Claudia R. Brizzio.

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IMPERIALISMO Y GLOBALIZACIÓN: UNA MANIFESTACIÓN
POSMODERNA DEL IMPERIUM?
por Claudia R. BRIZZIO(*)
Sumario: 1Esquema de trabajo. 2. Concepto de imperium; derivaciones.
3.La vocación expansionista de Roma. 4. Soberanía e los Estados e
Imperium. 5. La política imperialista de Estados Unidos – América- el
mundo. 6.Organismos internacionales para la regulación de conflictos. 7
Interacción entre globalización e imperium. Reflexiones finales.
1.-
Esquema de trabajo. En primer
término voy a abordar el abstracto
concepto de imperium; como elemento decisivo para la expansión de Imperio Romano y
sus proyecciones posteriores en la elaboración de la soberanía en la moderna
concepción del Estado. Voy a señalar el desarrollo de la doctrina del ejercicio legítimo
del poder del Estado, y su relación con el derecho de gentes. Se tratará la transición del
poder de los estados antiguos al moderno concepto de soberanía y luego se delineará
una descripción de la política imperial los Estados Unidos. Brevemente se hará
referencia a la composición de los organismos internacionales para la solución de
conflictos, contrastando luego el acatamiento al nuevo orden a la luz de la política del
nuevo imperium. Finalmente se traza un esquema que relaciona el fenómeno de la
globalización con el fenómeno posmoderno de imperio.
2. Concepto de imperium.
El concepto de Imperium es uno de los más
complejos que nos ha legado nuestra cultura romanista. Señalamos primero que existen
dudas sobre su mismo origen etimológico, existiendo quienes opinan que se trataría de
una vocablo de origen etrusco, aunque la idea que prevalece es que imperio deriva de de
la locución latina imperium, que a su vez significa “Acción de imperar o de mandar con
autoridad” ; también se relaciona con la “ Dignidad de emperador” e incluso con el
lapso durante el cual se ejerce el poder de esa autoridad1. Imperio se refiere asimismo a
la organización política de un Estado regida por un Emperador, a la Potencia de alguna
importancia aunque su jefe no sea un Emperador, al conjunto de Estados sujetos a un
Emperador2.
Imperium también se relaciona con la Potestad que reside en el soberano y, por
su disposición, en ciertos magistrados, para imponer penas a los delincuentes con
conocimiento de causa; se admite como imperio la facultad que compete a los jueces
para decidir las causas civiles y llevar a efecto sus sentencias 3. El Derecho romano nos
recuerda la división de las magistraturas e la República se dividía en cum imperio y
sine imperio o cum potestate, división que tenía en cuenta las facultades o poderes de
que gozaban los magistrados, según que dispusieran o no del imperium. A ese fin, es
opinión generalizada que imperium era el poder soberano que en la monarquía ejercía el
rey, y que con la república se atribuyó a los cónsules y pretores, así como a las
magistraturas extraodinarias: dictador, tribunum militum, decemviri legibus scribundis y
triunviri rei publicae constituendae; las demás magistraturas eran sine imperio o cum
potestate4.
En Roma sólo al principio del Imperio es cuando aparece una teoría jurídica del
poder público. El pueblo es su titular; pero puede delegarla en un hombre; la transmite
al Príncipe por la Lex Regia. El Emperador concentra en sí todos los poderes que la
República había repartido entre los diversos magistrados.5 La evolución se cumple al
final del siglo III con Diocleciano y Constantino, y si, en el siglo IV, las Institutas de
Justiniano hablan aún de la Lex Regia, es como un recuerdo del pasado, una frase
copiada textualmente de un texto de Ulpiano.
* Profesora regular de Derecho Civil - Contratos de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de
Mar del Plata (República Argentina). Profesora honoraria de la Universidad Católica Santa María de
Arequipa (Perú). Profesora visitante de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República
(Montevideo, Uruguay).
1
Diccionario Enciclopédico Abreviado Espasa Calpe, Ed, Espasa Calpe-Argentina, Buenos Airesb1945,
T. IV, p.35,
2
Diccionario de la real Academia Española, en http://www.rae.es/ , acceso 23/07/06
3
Diccionario de la real Academia Española, en http://www.rae.es/ , acceso 23/07/06
4
De Francisci, P., Síntesis Histórica del Derecho Romano, trad. del italiano, Madrid 1954, p.125.
5
Duguit L. en http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/derecho/soberania/2#2- 7/06
Como lo adelantáramos en un comienzo, a medida que nos remontamos a los
orígenes del concepto en sí mismo, nos encontramos con las dificultades para lograr una
definición unívoca de imperium. De todas maneras algo está claro y es que el imperium
del que gozaban los magistrados durante fines de la República y durante el Imperio,
consistía en “un fuerte poder de ejecución, ampliamente discrecional”6. Ese poder de
ejecución se materializaba mediante la coercitio (coerción) que podían utilizar los
magistrados cum imperio; asumiendo que potestas es un término ambiguo que a veces
es sinónimo de imperium7 y otras veces se contraponía a imperium – en la clasificación
de los magistrados cum imperio y cum potestate.
Destacamos el carácter de potestad soberana que parece inmanente al imperium,
que no admite límites ni restricciones, y que adquiere por su intermedio la facultad para
imponer las decisiones adoptadas dentro de un determinado ámbito judicial o político.
No es extraño entonces, que se defina al imperialismo, como derivado del imperio, a
“toda ideología y política, y a las consiguientes operaciones militares y económicas, que
pretenden lograr la máxima extensión geográfica de una soberanía8.
3.- La vocación expansionista de Roma. Muchas son las teorías acerca de las
causas que llevaron a Roma a transformarse en el Imperio que llegaría a dominar el
extensísimo territorio que abarcaba los países en torno al Mar Mediterráneo, desde el
Océano Atlántico al oeste hasta las orillas del Mar Negro, el mar Rojo, y el Golfo
Pérsico al este, y desde el Desierto del Sahára al sur hasta las orillas de los ríos Rin y
Danubio la frontera con la actual Escocia al norte.
Una vez que Roma concretó su tendencia expansionista dentro de Italia, entró en
contacto con el mundo helenístico, durante los últimos años del siglo III. Hasta
entonces, la Sicilia Griega y la Gran Grecia, fueron la creación común e indivisa de
todos los pueblos Helénicos, aún entre los que más diferían entre sí, así como las
Voci, Pasquale, kpero la definizione dell ‘imperium, en Studi in memoria di Emilio Albertario, vol. II,
Milano, 1953, p. 101, cit. en Russomano, M.C., Breve Historia del derecho Romano, Ed. Claridad S.A.,
Buenos Aires 1988, p. 57.
7
Paulo, D. 50, 16, 215. “ La palabra potestas tiene muchos significados, tratándose de los magistrados,
imperium”.
8
Shoeck H., Diccionario de Sociología, Ed. Herder S.A., Barcelona1973, p. 371.
6
colonias inglesas y francesas, holandesas y alemanas se han mezclado y confundido en
la América del Norte9. Polibio refiriéndose a las CXL Olimpíada manifiesta que la vida
de los pueblos está como aislada, los hechos que se desarrollan en cada uno de ellos
tienen un origen, un resultado, un escenario que les es propio. Pero más adelante
agrega, -la historia no forma, por así decirlo, más que un solo cuerpo: un vínculo
común acerca y une entre ellas a Italia, África, Sicilia y Grecia: todo converge hacia un
mismo fin10.
Si reparamos en el concepto, en la idea, en la abstracción de considerar a varios,
diferentes y múltiples pueblos que originalmente estaban aislados y que por medio de
un proceso político, económico y militar, llegan a vivir una realidad que las amalgama
dentro de una realidad aún mayor que las incluye; si todo esto lo imaginamos
potenciado por el poder expansionista y supremo del Imperio Romano, durante un lapso
más cinco siglos , que en el momento de su esplendor llegó a mantener interconectados,
simultáneamente, a pueblos tan diversos, podríamos aplicar a ese mundo Imperial
romano el concepto posmoderno de globalización.
El mundo antiguo incluyó un proceso totalizador en occidente, y Roma fue su
artífice. Fue acaso Roma una potencia expansionista, prepotente e insensible que
pretendió lucrar con los pueblos conquistados, con el menor costo y el máximo
beneficio? O fue la influencia del filohelenismo, por el temor a la invasión de sus
vecinos o se debió a causas fundamentalmente económico- financieras o básicamente
militaristas?. Todos estos interrogantes merecen una profunda reflexión, que excede los
límites de éste trabajo, en el que discretamente vamos a trazar una línea argumentativa
que intente explicar de qué manera pudo proyectarse la potestad del imperium que dio
lugar posteriormente al concepto de soberanía propio de los Estados modernos. Por otra
parte, el modelo de Imperio se replica en occidente, desde fines del siglo XX y principio
del siglo XXI con el poder hegemónico e imperialista de Estados Unidos, hecho éste
que nos planeta grandes similitudes con el imperio Romano en cuanto a sus causas y su
proyección sobre los demás pueblos. Volveremos sobre este punto más adelante.
9
Momsem, T., Historia de Roma, T. I, Ed. Joaquín Gil, Buenos Aires 1953, p. 165
Romero.J.L., Estado y Sociedad en el mundo antiguo, Buenos Aires 1980, p. 67.
10
4. Soberanía de los Estados e imperium. El Emperador romano hace la ley por
su voluntad: Quod principiipla cuit legis habet vigorem, lo cual es así porque es titular
de un derecho de poder (Imperium y potestas), es decir, del derecho de imponer su
voluntad a los demás, porque tal es su voluntad, y como tal tiene cierta cualidad que
obliga a todos a la obediencia. Así fue creada por el genio de Roma la noción jurídica
del poder público, que se llamará más tarde soberanía y que había de ser hasta el siglo
XX el fundamento del derecho público en los pueblos de Europa y de las dos
Américas11. El fenómeno del colonialismo exporta el orden público europeo a los países
dependientes, sustancialmente en Africa, pero también en Asia y América.12
Fue un precursor de Bodino -Aeneas Sylvius- durante el reinado de Federico III
quien defendió la idea de la legitimidad de la soberanía imperial sobre el mundo13, al
sostener “Amat anim unitatem suprema potestas” ( La suprema autoridad ama la
unidad). Este mismo pensamiento de la unidad del poder político, independiente hacia
el exterior e irresistible hacia el interior apareció cien años después en medio de las
guerras civiles religiosas en Francia. Bodino es entonces quien reafirma la
independencia absoluta y perpetua del poder temporal, independiente del espiritual y de
todos los poderes humanos. La soberanía – afirma- es el poder absoluto y perpetuo de la
república.14 Posteriormente, en los momentos fundacionales, cada Estado reposa en su
propio poderío. El uso de la fuerza para la solución de conflictos es lo usual.
El derecho de gentes, tal como fue concebido por los teorizadores del siglo XVI,
fue efectivamente derecho de conquista y de guerra justa, más allá de sus muchas
ambigüedades. Recordemos que ya en el siglo V, los sofistas habían percibido la
existencia de un “derecho del más fuerte”, en virtud del cual podían resolverse de ipso
situaciones constituidas de jure15. La modernidad puso “las bases económicas, políticas,
11
Duguit L., en en http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/derecho/soberania/2#2 , 7/2006.
Pinto, M., El derecho internacional, vigencia y desafíos en un escenario globalizado, Fondo de
Cultura Económica S.A., Buenos Aires 2004, p. 22.
13
Heller H., La Soberanía, Ed. Universidad Autónoma de México, México 1965, p. 81.
14
Bodino, Les six livres de la republique, L. I, cap. VIII. P. 96 y ss, cit en Heller H., La Soberanía, Ed.
Universidad Autónoma de México, México 1965, p 14.
12
culturales, teológicas jurídicas de la “organización actual del mundo”16, cual es :
estatalista, capitalista, imperialista y monocéntrica.
En América latina, la conquista generó argumentos de doctorales debates en los
cuales la cuestión central fue discutir si la guerra de conquista fuese “justa” o
“injusta”17. Francisco de Vitoria18 reelaboró desde las raíces la doctrina jurídica
tradicional, implantando los fundamentos del moderno derecho internacional, al mismo
tiempo, de la moderna concepción del Estado como sujeto soberano. Tres son las ideas
esenciales: a) la concepción del orden mundial como sociedad natural de Estados
soberanos, igualmente libres e independientes; b) la teorización de un número de
derechos naturales atribuidos a todos los pueblos y a todos los Estados, c) la
reformulación de la doctrina cristiana de la “guerra justa”, redefinida como reparación
de las iniuriae, y por lo tanto, como instrumento de actuación del derecho. Veremos
más adelante como se genera posteriormente una relectura del concepto de guerra
“justa” vigente hasta nuestros días.
La vieja idea universalista de la comunitas medioevalis- Iglesia e Imperio- es así
reformulada y de hecho puesta al revés. Son rechazados tanto la pretensión del dominio
del Emperador sobre todo el mundo como la del poder temporal y universal del Papa.
La sociedad internacional de los Estados nacionales son concebidos entonces, como
sujetos jurídicos independientes los unos de los otros, igualmente soberanos más
subordinados a un único derecho de gentes19.
15
16
Romero.J.L., Estado y Sociedad en el mundo antiguo, Buenos Aires 1980, p. 108.
Girardi, G., La Conquista dell America. Dalla parte dei viniti, Roma, Borla, 1992,p. 31, cit en Estado y
Sociedad en el mundo antiguo, Ed.Paidós, Buenos Aires 1980, p.146.
17
Ferragolli nos recuerda los encuentros de Bartolomé de las Casas con los “encomenderos”, en 1542 en
el Consejo de Indias con la presencia de Carlos V; en 1547 con sus treinta proposiciones contra el
fundamento jurídico de la conquista, basados en el hecho que la autoridad del rey de España deriva de la
Iglesia y de su conformidad a los preceptos cristianos, los cuales habían sido sistemáticamente violados
por los conquistadores y los “encomenderos”, en 1550 con ocasión de la disputa de Sepúlveda.
18
Sobre la trascendencia del Francisco de Vitoria en la fundación del derecho internacional moderno,
véase Barcia-Trelles, C, Francisco de Vitoria et lEcole moderne du Droit International, en Recueil des
Cours de lAcadémie du Droit international, 1927, II, p. 196-200; Nussbaum, A., A concise History of the
Law of Nations, 2º ed., Nueva York, Macmillan, 1954, Gómez Robedo, A., Fundadores del Derecho
Internacional, México, UNAM, 1989.
19
Ferragoli, L, La conquista de América y la doctrina de la soberanía exterior de los Estados, en
Soberanía, un principio que se derrumba, Ed. Paidós, Buenos Aires 1980, p..150.
Estas tres doctrinas – la idea de una societas de Estados igualmente soberanos
pero todos sujetos al derecho; la afirmación de una serie de derechos naturales de las
gentes, primero entre todos el ius communicationis, abstractamente iguales, pero
concretamente asimétricos y desiguales y, la teoría de la guerra justa como sanción, o
sea como actuación del derecho- están en la base de toda la teoría del derecho
internacional moderno, como también de la doctrina de la soberanía de los Estados20.
Mientras tanto, en Latinoamérica se produce un choque de culturas, ante un modelo
etnocéntrico y eurocéntrico21, orientado a destruir o de cualquier manera negar la
diversidad, haciéndola objeto de asimilación o de excusión, pero en todos los casos, de
dominio. Para Bergagli, el impacto de la colonización en América latina subsiste aún
hoy en los conglomerados indígenas, fuertemente localizados, respuesta esta que ha ido
creciendo y confundiéndose con los llamados movimientos de liberación nacional.22
La doctrina internacionalista y la filosofía política del sigo XVII, representados por
Alberto Gentili y a Hugo Grozio formularon aquel principio de efectividad” que se
convertiría en el postulado teórico y metodológico de la ciencia internacionalista y que
se resuelve en concreto en la falacia naturalista de la valorización jurídica de lo que de
hecho sucede23. Reproponen la idea vitoriana de una universalis societas gentium, pero
autonomizando el derecho de gentes no sólo de la moral y de la teología, sino del
mismo derecho natural, como aquello cuya fuerza obligatoria depende del consenso de
todos o de la mayor parte de los Estados (id quod omnium gentium aut multarum
voluntate vim ogligandi accepit)24, y según Grozio, de los denominados más civilizados.
20
Ferragoli, L, La conquista de América y la doctrina de la soberanía exterior de los Estados, en
Soberanía, un principio que se derrumba, Ed. Paidós, Buenos Aires 1980, p..150.
21
Ferragoli, L, La conquista de América y la doctrina de la soberanía exterior de los Estados, en
Soberanía, un principio que se derrumba, Ed. Paidós, Buenos Aires 1980, p.145 y ss.
22
BERGAGGLI, R., Soberanía: un Principio que se derrumba, Buenos Aires 1996, Ed. Paidós Ibérica
S.A., p. 200 y ss
23
Ferragoli, L, La conquista de América y la doctrina de la soberanía exterior de los Estados, en
Soberanía, un principio que se derrumba, Ed. Paidós, Buenos Aires 1980, p..159.
24
Hugo Grozio, De iure belli libriI, cap. I, &XIV,1, p. 30, cit.en Ferragoli, L, La conquista de América y
la doctrina de la soberanía exterior de los Estados, en Soberanía, un principio que se derrumba, Ed.
Paidós, Buenos Aires 1980, p.159.
Presenciamos en esta instancia una regresión en relación a la tesis de Vitoria y
reformulada por Grozio en aquella concepción universalista de la comunitas orbis,
pasando por la idea de la sujeción al derecho de los Estados, hasta la doctrina de la
guerra justa como sanción de la iniuriae y, por lo tanto, de los límites a ellas
conectados. Fueron muchas las tesis desarrolladas respecto al tema del ius ad bellum y
del ius in bello, llegando a justificar la guerra cuando los cristianos deben aliarse contra
los enemigos del cristianismo25, ya hacer la guerra a quienes violan el derecho natural26
u ofenden la divinidad27, y aquella que los beligerantes pueden matar a todos los que se
encuentren en territorio enemigo28, incluidos las mujeres y los niños29como también los
prisioneros30.
Como otra vertiente nacida de los usos y costumbres y acaso la más antigua
generadora de normas tendientes a regular los derechos de las gentes, es acaso el
derecho del Mar el más antiguo en su concepción abarcadora de Derecho Internacional.
Resaltamos en este aspecto, la profunda relación que existió entre comercio marítimo,
expansión territorial, economía e Imperio. Sobre este punto, el siglo XVII plantea en el
Derecho del Mar la discusión del concepto de mar libre o dominio marítimo 31 y en el
siglo XVIII Bynkershoek desarrolla la teoría del mar territorial, al que se consideraba
una zona de protección contra los peligros que venían de la alta mar32. Estos temas son
redimensionados en ocasión de resolver las adhesión a las convenciones internacionales
relativas al Derecho del Mar, a mediados del siglo XX hasta nuestros días.
En el siglo XIX una serie de conflictos deberán ser resueltos en el seno de los
Estados europeos, que tienen como lugar común la determinación de la legitimidad de la
intervención de un Estado como instrumento apto para legitimar los objetivos del orden
25
Hugo Grozio, De iure belli libriII, cap. XV & XII, p. 309
Hugo Grozio, De iure belli libriI, cap.XX & XL, 3-4, p. 395-396.
27
Hugo Grozio, De iure belli libriI, cap. XLIV, p. 397-399.
28
Hugo Grozio, De iure belli libriIII,, cap.IV, & VI, pág. 514.
29
Hugo Grozio, De iure belli libriIII, cap.IX, p. 515-516.
30
Hugo Grozio, De iure belli libriIII,, cap. X, p. 516-517.
31
En el se planteo la “guerra de los libros” entre Hugo Grocio ) Mare Liberum. 1969 y Selden con su
Mare Clausum.
32
En sus obras De Dominio Maris y Cuestiones Juris Publici porpone adoptar la distancia que alcanzaba
un disparo de cañón hecho desde la costa ( 3 millas náuticas) como medida para el ancho del mar
territorial.
26
monárquico33, y con ello se genera el clima que dará lugar a un orden internacional
organizado.
5. La política imperialista de Estados Unidos – América - El mundo Mientas
tanto, en América los Estados Unidos comienza el expansionismo hacia los dominios de
la Corona española. El 2 de diciembre de 1823 se expone ante el Congreso la
denominada doctrina Monroe, que encerró algo más que una declaración de principios
de solidaridad con la independencia de los países latinoamericanos. La versión
definitiva, fue redactada por el secretario de Estado, John Quincy Adams, un político
realista de ideas imperialistas quien preveía el porvenir de los Estados Unidos en
términos de hegemonía sobre las Américas. Esa declaración encierra una afirmación que
se conoce como destino manifiesto en el sentido de que los Estados Unidos estaban
destinados, en el futuro transcurso de su desarrollo, hacia la condición de gran potencia
que debía neutralizar los intereses de Gran Bretaña y desplazarlos paulatinamente
después.
Mediante la doctrina Monroe, Estados Unidos asumió unilateralmente el papel
de protector de los demás países del hemisferio. Si en un principio tuvo un contenido
potencialmente imperialista y hegemónico, más adelante sirvió de base para las
innumerables intervenciones norteamericanas en asuntos internos de otras naciones
soberanas. Como será señalado, la actitud beligerante y expansionista de Estados
Unidos , se ha camuflado detrás de muchas otras manifestaciones de dominio. 34 En el
ámbito jurídico-internacional, la noción de “intervención” tiene un uso y un alcance
mucho más amplio que el de las acciones bélicas, comprendiendo además del uso y la
amenaza de la fuerza, el uso de medidas económicas, políticas o de cualquier otra
índole para coaccionar a otro Estado a fin de lograr que subordine el ejercicio de sus
derechos soberanos35. La imposición de condiciones y exigencias bajo formas de
presión económica, las ayudas materiales a grupos de oposición y hasta ciertas
33
Pinto, M., El derecho internacional, vigencia y desafíos en un escenario globalizado, Fondo de
Cultura Económica S.A., Buenos Aires 2004, p. 19..
34 34
BERGAGGLI, R., Soberanía: un Principio que se derrumba, Buenos Aires 1996, Ed. Paidós Ibérica
S.A, p. 200 y ss
35
Declaración sobre los Principios de Derecho Internacional. ( Res. A. 2625 (XXV)-ONU )
presiones diplomáticas, las ayudas materiales a grupos de oposición y hasta ciertas
presiones diplomáticas para cambiar el régimen político de otro Estado han sido
consideradas en unas u otras ocasiones de la práctica de las relaciones internacionales
como intervenciones ilícitas.
En el amplio sentido anterior, el alcance del principio de no intervención
depende, de un lado, de qué se entiende por “coaccionar”36 y de otro lado, de hasta
donde se extienden los derechos de soberanía internacional de los Estados o, lo que aquí
es lo mismo, su jurisdicción interna desde el punto de vista internacional37.
No obstante, nunca ha cesado la discusión sobre el alcance y límites de la
prohibición de las acciones e intervenciones armadas en el ámbito internacional38.
Desde luego, por no remontarse a la conquista española de América en nombre
de la evangelización, la historia
de los dos últimos siglos avala suficientemente
mantener las mayores desconfianzas hacia los resultados de la imposición de
cualesquiera ideales por la fuerza de las armas. Pero es claro que la hegemonía es más
que eso que el uso de la fuerza. Refiriéndose a los temas del imperio y el imperialismo,
se sostiene que la hegemonía podría ser representada como “un ajuste entre el poder
material, la ideología y las instituciones”39 Es vidente que la hegemonía norteamericana
es mucho más compleja que eso.
Ahora bien, para quienes creen en la existencia de un nuevo orden mundial40 «el
fin del colonialismo y el declive del poder de la nación testimonia el paso que, del
paradigma de la soberanía moderna conduce al paradigma de la soberanía imperial».
Este paso, fundamental y profundo, se inscribe en la propia historia de la nación
Garzón Valdés ha definido la intervención como “ injerencia
Alonso Ruis Miguel, destaca una importante diferencia entre el concepto de soberanía desde el punto
de vista interno y el internacional: desde este último punto de vista, pueden pertenecer a la jurisdicción
interna de los Estados actos que según el Derecho interno están constitucionalmente prohibidos, es decir,
que el Estado no es soberano para imponer desde el punto de vista interno (p. 59).
38
Ruiz Miguel, A., Soberanía e intervención bélica humanitaria, en Bergaggli, R., Resta Eligio,
Soberanía, un principio que se derrumba, Ed. Paidós, Barcelona 1996, p. 57 y ss; véase sobre ello
Cesáreo Gutierrez Espada, La responsabilidad internacional del Estado por el uso de la fuerza armada(
La confrontación del hecho ilícito internacional), Cursos de Derecho Internacional, Madrid, Tecnos, 4º
ed., 1992, p. 303-305.
39
Cox, R., 1986, p. 225, cit. en Boron A.A., Imperio & Imperialismo, Ed. CLACSO, Bueebos Aires
2002, p. 66.
40
Hardt M,y Negri A., Empire, Cambridge, Harvad University Press, 2000, p. 137,cit. por Saverio
Ansaldi en ttp://sindominio.net/arkitzean/multitudes/multitudes3/ansaldi.htm (útlimo acceso 4/2006).
36
37
norteamericana y de su modelo de soberanía. Para Negri «La Revolución
norteamericana representa un momento de gran innovación y de ruptura en la
genealogía de la soberanía moderna». La historia de la soberanía norteamericana se
configura siguiendo una dinámica de expansión, que asocia el proyecto democrático de
los Padres fundadores al deseo de inclusión de un poder constituyente que actúa
mediante redes y mediante procesos de compensación de los conflictos. Todas las fases
de la historia norteamericana están determinadas por esta doble posición: de Thomas
Jefferson a Bill Clinton, esta dinámica dirige las opciones efectuadas por los Estados
Unidos tanto en materia económica como política y social -y esto a escala mundial.
Desde el comienzo, la constitución norteamericana es «imperial»: «La idea
contemporánea de Imperio ha nacido a través de la expansión global del proyecto
constitucional norteamericano»41. Estamos de acuerdo en sostener que la soberanía,
desde esta perspectiva, no distingue entre el «interior» y el «exterior»: el horizonte de su
desplazamiento es potencialmente infinito y no reconoce fronteras. O mejor aún: el
límite, las fronteras, representan déficits que la constitución debe, en cada etapa, rehacer
y superar, con el fin de poder mostrar su eficacia y, sobre todo, su superioridad.
Disentimos en cambio con el notable pensador creador de Empire en que contrariamente
a lo que sostiene en su obra, creemos que no es correcto afirmar que “del mismo modo
que en el siglo I de la era cristiana, los senadores romanos le pidieron a Augusto que
asumiera los poderes imperiales […] hoy las organizaciones las Naciones Unidas, las
organizaciones internacionales y hasta las organizaciones humanitarias) le piden a los
Estados Unidos que asuman el rol central del nuevo orden mundial42.
Para comprender este fenómeno debemos preguntarnos cómo hemos pasado de
una soberanía estática y nacional a una soberanía imperial. Por otro lado, cuáles son las
notas características que distinguen la formación del Estado moderno y el Imperio que
marca la emergencia del Estado posmoderno? ¿Podemos identificar, desde este punto de
vista, una estructura estática capaz de resumir, en virtud de su historia y de su acción, el
41
Hardt M,y Negri A., Empire, Cambridge, Harvad University Press, 2000, p. 182,citado por Saverio
Ansaldi en ttp://sindominio.net/arkitzean/multitudes/multitudes3/ansaldi.htm (útlimo acceso 4/2006).
42
Hardt M,y Negri A., Empire, Cambridge, Harvad University Press, 2000, p. 173,cit. por Saverio
Ansaldi en ttp://sindominio.net/arkitzean/multitudes/multitudes3/ansaldi.htm (útlimo acceso 4/2006).
sentido de las prácticas imperiales. El derecho y la economía marcan su propia nota
distintiva en el nuevo milenio.
6. Organismos internacionales para la regulación de conflictos: El siglo XIX
se enfrenta a conflictos que deberán ser resueltos en el seno de los Estados europeos,
que inciden luego en el desarrollo de un concepto más o menos homogéneo sobre el uso
poder militar, por una parte, y la armonización de legislaciones relativas al comercio
entre los pueblos, por la otra. He aquí dos ámbitos sobre los que gravita nuevo orden
internacional que pretende regular el natural desequilibrio entre estado-naciones con
profundas divergencias culturales, económicas, políticas y religiosas.
La carta de la ONU de 1945 y luego la Declaración Universal de los Derechos
de 1948, al menos en el plano normativo, han transformado el orden jurídico del mundo.
la soberanía del Estado deja de ser absoluta y se subordina, jurídicamente, tanto al
imperativo de la paz como a los derechos fundamentales. Los estados miembros de la
ONU – 191 países actualmente- asumen ciertos compromisos básicos. Se trata de
respetar una serie de principios cuya observancia asegura los fines que la Organización
se propone. Son ellos: la igualdad soberana de los estados, la buena fe en el
cumplimiento de las obligaciones internacionales, la abstención del uso de la fuerza en
las relaciones internacionales y consiguientemente la solución pacífica de las
controversias internacionales, la cooperación internacional y la no-intervención en los
asuntos esencialmente de la jurisdicción interna de los estados 43, queda definitivamente
consagrado en la “Declaración sobre los principios de derecho internacional referentes a
las relaciones de amistad y la cooperación entre los estados de conformidad con la Carta
de las Naciones Unidas” ( Res. 2625 (XXV) de la Asamblea General.
En 1947 , los EEUU se asegura la solidaridad y el apoyo de América Latina
ante el ataque de una potencia extracontinental a través del tratado Interamericano de
Asistencia Recíproca ( TIAR) y en 1949 hace lo propio con Europa a través de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
43
Pinto, M., El derecho internacional, vigencia y desafíos en un escenario globalizado, Fondo de
Cultura Económica S.A., Buenos Aires 2004, p. 31
No obstante su inspiración y su aspiración universalista, la ONU, continúa – no
únicamente en el plano fáctico de la efectividad, sino también en el jurídico de la
normatividad – condicionada por el principio de la soberanía de los Estados. Y aquí
reafirmamos la existencia de una hegemonía imperial ejercida por los Estados Unidos,
con una singular característica: Interviene como miembro activo en la discusión y
creación de tratados y convenciones internacionales tendientes a homogeneizar criterios
de resolución de conflictos en los que la soberanía de uno ó mas Estados se encuentren
involucrados. Pero luego ejerce las prerrogativas que le permitan abstraerse de cualquier
norma de conducta a que se haya arribado mediante el consenso de las naciones.
Llegamos aquí al punto de comprender el valor de los hechos. La existencia
evidente y objetiva de una conducta que se reitera una y otra vez, demuestra que
Estados Unidos ejerce una hegemonía Imperial, aunque bajo la misma apariencia que
Augusto precisó en un comienzo para ejercer su imperium. Porque cuando los Estados
deciden agrupar en convenciones multilaterales algún área determinada de conflicto y se
obtiene como resultado un texto impreso, se produce una multiplicidad de efectos para
el derecho futuro. Puede ocurrir que no todos los Estados concurran a la discusión y
redacción de la convención. Puede suceder también que la Convención se redacte y
firme pero no entre en vigor por no obtenerse el número de ratificaciones para que ello
ocurra. Aún cuando una convención es ratificada y entró en vigencia, puede también
existir Estados que no la ratifiquen o que no la adhieran. De cualquier modo, el propio
proceso de elaboración y discusión entre los representantes de los Estados en el seno de
la conferencia respectiva revelará la actitud de los Estados frente a la norma y del
consentimiento o rechazo que aquella obtiene cuando se trate de normas de desarrollo
progresivo44. Los hechos hablan por sí solos. Durante el proceso de negociación de
nuevos tratados, EE.UU figura entre los países más obstruccionistas y libra una batalla
diplomática continua para quedar eximido de las normas internacionales en función de
intereses específicos.
44
Monsanto, A., Derecho del Mar, Soberanía y jurisdicción de los estados en los espacios marítimos
adyacentes, Ed. DIPOL Impresores Asociaos, Buenos Aires 1992, p 76.
Según el informe preparado por Conventional Neglect y traducido por Women’s
Environment and Development Organization45, enumeramos varios de los más
importantes tratados internacionales que no han sido firmados o no ratificados por
Estados Unidos.
En materia de MEDIO AMBIENTE : Estados Unidos se ha negado a firmar 1El Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático.46 La Administración Bush ha restado importancia a los riesgos del
calentamiento del planeta y se ha negado a firmar el Protocolo, con el argumento de que
sería perjudicial para la economía estadounidense. Estados Unidos es el mayor
productor mundial de gases de efecto invernadero. 2- Convenio de Estocolmo sobre
Contaminantes Orgánicos Persistentes. Sólo tras fuertes presiones de los grupos
ecologistas, Estados Unidos firmó este tratado cuyo fin es reducir o eliminar la
liberación de sustancias químicas nocivas para el ser humano y el medio ambiente,
como productos y subproductos industriales. Firmado por EE.UU el 23 de mayo de
2001, pero no ratificado.3.- Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos
transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación. Firmado por EE.UU el
22 de marzo de 1990, pero no ratificado. 4.- Convenio sobre la diversidad biológica.
Firmado por Estados Unidos el 4 de junio de 1993, pero no ratificado. 5.Convenio
sobre la Protección y Utilización de Cursos de Agua Transfronterizos y Lagos
Internacionales. No firmado por Estados Unidos. 6.
Estatutos del Centro
Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología. No firmados por Estados
Unidos. 7.-Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. No
firmada por Estados Unidos.
Con relación al DESARME , Estados Unidos no queda obligado por las normas
de los siguientes tratados:
1. Tratado de prohibición completa de los ensayos
nucleares. Firmado por Estados Unidos el 24 de septiembre de 1996, pero no ratificado.
2. Convención sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y
Transferencia de Minas Antipersonal y sobre su Destrucción. Conocido también
45
46
Fuente: www.wedo.org
Al 30 /7/06, el Convenio fue ratificado por 164 Estados. www.unfcc.int.
como Tratado de Ottawa, es un instrumento fundamental del movimiento internacional
contra las minas terrestres. Son parte en esta Convención 125 estados por ratificación,
adhesión o aprobación. Estados Unidos se opone a ella, junto con Corea del Norte, el
Irán y el Irak (países pertenecientes al “eje del mal” del Presidente Bush), entre otros.
No firmada por Estados Unidos.
3.- Convención Internacional contra el
reclutamiento, la utilización, la financiación y el entrenamiento de mercenarios. No
firmada por Estados Unidos. 4.- Convenio Internacional para la represión de los
atentados terroristas cometidos con bombas. Firmado por Estados Unidos el 12 de
enero de 1998, pero no ratificado hasta el 26 de junio de 2002.; 5.-
Convenio
Internacional para la represión de la financiación del terrorismo. Firmado por
Estados Unidos el 10 de enero de 2000, pero no ratificado hasta el 26 de junio de 2002.
En materia de JUSTICIA , es útil transcribir el texto de la carta dirigida al
Secretario General de las Naciones Unidas por el Subsecretario de Estado para control
de armas y seguridad Internacional, John R. Bolton.47.Desde 1945, la Corte
Internacional de Justicia, con sede en La Haya, ha sido un foro para la solución de
controversias entre Estados. El 7 de octubre de 1985, Estados Unidos declaró que en lo
sucesivo no acataría las decisiones de la Corte y suspendió su adhesión a la Declaración
por la que se reconoce como obligatoria la jurisdicción de la Corte Internacional de
Justicia, que había firmado el 26 de agosto de 1946. No ha firmado tampoco 1.Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. La Corte Penal Internacional es
un tribunal permanente para el enjuiciamiento de personas por crímenes de guerra,
como el genocidio y los crímenes de lesa humanidad, que antes incumbían a tribunales
temporales. Estados Unidos (31 de diciembre de 2000) y la mayoría de sus aliados
47
"Estimado Sr. Secretario General: Por la presente, le comunico, en relación con el Estatuto de Roma
de la Corte Penal Internacional adoptado el 17 de julio de 1998, que los Estados Unidos no tienen la
intención de ser parte en el tratado. Por consiguiente, los Estados Unidos no tienen obligación legal
alguna derivada de su firma el 31 de diciembre de 2000. Los Estados Unidos solicitan que esta intención
de no devenir parte [en el tratado], tal cual se expresa en la presente carta, sea reflejada en los listados de
los depósitos relativos a este tratado. Atentamente, S/John R. Bolton" ,6 de mayo de 2002 ;[Fuente:
Bureau of Public Affairs, U.S. Department of State - May 6,2002. Traducción al español de la versión
original en inglés realizada por el Equipo Nizkor el 09may02]
firmaron el tratado, pero en una medida sin precedentes, Estados Unidos declaró el 6 de
mayo de 2002 que dejaba de considerarse obligado por él, afirmando que el tribunal
podría enjuiciar a ciudadanos estadounidenses por cargos “frívolos”. 2.- Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados. Esta codificación del marco jurídico de los
tratados internacionales y la solución de controversias en relación con los tratados es
fundamental para el futuro del derecho internacional. Firmada por Estados Unidos el 24
de Abril de 1970, pero no ratificada. 3.- Convención sobre la imprescriptibilidad de
los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad. No firmada por Estados
Unidos. 4.- Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional. Firmada por Estados Unidos el 13 de diciembre de 2000, pero no
ratificada. Para impedir el enjuiciamiento de militares estadounidenses por operaciones
realizadas en el extranjero, Wshington se niega a la ratificación del acuerdo que
instruiría el Tribunal Penal Internacional (CPI). A tal efecto el Senado ha aprobado, en
primera lectura, la ley ASPA ( American Servicembers Protection Act), que permite a
los Estados Unidos tomar medidas extremas – que pueden llegar hasta la invasión
militar de un país – para recuperar a cualquier ciudadano estadounidense amenazado
con ser citado ante el futuro CPI48.
Después del 11 de septiembre no quedó ninguna duda sobre la
supremacía del Estados Unidos en el orden internacional. Esa misma
noche el
presidente Bus confirmó. “o están con nosotros o están con los terroristas. A partir de
hoy, todo país que albergue o apoye al terrorismo será considerado por Estados Unidos
como un régimen hostil”49 . Una vez constatado el acatamiento universal – que incluía a
los organismos tales como la ONU, ala OTAN y la Unión Europea, Washington se
comporté de manera soberana, es decir, sin tomar en consideración las recomendaciones
o deseos de países adictos. Y no sólo n el terreno militar. En el de la información la
“guerra invisible”, más de cincuenta países pusieron igualmente sus servicios de
inteligencia y de contraespionaje a las órdenes de la CIA y del FBI.
48
Ramonet, I., Guerras del siglo XXI, nuevos miedos, nuevas amenzas, Ed. Random House Mondadori
S.L., Barcelona 2002, p 64.
49
Chossudovsky M., Guerra y globalización, Ed. Siglo veintiuno, México 2002, p. 5.
Después de los ataques del 11 de septiembre , el gobierno de los Estados Unidos
inició una campaña para obtener una resolución de las Naciones Unidas sobre
antiterrorismo. El 28 de septiembre de 2001, la ONU adoptó por unanimidad la
Resolución 1373, que convocaba a todos “los Estados a trabajar de manera conjunta
urgente para prevenir y suprimir los actos terroristas” y ordenaba a todos los gobiernos
“ a abstenerse de brindar cualquier forma de apoyo, activo o pasivo, a entidades o
personas implicadas en actos terroristas, incluyendo la supresión del reclutamiento de
miembros de grupos terroristas y la eliminación del suministro de armas a terroristas”.50
De acuerdo con la resolución histórica del Congreso, aceptada tanto por la
Cámara de Representantes como por el Senado el 14 de septiembre de 2001, “se
autoriza al presidente ha hacer uso de la fuerza necesaria y apropiada en contra de
aquellos países, organizaciones o personas que a su juicio hayan planeado, autorizado
perpetrado o apoyado los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, o bien que
encubran o den asilo a dichas organizaciones o personas, con el propósito de prevenir
que tales naciones, organizaciones o personas cometan futuros actos de terrorismo
internacional contra los Estados Unidos51.
7.- interacción entre globalización e imperium. Reflexiones finales.
Cuál es el contenido adecuada del vocablo globalización?. Eduardo Mayobre -Director
de Relaciones Económicas del SELA52- recuerda el discurso de Mike Moore, Director
General de la Organización Mundial de Comercio (OMC), ante la UNCTAD X
realizada en Bangkok en febrero de 200053, en el cual expresó: “Una gran cantidad de
energía se ha aplicado incorrectamente en los últimos tiempos para atacar la
globalización, un término que cubre casi cualquier cosa”. En efecto -agrega Mayobre-,
50
Bovard, J., Terrorismo y tiranía, Ed. El Ateneo, Buenos Aires 2004, p. 319.
Véase The White House Bulletin¸14 de septiembre de 2001, cit en Chossudovsky M., Guerra y
globalización, Ed. Siglo veintiuno, México 2002, p. 51.
52
Sistema Económico Latinoamericano, organismo regional intergubernamental con sede en Caracas
(Venezuela), creado el 17 de octubre de 1975 e integrado por 28 países de América Latina y el Caribe.
Argentina se incorporó el 10 de enero de 1977.
53
Mayobre, E., Realidad y mito de la globalización, ponencia para el “IV Congreso Nacional de Estudios
de África y Asia. Cultura y Globalización: Crisis Económica, Dependencia e Identidades”, Universidad
de Los Andes, Mérida, Venezuela, mayo de 2000, en http://info.lanic.utexas.edu/project/sela/docs/spdi72000.htm#_ftn2http://info.lanic.utexas.edu/project/sela/docs/spdi72000.htm#_ftn2http://info.lanic.utexas.edu/project/sela/docs/spdi7-2000.htm#_ftn2.
51
el concepto de globalización se ha aplicado a los más diversos campos y fenómenos, al
punto de que ya no sabemos muy bien qué queremos decir con él, aunque técnicamente
implica “la interacción entre las economías nacionales y la existencia de una economía
internacional que las abarca”. El término fue utilizada inicialmente en el área
económica, pero pronto se hicieron notar sus connotaciones sociales, culturales,
científicas, tecnológicas e ideológicas. Actualmente se habla de globalización para
referirse al fenómeno que se ubica cinco siglos atrás, cuando se produjo un aumento de
la productividad del trabajo y se estableció un orden mundial global; hasta entonces,
este orden no era concebible en virtud de la inexistencia de excedentes importantes de
producción luego de satisfechas las necesidades del consumo en las economías locales;
de los tiempos, costos y riesgos del transporte; y de la ínfima incidencia del comercio en
la división del trabajo y la productividad54.
Pero desde el siglo XIX los conocimientos científicos fueron convertidos en
tecnologías aplicadas, incorporando profundas innovaciones en las industrias textil,
metalmecánica, de la construcción y de generación de energía, que aumentaron la
producción, redujeron los costos, e incrementaron las ganancias de los empresarios,
dando origen a la Revolución Industrial, en la cual “los servicios, los bienes industriales
y la modernización de la producción asumieron el liderazgo del crecimiento”, y ello
“generó nuevas fuerzas de globalización”55.
Por primera vez en la historia, prácticamente todo el planeta quedó integrado en
un mercado mundial y comunicado en tiempo real”56. Se produjeron
cambios
trascendentes en la sociedad actual, perteneciente a la denominada Era de la sociedad
de la información57 y aparece como elemento de producción el material procesable por
54
Ferrer, A., Historia de la globalización. Orígenes del orden económico mundial, Buenos Aires, 1996,
pág.
55
Ferrer, A., Historia de la globalización II. La Revolución Industrial y el segundo orden mundial,
Buenos Aires, 2000, pág. 24.
56
Ferrer, A., Historia de la globalización II. La Revolución Industrial y el segundo orden mundial, cit.,
pág. 361.
57
Naisbitt, J., Macrotendencias, trad. española, Madrid, 1983. También se la ha designado como Era
postmoderna (Enzioni, A., The Active Society, New York, 1968), tecnológica (Ellul, J., The Technological
Society, London, 1965), tecnotrónica (Brzezinski Z., La era tecnotrónica, trad. G. Mayer, Buenos Aires,
1979), postindustrial (Kahn, H. - Wiener, A. J., The Year 2000: Framework for speculation on the Next
Thirty Three Years, New York, 1967; Bell, D., El advenimiento de la sociedad post-industrial, trad. R.
el cerebro, los datos, la información, el material destinado a hacer funcionar la mente,
no el cuerpo58.
En este aspecto es que punto confluyen los conceptos de globalización con el
fenómeno de capitalismo mundial; y éste último con la agresividad que caracteriza la
disputa por el capital, más allá de las fronteras. Toni Negri, en su Imperio59, sostiene
que junto con el mercado global y los circuitos globales de producción, el Imperio
constituiría un nuevo orden, una nueva lógica y una nueva estructura de mando y de
soberanía desterritorializada60. Nosotros pensamos que no se puede hablar del Imperio
con referencia a un nuevo sujeto político que regula estos cambios globales y el poder
soberano que gobierna el mundo. Sostenemos que existe una potencia hegemónica que
ejerce el imperium sobre un nuevo orden internacional, cuya bisagra se aceitó el 11 de
septiembre de 2001. No obstante disentir con el ilustre pensador en ese punto, debemos
reconocer que el mismo ofrece una visión totalizante del confuso panorama de la
globalización y su relación con el mercado mundial. A partir de los ataques terroristas,
la agenda secreta que subyace en el “eje del mal” de Washington ( Irak, Irán, Corea el
Norte, Libia y Siria) es crear una nueva legitimidad, abrir la puerta para “revitalizar las
defensas del país” y dar una justificación para la intervención militar directa en distintas
partes del mundo.
La existencia de hecho de un nuevo orden mundial se inscribe, según Saverio
Ansaldi, dentro de una transformación profunda del derecho, y dentro de una nueva
concepción de la autoridad política. designa los procesos socio-productivos que inducen
a transformaciones incesantes de formas de vida a escala planetaria. El derecho no
puede sino aprehender estos procesos, integrándolos en su ejercicio fundador. De ese
modo, facilita las bases para la autoridad política -para el ejercicio de la soberanía.
García y E. Gallego, Madrid, 1986), neoindustrial (Valaskakis, K., Post-industrial or re-industrial: two
interpretations of the information revolution, en World Future Society Bulletin, junio de 1982),
superindustrial, de la tercera ola (Toffler, A., La tercera ola, trad. A. Martín, Madrid, 1986.
58
Montesinos, A., Internet y globalización. La falacia global, en http://www.portaldeabogados.com.ar/colaboraciones/007internet.htm. Es común, sin embargo, que se pierda de vista la
secuencia datos-información-conocimiento-sabiduría, se haga un acopio cuantitativo más bien que
cualitativo, y se realicen las mediciones sólo por la cantidad.
59
Negri, T., Hardt. M., Empire, Cambridge, Harvad University Press, 2000.
60
KOHAN, N., Toni Negri y los desafíos del Imperio, Madrid, 2002, p.118.
Desde este punto de vista, debemos reflexionar sobre las partucularidades de la
soberanía que caracteriza a la globalización.
En cierto modo, se trata de una segunda revolución capitalista, con perfiles
particulares delineados por la globalización económica que se extiende a los rincones
más apartados del planeta soslayando tanto la independencia de los pueblos como la
diversidad de los regímenes políticos.61 Desde ésta óptica “su propósito parece consistir
exclusivamente en una integración financiera de las regiones del planeta sin
consideración a las fronteras nacionales” a través “de una economía dineraria y no de
producción”62, facilitada por la porosidad de las economías nacionales. Para el
economista canadiense M. Chossudovsky, nos encontramos frente a una lucha
“imperial” por el control de las monedas nacionales. Controlar la creación del dinero y
el sistema de crédito es parte fundamental del proceso de conquista económica, apoyado
a su vez por la militarización del corredor euroasiático. La “dolarización” de monedas
nacionales es parte de la “estrategia de la ruta de la seda”, que consiste, primero, en
desestabilizar y luego en imponer el dólar sobre las monedas nacionales desde el
Mediterráneo hasta la frontera occidental de China, con el propósito de extender el
predominio del sistema de la Reserva Federal en un territorio sumamente vasto63 .
La ideología de la globalización supone “que se trata de un proceso que encierra
en sí mismo los mecanismos necesarios para corregir los desequilibrios que pueda
presentar. El propio sistema conduciría al equilibrio, pues las fuerzas del mercado
responderían virtuosamente ante cualquier perturbación. A similitud de la teoría del
equilibrio dinámico del cosmos, fundada por Newton, la representación de un sistema
mantendría al mundo en un movimiento armónico por virtud de la recíproca
compensación de fuerzas. Este punto de vista responde a la más ortodoxa tradición de
61
Ramonet, I., Guerras del siglo XXI, nuevos miedos, nuevas amenzas, Ed. Random
House Mondadori S.L., Barcelona 2002, p.12.
62
Aguer, Mons. H., El 9 de julio y la globalización, en Octubre Sudamericano, Año I, N° 0, Buenos
Aires, diciembre de 2000, pág. 48.
63
Chossudovsky M., Guerra y globalización, Ed. Siglo veintiuno, México 2002, p. 113.
las teorías liberales y de mercado, de acuerdo con las cuales los agentes del mercado, si
se les permite libertad de acción, restauran los equilibrios económicos básicos”64.
La globalización -se dice- está ahí, avanza, vino para quedarse y constituye una
realidad a la cual no podemos oponernos ni podemos modificar. Responde a las leyes de
la historia, a los avances de la ciencia y la tecnología y al desarrollo natural de las
sociedades y culturas. En consecuencia -se enfatiza- no cabe oponerse a ella65, es inútil
tratar de detenerla, y lo más sensato consiste en adaptarse o insertarse para no quedar
rezagados, para no quedar marginados por la historia. Todos los estados se ven
afectados por la dinámica de la globalización. La ideología del “estado delincuente”,
concebida por el Pentágono en 1991 durante la guerra del golfo Pérsico, y reeditada en
Afganistán, Irak y actualmente en el Líbano, otorga una nueva legitimidad y
justificación para declarar una “guerra por motivos humanitarios” a países que no se
apegan al nuevo orden mundial ni a los postulados del sistema del libre mercado66
La exportación escandalosa del orden público por países hegemónicos
que practican actualmente una política imperial, transforma en poroso el mismo
concepto de soberanía del Estado que la admite. “Desde los centros del poder mundial
se propala un discurso que se divulga con velocidad, sobre un pretendido fatalismo
globalizador, donde no se permiten posibilidades de refutación, ni opciones
alternativas”67. Por mi parte, prefiero descartar el determinismo con la última estrofa de
un poema del escritor argentino Jorge Luis Borges68:
…“El camino es fatal como la flecha.
pero en las grietas está Dios, que acecha”
64
Mayobre, E., Realidad y mito de la globalización, cit.
A causa de la denominada globalidad todos vivimos en una sociedad mundial pues “No hay ningún
país ni grupo que pueda vivir al margen de los demás”: Buck, U., ¿Qué es la globalización?, trad. B.
Moreno y M. R. Borrás, Barcelona, 1998, pág. 28.
66
Chossudovsky M., Guerra y globalización, Ed. Siglo veintiuno, México 2002, p. 20.
67
Ferronato, J., Aproximaciones a la globalización, 2ª ed., Buenos Aires, 2000, pág. 80.
68
BORGES, J.L., Para una versión del” I King”, Buenos Aires 1986, Ed. Sudamericana, p7
65
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