Proy. Nº De Reforma Expte. Corrientes, Marzo de 2007.- Señora Presidente de la Convención Constituyente Dña. Josefina Meabe de Matho SU DESPACHO El Convencional Constituyente que suscribe la presente tiene el agrado de dirigirse a Ud., a fin de elevarle el Proyecto de Reforma de la Constitución que se adjunta. Sin otro particular, saludo a Ud., muy atentamente. Fdo. Lisandro Almirón, Alianza Frente de Integración Nacional.- DR. LISANDRO ALMIRÓN CONVENCIONAL CONSTITUYENTE ALIANZA FRENTE DE INTEGRACIÓN NACIONAL LA CONVENCIÓN CONSTITUYENTE DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES SANCIONA LA SIGUIENTE REFORMA CONSTITUCIONAL Artículo 1º Incorpórase a la Constitución provincial los siguiente articulos: DEL DEFENSOR DEL PUEBLO Artículo ... El defensor del Pueblo de la Provincia es un órgano independiente instituido en el ámbito del Poder Legislativo, que actúa con plena autonomía funcional, sin recibir instrucciones de ninguna autoridad y autarquía financiera. Es designado y removido por la Legislatura, con el voto de los tres quintos (3/5) de la totalidad de los miembros, entre aquellos postulantes previamente inscriptos. Goza de las inmunidades y privilegios de los legisladores y percibe la misma retribución, que no puede ser disminuida. Dura en su cargo cinco (5) años y no puede ocuparlo nuevamente. Artículo ... Su misión es la defensa y protección de los derechos humanos y demás derechos, garantías e intereses tutelados en esta Constitución, en las leyes que en su consecuencia se dicten y en la Constitución nacional ante hechos, actos u omisiones de la Administración; y el control del ejercicio de toda función administrativa pública, sin que resulte menester que medie una afectación directa e inmediata de derechos fundamentales. Tiene el deber de investigar lo que, siendo de su competencia, llegue a su conocimiento. Podrá también actuar ante la administración de aquellos municipios que lo requieran por no tener defensor del pueblo. Artículo ... Tiene legitimación procesal amplia. Puede actuar ante la Administración y accionar judicialmente contra todo acto u omisión de autoridad pública que agreda, actual o potencialmente, algún derecho subjetivo público.”. Artículo ... La Defensoría del Pueblo de la Provincia gozará de autarquía financiera y contará con crédito presupuestario propio, el que será atendido con cargo a rentas generales y con recursos específicos. Todo Poder, organismo y ente público de la provincia están obligados a prestar colaboración, con carácter preferente y primordial, a la Defensoría del Pueblo de la Provincia. FUNDAMENTOS I. A nivel federal, el Defensor del Pueblo –figura nacida en el Reino de Suecia- fue incorporado con anterioridad a la última reforma constitucional en virtud de la ley 24.379. Al año siguiente, el Constituyente elevó jerárquicamente dicha institución, al conferirle rango constitucional por intermedio del art. 86 de la norma suprema. Posteriormente, a mérito de la ley 24.286, el Congreso Nacional dictó una ley modificatoria de aquella, a los efectos de adecuarla a la letra de dicho precepto constitucional. Tal es el sustrato normativo inspirador del presente proyecto de redacción de la figura del Defensor del Pueblo de la Provincia; institución cuya incorporación al texto de la Constitución de la Provincia se aviene, en su todo, a la habilitación conferida a la Convención Reformadora por la ley 5.692 y su apliatoria. II. Consecuentemente, se ubica al Defensor del pueblo en el ámbito del Poder Legislativo, garantizado, va de suyo, su plena independencia funcional. En este orden de ideas, está expresamente capacitado para actuar con plena autonomía funcional, sin recibir instrucciones de ninguna autoridad. Esto significa que resulta absolutamente independiente, en términos funcionales, al extremo de erigirse en la única autoridad competente para adoptar -siempre que obre en los límites de sus cometidos y facultades- todas aquellas decisiones que, conforme a su exclusivo criterio y discreción, juzgue menester ejecutar. Esta garantías de independencia funcional resulta de vital importancia pues impide que cualquier otra autoridad Estatal condicione, diluya o entorpezca toda legítima gestión que la Defensoría desee instrumentar. Al exigirse tanto para la designación cuanto para la destitución del defensor del Pueblo de la Provincia la propuesta de la oposición y el voto afirmativo de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de la Legislatura se garantiza, a la par, la existencia de un amplio consenso en torno a la figura del funcionario a designar –cuestión que oficia cual reaseguro de la idoneidad del funcionario-; a más de evitarse que una mayoría parlamentaria amplia designe y/o remueva al Defensor -en abuso de su posición dominanteen observancia a móviles espurios. En tanto el Defensor goza de las inmunidades y privilegios de los legisladores, mal puede ser arrestado, salvo de ser sorprendido en flagrante delito que merezca pena de prisión mayor de seis años, ni tampoco recriminado legalmente por las expresiones que vierta. A su vez, la imposibilidad de disminuir su salario mientras permanezca en funciones va en línea con el propósito de neutralizar toda decisión que pretenda enervar la imparcialidad e independencia que debe guiar su actividad. Se impone que dure en su cargo el plazo de cinco años a fin de evitar que su elección coincida con los períodos eleccionarios. En idéntico sentido, la prohibición de una nueva designación, sea esta inmediata o mediata, contribuye a evitar que el funcionario elegido adopte actitudes deferentes para con el poder político en vista a congraciarse con él para lograr, así su reelección o nueva designación. III. El Defensor está dotada de dos funciones básicas, de idéntico rango, anexas y complementarias por cierto. La primera de ellas importa la defensa y protección de los derechos humanos y demás derechos y garantías constitucionales, sean éstos de naturaleza local o provengan de la Constitución federal, ante hechos, actos u omisiones de autoridad pública. De tal suerte, el Defensor del Pueblo podrá ejercer un control de la función administrativa -sin importar la identidad del poder político estatal, organismo o ente público que la realice- en procura de instar la tutela y el resguardo de los derechos humanos y constitucionales. Asimismo, su competencia no se agota allí sino que resulta más amplia aún ya que, a más del deber de procurar el resguardo y tutela de derechos fundamentales, bien puede controlar la legalidad, eficacia y eficiencia con la que se presta y desenvuelve toda función administrativa sin que ello comporte necesariamente una afectación, directa e inmediata, de derechos básicos. Actúa también en el ámbito municipal mientras los municipios no se den la institución en su jurisdicción. La intervención en dicho ámbito se corresponde con la competencia material que la Constitución les atribuye a los municipios en orden a la prestación de los servicios públicos. Al Defensor del Pueblo le es dado fiscalizar la labor y el desempeño de prestadores de servicios públicos, como también -dicho esto a mero título ejemplificativoprivatizaciones, licitaciones, concesiones, amén que cualquier otro acto público -de corte administrativo obviamente- sin que en nada importe que resulte desempeñado por el poder administrador propiamente dicho, o por cualquier otro poder estatal u organismo público provincial, siempre que obren, tal lo dicho, en ejercicio de función administrativa. Asimismo, su labor puede ser tanto de índole preventiva cuanto reparadora. En relación a aquella, se lo habilita a realizar investigaciones, recibir denuncias, formular recomendaciones y labrar informes públicos. En vista a facilitar el desempeño de tales tareas se exige que el poder u organismo público que resulte requerido deba prestar, con carácter preferente y primordial, la colaboración que le sea solicitada por parte de la Defensoría quien, a su vez, tendrá la obligación constitucional de investigar siempre que tome conocimiento, vía denuncia o de oficio, de la existencia de razones que así lo justifiquen. La actividad reparadora de la Defensoría se subdivide, a su vez, en dos categorías. La primera de ellas es de orden jurisdiccional. A su mérito se la habilita a actuar -en los términos de las facultades y funciones que le son conferidas-, en instancia judicial o – según sea el caso- administrativa. Para ello se le otorga, deliberadamente, una legitimación procesal de carácter amplio que le permite ocurrir en defensa de derechos subjetivos públicos, sea ante la Justicia o ante el sede administrativa propia del poder u organismo que ejerza la función administrativa en crisis. El restante aspecto de la actividad reparadora confiere a la Defensoría la atribución de proponer, tanto a la Legislatura cuanto a todo poder u órgano, proyectos de modificaciones normativas, que puedan contribuir a tutelar derechos fundamentales o a la eficiencia de la labor administrativa. Tales proyectos deben ser inmediatamente considerados. IV. A fin de resguardar el buen desempeño de las altas funciones con las que es investido, la Defensoría del Pueblo, a más de autonomía funcional, cuenta con ciertas garantías de orden constitucional. Al gozar de autarquía financiera pude administrar, conforme su razonable juicio y acierto, y con independencia de autoridad extraña, los fondos públicos que le sean destinados para atender y costear el funcionamiento de la institución. Asimismo, al contar con crédito presupuestario propio, el que será atendido con cargo a rentas generales y con recursos específicos, se imposibilitará, de tal suerte, que el órgano encargado de ejecutar las partidas presupuestarias incida, mediante la suministración de recursos insuficientes, en su desenvolvimiento y actuación. DR. LISANDRO ALMIRÓN CONVENCIONAL CONSTITUYENTE ALIANZA FRENTE DE INTEGRACIÓN NACIONAL