Libro Vitaminas y Salud

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DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN
NOTA DE PRENSA
La Fundación BBVA presenta el libro “Vitaminas y salud. De las
enfermedades carenciales a las degenerativas”
El 70 por ciento de la población española
consume cantidades de vitamina D
inferiores a los niveles recomendados

En España, diversos estudios muestran cifras de déficit de vitamina
D entre el 20 y el 41 por ciento en jóvenes de 20 a 39 años y del 60
al 83 por ciento en personas de 40 a 64 años. Por encima de 65
años, el déficit de vitamina D afecta entre el 68 y el 88 por ciento de
la población, si vive en su domicilio, y al 100 por ciento, si vive en
una residencia

El tratamiento con vitamina D y calcio reduce las tasas de fractura
de cadera y otras localizaciones en un 25 por ciento

Entre el 8 y el 10 por ciento de la población española consume
habitual o cíclicamente suplementos vitamínicos, en su mayor parte
como autoprescripción

La carencia más prevalente entre la población europea es la de
vitamina B6, necesaria para paliar el proceso por el que se declina la
función cerebral e inmune, seguida de las vitaminas E y B12

Los autores defienden la necesidad de realizar una revisión
actualizada de las Ingestas Recomendadas para las vitaminas en la
población
3 de junio de 2004.- El libro de la Fundación BBVA “Vitaminas y salud: de las
enfermedades carenciales a las degenerativas”, editado por Gregorio Varela,
catedrático de Nutrición y Bromatología en la Universidad San Pablo-CEU de
Madrid, y Elena Alonso, profesora adjunta de la misma universidad, recoge los
avances logrados en el conocimiento de los efectos de las vitaminas en el
organismo humano. La obra analiza la denominada “segunda revolución de las
vitaminas”, originada por el descubrimiento de la capacidad de estas sustancias
para prevenir las enfermedades degenerativas, principal causa de mortalidad en
las sociedades occidentales.
En “Vitaminas y salud” se abordan cuestiones como la posible relación de las
vitaminas antioxidantes con las enfermedades cardiovasculares, algunas formas
de cáncer o el propio proceso de envejecimiento fisiológico; la nueva función del
ácido fólico en la prevención de malformaciones congénitas y la disminución del
riesgo cardiovascular; o el importante papel potencial de la vitamina D en el
mantenimiento de la salud ósea a lo largo de la vida.
Estas nuevas funciones han suscitado el interés de los consumidores, de las
autoridades sanitarias y de la industria farmacéutica alimentaria, por conocer no
sólo los posibles mecanismos por los que actuarían las vitaminas, sino también
cuál es el estatus nutricional en estos componentes de la dieta, cómo se
encuentran en los alimentos y cómo se modifican como consecuencia de los
procesos culinarios y tecnológicos a los que son sometidos. La preocupación
existente por la necesidad o no de tomar suplementos vitamínicos, la
importancia de la fortificación alimentaria, así como la problemática del abuso y
la toxicidad derivada, también son objeto de análisis en esta obra.
VITAMINA E: UN FACTOR ANTIOXIDANTE
La vitamina E es una de una de las vitaminas más controvertidas en la
actualidad. A lo largo del tiempo, la vitamina E ha pasado de ser un compuesto
de funciones desconocidas a ser un factor antiesterilidad y, posteriormente, un
factor antioxidante. Por su capacidad de disminuir la oxidación de los lípidos, la
vitamina E podría ayudar a prevenir o a disminuir la incidencia de alguno de los
procesos que causan una mayor mortalidad y morbilidad en los países
industrializados, entre los que se incluyen las enfermedades cardiovasculares, el
cáncer y las complicaciones secundarias a la diabetes.
La diabetes constituye una de las principales enfermedades crónicas de los
países industrializados, ya que afecta a un 4-7 por ciento de la población. Entre
las complicaciones asociadas a esta enfermedad se incluyen la retinopatía y la
ceguera, la nefropatía y la insuficiencia renal (la diabetes es la principal causa
tanto de ceguera como de insuficiencia renal en los países industrializados), la
neuropatía y las enfermedades cardiovasculares. Además, la presencia de recién
nacidos con malformaciones severas constituye una complicación relativamente
frecuente de la diabetes de las madres gestantes.
En referencia a esta última complicación de la diabetes, se han llevado a cabo en
laboratorio diferentes estudios con animales que han permitido demostrar in vivo
que los efectos teratogénicos (causantes de malformaciones) secundarios a la
diabetes pueden prevenirse o disminuir su incidencia con la administración de
antioxidantes. En las ratas diabéticas que no habían recibido ningún tipo de
tratamiento se observó una tasa de embriones malformados del 25 por ciento.
Con la administración de vitamina E, se consiguió disminuir la incidencia de
embriones malformados a un 5 por ciento, cifra muy similar a los valores
observados en las ratas controles (4,6 por ciento). Sin embargo, los efectos de la
vitamina E son dosis dependientes y las altas concentraciones pueden ser tóxicas
para el embrión.
Otros estudios realizados en modelos animales han demostrado cómo la
administración de vitamina E puede reducir las enfermedades cardiovasculares
derivadas de la arteriosclerosis, que constituyen la principal causa de mortalidad
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entre los individuos con diabetes, al disminuir los depósitos de colesterol en la
aorta (Otero, Herrera y Bonet).
Gráfico 1: Porcentaje de ratones con depósitos de colesterol en la rama
ascendente de la aorta
Diabéticos
Controles
80
60
40
20
0
D
D+A
D+A+E
C
C+ A
Grupos experimentales: D: diabéticos con dieta normal; D+A: diabéticos con dieta
aterogénica (rica en colesterol y ácidos grasos saturados); D+A+E: diabéticos con dieta
aterogénica suplementados con vitamina E; C: controles con dieta normal; C+A: controles
con dieta aterogénica.
También se dedica una parte de la obra a otros compuestos con capacidad
antioxidante, como son los carotenoides. Existe un gran cúmulo de evidencias a
favor de las acciones biológicas de los carotenoides en relación con la prevención
del cáncer, la enfermedad cardiovascular o las cataratas. Su efecto antioxidante
podría ser de gran interés para la prevención de situaciones degenerativas, como
el propio envejecimiento o las enfermedades crónicas.
Sin embargo, actualmente, y dado que los suplementos de beta-caroteno no han
mostrado ningún beneficio en la prevención de las principales enfermedades
crónicas, e incluso pueden provocar daños en ciertos subgrupos (fumadores, o
trabajadores expuestos a cancerígenos), en la última edición de las
recomendaciones de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos se
considera que no se pueden aconsejar los suplementos de beta-caroteno a la
población sana y sólo se deben recomendar como provitamina A para la
prevención y control de la deficiencia en vitamina A en poblaciones de riesgo.
En este sentido, se recomienda consumir de cinco a siete raciones o porciones de
frutas y hortalizas al día para obtener un aporte adecuado de carotenoides, pero
no se debe aconsejar el consumo de cantidades de carotenoides superiores a las
ingeridas a partir de fuentes naturales con objeto de conseguir un aporte extra
de antioxidantes con nuestra dieta.
DEFICIENCIA DE VITAMINA D ENTRE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA
La obra plantea también la problemática y los últimos avances en el
conocimiento de la vitamina D. El déficit de vitamina D, clínicamente silente,
tiene gran repercusión sobre el hueso en cualquier momento de la vida: en la
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vida fetal y en la infancia provoca una disminución del pico de masa ósea al
rebajar el aporte de calcio, aumentando el remodelado óseo y el riesgo de
osteoporosis en la edad. En mujeres perimenopáusicas y en ancianos acelera la
pérdida ósea cortical y, en menor grado, la trabecular, disminuyendo la masa
ósea en cualquier momento de la vida, lo que constituye un factor de riesgo
importante de osteoporosis y de fracturas óseas.
Diversos ensayos clínicos demuestran que el tratamiento con vitamina D y calcio
reduce las tasas de fractura de cadera y otras localizaciones en un 25 por ciento
aproximadamente.
No se conoce el impacto que puede tener el déficit de vitamina D sobre la
proliferación y diferenciación celular de células neoplásicas, pero estudios
epidemiológicos han sugerido que el déficit de vitamina D (y de calcio) puede
aumentar el riesgo de algunos tipos de cáncer (colon, próstata y mama, entre
otros) y que áreas geográficas con bajos aportes de vitamina D son regiones con
alta incidencia de enfermedades autoinmunes.
En regiones ecuatoriales, la exposición al sol es adecuada para sintetizar
vitamina D, pero en latitudes por encima de los 40º norte las personas sintetizan
menos vitamina D en el invierno. Esta situación también está condicionada por
las condiciones climatológicas y los hábitos de vida y vestido, el uso de cremas
de protección solar o la toma de sol tras cristales, que filtran los rayos UV y
comprometen la síntesis adecuada de vitamina D3 por la piel. Pocos alimentos
contienen vitamina D (pescados azules, aceite de hígado de estos pescados,
huevos e hígado). La leche, lacticinios, pan y cereales sólo tienen cantidades
apreciables si están artificialmente enriquecidas con vitamina D y, en España,
muy pocos alimentos lo están, y los que lo están, en poca cantidad.
En España existe una gran deficiencia en vitamina D al acabar el invierno, una
carencia que, en un elevado porcentaje, no llega a recuperarse durante los
meses de verano, y justificaría que se desarrolle una campaña de salud pública
para la suplementación de los alimentos con vitamina D o el tratamiento con
dosis fisiológicas de vitamina D, ya que un aumento del tiempo de exposición al
sol podría ser suficiente pero podría aumentar el riesgo de cáncer cutáneo.
Diversos estudios muestran cifras de déficit de vitamina D entre el 20 y el 41 por
ciento en jóvenes entre 20 y 39 años; desde los 40 a los 64 años, del 60 al 83
por ciento; y por encima de los 65 años, si viven en su domicilio, entre el 68 y el
88 por ciento, pero si viven en una residencia, del 100 por ciento.
RELACIÓN ENTRE ÁCIDO FÓLICO Y GESTACIÓN
En “Vitaminas y salud” también se analiza el ácido fólico, una de las vitaminas
con mayor número de nuevas funciones, y se estudia el papel del ácido fólico en
la gestación, desde su importancia inicial como nutriente crítico en el crecimiento
y división celular hasta su papel más reciente en la prevención de los
denominados defectos del tubo neural.
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La relación entre el ácido fólico y la gestación es muy estrecha; de hecho, la
existencia de la vitamina se demostró a través de su asociación con la anemia
del embarazo. El ácido fólico desarrolla dos funciones distintas en la gestación:
un papel, conocido desde hace tiempo, en la maduración fetal, que puede
imponer la necesidad de suplementación para prevenir la anemia al final del
embarazo; y un papel demostrado recientemente en la prevención de los
defectos congénitos durante el desarrollo embrionario temprano.
También se ocupa esta obra de la reciente relación entre ácido fólico,
homocisteína y mayor riesgo de enfermedad vascular. Se está prestando una
especial y creciente atención a la elevación de los niveles del aminoácido
homocisteína en sangre, ya que la homocisteinemia se configura como uno de los
factores de riesgo de enfermedad arteriosclerótica precoz. Esta hipótesis tiene
una gran trascendencia sanitaria y ofrece nuevas perspectivas de intervención,
ya que la hiperhomocisteinemia está en asociación directa con el estado en ácido
fólico, vitamina B12 o cianocobalamina y vitamina B6 o piridoxina, nutrientes que
intervienen como coenzimas en el metabolismo de la homocisteína.
EL ESTADO VITAMÍNICO DE ESPAÑA Y DE EUROPA
En la obra se revisa el estado vitamínico de Europa, iniciando el recorrido con un
capítulo que estudia el estado nutricional vitamínico de diferentes comunidades
autónomas españolas, tanto en lo que se refiere a ingestas dietéticas como a
marcadores bioquímicos del estado vitamínico, y se analiza mediante metaanálisis la prevalencia de situaciones subóptimas en los diferentes subgrupos de
población, planteando la necesidad de realizar una revisión actualizada de
las Ingestas Recomendadas para las vitaminas en la población.
Desde el punto de vista epidemiológico, la detección de estados de déficit
marginal está siendo un tema de interés prioritario, porque el estado nutricional
vitamínico puede condicionar la respuesta inmune, el nivel de salud y la calidad
de vida.
Se ha venido defendiendo que el aporte exógeno de vitaminas con potencial
antioxidante pudiera tener cierto papel preventivo en el desarrollo de
determinados cánceres, en los procesos de envejecimiento y en las
enfermedades cardiovasculares y degenerativas. Incluso estudios recientes
sugieren que la administración de altas dosis de vitamina E podría disminuir la
progresión de la enfermedad de Alzheimer.
Sin embargo, existen también trabajos que han puesto de manifiesto que los
suplementos vitamínicos con función antioxidante no son efectivos e, incluso,
pueden tener el efecto contrario para la salud (efecto paradójico). Este último
punto pone nuevamente de manifiesto la importancia de estas sustancias
situadas en su contexto natural, siendo conveniente priorizar los aportes de
vitaminas y de elementos no nutrientes con potencial antioxidante contenidos en
los alimentos que de una manera armónica y sinérgica parecen proteger nuestra
salud y, en cualquier caso, limitar la administración de suplementos vitamínicos a
los grupos de riesgo.
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Cuadro 1: Ingesta de antioxidantes, riesgo de enfermedad coronaria y cáncer
Antioxidantes y riesgo de enfermedad coronaria (EC)
Estudio
Antioxidante
Poblaciones Europeas (WHO)
NHANES I
Nurses Health Study
Health Professionals
Follow-Up Study
Vitamina E
Vitamina C
Vitamina E (suplemento)
Vitamina E (suplemento)
Caroteno
EURAMIC
-caroteno
Reducción del riesgo
Incidencia EC
Mortalidad EC
 riesgo 40%
 riesgo 37%
 37% fumadores
< 40% exfumadores
Infarto en fumadores y ex
fumadores
Dieta y cáncer: elementos protectores
Localización tumor
Factores protectores
Estómago
Vitamina C. Frutas y verduras
Colon
Fibra. Vitamina C
Endometrio
Frutas y verduras
Mama
Fibra. Frutas y verduras.
Crucíferas
Frutas y verduras. Licopeno
Próstata
Pulmón
Referencias
Correa et al., 1985; Seteinmetz
y Potter, 1996
Kampman, 1994; Seteinmetz y
Potter, 1996
Seteinmetz y Potter, 1996
Jacobs, 1996
Seteinmetz y Potter, 1996;
Giovanucci et al., 1995
Carotenoides. Frutas y verduras Van Poppel y Goldbohm, 1995.
Omen et al, 1996
Los estudios realizados sobre los hábitos alimentarios y el estado nutricional en
diferentes comunidades autónomas han detectado ingestas de riesgo en relación
con las Ingestas Recomendadas en más del 10 por ciento de la población para el
aporte de folatos, vitamina C, vitamina A, vitamina E y vitamina D. También se
han detectado valores bioquímicos subóptimos para la vitamina D, vitamina C,
ácido fólico y otras vitaminas con función antioxidante.
La evaluación bioquímica ha puesto de manifiesto valores subóptimos
para la tiamina (Cataluña y Andalucía), riboflavina (Cataluña y
Andalucía), vitamina B6 (Cataluña y Andalucía), vitamina B12 (País
Vasco, Cataluña y Canarias), folatos (País Vasco, Canarias, Andalucía) y
vitamina E (Cataluña y Canarias). Las personas que realizan ingestas
calóricas muy ajustadas y las personas de edad avanzada configuran los
principales grupos de riesgo.
Recientemente, se ha llevado a cabo el Estudio eVe (Evaluación del Estado
nutricional Vitamínico en la población Española), que pone de relieve, en su
análisis de la ingesta individual, un perfil típico de dieta mediterránea, con una
ingesta energética media de 2.409 kcal. en varones y 1.909 kcal. en mujeres. El
17 por ciento de la energía procedía de las proteínas; el 44 por ciento a partir de
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los hidratos de carbono; y las grasas representaban el 38 por ciento en los
varones y el 40 por ciento en las mujeres.
En este estudio se han detectado porcentajes importantes de población que
realiza ingestas de riesgo para la riboflavina (12,6 por ciento de los hombres), la
vitamina B6 (8,6 por ciento de las mujeres, especialmente mayores de 55 años);
los folatos (8 por ciento de los hombres y 10 por ciento de las mujeres) y
vitamina C (14 por ciento en hombres y 11 por ciento en mujeres). El porcentaje
de población que realiza ingestas de riesgo para la vitamina A se estima en un 60
por ciento de los hombres y en un 38 por ciento de las mujeres. Según los
valores de referencia para la población española, el 50 por ciento de la población
realiza ingestas subóptimas para la vitamina E. El porcentaje de población con
cobertura dietética subóptima (ingesta < 2/3 Ingesta Recomendada) para la
vitamina D supera el 70 por ciento de la población estudiada.
Por otra parte, entre el 8 y el 10 por ciento de la población consume habitual o
cíclicamente suplementos vitamínicos, en su mayor parte como autoprescripción.
Cuadro 2: Ingesta inadecuada de vitaminas en distintos estudios
Vitamina
Tiamina
Riboflavina
Eq. Niacina
Vitamina
B12
Folatos
Vitamina C
Vitamina A
Vitamina E
Vitamina D
País Vasco
Madrid
Alicante
Cataluña
Canarias
Andalucía
3,2
8,1
0,8
4
5,2
8,2
0,6
3
2,1
6,2
1,1
1,2
5
7,6
7,8
1,9
0,1
1,8
0,1
0,1
4,1
7,3
1,2
2,1
25
16
41
48
70
5,5
15
38
50
70
23
12
65
55
85
5,4
15
20
52
78
45
5,4
74
53
92
48
8
63
53
87
Porcentaje de la población que realiza ingestas subóptimas (ingesta < 2/3 Ingesta Recomendada)
En los países occidentales, las personas de edad constituyen el grupo más
vulnerable ante el riesgo de sufrir deficiencias nutricionales, incluidas vitaminas.
A ello hay que añadir que Europa se encuentra en el umbral de una transición
demográfica caracterizada por el continuo descenso de la tasa de nacimientos,
que, junto con la disminución en la tasa de mortalidad, está conduciendo al
envejecimiento de la población. El grupo de personas de edad avanzada es
actualmente, y lo seguirá siendo por lo menos durante los próximos cincuenta
años, el segmento poblacional que más rápidamente aumenta.
En el libro se aportan numerosos datos provenientes del estudio multicéntrico
europeo SENECA en personas de edad, cuyos resultados globales mostraron
aportes inadecuados para la vitamina B6 y para la vitamina D.
“Vitaminas y salud” también revisa el pasado y presente de las ingestas de
vitaminas en la población europea, señalando que, en lo que se refiere a las
concentraciones sanguíneas,
la carencia más prevalente en todos los
países fue la de la vitamina B6, necesaria para paliar el proceso por el
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que declina la función cerebral e inmune, seguida por la de las vitaminas
E y B12.
Los resultados muestran así mismo que los europeos, independientemente de su
localización geográfica, están en riesgo sustancial de estado inadecuado de
vitamina D durante el invierno y que el enriquecimiento dietético o el consumo
de suplementos debe ser seriamente considerado, especialmente durante esta
estación.
Respecto al futuro de la ingesta de vitaminas en Europa, probablemente van a
tener un papel muy relevante los alimentos funcionales o fortificados, y la
reducción del consumo de alimentos y de calorías hará que mejore la selección
de los alimentos diarios hacia alimentos más sanos, más nutritivos y más
seguros.
INFLUENCIA
DE
LOS
PROCESOS
INDUSTRIALES
Y
CULINARIOS
SOBRE
EL
CONTENIDO DE VITAMINAS
Otro de los aspectos estudiados en el libro es la influencia de los procesos
industriales y culinarios sobre el contenido en vitaminas de los alimentos. La
mayor parte de los alimentos que consumimos en nuestra dieta no se encuentran
en la forma en que son producidos, sino que han sido sometidos a diversos
procesos con la intención de mejorar su adecuación al consumo humano. Este
procesamiento no sólo produce modificaciones químicas que mejoran las
características organolépticas de los alimentos o aumentan su seguridad sanitaria
y estabilidad; también puede tener efectos negativos, como las pérdidas de valor
nutritivo. Entre ellas deben encuadrarse, salvo excepciones, las que afectan al
contenido en vitaminas.
El procesamiento no se refiere sólo el cocinado industrial o doméstico, sino que
también incluye la preparación anterior del alimento (por ejemplo,
fraccionamiento o descongelación) y el periodo posterior al proceso (el
mantenimiento en caliente o bien su enfriado, conservación y recalentamiento).
Es en estos procesos anteriores y posteriores al cocinado donde,
paradójicamente, se producen con frecuencia las pérdidas más importantes de
vitaminas. Es el caso, por ejemplo, de un caldo compuesto de vegetales.
Mientras que en su preparación se retiene casi un tercio de su contenido inicial
de vitamina C, al dejarlo enfriar y recalentarlo prácticamente desaparece el
contenido en esta vitamina, por lo que proporcionalmente el daño fue mucho
mayor en esta fase posterior al tratamiento que en su cocinado.
Cuadro 3: Contenido en vitamina C de un caldo de vegetales crudo, cocinado y
recalentado
(mg/100g)
Peso (g)
Crudo
Cocinado
Recalentado
Vitamina C
Retención
100
2,36
100%
66
61
0,65
0,03
28%
1%
8
LOS AUTORES
"Vitaminas y salud: de las enfermedades carenciales a las degenerativas” recoge
las conclusiones del encuentro mantenido por algunos destacados expertos en
este ámbito con el objetivo de contar con un foro abierto y multidisciplinar en el
que se repasaran, actualizaran y debatieran diferentes aspectos relacionados con
las vitaminas y su relación con la salud.
La obra es un libro de autores, en el que han participado:
-
María Alavés Buforn, Médico del Centro de Atención Primaria Conde de Barcelona.
-
Javier Aranceta Bartrina, Director de la Unidad de Nutrición Comunitaria,
Ayuntamiento de Bilbao.
-
Bartolomé Bonet Serra, Jefe del Área de Pediatría y Neonatología en la Fundación
Hospital Alcorcón de Madrid y Profesor Agregado de Fisiología en la Universidad
San Pablo-CEU de Madrid.
-
Jesús Llona Larrauri, Doctor en Veterinaria.
-
Anne M. Molloy, Departamento de Medicina Clínica del Trinity College de Dublín
(Irlanda).
-
Olga Moreiras Tuni, Catedrática de Nutrición y Dietética en la Universidad
Complutense de Madrid.
-
Begoña Olmedilla Alonso, Directora del Servicio de Nutrición de la Clínica Puerta
de Hierro de Madrid.
-
Paola Otero Gómez, Profesora Colaboradora de Bioquímica y Biología Molecular en
la Universidad San Pablo-CEU de Madrid.
-
José Manuel Quesada Gómez, Director de la Unidad de Metabolismo Mineral del
Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.
-
Baltasar Ruiz-Roso Calvo de Mora, Profesor Titular de Nutrición y Bromatología en
la Universidad Complutense de Madrid.
-
John Scott, Catedrático de Nutrición Experimental en el Trinity College de Dublín
(Irlanda).
-
Lluís Serra Majem, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública y Director
del Departamento de Ciencias Clínicas de la Universidad de Las Palmas de Gran
Canaria.
-
Marta Viana Arribas, Profesora Adjunta de Bioquímica y Biología Molecular en la
Universidad San Pablo-CEU de Madrid.
-
Paul Walter, Catedrático de Bioquímica en la Universidad de Basilea (Suiza).
La edición científica ha corrido a cargo del Dr. Gregorio Varela Moreiras,
Catedrático de Nutrición y Bromatología en la Universidad San Pablo CEU de
Madrid, y la Dra. Elena Alonso Aperte, Profesora Adjunta de Nutrición y
Bromatología en la misma Universidad.
Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de
Comunicación de la Fundación BBVA (91 537 6615 y 94 487 4627)
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