Discurso de Néstor Kirchner en el acto en Gualeguaychú por la

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Los puntos salientes del discurso del presidente Néstor Kirchner en el acto que
encabezó ayer en Gualeguaychú, en defensa del medio ambiente, son los siguientes:
• Es relevante que todos manifestemos, como lo ha hecho ya la Legislatura de Entre
Ríos, y a su solicitud el Congreso de la Nación, nuestro apoyo a una instancia que
debemos emprender.
•
Tiene especial simbolismo que lo hagamos cada uno desde nuestra
responsabilidad institucional y desde nuestro propio alineamiento partidario,
nuestras convicciones y nuestros ideales, teniendo conciencia de que en esa
enriquecedora diversidad expresamos un conjunto unido y solidario.
• Hemos venido a Gualeguaychú, más allá de cualquier especulación, más allá de
cualquier actitud descalificatoria o agravio que le quiera restar la calidad soberana y
nacional que tiene esta soberanía, a comprometernos con el desarrollo sostenible para
consolidar una política de crecimiento con equidad, que incorpore con fuerza la
dimensión ambiental a las acciones de todos los niveles de Gobierno; hemos venido a
Gualeguaychú a comprometernos a elevar los estándares actuales de cuidado de nuestro
medio ambiente para que permanezca sano y saludable; hemos venido también a
respaldar el camino seguido, respetuoso del derecho interno e internacional, en el
diferendo ambiental que tenemos con el Gobierno de la hermana República Oriental del
Uruguay en razón de la violación de las obligaciones que surgen del Estatuto del Río
Uruguay.
• Esa controversia nos lleva hoy ante la Corte Internacional de Justicia, por
imperio del artículo 60 Estatuto del Río Uruguay, firmado en Salto, Uruguay, el 26
de febrero de 1975. En violación de aquel estatuto, que es ley para las partes que
deben ser observada, el Gobierno de Uruguay autorizó la construcción de las
plantas de pasta de papel ENCE y BOTNIA en Fray Bentos, a menos de 7
kilómetros entre sí, desconociendo los riesgos significativos ambientales y a la
salud que establecimientos de tales características pueden causar, y sin haber
satisfecho nuestras preocupaciones concernientes al impacto sobre el río, el medio
ambiente y la población de ambas orillas.
• Hemos venido a decir que no es una cuestión que atañe sólo a la provincia de Entre
Ríos o a la ciudad de Gualeguaychú, esta es una cuestión ambiental que atañe a los
pueblos uruguayo y argentino y que la República Argentina toda asume como un
problema propio. No estamos hablando de afectar la soberanía de ningún país, estamos
hablando de defender el medio ambiente sano. Nadie, nadie puede reclamar soberanía
para el uso de un bien, de un recurso que no es enteramente propio.
• El Río Uruguay es un río internacional y como tal debe ser protegido y
preservado. Por eso nos dimos un estatuto que debemos respetar ambos países.
Debemos respetar la soberanía e integridad territorial de todos los estados y de
conformidad a ese estatuto y las normas del derecho internacional todo uso
proyectado por uno de los Estados de este curso de agua debe ser informado.
• Cuando la actividad proyectada tiene entidad suficiente para causar un eventual daño
transfronterizo, como es el caso de las plantas, su localización y la falta de previsión
respecto de sus residuos líquidos, sólidos o gaseosos, el Estado que las permite debe
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consultar a los fines de negociar de buena fe el emplazamiento, las técnicas y las
modalidades del emprendimiento, para impedir el daño ambiental.
• Si esa actividad se manifiesta de efecto nocivo transfronterizo no puede llevarse
adelante sin consentimiento o autorización explícita del país afectado. Si existe
daño transfronterizo y no existe consentimiento o autorización, el Estado
responsable debe cesar en su actividad haciéndose responsable del daño causado.
• Nos dicen que se trata de la mejor tecnología disponible y que el impacto será
mínimo, pero no nos brindan la información suficiente ni encaran los estudios que
aclararían la cuestión.
• Nos dicen que nosotros también tenemos plantas que contaminan y cuya
tecnología deberemos mejorar seguramente, pero no dicen que están distribuidas
en distintas localizaciones, bien distantes entre sí, y que producen anualmente
sumadas apenas la mitad de lo que producirían en un solo emplazamiento las
papeleras de Fray Bentos.
• Tenemos derecho a que Uruguay respete las obligaciones previstas por el Estatuto de
1975 y como las negociaciones directas lamentablemente hasta ahora han resultado
infructuosas, estamos habilitados a someter esta controversia a la Corte Internacional de
Justicia para que se respete el derecho internacional vigente.
• Elegimos el camino del derecho, la prudencia, la racionalidad, firme y
dignamente defenderemos nuestro derecho a un ambiente sano, exigiendo el
respeto a la ley. No están ni la provincia de Entre Ríos ni la ciudad de
Gualeguaychú solas en esta lucha por el derecho, está la República Argentina y el
pueblo argentino todo comprometido para solucionar esta controversia.
• Esta integración debe respetar los derechos de cada uno de los países, la integración
no puede ser el resultado de la imposición unilateral, de la abierta y flagrante violación
de los acuerdos bilaterales, que además forman parte del derecho internacional.
• Eso nos obliga a adoptar y promover la adopción de políticas que integren la
dimensión ambiental, social y económica para asegurar su plena operatividad. En
la región y en nuestro país debemos incorporar la dimensión ambiental en todos
los niveles de Gobierno, optimizando el uso de instrumentos tales como el
ordenamiento territorial, la obligatoria evaluación del impacto ambiental, la
adopción de sistemas de diagnóstico e información ambiental, la participación
ciudadana y el régimen económico de desarrollo sostenible.
• El mundo es uno solo, de modo que no resulta razonable transferir empresas
contaminantes al mundo en desarrollo, menos cuando son de un tamaño tal que no
encontrarán en nuestros ambientes menos contaminados los sumidores adecuados para
neutralizar los efectos degradantes de nuestros recursos hídricos, nuestro suelo y nuestra
atmósfera.
• La única opción es respetar el medio ambiente en los países desarrollados y
también en los demás, puesto que el daño que se le provoca al ambiente se le
provoca al hombre, a la mujer y a la humanidad.
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• Los argentinos y los latinoamericanos que valoramos el derecho a la vida como un
bien supremo, debemos hacernos cargo de la lucha por evitar que los países centrales
nos parcelen en función de sus intereses, aprovechando nuestras carencias y evadiendo
al mismo tiempo la responsabilidad que tienen en la materia del cambio climático y
degradación del medio ambiente.
• El mundo es un solo y todos debemos ser parte del debate, el norte debe escuchar
al sur, los que tienen desarrollo a los que aún no lo han logrado, para que todos
colaboremos con el cuidado del medio ambiente.
• Los que tienen más recursos de capital y más recursos tecnológicos para hacer frente
a los efectos adversos del cambio climático no pueden seguir incumpliendo los
compromisos que surgen por efecto de la aplicación del protocolo de Kyoto.
• Ellos, que a lo largo de dos siglos de desarrollo industrial usaron sin costo el bien
común global que es el medio ambiente y por tanto han recibido de los países
menos desarrollados un subsidio ambiental implícito, no pueden traernos hoy,
como solución a nuestros males, la creación de puestos de trabajo a costa de
nuestra degradación ambiental, deben tomar un fuerte compromiso con el cuidado
del ambiente en todos lados y abandonar el doble estándar que aplican cuando
cuidan la polución en sus países de origen pero contaminan al sur.
• Una vez más agradezco la presencia de todos ustedes aquí, por su importancia, por su
relevancia, por su fuerte simbolismo, por su lucha. Venimos a decirles a los entrerrianos
que nada de lo que ocurre es ajeno al resto de la Patria ni le es indiferente a la Nación.
• La preocupación del pueblo entrerriano por la amenaza de la contaminación es
preocupación de todo el pueblo argentino, la vocación de Gualeguaychú por la
preservación de su ambiente expresa en el lugar la propia vocación del pueblo
argentino y latinoamericano por el cuidado del medio ambiente.
• Desde el corazón les digo que sé cómo se han sentido y cómo se sienten. Mi
provincia, cuando discutió el problema limítrofe por los hielos continentales, sintió
muchas veces la soledad, y hubiera valorado mucho un acto como este que muestra a
todo un país acompañando al pueblo de Gualeguaychú.
• Es una prueba de madurez muy grande la que está demostrando el pueblo
argentino. Les pido a todos los hermanos argentinos y a todos los hermanos
uruguayos que no caigamos víctimas de la provocación de discursos que, sin tener
la razón, quieren generar situaciones de política chica, cuando a esta altura de la
historia, de los tiempos y del sufrimiento que han pasado nuestros pueblos,
necesitan dirigentes que hagan política en grande, superando esas contradicciones
pequeñas que nos anulen el futuro y los tiempos por venir.
• Agradezco a todos los señores gobernadores presentes aquí, con la pluralidad de
ideas, a los señores intendentes y al pueblo presente, con sus diversos pensamientos e
ideas sobre cada tema, pero fundamentalmente entendiendo la unicidad global que es
esta Argentina.
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• No me preocupa la malsana especulación de algunos que quieren confundir este
verdadero acto de conciencia, de responsabilidad, con pequeños actos electorales
de cuarto nivel que los argentinos hemos aprendido a superar con grandeza, en la
lucha por construir un país que nos contenga a todos.
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