Glaciares

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GLACIAR
El glaciar (del latÃ−n glacies) es una gruesa masa de hielo que se origina en la superficie terrestre por
compactación y recristalización de la nieve, mostrando evidencias de flujo en el pasado o en la actualidad.
Su existencia es posible cuando la precipitación anual de nieve supera la evaporada en verano, por lo cual la
mayorÃ−a se encuentra en zonas cercanas a los polos, aunque existen en otras zonas montañosas. El
proceso del crecimiento y establecimiento del glaciar se llama también glaciación. Consta de tres partes:
cabecera o circo, lengua y valle o zona de ablación.
Un 10% de la Tierra está cubierto de glaciares, que almacenan unos 33 millones de km3 de agua dulce,
mientras que durante las glaciaciones se extendÃ−an por zonas de baja altitud y en todas latitudes.
FORMACION
Los glaciares se forman en áreas donde se acumula más nieve en invierno que la que se funde en verano.
Cuando las temperaturas se mantienen por debajo del punto de congelación, la nieve caÃ−da cambia su
estructura ya que la evaporación y recondensación del agua causa la recristalización para formar granos de
hielo más pequeños, espesos y de forma esférica. A este tipo de nieve recristalizada se la conoce como
neviza. A medida que la nieve se va depositando y se convierte en neviza, las capas inferiores son sometidas a
presiones cada vez más intensas. Cuando las capas de hielo y nieve tienen espesores que alcanzan varias
decenas de metros, el peso es tal que la neviza empieza a desarrollar cristales de hielo más grandes.
En los glaciares, donde la fusión se da en la zona de acumulación de nieve, la nieve puede convertirse en
hielo a través de la fusión y el recongelamiento (en perÃ−odos de varios años). En la Antártida, donde
la fusión es muy lenta o no existe (incluso en verano), la compactación que convierte la nieve en hielo
puede tardar miles de años. La enorme presión sobre los cristales de hielo hace que éstos tengan una
deformación plástica, cuyo comportamiento hace que los glaciares se muevan lentamente bajo la fuerza de
la gravedad como si se tratase de un enorme flujo de tierra. El tamaño de los glaciares depende del clima de
la región en que se encuentren. El balance entre la diferencia de lo que se acumula en la parte superior con
respecto a lo que se derrite en la parte inferior recibe el nombre de balance glaciar. En los glaciares de
montaña, el hielo se va compactando en los circos, que vendrÃ−an a ser la zona de acumulación
equivalente a lo que serÃ−a la cuenca de recepción de los torrentes. En el caso de los glaciares continentales,
la acumulación sucede también en la parte superior del glaciar pero es un resultado más de la formación
de escarcha, es decir, del paso directo del vapor de agua del aire al estado sólido por las bajas temperaturas
de los glaciares, que por las precipitaciones de nieve. El hielo acumulado se comprime y ejerce una presión
considerable sobre el hielo más profundo. A su vez, el peso del glaciar ejerce una presión centrÃ−fuga que
provoca el empuje del hielo hacia el borde exterior del mismo donde se derrite; a esta parte se la conoce como
zona de ablación. En los glaciares de valle, la lÃ−nea que separa estas dos zonas (la de acumulación y la de
ablación) se llama lÃ−nea de nieve o lÃ−nea de equilibrio. La elevación de esta lÃ−nea varÃ−a de acuerdo
con las temperaturas y la cantidad de nieve caÃ−da y es mucho mayor en las vertientes o laderas de solana
que en las de umbrÃ−a. El avance o retroceso de un glaciar está determinado por el aumento de la
acumulación o de la ablación respectivamente. Los motivos de este avance o retroceso de los glaciares
pueden ser, obviamente, naturales o humanos, siendo estos últimos los más evidentes desde 1850, por el
desarrollo de la industrialización ya que el efecto más notorio de la misma es la enorme producción de
anhÃ−drido carbónico o dióxido de carbono (CO²) el cual absorbe grandes cantidades de agua
(directamente de los glaciares cercanos) para formar el ácido carbónico, con lo que los glaciares de valle
van retrocediendo. Es el caso de los glaciares alpinos europeos, en cuyas proximidades se asientan grandes
factorÃ−as y ciudades turÃ−sticas que consumen ingentes cantidades de combustibles que generan ese
dióxido de carbono, además de aumentar la temperatura ambiente. Por el contrario, algunos glaciares
escandinavos han avanzado en los últimos cuarenta años, lo que no parece tan sencillo de explicar, aunque
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es probable que el crecimiento de la energÃ−a hidroeléctrica haya venido a limitar la producción de
termoelectricidad tanto en Suecia como en Finlandia y, sobre todo, en Noruega.
Los glaciares de Groenlandia y de la Antártida resultan mucho más difÃ−ciles de medir, ya que los
avances y retrocesos del frente pueden estar compensados por una mayor o menor acumulación de hielo en
la parte superior, presentándose una especie de ciclos de avance y retroceso que se retroalimentan
mutuamente dando origen a una compensación dinámica en las dimensiones del glaciar. En otras palabras:
un descenso de la altura del glaciar de la Antártida, por ejemplo, podrÃ−a generar un mayor empuje hacia
afuera, y al mismo tiempo, un mayor margen para que se acumule de nuevo una cantidad de hielo similar a la
que existÃ−a previamente: recordemos que esta altura (unos 3 km) está determinada por el balance glaciar,
que tiene una especie de techo determinado sobre el cual no se puede acumular más hielo por la escasa
cantidad de vapor de agua que tiene el aire a más de 3000 metros.
Clasificación
Los glaciares se clasifican de acuerdo a su tamaño y a la relación que mantienen con la geografÃ−a:
Glaciar alpino
Casquete glaciar
Glaciar de desbordamiento
Glaciar continental de casquete
Glaciar de meseta
Glaciar de piedemonte
Movimiento
El hielo se comporta como un sólido quebradizo hasta que la presión que tiene encima alcanza los 50
metros de espesor del hielo. Una vez sobrepasado este lÃ−mite, el hielo se comporta como un material
plástico y empieza a fluir. El hielo glaciar consiste en capas de moléculas empaquetadas unas sobre otras.
Las uniones entre las capas son más débiles que las existentes dentro de cada capa, por lo que cuando el
esfuerzo sobrepasa las fuerzas de los enlaces que mantienen a las capas unidas, éstas se desplazan unas
sobre otras.
Otro tipo de movimiento es el deslizamiento basal. Ã ste se produce cuando el glaciar entero se desplaza
sobre el terreno en el que se encuentra. En este proceso, el agua de fusión contribuye al desplazamiento del
hielo mediante la lubricación. El agua lÃ−quida se origina como consecuencia de que el punto de fusión
disminuye a medida que aumenta la presión. Otras fuentes para el origen del agua de fusión pueden ser la
fricción del hielo contra la roca, lo que aumenta la temperatura y por último, el calor proveniente de la
Tierra.
El desplazamiento de un glaciar no es uniforme ya que está condicionado por la fricción y la fuerza de
gravedad. Debido a la fricción, el hielo glaciar inferior se mueve más lento que las partes superiores. A
diferencia de las zonas inferiores, el hielo ubicado en los 50 metros superiores, no están sujetos a la fricción
y por lo tanto son más rÃ−gidos. A esta sección se la conoce como zona de fractura. El hielo de la zona de
fractura viaja encima del hielo inferior y cuando éste pasa a través de terrenos irregulares, la zona de
fractura crea grietas que pueden tener hasta 50 metros de profundidad, donde el flujo plástico las sella. La
rimaya es un tipo especial de grieta que suele formarse en los glaciares de circo y tiene una dirección
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transversal al movimiento por gravedad del glaciar. PodrÃ−a decirse que es una grieta que se forma en los
puntos donde se separa la nieve del fondo del circo del hielo que todavÃ−a está bien adherido en la parte
superior.
Velocidad
La velocidad de desplazamiento de los glaciares está determinada por la fricción. Como se sabe, la
fricción hace que el hielo de fondo se desplace a una velocidad menor que las partes superiores. En el caso
de los glaciares alpinos, esto también se aplica para la fricción de las paredes de los valles, por lo que las
regiones centrales son las que presentan un mayor desplazamiento. Esto fue confirmado en experimentos
realizados en el siglo XIX en los que se utilizaron estacas alineadas en glaciares alpinos y se analizó su
evolución. Posteriormente se confirmó que las regiones centrales se habÃ−an desplazado mayores
distancias. Sucede exactamente lo mismo, aunque a menor velocidad, que el agua de los rÃ−os moviéndose
en sus cauces.
Las velocidades medias varÃ−an. Algunos presentan velocidades tan lentas que los árboles pueden
establecerse entre los derrubios depositados. En otros casos, sin embargo, se desplazan varios metros por
dÃ−a. Tal es el caso del glaciar Byrd, un glaciar de desbordamiento en la Antártida que, de acuerdo a
estudios satelitales, se desplazaba de 750 a 800 metros por año (unos 2 metros por dÃ−a).
El avance de muchos glaciares puede estar caracterizado por perÃ−odos de avance extremadamente rápidos
llamados oleadas. Los glaciares que exhiben oleadas, se comportan de una manera normal hasta que
repentinamente aceleran su movimiento para después volver a su estado anterior. Durante las oleadas, la
velocidad de desplazamiento es hasta 100 veces mayor que bajo condiciones normales.
Erosión
Las rocas y los sedimentos son incorporados al glaciar por varios procesos. Los glaciares erosionan el terreno
principalmente de dos maneras: abrasión y arranque.
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