Derecho Comercial - Colegio Público de Abogados de la Capital

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DICTAMEN SOBRE EL DIGESTO JURÍDICO ARGENTINO
(PARA EL COLEGIO PÚBLICO DE ABOGADOS DE LA CAPITAL
FEDERAL)
por Héctor Alegria
El Instituto de Derecho Comercial del Colegio Público de Abogados de
la Capital Federal se reunió para considerar el Digesto Jurídico Argentino (en
adelante, el “Digesto”) sancionado mediante ley 26.939, según solicitud de las
autoridades de la institución. Con anterioridad, los miembros del Instituto
habían tenido a su disposición, por medio de internet, las publicaciones
oficiales de dicha norma y sus Anexos. Estuvo presente el Dr. Helios
Guerrero, quien explicó las líneas generales del Proyecto finalmente
sancionado. En esa reunión, se me solicitó la redacción del presente dictamen
para ser elevado a las autoridades del CPACF.
En tal sentido, enunciamos algunas conclusiones principales respecto de
ese cuerpo jurídico tal como ha sido sancionado, teniendo en cuenta el periodo
de observaciones en curso. En particular, ciertas sugerencias relativas a
aspectos generales de la norma y otras vinculadas concretamente con la
materia mercantil, aunque no de forma exhaustiva.
-1-
1) Someros antecedentes y valorización del Digesto.
La idea de un ordenamiento armónico, completo y sistematizado de toda
la legislación nacional tiene larga data1.
En 1998 se sanciono la ley 24967 denominada precisamente “Digesto
Jurídico Argentino”, por el que se encomendaba la elaboración de ese Digesto,
con fundamentos programáticos muy significativos, pues su artículo 1
expresaba: “Valores. Conforme a los principios del régimen republicano de
gobierno esta ley tutela y regula el ordenamiento y la publicidad de las leyes
nacionales generales vigentes y su reglamentación” y el articulo 2 decía:
“Objetivo. El objetivo de esta ley es fijar los principios y el procedimiento
para contar con un régimen de consolidación de las leyes nacionales generales
vigentes y su reglamentación, a través de la elaboración y aprobación del
Digesto Jurídico Argentino”. Desde entonces y a través de un largo derrotero,
se llega a la sanción de la ley 26939, promulgada el 29 de mayo de 20142.
Véanse los antecedentes recogidos en el trabajo: “El Digesto Jurídico Argentino: una obra jurídica
monumental”, del ilustre profesor argentino radicado en Italia, Alberto Martino, cuya copia se acompaña y en
el que en la nota 1 señala iniciativas suyas desde 1977, en alguna de las cuales aparece también el profesor
Jorge Reinaldo Vanossi. La ley 20.004 del 5 de diciembre de 1972 establecía: “Artículo 1º — Facúltase al
Poder Ejecutivo para ordenar las leyes, sin introducir en su texto ninguna modificación, salvo las gramaticales
indispensables para la nueva ordenación”. En su virtud el Ministerio de Justicia estableció el sistema hoy
denominado SAIJ (Servicio Argentino de Informática Jurídica).
1
2
Esta ley fue recibida con beneplácito por la mayor parte de la doctrina que hasta ahora la ha comentado, ya
sea en seminarios, jornadas o trabajos escritos. Véanse, por ejemplo, los contenidos en el “Suplemento
especial” publicado por La Ley en junio de 2014; los aparecidos en ”Digesto jurídico Argentino. Comentado”,
dirigido por el Dr. Ramón G. Brenna, editorial La Ley, Bs. As., 2014 y también en “Digesto Jurídico
Argentino”, Erreius, Suplemento especial, Ed. Errepar, julio de 2014, entre muchos otros. Algunas posiciones
críticas surgen del dictamen del Prof. Roberto Luqui, y la pieza elaborada por el Prof. Juan Cafferata, del
Instituto de Derecho Civil de la Academia Nacional de Derecho de Córdoba, que también se adjuntan a título
informativo. La ley 26939 derogó las leyes 20.004 y 24.967 (artículo27).
-2-
Mientras tanto se ha desarrollado y presta invalorables servicios el
Sistema Argentino de Informática Jurídica (SAIJ), que es un servicio
gubernamental, administrado por la Dirección de Bases de Datos Jurídicos,
dependiente de la Secretaría de Justicia y Asuntos Penitenciarios del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que brinda información jurídica
de interés para la comunidad nacional e internacional. Según el artículo 10 del
Anexo II del decreto 624/2000 del Poder Ejecutivo Nacional, su
responsabilidad
primaria
consiste
en
“efectuar
el
ordenamiento,
sistematización, actualización y edición de las normas jurídicas, de la
jurisprudencia y de la doctrina, celebrando para ello los convenios
correspondientes
con
los
organismos
nacionales,
internacionales
y
provinciales proveedores de información...”3.
Los comentarios que hemos de desarrollar se inspiran en cooperar,
haciendo llegar consultas y observaciones previstas en el artículo 20 de la ley
26.9394.
2) La efectiva vigencia del Digesto.
La ley 26.939 en sus primeros artículos dice:
ARTICULO 1° — Apruébase el Digesto Jurídico
Argentino, consolidado al 31 de marzo de 2013.
3
De la página: http://www.infojus.gob.ar/acerca
El art. 20 de la ley 26.929 dice: “Durante un período de ciento ochenta (180) días corridos desde la
publicación de esta ley, la Comisión Bicameral Permanente del Digesto Jurídico Argentino dará a publicidad
el Digesto Jurídico Argentino. En dicho plazo, la Comisión Bicameral recibirá las consultas y observaciones
fundadas que pudieran efectuarse en relación con el encuadramiento de cada categoría, la consolidación del
texto o la vigencia de una ley incluida en el Digesto Jurídico Argentino”.
4
-3-
ARTICULO 2° — Declárense vigentes las normas
incorporadas al anexo I, “Leyes nacionales de carácter
general vigentes”, que integra la presente ley.
ARTICULO 3º — Declárense no vigentes las normas
identificadas en el anexo II, “Leyes nacionales de
carácter general no vigentes”, que integra la presente
ley.
ARTICULO 4º — Apruébase la referencia a las normas
aprobadas
por
organismos
supraestatales
o
intergubernamentales de integración de los que la
Nación es parte, que se adjunta como anexo III.
Comenzando el comentario por los dos primeros artículos, su simple
lectura pareciera identificar que el Digesto está vigente y que, al no haber
aclaración, se aplicaría el Artículo 2 del Código Civil, por lo cual esa vigencia
habría operado desde el día 24 de junio de 2014 (es decir, 8 días después de su
publicación el 16 de junio de 2014)5.
5
Hasta ahora, el único fallo relevante registrado al respecto es el emanado de la Cámara Civil, Comercial y
Laboral de Trelew, sala A, del 8 de julio de 2014, en autos “A., N.V. c/ Lautaro SRL s/ daños y perjuicios”,
donde el camarista (y destacado profesor y publicista) Dr. López Mesa expresa: “ …Lo dispuesto por el art.
20 de la ley 26.939 no obsta a que la misma esté vigente y deba ser considerada como la fiel expresión de la
intención actualizada del legislador argentino, como que el mismo ha reordenado integralmente y de una
sola vez el sistema jurídico argentino vigente. Ergo, argumentaciones tales como “dado que la ley de
protección del consumo es posterior al Código Civil ha venido a interpretarlo” o que a dicha ley deba darse
primacía por sobre el Código civil, han quedado definitivamente de lado, pues el legislador argentino ha
sancionado el Digesto de una sola y misma vez, lo que borra toda prelación temporal o preminencia fundada
en ella entre normas, que ahora componen un todo vigente a un mismo tiempo. Por lo demás, debe
entenderse que el Código Civil –ahora renumerado y bajo otra nomenclatura- mantiene su ámbito
diferenciado de imperio y su vigencia y no puede predicarse a su respecto argumentos fáciles como su
-4-
Sin embargo, la misma ley aquí comentada, en su Capítulo V, Artículo
20, establece un “período de observación y publicidad” que consiste en un
plazo de ciento ochenta días corridos desde la publicación, para que la
Comisión Bicameral Permanente del Digesto Jurídico Argentino (en adelante
la “Comisión Bicameral”) reciba consultas y observaciones fundadas.
“Vencido tal plazo, y después de un informe de la Dirección de Información
Parlamentaria [en adelante “Información Parlamentaria”], la Comisión
Bicameral emitirá una resolución respecto de la consulta o modificación
planteada”. La resolución será aprobada por mayoría de los miembros, tras lo
cual “se dispondrá la publicación en el Boletín Oficial de la versión definitiva
del Digesto Jurídico Argentino”.
Esta redacción da lugar a un número importante de consideraciones.
Veremos algunas:
a) La Comisión Bicameral sería la que, por sí y sin decisión del Congreso
(decisión ésta que requeriría aprobación de ambas Cámaras, Artículo 77
y siguientes de la Constitución Nacional), resuelve acerca de la
inclusión o exclusión de las observaciones o consultas, en el sentido de
modificar, ampliar o dejar sin efecto alguna parte del Digesto.
Recordamos que el Artículo 82 CN señala: “la voluntad de cada
Cámara debe manifestarse expresamente; se excluye, en todos los
casos, la sanción tácita o ficta”. La primera observación se referiría,
entonces, a la validez constitucional de dichas normas así modificadas
por esta Comisión Bicameral. Téngase en cuenta que el texto del
derogación implícita por la LDC, ya que el legislador indudablemente ha dispuesto y pensado lo contrario, a
tan difundida como peregrina opinión” (Los resaltados no lo estaban en el original).
-5-
Digesto, tal como ha sido publicado, ha sido aprobado específicamente
por el Congreso de la Nación. Por tanto y en estricta técnica jurídica, la
modificación debería contar con igual aprobación. Por otro lado,
interpretamos que la Comisión Parlamentaria no estará limitada por las
sugerencias de los particulares o de los órganos del Estado, sino que
podría incluir sus propias conclusiones, una vez reanalizado el
contenido para obtener la “versión definitiva” del Digesto.
b) La segunda cuestión tiene relación con la vigencia actual del Digesto
como regla jurídica. Estando sujeto el texto que comentamos a posibles
modificaciones por errores o desinterpretación de la ley vigente al
momento de su sanción, parecería haber un lapso dentro del cual está
rigiendo lo que podríamos llamar una “norma provisoria”. Por tanto,
los particulares y el Estado (Nacional, Provincial o Municipal), podrían
tomar decisiones y realizar actos de conformidad con una regla cuya
“vigencia” estaría sometida a entredicho y, eventualmente, dejada sin
efecto transcurrido un cierto tiempo. Naturalmente, esta situación
importa un peligro latente para quienes actúen de aquella manera. Ello
así, en tanto no se podrían aplicar las reglas generales de vigencia de las
leyes en el tiempo elaboradas a partir de la base del Artículo 3 del
Código Civil, tal como quedó redactado por la ley 17.711 por no ser el
caso. Algunas opiniones expresadas se han inclinado por considerar el
Digesto, durante ese lapso, estaría “vigente” pero no “operativo”. Esta
inusual calificación lleva a las mismas conclusiones a las que arribamos
nosotros. Muchas otras normas en la historia legislativa argentina,
-6-
previeron o aun prevén su entrada en vigencia un tiempo más o menos
prolongado posterior a su sanción (promulgación o publicación): caso
típico actual, el nuevo Código Civil y Comercial. La hipótesis del
Digesto, con alguna particularidad que hemos señalado, es similar6.
Por todo ello, propiciamos que se interprete que el Digesto sólo
será obligatorio “en cuanto a sus contenidos” una vez redactada su versión
definitiva y publicada en el Boletín Oficial (Artículo 23 de la Ley 26.939).
Claro está, siempre que se hubieren levantado las objeciones respecto de la
validez constitucional de las modificaciones.
3) El contenido normativo del Digesto y su referencia a distintos
tiempos.
Esta cuestión se relaciona con los hitos cronológicos que la Ley 26.939
incluye con relación al Digesto. Es decir, para mayor claridad, los tiempos (a)
hasta los cuales se considera consolidado y vigente el contenido, por la
sanción de la Ley 26.939 (ver “Artículo 1°: Apruébase el Digesto Jurídico
Argentino, consolidado al 31 de marzo de 2013”), y también, (b) la fecha
hasta la cual se consideran las derogaciones o no vigencia de las normas de
carácter general (ver Anexo II de la Ley 26.939, cuyo listado toma en
consideración hasta la ley 26.717 del 30/11/2011).
En el primer rubro, se advierten como vigentes algunas reglas que ya
estaban expresamente derogadas al 30 de marzo de 2013, como por ejemplo,
6 Una visión distinta expresan Héctor M. Pozo Gowland y Armando N. Canosa en “La aprobación del
Digesto Jurídico Argentino y el carácter de las normas allí incorporadas”, en la obra dirigida por Ramón G.
Brenna, citada más arriba. Los autores afirman que pese a lo expresado en el art. 20, las normas que la ley
26.939 declara vigentes, deben interpretarse como tales a partir del mismo día 16 de junio de 2014, fecha de
publicación de esta ley” (El énfasis no es del original).
-7-
la Ley 17.811 de Mercado de Capitales (derogada por la ley 26.831,
sancionada con fecha 29 de noviembre de 2012 y publicada en el Boletín
Oficial el 28 de diciembre de 2012). Sin embargo, la derogada Ley 17.811
figura como vigente en el Anexo F referido a Derecho Comercial como Ley F0722. En su lugar, debería aparecer la Ley 26.831, con la numeración
correspondiente.
Por otra parte, faltaría la consolidación de un año y tres meses, a la
fecha de la sanción del Digesto (a saber, mayo de 2014), y de un año y siete
meses a la fecha de este Dictamen (octubre de 2014). Por tanto, obligaría al
intérprete a incorporar la consideración de las leyes posteriores y,
consecuentemente, a realizar su propia interpretación sobre la vigencia,
modificación o derogación tácita de las anteriores.
Resumidamente, el lector deberá tomar en cuenta los siguientes hitos
cronológicos a la hora de considerar la aplicación del Digesto, a saber:
i) Conforme al Artículo 1 de la Ley 26.939, el Digesto se encuentra
consolidado al 31 de marzo de 2013. Sin embargo, existen normas
derogatorias dictadas con anterioridad a esta fecha que no fueron
incluidas (por ejemplo, la Ley 26.831 antes citada)
ii) El Anexo II de la Ley 26.939 contiene la lista de normas derogadas o
no vigentes hasta el 30 de noviembre de 2011. Deberá el intérprete
considerar las eventuales derogaciones -expresas o tácitas- posteriores.
iii) La sanción de la Ley 26.939 tuvo lugar un año y tres meses después de
la fecha de consolidación del cuerpo normativo, razón por la cual el
intérprete deberá considerar la incidencia de las normas dictadas a partir
de ese momento.
-8-
Al concluir este punto, consideramos conveniente recomendar que, en
su caso, la Comisión Bicameral proponga una versión definitiva ajustada lo
más cerca posible al tiempo de su publicación, comprendiendo tanto las reglas
vigentes como las no vigentes (ver Artículos 11 a 13 de la Ley 26.939).
También propiciaremos se continúe con la labor de actualización permanente
que realiza el Sistema de Argentino de Informática
Jurídica (SAIJ) del
Ministerio de Justicia de la Nación.
4) Especial incidencia de la sanción del Nuevo Código Civil y
Comercial
Al entrar en la consideración de este asunto, debemos tener en cuenta,
por un lado, que el Digesto contiene todavía separados al Código Civil y al
Código de Comercio, ambos en su versión anterior (Anexos E – 0026 y F –
0067, respectivamente).
a) La primera cuestión es la de advertir la derogación de ambos códigos a
partir de la aprobación del nuevo Código Civil y Comercial mediante
Ley 26.994 (sancionada y promulgada el 1 de Octubre y el 7 de octubre
de 2014, respectivamente). En este sentido, se observa la necesidad de
incorporar oportunamente el cuerpo normativo unificado al Digesto, en
reemplazo de los Códigos anteriores (el nuevo Código Civil y
Comercial entra en vigencia el día 1º de enero de 2016, fecha en la cual
caducan los Códigos Civil y Comercial anteriores conforme el Artículo
7 de la Ley 26.994). Debe advertirse que los Artículos 3 y 4 de la Ley
26.994, a su vez derogan una cantidad importante de otras normas, las
-9-
que, por lo tanto, también deberán ser eliminadas de la consolidación en
la versión definitiva del Digesto (Artículo 23 de la Ley 26.939).7
b) Al incorporar el nuevo Código al Digesto en reemplazo del Código
Civil y del Código Comercial precedentes, deberá decidirse si se
mantiene la clasificación separada para la materia civil o comercial
(“categorías” E y F actuales del Digesto) o se unifican, como resulta del
nuevo criterio adoptado por la Ley. 26.994.
c) Sería conveniente mantener los números internos dentro del nuevo
Código Civil y Comercial sin modificarlos por consolidación. De esa
manera, se evitarían posibles confusiones y engorros interpretativos.
Además, haría innecesario recurrir a cuadros de correlación que siempre
llevan a demoras en la búsqueda del precepto concreto.
d) En el Digesto se incluyó una versión del Código de Comercio (Anexo
F-0067) a la que ya se le han incorporado una serie de leyes que, en su
momento, modificaron partes sustanciales o algunos artículos en
“ARTÍCULO 3° — Deróganse las siguientes normas: a) Las leyes Nros. 11.357, 13.512, 14.394, 18.248,
19.724, 19.836, 20.276, 21.342 —con excepción de su artículo 6°—, 23.091, 25.509 y 26.005; b) La Sección
IX del Capítulo II —artículos 361 a 366— y el Capítulo III de la ley 19.550, t.o. 1984; c) Los artículos 36, 37
y 38 de la ley 20.266 y sus modificatorias; d) El artículo 37 del decreto 1798 del 13 de octubre de 1994; e)
Los artículos 1° a 26 de la ley 24.441; f) Los Capítulos I —con excepción del segundo y tercer párrafos del
artículo 11— y III —con excepción de los párrafos segundo y tercero del artículo 28— de la ley 25.248; g)
Los Capítulos III, IV, V y IX de la ley 26.356.
ARTÍCULO 4° — Deróganse el Código Civil, aprobado por la ley 340, y el Código de Comercio, aprobado
por las leyes Nros. 15 y 2.637, excepto los artículos 891, 892, 907, 919, 926, 984 a 996, 999 a 1003 y 1006 a
1017/5, que se incorporan como artículos 631 a 678 de la ley 20.094, facultándose al Poder Ejecutivo
nacional a renumerar los artículos de la citada ley en virtud de la incorporación de las normas precedentes.”
Debe señalarse que esta derogación ocurrirá simultáneamente con la entrada en vigencia del nuevo
Código y que las “excepciones” referidas se mantendrán, por lo que, por ejemplo, los artículos del antiguo
Código de Comercio mencionados en el art.4° que hemos transcripto, deberán incorporarse al texto de la Ley
de Navegación, que debe mantenerse en vigor.
7
-10-
concreto y cuya ley respectiva disponía su incorporación al Código de
Comercio. Por ejemplo:
(i)
la Ley 19.550 de Sociedades Comerciales se incluye a
partir de los Artículos 257 y siguientes.
(ii)
la Ley 17.418 de Seguros se incluye a partir del Artículo
695 en adelante y hasta el Artículo 856.
(iii)
la Ley de Letras de Cambio, Vales y Pagaré (Decreto
5965/63 ratificado por la Ley 16.478) ha quedado
incorporada a partir del Artículo 888 hasta el Artículo 988;
y, posteriormente también, en los Artículos 1005 a 1008.
(iv)
la Ley 24.760 de Facturas de Crédito ha sido incorporada
en los Artículos 990 a 1004.
(v)
la Ley 20.094 de la Navegación fue incorporada por los
Artículos 1079 a 17048.
(vi)
la Ley 17.371 de la Marina Mercante y Trabajo a Bordo de
Buques, incorporada a partir de los Artículos 1705 al 1752
en forma intercalada.
(vii) la Ley 24.522 de Concursos y Quiebras que aparece en los
Artículos 1753 a 2047.
Todas estas normas deberán desincorporarse del Código de Comercio
incluido en el Digesto y mantenerlas separadas y agregadas al final del nuevo
Código Civil y Comercial.
Al “desincorporarse” esta ley deberá tenerse en cuenta lo que hemos indicado sobre la perduración –
también- de ciertos artículos del antiguo Código de Comercio, indicados en el art. 4 de la ley 26.994 (ver nota
7, final).
8
-11-
Una recomendación útil sería mantener esas leyes con la numeración
interna previa a su incorporación, por iguales razones a las referidas al nuevo
Código Civil y Comercial (ver párrafo c. precedente). También deberán
tenerse presentes las modificaciones puntuales a las leyes antes mencionadas,
en los lugares en que corresponda (véanse las notas de Información
Parlamentaria al final del Anexo F-0067 del Digesto y las correspondientes a
los otros textos incluidos en ese Anexo F).
Finalmente en este tema, deberán mantenerse los preceptos legales que
contienen los Anexos incluidos bajo la letra F) en el Digesto9.
5) Reflexión sobre el criterio utilizado para identificar las normas no
vigentes.
En el Anexo II del Digesto se enuncian las “Leyes Nacionales de
Carácter General No Vigentes”. Dicho Anexo, tal como lo hemos podido
consultar
en
la
publicación
efectuada
por
Infojus
(http://www.infojus.gob.ar/digesto), contiene básicamente normas emanadas
de Tratados, Convenciones y otros instrumentos de Derecho Internacional
Público y Privado. Se advierte que en ella todas las alusiones indican la causa
de la no vigencia en ser de “Objeto Cumplido”, sin indicarse la norma
derogatoria, pues el casillero respectivo quedó vacío en todos los casos.
9
Podría sugerirse que, si la sanción definitiva se adopta mediante Ley del Congreso, se considerara el
mantenimiento, derogación o modificación de algunas leyes respecto a las cuales la doctrina tiene
conclusiones bastante firmes: por ejemplo, Ley 9.644 de Prenda Agraria, Ley 24.760 de Factura de Crédito (y
Decreto 1002/2002 de Factura de Crédito). Asimismo, deberá recordarse el reemplazo de la Ley 17.811
(Anexo F-0722) por la Ley 26.831.
-12-
No conocemos las razones por las cuales se han incluido algunas
normas en ese elenco, pero parece que algunas de ellas, por perdurar sus
efectos en el tiempo de modo permanente, no podrían ser consideradas
realmente “No Vigentes” y tampoco de “Objeto Cumplido”, máxime cuando
en el Anexo O “Derecho internacional público” se incorporan muchos de esos
textos como vigentes, con la indicación “(Antes Ley xxx)”. Hemos conocido
informalmente que el criterio respecto de esos Tratados y otras normas sería
que, al habérselos incluido como vigentes en el Digesto con una ubicación
propia, la ley pertinente se podría interpretar como cumplida. Respetamos
todas las opiniones pero no compartimos la que exponemos.
6) Un aporte con relación a la Comisión Bicameral
La Comisión Bicameral tiene amplias facultades en el Artículo 9 de la
Ley 26.939, entre las cuales el inciso c) expresa: “c) Resolver las consultas y
las observaciones recibidas, previa recomendación de la Dirección de
Información Parlamentaria, conforme lo establecido en el capítulo V”.
Sobre este asunto, dos alcances: primero, las consultas u observaciones
solamente podrán referirse a la vigencia o no de normas a los fines de su
incorporación o retiro del Digesto. Por lo tanto, no se trata de presentaciones
tendientes a la interpretación de la ley o a su aplicación. Segundo, las
resoluciones adoptadas según el inciso c) antes citado, sólo podrán tener el
destino que le indican los Artículos 11 a 19 de la Ley 26.939 o, en su caso, los
Artículos 21 a 23 de ella10. Por tanto, las consultas carecerán de efecto
10
Es decir, servir de base a modificaciones en el Digesto Jurídico Argentino.
-13-
vinculante para terceros y no podrán sustituir la voluntad del Congreso, las
decisiones de los órganos judiciales o jurisdiccionales pertinentes y tampoco
las facultades del poder administrador11.
7) Conclusiones
Como criterio general, sin perjuicio de los distintos matices expresados
durante este Dictamen, sugeriría, además, prorrogar el plazo para la entrada
en vigencia del Digesto hasta la entrada en vigor coetánea del nuevo Código
Civil y Comercial, por su importancia relativa.
Y debería aprovecharse tal lapso para la revisión y actualización por
consolidación, modificación u ordenación hasta las normas más cercanas a su
vigencia definitiva. Las nuevas leyes que se dicten en el ínterin y las
posteriores, sin perjuicio de su identificación con los números sucesivos hasta
ahora utilizados, deberían indicar expresamente su ubicación en el Digesto12.
En cualquier caso, debería mantenerse en funcionamiento el Sistema
Argentino de Informática Jurídica (SAIJ) y el portal Infoleg para suministrar
un texto ordenado de las normas cuya modificación va sucediendo en el
tiempo13. También deberían conservarse los archivos de la legislación anterior
11
Recordamos lo que antes dijimos respecto de los Artículos 22 y 23 de la Ley 26.939 con relación a la
versión definitiva del Digesto.
12
Como ocurre en otros países, por ejemplo en Francia.
13
Esta labor no tiene porqué colisionar con la labor de la Comisión Bicameral (especialmente art.11) ni sus
informaciones tener los efectos que se predican en el artículo 18 de la ley 26939. Bastará con efectuar las
diferenciaciones pertinentes.
-14-
al Digesto para debida información de la sucesión histórica o temporal de las
normas jurídicas14.
Lo hasta aquí desarrollado en nada importa desconocer la ímproba labor
de los juristas encargados de la redacción definitiva del Digesto, que debe ser
expresamente valorada.
La ley 24.967 en su artículo 4 establecía que “…el derecho histórico tiene valor jurídico equivalente a los
principios generales del derecho en los términos del art. 16 del Código Civil”. La referida ley ha sido
derogada y sustituida en parte por la ley 26.967, en la que no aparece la referencia al “derecho histórico”.
Compartimos la opinión de Enrique Bulit Goñi, que aprecia positivamente esa derogación, pues, dice “Las
leyes derogadas o no vigentes no son principios generales del derecho sino sólo leyes no vigentes”. En
“Habemus Digesto Jurídico Argentino”, en el Suplemento de La Ley dirigido por el Dr. Brenna, mencionado
en la nota 2.
14
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