TERAPIA DEL ABRAZO FORZADO (HOLDING THERAPY): UNA PERSPECTIVA AUTISTA Autora: Claire Sainsbury (1999) Original en inglés en: http://www.oneworld.org/autism_uk/pubs/archive.html Traducción realizada por: Cristina Cristia Nota: en algunos países, esta terapia se conoce con el nombre de "terapia sostenida". Como persona con Síndrome de Asperger, me sentí impresionada al descubrir recientemente que la TERAPIA DEL ABRAZO FORZADO (HOLDING THERAPY) todavía está siendo usada en algunos niños con autismo. Patricia Howlin escribió que la terapia del abrazo forzado ha desaparecido casi sin dejar rastro, como tantos otros tratamientos. Desde una perspectiva de investigación, esto es cierto, pero desde la perspectiva autista, conque una sola persona esté siendo tratada con este método, resulta ya excesivo. Yo creo que este abrazo forzado no solamente no es una terapia, sino incluso una forma de abuso. Muchas, por no decir la mayoría de personas con autismo, incluida yo, tenemos cierta defensa hacia el tacto y/o un tacto hipersensible. El sistema nervioso tiende a reaccionar al tacto de un modo tal que cualquier toque amistoso se percibe como una invasión agobiante. Además la mayoría de las personas con autismo se sienten estresadas ante cualquier forma de control restrictivo. Bryna Sieguel describe a personas con autismo que han quebrado sus huesos en su desesperación por salir de aquellos hospitales en donde están restringidos o controlados. Para mí, la terapia del abrazo forzado es una forma de violación sensorial. Yo he visto fotos de niños que han estado bajo este tratamiento y no puedo soportar mirarlos por más de un segundo, porque el dolor y el terror en sus rostros son muy grandes. He leído artículos en los cuales esta terapia es comparada con la maquina de apretar de Temple Grandin. En mi opinión, esto es totalmente desconcertante. El punto clave de esta maquina de apretar es que permite a la persona con autismo el explorar el sentido del tacto, así como el efecto de una fuerte presión, pero de modo tal que la presión esté bajo su completo control. Grandin escribió: "El poder controlar el aparato es muy importante. Para mí, era necesario poder detener la estimulación cuando ésta se hacía muy intensa. Cuando las personas me abrazaban, yo me ponía rígida y las apartaba, para evitar la enorme oleada de estímulos que sentía… Últimamente ha habido mucha publicidad acerca de la terapia del abrazo forzado, en la cual el niño es sujetado por la fuerza y abrazado hasta que ya no se resiste más. Si esto me lo hubiesen hecho a mí, lo habría encontrado altamente estresante y aversivo." La terapia del abrazo forzado no debe ser tampoco confundida con la desensibilización. Algunos terapeutas de integración sensorial creen que podría ser posible reducir la defensa táctil, exponiendo gradualmente al niño al tacto de una forma en que se sienta seguro y que lo disfrute. Obviamente la fuerza no tiene lugar en este modo de terapia ya que, de ser así, aumentaría la impresión del niño de que el contacto físico es amenazante e impredecible. Solamente es posible aprender que el contacto físico es un medio para expresar afecto y amor si uno sabe que será tratado con respeto y no con violencia. Los propios partidarios de esta terapia admiten que causa una gran angustia y sufrimiento en el niño, pero ellos ven esto como una llave para una cura milagrosa. Sin embargo, no existe ninguna prueba que apoye la "terapia del abrazo forzado", excepto unos cuantos artículos publicados por sus defensores y que han sido severamente criticados y científicamente invalidados (ver Howlin 1998). Bryna Siegel escribió: "Cuando esta terapia se popularizó por vez primera a finales de los años 80, nosotros intentamos estudiarla experimentalmente…El problema era que, cuando no daba resultado, el terapeuta se limitaba a decirles a los padres que no la estaban practicando con la suficiente frecuencia …o que tal vez sus corazones no estaban en ello cuando la practicaban." Por el contrario, existen buenas razones para creer que esta terapia puede ser extremadamente dañina y traumática. Therese Joliffe escribió acerca de su propia experiencia con la terapia del abrazo forzado: "Para mí, el sufrimiento era terrible y no dio ningún resultado. Algunas personas que no están de acuerdo con esta terapia piensan que los niños se someten sólo por agotamiento. Yo creo que esto es verdad en muchos casos. Sus defensores alegan que los niños se quedan quietos y se comportan mejor durante un pequeño periodo de tiempo después de la terapia del abrazo forzado. Mi quietud se debía al agotamiento y yo me sentía tan perturbada después de la experiencia que me quedaba como en estado de shock, que se manifestaba como una tranquilidad aterrada, donde yo no podía pensar ni hacer casi nada durante un rato". A menudo se señala que la terapia del abrazo forzado está basada en la falsa teoría de que el autismo proviene del fracaso de la relación temprana entre la madre y el hijo. Lo que no se indica tan a menudo es que se basa también en una teoría completamente falsa y peligrosa sobre el autismo: el hecho de que la persona elige deliberadamente "rechazar" a otros y que puede ser forzada a ser normal. Varios investigadores especializados en el abuso de niños y adultos con discapacidad señalan como factores de riesgo específicos del abuso el pretender que la persona con discapacidad tenga una apariencia normal y la creencia errónea de que está persona escoge deliberadamente el portarse "mal". Los familiares y los cuidadores vuelcan sobre el niño el cansancio y la frustración que se derivan de vivir con una persona discapacitada, y se vuelven más y más violentos con la esperanza de forzar al niño a ser normal. Para mí, esto es exactamente lo que sucede con la terapia del abrazo forzado. No es mi deseo atacar a los padres que han llevado este tipo de terapias por amor a sus hijos y con la mejor de sus intenciones. Pero el asunto es que la intención de los padres no cambia la experiencia del niño. Puede parecer una experiencia "cariñosa" para personas que no son autistas, pero para personas con autismo es como una tortura. El hecho de que unos padres en los que confías te hagan de repente cosas horribles e ignoren tus súplicas de ayuda hace que toda la experiencia sea aún más traumática e incomprensible. El pensar que la terapia del abrazo forzado se practica todavía en niños con autismo es algo que me mantiene despierta por las noches. Me gustaría rogar a todas las personas conectadas con el autismo que detengan ya mismo esta terapia. Referencias Autism-Europe, Code of good practice on prevention of violence against persons with autism, 1998. Grandin, Temple ‘An inside view of autism’. Disponible en la red en: http://www.autism.org/temple/inside.html Howlin, Patricia Children with autism and Asperger syndrome: a guide for practitioners and carers. John Wiley and Sons, 1998. Joliffe, Therese; Lansdowne, Richard, & Robinson, Clive, ‘Autism: a personal account’. In: Communication, Vol 26(3) December 1992. Siegel, Bryna, The world of the autistic child. Oxford University Press, 1996. Tinbergen, Niko A. & Tinbergen, Elizabeth A. Autistic children: new hope for a cure. Allen & Unwin, 1983.