TROMBOSIS VENOSA ESPLENO-PORTO-MESENTÉRICA COMO CAUSA DE ISQUEMIA MESENTÉRICA AGUDA Autores: B.Gonzalo, G. Arnedo, S. Bellmunt, E. González, C. Herranz, J. Hospedales, MD Lloret, T. Solanich, J. Vallespín, A. Giménez Gaibar, Servicio de Angiología y Cirugía Vascular. *J. Hidalgo, *Servicio de Cirugía General y Digestiva. Autores: Corporació Sanitària Parc Taulí de Sabadell. Introducción La isquemia mesentérica aguda (IMA) es una entidad clínica poco frecuente pero con alta tasa de mortalidad (50-70% al año), dependiendo de la extensión, la duración y la etiología de la isquemia, por lo que debemos tenerla presente en el diagnóstico diferencial del abdomen agudo. La causa más frecuente de IMA es el embolismo de la arteria mesentérica superior (4050%), seguida de la trombosis en la arteria mesentérica superior (25%) y de la isquemia mesentérica no oclusiva (20-30%) 1. La trombosis venosa mesentérica, nombre que engloba la trombosis a nivel del eje espleno-porto-mesentérico, representa ente el 5% y el 15% de las causas de isquemia mesentérica 2. Presentamos un caso clínico de isquemia mesentérica secundaria a trombosis venosa mesentérica. . Caso clínico Varón de 47 años, sin alergias medicamentosas conocidas, fumador activo de 20 paquetes de cigarrillos/año, sin antecedentes patológicos de interés, que acude a urgencias de nuestro hospital por dolor abdominal. En la anamnesis no explicaba antecedentes familiares de episodios trombóticos. El paciente explica un dolor en mesogastrio de una semana de evolución, continuo, de intensidad oscilante, con reagudización en las últimas 48 horas. Asimismo refiere un episodio de fiebre termometrada. A su llegada a urgencias el paciente se encuentra hemodinámicamente estable, afebril, consciente, orientado, y con estado general conservado. A la exploración física, abdomen blando y depresible, doloroso a la palpación en hemiabdomen superior, sin signos de irritación peritoneal, no palpándose masas ni megalias. Resto de la exploración física dentro de la normalidad. En la analítica general se observa una leucocitosis de 19000 con neutrofilia del 90%. Resto del hemograma, función renal y hepática y coagulación dentro de la normalidad. La amilasemia estaba en los limites normales, con una amilasa en orina de 763U/L (valores normales: 0-460 U/L). La radiografía de abdomen muestra aerocolia (Figura 1) y la radiografía de tórax es normal. Figura 1. Rx abdomen: aerocolia A las 24 h, persiste el dolor abdominal y se evidencia un incremento de la leucocitosis, por lo que se realiza una Angio-TC abdominal, que objetiva líquido libre intraabdominal y edema de la pared de las asas de intestino delgado en relación a una trombosis venosa del eje espleno-porto-mesentérico. (Figuras 2, 3 y 4). Figura 2. TC abdominal. Trombosis vena porta Figura 3. TC abdominal. Trombosis vena mesentérica Figura 4. TC abdominal. Trombosis vena esplénica Dado que el paciente presenta un aumento del dolor abdominal, irritación peritoneal y en el TAC abdominal se evidencia líquido libre intraabdominal, se decide intervención quirúrgica. Se realiza laparotomía media exploradora, objetivando líquido libre intraabdominal e isquemia de intestino delgado desde 30cm posteriores al ángulo de Treitz hasta unos 60cm antes de la válvula ileocecal. Se realiza resección del segmento isquémico y anastomosis términoterminal. A las 48 horas se reinterviene para “second look”, objetivándose buen aspecto de las asas intestinales y escaso contenido serohemático intraabdominal. En el postoperatorio inmediato y puesto que no hay signos de sangrado, se inicia anticoagulación con bomba de infusión continua de heparina sódica a dosis descoagulantes. La evolución postoperatoria en planta es correcta y presenta como única complicación un derrame pleural, siendo necesario el drenaje de éste. Se da de alta a las tres semanas con anticoagulación oral con Sintrom® y pendiente de estudio de coagulación. El paciente reingresa en el Hospital a las 4 semanas del alta por presencia de fiebre intermitente sin foco evidente y sin presentar dolor abdominal. La exploración física es anodina, por lo que se realiza una TC abdominal, objetivándose un absceso intrabdominal. Se coloca drenaje percutáneo guiado por Ecografía, tras el cual el paciente refiere molestias abdominales, por lo que se realiza nuevo TAC que evidencia lesión por punción en asa intestinal, que obliga a reintervención quirúrgica para reparación, resecando en el mismo acto quirúrgico una colección situada por debajo del ángulo esplénico, que contiene pus y fibrina y está rodeada por una coraza fibrosa. El curso postoperatorio transcurre correctamente y sin complicaciones, reintroduciéndose la anticoagulación oral y dándose de alta a domicilio a los 10 días. Nuevo ingreso al cabo de un mes por cuadro febril de una semana de evolución con clínica de bacteriemia y dolor abdominal difuso. Se realiza nueva TC abdominal, que informa de engrosamiento difuso de asas yeyunales con práctica resolución de la colección situada por debajo del ángulo esplénico. Se halla también la presencia de cavernomatosis portal (Figuras 5 y 6). 6 Figura 5. TC abdominal. Cavernomatosis portal. Figura 6. TC abdominal. Trombosis portal antigua Se inicia tratamiento antibiótico endovenoso y el paciente se mantiene afebril, asintomático y con mejoría progresiva. Al alta presenta normalidad en la analítica general, tanto en el hemograma, función renal y hepática como en la coagulación. Paciente actualmente controlado en las consultas externas, asintomático, con buen estado general y sigue tratamiento con Sintrom®. Está pendiente de los resultados de un estudio de trombofilia. Discusión La trombosis venosa mesentérica (TVM) es una entidad clínica muy poco frecuente que, como hemos comentado, representa entre el 5% y el 15% de las causas de isquemia mesentérica 2. Es difícil valorar su incidencia y prevalencia real, considerándose que representa aproximadamente el 0,38% de las laparotomías por abdomen agudo y el 0,006% de las admisiones hospitalarias (cifras de los EUA)3. En Europa se han descrito diferentes datos epidemiológicos, entre los cuales cabe destacar la incidencia de 1,8 casos/100000 habitante y año según Acosta S 2. Podemos clasificar la TVM en primaria o secundaria, representando éste último grupo el 70-80% de los casos 4. Entre los factores de riesgo para el desarrollo de una trombosis venosa mesentérica están los estados de hipercoagulabilidad, que representan el 60% aproximadamente, entre los cuales podemos diferenciar las alteraciones trombofílicas hereditarias (déficit de proteína C y S, mutación del factor V de Leiden, mutación del gen G20210A del gen de la protrombina, presencia de anticoagulante lúpico, anticuerpo anticardiolipina, etc.), las alteraciones trombofílicas sistémicas adquiridas (síndromes mieloproliferativos, neoplasias, hemoglubinuria paroxística nocturna, hiperhomocisteinemia) así como la toma de anticonceptivos orales y el embarazo. Existen, asimismo, una serie de factores locales que pueden predisponer al desarrollo de una trombosis venosa en el territorio esplácnico: la lesión directa del territorio venoso (post-esplenectomía, por traumatismo abdominal, procesos inflamatorios como la pancreatitis o la enfermedad inflamatoria intestinal) y las infecciones intrabdominales como la diverticulitis o la apendicitis acompañadas de peritonitis. Clínicamente se puede clasificar la trombosis venosa mesentérica en aguda y crónica. La TVM aguda se define como aquella cuyos síntomas se manifiestan en menos de 4 semanas, con diagnóstico de imagen que excluya la presencia de circulación colateral venosa significativa. Suele cursar, además, con isquemia mesentérica, siendo su diagnóstico precoz fundamental para el pronóstico de la enfermedad 5. En nuestro caso el diagnóstico se realizó rápidamente por debutar la TVM como una isquemia mesentérica aguda con necrosis intestinal y perforación, reflejándose en la exploración física como una defensa peritoneal, confirmándose por TC abdominal y siendo necesaria la resección intestinal. Un diagnóstico precoz de trombosis venosa mesentérica previa al desarrollo del cuadro de isquemia mesentérica nos podría haber proporcionado la posibilidad de tratamiento conservador anticoagulante y actitud expectante. Si ello nos hubiera evitado la intervención quirúrgica y la morbilidad derivada de ella es una cuestión a destacar pues el diagnóstico temprano de la TVM supondría una mejoría del pronóstico de los pacientes, como ya ha sido comentado. La presentación clínica crónica es de difícil diagnóstico por ser los síntomas más larvados, y puede diagnosticarse de manera incidental al realizar una prueba de imagen por otro motivo o bien como consecuencia de los síntomas derivados de la hipertensión portal secundaria a la trombosis del eje espleno-porto-mesentérico6. El diagnóstico de esta entidad clínica es básicamente por imagen puesto que la clínica es muy poco específica, presentándose como síntomas más frecuentes el dolor abdominal inespecífico seguido de la anorexia, las náuseas y los vómitos. Como signos cabe destacar la distensión abdominal seguida de la defensa peritoneal y la leucocitosis en la analítica general. Esta inespecificidad de la clínica puede demorar la realización de las pruebas de imagen, siendo la TC abdominal la más sensible y específica en su diagnóstico 7. Respecto al tratamiento médico de la TVM incluye la anticoagulación sistémica, la profilaxis antibiótica y la reposición de la volemia, reservando el tratamiento quirúrgico cuando sea necesario por la aparición de complicaciones, éste último siempre seguido de un “second look” a las 24 ó 48 horas. La duración de la anticoagulación es un tema de debate, pero para la mayoría de autores debe ser indefinida si no existe contraindicación para ella. Ante una TVM secundaria a un estado de hipercoagulabilidad hereditario o adquirido sin resolver no hay duda de que la anticoagulación debe ser indefinida. Cuando la causa es secundaria a una intervención quirúrgica previa, algunos autores consideran que 6 meses de tratamiento es suficiente 8. El problema se plantea en aquellos individuos que sufrieron una TVM y al cabo de los años desarrollan una hipertensión portal con varices esofágicas, circunstancia en la que puede estar contraindicado el tratamiento anticoagulante. Entre otros tratamientos descritos se encuentra la infusión de urokinasa intrarterial vía arteria mesentérica superior 9 u otras terapias líticas, siendo todas ellas terapias controvertidas por su discutido beneficio y sus efectos secundarios10 . La trombectomía venosa, descrita y realizada por primera vez por Fontaine en 1953, actualmente está en desuso por escasos resultados terapéuticos 11. Si bien es cierto que la TVM es una patología con alta tasa de mortalidad (40% en el primer año según la bibliografía clásica)4, es la causa de isquemia mesentérica con mejor pronóstico a largo plazo. Parece ser que la anticoagulación a largo plazo reduce la recurrencia y aumenta la supervivencia12. Bibliografía 1. Lock G. Acute mesenteric ischemia: classification, evaluation and therapy. Acta Gastroenterol Bel. 2002. Oct-Dec; 65(4): 220-5. 2. Acosta S., Ogren M., Sternby NH. et al. Mesenteric venous thrombosis with transmural intestinal infarction: a population-based study. J Vasc Surg. 2005 Jan; 41 (1): 59-63. 3. Deron J Tessier, MD, Russell A Williams. Mesenteric venous thrombosis. Emedicine. com. 4. Rutherford RB, Johnson, Johnston, et al: Acute mesenteric ischaemia. In Vascular Surgery. Colorado, W.B. Saunders, 1995. pp 1288-99. 5. Schoots IG., Koffeman GI., Legemate DA., Levi M., van Gulik TM. Systematic review of survival after acute mesenteric ischaemia according to disease aetiology. Br J Surg 2004. Jan; 91(1): 17-27 6. Orr DW., Harrison PM., Devlin J. et al. Chronic mesenteric venous thrombosis: evaluation and determinants of survival during long-term follow-up. Clin Gastroenterol Hepatol. 2007 Jan; 5(1): 80-6. 7. Zandrino F., Musante F., Gallesio I., Benzi L. Assesment of patients with acute mesenteric ischaemia: multislice computed tomography signs and clinical performance in a group of patients with surgical correlation. Minerva Gastroenterl Dietol. 2006 Sept; 52 (3): 317-25. 8. Imperato M., Moujahid M., Mennecier D. et al. Acute superior mesenteric vein thrombosis. A retrospective study of 9 pacients. Ann Chir. 2006 Dec; 131(10): 595-600. 9. Lee H., Kim TH., Oh HJ.et al. Portal and superior mesenteric venous thrombosis treated with urokinase infusión via superior mesenteric artery. Korean J Gastroenterol. 2006 Jul; 48(1): 46-50. 10. Robin P, Gruel Y, Lang M. Complete thrombolysis of mesenteric vein occlusion with recombinant tissue-type plasminogen activator. Lancet 1998; 1:1391. 11. Fontaine R, Pietri J, Masson JC, et al: Two recent cases of intestinomesenteric infarct of venous origin: The place of thrombectomy in the treatment. J Chir 97: 145, 1969 12. Ree RY, Gloviczki P., Mendonca CT. et al. Mesenteric venous thrombosis: still a lethal disease in the 1990s. J Vasc Surg. 1994 Nov; 20(5): 688-97