución, su sustitución por otro, es decir, su reestructuración; 3. Reforma por adición, que viene a ser la inclusión de un nuevo texto al ya existente, el cual no se altera y que sin embargo se transforma en virtud del añadido, y 4. Reforma por derogación, en la cual un texto constitucional es suprimido y por lo tanto cesa su vigencia y consecuentemente su obligatoriedad. Aquí también vale hablar de derogación total o parcial, según se elimine la totalidad del texto o una parte de este. 2.3 CLASIFICACIÓN DE LAS CONSTITUCIONES POR SU REFORMABILIDAD. La doctrina jurídica constitucional reconoce de manera uniforme a James Bryce como el tratadista que estableció la tipología de las constituciones atendiendo a su proceso de reformas. En efecto, Bryce habla de constituciones flexibles y constituciones rígidas. Conforme a la comprensión más común, las constituciones flexibles son aquellas que se modifican con el mismo procedimiento y por el mismo órgano que realiza las reformas a las leyes comunes. Por constituciones rígidas entenderíamos aquellas que se reforman por un procedimiento distinto, generalmente con mayores requisitos y por un órgano distinto a aquel que modifica las leyes comunes. De acuerdo con Bryce, no es suficiente, a fin de que una constitución sea calificada de rígida, el que para reformarse tenga que acudirse a un órgano legislativo reforzado o diferente: El criterio para esta clasificación de las constituciones puede encontrarse en la relación de cada constitución con las leyes ordinarias y con la autoridad ordinaria que las dicta.( Bryce;1952: 19-22, 25). Continua afirmando que las constituciones modernas están por encima de las demás leyes y no son modificables por la autoridad legislativa ordinaria, sino por alguna persona o corporación superior o con poder especial. Si es susceptible de cambio, este se llevará a efecto únicamente por dicha autoridad, persona o corporación especial. De conformidad con la clasificación de Bryce, la Constitución del Estado de Baja California encasillaría en el grupo de las constituciones rígidas siempre y cuando aceptemos que a la combinación de órganos (el Congreso del Estado como los Ayuntamientos) prevista en el artículo 135 se le ha otorgado por el Constituyente originario un poder especial, precisamente para modificar la Carta Magna. III. CRITICA AL PROCESO DE REFORMA CONSTITUCIONAL MEXICANO. Estimamos que el proceso de reforma a la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Baja California previsto en el artículo 112 de este cuerpo normativo adolece de deficiencias que podríamos identificar en dos aspectos, a saber: 1: A quien le corresponde la facultad de iniciativa en la reforma constitucional, y 2. Los alcances de la reforma constitucional. 3.1 LA FACULTAD DE INICIATIVA. El texto del artículo 112 que analizamos es omiso respecto a los entes a quienes le es atribuible la facultad de iniciar una reforma constitucional. Estimamos que la solución a la evidente laguna jurídica debe considerar dos vías; por lo que procedemos a explorarlas: La primera consiste en que la facultad de iniciativa lo corresponde únicamente a quien interviene en el proceso de reforma previsto en el multicitado artículo 112 de la Constitución local y por lo tanto todo persona o corporación que sea ajena a este proceso debe mantenerse al margen del mismo. De conformidad con esta tesis, la facultad de iniciar la reforma constitucional le compete de manera exclusiva al Congreso local y a los Ayuntamientos. La otra solución es la que considera que en virtud de que se trata de un problema de interpretación, debe atenderse a un criterio sistemático considerando a la Constitución como un todo y de esa forma armonizar sus normas entre sí. En este orden de ideas, si el artículo 112 no contiene una disposición expresa, debe atenderse a la regla que sobre la potestad de iniciativa se determina en el artículo 28 de la Constitución de Baja California, de suerte tal que esa facultad compete al Gobernador del Estado, Diputados al Congreso del Estado, Ayuntamientos, ciudadanos del Estado (en los términos de la Ley de Participación Ciudadana), Tribunal Superior de Justicia y al Instituto, Estatal Electoral, estos dos solo en tratándose de asuntos de administración de Justicia y en materia electoral, respectivamente. Esta última ha sido la solución prevaleciente en el orden jurídico mexicano, por lo que también podría alegarse la figura de una costumbre constitucional. Cabe destacar asimismo que la mayor parte de las iniciativas de reforma constitucional han partido del Ejecutivo local. Sin embargo, y a pesar de que esta es la opinión prevaleciente en la doctrina mexicana (referida a la reforma a la Constitución Nacional y por analogía, a la de Baja California), consideramos que precisamente por razones de sistemática jurídica la conclusión debe ser en sentido contrario. En efecto el diverso artículo 28 se inscribe dentro del Capitulo III, del Título Tercero de la Constitución local que se denomina “Del Poder Legislativo” y que se refiere a ese Poder Federal, y ese capítulo se denomina precisamente “De la iniciativa y formación de leyes y decretos” procedimiento distinto a la reforma de la constitucional. Pensar lo contrario nos acercaría a una Constitución del tipo flexible. 3.2 LA MAYORÍA NECESARIA El Constituyente de Baja California exige una mayoría calificada que no puede reducirse por el quórum mínimo, ya que exige una mayoría absoluta. En efecto el numeral 112 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Baja California establece que la reforma constitucional deberá ser aprobada por las dos terceras partes del total de los Diputados. Como podrá advertirse, para las reformas a la Constitución de Baja California es forzosa la presencia de las dos terceras partes de la única Cámara que integra el Poder Legislativo local, no obstante que el quórum válido para sesionar se cumpla, al igual que en la Cámara federal, con la asistencia de la mitad más uno del número total de Diputados. 3.3. ALCANCE Y EXTENSIÓN. El problema de interpretación más agudo es, sin lugar a dudas el de los límites al poder reformador de la Constitución. En efecto, respecto a la Constitución Federal existe un debate muy rico en la doctrina nacional respecto hasta donde puede alterar la Constitución Nacional esa combinación de órganos a quien le está encomendada la reforma constitucional; Debate que es perfectamente aplicable a todas la Constituciones locales, que como la de Baja California, son similares en su redacción a la Federal. El problema de interpretación es de origen, ya que el citado artículo 135 de la Constitución Nacional, como el 112 de la correspondiente a Baja California no establecen límites ni admiten la posibilidad de efectuar una reforma total o ilimitada, simple y sencillamente declaran que pueden ser adicionadas o reformadas. Sobre el particular, la redacción actual de estos artículos (el 135 de la federal y el 112 de la local) solo despeja una duda; la relativa a que no puede darse una reforma total de la Constitución, ya que el enunciado normativo en la parte conducente expresa “Para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la misma…” por lo que se está presuponiendo que la Carta Magna sigue existiendo como tal y no ha sido derogada por otra. De acuerdo con Tena, reformar significa suprimir el texto de una ley dada, pero sin suprimir la totalidad de la ley o sustituir un texto por otro dentro de la ley existente; es decir la actividad reformadora se ejercita sobre una ley que existe y sigue existiendo. Cuestión diferente es la de dilucidar que si bien no puede darse una reforma total a la Constitución, podría en cambio modificarse cualesquiera de sus preceptos. Ante el silencio de la propia Constitución, el trabajo de despejar la incógnita ha quedado enteramente en manos de la interpretación doctrinal. Existen diversas posturas al respecto, las que sin embargo podríamos resumir en dos opuestas, con diversas variables: 1. Las que estiman que existen limitaciones al Poder Reformador de la Constitución (la combinación de órganos que habla el 135 de la Federal) y 2. Quienes sostienen que ese Poder Reformador se encuentra en un mismo nivel que el poder Constituyente originario. Consideramos que el procedimiento de reforma constitucional establecido en el artículo 135 de la Constitución Nacional no contiene ningún mandato especial para modificar lo que Loewenstein llamó valores ideológicos fundamentales que parecen tener correspondencia con las decisiones políticas fundamentales que argumentaba Carl Schmitt;. Los límites al poder reformador de la Constitución se fundan en el postulado del numeral 136 de la propia Constitución Nacional (que en Baja California se ubica en el artículo 113)y en la naturaleza misma de esas decisiones o valores. En efecto, el constituyente originario de Querétaro al establecer en el último artículo de nuestra Ley Fundamenta la inviolabilidad de la misma, quiso dejar asentado que la fórmula definida en el artículo 135 solo puede conducir a modificaciones concretas, más nunca al cambio de los principios fundamentales como, por ejemplo, la estructura de Estado, la forma de Gobierno y los Derechos Humanos, ello requeriría o la intervención de otra Asamblea constituyente o bien la participación del cuerpo ciudadano en el proceso de reforma. Por analogía podríamos concluir lo mismo para nuestra Constitución local. Así parecen determinarlo diversas constituciones locales, entre ellas la de Baja California, al establecer, esta última, en el párrafo tercero de su numeral 112 que como ya vimos (supra, página 9) se refiere a su reforma: Las reformas o adiciones efectuada a esta Constitución, aprobadas de conformidad al procedimiento señalado, podrán ser sometidas a Referéndum, de conformidad a las disposiciones que la Ley establezca. IV. C O N C L U S I O N E S Y RECOMENDACIONES 4.1 CONCLUSIONES PRIMERA. El proceso de reforma a la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Baja California establecido en su artículo 112 presenta deficiencias que es necesario corregir modificando su texto. SEGUNDA. No establece la atribución relativa al órgano a quien le corresponde la facultad de iniciativa, por lo que se ha acudido indebidamente a las reglas que se refieren al proceso legislativo, que concierne a las leyes comunes, por lo que es necesario que en el mismo texto se defina la facultad de iniciativa. TERCERA. El enunciado normativo del artículo 135 es omiso respecto a los alcances de la actividad reformadora de la combinación de órganos prevista en ese artículo, por lo que se ha presentado un amplio debate en este aspecto. 4.2 RECOMENDACIONES Para subsanar el déficit que presenta la redacción actual del artículo 112 es necesario: PRIMERO. Que se reforme el artículo 112 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Baja California, definiendo los órganos a quienes se les atribuye la presentación de iniciativas en materia de reforma constitucional, que deben ser quienes intervienen en ella, es decir Diputados al Congreso del Estado y los Ayuntamientos. SEGUNDO. Que se reforme el artículo 112, con una adición que seguiría el espíritu de la constitución de Venezuela, previendo dos procedimientos distintos; El primero de enmienda constitucional, que modificaría aquellos preceptos de nuestra Constitución que son de naturaleza reglamentaria, procedimental, de orden secundario, bajo el proceso de reforma actualmente previsto, con las modificaciones aquí propuestas. El segundo procedimiento se reservaría para modificar los principios verdaderamente sustanciales de nuestra Constitución: forma de Estado y forma de Gobierno (con las relaciones entre poderes), Derechos humanos y los de naturaleza social; régimen jurídico electoral, el rol del Estado en la economía y los controles de constitucionalidad. Este procedimiento deberá forzosamente legitimarse a través del referéndum popular. Este último procedimiento requeriría de un proyecto presentado por el congreso del Estado y aprobado por los Ayuntamientos, para después abrir foros de discusión y debate sobre la reforma, cuyas conclusiones se divulgarían y así con posterioridad, con el cuerpo ciudadano suficientemente informado, llevar a cabo el referéndum popular. Nos hubiera gustado abundar sobre este tema y desarrollar varias de las tesis aquí presentadas, desafortunadamente este ensayo también tiene sus límites y consideramos que éste es el relativo a este trabajo. Sin embargo estimamos que las ideas sustanciales fueron vertidas y esperamos otra oportunidad para profundizarlas. Mexicali, Baja California, a 21 de febrero de 2007. V. BIBLIOGRÁFIA ARTEAGA NAVA, Elisur, Tratado de Derecho Constitucional, Oxford, México, 2000. ARTEAGA NAVA, Elisur, Derecho Constitucional, Instituciones federales, estatales y municipales, U. N. A. M, México, 1994. 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