TEMAS 8 Y 9 DIC 2013

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1. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI
8.1.
El imperio de Carlos V. Conflictos
Germanías.
internos: Comunidades y
Carlos de Austria (1500-1558), era hijo de Juana I de Castilla, (Juana la
“loca”), una de las hijas de los Reyes Católicos y de Felipe “el Hermoso” de
Flandes, hijo del emperador Maximiliano de Austria. Llegará a ser Rey de
España a los 17 años con el nombre de Carlos I, por una serie de casuísticas
en la sucesión dinástica, y más tarde emperador del Sacro Imperio Romano
Germánico con el título de Carlos V en 1519 (coronado en 1530).
Con Carlos, España se vincula a una nueva dinastía, (la dinastía de los
“Austria”, o de los “Habsburgo”). Prosigue el PROCESO DE CREACIÓN
DEL ESTADO MODERNO, que
los Reyes Católicos habían iniciado,
(caracterizado por la “polisinodia”, el “justicialismo” y el “pactismo” en la
política).
Carlos heredará numerosos territorios por toda Europa (Flandes, Italia,
Luxemburgo, Franco Condado, etc.), más la América española, constituyendo
el inicio del Imperio español que dominará el mundo 150 años.
El gran proyecto político de Carlos V será el
proyecto de “Universitas
Cristiana”, una
Europa Unida cristiana. Este proyecto
fracasará como
consecuencia del desarrollo de la Reforma religiosa protestante).
Tras la breve regencia del cardenal Cisneros, y una vez llega Carlos a
territorio español, se inicia un periodo hasta 1520-21, que es el periodo en
el que los
flamencos que le acompañaron, (Monseñor de CHIEVRÉS,
Adriano de UTRECH…), ocuparán todos los cargos de poder. Este periodo
de influencia “extranjerizante”, PERIODO FLAMENCO,
acaba con
el
levantamiento o insurrección
de las “COMUNIDADES” y de las
“GERMANÍAS”. Estos levantamientos o revueltas responden al malestar de
castellanos y valencianos por la presencia de extranjeros al frente del país.
En el
caso
de las “COMUNIDADES” de Castilla,
lo que hay es un
movimiento municipal protagonizado por la pequeña nobleza y amplios
sectores de la Hidalguía en contra de la manipulación de los extranjeros en
el poder, el componente social es menor aquí. Es un intento por parte de los
sectores vivos de la Castilla de principios de siglo XVI de seguir su propia
historia, de evolucionar su propio proceso económico, político y social , AL
MARGEN DEL IMPERIO y los costes económicos
a él asociados.
Igualmente los castellanos estaban descontentos por el aumento de los
impuestos que el nuevo Rey les imponía, y por el destino de la incipiente
industria lanera que Castilla estaba desarrollando en competencia con
Flandes.
Los dirigentes comuneros más famosos fueron; BRAVO, PADILLA y
MALDONADO. Formaron un gobierno revolucionario, “La Santa Junta”,
que exigía la retirada de los impuestos solicitados, el respeto a las leyes del
reino y la nobleza española.
Las tropas del REY, apoyadas por la alta
nobleza y los flamencos se enfrentarán a los comuneros, y en 1521 en
Villalar los derrotarán de forma definitiva.
Carlos I, tras las comunidades, procederá a nombrar cargos españoles para las
responsabilidades de poder, y se comprometerá a identificarse más con los
ideales propiamente españoles, así como a aprender su idioma, el castellano.
Las Germanías por su parte, no son más que un movimiento
ANTISEÑORIAL. Prácticamente sólo coinciden con los Comuneros en un
principio en las fechas 1518-21. En la fase final de los procesos sí que se
establecen relaciones entre los más radicales de ambos movimientos.
8.2.
La Monarquía hispánica de Felipe II. La unidad Ibérica.
Felipe II, Hijo de Carlos I de España y de la emperatriz Isabel de Portugal.
Nace en 1527 y es Rey de España entre 1556 y 1598. Con Felipe II, la
Monarquía Hispánica alcanza su máxima expansión (Filipinas y Portugal,
más todas las posesiones anteriores salvo Austria y el S. I. R. G.), y su
máximo esplendor en el contexto internacional. La defensa del catolicismo
(contrarreforma) condicionará la acción política de Felipe II.
Durante su reinado debemos destacar los siguientes aspectos:
En política exterior:
1. La relación de España con la Inglaterra protestante. Si bien las relaciones
al principio no son malas, tras la muerte de María Tudor (tía y segunda
esposa de Felipe, y reina de Inglaterra), y la subida al trono de Isabel I, serán
relaciones muy tensas con continuas guerras. La culminación será la gran
derrota naval española de 1588, el “desastre de la Invencible”
2. Además, en el resto de Europa destacan los enfrentamientos con
FRANCIA, siguiendo la tradición de su padre, Carlos V. El comienzo de su
reinado coincide con la derrota FRANCESA DE SAN QUINTÍN EN 1557, y
termina con la intervención directa en los asuntos dinásticos de Francia en sus
guerras entre católicos y protestantes (Hugonotes). Hegemonía total española.
3. Uno de los problemas fundamentales en el reinado de Felipe II será la
SUBLEVACIÓN DE LOS PAÍSES BAJOS a partir de 1570 (Protagonismo
aquí del Duque de Alba, Juan de Austria, A. Farnesio, etc.). Esta sublevación
de los P. Bajos (posesión española)
tendrá un
carácter nacionalista y
también un componente religioso (protestantismo), y llevará a ESPAÑA a
numerosas guerras muy costosas que se prolongarán a lo largo del siglo
XVII.
4. Otro de los grandes empeños de la política exterior “filipina” serán los
enfrentamientos con el Islam, en defensa del catolicismo, muy especialmente
contra los turcos. Estos serán finalmente frenados en su avance hacia el
oeste, y derrotados en Lepanto (gran Victoria española), en 1571, con D.
Juan de Austria como almirante de la flota
aliada (España, Venecia,
Vaticano).
En política interior:
1. Muy importantes y significativos fueron también en época de Felipe II los
problemas de asimilación
de las minorías
étnico religiosas
que no
terminaban de integrarse desde 1492. Y es aquí donde hay que situar la
rebelión morisca de
las Alpujarras de 1567 que puso en “jaque” a la
monarquía española, y que fue controlada magistralmente por D. Juan de
Austria.
2. Hecho fundamental durante el reinado de Felipe II fue la anexión de
Portugal, (muerte del rey portugués D. Sebastián sin descendencia en 1577),
a España en 1580 que dio lugar a la UNIDAD IBÉRICA. Para ello Felipe II
alegó los derechos dinásticos de su madre, la emperatriz Isabel de Portugal,
avalados por un gran ejército castellano en Lisboa.
Parte importante de la nobleza y los grandes comerciantes portugueses
favorecía la pretensión española. La unión ibérica podía traer importantes
beneficios políticos y económicos. Las clases populares portuguesas, sin
embargo, no veían con buenos ojos la anexión a España y a su imperio.
Las cortes portuguesas de TOMAR
lo reconocen como
rey
en 1581.
Mantienen las instituciones, los cargos y las leyes propiamente portugueses.
Se establece el Consejo de Portugal en Castilla. Se eliminan las fronteras y se
unifican los imperios coloniales.
Con la unidad ibérica se consigue, desde 1580 hasta 1640, el sueño de unidad
que habían planeado los RR. CC.
3. Finalmente podemos destacar en la política interior del reinado filipino,
conflictos internos con instituciones aragonesas, como fue el caso del
ajusticiamiento de Juan de Lanuza en 1592, Justicia Mayor de Aragón, como
consecuencia de las alteraciones producidas por el caso del secretario
personal del rey, Antonio Pérez
8.3. La España del siglo XVI: el modelo político de los Austrias. La unión
de reinos.
La Monarquía Hispánica se encontraba a la cabeza de una especie de
“confederación de estados”. Todos ellos se encontraban bajo las directrices
de una dinastía común, los Austrias, con una política exterior más o menos
coherente y definida, y un ejército también común. Pero en realidad, la
“Unión de reinos” de todos estos territorios no era una unión propiamente
política, ya que todos ellos mantenían sus fueros propios, leyes, cortes y
costumbres, (Aragón, Flandes, Italia, Portugal, etc.). Al frente de cada uno de
ellos se encontraba el Virrey.
El modelo político de los Austrias (Habsburgo) españoles, estaba heredado
directamente de los Reyes Católicos y de la baja edad media peninsular
(principios políticos de la “polisinodia” y el “justicialismo” castellanos , y el
“pactismo” aragonés ).
La estructura POLISINODIAL, era la gestión política a través de toda una
serie de consejos e instituciones que asesoraban al rey, contrapesándose
unas con otras y sometiéndose a un régimen justicialista de control del
poder político. Las Audiencias y las Chancillerías actúan como instituciones
supremas de justicia.
Los distintos Consejos que asesoran al rey, base de la “PPOLISINIDIA”,
podían ser de tipo MONOGRÁFICO (asuntos específicos como el Consejo
de Hacienda, el Consejo de la Inquisición, Consejo de Órdenes, etc.), o de
tipo TERRITORIAL (asuntos propios de los distintos territorios, como los
Consejos de Indias, Aragón, Portugal, Flandes, Italia, etc.).
Los Austrias mayores y los menores desarrollarán un personal administrativo
especializado en el ámbito jurídico, que junto al que existía desde época de
los RR. CC., intentará hacer operativo el modelo político justicialista que
ellos defendían. Letrados, secretarios, escribanos, alcaldes, alcaldes mayores,
regidores, corregidores, etc.
Con los Austrias mayores adquieren gran protagonismo los “Secretarios”,
especie de primeros ministros que “despacharán” asuntos políticos
directamente con el rey y actuarán como intermediarios entre el monarca y
los consejos.
No menos importante, que todo lo señalado, será
el planteamiento
claramente CONFESIONAL Y CATÓLICO de la monarquía a lo largo del
XVI y XVII.
Castilla seguirá siendo la sede del gobierno, el resto de reinos y ter ritorios
será gobernado por Virreyes y gobernadores. En 1561 se establece la corte en
Madrid.
Carlos I tuvo una concepción política europeísta y universal. Delegará
responsabilidades en Virreyes y gobernadores. Felipe II tenía una concepción
política más personalista, de vocación castellana.
8.4.
Economía y sociedad en la España del siglo XVI.
La economía en la España del siglo XVI es una economía basada
fundamentalmente en el sector primario, dentro del cual tendrán especial
protagonismo la agricultura (cultivos cerealísticos) y la ganadería, con un
desarrollo muy notable de la ganadería ovina, a partir de la cual se desarrolló
una incipiente industria desde tiempos de los Reyes Católicos en relación con
le explotación lanar de Castilla.
Hay una progresiva decadencia, según avanza el siglo XVI, de las ciudades
del norte de Castilla, frente al crecimiento de las del sur gracias al comercio
con América (especialmente Sevilla).
Pese a la primacía del sector primario, continuaron las actividades
comerciales en Castilla en relación a las Ferias y grandes mercados como el
de Medina del Campo, Burgos, o Santander, donde se desarrollaron toda una
serie de nuevas técnicas comerciales y financieras como fueron las “letras de
cambio”, la formación de “sociedades”, y las entidades de tipo “crediticio”.
En líneas generales se puede decir que el siglo XVI fue en la península un
siglo (salvo el último cuarto), de expansión económica (frente al siglo XVII,
que lo fue de contracción). Esto se debió:
1.
2.
3.
Al crecimiento de la demanda interna causado por el aumento de
la población.
A la exportación de productos a las colonias Americanas
A la llegada masiva de metales preciosos de América.
Dentro de la economía castellana tendrá gran importancia la llegada de
metales (oro y plata) a España desde América. Esto
dio lugar a la llamada
“revolución de los precios”, (subida de los precios y mantenimiento de los
salarios). En todo caso, se desarrolló una intensa actividad económica y
comercial en base a la cual España cambiaba esos metales preciosos por
productos manufacturados europeos, con lo que en parte, se impidió el
desarrollo de las propias industrias interiores, que no se desarrollarán
convenientemente para el futuro (escaso protagonismo de la burguesía en la
España del siglo XVI).
Por ello podemos decir que la economía castellana no será una economía
productiva, protocapitalista, como ocurría en gran parte de la Europa del
Norte. Se trató más bien de una economía rentista, basada en los privilegios
y la acumulación de rentas, sin desarrollo industrial de relevancia.
En el caso de Aragón, Cataluña y Levante en general continuaron con sus
tradicionales actividades comerciales y de intercambio con el espacio
mediterráneo que lo rodeaba.
A mediados del siglo XVI aparecen los primeros síntomas de crisis a causa
de:
1.
La gran cantidad de productos extranjeros, más baratos que los
españoles.
2.
Las guerras europeas financiadas con impuestos y préstamos de
los banqueros europeos a los que se pagaba con el oro y la plata
llegados desde América.
3.
Durante el reinado de Felipe II se produjeron tres bancarrotas y
aumentarán las inversiones en Juros (títulos de deuda pública),
además aumentará de forma muy clara la piratería y las continuas
guerras aumentaron las dificultades para los negocios.
La sociedad en la España del siglo XVI es una sociedad fundamentalmente
señorial, típica de lo que fue el Antiguo Régimen en la Edad Moderna, de
carácter estamental, con nula movilidad entre los distintos estamentos. Los
sectores o estamentos privilegiados de la sociedad (nobleza y alto clero),
detentan los medios de producción y la riqueza económica de todo el país.
Son familias nobles, con grandes latifundios. Ocupan el principal
protagonismo dentro de la España del siglo XVI, monopolizan los principales
cargos políticos y religiosos, y tienen toda una serie de privilegios que los
alejan del resto de a población
El estamento no privilegiado, el campesinado y las clases populares urbanas,
son casi el 90 % de la población. Carecían de todo privilegio, y debían
trabajar en las tierras de los señores en una condición de semiservidumbre,
que fue más dura en Aragón que en Castilla. En la España del siglo XVI la
importancia de la burguesía fue muy minoritaria por el escaso desarrollo
económico al margen de la agricultura.
8.5.
Cultura y mentalidad en la España del siglo XVI. La inquisición
La cultura española del siglo XVI
fue una cultura rica y llena de
posibilidades que prefigura directamente lo que será el Siglo de Oro. De
hecho muchos autores y obras de dicho siglo de Oro, se van a dar ya aquí, a
lo largo de la segunda mitad del siglo XVI.
No obstante, hemos de recordar que el ambiente cultural de la España del
siglo XVI, es el ambiente propio del Renacimiento europeo. Es decir, la
vuelta a la cultura clásica, griega y romana, como modelo de perfección al
que se había de imitar.
En el caso de España, distinguimos un primer periodo que correspondería con
la primera mitad del XVI, reinado de Carlos I,
que significó una clara
apertura hacia la cultura Europea. Es la etapa de Erasmo de Róterdam
(“Erasmismo” de Luis Vives), de la Universidad de Alcalá y el Cardenal
Cisneros. Esta primera etapa se cerrará violentamente con los desórdenes y
“peligros” de la “reforma” religiosa europea (Lucero, Calvino, etc.), a partir
de los años 1530-40.
En una segunda etapa, que coincide con la 2º mitad del XVI, reinado de
Felipe II, España “dará la espalda” a la cultura Europea renacentista y
humanista, cerrándose en sí misma (salvo alguna excepción como el
humanismo de Arias Montano en El Escorial), y dando gran protagonismo al
Tribunal de la Santa Inquisición (protagonismo de la contrarreforma).
Uno de los grandes focos culturales de la España del siglo XVI, junto a las
universidades de
Alcalá, Salamanca y la propia labor secular de la iglesia
española, (Franciscanos, Jesuitas), fue el conjunto representado por el
monasterio de San Lorenzo de El
Escorial, que se constituyó desde su
construcción en 1586, en un importantísimo referente de la cultura española
científica y humanística.
Por lo que se refiere a la LITERATURA podemos señalar que EL SIGLO
XVI es la gran época de la Novela Picaresca con obras fundamentales como
el “Lazarillo de Tormes”. Papel fundamental protagonizará Miguel de
Cervantes, con toda una serie de obras que prefigurarán el Quijote, a
comienzos del siglo XVII. En la poesía lírica y teatro podemos destacar
grandísimas personalidades como Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León,
San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Góngora, o el grandísimo Lope
de Vega, entre otros muchos, que realizarán gran parte de su obra a lo largo
de la segunda mitad del siglo XVI, en lo que ya podemos considerar como los
principios del Siglo de Oro.
Por lo que se refiere al ARTE, aspecto fundamental de la cultura del
RENACIMIENTO, destacamos un primer momento en arquitectura española
del siglo XVI,
en lo que conocemos como estilo “PLATERESCO”,
con
focos en Salamanca y Toledo. Un segundo momento que conocemos como
el estilo “PURISTA”, con focos en Toledo o en Granada. Finalmente un
tercer y último momento representado por el estilo “ESCURIALENSE” o
“HERRERIANO”, propio del Monasterio del Escorial y su círculo de
influencia.
En escultura destacan grandes personalidades como Alonso de Berruguete, y
en pintura, figuras de primera línea internacional como fue el caso del Greco.
La mentalidad española en el siglo XVI, es una mentalidad estamental propia
del Antiguo Régimen. Durante la primera mitad subyace una mentalidad
universalista entre la población española. Esta mentalidad se plegará sobre sí
misma en la segunda mitad de siglo y se volverá más aislada frente a Europa.
Será aquí donde adquiera un protagonismo muy especial la Inquisición
Española. En efecto, la Inquisición española había sido creada con los RR.
CC. hacia 1480, y ya había tenido un importante papel en la ortodoxia
española con Inquisidores generales como el famoso Torquemada o ahora, ya
en el siglo XVI, Fernando Valdés. Pero será en la segunda mitad del siglo
XVI cuando alcance una mayor fuerza y se utilice como tribunal que
supervise la pureza religiosa y la “limpieza de sangre” de los españoles,
iniciándose una persecución hacia todo aquel sospechoso de falsa conversión ,
y revalorizando el concepto de “cristiano viejo”. El poder de la Inquisición
será fundamentalmente religioso, pero también tendrá claras atribuciones de
tipo político de la que se servirán los monarcas en más de una ocasión.
2. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVII
9.1. Los Austrias del siglo XVII. Gobierno de validos y conflictos
internos
La España de los Austrias menores es la España del siglo XVII, La España
de Felipe III cuyo valido o primer ministro será el Duque de Lerma, la
España de Felipe IV cuyo valido será el Conde Duque Olivares y la España
de
Carlos II el “hechizado” que tendrá varios validos entre los que
destacará Valenzuela, el Padre Nitahrd o el propio Juan José de Austria.
FELIPE III. (1598 y 1621) Tercero de los Austrias españoles. Proceso
progresivo
de decadencia y
pérdida de hegemonía de España en el
concierto europeo, que se acentuará aún más con Felipe IV y Carlos II. Con
él se inicia la Influencia en España de los “VALIDOS”, personajes que
solían ser
nobles de la vida palaciega española ante los que los reyes
delegan totalmente los asuntos del estado. En efecto, con Felipe III
asistimos al primero de los grandes VALIDOS, el DUQUE DE LERMA.
(gobierno caracterizado por la corrupción y la malversación). Durante su
reinado se producirá la tregua de los 12 años (1609-1621) en Europa y la
expulsión de los moriscos en 1609.
FELIPE IV. Reina entre 1621 y 1665. Es el segundo de los Austrias
MENORES españoles. Con él la decadencia política y económica se
complica aún más al verse inmersa la monarquía en multitud de guerras y
conflictos (muy especialmente la guerra de los 30 años). En el reinado de
Felipe IV, su valido, el Conde Duque de Olivares, intentará toda una serie
de reformas de carácter político, económico y administrativo (“Ideario
Político”), que fracasarán, al complicarse con la citada guerra de los 30
años. El resultado final fueron graves conflictos internos de carácter
secesionista que culminaron en el fatídico y crítico
año de 1640
(Secesiones generalizadas en la Monarquía Hispánica; Cataluña, Portugal,
Flandes, etc.).
CARLOS II. Reina entre 1665 y 1700.
Es el último de los Austrias
españoles. Con él, la decadencia de la monarquía hispánica se acentúa.
Sigue la descomposición a nivel político y económico y los
distintos
validos DE CARLOS II (Valenzuela, J. José de Austria, Nithard....) no
conseguirán corregir
esta situación que desembocará en un cambio de
dinastía.
Durante el reinado de estos tres monarcas
se manifestaron conflictos
INTERNOS (que culminaron en los citados procesos secesionistas) entre
una tendencia centralizadora, que trataba de homogeneizar los territorios de
la Corona siguiendo el modelo de reino más poderoso, Castilla, y una
tendencia descentralizadora que buscaba el mantenimiento de las leyes
(“fueros”) e instituciones particulares de cada territorio. Igualmente se
produjeron conflictos de tipo étnico como fue el caso de la señalada
expulsión de los moriscos en 1609.
A estas tensiones de tipo político y étnico se les vino a unir en el siglo
XVII las derivadas de la dura crisis económica y social que sufrió toda
Europa, y muy especialmente
la monarquía hispánica (epidemias,
bancarrotas,
hambrunas,
etc…).
9.2. La Crisis de 1640
Los Reyes Católicos habían construido un nuevo estado que se había
estructurado como un conjunto de reinos. Estaban unidos por pertenecer
todos a la Monarquía hispánica pero, como sabemos, mantuvieron sus
propias leyes e instituciones y lengua. A
lo largo del siglo XVII se
manifestaron conflictos INTERNOS entre una tendencia centralizadora que
buscaba la homogeneidad entre los distintos reinos, y una tendencia
descentralizadora que buscaba el mantenimiento de las leyes (“fueros”) e
instituciones particulares de cada territorio. La tendencia centralizadora
estaba representada por los intereses de Castilla, a la que se tomaba como
modelo, ya que era el reino más poderoso de la Monarquía Hispánica.
El valido de Felipe IV, el Conde Duque Olivares, trató que los
demás reinos peninsulares colaboraran al mismo nivel que Castilla en el
esfuerzo bélico que agobiaba a una monarquía con graves dificultades
financieras (aportar hombres al ejército
e impuestos para las guerras,
“Unión de Armas” y “Única Contribución”). Todo ello coincidirá con el
momento más dramático para España de la guerra de los 30 años que
enfrentaba a la Europa católica con las potencias protestantes.
La negativa a colaborar de Cataluña, derivó en una insurrección el 7 de
junio de 1640 que se conoce como el (“Corpus de Sangre”). Se inicia así
una guerra en Cataluña, entre los rebeldes catalanes, dirigidos por la
Generalitat con su presidente Pau Clarís al frente, con el apoyo de Luis
XIII de Francia y las tropas de Felipe IV. La guerra civil concluyó cuando
Barcelona fue recuperada por las tropas españolas en 1652.
Animadas por la rebelión catalana, y aprovechando la situación de
debilidad interna de España en esos momentos tan delicados,
los
estamentos dirigentes portugueses se lanzaron a la rebelión en ese mismo
año de 1640. Las Cortes portuguesas proclamaron rey al duque de
Braganza. Los rebeldes fueron apoyados por Francia e Inglaterra, potencias
interesadas en debilitar a España. Finalmente, 30 años más tarde, Mariana
de Austria, Madre-regente de Carlos II, acabó reconociendo la
independencia de Portugal.
En plena crisis de la monarquía, hubo otros levantamientos de tinte
separatista en Andalucía, Flandes, Aragón y Nápoles en dicho año de 1640.
Cada uno de ellos, con sus connotaciones propias, y con un mayor o menor
contenido político y social. El caso es que todas ellas aprovechan la
profunda crisis de 1640, para intentar conseguir sus intereses ante una
España que poco a poco se encaminaba hacia su decadencia
Pese a ser aplastadas todas las rebeliones, excepto la portuguesa, Felipe IV
mantuvo los fueros de los diversos reinos y territorios forales.
9.3. La España del siglo XVII: el ocaso del Imperio español en Europa.
La paz de Westfalia de 1648 pone fin a la guerra de los 30 años que había
enfrentado a la Europa protestante con la Europa católica. En esta paz,
España sufre su primera gran derrota internacional, lo que nos anuncia su
progresiva decadencia. A partir de Westfalia, los países protestantes
(Inglaterra, Holanda, Alemania) y la católica Francia, recogerán el testigo
de la hegemonía española en el continente. Por esta paz:
1. Francia obtiene los territorios ocupados a los españoles en la
zona fronteriza de los Pirineos,
2. Se reconoce la independencia de las “Provincias unidas”
(Holanda y otros territorios protestantes del norte de los Países
Bajos)
3. El protestantismo se impone definitivamente en el centro y
norte de Europa y se une al desarrollo económico e industrial de
estos países (“puritanismo”).
Tras la firma del tratado de Westfalia en 1648, España consigue acabar
con las sublevaciones de sus territorios iniciadas en 1640, menos con la
de Portugal, que alcanzará su independencia. En 1652 acabarán con la
sublevación catalana, que había sido la primera y una de las más
peligrosas para la integridad de la Monarquía.
En 1659 se firma la llamada Paz de los Pirineos con Francia, que ponía
fin a la Guerra con este país que había comenzado en la fase final de la
guerra de
los 30 años. La Paz de los Pirineos supuso otro golpe
importante en la decadente España, que nos introduce aun más en un
proceso de decadencia. Por esta par de los Pirineos:
1. Fin definitivo de la hegemonía de España en Europa
2. Reconocimiento de la independencia de Portugal.
3. Control Francés de las rutas españolas hacia Italia y los Países
bajos españoles que aun nos quedaban (futura Bélgica).
4. Dominio de los mares y de las rutas hacia América de Francia,
Inglaterra y Holanda.
5. Hundimiento de la economía y de la hacienda en España.
Sucesión de Bancarrotas.
6. Crisis económica y social en España, grave crisis demográfica
en la segunda mitad del siglo XVII.
Así llegamos al reinado de Carlos II, en pleno proceso decadente
de la monarquía. En el gobierno de este rey se van a suceder distintos
Validos que no conseguirán devover a España su antiguo esplendor.
9.4. La España del siglo XVII: evolución económica y social.
Por lo que se refiera a la EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA hay que decir que
durante todo el siglo XVII asistimos a un ESTANCAMIENTO y descenso
de la población, que hay que ubicar en el contexto de la crisis general del
siglo XVII que afectará sobre todo a la Europa católica del sur. Esta crisis
demográfica es debida sobre todo a la sucesión de epidemias muy mortíferas
(fundamentalmente de peste), y a la gran crisis económica que azotaba al
país, junto a la expulsión de los moriscos en 1609, que dejó un gran vacío
económico en la zona de levante.
Desde el punto de vista económico asistimos pues,
a una CRISIS
GENERALIZADA.
En la agricultura y en la ganadería (descenso producción, malas cosechas,
caída producción lanar…).
En el sector artesano e industrial no se produce una transformación que
encaminase a España hacia la “protoindustrialización” como estaba
ocurriendo en el norte de Europa, además no hay desarrollo tecnológico. Por
todo ello muchos de los productos que se consuman en España serán
importados del exterior al ser más baratos (no se desarrolla una industria ni
un mercado internos).
Por lo que se refiera a la Evolución del COMERCIO, podemos decir que
estaba poco desarrollado a lo largo del siglo XVII, por las dificultades en las
COMUNICACIONES, por una falta de
mercado interno como hemos
señalado, por una falta de demanda de productos y de oferta de los mismos,
y por las continuas devaluaciones de las monedas. Además hay que tener en
cuenta las dificultades propias de las guerras que estaba soportando el país.
El comercio colonial con la América Española seguirá siendo una actividad
económica y comercial muy importante con la explotación de los metales
preciosos, aunque el papel de la piratería es cada vez más dañino y las minas,
sin desarrollo tecnológico, tienden a reducir beneficios, (descenso continuado
de la producción de plata en el XVII).
La teoría económica MERCANTILISTA, propia de la EUROPA del siglo
XVII (Importar materias primas y exportar productos elaborados), no se
desarrollará en consecuencia en España.
Por lo que
se refiere a LA SOCIEDAD, sigue siendo una sociedad
estamental muy próxima a la señalada para el siglo XVI (nobleza y Clero
privilegiados, y campesinado sometido, escasa burguesía),
propia del
Antiguo Régimen, que ante la crisis del siglo XVII se repliega sobre sí
misma.
En la España del siglo XVII aumentarán los sectores no productivos (nobleza,
clero y mendigos). La nobleza aumentará la carga impositiva sobre los
campesinos (más impuestos).
La sociedad española siguió marcada por los valores aristocráticos y
religiosos de la mentalidad colectiva en la centuria anterior.
9.5. La España del siglo XVII: esplendor cultural. El siglo de oro.
Pese a que la mayor parte de la población era analfabeta, en lo referente a la
cultura, España vivió una época de auge sin precedentes a lo largo del siglo
XVII . Iniciado el siglo con la figura de Cervantes (1547-1616) y su
"Quijote" (1605 y 1614), las letras hispanas brillaron con figuras irrerpetibles
de la cultura española como Quevedo, Lope de Vega , Góngora, Calderón de
la Barca, Tirso de Molina, etc., en lo que constituye la Plenitud literaria del
siglo de oro español.
Entre los distintos factores que explican el éxito del siglo de oro español, hay
que tener en cuenta que había una grandísima afición por las letras y muy
especialmente por el teatro barroco y las fiestas fastuosas vinculadas a él
(pese al citado analfabetismo general).
Ante la crisis política y económica generalizada, que ponía fin al imperio
español en Europa, el pueblo español se refugia en su ingenio, y asistimos al
momento más importante de la cultura española de todos los tiempos que
tradicionalmente
hemos
conocido
como
el
siglo
de
oro.
La pintura española del Barroco es testigo directo de ello, señalando uno de
los momentos claves de la historia del arte universal. Los nombres de
Zurbarán, Velázquez, Alonso Cano, Ribera o Murillo muestran el momento
de apogeo del arte barroco español. El florecimiento artístico de nuestro siglo
de oro también llegará a la arquitectura y la escultura. En arquitectura
destacaron arquitectos como Juan Gómez de Mora (difusión del barroco de
tradición herreriana), el propio alonso Cano o los Hermanos Churriguera
(creadores del estilo “churrigueresco”, o barroco pleno de fines de siglo). En
escultura figuras capitales como Gregorio Fernández o Juan Martínez
Montañés.
En las universidades continuaron interesantes debates de tipo jurídicofilosófico, que completan los del siglo XVI, y que son referencia en displinas
como el derecho o la propia filosofía.
Sin embargo la cultura propiamente dicha estuvo muy mediatizada por la
“contrarreforma”, y el papel de la inquisición, que cierra España a las
influencias culturales de mas allá de los Pirineos, muy especialmente en el
terreno de las ciencias experimentales.
La educación estaba totalmente sometida
educación primaria hasta la universitaria.
a las órdenes religiosas, desde la
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