CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN LABORAL MAGISTRADO PONENTE JOSÉ ROBERTO HERRERA VERGARA Referencia: Tutela No. 6959 Acta No. 44 Bogotá D.C., doce (12) de septiembre de dos mil uno (2001). Se pronuncia la Corte sobre la impugnación interpuesta por el representante legal de la sociedad AQUA – EQUIPOS LTDA., contra el fallo de fecha 15 de agosto de 2.001, proferido por la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, dentro de la acción de tutela promovida por la impugnante contra el doctor ARCESIO CASTRO AHUMADA, JUEZ OCTAVO CIVIL DEL CIRCUITO DE BARRANQUILLA. 2 Tutela: Rad. 6959 I -. ANTECEDENTES 1º-. Ante la SALA LABORAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE BARRANQUILLA, acudió el doctor JOSÉ DUGAND ARGUELLO en su condición de representante legal de la sociedad AQUA – EQUIPOS LTDA, en procura de los derechos fundamentales del debido proceso y de defensa, con el fin de que “se sirvan revocar el fallo proferido por el Doctor ARCESIO CASTRO AHUMADA y en su defecto confirmar el fallo proferido por el Juzgado Noveno (9°) Civil Municipal, tutelándosele a la Sociedad AQUA EQUIPOS LTDA el derecho al debido proceso.” (Folio 5). Relata la accionante que instauró proceso ordinario contra la sociedad ACUEDUCTO CAMPESTRE S.A. con el fin de se reconociese una obligación a cargo de la demandada, originada en un contrato comercial de obra. Manifiesta que por un error de su apoderado se invirtieron 3 Tutela: Rad. 6959 los papeles de las dos sociedades en cuanto a la realización de la obra y a la cancelación de la suma acordada. Pero al contestar la demanda, la sociedad demandada aclara y acepta que quien debía cancelar es Acueducto Campestre S.A., y que quien se comprometía a suministrar la biotecnología era Aqua Equipos Ltda. A pesar de lo anterior, el Juzgado Octavo Civil del Circuito de Barranquilla, al proferir la sentencia de segunda instancia, revocó la dictada por el Juzgado Noveno Civil Municipal, manifestando que al existir incongruencia entre los hechos y las pretensiones, la demanda debió inadmitirse, y al no hacerlo así no debió dictar sentencia declarativa ni menos condenatoria, sino declararse inhibido para proferir fallo, por cuanto no se trata de una adecuación del trámite, se trata más bien de una interpretación de la demanda y al juez no le es dado interpretar la demanda. Lo anterior según su opinión constituye una vía de hecho, contraria a la jurisprudencia nacional, y por consiguiente es procedente la acción de tutela. 4 Tutela: Rad. 6959 2-. El Tribunal denegó la tutela impetrada, en atención a que el juez contra quien se dirige tenía la competencia para desatar los recursos interpuestos, por las partes, se ciñó a lo establecido en el Código de Procedimiento Civil para tramitarlos y su decisión tuvo como fundamento fáctico la demanda. Por lo tanto no se dan los vicios que ha señalado la jurisprudencia como generadores de vía de hecho. 3º-. La entidad accionante impugnó la decisión anterior, manifestando que el Tribunal se apartó del asunto sometido a su estudio, cual es el determinar si el Juez accionado incurrió en una vía de hecho. II-. CONSIDERACIONES DE LA CORTE Es pertinente anotar en primer lugar, que la presente acción de tutela es improcedente, en atención a que según criterio de esta Sala, las personas jurídicas, en principio, 5 Tutela: Rad. 6959 no están legitimadas para ejercitarla. En fallo 994 del 22 de junio de 1.994, reiterado en otros posteriores, se dijo: "1.- El reconocimiento de la 'primacía de los derechos inalienables de la persona' dispuesto por el artículo 5o. de la Constitución debe entenderse referido y limitado a los seres humanos sin que resulte admisible aceptar, a juicio de esta Sala de la Corte, que en el pensamiento del Constituyente de 1.991 hubiese existido el propósito de extender esas garantías a los entes que el hombre crea para su uso y provecho y que, por tanto, adquieren personería jurídica --o la pierden-- por la exclusiva voluntad humana. Toda la estructura de nuestra Carta de Derechos muestra como inequívoca intención de sus autores la de colocar las cosas al servicio de los seres humanos y no la de poner éstos al servicio de aquellas. "Los derechos fundamentales que la Constitución ampara son los 'inherentes a la persona humana' según lo indica su artículo 94 al advertir que las garantías que enuncia expresamente, así como las que consagran los Convenios Internacionales, no excluyen otras de la misma estirpe. "2.Preceptos de la Constitución como los contenidos en sus artículos 9o., 44, 53 y 93 conducen necesariamente a concluir que, en lo relacionado con las garantías fundamentales de las personas, el Constituyente de 1.991 tuvo el claro propósito de acomodar nuestra Carta Política a los Tratados Internacionales que han venido regulando la protección de los derechos humanos. "La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1.948) no se ocupó evidentemente de otorgar garantías a las personas jurídicas, pues de conformidad 6 Tutela: Rad. 6959 con su preámbulo sólo pueden ser personas naturales los 'miembros de la familia humana' a quienes reconoce la 'dignidad intrínseca' que determina la existencia de 'derechos iguales e inalienables', y es sin duda alguna para los 'seres humanos' para quienes debe procurarse el advenimiento de un mundo en el cual, liberados del temor y la miseria, disfruten de las libertades de palabra y de creencias. "Son los seres humanos y no las personas jurídicas quienes nacen libres e iguales en dignidad y derechos, pues de conformidad con el artículo 1o. de la Declaración, son los únicos dotados de 'razón y conciencia'. En consecuencia, los derechos a la vida, a la libertad, a la seguridad y a la integridad personal, a la fundación de una familia, a la participación en el gobierno, a la seguridad social, al trabajo y al descanso, así como las libertades de pensamiento, de conciencia, de creencias, de opinión y de expresión que la Declaración consagra en sus artículos 3o., 4o., 5o., 16, 18, 19, 20 y 24, sin discriminación alguna por razones de raza, sexo, religión o convicción política, sólo pueden concebirse como propios de los seres humanos. "3.- En términos aun más precisos, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1.948) identifica los derechos a la vida, la libertad, la seguridad y la integridad de las personas como 'inherentes a los seres humanos' (art. 10) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica (1.969), luego de reconocer en su Preámbulo que los derechos esenciales del hombre se fundamentan en los atributos de la 'persona humana', define en su artículo primero a la persona como 'todo ser humano'. "4o.- La Constitución Nacional (art. 14), la Declaración Universal de los Derechos Humanos (art. 6o.), la 7 Tutela: Rad. 6959 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (art. 17) y el Pacto de San José de Costa Rica (art. 3o.) garantizan a los seres humanos el derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica. Esta es, desde luego, una imposición al Estado dispuesta por normas imperativas de orden superior. Además de carecer de lógica afirmar que las personas jurídicas tienen derecho a la personalidad jurídica, no tiene sentido alguno atribuirle esa garantía a entidades que surgen a la vida del derecho como personas morales por exclusiva voluntad de los seres humanos que las crean como resultado de sus negocios jurídicos y que asimismo desaparecen por ministerio de esa misma voluntad. No puede entonces afirmarse que las personas jurídicas tengan el derecho fundamental a la vida del cual, estrictamente, dependen todos los demás. "'Con esta comprensión --ha sostenido esta Sala de la Corte-- aparece claro que el artículo 86 de la Constitución Nacional debe ser interpretado como la consagración de un instrumento judicial enderezado a permitirle a los seres humanos reclamar la protección inmediata de los derechos que le son inherentes a su condición de personas, así consideradas por el sólo hecho de existir y sin que su personalidad jurídica ni la existencia de los derechos que le son esenciales dependa de un reconocimiento estatal' (Rad. 991, Mag. Ponente Dr. Rafael Méndez Arango). "5.- La igualdad de las personas ante la ley, reconocida por la Constitución Nacional (Art. 13) y por los instrumentos internacionales que ha revisado la Sala, sólo puede predicarse de los seres humanos. Equiparar los hombres a las cosas que ellos crean, para efecto de reconocerles los mismos derechos fundamentales, constituye una afrenta a la condición y a los más altos valores de la especie humana y una degradación del nivel que el Derecho Internacional le ha reconocido por medio de principios y normas que, en buena parte, vinieron a ser acogidos por la Cons- 8 Tutela: Rad. 6959 titución Colombiana de 1.991. De ahí precisamente que también el Decreto 2591 de 1.991 haya dispuesto (art. 4o.) que los derechos protegidos por la acción de tutela deban interpretarse de conformidad con los tratados internacionales sobre derechos humanos. "6.- La circunstancia de que el artículo 92 constitucional hubiera facultado a las personas jurídicas para solicitar la aplicación de sanciones penales o disciplinarias derivadas del incumplimiento de los deberes propios de las autoridades públicas no significa que esas personas morales sean titulares de los derechos fundamentales que la Carta y los Tratados Internacionales reconocen a los seres humanos. Bien al contrario, una adecuada hermenéutica de la disposición permite concluir que el constituyente otorgó esa facultad --que desde luego no es por sí misma un derecho fundamental-- por igual a los seres humanos y a las personas jurídicas mediante una extensión específica que no admite otras ampliaciones o analogías.” Del escrito que aparece a folios 1 a 7 se desprende que la tutela fue instaurada por JOSÉ DUGAND ARGUELLO en su calidad de representante legal de la sociedad Aqua Equipos Ltda., sociedad constituida y registrada como consta en los documentos visibles a folios 15 a 20 y 23 a 26 vuelto, por lo tanto no existe legitimación activa en la presente acción. 9 Tutela: Rad. 6959 Además, la acción se dirige contra el Juez Octavo Civil del Circuito de Barranquilla, por haber incurrido en una supuesta vía de hecho al proferir sentencia dentro de un proceso ordinario. Al respecto dejó expuesto esta Corporación: “Reiteradamente esta Sala de la Corte ha dicho que la acción de tutela consagrada en el artículo 86 de la Constitución Política no procede cuando se pretende por su intermedio revocar o modificar una decisión judicial, argumentando que la misma constituye una “vía de hecho”. “Además, en las actas de los debates de la Asamblea Nacional Constitucional consta expresamente que no fue intención del constituyente consagrar la posibilidad de la tutela contra providencias judiciales. “Basta recordar que la decisión judicial lleva consigo una presunción de legalidad y acierto, pues es el resultado de todo un proceso de análisis y estudio, con el fin de hacer claridad sobre los hechos debatidos, para precisar la existencia o no de ciertos derechos, y por tanto no puede ser modificada por otra autoridad. 10 Tutela: Rad. 6959 “Además, se ha sostenido de manera uniforme, que una vez se declaró la inexequibilidad de los artículos 11 y 40 del decreto ley 2591, mediante fallo C - 543 de fecha 1° de octubre de 1992, de la Corte Constitucional, resulta imposible que su tenor nazca nuevamente a la vida jurídica por vía legal ni jurísprudencial, dado que ya hizo tránsito a “cosa juzgada constitucional” por mandato de la propia Carta y mientras mantengan su vigencia los artículos de la Constitución que sirvieron de base a la decisión de la Corte Constitucional. “Al respecto dijo esta Corporación: “Dado que la misma Constitución Nacional establece en su artículo 243 que los fallos que la Corte Constitucional dicta en ejercicio del control jurisdiccional “hacen tránsito a cosa juzgada constitucional”, disponiendo igualmente que “ninguna autoridad podrá reproducir el contenido material del acto jurídico declarado inexequible por razones de fondo, mientras subsistan en la Carta las disposiciones que sirvieron para hacer la confrontación entre la norma ordinaria y la Constitución”, se cae de su peso, o por lo menos así lo considera esta Sala de la Corte Suprema de Justicia, que mientras no sean modificados los artículos 1°, 228, 229 y 230 de la Constitución en rigor, no es posible reproducir el contenido material del acto jurídico declarado inexequible por razones de fondo. 11 Tutela: Rad. 6959 (…) “Según las consideraciones de la sentencia No. C - 543 de 1° de octubre de 1992, la Corte Constitucional encontró unidad normativa entre lo dispuesto por el artículo 11 del Decreto 2591 de 1991 y lo establecido en el artículo 40 del mismo, de manera que es forzoso entender que ambos se declararon inconstitucionales por exceder el alcance fijado por el constituyente a la acción de tutela, quebrantar la autonomía funcional de los jueces, obstruir el acceso a la administración de justicia, romper la estructura descentralizada y autónoma de las distintas jurisdicciones, impedir la preservación del orden justo, afectar el interés general de la sociedad y, además, “lesionar en forma grave el principio de cosa juzgada, inherente a los fundamentos constitucionales del ordenamiento jurídico”, vale decir, las normas declaradas inexequibles se hallaron contrarias a lo dispuesto en los artículos 86, 228,230 y 239 de la Constitución, la integridad de su título VIII, el preámbulo de la Carta y su artículo 1°, disposiciones todas que subsisten en la Constitución Política de Colombia. “( Rad. 2558)” Por lo tanto, la providencia proferida por el Juez Octavo Civil del Circuito de Barranquilla no puede ser revocada por un juez diferente como lo es el de tutela, y por ello se confirmará la decisión del tribunal. Finalmente, no es cierto que el tribunal no se haya referido al tema de la tutela, pues al considerar que el funcionario accionado era el competente y actuó dentro de 12 Tutela: Rad. 6959 sus facultades legales, estaba precisando que por lo tanto no existió la vía de hecho que se le endilga. En mérito de lo expuesto, la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia, RESUELVE 1-. CONFIRMAR la sentencia de fecha 15 de agosto de 2.001 proferida por la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, dentro de la acción de tutela instaurada por la sociedad AQUA – EQUIPOS LTDA. contra el JUEZ OCTAVO CIVIL DEL CIRCUITO DE BARRANQUILLA. 2-. Comunicar a los interesados en la forma prevista por el artículo 32 del Decreto 2591 de 1.991. 13 Tutela: Rad. 6959 3-. Enviar el expediente a la Corte Constitucional para su eventual revisión. Cópese, notifíquese y cúmplase. JOSÉ ROBERTO HERRERA VERGARA FRANCISCO ESCOBAR HENRÍQUEZ CARLOS ISAAC NADER LUIS GONZALO TORO CORREA GERMÁN G. VALDÉS S ÁNCHEZ ISAURA VARGAS DÍAZ FERNANDO VÁSQUEZ BOTERO JESÚS ANTONIO PASTAS PERUGACHE Secretario 14 Tutela: Rad. 6959