2009-00083-01 - Rama Judicial del Huila

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SF (417) 2009-00083-01 LALY ZULENA CUÉLLAR DURÁN en contra de CARLOS MAURICIO CORTÉS GUTIÉRREZ.
PRIVACIÓN DE LA PATRIA POTESTAD / Causales no son objetivas.
Es así como de acuerdo al lineamiento jurisprudencial, esto es, teniendo que emprender un análisis subjetivo de la
causal invocada, pues como ha dicho la alta Corporación, de ser objetivo no se precisaría iniciar un proceso
judicial para la suspensión de la patria potestad, se concluye que no siendo suficiente verificar que el señor
CARLOS MAURICIO CORTÉS GUTIÉRREZ haya sido condenado a pena privativa de la libertad superior a un año,
sino que es preciso acudir a las pruebas que indiquen la afectación del menor a causa de este hecho, no es
posible derivar privación del derecho que le asiste en su condición de padre, pues se itera, tal determinación no se
circunscribe a la constatación de una circunstancia de manera objetiva sino que debe obedecer a la alteración de
la situación del menor en razón de la condena, la cual en este caso no tuvo la entidad para afectarlo en este
sentido, según lo acredita el examen de las pruebas reseñadas en precedencia.
TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL
SALA CUARTA DE DECISION
CIVIL - FAMILIA - LABORAL
Magistrada Ponente: Dra. ENASHEILLA POLANIA GOMEZ
Proceso
: Verbal –Suspensión patria potestad-
Radicación
: (417) 2009-00083-01
Demandante
: LALY ZULENA CUÉLLAR DURÁN
Demandado
: CARLOS MAURICIO CORTÉS GUTIÉRREZ
Asunto
: Apelación de la Sentencia
Procedencia
: Juzgado Cuarto de Familia de Neiva
DILIGENCIA DE AUDIENCIA PÚBLICA
Neiva, agosto cuatro (4) de dos mil once (2011)
En Neiva, siendo las cuatro (4:00) de la tarde del día cuatro (4) de
agosto de dos mil once (2011), hora y fecha señaladas por auto que antecede, para
llevar a cabo en este proceso la audiencia prevista en el art. 434 del C. de P. C., los
Honorables Magistrados integrantes de la Sala Cuarta de Decisión Civil - Familia Laboral del Tribunal Superior de este Distrito Judicial, por ante la suscrita Secretaria
ad hoc designada, Diana Medina Trujillo, Auxiliar Judicial, quien acepta y toma
posesión, se constituyeron en audiencia pública, en el recinto del Despacho de la
Magistrada Ponente Dra. ENASHEILLA POLANÍA GÓMEZ, declarándose abierto el
acto.
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SF (417) 2009-00083-01 LALY ZULENA CUÉLLAR DURÁN en contra de CARLOS MAURICIO CORTÉS GUTIÉRREZ.
A continuación dicto la sala el fallo que se copia.
Antes del inicio de la diligencia, a través de la Secretaria de la
Corporación, se hicieron llegar 104 folios por parte de la actora, los cuales se
incorporan y se apreciarán en la medida en que se verifique su conducencia y
utilidad.
En igual forma, se aporta escrito por parte de la Procuradora Judicial de
Familia, donde reitera las argumentaciones hechas en al etapa de alegaciones surtida
en la primera instancia.
A la diligencia se hace presente el apoderado judicial de la parte
demandante, Dr. Héctor Julio López Bermúdez.
1. ASUNTO
Resuelve la Sala la apelación interpuesta por el apoderado de la parte
demandante contra la sentencia proferida el 29 de abril de 2011 por el Juzgado
Cuarto de Familia de Neiva (H.) en el proceso de suspensión de patria potestad de la
referencia.
2. ANTECEDENTES
2.1. DEMANDA
Mediante apoderado judicial la señora LALY ZULENA CUÉLLAR DURÁN
instauró demanda que correspondiera al Juzgado Cuarto de Familia de Neiva (H.),
con el propósito de que se prive al señor CARLOS MAURICIO CORTÉS GUTIÉRREZ del
ejercicio de la patria potestad que tiene sobre los menores MARÍA MARGARITA y
JUAN JOSÉ CORTÉS CUÉLLAR, con fundamento en el inciso 1º del artículo 310 y
causal 4ª del 315 del Código Civil y que como consecuencia de tal declaración, se
ordenen las inscripciones correspondientes en el registro civil de nacimiento de los
menores y se otorgue a la demandante de manera exclusiva la potestad parental
sobre aquellos.
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En apoyo de sus pretensiones, expone los siguientes hechos:
Que las partes contrajeron matrimonio el 16 de junio de 1996 y
procrearon en él a los menores MARÍA MARGARITA y JUAN JOSÉ CORTÉS CUÉLLAR.
Que de mutuo acuerdo interpusieron demanda de divorcio obteniendo la
cesación de sus efectos civiles y la disolución y liquidación de la sociedad conyugal.
Que en el Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Neiva se tramitó proceso
penal por el delito de peculado por apropiación en contra del señor CARLOS
MAURICIO CORTÉS GUTIÉRREZ, en el cual fue condenado a 54 meses de prisión,
pena reducida a 23 meses y 4 días, con inhabilitación para el ejercicio de funciones
públicas por el mismo término y multa de $ 51´675.000, decisión que mantuvo el
Tribunal Superior de Neiva al negarle el subrogado penal de suspensión condicional
de la pena.
Que tal circunstancia se enmarca dentro del artículo 315 numeral 4º del
Código Civil, en tanto constituye pena privativa de la libertad superior a un año, lo
que da lugar a la suspensión de la patria potestad.
Que ante la Defensoría Cuarta de Neiva se impuso cuota alimentaria
provisional al demandado, decisión que el 5 de julio de 2008 fue ratificada por el
Juzgado Segundo de Familia de la misma ciudad, ordenando hacer el pago dentro de
los 5 primeros días de cada mes. El 16 del mismo mes y año el despacho expidió
constancia indicando que el demandado no ha efectuado consignación alguna,
situación que a la fecha se mantiene, pues aquel no ha dado cumplimiento a la orden
impartida por la Defensoría y por el Juzgado mencionado, no obstante haber hecho
los desembolsos a los colegios en que estudian los menores y consignado a la cuenta
personal de la señora LALY ZULENA CUÉLLAR.
Aduce que los menores mencionados requieren acompañamiento de
una persona que observe una conducta social y moral intachable, sin antecedentes
penales que den lugar a su estigmatización, comportamiento que es imposible
predicar del demandado.
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El Juzgado Cuarto de Familia de Neiva, le imprimió el trámite
establecido para esta clase de acciones, disponiendo la notificación y traslado al
demandado.
2.2. CONTESTACIÓN
Mediante apoderado judicial el señor CARLOS MAURICIO CORTÉS
GUTIÉRREZ, aceptó los hechos relacionados con el matrimonio, los hijos habidos en
él, las decisiones tomadas a partir del proceso de cesación de efectos civiles del
mismo y la sentencia penal en su contra. Niega el hecho atinente a la negativa del
subrogado penal de la casa por cárcel, pues el Juzgado Cuarto Penal de Circuito de
Neiva mediante oficio del 22 de mayo de 2008 decretó la libertad provisional por
condena cumplida.
Aduce que si bien es cierto de acuerdo al artículo 315 del Código Civil
una de las causales para la suspensión de la patria potestad es la condena a pena
privativa de la libertad superior a un año, debe considerarse que el delito atribuido se
presentó en razón a la función que desempeñaba en la sociedad a la que pertenecían
la actora y sus familiares, pues pretendiendo proteger a la primera y salvaguardar la
relación con sus hijos se declaró culpable.
Resalta que en la actualidad se encuentra en libertad y que el delito que
cometió en modo alguno afecta la relación padre e hijo, razón por la que no es dable
ordenar la suspensión del derecho a la patria potestad que le asiste. Aduce que no ha
incumplido su obligación alimentaria, pues si bien es cierto que fue citado a la
Comisaría de Familia para tasar la cuota alimentaria de sus hijos, la diligencia fracasó
por las desmedidas exigencias de la demandante, quien no tuvo en cuenta que su
contribución se ciñe a los pagos de las pensiones educativas de los menores y las
consignaciones hechas a favor de aquella en el BBVA.
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De otra parte, contradice la presentación de los hechos que se hiciera
en la demanda, en tanto el delito por él cometido no fue en las circunstancias
descritas, razón que tuvo en cuenta el Juzgado Penal del Circuito para no imponerle
como pena la suspensión de la patria potestad. Agrega que la inconformidad de la
actora es a causa de los reclamos que le ha hecho respecto de la formación de sus
hijos, pues no comparte que le autorice viajes a la menor a otras ciudades con
extraños ni que comparta en discotecas con personas adultas.
Por último, presentó las excepciones de mérito que denominó “abuso
del derecho”, “inexistencia de la segunda causal del artículo 315 del C.C.” y la
genérica contenida en el artículo 306 del C.P.C..
3. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA
El Juzgado Cuarto de Familia de Neiva declaró no probadas las
exceptivas propuestas y los hechos de la demanda; recomendó a las partes un
tratamiento terapéutico en las condiciones y para los fines enunciados por la sicóloga;
ordenó la notificación en forma personal de la Procuradora de Familia y al Defensor
de Familia adscrito al I.C.B.F. y condenó a la actora al pago de las costas procesales.
Estimó el a quo, que si bien la causal invocada se verifica con las
decisiones judiciales condenatorias correspondientes, es necesario emprender el
análisis de las circunstancias que rodearon la comisión del delito y si las mismas
representan un perjuicio social para luego acudir a la prueba testimonial, examen
este que arrojó como resultado la no suspensión de la patria potestad, habida cuenta
del tipo de delito, la relación del demandado con sus hijos y los beneficios otorgados
al demandado en desarrollo del proceso penal, los que fueron concedidos en razón
de no representar un peligro para la sociedad.
4. RECURSO DE APELACIÓN
Aduce la recurrente que en vista de los hechos que se verifican en este
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caso, particularmente, la condena por el delito de peculado por apropiación que se
profiriera en contra del demandado el 6 de diciembre de 2006, consistente en la pena
de prisión de 23 meses y 4 días y que se encuentra privado de la libertad por cuenta
de otro proceso, es incuestionable que debe accederse a la suspensión de patria
protestad solicitada, ya que incurrió en una conducta a todas luces censurable, que
fue sancionada con una pena que se enmarca dentro de las causales para hacerlo.
Resalta que a esto se suma el hecho de que el demandado ha sido
citado para que de cumplimiento a sus obligaciones alimentarias, circunstancias que
en suma afectan el desarrollo de sus hijos en tanto conduce a su estigmatización.
5. CONSIDERACIONES
Dispone el artículo 288 del Código Civil, subrogado por el artículo 19 de
la Ley 75 de 1968:
“La patria potestad es el conjunto de derechos que la ley reconoce a los padres
sobre sus hijos no emancipados, para facilitar a aquellos el cumplimiento de los
deberes que su calidad les impone.
Corresponde a los padres, conjuntamente, el ejercicio de la patria potestad sobre sus
hijos legítimos. A falta de uno de los padres, la ejercerá el otro.
Los hijos no emancipados son hijos de familia, y el padre o madre con relación a
ellos, padre o madre de familia”.
La patria potestad, ejercida por los padres como elemento material de
las relaciones familiares, les concede un conjunto de derechos sobre los hijos no
emancipados, tales como la representación legal del hijo de familia, la administración
de sus bienes y el usufructo legal sobre los mismos, lo que les permite cumplir los
deberes de criar, educar y establecerlos.
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Concebida de esta forma, derecho – deber, el ejercicio mismo de la
patria potestad garantiza la integración del menor a su familia permitiéndole un
ambiente armónico mediante el cual se le proporciona afecto, cuidado, educación y
protección, factores éstos que posibilitan el normal desarrollo del niño.
En sentencia del 22 de junio de 2011, la Corte Suprema de Justicia
reiteró su concepto en los siguientes términos:
“Sobre dicha figura ha expuesto la Corte que “hunde su razón de ser en justificativas éticas
acogidas por los legisladores en cuanto evidencia un conjunto de poderes-deberes
establecidos en favor del hijo, pero que en verdad encarnan los vínculos afectivos,
económicos, disciplinarios y, en general de todo orden, que la relación filial determina. Es
decir, para decirlo en otros términos: los vínculos afectivos y de toda índole, emanados de
esa relación natural encuentran expresión jurídica en la patria potestad” (sentencia de 25 de
mayo de 2006, exp. T-11001 02 03 000 2006 00714 -00).
Trátase, por ende, de una institución consecuencial al estado civil, con regulación autónoma,
que puede ser objeto de discusión en escenarios diferentes al de la investigación de
paternidad, teniendo en cuenta que el numeral 2 parágrafo 1º del artículo 427 del Código de
Procedimiento Civil establece que se tramitarán por el proceso verbal, en consideración a su
naturaleza, los asuntos de “privación, suspensión y restablecimiento de la patria potestad o
de la administración de bienes del hijo y remoción del guardador.”, los cuales no están
contemplados en el precitado artículo 366.”
Tal régimen entonces surge por ministerio de la ley y no se ha
establecido en beneficio de los progenitores, sino en interés superior de niños,
quienes son protegidos, de manera especial, tanto por la Constitución como por los
tratados y convenios internacionales.
Por tratarse de una potestad atribuida exclusivamente a los padres, la
norma prevé la posibilidad de que si faltase uno de ellos, pueda ejercerse por uno
solo, por lo que ninguna figura jurídica que regla las relaciones familiares puede
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sustituirla, así lo establece el artículo 438 del Código Civil al señalar “No se puede dar
tutor ni curador general al que está bajo la patria potestad, salvo que ésta se
suspenda por decreto judicial, en alguno de los casos enumerados en el artículo
315.”
En este orden de ideas es posible, por las causales expresamente
señaladas en la ley y en aras de proteger el interés superior del menor, privar a los
padres de este derecho que la naturaleza misma y la ley les ha otorgado a través de
la suspensión y terminación previstas por el mismo legislador y solo en virtud de las
causales también determinadas por este en los artículos 310 y 315 de la normativa
civil, procede la suspensión y la terminación respectivamente, estableciendo para
esta última norma:
“La emancipación judicial se efectúa, por decreto del juez, cuando los padres
que ejerzan la patria potestad incurran en alguna de las siguientes causales:
1. Por maltrato habitual del hijo, en términos de poner en peligro su vida o de
causarle grave daño.
2. Por haber abandonado al hijo.
3. Por depravación que los incapacite de (sic) ejercer la patria potestad.
4. Por haber sido condenados a pena privativa de la libertad superior a un año.
En los casos anteriores podrá el juez proceder a petición de cualquier
consanguíneo del hijo, del abogado defensor de familia y aun de oficio.”
Por tanto para que proceda la privación de la patria potestad por
terminación de esta se requiere que ambos padres falten o hayan incurrido en
alguna de las causales anteriores, ya que de no ser así, solamente se privará de la
patria potestad a uno de ellos y el otro continuará ejerciéndola.
En este asunto, la pretensión está encaminada a la suspensión de la
patria potestad que tiene el señor CARLOS MAURICIO CORTÉS GUTIÉRREZ sobre su
menor hijo JUAN JOSÉ CORTÉS CUÉLLAR, nacido el 28 de febrero de 2001, pues
MARIA MARGARITA CORTÉS CUÉLLAR es mayor de edad de acuerdo al registro civil
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obrante a folio 7 del cuaderno 1, teniendo en cuenta que en el año 2006 fue
condenado a pena de prisión por 23 meses y 4 días, circunstancia prevista en el
numeral 4º del artículo 315 del C.C. como causal de suspensión.
Censura la recurrente que no se haya tomado la determinación de
suspender la patria potestad respecto del demandado, cuando es claro que debido a
su conducta fue condenado penalmente en los términos en que hay lugar a ello de
acuerdo al artículo 315 del C.C., máxime si se tiene en cuenta que no es la única
causa seguida en su contra, pues según afirma, está a cargo de otro juzgado penal.
Sobre este punto no se acredita en el plenario que se siga causa distinta
a la que esta a cargo del Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Neiva como afirma la
actora, ya que en lo relacionado obran los fallos proferidos por este despacho el 6 de
diciembre de 20061 y por el Tribunal Superior de Neiva Sala Cuarta de Decisión
Penal2 en la que modificó la condena inicial de 54 meses de prisión y multa de
$77´512.500 a 23 meses y 4 días y $51´675.000 y figura el oficio No. 844 de mayo
22 de 2008 en el cual se informa al demandado el reconocimiento a su favor de
redención de pena por trabajo en el establecimiento carcelario en la cifra de 149 días
y se decreta la libertad provisional por pena cumplida; de manera que no se observan
documentos que revelen investigación por otro delito atribuido al demandado.
Sostuvo el a quo que la privación de la libertad en los términos descritos
no puede ser tenida sin mas como causal de suspensión de la patria potestad, pues
se debe tener en cuenta que el daño que pueda causar en el menor el hecho de que
esta se mantenga.
En este sentido, la Corte Constitucional en sentencia C-145 de 2010
señaló:
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F 14 a 21 del cuaderno 1 del Juzgado.
Folios 22 a 38 ibídem.
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“6.11. Según se anotó precedentemente, a través de distintos pronunciamientos, la
jurisprudencia constitucional ha avalado esta posición, al sostener que la
suspensión, privación o pérdida de la patria potestad, en manera alguna implica
abandono, pues al menor se le designará guardador para que asuma la
representación legal de éste y la administración de sus bienes, mientras que sus
padres deberán seguir cumpliendo las obligaciones que como tales tienen con sus
hijos. Para la Corte, la patria potestad descansa sobre la figura de la autoridad
paterna y materna, en cuanto a que los derechos a ella reconocidos, son solo un
instrumento para coadyuvar al cumplimiento de los deberes de formación de la
personalidad del menor, atribuidos en virtud del parentesco y la filiación, a la
autoridad de los padres, sin que éstos deban desaparecer por el solo hecho de que
se extinga la patria potestad. Así lo señaló la Corte en la Sentencia ya citada, C-997
de 2004, al sostener:
“No obstante, ha de precisarse conforme lo indica el inciso final del articulo 310 del
Código Civil, que ni en el caso de la suspensión ni en el de la terminación de la patria
potestad los padres se exoneran de sus deberes para con sus hijos, así por ejemplo
se mantiene la obligación alimentaria (Art. 156 del Código del Menor).
“…”
En este sentido, la terminación de la patria potestad independientemente de la
causal que se invoque efectivamente tendrá como consecuencia la separación
jurídica de los hijos frente a sus padres en lo que respecta a los derechos que éstos
ejercen sobre ellos. Extinción de derechos que se encuentra justificada en la medida
que con esa determinación se protege al menor de personas que no brindan las
condiciones morales, éticas, sociales, etc., para su desarrollo integral y que por el
contrario con sus conductas (acciones u omisiones) ponen en riesgo la correcta
formación de las niñas y niños en un ambiente de armonía y unidad.
“…”
Esta separación como se ha indicado, en manera alguna implica abandono ya que el
menor a cuyos padres se les ha dado por terminada la patria potestad no sólo se les
designará un guardador sino que sus padres deberán seguir cumpliendo las
obligaciones que como tales tienen para con sus hijos. Así, es precisamente el
interés superior del menor el que justifica la cesación de la potestad parental, por lo
cual la causal objeto de acusación no contraría el inciso final del artículo 28, ni los
artículos 42 y 44 de la Carta.
6.18. Precisamente, al pronunciarse sobre asuntos relacionados con la privación y
terminación de la patria potestad, en la Sentencia C-997 de 2004, ya la Corte había
fijado como criterio de interpretación, que frente a actuaciones tendientes a
restringir derechos, la valoración judicial debe ser siempre de alcance subjetivo, y,
tratándose de asuntos que involucran menores, tomando además en consideración
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el principio constitucional del interés superior del menor, quedando habilitado el
juez, en cada caso concreto, para pronunciarse única y exclusivamente a la luz de los
hechos y situaciones que son materia de controversia, como garantía del derecho al
debido proceso y de los derechos fundamentales de los niños y niñas. En ese sentido,
afirmo la Corte en el citado fallo:
“Así, es el juez del proceso, en cada caso concreto, el que determina a la luz del
principio del interés superior del menor si resulta benéfico o no para el hijo que la
patria potestad que ejercen sus padres se dé por terminada, pero ello, se insiste no
opera de manera objetiva dado que esa circunstancia haría injustificada la
existencia de un proceso judicial con esa finalidad. De esta manera, corresponde
al juez en cada caso adoptar la mejor decisión para los intereses del menor.
“…”
En este sentido, la disposición acusada se ajusta a los mandatos constitucionales
contenidos en los artículos 5, 42 y 44 puesto que permiten que un padre que ha
realizado una conducta punible, sea privado de los derechos que la ley otorga
para el cumplimiento de los deberes que a esa condición impone el ordenamiento
jurídico, siempre que esa decisión sea la que mejor corresponda a los intereses del
menor, debiendo el juez en cada caso, hacer la valoración correspondiente; ello
implica que la aplicación de la causal no es objetiva, sino que por el contrario,
como toda actuación tendiente a restringir derechos deberá analizarse desde un
punto de vista subjetivo y, en el caso de los menores, a partir del principio
constitucional del interés superior del menor”. (Resaltado y subrayado fuera del
texto original.)
En atención al análisis que se debe emprender a efectos de establecer
si la suspensión de la patria potestad es una medida benéfica para el menor JUAN
JOSÉ CORTÉS CUÉLLAR, obran en el expediente las declaraciones de Martha Cecilia
Zúñiga3, Dolly Herrera Ramírez4, Reinel Salazar5 y Aneyder Correa Ortiz6, quienes
dan cuenta del proceso penal seguido en contra del demandado y afirman que este
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1 a 5 cuaderno 3
13 a 17
18 a 21
22 a 25
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es una persona responsable, trabajadora, que está pendiente de los niños, que
cumple con las obligaciones económicas para con ellos, precisando incluso detalles
como que esta a cargo de las pensiones del colegio, que lo encuentran haciendo las
consignaciones o en compañía del menor en un partido de futbol y califican la
relación con sus hijos como de afecto.
Igualmente hacen parte del expediente los dichos de Peter Yeri Rojas
Torres7, Martha Judith Durán8 y Martha Cecilia Cuéllar9, quienes señalan que el
demandado ha incumplido sus obligaciones como padre, dan cuenta del delito
cometido por él al igual que del tramite seguido en la Comisaría y Juzgado de Familia
por el proceso de alimentos iniciado por la señora LALY ZULENA CUÉLLAR. Coinciden
en indicar que la relación de las partes no era buena y que es la demandante quien
esta con los niños admitiendo que el demandado asume parte de los gastos y
expresan que la situación del demandado afecta gravemente a aquellos.
En punto de los interrogatorios de parte practicados, afirma la señora
LALY ZULENA CUELLAR10 que la relación del demandado con su hija no es buena
porque él es muy autoritario, que ella le ha manifestado los inconvenientes surgidos
a raíz de la situación de su padre y que el menor JUAN JOSE no esta al tanto de la
misma en razón de su edad, agregando que en su sentir, la situación jurídica del
demandado afecta en gran medida a sus hijos, en tanto el ejemplo que da es
nefasto. El señor CARLOS MAURICIO CORTES11 por su parte indica que la actora no
le permite ver a sus hijos, que cumple con sus obligaciones frente a ellos, esto es, el
50% de sus gastos, que la relación con sus hijos es buena, que asumió la
responsabilidad en el proceso penal a fin de no afectar a su familia y que a su juicio,
el comportamiento de sus hijos no se ha visto alterado a causa del proceso penal
que se sigue en su contra.
La Psicóloga Forense del Instituto Colombiano de Medicina Legal y
Ciencias Forenses, en el análisis sobre la valoración psicológica practicada al menor
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JUAN JOSE CORTES CUELLAR determinó: “se describe como un niño alegre, feliz,
quiere ser futbolista y estudiar administración de empresas”.... “que actualmente vive
con su padre con quien se queda en el apartamento, expresa extrañarlo mucho y
sentirse triste cuando termina el fin de semana”12 y agrega “alerta, consciente sin
alteración en el juicio y raciocinio”... “En cuanto a su afecto de fondo triste en relación
a que su padre no vive con él. Lenguaje claro y coherente, pensamiento centrado en
torno a los hechos en torno a problemas entre los padres. En relación a su
orientación se ubica en tiempo y espacio no se percibe alteración a nivel de
sensopercepcion.”13.... “Juan José se percibe como un niño alegre, expresivo, cordial
lo cual le permite desenvolverse a nivel familiar y escolar”14… “en el menor Juan
José no se identifica ninguna dificultad a nivel mental. Se observa que ha logrado
construir relaciones afectivas caracterizadas por apoyo y confianza con la medre.
Respecto a la figura paterna la relación es fuerte y cercana.”15.
En cuanto al señor CARLOS MAURICIO CORTÉS GUTIÉRREZ define
el informe sicológico lo siguiente: “En cuanto a su afecto de fondo triste en relación a
los inconvenientes que se presentan en relación con la madre de sus hijos, lenguaje
claro y coherente, pensamiento centrado en los hechos en torno a “problemas con su
ex frente a la regulación de visitas”. En torno a su orientación se ubica en tiempo y
espacio, no se percibe alteración a nivel de sensopercepción. Respecto a su
memoria, conserva en límites de lo normal aspectos recientes y antiguos. Su
inteligencia impresionó alto. Su proyección a futuro nivel personal y familiar está muy
bien estructurada. No se presenta alteración en su conducta alimentaria ni
alteraciones en el sueño.”16
Por su parte, la Procuradora Judicial de Familia, señala que habida
cuenta de que en el proceso no se verifican “aspectos que inhabiliten a alguno de los
padres para continuar velando por su bienestar físico y emocional”, pues asegura
que los padres están interesados en cuidar al menor, razón por la que suspender el
ejercicio de la patria potestad por parte del demandado, no constituiría un beneficio
para su desarrollo emocional.
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15
16
1 a 7 cuaderno 4
Folio 155 reverso del cuaderno 1.
Folio 156.
Folio 156 reverso.
Folio 157.
Folio 155 reverso.
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Analizado
el
material
probatorio,
consistente
en
testimonios,
interrogatorios de parte y prevalentemente las valoraciones sicológicas realizadas,
resulta claro para la Sala que tras el criterio trazado por pronunciamientos de la H.
Corte Constitucional en lo relacionado, no es dable en este caso acceder a las
pretensiones de la demanda en el sentido de suspender el ejercicio de la patria
potestad al señor CARLOS MAURICIO CORTÉS CUÉLLAR.
Lo anterior, habida cuenta de que tal raciocinio impone determinar la
afectación del menor en razón de las circunstancias que hayan rodeado la conducta
objeto de reproche y como se nota, el menor JUAN JOSE presenta un
comportamiento normal, con sentimientos de tristeza, admisibles en una situación
como la que atraviesa, cual es la separación de sus padres, pues así lo revela la
prueba pericial aquí practicada por el grupo de siquiatría y sicología del Instituto
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, informe que es fundamental si se
tiene en cuenta que proviene de una entidad autorizada y facultada para emitirlo,
circunstancia que le asigna toda credibilidad.
En tal sentido, la testimonial recaudada refiere al demandado como un
padre atento a las necesidades de sus hijos, con problemas con la actora a causa de
las visitas a sus hijos y que da cumplimiento a sus obligaciones con aquellos, en
tanto está a cargo de las pensiones en sus colegios y hace un desembolso a favor
de la actora con este propósito. Dicha conclusión se ve reforzada por los beneficios
que han sido otorgados al demandado, pues los mismos son procedentes siempre y
cuando la conducta por él desplegada no represente un peligro para la sociedad.
La Alta Corporación, sostuvo lo siguiente en el pronunciamiento citado
supra:
6.19. En relación con el mismo punto, la Corte ha sostenido que “cualquiera sea la
medida que adopte una autoridad dentro del Estado debe encaminarse, en
desarrollo de los deberes constitucionales y legales que el ordenamiento jurídico
les imponen, a la materialización plena del interés superior de cada una de las
niñas y niños que habitan en Colombia”. Tratándose de decisiones de orden
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particular y concreto que le corresponda tomar a las autoridades,
administrativas o judiciales, como ocurre en el caso de la norma acusada, éstas
deben realizar una cuidadosa ponderación de las circunstancias fácticas que se
proyectan sobre el menor involucrado, debiendo valorar adecuadamente las
pruebas y experticias que se hayan practicado en relación con el menor,
aplicando también los conocimientos y métodos técnicos y científicos que el
ordenamiento ponga a su disposición para garantizar que la decisión proferida sea
la que mejor se ajuste al principio del interés superior del menor.
Desde este punto de vista, lo ha dicho este Tribunal, no hay duda que la
observancia del principio del interés superior del menor, a que se refiere
expresamente el artículo 44 Superior, y disposiciones del derecho internacional
humanitario que hacen parte del Bloque de Constitucionalidad, es un mandato
ineludible para todos los servidores públicos y, en particular, para los operadores
jurídicos que deban tomar decisiones donde estén involucrados niños y niñas.
6.20. En consecuencia, frente a la norma acusada, la regla en ella prevista se
ajusta a la Constitución, en cuanto no afecta los principios y valores consagrados
en la Carta. Sin embargo, en la medida en que existen dudas sobre la manera como
ella debe ser interpretada, para garantizar el interés superior del menor, y el
derecho al debido proceso, es necesario condicionar su declaratoria de
exequibilidad, para que se entienda que es el juez del proceso, en cada caso
concreto, el que determina a la luz del principio del interés superior del menor y de
las circunstancias específicas en que se encuentren los padres, si resulta benéfico o
no para el hijo que se prive de la patria potestad y del ejercicio de la guarda, al
padre o madre que es declarado tal en juicio contradictorio, aplicando para el
efecto el procedimiento previsto en el parágrafo 3° del artículo 8° de la Ley 721 de
2001.
Es así como de acuerdo al lineamiento jurisprudencial, esto es,
teniendo que emprender un análisis subjetivo de la causal invocada, pues como ha
dicho la alta Corporación, de ser objetivo no se precisaría iniciar un proceso judicial
para la suspensión de la patria potestad, se concluye que no siendo suficiente
verificar que el señor CARLOS MAURICIO CORTÉS GUTIÉRREZ haya sido condenado
a pena privativa de la libertad superior a un año, sino que es preciso acudir a las
pruebas que indiquen la afectación del menor a causa de este hecho, no es posible
derivar privación del derecho que le asiste en su condición de padre, pues se itera, tal
determinación no se circunscribe a la constatación de una circunstancia de manera
objetiva sino que debe obedecer a la alteración de la situación del menor en razón de
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la condena, la cual en este caso no tuvo la entidad para afectarlo en este sentido,
según lo acredita el examen de las pruebas reseñadas en precedencia.
En armonía con lo expuesto, el Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Neiva, Sala Cuarta de Decisión Civil - Familia - Laboral, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley,
6. RESUELVE:
1. CONFIRMAR la sentencia proferida por el Juzgado Cuarto de Familia
de Neiva (H.) el 29 de abril de 2011, de acuerdo a las razones anotadas en
precedencia.
2. SIN COSTAS en la presente instancia por no aparecer causadas.
(Artículo 392, numeral 9º).
3.- DEVOLVER el proceso al juzgado de origen.
De la anterior sentencia, quedan las partes notificadas en estrados, de
conformidad con lo previsto en el artículo 325 del C. de P. C.
No siendo otro el objeto de la presente diligencia, se termina y firma por
quienes en ella intervinieron.
Aprobada por Acta No.
ENASHEILLA POLANÍA GÓMEZ
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EDGAR ROBLES RAMÍREZ
LUZ DARY ORTEGA ORTÍZ
EN USO DE PERMISO
DIANA MEDINA TRUJILLO
Secretaria ad hoc
Apoderado de la parte actora
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FALLO APROBADO ACTA NRO. ____ DE _______________
COPIADO FL ________ TOMO ____ SENTENCIAS FAMILIA.
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