Proposición con punto de acuerdo, por el que se solicita la creación

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Proposición con punto de acuerdo, por el que se solicita la creación de la comisión especial
para la evaluación de productividad legislativa y la rendición de cuentas de los diputados, a
cargo del diputado Fernando Rodríguez Doval, del Grupo Parlamentario del PAN
Fernando Rodríguez Doval, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional en la
LXII Legislatura, en ejercicio de la facultad que le confieren la fracción I del artículo 6, el artículo 79,
numeral 2, y demás relativos y aplicables del Reglamento de la Cámara de Diputados, somete a
consideración de esta soberanía la siguiente proposición con puntos de acuerdo por los que
solicita la creación de la Comisión Especial para la evaluación y productividad legislativa y la
rendición de cuentas de los diputados, al tenor de las siguientes
Consideraciones
El Poder Legislativo, ha adquirido, cada vez más, un papel central en el sistema político mexicano,
desempeñándose como contrapeso al Poder Ejecutivo, obligándole a rendir cuentas de sus actos y
teniendo una mayor injerencia en la forma en la que éste ejerce el presupuesto.
De este modo, los legisladores contribuyen a fortalecer la democracia, y el Estado mexicano se
acerca al ideal de James Madison plasmado en El Federalista, por el cual los diferentes órganos
de gobierno se controlan unos a otros, impidiendo así, que todo el poder se concentre en manos
de una minoría o de una mayoría.
El rol que los legisladores juegan, por lo tanto, es fundamental. Por ello, el trabajo legislativo ha de
estar sujeto a estrictos mecanismos de control y de rendición de cuentas, que garanticen que los
diputados y los senadores se encuentren sujetos al escrutinio y a la voluntad de sus
representados. Para que esto suceda, la información sobre las acciones de cada legislador debe
de estar disponible de modo que los ciudadanos puedan monitorear su desempeño. 1
Desafortunadamente, en México existe la percepción de que el Poder Legislativo ha logrado
mantenerse ajeno a tales mecanismos de rendición de cuentas. Lo anterior hace muy difícil que los
ciudadanos puedan ejercer un debido control sobre los órganos de representación. Pareciera que
todas las acciones u omisiones que se cometen en estos espacios de deliberación entraran en una
caja negra totalmente inaccesible para la ciudadanía. Esto pone en peligro el juego democrático,
que requiere que los electores sean capaces de atribuir los méritos o las culpas de decisiones
políticas a personas y partidos políticos en concreto.2
Esta percepción de falta de rendición de cuentas y opacidad por parte del Poder Legislativo se
hace evidente en el Reporte Legislativo, presentado por Integralia, una empresa de análisis
legislativo, que busca transparentar el trabajo del Congreso de la Unión a través de indicadores
específicos. En dicho reporte se indica que tan sólo el 9 por ciento de las comisiones de la Cámara
de Diputados presentó, en tiempo y forma, un informe de sus actividades. 3 Es decir, más del 90 por
ciento de las comisiones de este órgano legislativo en la legislatura pasada se guardó para sí
información valiosísima, con la cual los representados podrían evaluar y presionar a sus
representantes para sacar adelante importantes temas.
La opacidad con la que se maneja el trabajo legislativo da pie a que las comisiones no funcionen
óptimamente. Así, en la LXI Legislatura de la Cámara de Diputados el 41 por ciento de las
iniciativas turnadas a comisiones quedó pendiente de dictamen y el 47 por ciento de las minutas
que la Cámara de Senadores envió a la de Diputados quedó en la congeladora. Además, las
comisiones no se reunieron el número mínimo de veces que indica la ley (36); en promedio, cada
comisión se reunió 19 veces en los tres años que duró la legislatura 4 ; con casos francamente
deplorables, como el de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía, que solamente tuvo 2
reuniones ordinarias, de 36 que debió haber tenido. El rezago legislativo, por tanto, es alarmante, y
consecuencia clara de la falta de rendición de cuentas.
En ese sentido, el trabajo de los diputados de la legislatura saliente en el pleno tampoco fue
óptimo. Mientras que el promedio de asistencia a las sesiones fue de cerca del 85 por ciento, el
porcentaje de participación en las votaciones fue considerablemente menor: 68.7 por ciento, con
ciertos diputados que apenas participaron en poco más del 10 por ciento de las votaciones.
Además, el porcentaje promedio de asuntos atendidos por sesión fue, en algunos periodos, de
apenas el 47 por ciento.
La opacidad en la Cámara de Diputados no sólo se da en el trabajo legislativo, la información de
las finanzas de los Grupos Parlamentarios también permanece reservada. No existen mecanismos
por los cuales se transparente el uso de los recursos que cada Grupo Parlamentario recibe, por lo
que éstos pueden terminar financiando campañas políticas o satisfaciendo lujos innecesarios.
Dada la falta de transparencia en la labor legislativa de la Cámara de Diputados, ésta mantiene
niveles de aprobación sumamente bajos. Según la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y
Prácticas Ciudadanas (ENCUP) 2008, sólo el 11.5 por ciento de la población se siente
representada por los legisladores, y más de la mitad percibe que éstos ven únicamente por sus
propios intereses. Por otro lado, casi el 70 por ciento de los ciudadanos encuestados no mostró
interés en quién sería su siguiente diputado, lo que revela una absoluta desconexión entre
representantes y representados.
Además, tan sólo el 40.2 por ciento de la población aprueba la labor de los diputados federales.
Mientras que en el caso del Presidente de la República, la aprobación es del 67.6 por ciento, casi
treinta puntos porcentuales arriba.
De igual forma, la confianza de la población mexicana en esta institución es muy baja. Menos de la
mitad de la población confía algo o mucho en la Cámara de Diputados, mientras que hay
instituciones como el Ejército o el Instituto Federal Electoral, que mantienen la confianza de cerca
del 70 por ciento de la población.
Por lo expuesto, se hace evidente la necesidad de una comisión especial encargada, en primer
lugar, de proponer mecanismos que favorezcan la rendición de cuentas de los diputados federales
a los ciudadanos representados. Es decir, un órgano que propicie una relación más cercana entre
legislador y representado.
Una comisión que busque acercar a representantes y representados, por lo tanto, deberá de
propiciar acuerdos que eleven la productividad, eficiencia y el rendimiento del trabajo legislativo. Es
imprescindible que se abra un espacio en el que se discutan abiertamente propuestas para
optimizar la labor legislativa y en el que se dictaminen todas aquellas iniciativas que tengan como
finalidad hacer de la Cámara de Diputados un órgano de gobierno más productivo.
Con una comisión responsable de transparentar el trabajo de las comisiones de la Cámara de
Diputados, de propiciar mecanismos de rendición de cuentas y de elevar la eficiencia y
productividad legislativa, este órgano legislativo sería capaz de sacar adelante, con mayor facilidad
y con mayor apoyo popular, aquellas reformas que el país necesita. Adicionalmente, una Comisión
con dichas características y tareas terminaría por elevar el prestigio y la confianza en esta
institución.
Hay que señalar que comisiones con estas características existen en varios parlamentos de todo el
mundo. En el Reino Unido, por ejemplo, existe la Comisión de Información; en Argentina la
Comisión Especial sobre modernización del funcionamiento parlamentario; en Chile la Comisión de
Ética y Transparencia Legislativa.
Por lo anterior, solicito a la Junta de Coordinación Política de esta LXII Legislatura y al pleno de la
Cámara, se considere el siguiente punto de acuerdo que tiene como finalidad la creación de la
Comisión Especial para la evaluación y productividad legislativa y la rendición de cuentas de los
diputados.
Con fundamento en los artículos 34 y 42 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados
Unidos Mexicanos, así como 205 y 207 del Reglamento de la Cámara de Diputados, someto a la
consideración del pleno los siguientes:
Puntos de Acuerdo
Primero. Se crea la Comisión Especial para la evaluación y productividad legislativa y la rendición
de cuentas de los diputados de la LXII Legislatura de la Cámara de Diputados.
Segundo. El objetivo de la Comisión Especial para la evaluación y productividad legislativa y la
rendición de cuentas de los diputados será analizar las estadísticas y resultados del proceso
legislativo en relación con la eficiencia, productividad y rendimiento de cada uno de los legisladores
y de sus respectivos grupos parlamentarios, y proponer, en el ámbito de su competencia,
modificaciones que permitan tomar las medidas legales, reglamentarias y administrativas
conducentes a optimizar la labor legislativa de los diputados integrantes de esta Soberanía y
fomentar la rendición de cuentas frente a la ciudadanía.
Tercero. La Comisión Especial para la evaluación y productividad legislativa y la rendición de
cuentas de los diputados estará integrada por el número de miembros de todos los grupos
parlamentarios que determine la Junta de Coordinación Política, reflejando la proporción que
guarda la composición del pleno de esta legislatura, y cuyos integrantes serán propuestos por las
fracciones parlamentarias, contando para la dirección de sus trabajos con un presidente y tres
secretarías.
Cuarto. La Comisión Especial para la evaluación y productividad legislativa y la rendición de
cuentas de los diputados tendrá vigencia a partir de la publicación del acuerdo relativo en la
Gaceta Parlamentaria, hasta el 31 de agosto de 2015.
Notas
1 Carey, John M. Legislative Voting and Accountability. New York: Cambridge University Press,
2009.
2 Grynaviski, Jeffrey D. Partisan Bonds. Political Reputations and Legislative Accountability. New
York: Cambridge University Press, 2010.
3 Integralia. «Reporte Legislativo Número Tres.» LXI Legislatura (2009-2012). 2012. http://www.
integralia.com.mx/files/reporte_legislativo_lxi.pdf (último acceso: 4 de septiembre de 2012).
4 Ídem
Palacio Legislativo de San Lázaro, a 6 de septiembre de 2012.
Diputado Fernando Rodríguez Doval (rúbrica)
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