http://www.sergiospinelli.com.ar Arte Digital - Diseño Gráfico - Cuentos - Material de Budismo La verdadera causa Tal vez la enseñanza más importante del Sutra del Loto es la que concierne a cuánto tiempo exactamente ha sido un Buda Shakyamuni. El capítulo “La duración de la vida de El Que Así Llega” (dieciséis) revela su logro de la Budeidad en el remoto pasado derribando la suposición de la gente de que había alcanzado la iluminación por primera vez aproximadamente a la edad de 30 años, luego de meditar bajo el árbol bodhi, en la India. Más bien, él dice, “En todos los mundos, los seres humanos y celestiales y los asuras creen que el actual buda Shakyamuni, luego de abandonar el palacio de los shakyas, se sentó en su sitio de práctica, no lejos de la ciudad de Gaya, y que allí alcanzó el anuttara-samyak-sambodhi [la suprema y perfecta iluminación]. Pero, buenos hombres, desde que yo logré en verdad la Budeidad han transcurrido inmensurables, incontables cientos, miles decenas de miles, millones de nayutas de kalpas” (The Lotus Sutra, cap. 16. Pág. 225). El Buda explica luego, con ejemplos y en una escala cósmica, la asombrosa magnitud de esta “extensión de vida” de un Buda. Esto tiene muchas y muy profundas implicancias. Primero, en todas sus enseñanzas previas al Sutra del Loto, el buda Shakyamuni relató historias de su práctica en muchas existencias que abarcaban incontables kalpas como preparación para su obtención de la Budeidad en la existencia actual. Con esta revelación, sin embargo, se hace evidente que él ya era un buda mientras realizaba estas prácticas. Su verdadera identidad es la de un buda desde el pasado inconcebiblemente remoto. De aquí que todas sus acciones como una persona común en beneficio de los demás, a lo largo de incontables existencias, fueran todas expresiones de la Budeidad, más que medios para alcanzarla. Esto abre el camino para la idea de que las personas comunes, por sí mismas, pueden ser budas que expresan su iluminación a través de sus acciones mundanas, particularmente en sus esfuerzos por ayudar a los demás. También testimonia la naturaleza duradera de la Budeidad: En lugar de ser simplemente el logro de un estado espiritual obtenido con dificultad, es una condición innata siempre presente que trasciende el nacimiento y la muerte. La revelación de Shakyamuni de que hubo alcanzado la iluminación incontables kalpas atrás es una expresión del “principio místico del verdadero efecto”. Es decir, la verdad de la iluminación del Buda (el efecto de la práctica budista) de que el ha estado iluminado desde el remoto pasado. Pero, ¿cuál es el origen de su iluminación? El gran maestro T’ien-t’ai de la China identifica otra declaración en el capítulo “Duración de la vida” del Sutra del Loto, “Originariamente, practiqué el camino del bodhisattva...” (The Lotus Sutra, cap. 16, pág. 227) como un referencia a la verdadera causa de la iluminación original de Shakyamuni. Sin embargo, Shakyamuni no aclara cuál fue este “camino del bodhisattva”. T’ien-t’ai lo interpretó como una referencia a una etapa de práctica de bodhisattva particular. No obstante, no existe una referencia precisa respecto a cuál fue la práctica o enseñanza que posibilitó al Buda alcanzar este estado. De esta manera, la verdadera causa del logro original de la iluminación de Shakyamuni permaneció en el misterio. Nichiren Daishonin, sin embargo, identificó esa verdadera causa como la Ley fundamental que posibilita a todos los budas alcanzar la iluminación, la Ley de Nam-myoho-renge-kyo. Respecto al significado de la revelación de Shakyamuni él escribe: “Cuando llegamos al capítulo “Duración de la vida” de la enseñanza esencial, la creencia de que Shakyamuni alcanzó la Budeidad por primera vez [en la India] queda demolida, y los efectos [la iluminación] de las cuatro enseñanzas quedan, de manera similar, demolidas. Cuando los efectos de las cuatro enseñanzas quedan demolidas, sus causas quedan igualmente demolidas. Aquí, ‘causas’ se refiere a la práctica budista [para alcanzar la iluminación] o al escenario de los discípulos involucrados en la práctica. De esta manera, las causas y efectos expuestos tanto en las enseñanzas previas al Sutra del loto como en la enseñanza teórica del Sutra del Loto quedan destruidos, y la causa y efecto de los Diez Mundos de la enseñanza esencial queda revelada. Esta es la doctrina de la causa original y el efecto original. Esta enseña que los nueve mundos están todos presentes en la Budeidad sin comienzo y que la Budeidad existe en los nueve mundos sin comienzo. Esta es la verdadera posesión mutua de los Diez Mundos, los verdaderos cien mundos y mil factores, los verdaderos tres mil reinos en un simple momento de vida” (“La esencia del capítulo ‘Duración de la vida’, The Writings of Nichiren Daishonin, pág. 183). “La causa original y el efecto original”, en este pasaje, significan lo mismo que “verdadera causa” y “verdadero efecto”. El capítulo “Duración de la vida” de la enseñanza esencial del Sutra del Loto echa por tierra el concepto de la Budeidad establecido en las enseñanzas previas al Sutra del Loto, así como las de la primera mitad, o enseñanza teórica, del Sutra del Loto. Más adelante, en la misma carta, Nichiren Daishonin se refiere a la “verdadera causa” de la iluminación del Buda, diciendo, “Nam-myoho-renge-kyo, el corazón del capítulo ‘Duración de la vida’, es la madre de todos los budas” (The Writings of Nichiren Daishonin, pág. 184). La enseñanza de Nichiren Daishonin es conocida como el “Budismo de la verdadera causa” porque elucida la Ley o principio fundamental por la cual todos los budas alcanzan su iluminación original y por la cual todas las personas pueden convertirse en budas. Para nosotros, los practicantes comunes del Budismo de Nichiren, ¿qué significa este principio de la “verdadera causa”? Nichiren Daishonin cita el Sutra de la contemplación basada en la mente: “Si queréis comprender las causas que existieron en el pasado, mirad los resultados que se manifiestan en el presente. Y si queréis conocer los resultados que se manifestarán en el futuro, mirad las causas que existen en el presente” (Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 185). En un sentido, la manera en que enfocamos la vida y nuestra práctica budista depende de si tenemos una perspectiva de “verdadero efecto” o “verdadera causa”. Una perspectiva de “verdadero efecto”, sólo ve la iluminación, o la felicidad, como un resultado de causas pasadas. Desde la perspectiva de “verdadera causa”, la iluminación, o la felicidad, es un potencial siempre presente; la causa para hacerla emerger sólo puede hacerse ahora, en el momento presente. El momento en que hacemos la “verdadera causa”, se revela la iluminación. Desde el punto de vista del principio místico de la verdadera causa (hon’in-myo en japonés). Nosotros no podemos cambiar el pasado, pero no hay razón para permitir que nos ate o restrinja. Todos afrontamos contratiempos, decepciones y crisis de tiempo en tiempo, pero cualesquiera fueran nuestras circunstancias o nuestro pasado, invocando Nam-myoho-renge-kyo con una férrea resolución, estamos creando un brillante futuro en este momento. La verdadera causa para la iluminación y el verdadero efecto de la iluminación están plenamente presentes a cada momento conforme nos esforzamos en la fe y la práctica. Respecto al espíritu de la verdadera causa, el presidente de la SGI Ikeda dijo en un diálogo con los jóvenes, “El pasado es el pasado y el futuro es el futuro. Ustedes deben mantenerse avanzando con los ojos puestos en el futuro, diciéndose, ‘¡Comenzaré desde ahora!” ‘¡Comenzaré de nuevo ahora, desde este momento!” Esta es la esencia del Budismo de la Verdadera Causa de Nichiren Daishonin, el espíritu de comenzar desde el momento presente. Este es el corazón de nuestro daimoku”. (World Tribune, 1 de noviembre de 1996, pág. 11). Por Jeff Kriger 1.Nayuta (sánscrito): Una unidad numérica india. 2.Kalpa (sánscrito): Un período de tiempo extremadamente largo. 3.En particular, la undécima de las cincuenta y dos etapas a través de las cuales un bodhisattva avanza hacia la Budeidad. 4.Cuatro enseñanzas: Ellas son las enseñanzas Tripitaka, de conexión, específica y perfecta.