Robert Cornwell 22.10.2009 Gerald N. Rosenberg La esperanza vacía ¿Pueden las cortes efectuar cambio social? Gerald Rosenberg escribe un articulo en que evalúa la cuestión de que si la corte como institución puede efectuar cambio social. Analiza dos posiciones dominantes de este tema: una que sostiene que la corte es un actor dinámica que puede iniciar cambio profundo en la sociedad y otra que sostiene que la corte es una institución restringida que no puede iniciar cambio su mismo, sino puede reflejar cambio ya iniciado por otros actores en la sociedad. Rosenberg propone que este dicotomía es demasiado simple, porque la corte tiene características de los dos puntos de vista. Entonces el autor plantea que hay que analizar cuales condiciones son favorables para que la corte puede superar las limitaciones expuestos en la vista restringida y actuar mas como una corte dinámica que tiene capacidad de efectuar cambio social. Para responder a la cuestión planteada, primero Rosenberg sostiene que hay definir que es cambio social. Escribe que cambio social y político es un concepto muy amplio que tiene que ser explicado en detalle. Aparte de una simple aumentación de bienes como derechos, libertades, poder, sueldo, salud, dignidad, participación, cambio social también incluye y requiere un cambio del funcionamiento de la burocracia entero para que la política publica cambia y efectúa en práctica la disponibilidad y protección de estos bienes para todo la sociedad. Rosenberg define este cambio comprehensivo como reforma social significativo. Entonces, para Rosenberg la pregunta es ¿cuando y bajo cuales condiciones puede la corte efectuar reforma social significativo? Bajo la vista de la corte como institución restringida, Rosenberg explica que hay tres limitaciones principales. Primero, derechos sociales son limitadas- especialmente en los Estados Unidos. Por ejemplo, aunque la constitución estadounidense protege derechos como libre expresión, no hay derechos constitucionales de empleo, salud, vivienda, medio ambiente, entre otros. Por lo cual, para tratar que la corte efectúa cambios sobre estos derechos que no existen, hay que argüir que la corte reconozca nuevos derechos o extienda derechos existentes a nuevas aplicaciones. Este tratamiento sea difícil porque la cultura legal pone mucho énfasis en el precedente y la jurisprudencia. Además, como el fin de la corte generalmente es resolver el caso concreto puesto ante ella en su contexto de conflicto especifico, no va a haber muchas sentencias que requiere cambios amplios en la practica del sistema política. Rosenberg también señala que el uso de derecho como herramienta de solucionar temas muy complejas a veces simplifica el problema y quita elementos emocionales y pertinentes que son importantes para los que son afectados. Eso podría resultar en una limitación del proceso democrático en cuanto los problemas sean resueltos en términos legales muy estrictos en vez de por el poder legislativo- que supuestamente utiliza la participación popular. La segundo limitación es la independencia institucional de la corte. Principalmente, los jueces son nombrados y aprobados por los poderes ejecutivo y legislativo, entonces para llegar a ser nombrado el juez tiene que comportar con las ideologías del presidente y el congreso. Como no son elegidos, los jueces en estados unidos han mostrado una actitud generalmente conservadora en cuanto querían reflejar las opiniones sociales dominantes de la sociedad en su momento. Además el poder ejecutivo puede poner presión a los tribunales, limitar acceso, y generar influencia por otros actores que pueden limitar la libertad de los jueces. Por su parte, el poder legislativo puede también promulgar leyes en contra de sentencias de la corte si las sentencias trastornan con ideas de los legisladores. La tercera limitación a los cortes es la falta de poder a ejecutar la implementación sus sentencias. Rosenberg señala que hay varios factores que contribuyen a este restricción. Aunque las sentencias pueden dictar tal acción, el órgano ejecutivo apropiado no necesariamente va a actuar como requiere la sentencia para solucionar el problema. Además, el público generalmente no es bien informado de los fallos, y entonces no demanda que las sentencias sean cumplidas. A veces los jueces no tienen conocimiento institucional suficiente de los órganos que tienen que actuar, entonces las sentencias no dictan acciones tan especificas que sean necesarios. La estructura del procedimiento jurídico incluye retrasos largos, y apelaciones que impide no solo una solución a través de una sentencia, pero también su implementación. También existe el problema del financiamiento de acciones administrativos requeridos por sentencias de la corte. Por otro lado, Rosenberg explica que la vista de la corte como institución dinámica señala que hay ciertos beneficios en la estructura institucional de la corte. Esta mirada expone que la corte tiene más independencia que las otras ramas del gobierno en cuanto puede actuar contra la opinión publica sin costos políticos. Además, la corte ofrece acceso igualitario a todos los ciudadanos, un bono que refuerza la participación en la democracia. También hay muchos efectos indirectos de la corte dinámica. Por ejemplo la corte puede hacer visible al publico problemas actuales que la sociedad. Esto puede tener un “ripple effect” que puede inspirar acción, por ejemplo generar presión publica para cambiar la agenda legislativa. La corte también puede servir para facilitar mediación y negociación entre varios actores. Después de delinear las dos perspectivas del rol de la corte en efectuar reforma social significativo, Rosenberg analiza como se puede superar las limitaciones bajo la visión restringida para que la corte actúa más cerca a la visión dinámica de la corte. Para superar las limitaciones de derechos limitados, Rosenberg propone que es necesario que existe precedente que amplia los derechos para que sean flexibles y aplicables a nuevas situaciones. Para superar la falta de independencia hay que buscar y crear apoyo político del congreso y ejecutivo para que se puede iniciar reforma significativo. Entonces el autor acepte por ciertos modos que la corte y el concepto de derechos son intrínsicamente restringidos en términos de efectuar cambios sociales; sin embargo no son inútiles para este fin si se puede lograr ciertas condiciones. Para superar la limitación de ausencia de poder de ejecutar implementación, Rosenberg propone que hay cuatro condiciones que pueden ayudar la corte a efectuar reforma social significativo. Primero, otros actores- órganos estatales, ONGs, asociaciones privadas, la prensa- tienen que ofrecer incentivas positivas para el cumplimiento de sentencias de la corte. Segundo, y al revés, estos actores pueden imponer costos para inducir el cumplimiento. Tercero, si las sentencias pueden ser implementadas a través del mercado, la corte puede lograr implementación mientras evitar los problemas de coordinación entre actores estatales. Finalmente, cuando la corte ofrece protección, ayuda, o excusas para los funcionarios que están de acuerdo a actuar, es más probable que actúen. Por ejemplo, un dictamen del corte que obliga los funcionarios a hacer tal cosa quita el costo político. El paper de Rosenberg nos muestra que la corte es una institución útil por lo menos en seguir cambio social profundo. Él propone que aunque hay limitaciones en que la corte puede hacer, si ciertas condiciones existe, es más fácil que la corte contribuye en efectuar el proceso hacia una reforma social significativo. Entonces, aparte de campañas legales, hay que promover estas condiciones favorables a través de varios modos- no sólo por la vía jurídica. Como nota el autor, los cambios sociales profundos en los estados unidos- seguro social, integración racial, protección de labor, protección de medioambiente, entre otros- fueron logrado por varios métodos en cuanto la corte no fue la única institución responsable pero tampoco tuvo un rol pasiva.