DICTAMEN SOBRE EL DIGESTO JURÍDICO ARGENTINO (PARA EL COLEGIO PÚBLICO DE ABOGADOS DE LA CAPITAL FEDERAL) por Héctor Alegria El Instituto de Derecho Comercial del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal se reunió para considerar el Digesto Jurídico Argentino (en adelante, el “Digesto”) sancionado mediante ley 26.939, según solicitud de las autoridades de la institución. Con anterioridad, los miembros del Instituto habían tenido a su disposición, por medio de internet, las publicaciones oficiales de dicha norma y sus Anexos. Estuvo presente el Dr. Helios Guerrero, quien explicó las líneas generales del Proyecto finalmente sancionado. En esa reunión, se me solicitó la redacción del presente dictamen para ser elevado a las autoridades del CPACF. En tal sentido, enunciamos algunas conclusiones principales respecto de ese cuerpo jurídico tal como ha sido sancionado, teniendo en cuenta el periodo de observaciones en curso. En particular, ciertas sugerencias relativas a aspectos generales de la norma y otras vinculadas concretamente con la materia mercantil, aunque no de forma exhaustiva. -1- 1) Someros antecedentes y valorización del Digesto. La idea de un ordenamiento armónico, completo y sistematizado de toda la legislación nacional tiene larga data1. En 1998 se sanciono la ley 24967 denominada precisamente “Digesto Jurídico Argentino”, por el que se encomendaba la elaboración de ese Digesto, con fundamentos programáticos muy significativos, pues su artículo 1 expresaba: “Valores. Conforme a los principios del régimen republicano de gobierno esta ley tutela y regula el ordenamiento y la publicidad de las leyes nacionales generales vigentes y su reglamentación” y el articulo 2 decía: “Objetivo. El objetivo de esta ley es fijar los principios y el procedimiento para contar con un régimen de consolidación de las leyes nacionales generales vigentes y su reglamentación, a través de la elaboración y aprobación del Digesto Jurídico Argentino”. Desde entonces y a través de un largo derrotero, se llega a la sanción de la ley 26939, promulgada el 29 de mayo de 20142. Véanse los antecedentes recogidos en el trabajo: “El Digesto Jurídico Argentino: una obra jurídica monumental”, del ilustre profesor argentino radicado en Italia, Alberto Martino, cuya copia se acompaña y en el que en la nota 1 señala iniciativas suyas desde 1977, en alguna de las cuales aparece también el profesor Jorge Reinaldo Vanossi. La ley 20.004 del 5 de diciembre de 1972 establecía: “Artículo 1º — Facúltase al Poder Ejecutivo para ordenar las leyes, sin introducir en su texto ninguna modificación, salvo las gramaticales indispensables para la nueva ordenación”. En su virtud el Ministerio de Justicia estableció el sistema hoy denominado SAIJ (Servicio Argentino de Informática Jurídica). 1 2 Esta ley fue recibida con beneplácito por la mayor parte de la doctrina que hasta ahora la ha comentado, ya sea en seminarios, jornadas o trabajos escritos. Véanse, por ejemplo, los contenidos en el “Suplemento especial” publicado por La Ley en junio de 2014; los aparecidos en ”Digesto jurídico Argentino. Comentado”, dirigido por el Dr. Ramón G. Brenna, editorial La Ley, Bs. As., 2014 y también en “Digesto Jurídico Argentino”, Erreius, Suplemento especial, Ed. Errepar, julio de 2014, entre muchos otros. Algunas posiciones críticas surgen del dictamen del Prof. Roberto Luqui, y la pieza elaborada por el Prof. Juan Cafferata, del Instituto de Derecho Civil de la Academia Nacional de Derecho de Córdoba, que también se adjuntan a título informativo. La ley 26939 derogó las leyes 20.004 y 24.967 (artículo27). -2- Mientras tanto se ha desarrollado y presta invalorables servicios el Sistema Argentino de Informática Jurídica (SAIJ), que es un servicio gubernamental, administrado por la Dirección de Bases de Datos Jurídicos, dependiente de la Secretaría de Justicia y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que brinda información jurídica de interés para la comunidad nacional e internacional. Según el artículo 10 del Anexo II del decreto 624/2000 del Poder Ejecutivo Nacional, su responsabilidad primaria consiste en “efectuar el ordenamiento, sistematización, actualización y edición de las normas jurídicas, de la jurisprudencia y de la doctrina, celebrando para ello los convenios correspondientes con los organismos nacionales, internacionales y provinciales proveedores de información...”3. Los comentarios que hemos de desarrollar se inspiran en cooperar, haciendo llegar consultas y observaciones previstas en el artículo 20 de la ley 26.9394. 2) La efectiva vigencia del Digesto. La ley 26.939 en sus primeros artículos dice: ARTICULO 1° — Apruébase el Digesto Jurídico Argentino, consolidado al 31 de marzo de 2013. 3 De la página: http://www.infojus.gob.ar/acerca El art. 20 de la ley 26.929 dice: “Durante un período de ciento ochenta (180) días corridos desde la publicación de esta ley, la Comisión Bicameral Permanente del Digesto Jurídico Argentino dará a publicidad el Digesto Jurídico Argentino. En dicho plazo, la Comisión Bicameral recibirá las consultas y observaciones fundadas que pudieran efectuarse en relación con el encuadramiento de cada categoría, la consolidación del texto o la vigencia de una ley incluida en el Digesto Jurídico Argentino”. 4 -3- ARTICULO 2° — Declárense vigentes las normas incorporadas al anexo I, “Leyes nacionales de carácter general vigentes”, que integra la presente ley. ARTICULO 3º — Declárense no vigentes las normas identificadas en el anexo II, “Leyes nacionales de carácter general no vigentes”, que integra la presente ley. ARTICULO 4º — Apruébase la referencia a las normas aprobadas por organismos supraestatales o intergubernamentales de integración de los que la Nación es parte, que se adjunta como anexo III. Comenzando el comentario por los dos primeros artículos, su simple lectura pareciera identificar que el Digesto está vigente y que, al no haber aclaración, se aplicaría el Artículo 2 del Código Civil, por lo cual esa vigencia habría operado desde el día 24 de junio de 2014 (es decir, 8 días después de su publicación el 16 de junio de 2014)5. 5 Hasta ahora, el único fallo relevante registrado al respecto es el emanado de la Cámara Civil, Comercial y Laboral de Trelew, sala A, del 8 de julio de 2014, en autos “A., N.V. c/ Lautaro SRL s/ daños y perjuicios”, donde el camarista (y destacado profesor y publicista) Dr. López Mesa expresa: “ …Lo dispuesto por el art. 20 de la ley 26.939 no obsta a que la misma esté vigente y deba ser considerada como la fiel expresión de la intención actualizada del legislador argentino, como que el mismo ha reordenado integralmente y de una sola vez el sistema jurídico argentino vigente. Ergo, argumentaciones tales como “dado que la ley de protección del consumo es posterior al Código Civil ha venido a interpretarlo” o que a dicha ley deba darse primacía por sobre el Código civil, han quedado definitivamente de lado, pues el legislador argentino ha sancionado el Digesto de una sola y misma vez, lo que borra toda prelación temporal o preminencia fundada en ella entre normas, que ahora componen un todo vigente a un mismo tiempo. Por lo demás, debe entenderse que el Código Civil –ahora renumerado y bajo otra nomenclatura- mantiene su ámbito diferenciado de imperio y su vigencia y no puede predicarse a su respecto argumentos fáciles como su -4- Sin embargo, la misma ley aquí comentada, en su Capítulo V, Artículo 20, establece un “período de observación y publicidad” que consiste en un plazo de ciento ochenta días corridos desde la publicación, para que la Comisión Bicameral Permanente del Digesto Jurídico Argentino (en adelante la “Comisión Bicameral”) reciba consultas y observaciones fundadas. “Vencido tal plazo, y después de un informe de la Dirección de Información Parlamentaria [en adelante “Información Parlamentaria”], la Comisión Bicameral emitirá una resolución respecto de la consulta o modificación planteada”. La resolución será aprobada por mayoría de los miembros, tras lo cual “se dispondrá la publicación en el Boletín Oficial de la versión definitiva del Digesto Jurídico Argentino”. Esta redacción da lugar a un número importante de consideraciones. Veremos algunas: a) La Comisión Bicameral sería la que, por sí y sin decisión del Congreso (decisión ésta que requeriría aprobación de ambas Cámaras, Artículo 77 y siguientes de la Constitución Nacional), resuelve acerca de la inclusión o exclusión de las observaciones o consultas, en el sentido de modificar, ampliar o dejar sin efecto alguna parte del Digesto. Recordamos que el Artículo 82 CN señala: “la voluntad de cada Cámara debe manifestarse expresamente; se excluye, en todos los casos, la sanción tácita o ficta”. La primera observación se referiría, entonces, a la validez constitucional de dichas normas así modificadas por esta Comisión Bicameral. Téngase en cuenta que el texto del derogación implícita por la LDC, ya que el legislador indudablemente ha dispuesto y pensado lo contrario, a tan difundida como peregrina opinión” (Los resaltados no lo estaban en el original). -5- Digesto, tal como ha sido publicado, ha sido aprobado específicamente por el Congreso de la Nación. Por tanto y en estricta técnica jurídica, la modificación debería contar con igual aprobación. Por otro lado, interpretamos que la Comisión Parlamentaria no estará limitada por las sugerencias de los particulares o de los órganos del Estado, sino que podría incluir sus propias conclusiones, una vez reanalizado el contenido para obtener la “versión definitiva” del Digesto. b) La segunda cuestión tiene relación con la vigencia actual del Digesto como regla jurídica. Estando sujeto el texto que comentamos a posibles modificaciones por errores o desinterpretación de la ley vigente al momento de su sanción, parecería haber un lapso dentro del cual está rigiendo lo que podríamos llamar una “norma provisoria”. Por tanto, los particulares y el Estado (Nacional, Provincial o Municipal), podrían tomar decisiones y realizar actos de conformidad con una regla cuya “vigencia” estaría sometida a entredicho y, eventualmente, dejada sin efecto transcurrido un cierto tiempo. Naturalmente, esta situación importa un peligro latente para quienes actúen de aquella manera. Ello así, en tanto no se podrían aplicar las reglas generales de vigencia de las leyes en el tiempo elaboradas a partir de la base del Artículo 3 del Código Civil, tal como quedó redactado por la ley 17.711 por no ser el caso. Algunas opiniones expresadas se han inclinado por considerar el Digesto, durante ese lapso, estaría “vigente” pero no “operativo”. Esta inusual calificación lleva a las mismas conclusiones a las que arribamos nosotros. Muchas otras normas en la historia legislativa argentina, -6- previeron o aun prevén su entrada en vigencia un tiempo más o menos prolongado posterior a su sanción (promulgación o publicación): caso típico actual, el nuevo Código Civil y Comercial. La hipótesis del Digesto, con alguna particularidad que hemos señalado, es similar6. Por todo ello, propiciamos que se interprete que el Digesto sólo será obligatorio “en cuanto a sus contenidos” una vez redactada su versión definitiva y publicada en el Boletín Oficial (Artículo 23 de la Ley 26.939). Claro está, siempre que se hubieren levantado las objeciones respecto de la validez constitucional de las modificaciones. 3) El contenido normativo del Digesto y su referencia a distintos tiempos. Esta cuestión se relaciona con los hitos cronológicos que la Ley 26.939 incluye con relación al Digesto. Es decir, para mayor claridad, los tiempos (a) hasta los cuales se considera consolidado y vigente el contenido, por la sanción de la Ley 26.939 (ver “Artículo 1°: Apruébase el Digesto Jurídico Argentino, consolidado al 31 de marzo de 2013”), y también, (b) la fecha hasta la cual se consideran las derogaciones o no vigencia de las normas de carácter general (ver Anexo II de la Ley 26.939, cuyo listado toma en consideración hasta la ley 26.717 del 30/11/2011). En el primer rubro, se advierten como vigentes algunas reglas que ya estaban expresamente derogadas al 30 de marzo de 2013, como por ejemplo, 6 Una visión distinta expresan Héctor M. Pozo Gowland y Armando N. Canosa en “La aprobación del Digesto Jurídico Argentino y el carácter de las normas allí incorporadas”, en la obra dirigida por Ramón G. Brenna, citada más arriba. Los autores afirman que pese a lo expresado en el art. 20, las normas que la ley 26.939 declara vigentes, deben interpretarse como tales a partir del mismo día 16 de junio de 2014, fecha de publicación de esta ley” (El énfasis no es del original). -7- la Ley 17.811 de Mercado de Capitales (derogada por la ley 26.831, sancionada con fecha 29 de noviembre de 2012 y publicada en el Boletín Oficial el 28 de diciembre de 2012). Sin embargo, la derogada Ley 17.811 figura como vigente en el Anexo F referido a Derecho Comercial como Ley F0722. En su lugar, debería aparecer la Ley 26.831, con la numeración correspondiente. Por otra parte, faltaría la consolidación de un año y tres meses, a la fecha de la sanción del Digesto (a saber, mayo de 2014), y de un año y siete meses a la fecha de este Dictamen (octubre de 2014). Por tanto, obligaría al intérprete a incorporar la consideración de las leyes posteriores y, consecuentemente, a realizar su propia interpretación sobre la vigencia, modificación o derogación tácita de las anteriores. Resumidamente, el lector deberá tomar en cuenta los siguientes hitos cronológicos a la hora de considerar la aplicación del Digesto, a saber: i) Conforme al Artículo 1 de la Ley 26.939, el Digesto se encuentra consolidado al 31 de marzo de 2013. Sin embargo, existen normas derogatorias dictadas con anterioridad a esta fecha que no fueron incluidas (por ejemplo, la Ley 26.831 antes citada) ii) El Anexo II de la Ley 26.939 contiene la lista de normas derogadas o no vigentes hasta el 30 de noviembre de 2011. Deberá el intérprete considerar las eventuales derogaciones -expresas o tácitas- posteriores. iii) La sanción de la Ley 26.939 tuvo lugar un año y tres meses después de la fecha de consolidación del cuerpo normativo, razón por la cual el intérprete deberá considerar la incidencia de las normas dictadas a partir de ese momento. -8- Al concluir este punto, consideramos conveniente recomendar que, en su caso, la Comisión Bicameral proponga una versión definitiva ajustada lo más cerca posible al tiempo de su publicación, comprendiendo tanto las reglas vigentes como las no vigentes (ver Artículos 11 a 13 de la Ley 26.939). También propiciaremos se continúe con la labor de actualización permanente que realiza el Sistema de Argentino de Informática Jurídica (SAIJ) del Ministerio de Justicia de la Nación. 4) Especial incidencia de la sanción del Nuevo Código Civil y Comercial Al entrar en la consideración de este asunto, debemos tener en cuenta, por un lado, que el Digesto contiene todavía separados al Código Civil y al Código de Comercio, ambos en su versión anterior (Anexos E – 0026 y F – 0067, respectivamente). a) La primera cuestión es la de advertir la derogación de ambos códigos a partir de la aprobación del nuevo Código Civil y Comercial mediante Ley 26.994 (sancionada y promulgada el 1 de Octubre y el 7 de octubre de 2014, respectivamente). En este sentido, se observa la necesidad de incorporar oportunamente el cuerpo normativo unificado al Digesto, en reemplazo de los Códigos anteriores (el nuevo Código Civil y Comercial entra en vigencia el día 1º de enero de 2016, fecha en la cual caducan los Códigos Civil y Comercial anteriores conforme el Artículo 7 de la Ley 26.994). Debe advertirse que los Artículos 3 y 4 de la Ley 26.994, a su vez derogan una cantidad importante de otras normas, las -9- que, por lo tanto, también deberán ser eliminadas de la consolidación en la versión definitiva del Digesto (Artículo 23 de la Ley 26.939).7 b) Al incorporar el nuevo Código al Digesto en reemplazo del Código Civil y del Código Comercial precedentes, deberá decidirse si se mantiene la clasificación separada para la materia civil o comercial (“categorías” E y F actuales del Digesto) o se unifican, como resulta del nuevo criterio adoptado por la Ley. 26.994. c) Sería conveniente mantener los números internos dentro del nuevo Código Civil y Comercial sin modificarlos por consolidación. De esa manera, se evitarían posibles confusiones y engorros interpretativos. Además, haría innecesario recurrir a cuadros de correlación que siempre llevan a demoras en la búsqueda del precepto concreto. d) En el Digesto se incluyó una versión del Código de Comercio (Anexo F-0067) a la que ya se le han incorporado una serie de leyes que, en su momento, modificaron partes sustanciales o algunos artículos en “ARTÍCULO 3° — Deróganse las siguientes normas: a) Las leyes Nros. 11.357, 13.512, 14.394, 18.248, 19.724, 19.836, 20.276, 21.342 —con excepción de su artículo 6°—, 23.091, 25.509 y 26.005; b) La Sección IX del Capítulo II —artículos 361 a 366— y el Capítulo III de la ley 19.550, t.o. 1984; c) Los artículos 36, 37 y 38 de la ley 20.266 y sus modificatorias; d) El artículo 37 del decreto 1798 del 13 de octubre de 1994; e) Los artículos 1° a 26 de la ley 24.441; f) Los Capítulos I —con excepción del segundo y tercer párrafos del artículo 11— y III —con excepción de los párrafos segundo y tercero del artículo 28— de la ley 25.248; g) Los Capítulos III, IV, V y IX de la ley 26.356. ARTÍCULO 4° — Deróganse el Código Civil, aprobado por la ley 340, y el Código de Comercio, aprobado por las leyes Nros. 15 y 2.637, excepto los artículos 891, 892, 907, 919, 926, 984 a 996, 999 a 1003 y 1006 a 1017/5, que se incorporan como artículos 631 a 678 de la ley 20.094, facultándose al Poder Ejecutivo nacional a renumerar los artículos de la citada ley en virtud de la incorporación de las normas precedentes.” Debe señalarse que esta derogación ocurrirá simultáneamente con la entrada en vigencia del nuevo Código y que las “excepciones” referidas se mantendrán, por lo que, por ejemplo, los artículos del antiguo Código de Comercio mencionados en el art.4° que hemos transcripto, deberán incorporarse al texto de la Ley de Navegación, que debe mantenerse en vigor. 7 -10- concreto y cuya ley respectiva disponía su incorporación al Código de Comercio. Por ejemplo: (i) la Ley 19.550 de Sociedades Comerciales se incluye a partir de los Artículos 257 y siguientes. (ii) la Ley 17.418 de Seguros se incluye a partir del Artículo 695 en adelante y hasta el Artículo 856. (iii) la Ley de Letras de Cambio, Vales y Pagaré (Decreto 5965/63 ratificado por la Ley 16.478) ha quedado incorporada a partir del Artículo 888 hasta el Artículo 988; y, posteriormente también, en los Artículos 1005 a 1008. (iv) la Ley 24.760 de Facturas de Crédito ha sido incorporada en los Artículos 990 a 1004. (v) la Ley 20.094 de la Navegación fue incorporada por los Artículos 1079 a 17048. (vi) la Ley 17.371 de la Marina Mercante y Trabajo a Bordo de Buques, incorporada a partir de los Artículos 1705 al 1752 en forma intercalada. (vii) la Ley 24.522 de Concursos y Quiebras que aparece en los Artículos 1753 a 2047. Todas estas normas deberán desincorporarse del Código de Comercio incluido en el Digesto y mantenerlas separadas y agregadas al final del nuevo Código Civil y Comercial. Al “desincorporarse” esta ley deberá tenerse en cuenta lo que hemos indicado sobre la perduración – también- de ciertos artículos del antiguo Código de Comercio, indicados en el art. 4 de la ley 26.994 (ver nota 7, final). 8 -11- Una recomendación útil sería mantener esas leyes con la numeración interna previa a su incorporación, por iguales razones a las referidas al nuevo Código Civil y Comercial (ver párrafo c. precedente). También deberán tenerse presentes las modificaciones puntuales a las leyes antes mencionadas, en los lugares en que corresponda (véanse las notas de Información Parlamentaria al final del Anexo F-0067 del Digesto y las correspondientes a los otros textos incluidos en ese Anexo F). Finalmente en este tema, deberán mantenerse los preceptos legales que contienen los Anexos incluidos bajo la letra F) en el Digesto9. 5) Reflexión sobre el criterio utilizado para identificar las normas no vigentes. En el Anexo II del Digesto se enuncian las “Leyes Nacionales de Carácter General No Vigentes”. Dicho Anexo, tal como lo hemos podido consultar en la publicación efectuada por Infojus (http://www.infojus.gob.ar/digesto), contiene básicamente normas emanadas de Tratados, Convenciones y otros instrumentos de Derecho Internacional Público y Privado. Se advierte que en ella todas las alusiones indican la causa de la no vigencia en ser de “Objeto Cumplido”, sin indicarse la norma derogatoria, pues el casillero respectivo quedó vacío en todos los casos. 9 Podría sugerirse que, si la sanción definitiva se adopta mediante Ley del Congreso, se considerara el mantenimiento, derogación o modificación de algunas leyes respecto a las cuales la doctrina tiene conclusiones bastante firmes: por ejemplo, Ley 9.644 de Prenda Agraria, Ley 24.760 de Factura de Crédito (y Decreto 1002/2002 de Factura de Crédito). Asimismo, deberá recordarse el reemplazo de la Ley 17.811 (Anexo F-0722) por la Ley 26.831. -12- No conocemos las razones por las cuales se han incluido algunas normas en ese elenco, pero parece que algunas de ellas, por perdurar sus efectos en el tiempo de modo permanente, no podrían ser consideradas realmente “No Vigentes” y tampoco de “Objeto Cumplido”, máxime cuando en el Anexo O “Derecho internacional público” se incorporan muchos de esos textos como vigentes, con la indicación “(Antes Ley xxx)”. Hemos conocido informalmente que el criterio respecto de esos Tratados y otras normas sería que, al habérselos incluido como vigentes en el Digesto con una ubicación propia, la ley pertinente se podría interpretar como cumplida. Respetamos todas las opiniones pero no compartimos la que exponemos. 6) Un aporte con relación a la Comisión Bicameral La Comisión Bicameral tiene amplias facultades en el Artículo 9 de la Ley 26.939, entre las cuales el inciso c) expresa: “c) Resolver las consultas y las observaciones recibidas, previa recomendación de la Dirección de Información Parlamentaria, conforme lo establecido en el capítulo V”. Sobre este asunto, dos alcances: primero, las consultas u observaciones solamente podrán referirse a la vigencia o no de normas a los fines de su incorporación o retiro del Digesto. Por lo tanto, no se trata de presentaciones tendientes a la interpretación de la ley o a su aplicación. Segundo, las resoluciones adoptadas según el inciso c) antes citado, sólo podrán tener el destino que le indican los Artículos 11 a 19 de la Ley 26.939 o, en su caso, los Artículos 21 a 23 de ella10. Por tanto, las consultas carecerán de efecto 10 Es decir, servir de base a modificaciones en el Digesto Jurídico Argentino. -13- vinculante para terceros y no podrán sustituir la voluntad del Congreso, las decisiones de los órganos judiciales o jurisdiccionales pertinentes y tampoco las facultades del poder administrador11. 7) Conclusiones Como criterio general, sin perjuicio de los distintos matices expresados durante este Dictamen, sugeriría, además, prorrogar el plazo para la entrada en vigencia del Digesto hasta la entrada en vigor coetánea del nuevo Código Civil y Comercial, por su importancia relativa. Y debería aprovecharse tal lapso para la revisión y actualización por consolidación, modificación u ordenación hasta las normas más cercanas a su vigencia definitiva. Las nuevas leyes que se dicten en el ínterin y las posteriores, sin perjuicio de su identificación con los números sucesivos hasta ahora utilizados, deberían indicar expresamente su ubicación en el Digesto12. En cualquier caso, debería mantenerse en funcionamiento el Sistema Argentino de Informática Jurídica (SAIJ) y el portal Infoleg para suministrar un texto ordenado de las normas cuya modificación va sucediendo en el tiempo13. También deberían conservarse los archivos de la legislación anterior 11 Recordamos lo que antes dijimos respecto de los Artículos 22 y 23 de la Ley 26.939 con relación a la versión definitiva del Digesto. 12 Como ocurre en otros países, por ejemplo en Francia. 13 Esta labor no tiene porqué colisionar con la labor de la Comisión Bicameral (especialmente art.11) ni sus informaciones tener los efectos que se predican en el artículo 18 de la ley 26939. Bastará con efectuar las diferenciaciones pertinentes. -14- al Digesto para debida información de la sucesión histórica o temporal de las normas jurídicas14. Lo hasta aquí desarrollado en nada importa desconocer la ímproba labor de los juristas encargados de la redacción definitiva del Digesto, que debe ser expresamente valorada. La ley 24.967 en su artículo 4 establecía que “…el derecho histórico tiene valor jurídico equivalente a los principios generales del derecho en los términos del art. 16 del Código Civil”. La referida ley ha sido derogada y sustituida en parte por la ley 26.967, en la que no aparece la referencia al “derecho histórico”. Compartimos la opinión de Enrique Bulit Goñi, que aprecia positivamente esa derogación, pues, dice “Las leyes derogadas o no vigentes no son principios generales del derecho sino sólo leyes no vigentes”. En “Habemus Digesto Jurídico Argentino”, en el Suplemento de La Ley dirigido por el Dr. Brenna, mencionado en la nota 2. 14 -15-